REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(historia y ciencias auxiliares)
ÓRGANO OFICIAL DEL CUERPO FACULTATIVO DEL RAMO
(se publica una vez al mes)
TERCERA ÉPOCA — AXO VII
TOMO IX
Julio á Diciembre de 1903
4*
MADRID
TIP. DE LA REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
Calle de OlicL núm. 8.
1903
¿7í
CONSEJO DE LA REVISTA
JUNTA INSPECTORA. Presidente: Jefe superior del Cuerpo, D. Mar-
celino Menénde\ y Pelqyo.— Vicepresidente; D. Vicente Vignau y Ballester.—
Vocales: D. José Ortega y García.— D. Manuel Flores Calderón. — D. Mariano Ca-
talina y Cobo. — D. Rodrigo Amador de los Ríos.— D. Eduardo de Hinojosa y Xave-
ros. — D. Juan Catalina García y López. — D. Augusto Fernández Victorio y Coci-
na.— D. Ricardo de Hinojosa y Naveros. — D. Francisco Navarro y Ledesma.
REDACCIÓN. Presidente: D. Marcelino Menénde\y Pelayo. — Vicepresi-
dente: D. Vicente Vignau y Ballester. — Redactor jefe: D. Juan Menéndez Pidal.—
Vocales: D. Ramón Menéndez Pidal.— D. Antonio Paz y Melia.— D. José Ramón
Mélida y Alinari.— D. Alvaro Gil Albacete.— D. Ricardo Torres Valle.— D. Narciso
Sentenach y Cabanas.— D. Ricardo de Hinojosa y Naveros. — Secretario: Don
Manuel Serrano y Sanz.
COLABORADORES
Españoles.
Todos los individuos del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y
Arqueólogos, y los distinguidos escritores siguientes: Aguilar y Cano (D. A.), Pu-
blicista.— Altamira (D. R.), Catedrático de la Universidad de Oviedo.— Alemany
<D. J.), Catedrático de la Universidad Central.— Aviles (D. A.), de la Real Acade-
mia de San Fernando.— Baselga (D. M.), Catedrático de la Universidad de Zara-
goza.—Bayo (D. C), Publicista.— Blázquez (D. A.), C. de la Real Academia de
la Historia.— Bonilla y San Martín (D. A.), Catedrático de Derecho mercantil en
la Universidad de Valencia.— Calleja (D. J. D.), Publicista.— Cedillo (Excelentí-
simo Sr. Conde de), de la Real Academia de la Historia.— Codera (D. F.), de la Real
Academia de la Historia.— Costa (D. J.), Iberista.— Cotarelo y Mori (D. E.), de la
Real Academia Española.— Chabás (D. R.), Canónigo-archivero de la Catedral de
Valencia. — Domínguez Berrueta (D. M.), Catedrático del Instituto provincial de
Salamanca.— Eguílaz Yanguas (D. L.), Catedrático de la Universidad de Granadal
Ruano v Prieto (D. F.), Publicista.— Escandón (D. R.), Astrónomo del Observato-
rio de Madrid. — Fernández Duro (D. C), Americanista, de la Real Academia de la
Historia.— Fernández de Velasco (D. F.), Publicista.— Ferrá (D. B.), Director del
Museo Arqueológico Luliano. — García de Quevedo y Concellón (D. E.), Catedráti-
co del Instituto provincial de Burgos. — Garrido Osorio (D. M.), Catedrático de la
Universidad de Granada. — Salva (D. A.), Archivero municipal de Burgos. — Garriga
(D. F. J.), Catedrático del Instituto provincial de Oviedo. — Gestoso y Pérez (D. J.),
de la Academia de Bellas Artes de Sevilla. — Gómez Imaz (D. M.), Publicista.—
Gómez-Moreno y Martínez (D. M.), Profesor de la Universidad del Sacro Monte
de Granada.— Goyri de Menéndez Pidal (D.aM.a), Doctora en Filosofía y Letras.—
Hazañas v la Rúa (D. J.), Catedrático de la Universidad de Sevilla. — Hergueta
(D. N.), de la Real Capilla.— Herrera (D. A.), de la Real Academia de la Histo-
ria.— Herrera (P. I.), de las Escuelas Pías. — Lampérez y Romea (D. V.), Arqui-
tecto y Catedrático de la Escuela de Arquitectura. — Las Navas (Conde de), Bi-
bliotecario de la Real Casa.— Liñán y Eguizával (D. P.), Publicista.— Lomba
(D. J. R.), Publicista.— L labres (D. Gabriel), Catedrático del Instituto de Cáce-
res— Muntadas (D. J. F.), Publicista.— Oliver y Esteller (D. B.), de la Real Acade-
mia de la Historia.— Pedraja Fernández (D. E. de la), C. de la Real Academia de la
Historia.— Ramírez de Arellano (D. R.), C. de la Real Academia de la Historia.—
Rodríguez de Berlanga (D. M.), Romanista.— Rodríguez Mourelo (D. J.), Profesor
de la Escuela de Artes y Oficios.— Soraluce (D. P.), de la Comisión de Monu-
mentos de Guipúzcoa. — Tenorio (D. N.), Publicista.- -Tramoyeres (D. L.), de la
Comisión de Monumentos de Valencia. — Laurencín (El Sr. Marqués de), de la
Real Academia de la Historia.— Ureña y Smenjaud (D. R. de), Catedrático de la
Universidad Central. — Velázquez Bosco (D. R.), Arquitecto y Catedrático de la Es-
cuela de Arquitectura. — Villaamil y Castro (D. J.), Arqueólogo. — Vives (D. A.),
de la Real Academia de la Historia.
Extranjeros.
Bienkowski (P.), Profesor de la Universidad de Cracovia. — Bonsor (M. j.), Ar-
queólogo.— M. J. Calmette, miembro de la Escuela Francesa de Roma. — Daumet
(Al. G.), de los Archivos Nacionales de Francia. — Engel (M. A.), Arqueólogo. —
Farinelli (Dr. A.), Profesor extraordinario de la Universidad de Innsbruck.— Fitz-
Gerald (M. J. D.) — Friedel (M.), de la Universidad de Liverpool. — Garófalo (señor
F. P.), Profesor de la Universidad de Catania (Sicilia). — Gráfenberg (doctor S.), Crí-
tico de literatura española. Frankfort. — Graillot (M. Henri), Profesor del Liceo de
Tolosa de Francia. — Haebler (Conrado), Bibliotecario de la Real de Dresde.— Ho-
molle (M. Th.), Director de la Escuela Francesa de Atenas. — Leitede Vasconcellos
(Dr. J.), Director del Museo Etnológico de Lisboa. — Melé (E.), de la Biblioteca
Nacional de Ñapóles. — Morel-Fatio (M. A.), Director adjunto de la Escuela prác-
tica de Estudios superiores de París. — Paris (M. P.), Catedrático de la Universidad
de Burdeos. — Ulloa (D. Luis), Comisionado especial del Gobierno' del Perú en los
Archivos y Bibliotecas de Europa.
Catálogos publicados por la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Biblioteca Nacional, I. — Catálogo de las piezas de teatro que se conservan en el
Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, por D. Antonio Paz y
Melia, Jefe de dicho Departamento. — Madrid, 1899. — 8.° doble, 717 páginas. — 10
pesetas. — Ocho pesetas á los suscriptores de la Revista. Punto de venta, en la Ad-
ministración de la misma. — II. Catálogo de las causas contra la fe seguidas ante el
Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo y de las informaciones ge-
nealógicas de los pretendientes á oficios del mismo. Con un Apéndice de los demás
Tribunales de España, Italia y América. — Madrid, igo3. — 8."d., vm-669 págs.
BIBLIOTECA DE LA REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS.
II. Instrucciones para la redacción de los Catálogos en las Bibliotecas públicas del
Estado, dictadas por la Junta facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. —
Madrid. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1902. — 8.°,
i52 páginas y 180 modelos. — 6 pesetas.
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN.— En España, 15 pesetas al año; en el extran-
jero, 20 francos al año. — No se admiten sellos de correos en pago de suscripcio-
nes.— Número suelto, 1,50 pesetas.
Primera y segunda serie (primera y segunda época), 225 pesetas, tomos I á IX;
sueltos, á 25 pesetas tomo. — Tercera serie (tercera época), tomos I, II, III, IV, V,
VI y VII, go pesetas; sueltos, á i5 pesetas tomo. — Boletín de Archivos, Bibliotecas
y Museos, un tomo, 7,5o pesetas.
-Modo de hacer el pago los suscriptores de provincias.
Por medio de libranza del Giro mutuo, á nombre del Sr. Administra-
dor, Archivo Histórico Nacional, Paseo de Recoletos, 20.
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ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VII. — Julio de igo3. — Núm. i.
DOÑA OLIVA DE SABUCO
NO FUÉ ESCRITORA
ESTUDIOS PARA LA HISTORIA DE LA CIUDAD DE ALCARÁZ
I
Cuando á fines del año 1900 publiqué la biografía de D.a Oliva de Sa-
buco, decía en la dedicatoria y aclaración necesaria, que se había es-
crito para que prematuramente vie-
se la luz pública, por quitar ra\ón
e motivo de que rebuscadores desa-
plicados puedan presentar como su-
yas noticias que de ocultos lugares
yo e desentrañado.
Lo que entonces fué temor fun-
dado, está á punto de convertirse
en villana realidad, pues ha llegado
á mi noticia que un mal amigo á
quien confié mi descubrimiento,
pretende apropiárselo como suyo,
faltando así á las leyes de la caballe-
rosidad y de la propia estimación.
Este hecho me impulsa á publi-
car antes de tiempo este trabajo, si
bien con ello me queda la satisfac-
ción de complacer á mi querido amigo D. Manuel Serrano y Sanz, por su
1 El original se'canserva en la sala de sesiones del Ayuntamiento de Alcaráz. La autentici
dad de este retrato es muy dudosa. Fué pintado en 1886 por el artista valenciano D. Daniel Par-
do, sin que se sepa el originil que le sirvió de modelo.
3. < ¿POCA.— TOMO IX. 1
D * Oliva de Sabuco *.
REVISTA DE ARCHIVOS
galante y desinteresada invitación para que lo publique en la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos.
II
Entre los elogios y aplausos prodigados á los escritos y personalidad
literaria de D.a Oliva de Sabuco, desde los dispensados en dos sonetos del
bachiller D. Juan de Sotomayor, su contemporáneo, hasta los contenidos
en las obras del sabio académico y maestro D. Marcelino Menéndez y Pc-
layo, se ha deslizado siempre la duda de que la Nueva filosofía no fué obra
suya, pues ya al Sr. Sánchez Ruano se le resistía creer que una mujer tan
joven escribiese sobre Filosofía, y tampoco ha faltado quien aventurase
la idea de que algún enamorado de esta señora desease hacer célebre
su nombre poniéndolo al frente de sus escritos.
En mi «Biografía de D.a Oliva di Sabuco», rebatí estas dudas y suposi-
ciones aventuradas, como inadmisibles por falta de documentos en que
apoyarlas; mas hoy puede afirmarse de una manera terminante que la
duda se aclara, la tradición vulgar triunfa, y al desaparecer para siempre
del campo de la literatura la discutida y elogiada figura de D.a Oliva,
aparece otra nueva que la sustituye; la de su padre el bachiller Miguel Sa-
buco y Alvarez.
Este es el autor de la Nueva filosofía, como voy á demostrar.
III
Dedicado cuatro años ha en rebuscar noticias por los incompletos y
estropeados archivos de esta ciudad para escribir su historia, con verda-
dera y afanosa curiosidad di principio al examen de los protocolos nota-
riales, manantial inagotable de nuestra riqueza histórica, acariciando la
risueña esperanza de encontrar algún documento que me diese á conocer
las aficiones científicas y literarias de D.a Oliva, sus libros predilectos, los
nombres de sus maestros, etc.; y, ¡cuál no sería mi sorpresa al dar con
otros bien distintos de los que pretendía hallar!
El primero fué una escritura de obligación otorgada en 10 de Septiem-
bre de 1587, ante elcscribano Francisco Gonzáhz de Villarreal, por Alon-
so Sabuco y Ana di Espinosa, su mujer, á favor del bachiller Sabuco, su
padre. Este documento dice así:
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«Sepan cuantos esta carta~de obligación bieren como nos Alonso Sabuco e Ana
de Espinosa su mujer, vecinos desta ciudad de Alcaráz, e yo la dicha Ana de Espi-
nosa pido licencia a el dicho Alonso Sabuco mi marido para hacer e otorgar todo
lo que en esta scriptura sera contenido; se la pido, e yo el dicho Alonso Sabuco
otorgo e conozco e doy la dicha licencia a vos Doña Ana de Espinosa mi mujer, e
prometo e me obligo de la haber por buena e no la contradecir en tiempo alguno
ni por alguna manera causa ni razón, e la concedo por scribano publico e para
ello obligo mi persona e bienes por ambos a dos de mancomún e a voz de uno
e cada uno de nos por separado tenidos e obligados, renunciando como para ello
renunciamos las leyes de la mancomunidad, otorgamos e conocemos por esta
carta que nos obligamos de dar e pagar a el bachiller Sabuco padre de mi el dicho
Alonso Sabuco, vecino desta ciudad, o a quien su poder obiere, conviene a saber
ciento e veinte ducados los cuales son de razón quel dicho bachiller Sabuco mi pa-
dre me dio en razón del privilegio y merced que tiene de su magestad para poder im-
primir el libro llamado Nueva Jilosojia, para que pueda yo hacer imprimir el dicho
libro en el reino de Portugal, la qual impresión la tengo de bender dentro del dicho
reino y poderla enbiar a bender a las indias de portugal por tiempo de dos años, e
renunciamos las leyes e prematicas de prueba e paga como en ellas se contienen; los
quales ciento e veinte ducados se los tenemos que pagar en tiempo de seis meses y
cada tercio habernos de pagar treinta ducados en cual el dicho plazo empieza a co-
rrer desde hoy dia de la fecha desta carta, y por la siguridad y paga le ponemos en
su poder del dicho mi padre y en prendas una scriptura de obligación fecha e otor-
gada en nuestro favor porElvira Cobo, viuda de Francisco Despinosa, vecina del Bo-
nillo, nuestra madre, que sera de contia de cien ducados, para que la tenga en su po-
der la cual deuda le hipotecamos por especial hipoteca hasta tanto que haya pagado
he rescibido; e para el cumplimiento de lo susodicho obligamos nuestras personas e
bienes habidos e por haber, e damos poder complido a todas e qualesquier e quales-
quiera justicias e jueces de su magestad para que con todo rigor del derecho nos
compelan e apremien a todos e a cada uno desta carta por sentencia definitiva de
juez competente dada e por nos consentida sobre lo cual renunciamos todas las le-
yes fueros e derechos que sean en nuestro fabor; en testimonio de lo qual otorgamos
esta presente carta en la manera dicha ante el scribano presente y testigos yuso es-
criptos, fecha e otorgada en la ciudad de Alcaraz a diez dias del mes de Septiembre
de mil e quinientos e ochenta e siete años, siendo testigos el dotor Sarmiento, Juan
Domínguez, e Luis Gómez e Francisco Tellez, vecinos desta ciudad; e yo el presen-
te scribano doy fe conozco a los otorgantes=.4 lonso Sabuco=Lu¡s Gome^=Ante
mí Francisco Gon^ale\de Villarreal scribano=derechos un real.=Recibí la scrip-
tura en prendas contenida en esta obligación y lo firme=el bachiller Sabuco.-»
Nada se dice en esta escritura de obligación acerca de quién fué el au-
tor del libro que se había de imprimir y vender en Portugal, mas este
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punto se aclara en la de poder otorgada por el bachiller Sabuco á favor
de su hijo Alonso Sabuco, cuyo curioso documento es del tenor siguiente:
«Sepan cuantos esta carta de poder vieren como yo el bachiller Miguel Sabuco
vecino desta ciudad de Alcaraz, autor del libro intitulado Nueva filosofia, padre que
soy de doña Oliva mi hija, a quien puse por autor solo para darle la honrra y no el
probechó ni interés, otorgo y conozco por esta presente carta que doy e otorgo todo
mi poder complido cuan bastante de derecho se requiere y mas pueda y deba valer
a vos Alonso Sabuco mi hijo vecino desta ciudad de Alcaraz, especialmente para
que por mí y en mi nombre representando mi propia persona podáis ir al reino de
Portugal y hacer imprimir el dicho libro llamado Nueva filosofía por tiempo y es-
pacio de dos años, los cuales corran y se cuenten desde hoy dia de la fecha desta
carta; el cual dicho libro se ha de imprimir en la ciudad de Lisboa y en las partes que
os paresciere del dicho reino de portugal y no en otra parte, y los libros que así se
imprimieren no los podáis vender ni meter en estos reinos de Castilla, sino que se han
de bender en el dicho reino de Portugal y las indias de portugal, lo qual hagáis vos
solo con el impresor que concertaredes estando a ello presente, por el dicho tiempo
de dos años y no mas, sin que para ello podáis poner ningún sostituto; el cual dicho
poder doy tan bastante como yo lo e y tengo de su magestad para la dicha impre-
sión, con que no hagáis ni podáis hacer mas de lo referido en este dicho poder, eL
qual dicho poder os doy con todas sus incidencias e descendencias, anexidades
e conexidades, con franca libre e general administración, con poder de jurar e injui-
ciar y para que si necesario fuere podáis parecer ante las justicias e jueces del dicho
reino e reinos del rey n.° Sr. y de encarcelar qualquiera de las personas que impri-
mieren o vendieren el dicho libro sin vuestra licencia y llevarles la pena en que in-
currieren conforme al dicho privillegio, el cual dicho poder os doy tan bastante
como de derecho se requiere y yo lo tengo, de manera que por falta de poder
no dejéis de hacer lo contenido y necesario para la dicha impresión y querella
o querellas que dierades y para que las podáis seguir en todas instancias y para las
dichas querellas y pleitos podáis sostituir un procurador o dos o mas y no para la
dicha impresión, a los quales y a vos relievo según derechos deveis ser relevados so
la cláusula de judicio sisti fecha y con la obligación de derecho necesario, y otorgo
esta carta de poder bastante según dicho es ante el presente scribano e testigos yuso
scriptos, ques fecho e otorgado en la ciudad de Alcaraz a once dias del mes de sep-
tiembre de mili quinientos e ochenta y siete años, siendo testigos presentes Migue*
González y Pedro López y Juan de Coca, alpargatero, vecinos desta ciudad y lo
firmo el otorgante de su nombre al qual doy fe que conozco. Va testado=el bachi-
ller Sabuco— ante mi Francisco González, de Villarreal scribano=derechos un
re J=otorgose fuera del escritorio y de mi casa».
Si esta escritura de poder no fuese bastante á demostrar que el verda-
dero autor de la Nuera filosofía fué el bachiller Sabuco, lo evidencia de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 5
íiina manera clara y terminante su testamento, documento curioso por más
de un concepto, y que copiado á la letra dice así:
«In dei nomine Amen. Sepan quantos esta carta de test-amento e última volun-
tad vieren como yo el bachiller Miguel Sabuco, vecino desta ciudad de Alcaraz, es-
tando en salud y en my seguro entendimiento e memoria natural la que dios nues-
tro señor fue servido de me dar, temyendome de la muerte ques cosa natural, cre-
yendo como creo el misterio de la santísima trynidad y todos aquellos <jue tiene
•cree e confiesa la santa madre yglesia católica romana y en esta católica creencia
me confieso de haver vivido y protesto de vivir e morir, tomando como tomo por
intercesora y abogada á la bienaventurada señora santa Maria nuestra señora, a la
qual suplico rruegue a su preciosísimo hijo nuestro señor Jesuchristo perdone mi
anima y la lleve a su santa gloria a gozar con sus santos qüando El sea servido,^
hagoe ordeno este mi testamento e ultimavoluntad en la forma e manera siguiente:*
^Primeramente mando my anima adiós nuestro señor que la crio a su ymagen
e semejanza y' el cuerpo a la tierra de cuyo elemento fue formado.
»Iten mando que quando la boluntad de dios nuestro señor fuere de me llevar
• desta presente vida, my cuerpo sea sepultado en la yglesia de la santísima trinidad
donde soy parroquiano, en la sepoltura donde esta enterrada my mujer primera
Francisca de Cozar, o en defecto en la sepoltura de mis padres Myguel Sabuco y
Catalina Albarez que sean en gloria, y ese dia para mi entierro se conbiden las cofra-
días de la santa bera cruz y de nuestra S.a de Cortes de que soy cofrade, y se con-
bide el cabildo de Curas e beneficiados y estravagantes desta dicha ciudad y seis re-
ligiosos del glorioso san Francisco y si fuere ora todos del oren por my anima, y
. sino otros dos sacerdotes, y se les de sus belas y limosna ordinaria.
»Iten mando se digan por my anyma e por mis difuntos, como de suso va decla-
rado, ciento e cincuenta mysas, entrando en ellas las dichas en my entierro por su
horden: las ciento por my anyma en la dicha yglesia, parte del oficio de rrequien y
del dulcísimo nombre de Jesús, y de las animas por tercias partes, y las cincuenta
restantes se digan en los tres conventos de santo Domingo, sant Francisco e sant
Agustín desta ciudad. Las veinte por las anymas de mis padres y suegros que sean
en gloria, y las diez por Francisca de Cozar my primera mujer que sea en gloria, y
las diez por las anymas a quien yo e tenydo e tengo alguna obligación, y las diez
. restantes para las dichas cinquenta por las anymas de purgatorio y de mis hijos a
quien yo tengo por su horden de caridad mas obligación, las quales, libres de las
• penas supliquen a el Señor aya misericordia de la mya y la lleve con sus santos a
su santa gloria; y por todas se pague de mis bienes la limosna ordinaria.
»lten mando que de las primeras bulas que vinyeren de difuntos se tomen por
my anyma y de la dicha my primera mujer dos bulas de difuntos.
*- »lten mando se de a las mandas forzoaas e obras pias un real de mis bienes para
todas.
6 REVISTA DE ARCHIVOS
»Iten declaro que yo soy casado en faz de la santa madre iglesia de primero ma-
trimonio con la dicha Francisca de Cozar my mujer, la qual truxo a el matrimonio
con my persona la dote estimada de maravedís que se contiene en la carta de dote
quella sacóse e truxo i entregó en mis bienes, a la qual me remito, y durante el di-
cho matrimonyo obimos e procreamos por nuestros hijos legítimos a Alonso Sa-
buco y Miguel Sabuco y Luisa de Oliva, demás de otros que son difuntos.
»Iten declaro que a el tiempo y quando case a el dicho Alonso Sabuco my hijo
y después acá le tengo dado sesenta ducados para en quenta de lo que le pertene-
ciere;'mando lo reciba en cuenta.
»Iten declaro que quando case a Luisa de Oliva con Acacio de Buedo, vecino
desta ciudad, le hice cierta manda la qual conforme a derecho no hera balida por
ser excesiva y esceder de lo que yo podia y ser en perjuicio de los demás mys hijos,.
y se tuvo pleito y nos concertamos por bien de paz, c hizo carta de dote el dicho
Acacio de Buedo en cinquenta e dos mili quinyientos maravedís que recibió de my
en dos viñas y ajuar y ropas y reales; mando los reciva en quenta.
»Iten declaro que el dicho Myguel Sabuco my hijo, questa ausente, no a rrecibi-
do en parte de su legitima cosa alguna; man jo se yguale con los demás ante to-
das cosas para su legitima.
*Iten, declaro que yo fui casado segunda vez con Ana García, hija de Juan Na-
varro, nacida en Bianos, y la doté en cinquenta ducados a el tiempo del casamyen-
to; mando se le paguen de mis bienes y declaro no haber traído a my poder bienes
algunos la dicha Ana García; y los dichos cinquenta ducados en que la doté se le
den e paguen en la casa que al presente vivimos, que llaman de Sant Pedro mártir,
apreciado por pergeñas que de ello sepan.
»Iten, declaro que durante el matrimonio entre la dicha Ana García e yo obi-
mos e procreamos por nuestro hijo legitimo a Myguel, que de presente es de edad
de quatro años, poco mas, al qual por ser de tan poca edad y no tener con quien
poderse criar conforme a la necesidad dellos, por ser pobre la dicha madre, quiero
y es my boluntad que de lo mejor parado de mis bienes aya y herede e lleve fuera
de la partición y careo della el terzio e quinto de todos mys bienes, derechos y
acciones presentes que al presente tengo e poseo y que en adelante tuviere e me
pertenecieren, lo qual haya y lleve, y le mando en aquella bia de derecho mas haya
lugar por bia del dicho terzio y quinto de los dichos mis bienes.
»Iten, declaro que a el tiempo que casé con la primera mujer, ques la dicha
Francisca de Cozar, truxe de la legitima de mis padres con poder unas casas en la
calle de Mingue Rruiz, e un tinte en el piélago, que vendí a herederos de Alonso de
Alguacil, e todo lo que demás truxe, en que precio e quantia de maravedís constara
por la scriptura de la partición de los bienes de mis padres.
»Iten, declaro que de dos obligaciones que tengo hechas a Alonso Sabuco, mi
hijo, de hasta quarenta ducados, poco mas, que me dio en prestado, no le debo
cosa alguna y están pasadas enteramente.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS J
»Iten, declaro que sobre las casas en que vivo, que dicen de Sant Pedro mártir,
tengo de censo principal de la yglesia de Trinydad veinte y- ocho ducados.
»Iten tengo sobre la casa de la calle de mingue rruiz un censo principal siete
mili maravedís a el cabildo de curas e beneficiados desta ciudad; mando se pague
todo de mis bienes.
»Iten, aclaro que mis hijos Acacio de Buedo e Alonso Sabuco me otorgaron
obligaciones de pagarme a my o a mys herederos ochenta ducados cada un año, y
diez ducados en libros, por tiempo de seis años que corren desde primero dia deste
presente mes de febrero deste año de mili e quinientos e ochenta e ocho años; de-
claro se cobre lo que me perteneciere a su tiempo y que no tengo noticia adeude ny
que se me deba otra cosa alguna. Mas ms.ndo que toda deuda que se hallare, por si
la debo o que me deban, se pague de mis vienes o se cobre lo que en ella se viere.
»Y para cumplir y pagar este my testamento, mandas y legatos en el contenidas
nombro por mys albaceas y testamentarios a el Licdo. Hieronimo Ruiz, juez visi-
tador e vicario general desta dicha ciudad, y a Juan de Cozar, clérigo, e a Pedro de
Llerena, vecinos della, a los quales e a cada uno de común yn solidum doy
poder e facultad para que entren en mis bienes y los vendan y rematen en pu-
blica almoneda o fuera della y cumplan este mi testamento y lo en el con-
tenido.
»Y cumplido e pagado todo lo que yo mando en este my testamento, en el ve-
manyente, derechos y acciones que quedare de mis bienes, dexo e nombro e estituyo
por mys legítimos e unyversales herederos de todos ellos a el dicho Alonso Sabuco
y Luisa de Oliva muger de Acacio de Buedo, y Miguel Sabuco, mis hijos e hijos de
la dicha Francisca de Cozar my primera mujer, y a el dicho Miguel Sabuco my hijo
y de la dicha Ana García mi segunda muger, no ostante la manda graciosa de terzio
e remanyente del quinto que arriba le tengo hecha, los quales los hayan y hereden
por yguales partes sacado el dicho tercio y quinto primero e ante todas las cosas,
porque ansy es my voluntad.
»Reboco, caso e anulo todo otro qualesquier testamento e testamentos, mandas
e codecilos que antes deste haya fecho, ansy por scripto como de palabra ó €n otra
qualquiera manera e quiero que ninguno balga salvo este que de presente ago, ques
lo que balga por mi testamento e por codicilo o en aquella bia e forma que de de-
recho mejor aya lugar. En testimonio de lo qual otorgue la presente carta de testa-
mento en la manera que dicho es, ante scribano que fue presente y de los testigos
ci;hos e scriptos. Y declaro y es my voluntad que la manda que de susso tengo
fecha a Myguel, my hijo de la segunda muger, del terzio e quinto de todos mis bie-
nes presentes e futuros, la haya e la lleve a modo questa dicho para el e sus hijos
si los obiere, e sy muriere sin se casar e tener hijos quiero y es my voluntad que la
dicha cantidad de el dicho terzio e quinto buelba a los dichos mys hijos de la pri-
mera muger por sus partes iguales.
o REVISTA DE ARCHIVOS
»Iten, aclaro que yo compuse un libro yntitulado Nueva filosofia o norma y
otro libro que se ymprimieron, en los quales todos puse e pongo por autora a la di-
cha Luisa de Oliva my hija, solo por darle el nombre e la onrra, y reservo el fruto
y probecho que resultare de los dichos libros para my, y mando á la dicha mi hija
Luisa de Oliva no se entremeta en el dicho privilegio, so pena de mi maldición,
atento lo dicho, demás que tengo fecha ynformacion de como yo soy el autor y no
ella. La qual ynformacion esta en una scriptura que paso ante Villarreal scribano-
»Hecho en la ciudad de Alcázar a veinte dias del mes de Febrero de mili e qui-
nientos e ochenta e ocho años, a lo qual fueron testigos presentes Joan de Coca y
.el lic.do Joan Velazquez, y el lie. do Sebastian de Molina, todos ^clérigos vecinos
desta dicha ciudad de Alcaraz, y el otorgante á quien yo el presente scribano doy
fe que conozco lo firmó de su mano=va enmendado=pre=quaren=testado=El
padre=clerigo=entierren o con el=todo lo=Em.d°=El licenciado bala portal=
Bachiller Sabuco==a.nle my Alonso Romero scribano=derechos dos reales.»
: Ningún otro documento se ha hallado referente á esta materia, ni aun
la información que el bachiller Sabuco cita en sü testamento, la que ha
debido desaparecer con la parte del protocolo que deja incompleto el del
referido escribano Francisco González de Villarreal.
Mas ya que no podamos disponer de tan precioso é interesante docu-
mento, con el que se aclararía de una manera terminante el notable caso
de nuestra historia literaria que me ocupa, séame al menos permitido hacer
.sobre él algunas reflexiones fundadas en las escrituras que dejo copiadas
á la letra.
IV
La literatura española cuenta con obras de muy crecido mérito en las
que sus autores tuvieron el mal gusto de ocultar su nombre, unas veces, 6
poner otro distinto del verdader ) dando así ocupación á críticos y litera-
tos posteriores al tiempo en que se escribieron, para venir, al cabo de no
pocos años, á señalar el de sus compositores, por más que no siempre han
acertado en sus juicios.
Tal sucede con La Celestina, que unos atribuyen á Fernando de Ro-
jas, otros á Juan de Mena ó Rodrigo de Cota (estos dos últimos en parte
tan sólo), si bien la generalidad de los críticos se inclinan á creer que al
primero corresponde la paternidad de la célebre tragi-comedia. Otro tanto
sucede con El Quijote del fingido Alonso Fernández de Avellaneda, pues
mientras unos creen que bajo tal seudónimo ocultó su verdadero nombre
BIBLIOTECAS Y MUSEOS g
• el confesor de Felipe II fray Luis de Aliaga, otros admiten como más pro-
bable la opinión de haberlo escrito el padre dominico, fray Juan Blanco de
la Paz, sin que hasta la fecha pueda decirse con toda precisión quiénes fue-
ron los verdaderos autores de las dos obras referidas.
Mas un hecho tan anómalo como el que es objeto de este trabajo, ni se
.comprende ni registra tan fácilmente en los anales de nuestra literatura, y
.por eso conviene esclarecerlo en vista de los documentos recientemente
encontrados.
Lo primero que se me ocurre preguntar es si dichos documentos tie-
nen bastante autoridad y fuerza para hacer creer que el autor de la Nueva
■ filosofía y otro libro es el bachiller Sabuco y no su hija doña Oliva, como
se ha creído hasta hoy. A mi juicio, hay que contestar de una manera afir-
! mativa.
De ser falsa la afirmación que hace el primero en la escritura de poder
llamándose autor de un libro intitulado la Nueva filosofía, supondría la
existencia de un pleito, en vez de una información practicada ante el co-
rregidor de esta ciudad, que á la sazón lo era D, Fernando de Torres,
pleito que indudablemente se hubiese mencionado en su testamento, como
se citó el sostenido con Acacio de Buedo por razón de la dote de doña
Oliva.
Aparte de la autoridad que concede á la escritura de poder su condi-
ción de documento público otorgado ante un escribano del número. de esta
ciudad, lo robustece más la escritura de obligación hecha por Alonso Sa-
buco á su padre, hipotecándole una obligación hecha á favor del primero
y de su mujer Ana de Espinosa, y que indudablemente no habría reali-
zado al saber que su padre no era el autor del libro que debía imprimir
¡ en Portugal.
Mas lo que, á mi juicio, completa la eficacia del poder es la cláusula
final del testamento en la que el bachiller Sabuco vuelve á declararse au-
tor de las obras que llevan el nombre de doña Oliva, prohibiendo á ésta
entrometerse en el dicho previlegio, so pena de su maldición.
Si por. un momento consideramos la angustiosa situación en que se
halla quien, en su sano juicio, cree encontrarse en los umbrales de la
eternidad, vislumbrando los goces ó tormentos que nos esperan en. una
vida desconocida, pero revelada y prometida por nuestro Redentor, en
aquel momento, repito, ni se miente ni se lanza sin justo motivo sobre un
hijo el terrible anatema de una maldición que amedrenta el ánimo más
10 REVISTA DE ARCHIVOS
sereno. Algunos temores debieron asaltar al bachiller Sabuco para mal-
decir á su hija en el caso de que pretendiese desvirtuar su declaración. Yo
los creo muy sencillos.
El primero lo hallo en las condiciones sociales de la época en que se
escribió la Nueva filosofía, período el más brillante y esplendoroso del
desarrollo de las letras, ciencias é industrias artísticas en España. Ni el
haber dado el nombre de doña Oliva á sus escritos el bachiller Sabuco,
ni aun el amor de padre, pudo sustraer á éste del influjo de su tiempo, en
que cada cual recababa para sí la gloria de su trabajo é inventos; porque
hay que decirlo muy alto en honor de los escritores españoles del siglo xvi:
cada obra escrita en aquel tiempo era un paso de gigante dado en los an-
tros tenebrosos de la ciencia, asequible á muy pocos, pues cada idea nueva
suponía el descubrimiento ds un principio fundamental en que se apoya la
ciencia moderna. Así lo demuestran la Nueva filosofía y Vera medicina, en
cuyas obras se encuentran invenciones tan atrevidas como la existencia del
fluido nervioso y la circulación menor de la sangre, teorías entonces re-
chazadas por absurdas, pero que más tarde han venido á ser confirmadas
por la ciencia y considerada la primera como la base angular de la antro-
pología moderna.
El segundo motivo de la conducta del bachiller Sabuco lo encuentro
en las relaciones familiares con su hija y yerno. Con motivo del pleito sos-
tenido por la dote de doña Oliva, debieron distanciarse bastante el padre
y los hijos, y aun tal vez más al contraer aquél segundas nupcias con Ana
García, de la que tuvo un hijo, al que mejoró en su testamento cuanto
pudo, dentro del derecho castellano. No sería, pues, de extrañar que el
padre temiese que su hija intentase desvirtuar después de su muerte lo que
había respetado durante su vida. Esta idea me lleva á presumir que ni
doña Oliva ni su marido D. Acacio debieron hacer oposición á la infor-
mación practicada por su padre para acreditar que él y no otro fué el au-
tor de la Nueva filosofía.
Aún existen más datos de gran fuerza para asentir con la nueva oni-
nión en favor del bachiller Sabuco, siendo el primero la afición de éste al
estudio. Sólo así se explica que por las obligaciones hechas á su favor por
Alonso Sabuco y Acacio de Bueio hubiesen de darle cada año diez duca-
dos en libros, los cuales sospecho se traerían de Madrid ó Toledo, ó bien
de casa de Juan Díaz, librero de Granada, ó de la de Miguel de Morales,
librero de Villanueva de los Infantes.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I I
Es el segundo la calidad de los testigos que intervinieron en el otorga-
miento de los documentos que van citados, y los de los albaceas nombrados
en su testamento. En la escritura de obligación figura como testigo el
doctor Sarmiento, abogado de los Reales Consejos de S. M.; y en su tes-
tamento, los licenciados Juan Velázquez, Sebastián de Molina y Juan de
Coca, todos clérigos y muy respetados en la ciudad, sobre todo el último,
que fundó en ella el colegio de la Compañía de Jesús bajo las mismas cláu-
sulas y condiciones establecidas por el beato P. Juan de Avila en los dife-
rentes colegios que creó en las provincias de Andalucía. No son menos
respetables los nombres de sus albaceas testamentarios, pues nombró por
tales al licenciado Jerónimo Ruiz, Vicario y visitador eclesiástico de esta
ciudad, Juan de Cozar, clérigo, y Pedro de Llerena, regidor.
La posición social de todos ellos, el carácter que imprime en algunos
el cargo público que desempeñan, los títulos académicos que ostentan y la
amistad íntima que debe suponerse existiera entre ellos y el bachiller Sa-
buco, son circunstancias que hacen suponer conocían el secreto que hoy
se pretende aclarar, y que el padre de doña Oliva no falseó la verdad de-
clarándose autor de la Nueva filosofía.
Mas aún queda otro personaje que por derecho propio debe figurar en
este trabajo: el doctor Alonso de Heredia, padrino de doña Oliva y médico
de Alcaráz. Creo no equivocarme al suponer que, en el caso de no ser
cierta la confesión del bachiller Sabuco, la hubiese impugnado el doctor
Heredia, y el no haberlo hecho es una prueba más de la veracidad de
aquél, dejando aparte la sospecha que me asalta de que, si bien el bachi-
ller Sabuco pudo escribir la Nueva filosofía, no así la Vera medicina, que
casi me atrevería á asegurar sea obra del doctor Heredia, y que ambos,
llevados de un excesivo amor hacia su hija y ahijada, decidiesen, de co-
mún acuerdo, darle el nombre de doña Oliva. Porque resulta, á mi enten-
der, un hecho muy significativo que el bachiller Sabuco exprese en su tes-
tamento el título de su tratado de filosofía y nada diga del otro libro, que
creo no pueda ser más que el de la Vera medicina, puesto que ambos son
las únicas obras que se reconocen como originales de su hija.
No puedo aventurarme á entrar en otra clase de consideraciones acer-
ca de la sospecha que acabo de iniciar, por no tener concluido el examen
de los protocolos de escribanos de esta ciudad y carecer, por tanto, de da-
tos precisos y evidentes para ello. Mas si la fortuna me fuese próspera ea
la investigación, lo haré en la «Historia de la ciudad de Alcaráz», bien sea
12 REVISTA DE ARCHIVOS
en el capítulo que dedique á la cultura intelectual de esta ciudad, ó en el
estudio que haga de las figuras del bachiller Sabuco y su hija doñJ Oliva.
V
Quizás no falte quien al pretender rebatir la idea de que el bachiller
Sabuco fué el autor de la Nueva filosofía haga la objeción de que el privi-
Jegio concedido por Felipe 11 en San Lorenzo del Escorial á 23 de Julio de
-i 586, está dado á nombre de doña Oliva y no al de su padre. Esta contra-
dicción tiene, á mi modo de ver, una explicación muy sencilla.
En la relación que se hizo al rey pidiendo el privilegio para la impre-
sión y venta de la Nueva filosofía y Vera medicina, hubo por necesidad
que manifestar el nombre del autor (supuesto ó verdadero, como ocurre en
este caso), ó referir en ella cuanto dice Miguel Sabuco en su testamento y
escritura de poder; es decir, que él es el autor de dicho libro, aunque le
pone el nombre de su hija tan sólo para darle honra y gloria. Y como no
sospecho que el uso de la época autorizase estas suplantaciones de nombres
délos autores de libros, de aquí deduzco que dicho privilegio se expidiese
á favor de doña Oliva, y su padre lo utilizase para imprimir y vender sus
obras, cosa sumamente fácil si se tiene en cuenta que en el poder otoñado
- por el bachiller Sabuco á su hijo Alonso para hacer la impresión en Por-
tugal, cita á su hija doña Oliva sin expresar su estado civil, y como de la
fecha de dicho poder y la del nacimiento de ésta resulta no haber entrado
aún en la mayor edad, de aquí, se deduce que el bachiller Sabuco pudo uti-
lizar dicho privilegio como representante legal de su hija doña Oliva.
Tampoco se me podrá argüir que muy bien pudo expedirse nuevo pri-
vileg.o á favor del padre; mas tal objeción no deberá ser admitida por la
razón de que el privilegio fué expedido en 1 586 y al año siguiente se otorgó
el poder y se hizo en Madrid la primera edición de aquella obra tantas
veces reimpresa, y de cuya edición se conserva un ejemplar en la Biblio-
teca Nacional de. Madrid, del que debió copiar dicho privilegio, el señor
D. Octavio Cuartero, que inserta en la edición de ,888, y de ella debió
trasladar todos los párrafos tachados por el Santo Oficio, que asimismo
publicó el Sr. Sánchez Ruano.
VI
■ Perdóname, ilustre alcaraceña, si .al examinar los archivos de esta ciu-
dad, en los que me prometía encontrar, interesantes documentos que hu-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 3
biesen contribuido á enaltecer más y más tus gloriosos méritos, haya dado
con el engaño fraguado por tu mismo padre y por él descubierto y confe-
sado en su testamento, bajo el peso tremendo de una maldición, tal vez
inmerecida.
Hubo un tiempo en que creí que, si tus mortales restos reposaban en la
modesta y hoy arruinada parroquia de San Pedro, de esta ciudad, el uni-
verso entero era demasiado pequeño para contener la gloria que supiste
alcanzar con tus escritos. Mas confieso con el mayor sentimiento que me
he equivocado, puesto que el sepulcro de tu gloria es mucho más reducido
que el de tu cuerpo.
Este continuará su eterno sueño en la parroquia de San Pedro; el de
aquélla se halla entre las empolvadas y amarillentas hojas de los protoco-
los de Alonso Romero y Francisco González de Villarreal.
José Marco Hidalgo,
Registrador de la propiedad.
Alcaráz 2 de Junio de 1903.
LAS ARMAS DE LOS GIRONES
ESTUDIOS DE ANTIGUA HERÁLDICA ESPAÑOLA
Desde que el arte del blasón se constituyó verdaderamente; esto es,
desde que fué sometido á reglas y los reyes de armas trataron de razonar
todas las figuras y piezas de los escudos, empezaron las familias aristocrá-
ticas á preocuparse del origen de las que constituían su distintivo herál-
dico propio.
Los genealogistas, para adular á los poseedores de un escudo sembrado
de figuras enigmáticas, supusieron, en muchos casos, haberles sido conce-
didos tales emblemas por la ejecución de actos ó proezas que ellos mismos
inventaban, sin detenerse ante lo imposible ó absurdo de aquellos hechos.
Ni la historia nacional, ni la romana, ni la griega, ni aun el campo de lo
maravilloso y fantástico quedaron libres de esta invasión en busca de un
nombre ó de un suceso célebres para hacerlos tronco y raíz de la nobleza
de una familia que muchas veces no necesitaba de tal socorro para ser
verdaderamente ilustre y señalada entre las de su tiempo.
En España la guerra continua con los moros dio aún mayor pábulo á
semejantes invenciones; y entre verdaderos y falsos, ridículos ó serios,
casi todos los blasones de nuestras antiguas familias aparecen explicados é
H
REVISTA DE ARCHIVOS
historiados con una puntualidad y esmero dignos de mejor y más verídico
asunto.
Limitándonos, por hoy, á uno de los más famosos, por la familia que
durante muchos siglos lo ostentó en su escudo, porque inspiró hasta cua-
dros de artistas eminentes y por estar íntimamente relacionado con gran-
des hechos históricos, trataremos de investigar cuál sea el fundamento
y cuáles las transformaciones que haya experimentado.
El escudo de armas de la dilatada familia que llevó el apellido Téllez
Girón, tiene, como figuras principales, aparte de otras procedentes de
concesiones regias ó de enlaces matrimoniales, tres girones *, ó sean trián-
gulos isósceles de color rojo (de gules) en campo de oro, y por cimera un
caballo saliendo de la parte superior del timbre.
Pero estos girones no los colocaron aislados, sino como formando una
de tantas divisiones del campo del escudo que, en heráldica se llama enan-
chado. (Fig. 2.)
Pues bien; corre entre los genealogistas y en los libros de blasón el
siguiente origen de estas armas. Un individuo de la famillia, llamado
D. Rodrigo González de Cisneros, alcanzó la fortuna de salvar á fines del
siglo xi la vida del rey Alfonso VI en una batalla des-
graciada contra los moros, dándole su caballo para
huir en tanto quedaba él cautivo de los enemigos.
Pero con el objeto de que el rey no olvidase el servi-
cio, tuvo la precaución de cortarle, antes de separar-
se, tres girones ó pedazos de la sobrevista ó cota de
armas del monarca. Libre ya el caballero de su pri-
sión, se presentó al. rey con los fragmentos de su traje;
y aunque se le mandó que señalase el premio, no quiso ^
D. Rodrigo otra cosa que el permiso de traer en adelante por armas de su
escudo los consabidos girones y por cimera el caballo, todo lo cual había de
recordar á las generaciones venideras aquel acto de fidelidad monárquica.
i Esta figura artificial nada tiene que ver con la partición ordi-
naria y general de los escudos, llamada gironado, y que se forma por
el empleo simultáneo de las cuatro primitivas divisiones del campo:
partido, cortado, tajado y tronchado (Fig. i.). Cada uno de los ocho
triángulos que resultan es también un girón. Su número puede ser
mayor que ocho, según el de diagonales que se empleen.
Por inadvertencia, en las figuras 2 y 3 se indicó el eoler gules con
rayas horizontales, debiendo ser lineas verticales, como se hace de
ordinario.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l5
¿Qué autenticidad puede tener este suceso?
Absolutamente ninguna. Ni los historiadores antiguos lo refieren, ni se
halló en los viejos documentos de la Casa mención alguna de él, n¡ lo re-
cuerda ninguna tradición popular.
Hay, además, otra y muy poderosa razón para negarlo desde luego, y
es que en tiempo de Alfonso VI no se conocía aún el uso de pintar armas
familiares en los escudos, ni se conoció hasta un siglo más tarde entre
nosotros. Y como la esencia del cuento está en que fuese ya corriente la
costumbre de usar blasonas, claro es que faltando esta base, cae por tierra
todo el edificio sobre que descansa.
Tampoco puede suponerse que el hecho ocurriese en tiempo de los su-
cesores de Alfonso VI; porque en el del más inmediato, su nieto Alfon-
so VII, hallamos ya la familia de los Girones constituida y el apellido en
pleno uso, aunque no todavía el de los escudos de armas.
Sin embargo, esta leyenda heráldica tiene un origen muy antiguo, lo
cual nos empeña en investigar su verdadero principio.
Refiérenla en el siglo xv varios escritores, empezando por el famoso
Gracia Dei, rey de armas de los Reyes Católicos, en aquel nobiliario poé-
tico tan citado por nuestros genealogistas cuando dice:
Fama en Cisneros pusistes
de lea.1 generación,
pues vuestro rey sceorristcs
cuando el caballo le distes
y ganastes e! girón.
Y el caballero Hernán Mejía, Veinticuatro de Jaén, que por los años
de 1477 compilaba su Nobiliario vero, aunque sólo en 1492 salía definiti-
vamente á luz ', al hablar de los casos en que se pueden cambiar las armas
y apellidos propios por otros que recuerden altos hechos, se expresa de
este modo:
«Así como acaesció al caballero que primero se llamó de Girón, el cual
se llamaba D. Rodrigo García (González) de Cisneros. Dexó sus propias
armas y apellido del solar conoscido por se llamar del notorio ques Girón.
Así ques de saber lo que al dicho caballero le avino, de cuya causa tomó el
dicho linaje, en una batalla la cual el rey D. Alonso ovo con los moros. Al
rey mataron el caballo y aquel caballero de quien fablamos, dióle su caba-
llo. E al tiempo que el rey se partió del arrapóle ó arrebatóle tres girones
1 Libro intitulado nobiliario vero perfeta \ mente copylado z ordenado por el on \ rrado
cauallero Ferantd Mexia veyn \ tequatro di Jahsn zc. (Al fin:) Sevilla, 1492. Folio. 102 hojas sin
foliar. Sis. a-m.
l6 REVISTA DE ARCHIVOS
de la sobrevista y después por honor de la memoria glorioso (sic) del dicho
acto troxo tres girones por armas y el rey dióle un castillo y un león que
honrasen los tres girones, los quales traen por armas los de aquel li-
naje.» '
Más expresivo todavía se nos muestra otro genealogista del mismo
tiempo, como es D. Pedro López de Ayala, descendiente del famoso can-
ciller del rey D. Pedro, ó el autor del Nobiliario que lleva su nombre, y
del cual se conserva un precioso y antiguo, aunque incompleto, manus-
crito en la Biblioteca Nacional 2. El pasaje, además de inédito, es sobrado
curioso para no reproducirlo aquí:
aLa corónica del rey D. Alonso que ganó á Toledo dice que había un
conde que se decía D. Rodrigo que pobló á Valladolid; é dicen que de
aquel vienen los Girones, lo cual se dice de esta manera. Seyendo man-
cebo este conde acaeció con el rey una batalla de moros; y como los con-
trarios fuesen muchos más que los cristianos, el rey casi sobra dellos fué
muerto su caballo y él puesto á pie, donde acurriendo por allí este caba-
llero hizo tanto por su persona que arredró los contrarios de él y decendió
de su caballo é puso al rey en él. E al tiempo del cabalgar con su espada
cortó de las sobreseñales é cota de armas del rey un gran girón el cual
huntó con sangre pagana de que su espada estaba muy tinta, el qual girón
puso en su seno, é por el mismo caso fué en poder de los moros cautivo y
el rey vencedor ó á lo menos no vencido.
»Salido el rey de la priesa é batalla, veniendo al real, preguntó por
aquel que lo avía delivrado á el qual con la priesa no conoció, é como no
pareciese, un privado del rey dixo que él avía sido el delibrador de su real
persona. Y el rey le dio el premio y galardón del ajeno mérito.
«Delibrado á tiempo el caballero de la su prisión vino al rey á le pedir
merced por el tan señalado servicio, donde le fué respondido ser al con-
trario. En fin, delante de la gran corte demostró el girón que le avía cor-
tado de las sobreseñales, las quales traydas allí pareció ser verdad y el rey
le requirió que le demandase merced, cualquiera que quisiese, que aquella
le sería otorgada; el qual no las quiso salvo que le diesen por armas aquel
girón, é fuéronle dados tres girones colorados en campo amarillo, é dióle
el rey tierra é vasallos y le hizo conde y los que de él decendieron toma-
i V. Lib. II, cap. XVI.
2 López de Ayala. Libro de los linajes. Ms. 11.604, en folio, letra de fines del siglo_xv ó prin^
cipios del siguiente, con escudos ilumin idos. La anécdota del texto se halla al folio 84.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
17
ron por apellido Girón y fueron grandes hombres según parece por la
historia de Castilla.»
Como se ve, la leyenda estaba ya formada en el siglo xv, época del
gran florecimiento de la familia de los Girones; sobre todo por el favor
que Enrique IV dispensó á los dos hermanos D. Juan Pacheco y D. Pedro
Girón, maestres de Santiago y de Calatrava. Los modernos que, sin ex-
cepción, aceptaron la narración heroica, se dieron á averiguar qué batalla
pudo ser la que dio margen al suceso, y afirman que fué la de la Sagra de
Toledo, una de las últimas en que personalmente tomó parte el rey D. Al-
fonso,)^ ensuancianidad, pero en la que no corrió el peligro que se supone.
Dejando ya este punto, y retrocediendo en la indagación del principio
de las armas propias de los Girones, debemos, ante todo, partir de un
hecho ya someramente indicado; esto es, de la identidad de origen de esta
familia con la antigua castellana de los Cisneros; hecho establecido por la
Crónica general, los principales historiadores como Garibay, Sandoval,
Morales y Mariana, y que resulta de multitud de circunstancias y docu-
mentos fidedignos, como privilegios, donaciones y otros.
El historiador particular de la familia, Dr. Jerónimo Gudiel, que uti-
lizó, además de los papeles de la casa, casi todos los otros documentos y
datos que hoy poseemos, nos demuestra de un modo
que no deja lugar á dudas que durante todo el siglo xm
y parte del xiv las armas de los Girones fueron las mis-
mas que las que usaban los Cisneros; esto es, quince ja-
queles ó escaques de gules en campo de oro (fig. 3). Los
documentos en que consta son los siguientes:
Una escritura de donación otorgada en Palencia en
1209 por Gonzalo Ruiz Girón y su mujer doña Sancha 3
Rodríguez para fundar un hospital de peregrinos de Santiago. Tenía «pen-
diente un sello grande de cera en cuerdas de pergamino, y la una parte
del ocupa un caballero armado sobre un caballo encubertado de esca-
ques y la otra un escudo con otros quince escaques, divisa y armas de los
Cisneros» '.
Otra escritura de donación al mismo hospital, otorgada por el dicho
D. Gonzalo: tenía pendiente el sello de los escaques en la misma forma.
Es de 14 de Mayo de i23o 2.
1 Gudiel. Compendio de los Girones. Alcalá, 1Í77. Fol. V. fol. 21.
2 ídem, fol. 30.
época. — TOMO XI.
I 8 REVISTA DE ARCHIVOS
En el sepulcro de D. Rodrigo González Girón, Mayordomo mayor de
San Fernando, é hijo del Girón anterior, sepulcro que cuando Gudiel es-
cribía estaba íntegro en el convento de Benavides, cerca de Carrión, se
hallaban los mismos escaques ó jaqueles de gules y oro. D. Rodrigo murió
en Febrero de 1256 '..
Otra escritura de concordia otorgada por D. Rodrigo González Girón
ó de San Román con su mujer doña Elvira, en el convento de Benavides,
en i.° de Septiembre de 1282 tenía pendiente un sello con el escudo de los
quince jaqueles 2.
El obispo de Sigüenza, D. Simón Girón, hijo de esta misma casa y que
vivía en 1340, tiene en su sepulcro de aquella catedral el escudo con el
ajedrezado de familia que también se ve en otros lugares de la iglesia 3.
A partir de esta época comienza un período oscuro y borrascoso para
los Girones. Recayó la sucesión en un segundo llamado D. Alfonso que,
por corresponderá, antes de heredar el mayorazgo, los estados de su madre
doña María Téllez de Meneses, antepuso, según costumbre, su apellido al
paterno, designándose Alfonso Téllez Girón, siendo el primero que lo
llevó en la íamilia. Este caballero fué la más ilustre víctima de la cruel
matanza de Toro, hecha por el rey D. Pedro en 6 de Enero de 1 356 entre
los partidarios de su legítima esposa doña Blanca, con quien querían que
viviese.
Allí murió también otro hermano de D. Alfonso, y como no dejase
sucesión directa, un sobrino suyo, de igual nombre, quizá por salvar los
restos de la casa, siguió, aunque agraviado, al lado del rey en las desave-
nencias y guerras con el bastardo de Trastamara. Pero esta fidelidad le
vino á perjudicar, como á su tío la falta de ella, porque habiéndose man-
tenido rebelde al vencedor, aun después de muerto D. Pedro, vióse forzado
á expatriarse, residiendo en Portugal todo el reinado de D. Enrique II y
parte del de su hijo D. Juan I, hasta que perdonado, pudo venir á morir á
su patria hacia 1 383, ó poco después. Fué el último varón de su familia.
Su hija única, doña Teresa Téllez Girón, habíase casado en Portugal con
1 Gudiel. Compendio cielos Girones. Alcalá, 1577. Fol. V. fol. 44.
2 ídem, fol. 56. El Sr. D. Francisco F. de Béthencourt, ei su grande y excelente Historia ge-
nealógica de España, t. II, pág. 509, dice, por errata ó mala lectura, que esta escritura lleva en
el sello de D. Rodrigo «las armas de Girón, con la bordura ajedrezada de oro y gules, que es
Cisneros.» Lo que Gudiel afirma es que no lleva las armas de Girón y sí sólo las de Cisneros. De
igual modo se expresa D. Luis de Salazar y Castro (Casa de Lara, III, 493), que también logró
ver la escritura. Estos ligeros descuidos, inevitables en obras de carácter general, en nada
amenguan el valor de obra de tantos alientos como la que está realizando el Sr. Béthencourt.
3 Gudiel: página última del texto y sin foliar.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
!9
D. .Martín Vázquez de Acuña, rico hombre portugués, más tarde natura-
lizado en España, donde fué primer conde de Valencia de Don Juan.
De Portugal trajo probablemente el citado D. Alonso Téllez Girón las
nuevas armas de su casa, que ya por virtud de tantas desgracias políticas
se había totalmente desmembrado de la antigua de los Cisneros, que á la
•par figuran en Castilla. Por lo menos consta que él las usaba; y como
pocos años antes aún empleaban sus parientes inmediatos las jaqueladas
de rojo y oro, no será aventurado suponer que dicho D. Alonso las modi-
ficó en consonancia con su apellido. Tal era la corriente heráldica de la
época; á convertir en armas parlantes las de cada familia. Así empezaron
á usarse por entonces las cuñas de los Acuñas, las hojas de higuera de los
Figueroas, las padillas de los señores de igual apellido, los lobos pasatites
de los Villalobos y otras varias.
Veamos ahora la prueba de que D. Alfonso Téllez Girón usó el distin-
tivo heráldico que había di perpetuarse en su casa.
En el año de 1 571 , estándose derribando una pared antigua del monas-
terio de Retuerta, cerca de Peñafiel, se halló una lámina metálica cuvo
anverso y reverso van á continuación, y que el Dr. Jerónimo Gudiel, á
quien se la entregaron y que escribía la historia de la casa, tuvo por sello,
aunque su materia y forma le llenaron de confusión y sorpresa.
4 f
Gudiel sabía que nunca se habían usado en Castilla sellos pendientes
de azófar, cual era el descubierto en Retuerta, y que su forma exterior
era de ordinario mucho más sencilla; pero no reparó en que aquella pieza
más bien semejaba la matriz, molde ó troquel para imprimir en la cera
de los comunes. En el reverso (fig. 5) parece verse aplastada el asa que
REVISTA DE ARCHIVOS
20 \
l„ t as letras Alfonso Téllez Girón estarían puestas al
serviría para usarlo. Las letras alfo ia pieza serviría como
revés y Gudiel las habrá cambiado !. S. as, no fuese, la pie
adorno de algún mueble, pero nunca de sello pend «n*. ■
Respecto de la forma, que tanto *™»>» ' ^ * ^ comunes>
--^rrritrnrrrr: e^euronista **
podía ser redondeada, no es tan tuera ^ ^
nplHpn Alonso Téllez Girón: sobre todo
quetienerf gran seme)anza con el de D. Alonso
i " ¿aa ífia ^ es de una identidad casi perfecta.
" Tornos gp- que hasta ,a segunda mitad de, siglo xtv no empezaron
ni. "a Le las armas parlantes que los distinguen. ¿Cuando se
SKSJÍ? la batalla yllvaciún del monarca mediante la entrega
carse en los últimos anos del reinado de D. Juan 116 a prmcp.os del
Enrique IV, al empezar el grande auge de aquella familia.
I Unadcellar, la z todavía que
dó al revé?, quizá por descuido.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 21
La ilustre casa de Mendoza contaba entre sus más gloriosos recuerdos
un hecho igual, pero histórico y mucho más reciente, pues se refería á la
desgraciada batalla de Aljubarrota (i 385), en la que D. Pero González de
Mendoza, camarero mayor de D. Juan I y abuelo del famoso Marqués de
Santillana, dio, en lo más recio de la pelea, su propio caballo al rey para
que se salvase y él se quedó á pie, donde no tardó en sucumbir á manos
de los soldados portugueses. Este acto de adhesión y sublime heroísmo fué
pronto ensalzado por la musa popular en aquel conocido romance que
principia:
Si el caballo vos han muerto
subid, rey, en mi caballo;
y, naturalmente, por el teatro, en la comedia de Vélez de Guevara, Si el
caballo vos han muerto, hecha tal vez sobre otra desconocida de Lope de
Vega, á cuyo nombre fué también impresa.
La casa de Ureña no quiso ser menos que la otra, y no faltaría algún
escriba ó secretario que fingiese una relación antigua, explicación gloriosa
de las armas de los futuros duques de Osuna. La ninguna crítica de aquel
tiempo, ó, más bien, la docilidad en apadrinar todo lo favorable á gentes
poderosas, bastó para que tan absurda conseja se prolongase hasta nues-
tros días.
Entiéndase que todo esto no quita ni un ápice de honra á la insigne
casa y familia que produjo cien hombres ilustres por hechos aún más
loables que el apócrifo; desde aquel D. Rodrigo Girón que murió en Alar-
cos, pasando por el D. Gonzalo, célebre mayordomo mayor de Alfon-
so VIII, por su hijo D. Rodrigo, más famoso aún como mayordomo y
compañero de San Fernando; otro D. Gonzalo Girón, Maestre de Santia-
go, que murió heroicamente en Moclín; los dos hermanos Maestres ya
citados; el hijo de uno de éstos, también Maestre de Calatrava, que pere-
ció en el cerco de Loja; el indomable y valeroso D. Pedro Girón, del
tiempo de Carlos V; el cuarto conde de Ureña D. Juan Téllez Girón,
fundador de la Universidad de Osuna; el célebre D. Pedro, tercer duque,
tan grande por sus hechos como por sus desgracias; D. Gaspar, quinto
duque, y otros muchos que hasta nuestros días mantuvieron el esplendor
y grandeza de ánimo de todos los individuos de esta ilustre casa y familia.
Madrid, Junio de 1903.
Emilio Cotarelo»
22 REVISTA DE ARCHIVOS
LOS DIBUJOS DE ALENZA
En el número de la Revista del 5 de Junio de 1876, D. Isidoro Rosell,.
primer Encargado de la Sección de Estampas de la Biblioteca Nacional ,
daba cuenta de la adquisición «de una preciosísima y si se quiere no escasa
colección de dibujos debidos al original/simo y olvidado genio del malo-
grado Leonardo Alenza». Dibujos — decía — que había comprado á la ma-
drastra del mismo en 1871 el pintor D. Manuel Castellano, el cual había
propuesto á la Biblioteca un cambio de estampas duplicadas, por las que
daría cuarenta y cinco dibujos de Alenza, á elección del Sr. Rosell. Veri-
ficóse el cambio con gran satisfacción de éste, y además de los cuarenta y
cinco dibujos, dio Castellano «cuatro aguas fuertes del mismo Alenza, dos
de ellas pruebas rarísimas y probablemente únicas».
Eran Castellano y Rosell madrileños castizos, y á fuer de tales tenían
particular predilección por Alenza, el genial artista madrileño que con
extraordinaria originalidad y carácter había representado los tipos y es-
cenas populares de aquel Madrid que ellos casi tocaban, pero que ya
transformado, desaparecía. De aquí el entusiasmo de Rosell por la adqui-
sición de los dibujos, y que al dar cuenta de ella se extendiera en elogios
de Alenza, juzgándolo, y no sin razón, «el digno continuador de Goya en
el representar con acierto lo más característico de las escenas más popu-
lares y propiamente españolas».
Para los que conocimos á Castellano y á Rosell, el número de dibujos
adquiridos, cuarenta y cinco, nos revela el largo chalaneo y los dares y
tomares que hubo de haber entre ambos alencistas para llegar al ajuste.
Rosell querría á todo trance cincuenta; Castellano á duras penas llegaría
á .cuarenta, y al fin, partiendo la diferencia, como dicen los tenderos,
quedaría la cosa en cuarenta y cinco, con la singular ventaja, que Rosell
hiz« valer bien en su artículo, de que pudiera él escogerlos, ventaja que
aprovechó bien, pues en los cuarenta y cinco vino el de la famosa mues-
tra, del café de Levante.
Al año siguiente, en el número del 20 de Abril de 1877, da cuenta Ro-
sell de haberse enriquecido recientemente la Sección de Estampas «con
una preciosa y muy variada colección de dibujos en número de 416, de-
BIBLIOTECAS Y MLSEOS 23
bidos al malogrado cuanto modesto artista Leonardo Alenza». Esta vez da
cuenta de la adquisición brevemente, y aunque consagra algunas frases,
á Alenza y á la importancia de la colección de sus dibujos que posee ya la
Biblioteca, no dice palabra de la procedencia de éstos que tan considera-
blemente la acababan de aumentar.
Lo que Hosell Juzgó entonces conveniente callar en la Revista, apa-
recerá en ella hoy al cabo de veintiséis años, con la preciosa carta que,
encabezada con un busto de manóla delicadamente hecho á la pluma por
el mismo Rosell. copiándolo de un dibujo de Alenza, dirigió á Castellano,
el cual á la sazón disfrutaba la Pensión de honor de la Academia de San
Fernando, y que, terminada la copia de Carpaccio que hizo en Venecia,
había ido á París. La carta, que afortunadamente ha conservado D. Cris-
tóbal Ferriz, dice así:
«Sr. D. Manuel Castellano.
»Mi muy querido amigo: Son tan raras, tan estupendas, las nuevas que
tengo que comunicar á usted, que no he dudado un momento en tomar la
pluma, siquiera ésta vaya más larga de lo que pienso, y darle cuenta de
una empresa de que casi podría decirse como Cervantes de Lepanto, que
jamás vieron los siglos. Como dicha empresa, ó sea campal batalla, está
ganada en toda la línea, comenzaré mi tarea de cronista, no sin prome-
terme á mí mismo cierta prudencia y tino por mor de que le causen á
usted estas líneas algún grave accidente.
«Erase que se era una vieja llamada doña Micaela, frisada en los no-
venta y tantos, expetimetra de los tiempos de Moratín, jamona ya por el
año 20, grandemente guardadora de lo suyo, prendada de cierto lanudo
gozque é innumerables esmirriados gatos, prendida de ciertos trapos que
no son vestimenta entre cristianos, mitrada como la Abadesa de las
Huelgas y habitante en cierto albergue frontero á la parroquia de San
Ildefonso de esta muy heroica villa; cuyos miasmas de orín de gato, esen-
cia de cucaracha y otros efluvios hieren fuertemente la pituitaria á luen-
gas distancias aun antes de entrar en aquellos antros de hediondez.
»Pero á qué dar á usted más señas cuando acaso revisando carteras
por esos boulevards y regateando los precios, recuerde usted con risa
aquello de: A peseta! y están en francés! ó bien aquella frase de saínete:
Vuelvo... que me están peinando J. •■
i Frases de la madrastra de Alenza á Castellano al ofrecerle és por libros ó dibujos menos
precio del que ella quería.
24 REVISTA DE ARCHIVOS
»Pues bien, amigo, admírese usted, todavía vive!!! La misma que en-
tonces, contando por doblones, encomiando la sabiduría en las lenguas
latina y española de su difunto, académico por la gracia de Dios en ambas
Academias, sabio farmacéutico, etc., etc. La misma, amigo D. Manuel,
introduciendo de cuando en cuando bien la diestra, bien la siniestra, allá
en los recónditos senos de no se qué asperezas y montuosidades:
«Rascábanse de lobos y de osos...», etc.
y clamando por los achaques de sus nervios, que no son otros sino sus
prolijos y luengos Eneros, ó bien lanzando unos suspiros que no sé cómo
no ponen en precipitada fuga á gatos, ratones, cucarachas y demás prole
de sabandijas que allí mora en pacífica posesión de mueblaje, ropas, pa-
peles y libros.
«Bien se acuerda usted de nuestras visitas á aquella casa allá por el
año 70 ó 71. Jugómela usted de puño sacando rico botín de dibujos en
número próximamente de 110, si mal no recuerdo. Aquello ya pasó, y
cierto que no fué sino la introducción ó el prólogo de lo que después había
de venir.
«Pasan los años y no en balde; al cabo de seis después de aquellos su-
cesos, nuevos Jasones, navegando hacia aquella Cólquida, conquistaron un
verdadero vellocino de oro. Tamaña empresa para ellos estaba guardada.
Tate, tate, folloncicos, vosotros los exploradores antiguos de aquella
mina: la larga prosapia que á contar del año 46 viene sucediéndose, desde
el de Morante y Carderera hasta los Castellano y Martínez Espinosa:
nadie lo toque, nadie lo intente: no es empresa para vosotros, pigmeos
del rebusque y la chamarilería, adeptos del changüí ' y de la ganga, no,
no es para vosotros!
«Reservada estaba la gloria del hallazgo en grande escala, por todo lo
alto, á dos amigos de usted: el iconofilo Ferriz y el estampero de la Nacio-
nal, que tiene la honra de narrar á usted estos sucesos.
«Grandes cavilaciones habían mediado; serias discusiones cual las que
tuvo Colón con el claustro de Salamanca acerca de la posibilidad de nue-
vos descubrimientos. Colón dio con el Orinoco y las costas de América;
los dos gangueros al fin lanzados á la empresa dieron... con lo que verá
el curioso lector.
«Armados de una paciencia sin límites, de una calma estoica y de una
pesadez inquebrantable, fuéronse una tarde á ver á aquella intrépida de
1 Palabra usada por Castellano.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 25
años. Salió la tal, escoltada de gatos, no se cuántos, y de un cierto perrillo
ladrador con caireles de no se qué materia en sus sucias lanas. La con-
versación gira sobre librería y estampería, sobre retratos y pintores de
mérito, sobre las Academias españolas y latinas, sobre el Bucéfalo de
Alejandro el Magno y sobre no se cuántas cosas más. Yendo más al grano,
movióse al fin aquella figura ó estantigua; salió la cartera de academias
hechas al lápiz... la de marras! Salió luego, á fuerza de ruegos, un cierto
pupitre que en su forma de ataúd revelaba contener, no ya el cuerpo del
difunto, si el cuerpo del delito. Revuélvense mil papeluchos, cae alguna
estampilla aventurera, tropiezan los dedos con ciertos paquetes sospecho-
sos y ¡oh emoción! asoma el primer dibujo. Entusiasmo sin límites. Otro,
otro... Se codean los estamperos, se miran de reojo, se hablan entre dien-
tes, y en tanto, cada vez más dibujos. Y qué dibujos!!! Resumen del día:
cincuenta y pico. De precio no hay que hablar... Changüí, hombre, puro
changüí '.
»Renuévanse las hostilidades al siguiente día; nuevos ataques, á los que
se suceden nuevos paquetes, con hojitas cuajadas de mil donaires, primo-
res é invenciones en número de más de ciento... muy superiores á cuanto
pueden imaginarse los boyeros de París.
Sucédense días de casi total esterilidad. Cae algún librejo que vale seis
veces más de lo que cuesta... en fin, morralla... No merecen tomarse en
cuenta. Luchan durante este tiempo los estamperos con el ejército más
formidable de cucarachas que han visto los nacidos, dentro de cierto cofre.
Continuas y recias peleas con la vieja, que va sacando libros y papeluchos
en pequeñísimas dosis. Entra y sale, mete y saca de cierto cuartucho es-
condido y misterioso de que hubo noticia en antiguas historias. La entrada
en él era tan irrealizable como la navegación del Polo. La habían inten-
tado otros audaces exploradores, y nada consiguieron, estrellándose como
contra una roca formidable en el no de doña Micaela. Pasan días y más
días: gran paciencia en oir treinta veces repetidas las mismas historias.
Se trata de captar la simpatía del monstruo que cierra la entrada de la
caverna: táctica en grande escala, recursos supremos... Al fin consigue
introducir la geta uno de los espectadores, vencida la fiereza; y á poco
tiempo hete aquí ya á los dos amigos en plena posesión de aquel misterioso
recinto, poco antes velado con el misterio de los cuentos de hadas. No
i Decía esto Rosell sin duda para picar á Castellano, porque dadas las circunstancias de
aquel tiempo, no dejaron de pagar regularmente los dibujos.
26 REVISTA DE ARCHIVOS
queda rincón que no penetren por lo menos las miradas de unos ojazos
que se querían tragar cuanto allí había.-
«Cubiertos de polvo, y otras cosas, hasta las cachas, dura la faena
tantos días cuantos son necesarios para registrar libro por libro y papel
por papel. Nada quedó por ver.
«Hablaba la tradición de los antiguos de la existencia de ciertos libros
de dibujos, ó llámense álbums; negábala la vieja desde hacía años y seguía
negándola ahora. No era esta razón bastante para desmayar. Descúbrense
nuevos horizontes; llegan noticias de la existencia de otro cuarto!!! si
cabe más misterioso y más escondido que el primeroí ¡Oh hados afortu-
nados! Abrense los enmohecidos cerrojos; la vieja ronca á más y mejor,
en tanto que salen á luz multitud de volúmenes. Tropiézase con una mis-
teriosa sombrerera. ¿Qué contendrá?... Lánzanse ávidas las manos gano-
sas de presa y... Sosiégúese usted, Manolito... beba usted un vaso de agua...
vamos, tranquilícese usted, no es nada. ¿Se le ha pasado á usted ya?...
Pues amigo, parió la dichosa sombrera 12 robustos libros, ó sean álbums,
plagaditos, lo que se dice plagaditos de dibujos; entre todos una suma así...
de unos mil seiscientos y pico.
«Resultado:
1 5o sueltos.
1.600 y tantos en álbums.
Suma. . . 1.750 y algunos más.
«Puestos en cobro los seis mejores álbums, sucédese una recia pelea
con la vieja, larga de referir. Falta la paciencia á los estamperos y la dicen
verdades como puños. Salen, en fin, echando venablos y se dejan aún
cautivos seis de los doce álbums. No era cosa de dejarlos en las mazmo-
rras. Pasan tres meses y se envía de emisario á cierto borito l que, con
grandes instrucciones y bien aprendidita la lección, saca á pulso al cabo
de unos cuantos días de campaña los dichos libros pagándolos en mo-
neda contante y sonante. El 8 de Julio del corriente entraban los dos
amigos en plena, omnímoda y total posesión de ellos.
«Resumen:
«i.° En aquella casa no queda un dibujo de Alenza por un ojo de la
cara..
»2.° Los primeros dibujos hallados, ó sean los de los pupitres, son de
lo más precioso que produjo la inventiva de Alenza; muy superiores á los
1 Feliz Rosell, el hermano menor de Isidoro, al que éste y Castellano solían llamar así.'
I
n,V ll
n
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 27
vistos hasta aquí. Son la flor y nata de aquel genio. Hay un bollero con
su mesa de tijera y su mosquitero, vamos, que no hay que pedir más! Y
qué manólas! Y qué pendencias! Y qué calesas!
»3.° En los álbums hay de todo. Entre otros muchísimos una colección
de 66 caprichos por el estilo de los de Goya en invención y ejecución.
Esto sólo vale la pena que se dé usted una vuelta por acá. ¿Cuándo será?
Mucho lo deseo, porque sobre lo escrito hay muchísimo para referir y
para reir.
»Con memorias de mi padre y del borito se despide de usted su inva-
riable amigo Isidoro Rosell. — 13 de Julio de 1877.*,
»P. D. Se me olvidaba decir á usted que después de ganada por nos-
otros la campaña, ha llegado á mi noticia que el restaurador Poleró había
intentado dilerentes veces el rebusque de los dichosos dibujos; pero todo
en vano, y eso que obsequió cierto día con un par de meloncitos á la seño-
ra doña Micaela. Cuando ha sabido el éxito nuestro se tiraba de los pelos.
wltem. También cayó entre los dibujos una laminita de cobre por el
mismo Alenza con aquel agua fuerte que usted tenía en su estudio colgada,
de un ciego jacarero, que dio usted en cambio á la Biblioteca. Haré sacar
pruebas. No deje usted de contestarme. — Infantas, i3, 4.0 derecha.»
Bravo salto acompañado de rotunda y sonora palabra, debió de dar
Castellano al leer la carta, y eso que el bueno de Rosell se calló que para
abordar á la tre.menda doña Micaela había tomado el medio de hacerle
una visita y llevarle amistoso saludo de parte de su amigo D. Manuel
Castellano...
Délos 1.750 y pico de dibujos, la Biblioteca Nacional adquirió por
compra los 416 de que daba, cuenta Rosell en la Revista; los restantes
quedaron en poder del mismo Rosell, de Ferriz y de D. Recaredo Garay
y Anduaga, ingeniero muy aficionado á las Bellas artes y coleccionista.
Los dos primeros apartaron treinta dibujos de los sesenta y seis hechos
por Alenza para formar una colección de Caprichos análoga á la de Goya;
les confeccionaron epígrafes con cierto saborcillo goyesco, y formaron un
álbum que comprado primero por el librero D. Mariano Murillo, apareció
después, en 1895, empadronado en el catálogo de Quaritch en esta forma:
2.280. Alenza (Leonardo:) Caprichos originales: continuación de lo
de F. Goya. 4° 3o veri clever original Drawins in the style of Goya:
mounted on titited paper ha If moroco.
28
REVISTA DE ARCHIVOS
About i85o », 6 L.
Admirably drawin anfull ofthe spirit. A transfusión so complete oj
one artistic individuality in to another is in itself an extraordinary fact.
(Quaritch Bibliotheca hispana. London. i8g5.)
Estos caprichos son de lo más flojo de Alenza; de sus primeros tiem-
pos, minuciosa y trabajosamente hechos, sin que ni por soñación puedan
compararse con los de Goya.
Aparte de esto, tanto Rosell
como Ferriz, aunque por do-
naciones, cambios, etc., se
deshicieran de algunos di-
bujos, conservaron la ma-
yor parte. Los de Rosell, á
su muerte, en 1879, es pro-
bable que pasaran á poder
de sus cuñados D. Rafael y
D. Baldomero Botella, pro-
fesor el primero de la Es-
cuela de Bellas artes de Cá-
diz y arquitecto el segundo
residente por entonces en
Sanlúcar de Barrameda,
con los que fué á reunirse la
viuda.
El Sr. Ferriz aún conser-
va los suyos. Entre ellos está
el que reproducimos y que
representa á la insigne doña Micaela, mitrada como decía Rosell. La mi-
tra adoptada por la buena señora, sin duda como antídoto de jaquecas,
era de bayeta verde, tapete en otros tiempos de modesta camilla, y daba á
la dueña aspecto solemne, casi formidable.
Los cinco álbums de la Biblioteca contienen hoy 465 dibujos, por ha-
berse añadido á los 461 colocados por Rosell cuatro más que estaban suel-
tos entre los anónimos españoles. Excepto dos ó tres, todos están hechos á
la pluma; algunos, muy pocos, ligeramente manchados con tinta de China
ó sepia. Están los primeros apuntes de algunos de los cuadros que pintó
1 Esto es un error. Mcoza murió el 30 de Junio de 184b.
REY. £>JE AR.CH., BIBL. Y MUS.
Muestra del Café de Levan'
(Rihliotec
^-Dibujo original de Alenda.
¡onal.)
$M
BIBLIOTECAS YMUSEOS 2Q
Alenza: el de La Lotería, para el Sr. Sánchez Toca; la Riña en la pla-
zuela de la Cebada, para Passuti; la Critica de Francia y El Sargento
instructor, para D. Joaquín María Ferrer; El Viático, para el arquitecto
Mariátegui; Un romántico, cuadro que presentó en una de las exposicio-
nes de la Academia; el de la Reina Cristina jurando la Constitución, cla-
ro oscuro decorativo que pintó para las funciones reales, y el de la mues-
tra del café de Levante, su principal y más señalada obra.
Resistiendo aguas y soles, fué admirada del público durante diez años
sobre la puerta de aquel café en el número 5 de la calle de Alcalá, y des-
pués en la del Prado á donde el café hubo de trasladarse cuando el derribo
y ensanche de la Puerta del Sol. Vuelto á ella el café ya no utilizó la
muestra; fué comprada por un extranjero que dio por ella mucho más de
lo que á su autor le había valido. D. Jenaro Cruzada Villamil, en el ar-
tículo titulado Dos aguas fuertes de Alenda, que publicó en 1864 en el
tomo III de El Arte en España, y que es de lo más acertado é interesante
que se ha escrito de Alenza, habla sentidamente de esta celebrada tabla,
de la que ha quedado fama entre los artistas madrileños. No existe de ella,
que yo sepa, grabado ni reproducción alguna, por lo que es doblemente
interesante el dibujo. No podemos ver en él lo que, según Villamil, cons-
tituía el mérito principal de aquella pintura: el color sobrio y verdadero
y la maestría algo goyesca de la factura; pero sí lo excelente de la com-
posición, la atinada distribución de grupos y de figuras y el gran carácter
impreso en todo ello.
De otra obra pública de Alenza, de que también ha quedado memoria
entre los artistas, y que, con ser cosa diametralmente opuesta á la mues-
tra del café, hace en cierto modo juego con ella, hay también un apunte
en estos álbums: el Exvoto de la parroquia de San Ildefonso. Durante mu-
chos años ocupó su puesto junto al altar del S.mo Cristo, entre las de-
más tablillas de exvotos, la pintada por Alenza, visitada y admirada de
vez en cuando por artistas de cepa madrileña como Galván, Castella-
no, &. Hace tiempo, probablemente en algún arreglo de la iglesia ó del
altar, desapareció con sus compañeras; no sé qué suerte habrá corrido.
Representaba la violenta caída de un hombre despedido de un carro que
había chocado con un guardacantón. En el fondo, sobre una tapia, entre
nubes, la imagen del Cristo.
Hay también en estos álbums muchos apuntes de asuntos religiosos; son
los más flojos; no era esta la cuerda de Alenza; todo se reduce á composi-
3o
REVISTA DE ARCHIVOS
ciones convencionales, imitaciones casi siempre di Goya y de Rembrandt,
hechas con más ó menos gracia y acierto. Lo precioso, y por fortuna lo
que más abunda, son los apuntecitos del natural, ligeros, finos, intencio-
nados; composiciones de género, populachería, figurillas caricaturescas^
tipos, cabezas, extremos, etc., hecho en gran parte para las ilustraciones
del Semanario Pintoresco, el Gil-Blas, las obras de Quavedo, Los españo-
les pintados por si mismos, etc. En tales libros aparecen las composiciones
de Alenza tan bárbaramente destrozadas por la impericia d? los grabado-
res, que bien se les puede aplicar lo de tapices vistos por el revés; y al ver
en estos originales la soltura y la
gracia con que están apuntados,
se duele uno mucho más de que
tan poco favorecieran las cir-
cunstancias á un artista tan de
ley y que tanto podía haber dado
de sí en otras más favorables.
A vueltas de tantas figuritas
heterogéneas como cubren algu-
nas cuartillas, aparece uno que
otro apunte de la familia y casa
del autor. El padre de éste, don
Valentín Alenza, se ve en dos ó
tres partes, siempre leyendo, y
tan bien caracterizado, que aun-
que esté de espaldas no se le con-
funde con ningún otro personaje. Bien merece que lo reproduzcamos aquí,
que no es menos digno de ello que su^segunda consorte la ínclita doña Mi-
caela. Aunque no miembro de ambas Academias, como ella proclamaba,
fué D. Valentín excelente sujeto, poeta pedestre, gran amigo del insigne
Rabadán, en elogio del cual dijo en cierta composición que allá en el Par-
naso las Musas,
En un deliquio lastimero dieron,
Mas cantó Rabadán y en sí volvieron.
Y que cuando llegaba el caso desahogaba sus fervores realistas en so-
netos, silvas, etc., por estilo de la siguiente anacreóntica, que no quiero
dejar de reproducir, porque con ella y ese dibujo tengamos la satisfacción
de conocer ya en cuerpo y alma al padre de nuestro artista:
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
3l
Anacreóntica.
Estaba yo sentado
Al pie de un chopo seco
Cerca del Manzanares,
Llorando los mis duelos,
La falta de mi esposa,
Y de mis hijos tiernos
La horfandad lastimera
(De la hambre antigua efecto)
En suma, sumergido
En un sentir inmenso;
Cuando hete aqui que miro
Y diviso á lo lejos,
A mi sin par amigo,
A mi amigo Goveo
Mitad del alma mia
A quien mas que á mi quiero,
Con dos tremendos vasos
De vino añejo llenos:
Y con aire apacible
Y Temblante halagüeño
Al ¡legarse á mi dice,
(Viéndome m/cilento):
Vanos son tus gemidos,
Ó caro compañero!
Déjate de simplezas
Y este vino apuremos.
¿Pues de qué sirve amigo
Que cuitas revolviendo,
Malogres la tu vida
En sentir contratiempos
Pasados, que cirecen
De oportuno remedio?
Vivamos y bebamos
Que ya pasó aquel tiempo
En que el Rey y nosotros,
Fuimos ¡ah! prisioneros,
Del tirano mas grande
Mas falaz y perverso
Que apareció en el mundo...
Bebamos y brindemos
A salud de Fernando;
De Fernando el excelso,
El Magno, el Pió, el Justo,
El Munífico... el Séptimo!
Echemos otro trago;
Segunda va brindemos
Por los Infantes Carlos
Y Antonio... ¡Qué consuelo!
Al verlos con Fernando,
Entre nosotros ledos,
Gozosos y triunfantes
De gálicos enredos.
Vaya el último brindis:
Bebe amigo primero;
Cuidado no derrames
Ni una gota en el suelo;
Y este sea deseando,
Dias faustos serenos
A los nuestros amigos
Iñiguez, y Don Diego
Rabadán, dulces hijos
De las Musas y Febo.
Y que sus blandas liras
Canten con embeleso
Del Monarca é Infantes
Las glorias y trofeos...
¡Que poco me has dejado!
Pardiez, que ni cubierto
Está el hondo del vaso...
Si digo yo que es bueno
Para alejar cuidados
El tinto... (Esto decía
Entre beodo y cuerdo.)
Sin embargo brindemos
Brindemos ¡Sus! amigos
A que sin enbelecos
Pesares ni disgustos
Esta vida pasemos
En dulce compañía
Dando mil besos tiernos
A los vasos, que embotan
Los cuidados siniestros.
Y que vengan los fríos,
Y que vengan los hielos
Pues mientras haya vino,
Y si e5 como este añejo
Daremos siempre alegres
Dos higas al invierno.
V. Albnza.
Del chiscón literario de Rabadán procedían los libros que doña .Micaela
guardaba sepultados con los dibujos en las más recónditas y sucias piezas
de su albergue, algunos de los cuales, bien bonitos por cierto, Aldos y
Plantinos, comprados por Rosell en aquella ocasión, guardo yo hoy en
particular estima.
Además de los 465 dibujos contenidos en los álbums hay otro que por
sus dimensiones no pudo colocarse en ellas, pues mide 470 milímetros de
ancho por 370 de alto, en cuya margen inferior, de letra de Castellano,
32 REVISTA DE ARCHIVOS
dice: Original de Alenda. Dibujo del cuadro al claro-oscuro que pintó
Alenda para las funciones Reales de la Jura de Ysabel 2.a como Princesa
de Asturias. Está hecho enérgicamente con tinta sobre un tanteo de lápiz
borrado posteriormente, y acusados los oscuros, que fingen bajo relieve,
con sepia. La composición está bien entendida; las figuras del Rey (en el
que se nota bien que estaba casi in extremis), la de la Reina y la de la
Princesa hacen sonreír porque, á pesar del león que flaquea el alto pedes-
tal en que están encaramadas, del dosel de grandes goteras, de los armi-
ños, etc., tienen las tres figuras cierto airecillo de personajes de la Plazue-
la de la Cebada.
Fué desgracia que Alenza no hubiera llegado á dominar el agua fuerte;
gozaríamos bien su obra y tendríamos probablemente otra serie de capri-
chos que podría con verdad equipararse á la de Goya; pero no logró esto;
las pocas aguas fuertes suyas que se conservan, ó son ensayos ó primeras
obras del que aún no domina completamente el procedimiento.
Nueve hay en la Biblioteca, que son:
i.a El grupo de mendigos. Publicada por Cruzada Villamil en el Arte
en España. An. 171. Al. 107.
2.a Un hombre sentado á la mesa, en la que apoya las manos la mujer
que le sirve; detrás otro hombre fumando. Al. 86. An. 67. Muy bonita. Es
la plancha comprada por Rosell, y de la que él hizo una tirada.
3.a Dos ciegos sentados en el suelo tocando el uno un violín y el otro
una guitarra; á la izquierda un grupo de cuatro figuras, una de ellas una
manóla; delante un chico. En el fondo un cartel en que dice: L. Alenda.
184.0. An... 96. Al... 76.
4.a Una muchacha sentada en el suelo, extendidas las piernas. A la iz-
quierda una vieja sentada; á la derecha otra figura, también sentada, y un
muchacho. Firmada en la parte inferior. An. 116. Al. 84.
5.a Un ciego tocando la guitarra y cantando; delante el lazarillo. An-
cho 114. Al. 93. Prueba de ensayo.
6.a Un borracho, del que se burlan tres chicos. A la derecha tres mu-
jeres sentadas en un banco; á la izquierda tres hombres, uno en primer
término echado en otro banco, y dos en el fondo. La escena es en una ba-
rraca. An. 1 56. Al. 106. Prueba de ensayo, probablemente única.
7.a Ciego vendiendo papeles; á la izquierda un grupo de gente y un
guindilla; en primer término una vendedora de naranjas sentada en el
suelo. Firmada. An. 65. Al. 96. Prueba de ensayo. Muy bonita.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 33
8.* Majo que duerme apoyado el brazo en una mesa; á la derecha maja
de pie; en el fondo un viejo. An. 96. Al. i3i. Primeros rasguños hechos en
la plancha.
9.a La Adoración de los pastores. Uno de éstos arrodillado en primer
término á la derecha. Firmada. An. 55. Al. 81. Prueba de ensayo.
En la litografía tampoco hizo más que dos ó tres ensayos, de modo que
en realidad sólo en los dibujos originales puede conocerse y gozarse bien
su obra. Lástima que hoy, que la reproducción es tan fácil, no se forme
un gran álbum con lo más escogido de sus numerosos dibujos; en otra
parte se haría esto, y el que lo hiciera sacaría seguramente honra y pro-
vecho; entre nosotros no es probable; por eso no se hará.
Contrastan singularmente los cómicos apuntes de Alenza y la humo-
rística carta de Rosell con lo que ellos eran y con el sentimiento dulce y
melancólico que en mí despierta su memoria. No pude llegar á conocer á
Alenza, pero sí á aspirar fresco aún el sano perfume de su vida ejemplar.
Sencillo, extraordinariamente modesto, bondadoso, amante de la familia,
retraído y de carácter serio, pasó su breve vida entre sufrimientos de cuer-
po y de espíritu, apreciado de cuantos le trataron y mereciendo que á su
sentida muerte, el que descollaba en nuestro mundo literario, no sólo
como gran poeta, sino como hombre bueno, D. Juan Eugenio Hartzem-
busch, escribiera aquel soneto que, aunque en muchos lugares reprodu-
cido, no quiero dejar de consignar aquí:
Á LA PREMATURA MUERTE DE ALENZA.
Para el mortal, en cuya sien fulgura
Del genio creador la ardiente llama,
Tiene el mundo un laurel, clarín la fama,
Y mármoles y bronce la escultura.
Para premiar á la virtud oscura,
Flor que en la soledad su olor derrama,
Tiene el Padre común su seno, que ama
Con inefable amor que siempre dura.
Genio en ti, Alenza, con virtud se unía:
Consiguió tu pincel famoso hacerte:
Ya este mundo te dio cuanto podía.
Dios hoy te llama á su celeste gremio;
Pero es adelantársete la muerte,
Anticipar á tu virtud el premio.
Rosell dio prueba de su apasionada afición á Alenza grabando al agua
fuerte diez y nueve de sus dibujos; en el de la portada se lee en una lápi-
da: Caprichos de Alenda. Grabados por J. Rosell. 1877. Esta colección
mereció una tercera medalla en la Exposición de Bellas Artes de 1878.
3.a ¿POCA. —TOMO IX. ^
34 REVISTA DE. ARCHIVOS
Fué la última obra artística de su autor, que á haber vivido más, hubiera
llegado á contarse entre los agua fuertistas notables españoles; pero no
tuvo tiempo; el 6 de Abril del año siguiente moría á los treinta y cuatro
años. Doce de ellos pasó en la Biblioteca Nacional, al frente de la Sección
de Estampas, de la que puede llamarse fundador y á la que tenía gran
cariño.
Poco recompensados fueron sus trabajos; aunque de hecho fué Jefe de
la Sección, en el escalafón no pasó de Ayudante de segundo grado; y á
mayor abundamiento, por una. de las... jugadas, tradicionales entre nos-,
otros, se vio en el caso de renunciar dignamente su plaza y permaneció
algún tiempo fuera del Cuerpo facultativo... No hay que sentirlo; le cupo
en suerte la mejor parte: vida sin tacha y envidiable muerte.
A. M. de Barcia.
LA CRÓNICA GENERAL DE 1404
Examinando las varias Crónicas que anuncia el rico. Catálogo ilustra-
do de la librería de P. Vindel, tomo III, Madrid 1903, puestas liberal-
mente á mi disposición por su poseedor, he podido estudiar, en la que
lleva el número 3476, un tipo de Crónica General que hasta ahora me era
desconocido.
Dos fragmentos de ella se conservan en otros manuscritos. Pero la im-
portancia del de Vindel, lo que hace que su conocimiento deba ser mirado
como un hallazgo, es, primeramente, ofrecernos completa una compila-
ción histórica que interesa á la vez á la literatura española y portuguesa,
y, además, el conservarnos un importante trozo de la crónica, todo un
tercio, no contenido en otros dos manuscritos fragmentarios que de ella
existen.
Los dos fragmentos á que he aludido se conservan: el primero en el
Códice Escurialense X-i-8, de que habla Rodríguez de Castro, Biblioteca
Española, tomo II, pág. 328, y comprende desde el comienzo hasta la mi-
tad del reinado de Alfonso VI y de la historia del Cid; el segundo en un
códice de la biblioteca del Sr. Menéndez Pelayo, que comprende única-
mente desde la historia del conde de Castilla Fernán González hasta la
ocupación de Valencia por el Cid. (V. adelante, pág. 45, nota 1.) t
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BIBLIOTECAS Y MUSEOS 35
Hablemos ahórá del códice completo para dar, al describirlo, una idea
del contenido total de la compilación. De paso se harán referencias á los
dos códices fragmentarios, los cuales en otra ocasión describiré con el de-
tenimiento que merecen.
El códice de Vindel es un tomo escrito en el siglo xv, en papel cuya
filigrana, poco clara, parece un hongo, ó más bien un clavo corto, de ca-
beza ancha y labrada.
Tiene 363 folios; los folios 72-81, quemados en su punta de arriba, ca-
recen de 16 á 9 centímetros de escritura. Iniciales y epígrafes rojos. El pri-
mer folio tiene sólo 11 líneas, y en blanco el hueco para una gran minia-
tura y una inicial; hay otros blancos, acaso para viñetas. En algunas par-
tes, v. g. fol. 79 v., 80 r. (historia de Bamba), se dejan palabras en blanco
por no haberlas podido leer en el original. Tamaño, 38o X 270 milímetros;
ta escritura ocupa 295 X 200; cada página con 45, 40 ó 33 líneas. Encua-
dernado en piel de levante azul.
El lenguaje trata de ser castellano, aunque con bastantes portuguesis-
mos, hasta el folio 58 v.; pero en su última línea se escribe ya decidida-
mente en portugués. Este cambio se hace en el capítulo que empieza: «An-
dados Vo años del rregnado del rrey Teodorico en las Españas [como re-
gente de Amalarico] que fue enna era de quinientos e lvj° años, quando
andaua el año de la encarnación en quinientos e xvnj0...»
Veamos ahora el contenido del volumen:
El fol. 1 lleva al margen esta rúbrica: «délos conponedores déla
crónica dEspaña.» Luego empieza así: «[E]nel nonbre de Dios, amen.
Anqui (sic) se comeca las canónicas ! del comienco del mundo fasta el aui-
nimiento 2 de nuestro Saluador íhesu Xpo; et des Julliano cesar, ynperador
de Roma fasta Costantin, el qual dio el ynperio de Roma al papa Sant Sil—
uestre; et délos godos et estrigodos et visogodos et vándalos et vnos et sue-
uos et alíanos segund cunplidamientre Ysidoro, arzobispo de Seuilla,
scripuio, [e] 3 Ysidro o mancebo, obispo de Badajoz; otrosí Iulliaño Po-
menio 4, arzobispo da see de Tolledo; otrosí Sabestian, obispo déla eglle-
sia de Salamanca; otrosí Sant Piro, obispo déla egllesia de Astorga; et
otrosi el obispo Pelao déla egllesia del Oviedo; todos estos cunplidamien-
1 El cód. Ése. X-i-8: «Aqui se comierícan las coronicas».— 2 Él cód: Esc. X-i-8: «acabamiento»?
3 El cód. Esc. X-i-8 pone «a».— 4 El cód. Esc. pone también «Pomehio».
• 36 REVISTA DE ARCHIVOS
tre escripuieron segund oyeron et aprendieron asus antecesores , enla
qual canónica l todos estos sobre dichos escripuieron et por el Spiritu
Sancto, muchas cosas des.tas entendieron». Esta lista de autores consulta-
dos nada tiene que ver con la que da la Estoria de España de Alfonso el
Sabio; la de ésta está tomada del prólogo del De rebus Hispaniae del arzo-
bispo D. Rodrigo de Toledo, la de la Crónica de 1404 está tomada del
prefacio que D. Pelayo, obispo de Oviedo, puso á su códice de crónicas 2.
De él copia todos los nombres: «Júnior Isidorus Pacensis ecclesiae episco-
pus... beatus Iulianus Pomerius Toletanae sedis archiepiscopus», etc., y
las frases: «sicut a maioribus et praedecessoribus suis inquisivit et audi-
vit, plenissime scripsit...» (frase que por repetirla Pelayo para cada autor,
se pone en plural en la Crónica de 1404) «... et per spiritum sanctum inte-
llexit». El aprovechamiento y adición del códice del obispo Pelayo no debe
ser obra original de la Crónica de 1404; veremos que la segunda mitad
de ésta existía antes separadamente, y aunque no conocemos aislada la pri<»
mera mitad, también debía de ser material preexistente; el autor de 1404
era un portugués, como también se verá luego, y si trata de escribir cas-
tellano en el comienzo de su obra parece que es influido por el original que
le sirve de fuente. Claro es que esto es un indicio nada más, pues también
el autor podía sentirse tentado de escribir castellano, influido solamente
por el prestigio que tenía en Portugal la robusta historiografía castellana,
y aun la castellanización del comienzo podía ser obra, no del autor, sino
de algún copista.
El folio 1 v. lleva estas rúbricas (omite todos los epígrafes el manuscrito
escurialense X-i-8): «Commo Dios foxmo el mundo e las criaturas
que enel son». — «Délos fijos de Adán Cayn e Abel. Et déla tris-
tura de Adán que el ouo por la morte de Abel, seu filio». — «De
quanto tienpo viuio Adam». — «Commo Enos, filio de Adam,
fui el primero que comen 90 llamar el nonbre del Señor», etc.
El fol. 3 v. acaba con el epígrafe: «Aqui se comienca la segunda
edad del mundo». El primer epígrafe del fol. 4 es: «del primero Rey
de los (borrado «godos») griegos». En el fol. 5 v.: «quando e donde
saliron los godos e visigodos e estrugodos». Fols. 6 y 7: David y
sus sucesores... Fol. 10 r.: «Commo Dios aparescio en vesion a Ale-
1 El cód. Esc. «coronica».
2 V. Flórez, Esp. Sagr., IV, 200; Risco, Esp. Sjgr., XXXVIII, 370; Mommsen, Chronica mi-
nora (Monumenta Germaniae histórica), II, 262.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 'i']
xandre elle prometeo que lo feziese señor del mundo.» Fol. 12 v.:
«Jullio Cesar». Fol. i3: Nacimiento de Cristo y Reyes Magos. Siguen los
emperadores romanos. Fol. 16 r.: «Commo el enperador Trojano,
el primero, fue de Castilla e señoreo desde oriente fasta 051-
diente...»
Sigue luego bastante por extenso un episodio del ciclo bretón, cuyo
valor no puedo apreciar ahora, pero que puede ser interesante para el de-
batido estudio de las relaciones que en este punto unen las dos literaturas
castellana y portuguesa:
Fol. 20 v.: «Aqui fala de Eneas quesalio de Troyaedize por
que llamaron Bretaña, e como Bruto edifico la c.ibdat de Lon-
dres e commo Ebrach, rey dlnglaterra, vengio alos franceses.
Enesta gibdat avia vn gentil onbre e buen cauallero que avia nonbre
Eneas e era casado con vna fija del rrey Priamus, el perdió esta su mu^
gier enla destroicion déla cibdat... r» Fol. 21 v.: «Commo Balduc, rey
de Inglaterra, quiso bolar et morio. Regno Balduc xxn años; este
fue moy buen rey e esforzado; este sopo mucho de negromancja». Folio
23 r.: «Del rey Algar.» «del rey Elidur.» «del rey Groboy-
dam». — Fol. 25 r.: «Dize la Estoria del Sancto Grayal et de rrey Artur
que este Aurelius avia nombre Vter et el otro Padragon; e diz que morio
Vter, et que Padragon que tomo el nonbre del yrmano para con el suyo et
se llamo Vterpadragon. Mas non fue ansi; que estos dos yrmanos el vno
ouo nombre Aureleus et el otro Vterpadragon, et esta es la verdat». Si-
gue la rúbrica: «De las prophecjas del Menlin. En este tenpo pro-
phetizaua Merlin en Inglaterra et dezia las cosas que aviam de venir, et
dixo a Vitiger que se non podría gardar de los fijos del rrey Costando
que ellos lie darían mala fim. Quien esto bien quisiere saber leya el
libro del Yaladro de Merlim 2. Et este Merlin dixo que Aurelius seria
el primero rey esfuergado et que el destroyria todos malquerientes. Et
ansi fue. Vieno Aurelio yrmano mayor et paso el mar a la Grand
Bretaña et acogeronse a el todos los christianos que eran en la tierra et
fizieronlo rey; et depues lydo con Vitiger et venciólo et matólo et tomo la
tierra que era suya. Después conquisto mucha otra tierra e fue moy buen
•rey. Mas encima morio con pecoña; que sus enemigos sabían vna fuente
en que el bebia et pogoyaronla; e el vebiendo, morio. Quando rrey Aure-
lius fue muerto, alearon sus vasallos por rey a su yrmano Huterpadra-
1 Cód. Esc. X-i-8. fol. 24 d.— 2 El cód. Esc. X-i-8, fol. 31 a: '«lea el libro debía obra de Merlin».
38 REVISTA DE ARCHIVOS
gon...»— Fol. 25 v.: «Del rey Vterpadiagon, delqual se conta vn
mal enxenplo e eneste capitulo fabla del rey Arturel qual di-
zen que es muerto e otros tienen aavn oje en dia es viuo. Un dia
fez este rrey cortes et fueron hy muchos rricos onbres e grandes señores
e troxeron todos sus mugieres; e vieno ay vn duque de Cornualla, que
troxo y su muger que auia nonbre Yguerna. Et esta dueña era mu-
cho fermosa et vieno mucho afechada et muy ricamiente garnida ». Et
en quanto seyan comiendo a la mesa viola el rey tan fermosa, et namo-
rosse della tanto, que non ponia el ojo senon en ella. E dezia en su
coracion que se la non oviese, que seria muerto. Mas su marido el duque
bien paro mientes en como el rrey cataua su mugier, et luego se timio;
et commo se leuanto de comer, tomo su mugier et acogióse con ella
a vn su castiello que dezian Quenteol 2. Et quando lo el rey sopo que
el duque era ansi ydo, ayunto luego su hueste et cierco el duque en
aquel castiello. Et envo (sic) luego por Merlin; e con su ayuda tanto fiezr
que fue muerto el duque. E el rey tomo Yguerna por mugier et ovo
della vn fijo a que dixeron Artur. Este fue el buen rey Artur de que
todos fablan que fue tan buen rey, commo podedes ver por su libro, se lo
leyerdes. Depues ouo este rey, de Yguerna, vna fija que ouo nombre Ele-
na; esta fue mogier de rey Loth. Deste Loth e de su mugier vieno Galuan
e Garet et Agrauayn et Mordereque 3. Morio Vterpadragon e regno su fijo
Artur en Bretaña... Este buen rey Artur fiez cortes vn dia en Camalot su
cibdat, e esta corte fue moy alta e moy grand et moy bueña. A esta corte He
venieron'xij caualleros mensajeros de Roma que lie envaua Lucius Yber en-
perador de Roma, que se tornase su vasallo el rey Artur... E fue para li-
dar con este enperador. E quando fue en San Miguell del Monte Gargano
conbatiose con el giganto que era moy orgullosso e moy fero e venciólo e
matólo; e desi fue lidar con aquel enperador... E quando rey Artur fue ydo,
este su sobrino (Mordarechque) oyó dizer que su tio era muerto, e aleóse
con la tierra et quisolle tomar la mugier como traydor. Rey Artur, quan-
do lo sopo, tornóse e vieno con su hueste sobre su sobrino Mordarechque a
Bretaña; et Mordarechque, con quantos puedo auer, salió a el a la batalla.
E eilos^que avian ya las azes paradas en Monte Tanblle 4, acordosse Mor-
darechque que avia fecha grand traycion et, se entrase en batalla, que seria
i El cód. Esc. X-i-8, fol. 31 b: «auia nonbre Yguerna e esta dueña era muy fermosa e Tino-
mucho afeytada e mucho ricamente guarnida».
2 Cód. Esc: «Quinteol». — 3 Cód. Esc: «Agranayn e Moriderique».
4 El cód. Esc: «en el monte Tabellio». - '
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 3g
vencido; e envió su mandado a rey Artur que fuese fablar con el, e que fa-
ria quanto el quisiese et mandase. Et el rey fiezlo ansy. Descendieron del
mont a vn llano que dezian Salabres; mas ellos estando en esta fabla salió
vna grand (vna grand) serpiente del monte; e quando la vio rey Artur,
metió mano a la espada, e enpe^o de yr en pus della; et Mordarechque
otrosí tanbien. E as sus gentes que estauan acerca, quando esto virón,
pensaron que el vño quería ferir al otro, que ellos [fol. 26] non vían la ser-
pente que ellos vían. E enton las azes fueron ferir vñas con otras et fue a
batalla moy grand e morieron ay de vña parte e de la otra los mas. En
^esta batalla morio Mordarechque e os mas que fueron de vña parte e de la
otra. E rey Artur ouo al canpo por si, et fue íerido por tres lanzadas; et
fiezosse leuar a sus caualleros pocos que con el ficaran viuos, por tal se po-
dría guarescjer. E daquí en delante non sabemos del se es viuo, se muerto,
nin Merlin non dixo del mas nin yo non se mas del; pero los bretones di-
zen que avn el es viuo. E a rayña su mugier vio que avia fecho grand
mal; e fiez se monja en Corberque '; en vna mongia; e a poco tienpo
morio».
Fol. 26, rúbrica: «Como Inglaterra fue conuertida dos vezes a
lafe: la vna por Josephas, fijo de Joseph de Varametia e la otra
por sant Agostin. — Fol. 28 v.: «... Del malo enperador Juliano
•que fue falso hermitaño». — Fol. 3o, Teodosio.
En el fol. 32 r.: «Aqui enpieca la primera estoria de España, segund
escripuio Santo Ysidro, arzobispo de Seuilla...», etc., como en el códice
Escurialense X-i-8, fol. 40 a.; Rodríguez de Castro, Bibliot. esp., II,
página 328 a.
En el fol. 39 v. va el capítulo: «Commo Thanay, rey délos go-
dos, venteo en batalla al rey del Egipto e conquistaron en-
ton desa vez atoda Asia. Uesoso, rey del Egipto, sallio de su tierra
por venir a Sicja...», es vencido por Thanayso 2 y sus godos; de éstos mu-
chos «quedaron de morada en aquella tierra de Asia, e del linagen destes,
dize Ponpeo en su Esloria 3, que vinieron los turcos, que son llamados
en latin partios».
En el fol. 101 r.: «Aqui se acaba a segunda parte da estoria de Es-
paña, que a primeira parte faz fin quando os vándalos...», etc., como en el
1 , El cód. Esc: «en Coberque».
2 El cód. Esc. X-i-8, fol. 5o b.: «Tanaso».
3 Justini Epitoma Historiarum Pqmpei frogi,ll, 3(Vezosjs); I, i (Tanaus).
40 REVISTA DE ARCHIVOS
cód. Esc. X-i-8, fol 149 a.; Rodríguez de Castro, II, pág. 328 b. Sigue:
«Aqui se cometa a terc,eira estoria de España en don Palayo, e aca-
base», y no sigue más este epígrafe.
En el fol. 107 v., después del reinado de Alfonso el Católico, viene una
geografía universal: «Commo a térra he partida en .v. partes as
tres morables e as duas no.» (Igual en el cód. Esc. X-i-8; fol. 1 58 c.)
En el fol. 112 empieza el reinado de Ramiro I. Desde este rey hasta San
Fernando existe otra crónica portuguesa conservada en dos manuscritos:
Biblioteca Real 2-H-3 y Nacional X-61 (moderno 8817), la cual, desde Ra-
miro I á Bermudo 111 sigue á la Estoria de España de Alfonso X y desde Fer-
nando I á Fernando III sigue á la Crónica de Castilla. La Crónica de 1404
coincide con esta versión portuguesa ', de la cual se distingue, sin embar-
1 El parentesco de la Crónica de 1404 con la traducción portuguesa de la Est. de España y
Crónica de Castilla de Ramiro I á San Fernando (ms. X-61 de la Bibl. Nac. y Bibl. Real 2-H-3)»
se prueba: i.°, en la parte de Ramiro I á Bermudo III: por ejemplo, en la historia de Fernán
González, por la frase «chegou o conde con huum coytello do Arcipreste enna máo et mata-
ronno» (ms. Vindel, fol. 146 r.; ms. Menéndez Pelayo, fol. 18 a. ), cuya significación declaro en el
Homenaje á Menéndez y Pelayo, tomo I, pág. 473 n. En la parte de Garci-Fernández el paren -
tesco con la versión portuguesa de Ramiro I á San Fernando (X-61 y Bibl. Real 2-H-3J se ve, por
las variantes que indico en La Leyenda de los Infantes, pág. 388 0: «que mays pouco a deuia el
de temer» (ms. Vindel, fol. i5o r.), etc.; y más concretamente se relaciona con el ms. Bibl. Real
2-H-3 que con el X-61, por no contener la errata de X-61 en la frase «e en mim non tomedes fiuza
ca de mim non averedes ajuda nenhuma (ms. Vindel, fol. 160 v., La Ley. de los Inf. pág. 231 ^V
y por las tres últimas palabras del epígrafe «como morreron os sete Infantes de Salas per seu
tio» (ms. Menéndez Pelayo, fol. 40 d.; en este epígrafe el ms. Vindel se aparta del original, La
Ley. de los Inf., 227 x var., que el ms. Menz. Pelayo copia ñelmente, pues si bien engloba en uno-
dos capítulos del texto de Alfonso X, como todos estos manuscritos portugueses, amplía así su
redacción: «como os sete infantes e seu amo Moño Salido foron hendidos e mortos en poder dos
mouros por treicom quelles fezo Roy Valasques», ms. Vindel, fol. 160). La antigua versión portu-
guesa, en el año 25 de Alfonso V (Bibl. Real 2-H-3, fol. 118 a.) tiene una laguna que coge el capí-
tulo de la Est. de España: «de como el rey don Alffon recibió los fijos del conde don Vela por sus
vasallos», año 26 del reinado, con el fin y el principio de los capítulos anterior y posterior; igual
laguna en la Crónica de 7404 (ms. Vindel, fol. 175 v.): «que fosen enna cibdade para os berberís
que yan con el mays asy foy que lego quando Cacin || a os outros. Et desi rreceberonno comsi-
go enna ^ibdade a Ayran et Mugeyt et aquelles altos ornes de Habyt rrey de Cordoua» (errado
por «Granada», como dice 2-H-3).=2.°, en la parte de Fernando I á Fernando III decimos que la
antigua versión portuguesa sigue á la Crónica de Castilla, y en todo le es igual la Crónica de
1404; como muestra citaré algunos párrafos. El reinado de Fernando I empieza: ms. Vindel, fo-
lio 186 (cód. Esc, fol. 267 d.): «Quando finou el rey don Uermudo, ficou o regno de León sen rey;
enton el rrey don Fernando sacou sua oste e foy se para alia, que le perteeseja por rrazon de
sua moller a rrayna dona Sancha»; conforme con la Chronica del Cid, edic. Huber, Marburg,
1844, pág. 7. El cap. II: «conta do linajee de Roi Diaz (¿ide». El III: «Commo foron trautados ca-
samentos de dona Xemena con o Cide Roy Diaz. Indo el rrey por térra de León asesegando a té-
rra, veo lie mandado da gran boa andanca que ouuera Rodrigo...» conforme con la Chronica
del Cid, ed. Huber, pág. 11 etc., cuyo texto sigue, en general, con ligeras alteraciones; por ejem-
plo, los asonantes -ao de las palabras de Albarfañez al Cid desterrado (edic. Huber, pág. 95), se
acortan así en la Crónica de 1404: «convosco yremos todos por poblados (X-61 pollados) ou por
u quer que posamos (X-61 poss.) que uos fordes, e seede certo que uos non desanparemos (X-61
-pararemos), ante desanparemos (X-61 -arare.) todo o que auemos commo leaes amigos et vasa-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4!
go, por la interpolación, que luego diremos, de la Conquista de Ultramar,
la cual falta en la citada crónica portuguesa (en el ms. X-ói , pues el 2-H-3
no llega al reinado de Alfonso Vi, donde ocurre la interpolación); y como
el lenguaje de la Crónica de 1404 es el mismo que el de la versión portu-
guesa desde Ramiro í á San Fernando », es seguro que una y otra no son
versiones independientes de un original castellano, sino que el autor de
1404 echó mano de la versión preexistente. Además, puede también afir-
marse que ese autor de 1404 era de lengua portuguesa, si bien todas sus
fuentes eran de origen castellano; empezó queriendo escribir en castellano y
luego se abandonó á su propia lengua; en fin, el códice Esc. X-i-8 realizó la
castellanizaron del lenguaje, una verdadera traducción, dejando pasar al-
gún portuguesismo 2, y apartándose algo de sus fuentes al traducir los gi-
ros y las formas de expresión 3, por donde se ve que tal códice X-i-8 no es
íuente, sino derivación de la forma portuguesa de la Crónica de 1404.
En esta parte en que la Crónica de 1404 copia la antigua versión por-
tuguesa de Ramiro í á San Fernando, merece notarse la particularidad de
gran número de capítulos intercalados en la historia de Alfonso VI y del
Cid, que cuentan la conquista de Ultramar.
Esta importante interpolación, propia del autor de 1404, comienza en
el fol. 221 r. del ms. Vindel, después de contar que el caballero que lidió
los. E oque diso don Aluaro Ferns outorgaronno todos ou outros» (ms. Vindel fol 211 r )• igual
sólo que en castellano el ms. Esc. X-i-8, fol. 3o5 c. Sobran estas citas para ver que de Bermu-
do III a San Fernando los textos portugueses abandonan la primitiva Estoria de España que
como es sabido, nada cuenta de las mocedades del Cid, ni contiene esos asonantes -ao.
1 Cotejé varias lecciones de X-61, que doy en la Ley. de los Inf., pág. 207, etc., y en todas
coincide la Crónica de 1404. Otro ejemplo entre mil: la Estoria de Esp. (Siete Inf. 233 ) dice-
«tanto crescio la muchedumbre de los moros»; X-61, y la Crónica de 1404 «tanto cre'ceu a mor-
taldade dos mouros», y la traducción escurialense X-i-8, fol. 229 a.: «tanto crescio la mortandat
de los moros».
2 En el comienzo advierto: «e dos godos e de los estregodos», portuguesismo que, dicho sea
de paso, no esta tomado del códice de Vindel, que no lo contiene.
3 Noto, por ejemplo, donde el códice de Vindel dice, conforme á la Estoria de Esp «esto tezo
Mudarra Gs libremente ante o conde e diso esa ora Roy Valasques...», dice el cód Esc X-i-8-
«esto fiso Mudarro Gs ante el conde/íoneíe e dixole Ruy Velasques...» (Leyenda de los Inf. pá-
g.na 55 nota, 242 22 y 234 9).=La Est. de Esp.: «como las gotas en la lluuia que cae», X-61 «como
las gotas ennas chuuyas que caen», la Crónicadel4o4 «commo as gotas ennas chuueas que caen»-
pero el cod. Esc. X-i-8, fol. 229 b., traduce libremente: «como las gotas de agua cuando llueue»'
=Notanse, además, en el cód. Esc. X-i-8, huellas clarísimas de una descuidada traducción del
portugués: adelante, pag.44,nota 1, veremos que el traductor conservó «ouiera» en vez de «lo
viera», y estos casos abundan; notaré todavía: «vn rio que ha nonbre Coobra», fol 326 d ' tra-
ducción de la Crónica de 1404 (ms. Vindel, fol. 225 r.): «hum rrio que a nome Cobra», la cual á su
vez, interpreta por etimología portuguesa el texto de la Gran Conquista de Ultramar- «el rio
que ha nombre Cobar», Bibl. Aut. Esp., tomo 44, pág. 7 b., línea 4,.=En fin, las palabras finales
del ms. escurialense encierran otra falta de traducción: «Cuenta la estoria que hay racon por que
pasaron», que en portugués son «conta a estoria que a razón por que pasaron os alaraues a Es-
pana foy esta...» (ms. Vindel, fol. 229 v., línea 16).
42 REVISTA DE ARCHIVOS
por el oficio mozárabe se llamaba Johan Roys (Comp. edic. Ocampo, fo-
lio 3i2 d): «e dezianlle Johan Roys. Mays ora leixa a estoria a contar
destas cousas, e comeca commo o papa santo Vrbaño pregou a cruzada 'r
et a romaria da casa santa de Iherusalem; por que en este mesme 2 año
que este rrey don Afoñ andaua o seu regno en xxiij0 3 años, e a era de
Octauiano Agustus (Jesar em mili e cento e xxiij0 3, e a era da encarna-
com de noso señor Ihesu Cristo en mili e lxxxv0, foy comecada a romería
dUltramar. E por end toma aqui a estoria a contar a o tempo en que a
casa santa de Iherusalem foy tomada daquel principe Ornar, filio de Ca-
draspe 4, que era rrey dArabia e o terceiro rrey depoys de Mafoma, se-
gundo que esta Estoria vos ha contado eña segunda parte deste libro. E
porque o ala non poso tan conpridamente, acrescenta aqui algumas cou-
sas.»— Rúbrica: «Aqui conta do emperador Eraclio commo era bó
cristaao.» (Fol. 221 v.): «Conta a estoria que enno tempo do enperador
Eraclius, o qual foy moy bóo cristaao e sucesor do emperador Foca, o
qual enperador Eraclio comecou de regnar enna era de seyscentos La años,
regnante ennos godos Viterico, en este tempo veo 5 aquel principe Ornar en
Iherusalem; e primeiramente veo 5 en aquella térra que ha nome Palastri-
na 6, con gran gente que toda a térra cobria; e tomou logo por forca huma
moy nobre cibdade 1 que avia nome Gransdes 8, e dally foy veudo contra
Domas e tomoa por forca, que el avia tanta gente que nehuma cousa te-
rreal non lie podia contradizer. E o enperador Eraclio, que moraua en
aquela térra que ha nome £elicayo, oyó nouas daquella gente...» 9 Por
estas líneas se ve que la Crónica de 1404 copia algo abreviadamente el
primer capítulo de la Gran Conquista.de Ultramar (Bibl.deAut. Esp.,
tomo 44, pág. 2). Pero hay cosas en la Crónica que faltan en la Conquista;
por ejemplo el principio del capítulo que trata de «Commo os turcos
veeron e decendem da geeracom dos godos» (fol. 224 v.) I0 es pro-
1 El cód. Esc. X-i-8, fol. 320 d, traduce «pregono la cruzada» en vez de «predico».
2 El ms. Menz. Pelayo dice «meesmo».
3 En ambos lados el cód. Esc. X-i-8 dice «veynte e quatro».
4 El cód. Esc. X-i-8 dice «Cadras».
5 El ms. Menz. Pelayo «veeo».
6 Eljms. Menz. Pelayo «Palastina con trá gran gente».
7 El ms. Menz. Pelayo «ciodade».
8 El ms. Menz. Pelayo «Grasdes».
9 Igual.en el ms. del Sr. Menéndez Pelayo, fol. u5 b, é igual, sólo que en castellano, en el
cód. Esc. X-i-8, fol. 321 a.
10 En eljms. Menz. Pelayo, al fol. 119 c. Este ms., como hemos dicho, comienza en Fernán
González, pero se prueba que deriva ó que pertenecía á una Crónica de 1404 completa, porque
contiene la misma alusión: «Bem aucdes oydo na primeyra parte deste libro», que se refiere al
párrafo del fol. 39 del ms. Vindel que dejo copiado arriba, pág. 39.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 43
pió del autor de 1404: «Bem auedes oydo na primeira parte deste libro en
commo os turcos forofn do linagem dos godos, enno tempo de Atanasio x
rrev dos godos, que foy gran tempo ante que se a era de Cesar comecase.
Andando este rrey Atanasio l en térra de Asia conquistando, veendo a
gente dos godos as prouincias que avia conquistadas como eran muvto
ahondadas de todos froytos, leixaron huma parte dellas (léase «delles»
como en el manuscrito Menz. Pelayo) as ostes dos godos, e ficaron de mo-
rada en aquella térra dAsia. E segundo que diz Ponpeo en sua estoria,
destes vierom 2 os turcos, que quer dizer partidos, por que se partiron
de seus parentes» (comp. Gran Conq., pág. 7 a.) — Sería preciso exami-
nar al por menor toda esta interpolación, pues el texto de la Conquista
de Ultramar, que sirvió para la Crónica de 14.04., era distinto del im-
preso; por ejemplo: según la Crónica (ms. Vindel, fol. 225; ms. Menz. Pe-
layo, fol. 120 c), para la elección del primer rey de los turcos se echa dos
veces la suerte de las saetas: una da por resultado la elección del linaje de
Senducius y otra la de Seduc; mientras que en la edición de la Gran Con-
quista sólo una vez se echa suerte para elegir á Celat. También divergen
en la frase y en el orden de materias. — Después de contar la conquista de
Jerusalén por los turcos (Gran Conq., pág. 8 a), el autor de 1404 interpola
este párrafo en que habla de sí mismo (ms. Vindel, fol. 225 v.; ms. Menz.
Pelayo, fol. 121b): «Esta gente dos turcos, oge en dia. teen 3 tomado de cris-
taos todo o regno de Armenia, e eu vi con os meus olios el rrey de Arme-
nia en Castella 4, enna era da encarnacom de mili e trezentos e xc. E desa
meesma era de mili e ccccos tiñan 5 cercado en Grecia a cibdade 6 de Cons-
tantinopla, e o enperador desa mesma cibdade fogeu («fúgido», ms. Menz.
Pelavo) en Franca; e eu vi orne que o vira en Paris. E desa meesma era de
1 El ms. Menz. Pelayo «Atanayso->.
2 El ms. Menz. Pelayo «veeron».
3 El ms. Menz. Pelayo «.ten».
4 Al último rey de Armenia, León VI de Lusignan, prisionero en 1375 y soltado en 1381 por
mediación de algunos reyes cristianos, entre ellos Juan I de Castilla, le dio éste el señorío de
Andújar, Villarreal y Madrid, que tuviese durante su vida, compadecido porque «perdiera su
regno en defendimiento de la sancta fee católica». Estando León en Segovia, á 19 Octubre 1383,
recibió el pleito homenaje de la villa de Madrid, y en 21 de Octubre otorgó un privilegio á la
villa. J. Amador de los Ríos y J. de D. de la Rada, Historia de la villa y corte de Madrid, I,
1861, págs. 399-407, y págs. 406 y 420, lámina del sello y firma del rey. León residió también en
Francia, donde Carlos VI le dio el palacio de Saint Ouen; disfrutó rentas de los reyes de Casti-
lla, Francia é Inglaterra, y murió en París á 29 de Noviembre de 1393. Véase también la Crón. de
D. Juan I, año II, cap. VI, y año V, cap. III.
5 El ms. Menz. Pelayo «tiiñan».
6 El ms. Menz. Pelayo «en Glecja a ijiodade».
44 REVISTA DE ARCHIVOS
mili e ccc° xca e dous 1, sayu gran gente de Franca e de Inglaterra e dAlle-
maña enna ajuda del rrey dOnglia; aqüestes turcos teen tomado o mays de
seu regno; e forom vencidos 2 el rrey dOnglia e suas ajudas. E esto uos dixe
aqui por veerdes as cousas que ainda agora fazen. Agora leixa a estoria
aqui a talar dos turcos e torna a contar dos nobres romeus.» — Contando
el cerco de Jerusalén por los cruzados, pondré una muestra de las omi-
siones y variantes de la Crónica de 1404 respecto de la Cran Conquista
(ms. Vindel, fol. 257 r): «Moyto eran os cabdeesen gran voontade de fazer
enderen^ar os engeños. E outrosi o poboo mehudo ajudaua quanto podia...»
(como Gran Conq., III, 17, pág. 33o a). «Enno ^erquo de Iherusalem se
mantinan todos da guisa que uos ey dito; en esto estando veo lies hum
mandadeiro...» (abrevia mucho la materia de la Gran Conq., III, 18). «Et
aqueles que fincauan enna oste non quedauan traballando quanto podían
et de coytar os obreiros que fezesen tosté en aquelles engeños...» (abrevia
la materia de la Gran Conq., III, 19). La Crónica de 1404 salta luego diez
y ocho capítulos 3 de la Gran Conq., III, 20-37, Pues prosigue así: «Logo
ib y acordado de todos que fezessen pro^eson e leuasen en ella todas las
reliquias que eran enna oste...» {Gran Conq., pág. 342 b, lín. 12; además,
compárense estas palabras de la Crónica de 1404 con algún pormenor
que falta en las correspondientes del final del cap. 38 del lib. III de la
Gran Conq.: «Os mouros da villa que estauan en cima dos muros se ma-
rauillaran moyto que aquellas gentes fazian et aly hu vian estar os tropees
delles tirauan as seetas con arcos et con beestas et chegaron ende moytos
et cornearon a fazer cruzes sobre los muros en despre^amento de Nostro
Señor et en deosto de nosa fe, et mejauan en ellas et faziam outros moytos
lixos que non son para dizer. E o poboo de Nostro Señor que estaua en
sancta voontade de o seruir, via ben estas cousas que os mouros fazian e
asi lies pesaua moyto en seus cora^oes...» Siguen unas líneas más que
resumen el cap. 39 de la Gran Conquista. El capítulo siguiente de la
Crónica de 1404 resume los capítulos 40 y 41 de la Gran Conq., III;
empieza: «Quando o dia nomeado veo que deuian conbater, a noyte que
1 El cód. Esc. X-i-8, fol 327 c, tiene una laguna que confunde estas fechas: «tiene tomado de
cristianos todo el reygno de Armenia y yo vy con los mis ojos el rey de Armenia en Castilla en
la era de la encarnación en mili e ccc e nouenta e dos años e salió grand gente de Francia e yo
vy onbre que ouiera (nótese la mala traducción) en Paris en esa mesma era de mili e treziehtos
e noventa e dos salió grand gente de Francia e dio grand tierra (!) de Alemania en ayuda deL
rey de Vngria», etc.
2 El ms. Menz. Pelayo «vyn^idos».
3 En el^ms. Mz. Pelayo se omiten también estos diez, y ocho capítulos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
4*
foy ata aquel dia Gudofreu de Bullón e o conde de Frandes e o duc de
Lormandia virón daquella parte da (¿ibdade que elles tiñan gercada e moy
ben bastida de engeños...» y acaba así: «en quatro lugares se fazia este
salto asi commo vos oydes; moyto tomauan gran traballo as gentes menu-
das en aduzerem térra que deytasen ennas carcouas; aquelles de dentro
deytauan saetas de fogo dalquadran sobre los castellos et tic^oes acesos de
xufre, de pez et de todas las cousas a que se fogo pódese tomar; as pedras
ferian tan grandes et tan espesas que por maravilla era y nengun orne que
non fose ferido. Moytas vezes semellaua que todos deuesem caer en térra
et os l cristáos se trauallauan de matar o fogo con vino grego et con vina-
gre et con agoa, et tragian senpre dapños et martellos ñas maos para sa-
rrar os portellos que fazian ennos castellos do fuste. En todas las cousas
que no mundo podian fazer ardimento, aquelles o faziam» y el capítulo
siguiente empieza: «Este gran salto e perigoso se departen por la noyte.
Os cristáos se tornaron a seus alberges e leixaron guardas que lies guar-
dasen seus engeños...» en estos dos trozos copiados se podrá observar tam-
bién distinto texto que el impreso en la Gran Conq., pág. 344 a, lín. 1-20.
En otros veinte capítulos resume la Crónica de 14.04 (ms. Vindel.
fols. 2D9 r á 265 r) toda la materia de la Gran Conq., III, 42 á IV, 172,
acabando esta interpolación de la cruzada en el capítulo de «Commo
Salaadin [poys que] ouuo tomada Iherusalem fezo lauar o tem-
ple con agoa rosada, e do que os mouros fezeron», con estas pala-
bras: Salaadin «foy cercar Sur e nonna tomou; que o marques de Monfe-
rat, que avia nome Currath, a defendeu, et os freires do Temple et do
Spital, aqueles que escaparon; et outrosi huum caualleiro dEspanna
que avia nome Sancho Martiiz 2 que fez y cauallarias et moy boas espo-
radas. En tal guisa commo vos oystes foy Jherusalem gaanada e conqui-
rida et por la misericordia et por la voontade de Xostro Señor Jhesu
Cristo en tal guisa al foy perduda a sancta cjbdade de Jherusalem; e o;e
día por los nosos pecados et por las nosas maldades et por lo do poboo
que y era morador dentro enna villa et en todo o regno derredor; et asy
ar seera gaanada quando Nostro Señor quiser, mais por la sua voontade
que por la for^a de nengun.»
1 Con las palabras «en térra |[ os» acaba el ms. Menz. Pelayo (en el ms. Vindel, fol. 25o. rT
lín. 8). El cód. Esc. X-i-8 no llega tan acá, pues acaba con la fuga del hijo de Abubácar de Va-
lencia, que el ms. Vindel cuenta en el fol. 229 v.
2 La Gran Conq., pág. 574 b, lín. 12, dice sólo «un caballero de España», sin nombrarle.
46 REVISTA DE ARCHIVOS
Al terminar esta interpolación, el autor, asustado de ella, disculpa en
un corto capítulo la gran extensión que da á la historia de Alfonso VI:
«Vosoutros leedores destas estorias, non uos anogedes por la grandeza do
volume das cousas que se aconteceron enno tempo do noble rey don Afon
que gaanou Toledo, que foy chamado o das particóes; que he verdade que
depoys que Mafomat foy aleado rrey en Damasco, segundo que a contado
a estoria, nunca os cristáos ouueron tanta victoria dos mouros, asy en
ouriente commo en ocidente quanta ouueron enno tempo deste noble rrey
don Afon dEspaña...» Luego reanuda la historia española con la ida del
rey de Sevilla sobre Valencia contra el Cid: «Conta a estoria que depoys
que foy sabido por las térras commo o Cide Roy Dias era señor de Valen-
cia (ms. Vindel, fol. 265 v, Crónica del Cid, ed. Huber, p. 211).
No pone la extensa materia portuguesa que la Crónica de 134.4 trae en
el reinado de Alfonso VII y siguientes. En el fol. 304 r. cuenta el engaño
del conde D. Muño á Fernán Roys de Castro dejando sin enterrar á su
hermano, rasgo propio de la Crónica de Castilla ', á la que, como hemos
dicho, se atienen en todo la versión portuguesa, Bibl. Nac. X-61, y esta
Crónica de 1404. A este engaño siguen inmediatamente: «Como domin-
gello fezo auer Corita a el rey don Alfon de Castela. Conta a estoria que
andando el rrey don A° ennos feitos que uos auemos contados, chegou lie
mandado commo selle Lopo dArenas algara con Corita» (Ocampo, folio
385 a, abajo). Y después de este episodio cuenta en el fol. 3o5 r.: «Commo
el rey don Alfon enbion por seu casamento a Inglaterra dous obispos e
dous ricos ornes.» (Ocampo, fol. 387 a); en este capítulo da noticias de la
reina, que faltan en Ocampo, y termina con la fecha de la composición de
la crónica: «e arrayna saeu moy boa e moy ensynada e moy entendida e
era de moy boo donayro; e foy yrmáa de rey Riarte que foy moy bóo
rrey e esforcado que mays n5 podia seer, e do duc de Bretaña et del rrey
Johan Senterra; e ouuo duas yrmaas e ahuma foy rayña de Cegilia e a ou-
tra duquesa de Sensoña. E eneste tempo e en este meesmo año foy
perdida a casa sancta de Iherusalem, segundo que ha ja contado a estoria,
quando a tomou a segunda vez aquel principe Saladim, de que disemos; e
senpre depoys esteuo en poder dos mouros ata o presente dia da copilacom
deste volume, que foy enna era de m e ccccos e nj° años». Esta era 1403 no
1 Véase mis Crónicas generales de España, 1898, pág. 92, abajo.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 47
es la española, sino la de la encarnación, como después dice el mismo au-
tor al fin de su obra.
En el tol. 36o se halla el fin de la historia de San Fernando, como en
la Estoria de España: «non deuen dultar que sancto confirmado de Deus
no seja e coroado enno coro celestial en conpaña dos seus sanctos ser-
uos. Amen».
Hasta aquí llega la versión portuguesa, Bibl. Nac. X-61, de que se sir-
vió el autor de la Crónica de 14.04.; pero éste quiso poner su obra al co-
rriente y la prosiguió con relatos de algunos reinados posteriores á San
Fernando ó simples menciones de otros reyes hasta Enrique III. Esta parte
sólo nos es conocida por el manuscrito Vindel, y aunque más breve, es la
más curiosa desde el punto de vista histórico, sobre todo en lo referente á
Alfonso XI, de cuyo reinado ofrece una narración que en varios pormeno-
res difiere del relato oficial de la crónica particular de ese rey. Las frecuen-
tes alusiones á los reyes de Portugal confirman la idea de que el autor de
1404 era portugués. Acabado el reinado de San Fernando, viene en el mismo
folio 36o el capítulo:
«Commo o Infante don Afoñ, filio deste rey don Fernando
reynou, despois do padre, en Castella e León xxxnj años e foy
chamado Par de Emperador e morreo; e des pois del, seu filio el
rey don Sancho, e commo este rey don Sancho morreo. Conta a
estoria que rrey don Fernando foy moy boo e moyto amigo de Deus; e
tomou Cordoua a mouros en dia de San Pedro e de San Pablo apotollos,
enna era de...; e tomou Seuilla a mouros en dia de san Clemente enna
era...; e fillou Jahen en dia de santa María de margo...», etc. «... E morto
el rrey don Fernando, reynou en Castella e en León xxxiif años este seu
filio rrey don Afonso. Este rrey don Afoñ britou os foros a os poboos e
deytoulles moytos peytos et moytos pedidos enna térra, et bateu moedas de
moytas [fol. 36o v.] guisas, et casou con dona Violante filia del rrey don
James dAragon, e della ouuo fillos: o infante don Fernando Guedella e el
rrey don Sancho de Castela e de León, et o infante don Pedro et o infante
don Johan e o infante don James, e ouuo filias dona Biringella que non foy
ben casada e outra que casou con o marques de Monferram, e dona Vio-
lante que foy casada con don Diego de Viscaya. E enviou o papa de Roma
por este rrey don Afonso por lo fazer enperador dAlemaña por que era
do linagem dos enperadores; et el foy a a corte do papa et leixou seu filio o
4-8 REVISTA DE ARCHIVOS
infante don Fernando Guedella por gouernador dos reynos de Castela e de
León. E o papa soubo en verdade do arcobispo de Santiago don Goncaluo
Gomes et do bispo don Martiño de Leom en commo desaforaua seus po-
boos, e non lie quiso dar o enperadigo; et deulle algo et envioo para sua té-
rra. Et este seu filio o infante don Fernam Gedella morreu ante que el. E
de poys este rrey don Afonso moueuse para fazer hum grande agrauea-
mento a seus poboos: que que nouuese valia de dous marcos de plata que lie
dése hum. E os poboos teueronse ende por moyto agraueados, e aleáronse
todos con o infante don Sancho seu filio, e guerrearon con el dous años,
et el foy desheredado dos reynos estes dous años, saluo Seuilla en que ficou
con algunos poucos castellaos. E acabo destes dous años morreu ena era
de mili e trezentos e xxij0 años enno mes de abril. E en pus sua morte
regnou seu filio el rrey don Sancho, e casou con a rayña doña Maria filia
do infante don Afoñ de Molina e neta del rrey don Afonso de León; et
ouvo della poi; filio a el rrey don Fernando de Castela e de León, e o in-
fante don Anrriqne, o que foy mudo, e o infante don Pedro, e a infanta
dona Ysabellá. E este rrey don Sancho foy moy forte cauallero e moyto
ardido en feito darmas et non auia vezino que del non ouuesse medo. E por
que lie fezeron entendente que seu yrmao don Johan et o conde don Lopo
de Viscaya o querrían matar et tomadle os rreynos, matou o conde et
prendeu seu yrmáo don Juan; et depoys soltoo et foyse o yrmao con el a
gercar Tarifa; et tomaronna a mouros et pobrouha de cristáos. E regnou
dez años ou honze; et morreu enna era de mili e trezentos xxxij0 años
enno mes de abril, et enterraronno en Tolledo a par do enperador don
Afonso, enna igllesia de Santa Maria da see».
Capítulo de Fernando IV:
«Asy commo fuy morto el rrey don Sancho, rregnou en seu lugar seu
filio don Fernando; o qual non auia mays de vüj° años do seu nascemento.
E por que era mogo e al por la nobreza de seu regno leuantaronse moytos
bollicos enna térra. Dos quaes aluorocadores foy hum delles don Afoñ,
filio do infante don Fernam Guedella filio et primogénito del rrey don
Afoñ, segundo que ja ha contado a estoria. Este don Afonso, con poder
dos aragoeses, chamouse rey de Castela logo enno primeiro año que el rrey
[fol. 36i r.] don Fernando comecara de regnar, en tal maneiraqueel rrey
don Fernando non ousaua sayr de Valledolid onde estaua con sua madre a
reyña, señora de moy grande entendimento; que segundo pon en sua esto-
ria, tan sesudamente soubo trager esta reyña a fazenda de seu filio el rrey
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 49
don Fernando en comeco de seu regno que ella destroeu e abaixou todos
los auersarios do seu filio. Breuemente, foy el rrey don Fernando tan
apresado de seus enemigos, que estaua el rrey en Valledolid, e don Afoñ,
o de que vos disemos que se dezia rey de Castella, estaua en Doñas; outrosy
se leuantou en Leom hum que se dezia don Juan, e chamauase rey de León.
E en este estado que oydes estauan os reynos de Castela e de León enna
noueza de rey don Fernando. Pero commo disemos, tanta foy a nobleza
e a nobre descréeos da reyña dona Maria madre del rrey don Fernan-
do que a todos estes contrarios soubo contradizer: a os huuns por armas,
e a os outros por dóos, en tal maneira que ella avia ben apagificados os
reynos de Castela e de León quando seu filio foy de ydade para os reger.
Pero en cabo destas cousas, homes maldizentes que auian lugar de fallar a
el rrey, mesclaron a reyña con seu filio, dizendolle que lie demandase as
sortellas (as sortellas) que foram del rrey don Sancho seu padre. E el rrey
don Fernando creuoos et demandou ascarosamente as sortellas a sua ma-
dre. Breuemente, este rey don Fernando regnou dez et seys años e mo-
rreu en esta guisa: mesclaron hum caualleyro con el, que avia nome (un
blanco). Et el rrey movido de saña e (sic) mandoo matar; e o caualleiro en-
prazoo a os xxxa dias que aparescese con el ante Deus a dizer por que lie
mandaua dar tal morte sen por que. Et el rrey non curou. E a os xxvi|e
dias que o caualleiro foy morto, jazendo el rrey en sua cama dormin-
do, chegou e el o caualleyro de noyte: «Fernando, dormes? Leuantate
e vay dar conta, ante o dereytureyro Juiz, da miña morte.» Et el rrey
espertou moy espantado, e sentiose logo moy mal; e chamou os montei-
ros que estauan enna garda et mandoulles que fosem chamar os bispos
et perlados que y eran con el. E quando forom vehudos ante el, mos-
troulles el rrey a visom que viera, encomendandolles que ouvesen con-
sello en feito de sua alma. E os bispos diseronlle que non curasse, que
ben podía aquello viiñr (sic) por parte do eamigo ou por la ymagina^om
pensando en aquelles dias. E el rrey lies respondeu que el se sentía en tal
maneira que era certo estaua en fin de seus dias. E quando forom os xxx
dias do plazo, morreuse el rrey ". E esto dizem que se acontes^eu en (un
blanco). E a sua morte foy enna era de mili et trezentos et quarenta et
oyto años.
1 Sobre el emplazamiento del rey, contado ya en la Crónica de Alfonso XI, cap. III (edición
Cerda y Rico), y por Ibn Alhhathib, h. 1362, véase la nota de D. Antonio Bena vides, Memorias
de D. Fernando IV de Castilla, l, 1860, pág. 686-696.
3.a época. — tomo ix. 4
50 REVISTA DE ARCHIVOS
Capítulo de Alfonso XI, fol. 36i v.: «Commo tose morto el rey don
Fernando, regnou seu filio el rey don Afonso, et regnou xxxa et vije añDs;
e non auia mays de vñ año, poucos meses mays, quando comecou de reg-
nar. Et foron moytos bollicos en quanto foy menor de ydade, co;nmo
quer que ouuese seu regno sen outro contrario; et rragiao en poder o con-
de Aluaro Nunes, et fezolle fazer moytas cousas desaguisadas en quanto
foy menor de ydade; por lo qual el rrey, desque ouuo ydade, mandou
del fazer justica. Este rey don Afonso foy home que- en sua mancebía
tomaua gram plazer en correr moyto (sic), et dauase moyto a aquel vico.
En seu tenpo pasou hum infante a que diserom Abumaque, filio del rrey
Almofacen de Bellamarin; et por que este infante gaánara huma cibdade
en Vltramar a que dizen Picaco, a qual cibdade era moy forte et moy no-
bre, por esta rrazom foy chamado o infante Picaco. Este infante Picaco
pasou con moy grandes ostes en España, et desa primeira pasada cercou
a pena de Gibaltar, que tina huum caualleiro que dezian Payo de Mey-
ra que tina o lugar por el rrey don Afonso; et auia este Payo de Meira
huma manceba a que deziam Cathaliña. Et este infante Picaco, con gran
maestría, ante que pasase o mar, conprou todo o trigo que sia en Gibaltar
a aquela muller que deziam Cathaliña ', estando Payo de Meyra en Seui-
11a; et esta conpra que este fezo era en maneira de mercadores que dauan
por la fanega do trigo huma dobla, et achauanna en Seuilla por quatro
mars; e en esta cobija foy a doña engañada, que coydou de gáanar e per-
deu por esta maneira o lugar. Que asi commo o infante Picaco soubo que
enno lugar non avia bastimento, et desto foy certo por los mercadores que
o soyam mercar, e apoderouse de grande hoste et pasou o mar e cercou o
lugar de Gibaltar. E Payo de Meyra, asy commo o soubo que o infante
tina cercado o lugar, parteu de Seuilla onde estaua, e lancouse dentro; et
quando soubo en que maneira o bastecemento do lugar era vendido et que
non auia de comer, enviou a el rrey sua mesagen que lie acórrese. Et el
rrey, pensando que el tina bastecemento et sabendo en commo o lugar era
forte, deuse a vagar e non curou de lie acorrer tan apressa; asy que o
Payo de Meyra, con a gram coyta da fame, ouuo de trager preytesia con o
infante Picado en esta guisa: que lie entreguaria a pena de Gibaltar e que
i Según la Crónica de Alfonso XI, Abomeliquc pasa con 7.030 caballeros á Algecira, cap. 103
(Bibl. Aut. Esp., pág. 238 a) y cerca á Gibraltar (cap. 111), cuyo castillo Vasco Pérez de Meyra
tenía culpablemente desbastecido (capítulos io5 y ii5), pero nada se dice de la manceba Catali-
na. Lo mismo la Cuarta Crónica General (Col. de Doc. inéd., tomo 106, pág. 52). Según ambas
Crónicas, Vasco Pérez pasó á alien mar después de la rendición.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 5 I
leixase seyr el e todos los seus con todos seus algos seguramente de Bella-
marin; e o infante ouuo ende moy gran plazer. Et por esta guisa se per-
deu a pena de Gibaltar. E asi commo ouuo cobrado o lugar, moveu con
suas hostes contra Andaluzia; ct roubando et astragando, chegou ben
acerca de Seuilla, a o bodegón de Pascoal Ruueco ', que he a tres legoas
de Seuilla, et con moytos catiuos e roubos de gáandos foy poer seu real
acerca de Xerez. Et quando esto souueron o concello de Seuilla, et os da
Andaluzia, e o bóo caualleiro Goncalo Martínez dOvedo maestre de Al-
cantara, e don Aluaro bispo de Mendonedo, juntáronse en hum e moue-
ron contra os mouros, que era huma cousa moy desigual: que os cristaós
non eram mays que ata tress mili de cauallo et os mouros pasauan de
quinze mili de cauallo [fol. 362 r.] Et asy commo os cristaós chegaron a
vista dos mouros et virón o rayal et poder tan grande dos mouros, dulta-
ron moy fortemente et ouueron seu acordó de se tornar; et o maestre Gon-
calo Martínez, commo era caualleiro moy esforcado, diso que nunca Deus
quesese, mays que, por seruigo de Deus et del rey, que tollesen a os mou-
ros os catiuos que leuauan ou morresem enna demanda. En este acordó
foy don Aluaro Peres de Gosman et don Pedro Ponco de Marcheña 2. Ou-
trosi don Aluaro, obispo de Mondonedo, diso asy: «señores, uos veedes
commo esta a significancia de Noso Señor e saluador Ihesu Cristo en este
pendom que eu trago da igllisia de Mondonedo, et eu vos prometo que o
pona adentro enna mayor espesura dos mouros; et el que foy ja maltreyto
dos judíos ben creo que o non querrá seer dos mouros e defenderá a sy et a
nos; pero se al acontecer, asy commo el morreu por nos cruel morte, asy
movramos nos por el». Estando en este acordó, hum caualleiro que avia
nome Iohan Garcia de Ferreyra 3 dísso asy: «señores, eu foy catiuo del
rrev Almofacen, padre deste infante, septe años en Bellamarin, et sey
ben fallar arábigo; e yrey onde esta este infante, e direylle que uos que so-
des os da Andaluzia et que lie viindes dar pereas, e o infante con prazer
sayra a mi et darlle y duas lancadas e matarlo ey, et morrerey por serui-
i El Bodegón de Pasqual Rubio, Crónica de Alfonso XI, cap. 199 (Rivad.a págs. 299 b-300,
Comp. pág. 247 b.) En Asturias se llama robeco ó rebeco al robeco ó gamuza (comp. otro sufijo
además de -eco v -e$o: «una rana bermeja que llamamos en Castilla rubeta»; Mateo Alemán,
Ortografía, México. 1609, fol. 79 v.) y en Andalucía, en la Sierra de Aracena (Huelva), según me
informa el docto escritor D. Joaquín Hazañas, se llama ^urrubeco al carnero pardo, de cuya
lana se hace un paño llamado ^urrubeca (se sobreentiende tela).
2 Don Pero Ponce de León según la Crónica de Alfonso XI. No figuran en la Crónica de
Alfonso XI las palabras del Obispo de Mondonedo.
3 Personaje desconocido de la Crónica de Alfonso XI, la cual cuenta muy diferentemente la
muerte de Albomeliquc, v. su cap. 200 (Rivad , pág. 301 b).
52
REVISTA DE ARCHIVOS
90 de Deus; e asy commo el for morto, ligeiramente podedes desbaratar os
outros.» E asy commo Iohan Garcia ouuo dita esta rrazon, deu das espo-
ras a o cauallo, mouendo contra a oste dos mouros, et falando aravigo,
dizendo que era mesageiro. E asy commo chegou a a tenda do intante, fa-
lloulle aravigo, dizendo que sayse receber as pareas que He viñan dar os
de Seuilla. O intante, con gran plazer saeu fora da tenda en huma alguba
de sirgo; e Iohan Garfia alcouse ennas estribeiras e deulle duas lanzadas,
dizendo: «estas som as pareas que che da Seuilla.» E en esto, boluendo as
redeas do caualo, enpecou ennas cordas das tendas, e ally foy moy mal
golpado dos mouros et recebeu chagas de morte; pero que depoys veo mo-
rrer a Xerez. E daquelles golpes se morreu o infante. E commo Iohan
Garcia tornou ao rayal dos christáos, disolles que quisesen acabar o que
el comecara, que o infante Picado que era morto; et os cristáos, commo
esto oyrom, et virom Iohan Garfia e o cauallo tan mal chagados, moueron
moy derrengadamente contra os mouros; e os mouros, commo se virón
sen señor, comentaron de fogir, senon hum caualleiro a que dezíam Ali-
quaque », que era moy regeo caualleiro, con gran parte dos mouros; et
pellejou con os christáos et matou delles moytos; encima foy morto Ali-
quaque, e os caualleros dos mouros vencidos. E jamays o infante Picaco
non foy achado morto nen viuo 2. Despoys desto que el rrey Almofacen de
Bellamarin soubo a morte do seu filio Abamuque, prometeu de o vengar,
e passou en España a cabo de hum año, e trouxo consigo lxa mili de cauallo
e gente de pee sen contó, et cercou a Tarifa estando dentro Iohan Afoñ de
Benauides 3 con quatro Rentos de cauallo. E conbateron tan de rregeo, que
ouueron medo [fol. 362 v.] os cristáos de seeren entrados por forga; et en-
viaron dizer a el rrey don Afon que lies acórrese, que eles que eran apra-
zados ata tres meses. E quando el rrey este mandado oyeu, enviou por to-
dos seus caualleyros; et juntados, ouueron seu consello en esta guissa: que
leixasen prender Tarifa que lie non podían tan agina acorrer. E don Juan
Manuel diso a el rrey: «señor, se uos cerquarem Seuilla, acorrerlledes?»
Et el rrey respondeu que sy. «Poys, diz don Juan, esto, señor, non he dul-
tar: que commo Tarifa for tomada, cercar vos ham Seuilla. Asy que o
roydo et a batalla non se pode escusar; e por esto he mellor que lie la dia-
1 No citado en la Crónica de Alfonso XI.
2 La Crónica de Alfonso XI dice que los moros recogieron el cadáver de Abomelique y lo
llevaron á Algecira.
3 Crónica de Alfonso XI, cap. 240, pág. 317 a.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 53
mos sobre o pouco, ante que desque ouueren cobrado mays orgullo ' ;
quanto mays, señor, que vos sabedes ben que en Tarifa están ben seys-
centos caualleiros et escudeiros, et que he moy gran daño se se prenden 2
por vosa mingoa». Et quando el rrey esto oyeu, diso que dezia uerdade
don Joham; e todos foron en consello de dar a batalla. Et el rrey mandou
enton a don Juan que fose de sua parte a el rrey don Afoñ de Purtugal
que teuese por ben de se veer con el sobre rrazon dos mouros; et don
Joan 3 diso que lie plazia. E este don Juan tina casada huma sua filia con
o infante don Pedro, filio del rrey don Afonso de Purtugal e primogénito.
E tanto fez don Juan que fezo veer os reys en hum; et vironse enno canpo
de Caya que he entre Badajoz e Elues. E asi como chegou el rrey don
Afoñ de Castella, diso a el rrey don Afoñ de Purtugal que teuese por ben
de o ajudar contra os mouros por tres cousas: a primeira, por lo de Deus;
a segunda, por que se el seu regno perdese, o seu non ficaua seguro; a ter-
ceira, que He lancaria carrega para en quanto viuesse; e sello quisese fa-
zer, que lie disese logo a resposta: et se o quisese ajudar, que yria con el
folgar; senon, que se queria tornar para seu regno. Respondeu el rrey de
Purtugal: «señor, tu me demandas ajuda e merecesma moy mal, que sabes
ben que senpre me íezestes guerra moy sen razón e me roubastes meu
regno; mays por lo de Deus, et por eso que dizes que o meu regno non
sera seguro se o teu for perdido, dizes verdade; et por esto prazme de te
aiudar, et agora vaamos folgar en hum. Pero dizedeme se queredes ajuda
de mim commo de caualleiro, e yr me ey logo con vosco; e se queredes de
rey miña ajuda, dademe prazo de tres meses». E el rrey don Afoñ de Cas-
tella diso: ((¿commo, señor? o tenpo do aplazamento de Tarifa non he tan
espacioso, por lo qual he mester, poys me ajudar queredes, que parta-
mos logo». E el rrey de Purtugal respondeu que He prazia, mays que lie
faria ajuda commo caualleiro. E partiron logo aquel dia os reys, e moue-
ron para Seuilla. Et el rrey de Purtugal mandou dar pregón en todo seu
regno que todos fosen en pus el, su pena de treyciom. E asi commo che-
garon os reys a Andaluzia, moveron para dar batalla a el rrey Almofacen.
i Don Juan dice aquí palabras parecidas á las que la Crónica de Alfonso XI, cap. 243, (pá-
gina 319 b) pone en boca del rey: «Era mejor aver lid sobre lo de alejos ante que se perdiese, que
non averia sobre lo de mas cerca, desque lo de alejos fuese perdido.» Verdad es que luego dice
que los ricos hombres discutieron mucho sobre el socorro de Tarifa, y en esas discusiones cabe
la actitud enérgica de D. Juan,
e
2 El manuscrito pone «pnden».
3 Crónica de Alfonso XI, cap. 244; la reina doña María, mujer de Alfonso XI, es la que va á
ver al rey de Portugal, su padre.
54 REVISTA DE ARCHIVOS
Et ouuo a deanteyra el rrey de Purtugal; e mandou el rrey don Afoñ de
Castella a don Pedro de Castro ' e a os gallegos que aquel dia agardasen e
seruísen a el rrey de Purtugal, e esto mandaua [fol. 363 r.] el rey de Cas-
tella fazer a don Pedro por quanto don Pedro avia feyta moy gran guerra
a el rey don Alonso de Purtugal por seu mandado, e que aquel dia que lio
tornase en seruico. E breuemente, os cristaos, que non eran mays de
quinze mili de cauallo, venceron rey Almofa^en con todo seu poder. E
fogindo el rrey mouro da batalla, diso contra alguuns caualleiros que yan
con el que se maravillaua moyto por a Deus prazer del seer vencido, que
el lie avia feitos dos seruicos moy grandes; e os caualleiros lie pregunta-
ron que seruicos eran aquelles por que tanto esperaua en Deus; e el diso
que o primeiro era que todo aquel que fose achado en pecado sudemitico
que morrese por ello, o segundo todo aquel que bebese vino que non fose
de seu consello nen ouuese honrra en sua casa. Poys que os reys de Caste-
lla e de Purtugal ouueron vencida a batalla, tornaron se moy onrrada-
mente e con gran gaanga para Seuilla. Depoys desto foy el rey don Afoñ
de Castella cercar Algezira, e teuoá cercada vinte e dous meses, et tomoá.
Desy foy gercar a Gibaltar, et teendoa moyto apremeada por mar e por
térra, que non avia y al senon entregar se, morreuse el rrey don Afoñ.
Deus lie queira perdoar Amen. E morreu enna era de mili e trezentos e
lxxxa e v° años».
Ultimo capítulo: «Como morto el rey don Affon reynou seu
filio don Pedro xxi años. Depoys desto regnou seu filio don Pedro
xxj° años. E logo, en comeco de seu rregno comegou de fazer algumas mo-
cedades o qual He non quiseron consentir a reyña sua madre et don Johan
Afoñ dAlboquerque; et tragian a el rrey asy commo recadado, e el fogeu da
rayña e dos outros caualleiros, et apoderouse de gente e veo cercar sua
madre a Touro e tomoa; e aly come^ou de se yr con el que matou moytos
daquelles caualleyros que achou con sua madre. Et depoys desto fezo
guerra a Granada, atanto que el rey de Granada, que dezian rey Verme-
lio, se veon meter en sua máo e el matoo; e fezo rey de Granada a Mafo-
mat. Depoys desto fezo guerra a el rrey dArangon gran tiempo. Depoys
desto ouuo guerra con seu yrmáo el rrey don Anrrique; e don Anrrique,
apoderado de gente de Eran^a lanc.ou a don Pedro do regno; et rey don
Pedro enbarcou en Galliza et foy a Gaiona demandar ajuda a o principe de
i El rey de Portugal había criado á D. Pero Fernández de Castro; Crónica de Alfonso XI, ca-
pitulo 184 (Rivad. pag. 291) comp., cap. 25o, (pág. 324 a.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 55
Gallaz; et veo se con el. Et el rrey don Anrrique asi commo o soubo,
moyto esforzadamente foylle dar batalla; e acertáronse en Najara, et foy
vencido el rrey don Anrrique. E depoys desto, a poucos días tornou el
rrey don Anrrique a o regno e cercou Toledo, et el rrey don Pedro veom
por lie acorrer; et el rrey don Anrrique saeu a el et ouueron sua batalla
en Montel, et foy rey don Pedro vencido e desy morto. Et regnou el rrev
don Anrrique senleiro xj° años, e tres que avia ja reynado con don Pedro.
E fezo este rey don Anrrique guerra a el rrey don Fernando de Purtugal
et foy dentro a Lisboa. E despoys desto, foy cercar a Bayona. E depoys
[fol. 363 v.] desto, enviou seu filio o infante don Johan a fazer guerra a el
rrey de Nauarra. E finalmente, estas cousas pasadas morreuse el don An-
rrique en Santo Domingo da Calcada, enna era de mili et trezentos e
xvije años. Et depoys desto, regnou rey don Johan, seu filio, xi° años et
medeo, et ouuo guerra todavía con Purtugal, e morreu enna era de mili e
quatrocentos e viinte et viij0, et da encarnacom mili et trezentos e lxxxxa;
et morreu en Alcalá de Fenalles. E regnou seu filio el rrey don Anrrique,
et anda o seu regno en quatorze años quando esta estoria foy acabada,
enna era da encarnacom mili et quatro centos e quatro años.
ffinito libro ssit laus gloria Christo.
Quis scripsit scribat et semper
cum doinjno viuat.»
En resumen: un portugués, en los años 1403 y 1404, reunió en un volu-
men una historia desde el comiendo hasta Ramiro I, que probablemente
existía con anterioridad, y una compilación portuguesa, seguramente ante-
rior al siglo xv, desde Ramiro I á San Fernando, formada con la traduc-
ción de dos trozos de crónicas castellanas. Al conjunto de estas dos partes
le añadió una interpolación de la Conquista de Ultramar, y una continua-
ción de los reyes sucesores de San Fernando hasta Enrique III. En estas dos
adiciones: en la interpolación y en la continuación, dejó el autor la fecha
de su trabajo y la memoria de su estancia en Castilla en i3go. El autor (más
bien que un amanuense) empezó á escribir en castellano su obra, copiando
los textos castellanos que seguía; pero luego se cansó y escribió en portu-
gués. En una copia posterior, Esc. x-i-8, la obra fué reducida toda al len-
guaje castellano.
R. Menéndez Pidal.
56 REVISTA DE ARCHIVOS
DOCUMENTOS
AELIJ ANTONIJ NEBRISSENSIS
HISTORJOGRAPHI REGIJ DE LIBERIS EDUCANDIS LIBELLUS AD MICHAELEM ALMACANUM
A LIBELLIS. AB AURE. A SECRETIS FERDINANDI REGÍS ARAGONUM
ATQUE VTRIUSQUE SICILIA AC PROINDE HISPANI ORBIS MODERATORIS
FCELICITER INCIPITUR
Cvm superioribus diebus ad istam curiam salutandi principis nostri causa
uenissem: simul etiam ut gratias illi agerem: quod me utcumque mcritum dignum
duxit. cui res ab ipso gestas potissimum describendas mandauerit: inter alia quae
pro tua humanitate atque prudentia quadam ingénita mecum es commentatus: illud
quoque adiecisti: tibi maximae esse curae: id quod plaerique omnes parentes fere ne-
gligunt: quibus institutis et artibus: qua uia: qua ratione: quo ordine liberos tuos
erudire posses. Aiebas namque inanes esse parentum cogitationes si in eo laborent:
ut amplissima rei familiaris posteritati suae fundamenta iaciant: quibus uero ea
comparantur filijs quales futuri sint non curent. Quare si quid habes Antoni in
quo possis huic sollicitudini mea? opem ferré: id quod te ex multa lectione non
dubito assecutum: negraueris amico roganti communicare. Ego ne inquam Alma-
canum summo ingenio et diuina prope quodam sapientia uirum in regalis curiae
sinu maximisque in rebus iam inde a pueritia uersatum audeam: ulla de re admo-
nere? Omitte rogo te umbrátiles has nostras litteras et inter mortua studia querere:
teque potius ad istum ciuilis curialisque uitae splendorem reuoca. te ipsum consule.
tibi ipsi obtempera. Nemo melius quam tu liberis tuis praecepta daré potest: non
ex philosophorum libris deprompta: sed duce natura ex ingenio tuo parta. Aut si te
nostra delectant: teque í 1 lis ex parte adiuuari putas: lege Xenophontis pediam: in
qua futurum regem ab infantia instituit. lege Plutarchum qui ex professo libellum
de liberis educandis edidit. Lege Quintilianum qui ab incunabulis oratorem infor-
mat. Lege caeteros qui parentibus hanc uitae partem non esse negligendam putaue-
runt. Quod si nos tua causa nolle hunc laborem suscipere arbitraris: malo apud
alius ineptus: quam apud te ingratus iudicare. Accipies igitur non mea: sed quae de
liberorum eruditione maiores nostri praecepta tradiderunt. Quae si placuerint: ma-
gnas illis habebis gratias: qui talia prodidere. Si displicuerint tibi imputabis: qui me
ad huiusmodi ineptias publicandas impulisti.
CAPUT PRIMUM
Ex quali f cernina liberi procreandi. Diuiditque hominem in corpus & animam:
et animam 7~ursus in appetitum et rationem.
Principio igitur curare debet uir: ut ex quamoptima fcemina liberos procreet.
Ñeque enim decet uirum sanae mentis: vbicumque contigerit: semen exponere. Sed
quemadmodum agricultor nihil omittit quo minus in óptima fertilique térra se-
mentem faciat: sic uir ex bene morata muliere filios suscipiet: qui sint parentibus
obedientes: senectutisque suae columen certissimum. Nam qui ex meretricibus im-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS Í>7
pudicisque generantur: indebilis quaedam ignominiae macula quoad uixerint illos
comitatur: et tanquam nummi ex uera probataque pecunia reijciuntur. Et que-
madmodum generosos ánimos conscia uirtus excitat «: ita degeneres timor arguit:
abijcitque. Quod si lacedaemonij Archidamum alterum e duobus regibus grandi
pecunia mulctarunt: propterea quod pusillo corpore duxit uxorem: quid illi
faciendum censes: qui se corruptis moribus deprauatae aut infamia? nota inustae
mulieri immiscuit? Vir praeterea cum vxore congressurus qualiter se habere debeat
Aristóteles ostendit 2. Appropinquandum inquit est uxoricum magna temperantia
et modestia: sit pudor in uerbis: et in operibus fas. Ad sobrietatem namque uiri
pertinet illud quod de Diogene cínico scribitur. quod cum iuuenem ex temulentia
petulantem conspexisset: adolescens inquit ebrius te seminauit pater. Quod uero
Salomón in parabolis de vxore scribit: cerua charissima et gratissimus hinnulus:
ubera eius inebrient te omni tempore. non sic intelligendum est: ut rei vxoriae
semper operam daré debeamus: cum alio in loco dixerit: tempus amplexandi et
tempus longe fieri ab amplexibus. sed quod vxori potius indulgendum est propriae
quam aliena?. Vnde et subditur. quare seduceris fili mi ab aliena: et foueris in sinu
alterius. Sed quia hominis finis est operatio animi secundum virtutem optimam:
ad illam consecuendam ab ipsa statim generalione proficisciendum nobis est.
Deinde per uirtutes morales et intellectiuas eo perueniendum quo volumus. Et
quemadmodum homo in corpus et animam distribuitur: ita et anima duas habet
partes: alteram ratione carentem: participem tamem rationis: si illi obtemperet:
quam dicimus appetitum. Alteram rationalem cui corpus et appetitus parere
debent. In appetitu ponuntur uirtutes morales: per quas dicimur boni. In parte
ralionabili virtutes intellectiuae: per quas dicimur sapientes 3. Et quemadmodum
corpus in generalione antecedit animum: sic pars appetitus quae ratione caret:
tempore praecedit eam quae rationem habet. Prius namque hominis corpus gene-
ratur: deinde in pueritia: cum per aetatem nondum sapere possunt: irascuntur et
concuspiscunt: quae partes sunt appetitus rationalis: accedente deinde tempore
intelligunt. Corporis itaque cura priusf est suscipienda quam appetitus et appetitus
quam rationis. Ad dispositionem namque corporis sequitur motus partís irratio-
nalis: ex cuius habitudine sequitur mentis agitatio.
CAPUT II
Quomodo liberorum corpora euadent robustiora.
Prospiciendum est igitur in primis: ut optime sint disposita eorum corpora qui
educandi sunt. Id autem ex parentum habitudine atque aetate máxime prouenit.
Nam quid obsecro te generabitur ex ijs parentibus: qui ñeque farne ñeque ski
ñeque aestui ñeque frigori ñeque laboribus corpora assuefaciunt? Qui in sumendo
cibo praeueniunt famem: in hauriendis poculis non spectant sitim: Qui per hye-
mem habitant in medijs contignationibus: per aestatem in soli superficie. Qui
hybernis mensibus syntesibus & abollis: in aestiuis tenui sudant in cyclade 4:
quorum delicias et panniculus bombicinus vrit. Oportet igitur parentes quibus
prolem validam gignere curae est: exercitatos esse laboribus temperatis: ut quod ex
eis procreabitur uires habeat: non quales esse debet athletarum: aut e diuerso po-
1 Al margen: Vergilius.— 2 Al margen: Arist. in oeco.— 3 Al margen. VII. Polit.— 4 Al mar-
gen: Iuuenalis.
58 REVISTA DE ARCHIVOS
miüonum ': sed ingenuas atque homine libero dignas. Athletae namque ex nimio
cibo et tolerantia magnorum laborum prodigiosa; ostentationis vires acquirunt:
Quales fuerunt Milonis crotoniatae: aut Tritani gladiatoris. Sed ñeque ex eo fuerunt
meliori corporis valetudine: aut ingenio acriori: Quin potius sic natura compa-
ratum est: ut robusto corpore homines tardi: mediocriter habiti sint ingeniosiores. 2
Sed quemadmodum qui mente uigent domini sunt eorum qui ratione carent: ita
robusto corpore ingeniosis parent. Quod uero ad parentum aetatem pertinet: quam
spectare potes sobolem ex puella decenni seneque septuagenario: aut contra ex
puero et vetula quinquagenaria? Itaque non sine causa prospiciendum esse a legis
latore in politicis Aristóteles scribit: vt uir et mulier dermitis aetatibus ad genera-
tionem concurrant. vir dúo de quadraginta annos natus: foemina ucro dúo de
uiginti. Quod si aetatem praeueniant: aut post praescriptam aetatem congrediantur:
nihil nisi pusillum atque inualidum generabitur. Idque non modo in homine: sed
in alijs quoque animalibus intueri licet: ut iuueniles senilesque partus imbecilliores
sint: et fceminas crebrius quam mares generentur. Illa praeterea incommoda inde
sequuntur: ut masculorum corpora crescere prohibeantur: & fceminae in partu
magis laborent: & ex ¡mmaturis nuptijs intemperatiores euadant. Quid quod si
non ea aetate uir et mulier congrediantur: ut simul generare desinant: quaerelae
atque discordiae suboriantur necesse est: cum alter generare possit: alter uero per
aetatem non possit. Fceminae namque quinquagesimo aetatis anno viri septuagé-
simo generare desinunt. Illa quoque non minor familiae perturbatio ex hac inae-
qualitate sequitur: si filij ab aetate parentum nimis distent: quod ñeque parentes
filios alere: ñeque filij parentibus gratiam illam referre possunt: quam graeci anti-
pelargosin idest ut sic dixerimus recicomationem uocant. Aut si e contrario ad
parentum aetatem proxime accedant: quod ñeque reuerentiam parentibus debitam
filij exihibere possunt: cum sint illi prope aequales: Atque ut ait poeta 3. Filius ante
diem patrios inquirit in annos: cum sint illis graue tardas expectare colos: & quod
non habeat parem domus gubernationem: cum sint parentibus prope coaeui.
Generationis uero tempus quemadmodum medici et philosophi tradunt: aptius est
per hyemem quam per aestatem: & spirantibus uentis septemtrionalibus quam
australibus. Mulieres a conceptu non desidia aut ueterno graui torpere debent: sed
ñeque sedentarijs laboribus operam daré: quin potius ambulatiunculis domesticis
exercendae: aut sub religionis specie per suburbana sacella circumuectandae sunt.
Cibo praeterea non delicato et tenui: sed robustiori et solido utantur. Delicias uero
illas quae picantibus solent contingere penitus abijciant.
CAPUT III
Quod infans a maíre potius quam ab alia nutrice ali debeat.
Igitur filio recens nato mater nisi ualitudine impediatur: aut opus sit alios
generare: nutriendi laborem suscipiat: ipsa abluat: ipsa pannis inuoluat: ipsa
papillis admotis lac subministret. Nam quae minori diligentia nutriet: mater quae
genuit: tenerrime que amat: an nutrix quae mercede conducta nulla charitatis ra-
tione habita pretio metitur omnia? Quam me delectat oratio illa Phauorini non
uulgaris philosophi: qua usus est graece ad matrem puellae quae nuper pepererat.
Nam cum illa diceret adhibendas esse puero nutrices: ne ad dolores quos emitendo
1 Al margen Ethicor, 2.-2 Al margen: Pri. Poli.— 3 Al margen: Ouidius... Iuuenalis... VII.
Polit.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 5$
tulisset: munus quoque nutritionis graue accederet: Oro te inquit mulier sine eam
totam et integram esse mátrem filij sui. Quod est enim hoc contra naturam jmper-
fectum atque dimidiatum matris genus: peperisse filium ac statim asese abiecissse:
aluisse in útero sanguine suo nescio quid: quod non uideret: nunc uero non alere
suo lacte quod uideat iam uiuentem. iam hominen. ¡am matris officia implorantem.
An tu putas naturam papillas mammarum quasi quosdam uenustiores naeuulos:
non liberorum alendorum: sed ornandi pectoris causa dedisse. Nam quantulum
abest iam perfectum: iam genitum: iam filium proprij atque consueti et cogniti san-
guinis alimento priuare: a matribus quae medicamentis quibusdam adhibitis inter
ipsa primordia hominis inchoati aborsus faciunt: ne planicies illa scilicet uentris
irrugetur: et oneris distentione fatiscat: Quod si nihil interest cuius lacte infans nu-
triatur: nihil quoque refert ex cuius mulieris sanguine filios procrees. An non idem
sanguis qui fuit in útero: nunc est in uberibus: nisi quod hic multo spiritu et calore
exalbuit? Nonne hac quoque in re naturas solertia euidens est: quod postea quam
sanguis Ule opifex in penetralibus suis omne Corpus hominis finxit: aduentante iam
partus tempore in superiores se partes profert: et recens natis notum et familiarem
uictum suggerit? Et quemadmodum ad fingendas animi coporisque similitudines
uis et natura seminis ualet: ita ad eandem rem lactis naturam prodesse dubium
non est. Idque non solum in hominibus: sed in pecudibus quoque animaduersum
est: Xam si ouium lacte haedi: aut caprarum agni alantur: constat in his lanam
duriorem: in illis pilum gigni teneriorem. Quaenam igitur dementia est hominem
bene ingeniatis primordijs inchoatum insititio hoc degcnerique alimento lactis
alieni corrumpere? praesertim si ista quae nutriendo puero adhibetur: sit serua. si
barbara, si improba, si deformis. si impúdica, si temulenta est. Itaque non miremur
iam quosdam pudicarum mulierum filios parentum suorum ñeque corporibus
ñeque animis esse símiles. Hinc est illud uergilij. Nec tibi diu-^ parens generis nec
dardanus autor Perside: sed duris genuit tecautibus horrens Caucasus: hircanaeque
admorunt ubera tigres. Tantum natura lactis et ingenium nutricis ad inolescendos
mores ualet. Quid quod matres quae partus suos deserunt: alienisque nutriendos
tradunt: vinculum illud coagulumque cognati amoris atque pietatis interrumpunt?
Nam ubi infans alio adlegatus est: uigor ille materni ardoris paulatim restingitur.
Ipsius quoque infantis affectio amoris in ea sola occupatur: unde alimentum
accipit: & quemadmodum in expositis: matris quae genuit ñeque sensum ullum
ñeque desiderium habet. Haec Pauorinus: cui astipulatur in ómnibus propemodum
Plutarchus in libello illo praeclaro: quem de liberis educandis edidit. Quod si impe-
dimentum illud intercesserit: quominus mater: quos genuit: educare possit: eligatur
nutrix quae matrem agat. matris partes sustineat. sit proba, sit innocens. sit sobria:
sit moribus ingenuis praedita: non ex eo tantum quod cum lactae (sic) nutricis mores
quoque sugguntur: sed quod infans illam intuebitur: nusquam ab illa oculos
flectet: illam imitando effinget: ñeque id modo in factis: sed etiam in dictis.
Vnde & Chrvsipus si posset fieri sapientes nutrices optauit: certe quam óptimas
eligi uoluit.
CAPUT IV
Quce sit cura adhibenda puerorum coporibus formandis.
Et quoniam circa corporis dispositionem adhuc uersamur: altera subest cura:
ut siue ex partus violentia: siue ex naturali compositone aliquid deprauatum
distorumque a naturali habitudine puero agnatum est: emendetur id dum
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tener est: flectique in quascumque formas potest. Nam ea est in aetate illa
teneritudo ut in quascunque uoces artes haud tarda sequatur. usque adeo in
teneris assuescere multum est. Quod si obstetrices in uno capite fingendo laborant:
ne sit facies longa: ne rotunda: ne complanata: cur parentes alias negligant habi-
tudines: quae possint deformitatem aliquam prae se ferré? Ñeque tamen inficior esse
quaedam corporis lineamenta quae potius frangí quam flecti possint. Qui enim
frontones dicti sunt & capitones & nasones & chilones & mactici a magnitudine
frontis capitis nasi labrorum corrigi non posunt. at possunt simi: possunt ualgi
possunt flacci. Quid quod quaedam uitia corporis peruersa consuetudine inolescunt:
Vt quod Varro in libris de analogía scribit. Si quis puerorum inquít per delicias
pedes male poneré atque imitari uacias aut uaros coeperit: hos corrigere oportet.
Contra si quis consuetudine ambulandi iam factus sit vacia aut compernix. Vacias
et compernes eos appellat Varro: qui inter ambulandum genua introrsum: varos qu¡
extrorsum distorquent. Ergo a principio instituendus est puer: ut rectus incedat:
isque postea varos uacias compernes ridere possit: iuxta illud poetae. Loripedem
rectus derideat aethiopem albus. et illud persij. tibi recto viuere talo ars dedit. Vt
tamen distorta membra corrigantur: aut recta distorqueri non possint: faciendum
est quod Aristóteles quasdam gentes factitasse scribit: ut quibusdam organis ac in-
strumentis ad hoc utantur. Nam qui orbati aut prodigio insignes nascuntur: exter-
minandos esse a ciuitate idem autor praecipit. Illud uero quis ferat quod nutrices in
hispania nostra faceré consueuerunt: quae cum inuoluunt fascijs infantem: brachia
in partem anteriorem ad vmbilicum contrahentes alterum alteri super imponunt.
Ex quo fit ut plerique omnes hispani sint propemodum gibberosi: aut capite
obstippo & in partem anteriorem prono. Ñeque illud magis tolerandum: quod
brachia ad paucos dies quam sunt nati exerunt: quod ipsum lacertos torosque
facit imbecilliores. A principio igitur recta brachia lateribus coxis ac femoribus
aptanda sunt: quae tametsi suapte natura in partem anteriorem ad complexus
inclinantur: nihilominus diuaricanda sunt atque mudice retrorsum flectenda: ñeque
prius vinculis nexibusque fasciarum liberanda quam infanti primus risus contigerit:
qui est illi quantumuis praecox a natali die quadragesimo. Sic enim et status ipse
rectus: & brachia euadent robustiora. Illud praeterea non est dissimulandum: quod
Aristóteles scribit gallos faceré consueuisse: ut ilumine gélido recens natos immer-
gerent: tenuioribusque amiculis inuoluerent. Id namque multum confert et ad
corporis sanitatem: & ad naturae jniurias tolerandas. Non omittenda est quoque in
hac aetate saltatio: quatenus ¡ngenuorum filios decet: non gestus motusque totius
corporis: ne manus et brachia sint rustice et indocte posita. ne status indecorus. ne
qua in proferendis pedibus inscitia. ne caput oculique ab alia corporis inclinatione
dissideant: cum praesertim haec chironomia ab illis temporibus heroicis orta sit: & a
Socrate atque Platone in parte uirtutum ciuilium posita. & a Crysippo in praeceptis
de liberorum educatione non omissa. Nam alimmatica. I. vnctoria & pedotriuica.
I. puerorum exercitoria & palestrica idest luctatoria: quae artes iampridem interci-
derunt: non nimium saeculo nostro sunt desiderandae. Sed de ijs quae ad corporis
curam pertinent hactenus dictum sit: nunc ad animi dotes formandas accedamus.
CAPUT V
Quid puer i intra quinquennium faceré debent.
Aristóteles omnium quos ego vnquam legerim autor diligentissimus in calce
libri septimi de república ante quinquennium pueros non esse alicui disciplinae
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 6l
admouendos putat: ñeque labores perferre cogendos. & subdit causam quod cre-
scere impediretur. esse tamen quaedam in ea aetate quae iam ad futuro mores per-
linere possint. puta ne picturas turpes contemplentur. ne cum seruis aut cum
seruili hominum genere conuictum habeant. ne quicquam obscenum audiant.
Quoniam ut ait ad turpiter loqui sequitur et turpiter faceré. Sed ñeque fabulis
inanibus sed i 1 lis tantum quae aliquando vsui esse possint: animum intendant.
quales sunt Aesopi fabulatoris ex phrygia. quales Luciani amoenissimi scriptoris.
Scitumque est illud Diogenis qui interrogatus quaenam essent illa quae pueros
adiscere oporteret: quaecunque inquit sunt profutura illis cum fuerint uiri. Quid
quod ea ipsa quae teneris annis imbibuntur tenacius haerent: atque nos in sene-
ctutem usque comitantur. Id ex eo contingit: quod omnia prima nos magis dele-
ctant: & quibus máxime delectamur: eis postissimum acquiescimus. Itaque non
mate censebat Plato qui ab ipsa statim teñera aetate pueros ita instituendos esse
praecipit: ut gaudeant doleantque ijs rebus quibus gaudere atque doleré oportet. i
Sed de his alias: nunc ad aetatem ulteriorem in qua disciplinas expectare oportet:
progrediamur.
CAPUT VI
Quo tempore pueris incipiendum est daré operam litteris et moribus.
Qui hominis aetatem per hebdómadas hoc est per septennia diuiserunt: in quae
puerorum exercitia partiti sunt: fortasse non male dixerunt. Nam et aristoteles in
primo septennio parcendum esse teneris putat: cruoque adiunxit septennia quae sunt
disciplinis acommodanda. alterum post primum septennium ad pubertatem: alte-
rum a pubertate ad annum primum et uigesimum. Hesiodus quoque et Eratos-
thenes alijque complures idem sentiunt causamque aíTerunt: quod illa actas et
disciplinarum intellectum capere et laborem pati non possit. Sed melius qui nullum
tempus uacare cura uolunt: ut Chrysippus. Nam is quamuis triennium nu-
tricibus dederit tamen ab illis quoque iam formandam quam optimis institutis
mentem infantium iudicat. Sequendaque potius ingeniorum distinctio est. Nam
inuenias ...(?) quosdam pueros acrius persipere atque sentiré quam quinquennes:
& hos medius dictata reddere quam septennes. Et quanquam todo illo ...(?) sep-
tennio non possit tantum eflici: quantum octauo anno insequcnti: cur non illud
quantulumcumque est lucrum faciemus. Nam quamlibet parum sit: quod
contulit aetas prior: maiora tamen aliqua discet puer eo ipso anno quo mi-
nora didicisset: et hoc per singulos annos prorogatum in summam proficit Et
quantum in infamia praesumptum est temporis: id totum adolescentiae acquiritur.
Qui uero teneris parcendum esse dicunt: non uident nullum esse tempus quo non
pueri aliquid agant? Videas illos nunc currentes: nunc salientes: nunc pronos:
nunc supinos: lapsantes praecipitesque cadere: nunc ludere: nunc iocari: nunc
nugas agere. Cur non igitur labores illos in meliores usus conuertant? Ñeque
infidas eo dandan esse studijs remissionem et quietem: sed & ipsas litteras licet
illis per lusum quoque discere. Et quamquam in illis addiscendis sit labor: non
tamen intelligunt in eo laborare. Sed quemadmodum in superioribus dictum est:
cum in anima nostra duae sint naturae altera rationalis siue intellectiua: altera
irrationalis siue appetitiua: utraque iam inde ab incunabulis instituenda est: cum
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del autor.
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praesertim altera sine altera perfici non possit. Quoniam ñeque in maliuolam
^animam intrabit sapientia »: ñeque rursus sapiens maliuolus erit: ñeque e diuerso
ignorans studiosus. Nam ut ait satyricus poeta 2. nullo farre litabis: haereat in stultis
breuis ut semuncia recti. Haec miscere nephas. Cum igitur institutum opus eo
tendat ut ex pueris bonos bapientesque uiros efiicere possimus: sic litterarum ratio
hebendaest: ut mores non negligantur. Quamobrem in hac consideratione quasi
duobus his pedibus ingrediendum nobis est. ita tamen: ut si alterutrum simul effici
non possit: morum ratio semper anteponatur.Sed quia opus est paedagogo atque
custode ad eam rem consequendam: qualis esse is debeat paucis absoluemus.
CAPUT VII
Qualis esse debeat paedagogus.
Qucmadmodum puerperium nutrix: ita nutricem sequitur paedagogus: merque
tamen suppositicius. Nam sicut matris loco succedit nutrix. sic paedagogus in lo-
cum patris substitur. Quod si naturam ducem sequeremur: nec mater laborem
nutriendi: nec pater erudiendi curam omitteret. Nam quis per deum immortalem
maiori cum charitate liberos educabit: mater quae peperit: & pater qui genuit: an
conductitia nutrix: mercenariusque paedagogus? Sed utrumqu» potesl excusare
sola ualetudo: patrem etiam reipublicae tantum administratio: quse semper com-
modis priuatis anteponenda est. Te uero per quem princeps noster supplicum
libellis respondet: per quem summi sacerdotis: per quem caesaris: per quem regum
litteris rescribit: per quem totius imperij totque regnorum molem moderatur: in
publica commoda peccare dixerim: si uel horam quotidie liberis erudiendis impen-
deris. Quare eligendus tibi est liberorum paedagogus: ita tamen ut non continuo
omnem curam in illum reijcias: sed quemadmodum i 1 le pueris: sic tu illi quid sit
agendum imperes. Nam si tu cuius de re agitur. negligens fueris: multo negligen-
tes ille cum pueris aget. Atque ut alphius ille foenerator dicere solebat: debitores
non interpellando ex bonis nomina fieri mala: ita paedagogus: si non crebras a
pueris operas exigat: atque pater rursus a paedagogis quantum illi in dies profi-
ciant: omnis parentum spes: quam de filijs ab initio conceperunt: intercidat necesse
est. Erit ¡taque paedagogus assiduus studiorum exactor: crebras ab illo operas exi-
get: ne sibi contingat Cratetis illud thebani: qui cum ingenij non uulgaris puerum
deprehendisset indoctum: paedagogum iussit uerberibus caedi; Sed pro dolor nunc
paedagogorum negligentia sic emendari uidetur: non ut pueri faceré: quae recta
sunt: cogantur: sed cur non fecerint: puniantur. Sit igitur paedagogus: ut fabius
noster 3 ait: eruditus plañe: aut se non esse eruditum fateatur. Nam qui se putat
eruditum: cum non sit: is necesse est ut stultitiam suam perdoceat: seque ipsum
miserosque pueros frustra excrutiet. Est enim sapientis signum posse docere: ex
eo quod scit ordinare praecepta quae traditurus est 4. Quid igitur expectes ab eo qui
sit insipiens? Lucida obscurabit: explícita inuoluet: candida maculis illinet. Nam
quid in salebris faciet qui cespitat in plano? Quid quod doceri a peritioribus de-
dignatur: maluntque suos errores impudenter ingerere: quam ignorantiam suam
ingenue confitentes: ea quae ignorant: pudenter addiscere 5. Nunc uero quod illi
delirant: ¡nfoelices pueri plectuntur: caeduntque discípulos: cum ex Cratetis sen-
tentia ipsi potius caedendi sint. Ñeque enim hac castigatione opus erit si quemad-
1 Al margen: Salomón.— 2 Al margen: Pefslus.— 3 Al margen: Quintilianus.— 4 Al margen:
Aristóteles. — 5 Al margen: Horatiu*.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 63
modum diximus assiduus studiorum exactor fuerit pueri custos. Quid quod uer-
beribus pueros saeuire deforme ac seruile est: et certe si aetatem mutes: iniuria.
Deinde quod si cui est animus tam illiberalis: ut obiurgatione non corrigatur: is
etiam ad plagas: ut pessima quaeque mancipia: durabitur. dimhtetque aurículas ':
vt iniquae mentís asellus: cum grauius dorso subit onus. Pudore igitur potius quam
metu retinendus est puer: quem uolumus in bonam frugem perducere. Vulgatum
est illud Diogenis cynici: qui cum uidisset puerum prae nimia verecundia perfu-
disse faciem rubore: Confide inquit fili: nam hic est probitatis color.
CAPUT VIII
De moribus et ofjicio prceceptoris.
Svmat praeceptor ante omnia parentis erga discípulos animum: ac succedere se
in eorum locum: a quibus sibi tradantur liberi: existimet. Ipse ñeque habeat uitia
ñeque ferat. Non austeritas eius tristis: non dissoluta sit comitas: ne inde odium;
hinc contemptus oriatur. Plurimus illi de honesto ac bono sermo sit. Nam quo
saepius monuerit: hoc rarius castigabit. Minime iracundus: non tamen eorum quae
emendanda erunt dissimulator. Simplex in docendo. patiens laboris. assiduus potiut
quam modicus. Interrogantibus libenter respondeat: non interrogantes perconten-
tur ultro. In laudandisdiscipulorum dictatis nec malignus nec effusus. Quia res
altera tedlum laboris: res altera securitatem parit. In emendandis quae corrigenda
erunt non acerbus minimeque contumeliosus: nam id quidem multos a proposito
studendi fugat: quod quidam sic obiurgant: quasi oderint. Ipse aliquid immo
multa cotidie dicat: quae secum audita referant. Licet enim satis exemplorum ad
imitandum ex lectione suppeditet: tamen viua illa ut dicitur uox alit plenius:
praecipueque praeceptoris: quem discipuli: si modo recte sunt instituti & amant et
uerentur. De quibus paulo post sumus dicturi. Illud semper prae se feret bonus
i 1 le praeceptor: ut ambitiosis utilia anteponat: et cum adhuc rudia tractabit ingenia
non statim oneret infirmitatem discentium: sed temperet uires suas & ad intelle-
ctum audientis descendat. Nam ut uasa oris angustí superfusam humoris copiam
respuunt: sensim autem influentíbus uel etiam instillantibus complentur: sic
animi puerorum quantum excipere possint uidendum est. Nam maiora intellectu
uelut parum aptos ad percipiendum ánimos non subibunt.
CAPUT VIII
An prceceptori óptimo sint protinus tradendi pueri.
Sed an protinus praeceptori óptimo tradendus sit puer: an apud minorem
quendam aliquandiu detinendus potest in dubitationem uenire. Nam in artibus
instituendis mediocritas praeceptoris aptíor esse uidetur: et ad suscipiendas primas
litterarum molestias minus superba: & quod illius doctrinam commodius discipuli
intelligent: faciliusqué imitabuntur. Sed hac in re non est diu elaborandum: us
ostendamus quanta in eluendis: quae semel insederunt: vitijs difficultas sequatur:
cum geminatus labor sit subeundus: dedocendi prius et postea docendi. Propter
quod Timotheum clarum in arte tibiarum ferunt duplices ab 2 ijs: quos alius
instituisset: solitum exigere mercedes quam si rudes traderentur. An Philippus
I Al margen: lloratius.— 2 AI maígen: An. maiores.
64 REVISTA DE ARCHIVOS
macedonum rex Alexandro filio suo prima litterarurn elementa tradi ab Aristotele
summo eius aetatis philosopho uoluisset: aut ille suscepisset hoc officium: si non
studiorum initia a perfectissimo quoque tractari credidisset. Error tamen in re
dúplex: vnus quod interim sufficere pueris minores magistros existimant quod
quidem esset adhuc aliqua ex parte tolerabile: si eiusmodi praeceptores minus do-
cerent: non peius. Alter quod eos qui ampliorem doctrinse facultatem sint conse-
cuti non putant uelle ad minora descenderé. Sed is qui non uult: in numero prae-
ceptorum non est habendus. Posse autem máxime si uelit: optimumquemque
perspicuum est. Primum quod eum: qui doctrina caeteris praestet: illa quoque: per
quae ad eam peruenitur: diligentissime percepisse credibile est. Deinde quia pluri-
mum in praecipiendo ualet ratio: quae doctissimo cuique potissima est. Postremo
quia nemo sic in maioribus eminet: ut minora deficiant. Nisi forte leuiores morbos
curare non poterit praestantissimus medicus. Prudens itaque praeceptor et docendi
non ignarus submittet se ad mensuram discentis: ut uelocissimus quisque si forte
iter cum paruulo faciet: det manum et gradum suum minuat: nec procedat ultra
quam comes possit. Quid si plaerumque accidit: ut faciliora sint ad intelligendum:
et lucidiora multo: quae a doctissimo quoque dicuntur: Et quo quisque minus
uolet: hoc se magis attollere ac dilatare conatur: ut statura breues in dígitos eri-
guntur: & plura infirmi minantur. Erit igitur obscurior quo quisque deterior.
CAPUT X
In quo quisque ualet ingenio in eo instituendus.
Ingeniorum praeterea in pueris delectus est faciendus. Nam est in his incredibi-
lis quaedam varietas: nec pauciores ingeniorum fere quam corporum inueniuntur
differentiae. Vnde uisum est plaerisque ita quemque deberé instituere ut propria
naturas bona per doctrinam fouerent: et id potissimum quo tenderint ingenia adiu-
uarentur: et in eo quo quisque imminet proueheretur. quoniam adiecta cura na-
tura magis conualescat: et si in diuersa ducatur ñeque in his quibus minus aptus
est satis possit efficere: et ea in quae natus videtur deserendo faciat infirmiora.
Quaedam tamen detrahere et nonnulla addere necesse est. quoniam omnis disci-
plina implere uult quod naturae deest: superuacuaque erat doctrina si natura suf-
ficeret. Sed ñeque est contra naturam pugnandum. Non enim deserendum id
bonum: si quod ingeneratum est: sed augendum ut diximus: addendumque quod
déficit. An uero praeceptor ille clarissimus Isocrates cum de ephiro atque theo-
pompo sic iudicaret: ut alteri frenis alteri calcaribus opus esse diceret: aut in illo
tarditatem aut in hoc concitationem adiuuandam esse doctrina existimauit: cum
alterum alterius natura miscendum arbitraretur. Imbecillis tamen ingenijs sic
obsecuendum est: ut in id quo natura uocat ducantur. Ita enim quod solum pos-
sunt melius efficient. Et cum non omnia possimus omnes: in id máxime quod
quisque poterit incumbat. Nam sunt haec dúo uitanda prorsus: vnum ne tentes
quod effici non potest. alterum ne ab eo quod quis optime facit: in aliud cui mi-
nus est idoneus transieras. Ex ingenio praeterea discipuli tractandi sunt a praece-
ptore. Quídam namque nisi institeris fiunt remissiores: quídam imperia indignantur:
quosdam continet metus. alios continuatio extundit: in alijs plus Ímpetus facit.
Haec igitur omnia prospicienda sunt a prudente illo praeceptore: qui ex hoc nomine
laudem sibi querit: et parentum spei uult satisfacere.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 65
CAPUT XI
De officio discipulorum erga prceceptores.
Ipsi e diuerso pueri ita sunt instituendi: ut preceptores suos ingenua qua-
dam reuerentia uenerentur et obseruent. Nam si doctrinae magna pars imitatione
constat: libentius imitabuntur eos quibus fauent: quam quos despectui habent. Ita
enim fiet: ut ex ore praeceptoris discipulus pendeat. ñeque illum minus quam ipsa
studia amet. et parentem esse non quidem corporis sed animi credat. ñeque illum
minus reuereatur quam amet. Vnde illud poetae... maiorum umbr... tenuem et
sine pondere terram. spirantesque crocos: et in urna perpetuum uer qui praecepto-
rem tamen uoluere parentis esse loco. Multum haec obseruantia studio confert.
Nam et illi símiles esse concupiscent. illum audient libenter. illius dictis habebit
fidem. hinc est illud uulgatum usu prouerbium. opus est addiscentem credere. Et
propheta inquit. Nisi credideritis non intelligetis. Sic praeterea emendati non ira-
scentur: laudati gaudebunt. Nam ut praeceptorum est docere: sic et discipulorum
prebere se dóciles. Atque hae duae res ita inter se coniurauerunt: ut altera sine al-
tera effici non possit. et sicut hominum ortus ex utroque párente constat: ita eru-
ditio non potest coalescere nisi sociata tradentis accipientisque concordia. In illo
praeterea instituendi sunt: ut praeceptorem magis sequantur quam praecedant. In
dissertationibus minime sint peruicaces. ñeque in accipiendis doctrinae rationibus
exigant certitudinem rei de qua agitur: nisi secundum subiectam materiam. ñeque
in rebus agendis petant mathematicam demonstrationem ñeque in mathematecis
persuasionem.
CAPUT XII
Vtrum domi an in scholis erudiendi sunt.
Quintilianus: ut est autor harum rerum curiosissimus: disputat hanc questio-
nem. Vtrum vtilius domi atque intra priuatos parietes: an potius in scholarum
frequentia sub publicis praeceptoribus pueri sunt erudiendi. Qui priuatim instituen-
dos esse putant: duabus rationibus persuaden uidentur. Prima quod moribus ma-
gis consulant fugiendo turbam hominum in ea aetate quae sit ad uitia máxime pro-
na. Altera quod quisquís futurus est ille praeceptor: liberalius témpora sua impen-
surus vni uidetur quam si eadem in plures partiatur. Quod si studijs quidem scolas
prodesse. moribus autem nocere constaret: potior ratio honeste uiuendi quam opti.
me discendi esset. Quid si et domi sunt multa exempla uitiatae pueritiae: nec mino-
rem llagitijs occasionem secreta prebuerunt. Nam et potest esse turpis domesticus
ille praeceptor. nec tutior inter seruos malos quam inter ingenuos parum modestos
conuersatio est. et potest eligi publicus praeceptor qui sit integer uitae scelerisque
purus: et qui nihil nisi graue et seuerum: nihil nisi sanctum et castum in scholas
suas admittat. Potestque adhiberi incorruptissimus quidam custos et comes qui
illum deducat et reducat. Quod uero isti dicunt in studiis vnum vni magis posse
uacare: nihil prohibet istum nescio quem vnum esse etiam cum eo qui in scolis
eruditur. Igitur qui futurus est ciuis: et fortasse reipu. partem administrandam
aliquando subiturus: & cui in máxima hominum celebritate uiuendum est: assue-
scatiam atenero non reformidare homines. nec illa solitaria et uelut umbratili uita
palescere. Excitanda mens et attollenda semper est: quas in huiusmodi secretis aut
languescit: aut contra tumescit inani persuasione. Necesse est enim ut sibi nimium
tribuat: qui se nemini comparat. Deinde cum prodit in publicum caligat in solé: et
3.» ¿POCA. — TOMO IX 5
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omnia noua offendit. Sensum uero ipsum qui communis dicitur ubi discet? cuín
segregarit se a congressu: qui non hominibus solum: sed mutis quoque animalibus
communis esl. Quod si Q. Caecilium M. tullius notat: quod litteras graecas lil ybei &
non athenis. Latinas in Sicilia non Romae didicerit: quid sentiret de ijs qui non in
scholis sed domi litteras didiceruní? Latius patet haec ratio. Nam de moribus inge-
nuaque educatione idsm est dicendum: ñeque putet qui uixerit in agro urbanita-
tem: aut qui domi inter paternos seruos atque ministros aulicam paletinosque sales
se posse assequi. Sed de paedagogis praeceptoribusque hactenus.
Este manuscrito perteneció al cronista de Valencia D. Agustín Sales, pues de su
letra va escrito en la hoja que le precede: Ex libris Doctoris Augustini Salesii,
Historici Valentini. De la propia mano, al margen de la primera página, se pone:
Nicolaus Antonius hunc non vidit. Bibliot. t. I. p. iog. La letra del manuscrito y
li filigrana del papel (que es el guante con la estrella), son de últimos del siglo xv;
la puntuación igual á la del Paral ipomenon del Gerundense , publicado por el
mismo Nebrija.
La copia hecha por nosotros está calcada en el manuscrito de Sales, hasta con
las equivocaciones ortográficas del amanuense. El manuscrito formó parte del
tomo XXIX de Varios de la biblioteca de Mayáns, y consta de i5 hojas de 0,20 por
o, 1 5 cm., con unas 3o líneas en cada página.
Por la copia,
R . Chabás.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Répertoire alphabótique des théses de Doctorat es Lettres des Univer-
sités frangaises (1810-1900). Avec table chronologique par Universités et table
détailléedes matiéres, par M. Albert Maire. — Besanijon, Imp. V. Paul Jacquin,
igo3. — 8.°, vi-226 págs.
Una de las pruebas más concluientes de lo imperfectos que resultan en España
los estudios oficiales, son las tesis doctorales tal como generalmente se vienen ha-
ciendo; contadas son las que revelan un profundo conocimiento de la materia sobre
que versan y menos aún las que contienen algo nuevo; hechas con retazos de obras
corrientes, son la antitesis de las que se redactan en el extranjero, no concibiéndose
aquí el que un discurso doctoral exija muchas veces penosos viajes, no pequeños
dispendios y años de continuo estudio. De poco sirve el ejemplo que nos dan los
norteamericanos, alemanes, rusos y de otras naciones, algunos de cuyos estudiantes
hemos visto residir en España largas temporadas, reuniendo materiales en nuestras
bibliotecas para el objeto indicado.
Así que nada tiene de particular que muchas de sus tesis doctorales sean mono-
grafías útilísimas y la última palabra en ciertos asuntos. Por tal razón es plausible
la iniciativa del señor Maire al imprimir un catálogo de las presentadas en Francia;
catálogo en el que vemos bastantes que versan acerca de nuestra Historia y Lite-
ratura, cuales son: Arnould(E. C. J.), Quid de pueris instituendis senserit Ludo-
vicus Vives; Baret (B.), Elude sur la rédaction espagnole de l'Amadis de Gaule de
García Ordoñe^ de Montalvo; Baudrillart (H. M. A.), Philippe V et la cour de
F ranee (1700- 171 5); Berger (E.), Histoire de Blanche de Castille reine de France;
Bjissonnade (P. M. C. B.), Histoire de la reunión de la Navarre a la Castille; Déla-
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vigne (F.), De lyrica apud Prudentium poesi; Desdevises di Dezert (G. N.J, Don
Carlos <f Aragón, prince de Viane; Faguet (E. A.), De Aurelii Prudentii carmi-
nibus lyricis; Gaudeau (B.), Étude sur Fray Gerundio et sur son auteur le P. José
Francisco de Isla; Gi ardía (J. M. M.)> Essai sur l'ouvrage de J. Hitarte, «Examen
de ingenios»; Mariéjoi. (J. H.), Un lettré italien á la cour d'Espagne: Pierre
Marlyr d'Anghiera; sa vie et ses oeuvres; Petit (E.)i André Doria (1466-1560);
Puech (M. P. A. J.), Prudence. Étude sur la poésie latine chrétienne au I Ve siécle;
Royer (N. C. J. B.), Elude littéraire sur l' Araucana d'Ercilla.
Otras varias se podrían citar, pero basta con las mencionadas, algunas de ellas
trabajos definitivos en la materia, para que se eche de ver con cuánta más seriedad
que en España se escriben las tesis doctorales en Francia. De esperar es, sin embar-
go, que la disposición dictada por el Sr. Conde de Homanones cuando fué Ministro
de Instrucción pública, obligando á imprimir las tesis doctorales, nos haga avanzar
algo en este camino, pues no es lo mismo escribir un discurso para luego archivar-
lo, que para entregarlo á la publicidad.
Al. S. y S.
Piezas de títulos de comedias. Saggi e documenti inediti o rari del Teatro
spagnuolo dei secoli xvn e xvm, per il Dott. Antonio Restori. — Messina, Tip.
di Rosario Alicó. 1903. — 8.°, 283 págs.
El Sr. Restori, cuyos vastos conocimientos de Literatura española son dema-
siado notorios para que insistamos en ellos, con pleno dominio del asunto estudia
el mencionado género de composiciones que no por ser generalmente pesadas y
monótonas dejan de tener importancia, sobre todo para la historia del Teatro. De
ellas reproduce las principales, cuales son: una Loa sacramental de Lope de Vega;
unas décimas atribuidas á Felipe IV; un romance anónimo del siglo xvn, llamado
Del rey sin reino, por empezar con el título de esta comedia de Lope de Vega; va-
rias poesías del ingenioso y desvergonzado escritor alcarreño D. Alanuel de León
Marchante; unas redondillas insertas en la Flor de Academias, de Lima; unas dé-
cimas de Gerardo Lobo; otras en que se llora la muerte de la divina Ladvenant;
una carta en prosa al infortunado Conde de O'Reilly que dejó tan mal parado el
honor de España ante los nuros de Argel; una loa de Benavente escrita para los
comediantes Pedro Ascanio y Antonio de Rueda; el Entremés del Doctor Carlino;
una mogiganga de Suarez de Deza; la Comedia famosa, Amor, ingenio y muger;
un entremés de Alonso de Olmedo; un baile que acaso sea del mismo autor; otro
rotulado Del retrato y una tonadilla. Acaba el libro con un índice de las obras
dramáticas citadas en las anteriores composiciones.
Ai. S. y S.
Orígenes 7 estado actual de la Biblioteca del Instituto de Jovella-
nos, por Jesús F. Martínez Ei.orza. — Gijón. L. Sangenis, 1902. — 196 págs. 8.°,
con tres grabados y un plano.
Al desprendimiento del Sr. D. Eduardo de Llanos Cifuentes Alvarez de las As-
turias se debe la publicación de esta interesante monografía, que obtuvo medalla de
plata en la Exposición regional gijonesa de 1899.
Cincuenta y dos páginas están destinadas á la historia del establecimiento y á
exponer las reformas que necesita. Ocupan el resto del tomo trece apéndices con
cuadros cronológicos de bibliotecarios, clasificaciones de obras, descripción de im-
presos y manuscritos, plan de arreglo de la Biblioteca y resumen numérico de las
obras que contiene, que ascienden á 12.912 volúmenes.
68 REVISTA DE ARCHIVOS
No debe escasearse el elogio al trabajo del Sr. E lorza, quien ha demostrado con
él su aplicación y su celo por el establecimiento en que sirve. En sus páginas en-
contrará el curioso las cédulas de algunos incunables y manuscritos y de muchos
libros raros ó curiosos; de un libro de Horas manuscrito, con miniaturas, proba-
blemente del siglo xv, y de otro impreso en i52o por Thielman Heruer.
Para que se crea en la sinceridad del elogio, preciso es que no se oculten los pe-
queños defectos que en toda obra humana se escapan, y la circunstancia de ser
compañero nuestro el autor nos obliga doblemente á exponerlos.
Así, por ejemplo, hubiera sido de desear que los nombres de autores latinos ó
de obras escritas en latín aparecieran siempre en nominativo en la primera línea, de
versales, y no en los distintos casos de la declinación, como se estampan, tanto
más, cuanto que á continuación vuelven á repetirse con arreglo á la portada de la
obra. La indicación de Anónimo en el principio de tantas cédulas hace muy penosa
la busca de una obra, siendo preciso leerlas todas para hallar la que se desea. Ade-
más, de alguna de las clasificadas como anónimas pudo fácilmente averiguarse el
autor. No se observa con gran rigor el orden alfabético, como puede verse en la pá-
gina no: Cortes, Corpus...; Aguilar y Leyva antes que Aguilar, Lvllii antes que
Lulli, Palmyreno y Palmyreni, Valle y Val verde; se nota inconsecuencia en es-
cribir Bolognese (F. Leandro Alberti) y Pavli Aemilii Veronensis, Pavli Jovii
P. Pithoeii, Rii (Martini Antonii del), etc., etc.
La clasificación de las secciones (pág. 182) ofrecería también bastantes reparos,
si mi propósito fuera la critica detallada de la obra. Así, por ejemplo, la sección de
Clásicos, existiendo la de Literatura; la subsección de Combates, en Marina, que
estaría mejor en Historia; los Viajes, en Sociología; la sección injustificada de Ex-
tranjeros, etc. Es seguro que con más detenimiento el autor podrá rectificarla po-
niéndola en armonía con las exigencias modernas de toda clasificación algún tanto
metódica.
Estos lunares no amenguan el mérito que de derecho corresponde á nuestro
compañero, y se los advertimos en la seguridad de que su buen talento reconocerá
inmediatamente la justicia de las anteriores observaciones. Sírvale también de dis-
culpa que cuando imprimió su obra no pudo aún consultar las instrucciones para
la redacción de Catálogos, publicadas por la Junta del Cuerpo en este año.
A. P. y M.
Hans Eiix von Chur. Ein deutscher Buchhándler in Valencia im XV. Jahrhun-
der, voñ. Prof. Dr. K.. Haebler.
Este interesante trabajo ocupa las págs. 147-162, de la Zeitschrift für Bücher-
freunde, (cuaderno 4.0 Julio de i()o3). Está ilustrado con una hermosa reproduc-
ción de la primera página del «Tirant lo Blanch», Valencia, Spindeler, 1490, ejem-
plar del Museo británico.
Empezando por rendir el debido tributo á las peregrinas noticias que acerca de
la vida y obras de los primitivos impresores alemanes de Valencia, ha publicado el
Sr. Serrano Morales, estudia en este artículo el Sr. Haebler, con su reconocida
competencia, los trabajos de los maestros alemanes desde Lambert Palmart, impre-
sor del célebre incunable de las «Trobes en lahor de la Ver ge Maria» hasta el ci-
tado Hans Rix, de cuya vida (1450- 1490) y trabajos trata extensamente.
El artículo del Sr. Haebler se leerá con provecho por cuantos se interesan por
la historia del arte tipográfico y de la bibliografía. A. P. y M.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 69
VARIEDADES
ESPAÑA. — Burgos. El periódico El Castellano publica en su número de 7 de
Julio un artículo titulado Burgos y sus monumentos, en el que su autor (Don
José María García) habla de una ermita de Nuestra Señora del Valle, situada á cua-
tro kilómetros de la estación de Santa Olalla, en el arrabal de Monasterio de Rodi-
lla, obra que califica de «monumento precioso de estilo románico, cuya existencia
se remonta al siglo xi». Ningún autor ha nombrado semejante edificio, y es lástima
que si es tan notable como el Sr. García dice, no haga de él un estudio más dete-
nido, pues apenas le dedica unas cuantas líneas para pedir que sea restaura-
do.— EGQ.
Madrid. Conferencias prácticas y publicas en el Museo de Repro-
ducciones Artísticas. — Siguiendo la costumbre iniciada el pasado año en el
Museo de Reproducciones artísticas por su Director, D. José Ramón Mélida, ha ex-
plicado éste un breve curso de diez conferencias sobre el tema Aspectos del arte re-
presentativo. Estas conferencias tuvieron lugar los domingos, desde el 12 de Abril
al 14 de Junio, y fueron explicadas en las mismas salas del Museo, ante las repro-
ducciones sobre las cuales habían de versar, supliendo con fotografías ó grabados
las lagunas que no dejan de advertirse en algunas de las series expuestas. Han te-
nido por consiguiente un carácter práctico que acaso sea lo que más á contribuido
á mantener la atención constante de un público distinguido y numeroso, compues-
to de personas de todas las clases y condiciones sociales, entre el que se conta-
ban algunas señoras y aun niños y algunos alumnos del Fomento de las Artes.
Muchos oyentes tomaron apuntes. Honró con su presencia las últimas conferen-
cias el limo. Sr. Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes,
Señor Marqués de Casahiglesia, que se mostró muy complacido de tan útil medio
de difundir la cultura artística. Las conferencias han sido en lo científico de carác-
ter general, apropiadas á la vulgarización de los hechos demostrables y de los prin-
cipios; en la forma lo más sencillas posible. Expondremos el programa del dicho
curso y los puntos sucesivamente tratados en las conferencias, subrayando la men-
ción de las reproducciones ante las cuales fueron explicadas, é indicando el número
de oyentes que acudieron cada día y la sala en que se efectuó.=-Aspectos del
Arte representativo. Curso de diez conferencias prácticas y públicas. i.a Con-
ferencia (12 Abril. — 8^ oyentes. — Sala oriental). El Realismo egipcio.— La
naturaleza es la fuente de inspiración de los artistas. — Periodos del Arte egipcio. —
El realismo menfita representa la tendencia instintiva del hombre á copiar sincera-
mente el natural.— Antigüedad y carácter de la estatua de Ra-em-ke^ comunmen-
te llamada de Sheikh-el-beled. — Noticia de las estatuas de Kefren de Gizeh y del es-
criba, existente en el Louvre. — La religión favoreció el realismo en el periodo men-
fita.— La tumba egipcia y la creencia en «el doble». — El retrato en el arte menfita. =
2.a Conferencia (19 Abril.— 108 oyentes. — Sala Oriental). El hieratismo orien-
tal.— Qué se entiende por hieratismo. — Es siempre resultado de un estado social
teocrático.— Orígenes geroglíficos del arte. — Preponderancia del elemento simbólico
en el arte egipcio del Imperio tebano. — Relieves del templo de Abydos. — El arte
caldeo. — La estela del Rey babilonio Marduk. — El hieratismo en Asiria. — Épocas
70 REVISTA DE ARCHIVOS
del arle asirlo.— Relieve del genio asirio con cabera de Águila. — Gran relieve del
rey Asur-nasir -pal. —Relieve de Assur-banihabal. — Caracteres generales y con-
vencionalismos distintivos del hieratismo oriental. — El realismo de los animalistas
asidos. — El relieve de la leona herida.=3.a Conferencia (26 Abril. — 96 oyentes.—
Sala arcaica).— El arcaísmo griego. — Caracteres del arte miceniano. — Influen-
cia oriental en la Argólida. — Relieve de los leones, de Micenas.— El arte helénico. —
La influencia greco-egipcia.— Grupo de esculturas asiáticas. — Estatua de Cares. —
Relieve de Samotracia. — Relieves de la tumba de las Arpías. — El elemento ori-
ginal helénico. — Cabera de la Hera de Olimpia. — Los Apolos. — Apolo de Strad-
ford. — Lucha del elemento oriental y del helénico. — Arte jónio y arte dorio. — Ar-
caísmo etrusco. — La Isis de Vulci.— Arcaísmo ibérico. — Esculturas del Cerro de
los Santos. — Periodo de transición á lo clásico. — Elemento realista. — Frontones de
Egina.— Venus del Esquilino, hasta ahora considerada como obra de imitación
arcáica.^4.1' Conferencia (3 de Mayo. — 88 oyentes. — Salón central). — El clasi-
cismo griego. — Cómo llegó el arte griego á su mayor edad ó sea al clasicismo.—
El arte adquiere independencia y personalidad.— Fidias representa y resume el
genio griego. — Los grandes escultores. — Desarrollo del arte griego. — El elemento
dorio y el elemento jónio. — Mármoles del Partenón. — Persistencia del estilo de
Fidias. — El realismo en el arte clásico. — El arte argivo. — El arte ático. — La expre-
sión en el arte griego. — La Démeter de Gnido. — El desnudo.— La difusión de los
principios y la decadencia. -(Fueron señaladas casi todas las obras clásicas reuni-
das en el salón). 5." Conferencia (10 de Mayo. — 100 oyentes. — Sala romana).
El naturalismo romano. Fondo realista del arte griego. — El retrato en el
arte griego. — Busto de Atleta de Olimpia. — Estatuas de Sófocles, Esquilo y Demós-
tenes.— El estudio de la verdad de la forma en el Arte helenístico. — Realismo etrus-
co.— Estatua de El Orador.— Formación del arte romano. — Gusto por lo griego en
Roma. — Modo de representar las divinidades y los conceptos morales. — Estatuas de
Urania, Polimnia y Pudicicia. — El retrato en el arte romano. — Estatua de Livia
Drusila. — El desnudo. — Estatua de Germánico. — El retrato heroico.— Estatua de
Augusto con cupido al pie. — Retratos naturalistas.— Estatuas de Augusto togado,
Aristóteles, Menandro, Commodo joven. — Bustos de Julia, Cicerón, César, herón,
etcétera. — La escultura pintoresca; relieves. — Relieves bizantinos; decadencia del
arte antiguo. =6." Conferencia (17 Mayo. — i3o oyentes. — Sala de Industrias de la
Edad media y del Renacimiento). El esplritualismo cristiano. — El arte ro-
mano-cristiano.— Transformación del arte al convertirse en expresión de la idea
nueva. — Los estilos medioevales. — La tradición antigua en la Edad Media.— Arte
español. — Ara visigoda. — Arqueta de Astorga. — La evolución del arte medioval.
Arte cristiano hierático, hasta el siglo xn. — Paralelo con el hieratismo antiguo. —
Tapas de libros con relieves, del siglo xi.— Arcaísmo medioeval ó período gótico.
Estatua yacente del obispo Mauricio. — Fondo realista del arte cristiano.— La idea
y la forma. — Virgen de Toledo. — Esculturas decorativas de Burgos y San Juan
de los Reyes de Toledo. =7. ■ Conferencia (24 de Mayo. — 1 23 oyentes. — Sala italia-
na). El Renacimiento de lo clásico.— Elementos que producen este movimien-
to: el arte antiguo y el natural. — La tradición medioeval y el paganismo. — Reapari-
ción del desnudo en la estatuaria.— El arte adquiere nueva personalidad. — Los idea-
listas.— Luca della Robbia.— Relieve de la tribuna de Florencia. — Chiberti y los ele-
mentos griegos. I Puerta del Baptisterio de Florencia. — El arte dramático: Dona-
tello. — Relieve de la tribuna de Florencia. — Estatua] del San Jorge, — Mino de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 71
Fiesole: relieve de la Virgen* — Miguel Ángel y el arte grandioso. — Estatuas del
Moisés y del Esclavo. — Tumba de Cosme de Médicis.— Paralelo entre la evolución
del arte antiguo y la del Renacimiento. — Baecio Bandinelli, imitador de Miguel
Ángel.— Sus relieves.— Sansovino y el arte gracioso. — Juan de Bolonia y su ele-
gancia á lo Lysipo. =8.-ft Conferencia (3i Mayo.- 94 oyentes. — Sala española). El
realismo Español.— El Renacimiento en España. — Berruguete: sus esculturas
miguelangelescas. Su realismo en el sepulcro de Tavera.— Juan de Juni.— Su Cristo
yacente, de Valladolid. — Aficiones anatómicas en el Renacimiento.— Torrigiano:
su realismo; su estatua de San Jerónimo.— Evolución del arte Español. — El ideal
cristiano y el realismo patético. - Escuela castellana.— Gregorio Hernández. — Su
Cristo yacente, del Pardo. — Escuela andaluza.— Martínez Montañés, Alonso Cano y
Juan de Mena. — Tipos ascéticos.— El retrato.— Busto de Gó/»gora.=9.a Conferen-
cia (7 de Junio.— 98 oyentes.— Sala española).— El barroquismo.— Causas del
barroquismo; juicio y estimación que merece. — Paralelo entre el barroquismo y la
decadencia griega. — El barroco interpreta el género religioso á la manera que los
antiguos al género heroico. — El Bernini. — Sus bustos del Cardenal García y del
Vicio. — El barroquismo en España.— Estatua de la Concepción, de Toledo.— Es-
tatua del Cardenal D. Pascual de Aragón.— Cabera de Quevedo. — El gusto barro-
co en Francia. — El barroquismo en la pintura. — El techo del Casón, por Jordán. —
Paralelo con el arte clásico. = io.a Conferencia (14 de Junio. — 11 5 oyentes. — Sala
italiana.) El neo-cla3Ícismo.— El gusto barroco como movimiento revolucio-
nario provocó una reacción.— Escultores que buscaron la nueva fórmula.— Hudón
en Francia, Salcillo y Carmona en España.— Descubrimiento de Pompeya y gusto
por lo clásico. — Teorías de Yl'inckelmann. — El estilo neo-clásico, sus caracteres. —
Canova. — Su estatua de Venus. — Torwaldsen. — Su estatua de Mercurio y sus
relieves del Día y la Noche. — Alvarez.— Su estatua de Gaminedes.— Resumen de las
conferencias: paralelo entre la evolución del arte antiguo y la del arte medioeval y
moderno. — Predominio de la línea recta en el arte hierático y de la curva en el
arte realista. —Es posible que, como desean muchas personas, se publique un
extracto de estas conferencias.
Osuna. Según nuestras noticias, en Osuna, de cuya antigüedad romana nos que-
dan tan valiosos restos, se han descubierto importantes testimonios de su pasado
ante- romano. El descubridor ha sido Mr. Arthur Engel, distinguido arqueólogo
francés que pasa en el mediodía de España casi todos los inviernos y de cuyas in-
vestigaciones ya tienen noticias los lectores. Al comprender Mr. Engel la impor-
tancia de este descubrimiento compró el terreno en que se hacía necesario excavar
y dio noticia del caso al gobierno de su país, que comisionó á Mr. Pierre París,
conocido profesor bórdeles, el cual desde Abril se halla en Osuna practicando
excavaciones. El parage que es objeto de ellas se encuentra más alto del que
sirvió de asiento á la población romana; y parece que en un sitio todavía más
elevado se descubren objetos verdaderamente prehistóricos. El importante hallazgo
á que aludimos consiste principalmente en estatuas y relieves de piedra, de un arte
tosco, que se estima de carácter cartaginés, y aparte de varios objetos una porción
de piedras que debieron ser utilizadas como proyectiles, de los que se arrojaban
por medio de catapultas; y es de notar que casi al mismo tiempo se han descubier-
to junto á Túnez otros proyectiles análogos, también de origen cartaginés.
72
REVISTA DE ARCHIVOS
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es la base de clasificación de nuestara Bibliografía. En esta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cual puede servir para intentar una bibliografía de éste: los marcaremos con un *. —
En la Bibliografía de Revistas siempre que no se indique el año, se entenderá que es el co-
rriente.)
LIBROS ESPAÑOLES
[i.° Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra, desde la política á la cien-
tífica, y los de sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la lingüística, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español ó ex-
tranjero, en cualquiera de las hablas españo-
las, ó en ó fuera de España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.0 Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de libros de cualquier materia escritos por
autores ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.0 Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imitaciones publicadas en ó fuera de España
Í)or autores vivos, españoles ó extranjeros, en
as mismas hablas ó en lenguas sabias, de obras
históricas y literarias debidas á españoles ya
muertos. 4.0 Los libros notables originales de
amena literatura, dados á luz en ó fuera de
España por escritores contemporáneos, espa-
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguas
sabias. 5.° Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de España, publicados
en las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas-
tellano. Y 6.° Las traducciones hechas por es-
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de las ha-
blas españolas, ó por españoles á lenguas sa-
bias, de libros extranjeros históricos, ce cultu-
ra general, y aun de amena literatura cuando
son obras maestras.]
Actas de las Cortes de Castilla, publicadas
por acuerdo del Congreso de los Diputados, á
propuesta de su Comisión de gobierno inte-
rior. Segunda parte de las actas de las Cortes
de 1602 á 1604. Terminan las de los años 1603 y
1604. Tomo vigésimo secundo. — Madrid. Esta-
blecimiento tip. «Sucesores de Rivadeneyra»,
rgo2.— 4.0 d., 58g págs. [1
Alomar (Gabriel) y Oliver (Miguel S.)
Discursos escrits per encárrec de 1' hono-
rable Ajuntament de Palma en ocasió del
nomenament de filis ilustres de Mallorca á
favor de D. Eusebi Estada y D. Lluis de San
Simón, y Uegits en la sessió extraordinaria
d'el dia 11 d'agost de 1902. — Palma de Mallor-
ca. Estampa d'En J. Tous, 1902. — 4.0, 55 pá-
ginas. [2
Arribas (Severo). Arte y fe: Palestina, Egip-
to, Roma.— Madrid. Imp. de los H. de M. G.
Hernández, 1903.— 4.0, 5o6 págs. [3
Aviles (Dr. D. José). Compendio de la vida
de un ilustre sevillano, D. Miguel Manara. —
Sevilla. Imp. de El Mercantil Sevillano, 1903.
8.° d., 104 págs. [4
Bello (D. Andrés). Nuevo compendio de la
Gramática castellana de... para las escuelas
hispano-americanas. Completamente reforma-
do de acuerdo con la ortografía moderna de
la Real Academia Española. — Nueva York.
D. Appleton y C.a, 1903.— 8.°, 160 págs. [5
Bolaños (La Marquesa de). Rimas italianas
y castellanas. — Madrid. Imp. de Fortanet,
MCMIIL— 8.°, xv-i86págs. [6
Bunge (Carlos Octavio). La educación con-
temporánea.— 3.a edición. — Madrid. Daniel Jo-
rro, editor, 1903. — 8.°, 407 págs. — 4 ptas. [7
BurrielAlberola (Félix). Viajes m-rítimos.
Las costas de España y Portugal. — Zaragoza.
Tip. de E. Casañal, 1903.— 4. °, 182 págs. [8
Caballero (Fernán). Obras completas. No-
velas. V. Elia, ó la España años há. Cod mal ó
con bien á los tuyos te ten. — El último con-
suelo.—Madrid. Est. tip. «Sucesores de Riva-
deneyra», 1903. — 8.°, 440 págs. [9
Capítulo de una carta de Cartagena de In-
dias, dando cuenta de una monja que, en hábi-
to de hombre, fué soldado en Chile y Tipóan,
y de sus hazañas con los indios chiles y cham-
bos.— Madrid. Imp. de M. Tello, 1903. — vm-14
páginas en 16.0 [Reimprímese esta carta con
arreglo á la edición de Sevilla, por Juan Se-
rrano de Vargas, 1618.] [10
Catálogo de la biblioteca taurina de Luis
Carmena y Millán. (Tirada de 5o ejemplares.)
Madrid. Oficina tipográfica Ducazcal, 1903.—
4.0, 196 págs.— 15 ptas. [11
Conté (Augusto). Recuerdos de un diplo-
mático. Tomo ///.—Madrid. Imp. de J. Gón-
gora y Alvarez, 1903.— 8.°, xxiv- 600 págs. [12
Correas (Maestro Gonzalo). Arte grande de
la lengua castellana compuesto en 1626 por
el... Publícalo por primera vez el Conde de la
Vinaza.— Madrid. Tip. de R. Fe, 1903.— 8.°,
xxvi-328 págs. [13
Draper(J. G.) Historia de los conflictos en-
tre la religión y la ciencia; traducción de A.
Góme% Pinilla. — Valencia. Imp. de El Pueblo,
[1903].— 8.°, 253 págs. [14
Echávarri (D. Vicente G. de). Alaveses ¡lus-
tres. Tomo IV. (El general D. Miguel Ricardo
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
73
de Álava y la guerra de la Independencia en
esta provincia.) — Vitoria. Imp. provincial,
1902.— 8.° d., 6g5 págs. [i5
Fernández de Béthencourt (Francisco).
Para cuatro amigos. Varios discursos, muchos
artículos y hasta algunos versos. — Madrid.
Est. tip. de E. Teodoro, 1903.— 8.°, 436 pags. (ió
Feu (D. José Leopoldo). Aforística social. —
Madrid. Imp. de Fortanet, 1903.— 8.°, 36 pá-
ginas. [17
García Malo (D. Ignacio). Voz de la natu-
raleza. Colección de anécdotas, historias y no-
velas tan agradables como útiles á toda clase
de personas. //.a edición. — París. Imp. Gar-
nier, [1903].— 18. °, vm-545 págs. |i8
Gaye (Alberto). Santander y su provincia.
Guía de la Montaña y su capital.— Santander.
Imp. de Blanchard y Arce, 1903. — 8.°, 5o2-8-lxv
páginas. [19
Gestoso y Pérez (José). — Nuevos documen-
tos colombinos. Carta que dirige á la Excelen-
tísima Sra. Duquesa Vda. de Berwick y de
Alba. — Sevilla. Oficina tip. de La Andalucía
moderna, 1902. — 4.0, 31 págs. [20
Gil y García (D. Manuel Tomás). La astro-
nomía en la antigüedad: (Notas históricas so-
bre astronomía antigua). Tesis doctoral. —
Madrid. Imp. de los H. de M. G. Hernández,
1903.-4.°, 73 págs. [21
Gimeno de Flaquer (Concepción). El pro-
blema feminista; conferencia en el Ateneo de
Madrid.— Madrid. Imp. del Asilo de Huérfa-
nos, 1903.— 8.°, 39 págs. [22
González de Echávarri y Castañeda (Don
Vicente). Vitoria histórica. Colección de ar-
tículos publicados en el diario La Libertad.
Con un prólogo de D. Herminio Madinaveitia.
Vitoria. Imp. de Domingo Sar, 1903. -8.°, vin-ióo
páginas. [23
González Rojas (Francisco). Historia y en-
señanzas de una persecución religiosa. — Ma-
drid. Imp. del Asilo de Huérfanos del S. C. de
Jesús, 1903. — 8.° m., 277 págs. [24
Gorón (Mr.) Misterios de los Juzgados. El
ahorcado de Passy; versión española de Ri-
cardo García de Vinuesa. — Madrid. Imp. de
Ricardo Rojas, 1903.— 8.°, 302 págs. [25
Gurucharri y Echauri (J. Eduardo). Memo-
ria de las aguas minerales de Panticosa.— Ma-
drid. Imp. del Asilo de Huérfanas del S. C. de
Jesús, 1903.— 8.° d., 272 págs., con dosmpas. [20
Homenaje al eminente poeta mallorquín don
Miguel Costa y Llobera con motivo de haber
sido proclamado Mestre en Gay Saber en los
Juegos florales de Barcelona de 1902.— Palma.
Imp. de J. Tous, 1903.— 4 hojas en folio. [27
Jochs florals de Barcelona. Any XLV de
Uur restauració. MCMIIL— Barcelona. Estam-
pa de La Renaixensa, MCMIIL— 4 °, 246 pá-
ginas. [2g
Laiglesia (F. de). Una crisis parlamentaria
en 1538. Articulo publicado en el núm. 30 de la
revista Nuestro Tiempo . — Madrid. Carrión
hermanos, impresores, 1903.-8.°, 31 págs. [29
Laplana y Ciria (Luis). Compendio de Gra-
mática castellana.— Madrid. Est. tip. de An-
tonio Marzo, 1903.— 8.° d., 304 págs.— 6,5o pe-
setas. [30
Lasplasas. Ensayo de una definición de la
Escolástica, et alia . Barcelona. — Gracia. Im-
prenta Arólas, 1903.— 8.°, 109 págs. [31
La Torre (D. Enrique de). Anuario de Fe-
rrocarriles españoles. Con un mapa. Año XI,
1903.— Madrid. Imp. central de los Ferrocarri-
les.—8.° m., 272 págs. [32
Lombroso (César). El antisemitismo. Prime-
ra versión castellana; prólogo del Dr. Fran-
cisco Lombardía y Sanche^.— Madrid. Viuda
de Rodríguez Serra, [1903].— 8.°, 203 págs. [33
Luis Amadeo de Saboya, Cagni (H.) y Cava-
lli Molinelli (A.) La «Estrella Polar» en el
mar Ártico (1890-1900); traducción del Dr. En-
rique Tedeschi.— Barcelona. Imp. Máucci, 1903.
2 vols. en 4 ° de xvi-421 y 31 1 págs. con 243 ilus -
tracíones, dos panoramas, tres mapas y un
plano. [34
Mario Soto (D. Sixto).— Sabatini. Estudio
biográfico.— Valladolid. Tip. de H. de J. Pas-
tor, 1903. — 8.° m., 101 págs. [35
Origen y excelencias de la ilustre esclavitud
de Nuestra Sra. de la Merced, redención de
cautivos, fundada por el glorioso patriarca
San Pedro Nolasco en esta Ciudad de Sevi-
lla...—Sevilla. Tip. de Agapito López, 1903. —
8.", 88 págs. [36
Padilla (Salvador). Gramálica histórica de
la lengua castellana. — Madrid. Tip., Legani-
tos, 54, [1903].— 4.0, xv-380 págs. [37
Prieto y Villarreal (Emilio). — Ruiz Zo-
rrilla desde su expulsión de España hasta su
muerte (1875-1885). Recuerdos políticos.— Ma-
drid. M. Romero, impresor, 1903.— 8.°, 484 pá-
ginas.—3 ptas. (38
Rodríguez Marín (Francisco). Luis Baraho-
na de Soto. Estudio biográfico, bibliográfico y
crítico. Obra premiada con medalla de oro en
público certamen por la Real Academia Espa-
ñola é impresa á sus expensas. — Madrid. Esta-
blecimiento tip. «Sucesores de Rivadeneyra»,
1903.— 8.° d. m., 866 págs. [39
—Noticia biográfica de D. Fernando Afán de
Ribera Enríquez, VI Marqués de Tarifa. (Es-
crita para la 2.a ed. de la Fábula de Mirra).—
Sevilla. Imp. de El Mercantil Sevillano, 1903.
8.°, 30 págs. [4°
Salas (Javier de). Acciones navales moder-
nas (i855-iooo). Compendio histórico con .18
planos.— Madrid. Imp. alemana, 1903.— 8.° ma-
yor, 248 págs. y una hoja de índice.— 10 pe-
setas. [-f1
74
\
REVISTA DE ARCHIVOS
Salinas (D. Germán). Los satíricos latinos.
(Castellón). AntonioMonreal, 1003.-8." d., 298
páginas. Sin portada ni índice. (Publicado por
la revista de Castellón Ayer y Hoy.) [42
Sosa (Francisco). Recuerdos de Italia (1903).
(Sonetos.) — México. Tip. Económica, 1903.—
8.°, x-31 págs. (43
Unamlno (Miguel de). De mi país; descrip-
ciones, relatos y artículos de costumbres. -
Madrid. S. i., 1903.— 8.° m.. xiv-i58 págs. [44
Vergara (D. Mariano. Marqués de Aledo).
Anuario de la Cuna de Jesús. Año 11. 1902.
Madrid. Romero, impresor, 1903.— 8.° d., 243-
páginas. [45
Vicetto (D. Benito). Los hidalgos de Mon-
forte (historia caballeresca del siglo xv), con
un prólogo de D. Nicolás Fort. Tomo I. — La
Coruña. Tip. de la Casa de Misericordia, 1903.
8.°, 463 págs. (46
Zozaya (Antonio). Crónicas del año dos.—
Madrid. Est. tip. de Ricardo Fe, 1903.— 8°, 244
páginas. (47
A. Gil Albacete. M. Serrano y Sanz.
LIBROS EXTRANJEROS
[i.° Los tratados universales y generales por
naciones y materias, de historia y sus ciencias
auxiliares, de literatura y arte, de filología y
lingüística, etc., que interesen á Li erudición
> á la cultura, publicados en ó fuera de Espa-
ña por españoles ó extranjeros en hablas vul-
gares no españoles, ó por extranjeros en len-
guas sabias. 2.° Los de cualquier materia es-
critos por españoles en ó fuera de España en
dichas lenguas vulgares. 3.0 Los de cualquier
materia, con tal que se refieran á cosas espe-
ñolas, publicados por extranjeros en ó fuera
de España en lenguas sabias ó en habl.is vul-
gares no españolas.)
Aboc-Ras En-Nasri (M.) Les vetements de
soie fine (au sujet d'Oran et de la péninsulc
espagnole), poesie du cheikh Mohammed Abou-
Ras En-Nasri. Traduction par le general G.
Faure-Biguet.— Alger. Imp. Fontana. 1903.—
8.°, xvi-60 págs. [48
Bénédite (G.) Un guerrier libyen, figurine
égyptienne, en bronze incrusté dargent, con-
servée au Musée du Louvre.— Chartres. Imp.
Durand, 1903. — 4.0, 13 págs. [49
Boulanger (C.) Le mobilier funéraire ga-
llo-romain ct franc en Picardie et en Artois.
Fascicule ///.— Saint-Quentin. Imp. Genérale,
[1903].— 4°, 44 págs. con láms. en colores. [5o
Carus (P.) L Evangile du Bouddha, raconté
d aprés les anciens documents. Traduit de Tan-
gíais, par L. de Milloué. — Angers. Imp. Bur-
din et C.e, 1902.— 18.0, xvm-339 págs. (5i
Cerqueira (Dionisio). La Bolivie et le Bré-
sil. La question de l'Acrc; l'appréciation du
Gouvernement brésilien en 1900, en complete
contradiction avec relie d'aujourd'hui.— París.
Imp. Eyméoud, 1903— 8.°, 63 págs. con un
mapa. [52
Colardeau ( T.) Étude sur Epictéte.— Gre-
noble. Imp. Allier, 1903 —8.°, xii-354 págs. (53
Cruise (Fr.) Qui est l'auteur de l'«Imitation
de Jésus-Christ»? Trad. par M.e"e A. Kenne-
dy.—Paris. Imp. Retaux, 1902.— 18.0, m-107 pá-
ginas. (54
Chapotin (M. D.) A travers l'histoire domi-
nicaine ancienne et contemporaine. T. I. — Pa-
ris. Imp. Maurin, 1903.— 8.°, 435 págs. [55
Deschamps (P.) Un roi bien-aimé. Sa Majes-
té Alphonse XIII, roi d'Espagne. — Laval.
Imp. Barnéoud et C.e. 1903.— 8.°, 147 págs. con
un retrato. [56
Donnadieu (A. L.) Les hypothéses scientifi-
ques relatives au Saint Suaire de Turin; leur
discussion.— Lyon. Imp. Vitte, 1903.-8.°, 120
páginas. [67
Dorpheld (Wilh.) Troja und Ilion: Ergeb-
nisse der Ausgrabungenn in den vorhistori-
chen und historischen Schichtcn von Ilion
(1870-1894).— Athcn. Beck und Barth. 1902.— 4.0,
xvm-652 páginas con 471 grabados y 8 lámi-
nas. [58
Dubois (A.) La Latinité d'Ennodius. Con-
tribution á l'étude du latín littéraire á la fin
de l'empire romain d"Occident.— Laval. Imp.
Barnéoud ct C.e, 1903.— 8.°, 584 págs. [5g
Fabry (G.) Campagnc de Russie (1812). T. V.
Laval. Imp. Barnéoud et C.c, 1903.— 8.°, m-942
páginas. [óo
Farinei.u (Arturo). Sentimeato e concetto
della natura ¡n Leonardo da Vinci.— Imp. s. 1.
n. a.— 8.° m., 83 págs. Estratto dalla Miscella-
nea di studi critici edita in onore di Arturo
Graf. [ó 1
Guédy (P.) L'Egyptiennc (román ramsinite
de la xixe dynastie. — Paris. Imp. Mouillot
[1903)— 16.0, 343 págs. con láminas. [62
Hamy (E. T.) La Mappemonde d Angelino
Dulcen, de Majorque (1339). — Angers. Imp.
Burdin et C.e, 1903.— 8.°, i5 págs. (63
Haussonville (Le comte d). La Duchesse de
Bourgogne ct l'alliance savoyarde sous Louis
XIV. T. ///. — Coulommiers. Imp. Brodard,
1903.-8.°, 446 págs. con grabados. [64
Jones (F. A.) Famous Himns and their au-
thors.— London. Hodder, 1902.-8.°, 350 pági-
nas con grabados. (65
Lavisse (E.) Histoire de France, depuis les
origines jusqu'á la Révolution; par Ernest La-
visse. Publiée avec la collaboration de MM. Ba-
ytt, Bloch, Carré... T. II. Fascicule II: les pre-
miers Capétiens (987-1137). — Coulommiers.
Imp. Brodard. 1903.— 8.°, 97 á 192 págs., C3n gra-
bados. [66
Legrand (E.) Bibliographie helléniquc, ou
description raisonnée des ouvrages publics
par des grecs aux xve et xvie siceles. T. ///.—
Le-Puy-en-Vclay. Imp. Marchcssou, 1903.— 8.°
mayor, xi-520 págs. [67
BIBLIOTECA"? Y MUSEOS
75
Lovis XI. Letres de... roi de France. Pu-
bliées d aprés les originaux, pour la Société de
lhístoire de France, par Joseph Vaesen ct
Etienne Charavay. T. VIH (1479-1480)-— Xo-
gent-le Rotrou. Imp. Daupcley-Gouvcrneur,
1903.-8.0, 388 págs. [63
Masson (F.) Napoleón ct sa famille.— Evrcux.
Imp. Hérissey, 1903. Ts. V y VI — 8.°, xvii-350
y 380 págs. t°9.
Mervem (Cécyl). Don Quichotte de la Man-
che, comedie en deux.actes.— Villefranche-de
Rouergue. Imp. Bardoux, [1903].— 8.°, 96 pági-
nas con grabados. [7o
Mioxi (Ugo) Attraverso l'América del Sud.
/. (Las Pampas).— Torino. Tip. degli Artigia-
nelli, 1902.— 16.0, 239 págs. [71
Morel (M.) Sappho de Lesbos.— Evrcux.
Imp. Hérissey, 1903.— 16.0, ix-292págs. [72
Paoi.i (María). Sisto V e i banditi (i585-i5oo).
Sassari. Tip. Üallizzi, 1902.-8.°, 92 págs [73
Plañe (A.) A travers lAmerique équatoria-
le. LAmazonie. — París. Imp. Plon-Xourrit,
1933.-16.°, x-291 págs. con grabados. [74
Pouplard (P. X.) La vie merveilleuse du ve-
nerable MarcelMastrilli, S. J.— Bruxelles. Imp.
Desclée & De Brouwcr, 1902. 8.°, x vi-3i9págs. [75
Prichard (H. H.) Through the heart of Pata-
gonia. — London. Heinemann, 1902. —8.°, 362
páginas con grabados. 17'1
Reclus (E.) Les Prímitifs. Études d ethno-
logie comparée.— Tours. Imp. Arrault et C.e,
1003.— 18.0, xfv-493 págs. [77
Reichert (B. M.) Acta capitulorum ¿enera-
lium Ordínis Praedicatorum. V//(ab anno 1626
usque ad annum i656).— Roma:. Tip. de Propa-
ganda Fide, 1902.— 8.°, vni-488 págs. [78
Reinach (T.) Le sarcophage de Sidamara.—
Chartres. Imp. Durand, 1903.— 4.0 m., 42 pági-
nas con grabados. [79
Restori (Antonio). Piezas de títulos de co-
medias. Saggi e documenti inediti del teatro
spagnuolo dei secoli xvn e xvni. — Messina.
Típi di Rosario Alicó, 1903.— 8.°, 283 págs. [80
Saistsbury (G.) History of Critícism and
Literary taste in Europa. //(From Renaissan-
cc to declide of i8th Century Orthodoxy).—
London. Blackwood. 1902.— 8.°. 612 págs. [81
Salverda df. Grave (J. J.) Le troubadour
Bertrán d'Alamanon.— Toulouse. Imp. É. Pri-
vat, 1902.— 8.°, xn-214 págs. (Es el tomo VII de
la Bibliothéque Méridionale.) (82
Schlosskr (Julius von). Zur Kenntnis der
Künstlerischen fberlieferung im Spaten Mit-
telalter. Defensoríum inviolatae Virginitalis
B. Maria V. — Vademécum eínes fahrenden Ma-
lergesellen. Giustos Augustinuskapclle und
das Lehrgedicht.— Des Bartolommeo de Bartoli
von Bologna.— Wíen. A. Holzhausen. 1003.—
4.» d. págs. 279 a 338. [83
M. Serrano y Sanz.
REVISTAS ESPAÑOLAS
[i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra, consagradas exclu-
sivamente al estudio de España y publica-
das en cualquiera de las hablas españolas en o
fuera de España: los títulos de estas revistas
van de letra cursiva. 2.0 Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que figuren en los sumarios de las revistas no
congéneres de la nuestra, escritas en dichas
hablas en ó fuera de España.]
La Alhambra. i5 Junio 1903. Do«jmentos y
noticias de Granada, por Miguel Garrido
Atienda — Carrozas y coches, por Francisco de
P. Valladar.
Boletín arqueológico, árgano de la Sociedad
arqueológica Tarraconense y de la Comisión
de monumentos artísticos y arqueológicos de
Tarragona. 1902. Julio-Agosto. Conjuración
de doña Hipólita de Aragón, Baronesa de Albi.
en la ciudad de Barcelona, en favor del rey
católico, en los años de 1645, 1Ó46, 1647 y 1648.
por Jcan du Castel; por la traducción. Fer-
nando de Quero/.— Un manuscrito inédito de
epigrafía tarraconense, por Ángel del Arco.—
Datos relativos á la guerra de la Independen-
cia. = Se p tic mbre -Octubre. Reglamento
para la educación de la juventud, publicado
por D. Carlos C. de España en 1816.— Terrible
temporal en el puerto de Tarragona las no-
ches del 24 y 28 de Diciembre de 1821 — Recom-
pensas concedidas á los tarraconenses y á los
paisanos y militares que sostuvieron el sitio
puesto por los franceses á la ciudad en 1811. —
Disertación hidráulica sobre la fuente de la
Rabassada, escrita por el Dr. D. Jaime Parcet
en Tarragona á i5de Mayo de i8i7.=Xov i em-
bre-Diciembre. Acta [y discursos] de la
sesión pública del día 11 de Diciembre de 1002.
El robo del Museo Arqueológico provincia
de Tarragona. (Entre los discursos que se le-
veron en la mencionada sesión hay uno de
nuestro compañero Di Eduardo González Hur-
tebise. Versa acerca de «El arte tipográfico
en Tarragona durante los siglos xv y xvi».]
Boletin de la Comisión de monumentos his-
tóricos y artísticos de Orense. 1903. Marzo-
Abril. Unas elecciones de El Bollo en 1614, por
X. Tenorio.— De Re Gallaica (continuación),
por Benito F. Alonso.— Láminas sueltas: Lá-
pidas romanas de Bande y Louredo.=Mayo-
Junio. Los judíos gallegos en el siglo xi, por
Fidel Fita.— De Re Gallaica (conclusión), por
Benito F. Alonso.— Privilegio del rey D. Fer-
nando II en favor del monasterio de Santa
Comba de Naves, por Arturo Vázquez Xúñe$.
Boletin de la Sociedad Arqueológica Lulia-
na. 1902. Agosto-Septiembre-Octubre. Notas
genealógicas. Familias extinguidas de Mallor-
ca. La casa de Belloto, por D. J. R. de Ayreflor
y Sureda. — Revolutió deis pagesos mallor-
76
REVISTA DE ARCHIVOS
quins en lo segle xv. (Documentació del Arxiu
Municipal de Barcelona (continuació), perdón
Alfons Dámiáns "y Máuté.—f D. Jeroni Rosse-
lló, necrología. — Donatiu deis manuscrits y
Ilibres lulians de la Biblioteca Rosselló, per
D. P. A. Sanxo. — Pau feta entre els reys de
Aragó y de Sicilia de una part y el rey de Tu-
nis de l'altre (1403), per D. E. Aguiló.— Vida de
Sor Anna María del Santissim Sagrament es-
crita peí Dr. Gabriel Mesquida Pre, de l'any
1690 al 92 (continuació). — Ermites y ermitans
de Mallorca, per D. E. Aguiló.
Boletín de la Sociedad española de excur-
siones. 1003. Marzo. San Félix de Játiva y las
iglesias valencianas del siglo xm, por Fortu-
nato de Selgas. — San Miguel de Escalada, por
Juan Bautista Lázaro. — Artistas exhumados
(segunda serie), por Rafael Ramírez de Are-
llano. — Notas bibliográficas.— Láminas inter-
caladas: Varios detalles de las iglesias de San
Félix de Játiva y de San Miguel de Escalada.—
Láminas sueltas: Alfonso el Magnánimo (co-
lección del Sr. Urríes). Cuadro de Joanes, an-
tes atribuid© á Salerno. Retablo de San Seve-
rino de Ñapóles, atribuido á Salerno, estilo
valenciano-napolitano de fines del siglo xv
(¿de Pagano?). Tapices pertenecientes á la co-
lección del Sr. Conde viudo de Valencia de
Don Juan. Iglesia de San Félix de Játiva. =
Abril. San Miguel de Escalada, por Juan
Bautista Lázaro.— San Félix de Játiva y las
iglesias valencianas del siglo xm, por Fortu-
nato de Selgas. — Artistas exhumados (segunda
serie), por Rafael Ramírez de Arellano. — Lá-
minas intercaladas: Varios detalles de San Fé-
lix de Játiva.— Láminas sueltas: Interior de la
iglesia de San Félix de Játiva. Retablo del al-
tar mayor de la misma. Capitel románico que
sirve de pila de agua bendita. Retrato perte-
neciente á la colección del Sr. Conde viudo de
Valencia de Don Juan. Tríptico de marfil de
la misma colección. =M ayo . Castillo de Al-
modóvar del Río, por Adolfo Fernández Ca-
sanova.— La imagen de Santa María la Real
de Hiraehe, por Vicente Lampérez y Romea.—
Artistas exhumados (segunda serie, continua-
ción), por Rafael Ramírez de Arellano.— Bi-
bliografía.— Láminas intercaladas: Varios de-
talles de la imagen de Santa María la Real de
Hiraehe.— Láminas sueltas: Planta del castillo
•de Almodóvar del Rio. Torres del recinto del
mismo castillo. Busto perteneciente á la co-
lección del Sr. Conde viudo de Valencia de
Don Juan. Sepulcro encontrado en el claustro
■de la catedral vieja de Salamanca.
La escuela moderna. Revista pedagógica.
1903. Marzo. Supersticiones extremeñas: pró-
logo, por U. González Serrano. = Abril. Es-
critores ilustres sobre educación, por E. Gar-
cía y Barbarín.
La España moderna. 1903. Julio. Curiosida-
des numismáticas. Materiales empleados para
las monedas, por Ignacio Calvo. — Relaciones
hispano-americaoás. Lacuestión de Santo Do-
mingo, por Jerónimo Becker. — El segundo
Congreso internacional de ciencias históricas,
por Rafael Altamira. — Los catedráticos de
castellano en los Institutos de segunda ense-
ñanza en Francia, por Camille Pitollet. — Lec-
turas americanas, por Hispanus. — Crónica li-
teraria. Núñez de Arce, por E. Gómez de Ba-
quero. — Revista de revistas, por Fernando
Araujo.— Notas bibliográficas, por G. Blanco
y Gutiérrez Pola.
Galicia histórica. 1903. Marzo-Abril. Reseña
histórica de los establecimientos de beneficen-
cia en Galicia durante la Edad Media. Parte
segunda: Reseña histórica de la erección del
Gran Hospital de Santiago (continuación), por
José Villaamil y Castro. — Fonseca (continua-
ción), por Luis Zamora Carrete.— Prioridad
de un artista santiagués respecto al perfeccio-
namiento del grabado en madera, por Enrique
Mayer.— Bibliografía, por J. G. M. — Crónica,
por J. G. Ai.— Colección diplomática: Fundación
del Monasterio de San Esteban de Atan (¿año
816?). — Restauración de la iglesia parroquial
de San Juan de Friolfe (año 910). —Testamento
de Gonzalo Vidragiliz (año 1094). — Indagación
hecha en el año 1218 acerca de los derechos
que competían al Castellano de las fortalezas
de Santa Cruz y Sande en algunos de los cotos
de Celanova. — Permuta hecha por D. Alfon-
so IX con el Monasterio de Oya (año 1201). —
Venta hecha al Priorato de Sar (año 1204). —
D. Alfonso IX dona al Monasterio de Oya la
isla de San Martín (año 120...). — D. Alfonso IX
demarca el coto del Monasterio de Junquera
de Espadañedo (año 12...). — Avenencia entre
el Obispó y Cabildo de Tuy y el Monasterio
de Celanova sobre la iglesia de Corujo (año
1230). — El santo rey D. Fernando III confirma
algunos de los privilegios otorgados por su pa-
dre D. Alfonso IX al Monasterio de Santa
María de Oya, en la provincia de Pontevedra
(año 1238).— Carta de D. Alfonso X á todos los
Concejos de las villas y aldeas del arzobispado
de Santiago sobre el pago de los diezmos
(año 1255). — Testamento de D. Gil Fernández
de Limia (año 1340). — Testamento de doña Te-
resa Gil (año 134...)- — Testamento del Cardenal
de Santiago D. Bernardo Domínguez (año 1387).
Acta de la visita hecha en el Monasterio de
Sobrado en el año 1492.— Fundación de la villa
de Monterreal de Bayona (año 1497).— Dona-
ción de D. Alfonso VII al Monasterio de San
Pedro y San Payo de Antealtares, de las villas,
cotos é iglesias de San Andrés de Campo-Re-
dondo y Santa María de Rozamonde(añoii37). —
Privilegio de D. Alfonso VII confirmando al
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
77
Monasterio de San Martín del Pino otros pri-
vilegios y donaciones de varias iglesias, cotos,
villas y heredades que él y sus padres y ante-
cesores le habían concedido (año 1142). — Tes-
tamento de doña Urraca de Moscoso, madre
del segundo conde de Altamira, D. Rodrigo
Osorio de Moscoso (año 1498). — Bula del Papa
Julio II expedida en 28 de Julio de i?o6, por la
cual confirma la unión del Monasterio de San
Salvador de Celanova al de San Benito de Ya-
lladolid.
Helios. 1903. Julio. Sobre el regionalismo y
la centralización, por Juan Valera. — Galdós,
por G. Martines Sierra.— El teatro por de
fuera. Sainete inédito de D. Ramón de la Cru^.
Afición taurina de las Cortes del siglo xvi,
por J. Rui^-Castillo.— Sobre Góngora, por Mi-
guel de Unamuno.— Del pobre D. Luis de Gón-
gora, por F. Navarro Ledesma.— Matilde Se-
rao, por Margarita María de Monterrey.
La lectura. 1903. Junio. José Jiménez Aran-
da, por Aureliano de Beruete.— Revista de re-
vistas.—índice de revistas.
El mensajero del Corazón de Jesús. 1903.
Febrero. Historia de las sagradas reliquias de
San Francisco de Borja (conclusión), por Luis
Co/oma.=Marzo á Julio. Jeromín, por Luis
Coloma. [Es una novela histórica de la retirada
de Carlos V á Yuste y de D. Juan de Austria.]
Nuestro tiempo. 1903. Junio. Una crisis par-
lamentaria en 1538, por F. de Laiglesia.— Los
dos catolicismos, por Edmundo Gon^ále^
Blanco.— Recuerdos de mi vida, capítulo XYI,
por Santiago Ramón y Cajal.—Núñez de Ar-
ce, por Zeda. — La cuestión de Marruecos, por
Felipe Ri^o.— Revista bibliográfica.
Revista de Aragón. 1903. Junip. ¿Por los
métodos, es ciencia la Historia?, por Julián Ri-
bera.— Familia Real de los Benitexufin (con-
clusión), por Francisco Codera.— Ordioacio-
nes y paramientos de la ciudad de Barbastro,
por Mariano de Paño.— La tumba del coDde
Bernardo y doña Toda (Excursiones pirenai-
cas), por Yicente Castán.— Recuerdos de mi
vida (cap. xvii), por S. Ramón y Cajal.
Revista de la Asociación Artístico- Arqueo-
lógica Barcelonesa. 1903. Enero-Marzo. Estu-
dios epigráficos. De las pequeñas inscripcio-
nes jurídicas romano-hispanas, por M. R. de
Berlanga.—La. Junta de Gerona en sus rela-
ciones con la de Cataluña en 1808 y 1809 (con-
tinuación), por Emilio Grahit.— Anals inédits
de la vila de la Selva del Camp de Tarrago-
na (continuación), por Joan Pié.
Revista contemporánea. i5 Junio 1903. Fies-
ta del Toisón de Oro celebrada por Carlos V
en Utrecht el año 1546, por Manuel de Foron-
da— Jajme Balines y sus obras, por Eloy Bu-
llón.—Los Fastos de Ovidio, por V. S. C— La
cuestión albanesa (conclusión), por J. R. C. —
Los cantonales de Cartagena, por Gabriel Ma-
ría Vergara y Martin.— Romance histórico,
por Enrique Prugent, de la Biblioteca Nacio-
nal.—Boletín bibliográfico.
Revista de Extremadura. 1903. Junio. Los
Zúñigas, señores de Plasencia, por Vicente
Paredes.— Tolstoí y el Arte, por Ossip Lourié.—
Geografía popular de Alcuéscar, por R. Gar-
cía-Plata de Osma. [Es una colección de can-
tares populares de dicho pueblo.] '
Revista de Huesca. 1903. Marzo y Abril.
¿Quién es el autor de la Crónica de San Juan?,
por G. Llabrés.— Inventario de la Catedral de
Huesca en 1532, por P. Aguado.— Capitulación
entre el Cabildo y el escultor Forment para el
retablo de la Seo de Huesca (i52o), por G. Ll.—
Noticias históricas sobre la iglesia de San Lo-
renzo de Huesca, por D. Miguel Supervia.—
Damián Forment y sus obras, por D. Mario de
la Sala.— Santa Engracia de Zaragoza, parro-
quia oséense, por D. Gregorio García.— El re-
loj de la Catedral de Huesca es de los más
antiguos de España (1324) por G. Llabrés.
Sophía. Revista teosófica. 1903. Abril. El
Cristianismo esotérico ó los misterios meno-
res, por Annie Besant.— La teogonia y la ma-
gia entre los aborigénes del Brasil (conclu-
sión), por Darío Velloso.— Desde las cuevas y
selvas del Indostán (continuación), por H. P.
Blavatsky. =May o. El cristianismo esotérico
ó los misterios menores (continuación), por
Annie Besa nt.— Desde las cuevas y selvas del
Indostán, por H. P. Blavatsky. =3u li o. El
cristianismo esotérico ó los misterios menores
(continuación), por Annie Besant.— El mágico
Don Ulan de Toledo, por Viriato Dia% Pére%.
R. Torres Valle. M. Serrano y Sanz.
REVISTAS EXTRANJERAS
[i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no españolas ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á luz en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2.0 Los trabaios de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico
y erudito interesantes para la cultura que
figuren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuguesa y extranjeras,
publíquense ó no en España. 3.0" Los trabajos
que, estando en las condiciones reseñadas en
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
L Anthropologie. 1903. Enero-Febrero. Al-
bert Gaudrt, Contribution á l'histoire des
hombres fossiles.— Le Dr. Cartón, Les nécro-
poles primitives de Chaouach (Tunisie).— Eu-
géne Pittard, Anthropologie de la Rouma-
nie. = Marz o-Abri 1 . Émile Cartailhac, Les
stations de Bruniquel, sur les bordsde 1* A vey-
ron. — L. Desplagnes, Etude sur les tumuli de
Killi, dans la región de Goundam. — L'abbé H,
7§
REVISTA DÉ ARCHIVOS
Breuil, Un torques en or découvert AMassig-
ny (Vendée) et quclques atures objets criti-
ques en or.— E. Cartaii.iiac, Gravure inédite
de l'áge du renne.— Salomón Reinach. Le cui-
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Bulletin hispanique. 1903- Abril «Junio. G.
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pées (notes de voyage en vieille Castilla).—
A. Morel-Fatio, Doña Marina de Aragón
(1523-1549). — E. Martinenche, P. Corneillc
jugé par un Hongrois. — Boris de Tannenberg,
Silhouettes contemporaines: M. Menéndez y
Pelayo.— A. Morel-Fatio, (¿ucstions d"En-
seignement: Extrait du rapport sur le con-
cours de l'Agregation d espagnol et ditalien
en 1902. — A. Morel-Fatio, Coche Simón; Si-
món y ayuda. — J. Moraleda Esteban, Lite-
ratura popular: Más cantares populares tole-
danos.— Bibliographie: J. Gudiol, Nocions de
arqueología sagrada catalana (P. Paris).—
J. Calmette, Louis XI, Jean II et la Révolu-
tion catalane (A. M.-F.)— E. Wai.i.ace, La per-
fecta casada de Luis de León (A. M.-F.)— E.
Cotarelo, Isidoro Maiquez (A. M.-F.)— R. Me-
néndez Pidal, Discursos leídos ante la R. Aca-
demia Española (A. M.-F.)— E. Piñeyro, Hom-
bres y glorias de América (E. M.)— M. de Una-
muno, Paisajes (E. M.)— En torno al casticismo
(G. C.)— C. de Echegaray, De mi país (G. Ra^
det).—\. R. Goncalves Vianna, As orthogra-
phias portuguesas (J. Saro'ihandy).— Sommai-
res des Revucs consacrées aux pays de langue
castillane, catalane ou portugaise.
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de la Pléiade.— É. Picot, Les italiens en Fran-
ce au xvic siécle.— A. Morel-Fatio, «Vadi a
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Koechlin, La Sculpture belge et les influen-
ces francaises aux xme et xive siécles.— Salo-
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Bon á la Bibliothéque de Saint-Pétersbourg
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1761, daprés le Catalogue illustré par Gabriel
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par le méme.— Une tapisserie du xvic siécle á
Saumur, par le méme. — G. Sanoner, Porte de
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bliographie: Historia de la Santa I. A. M. de
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la question marocainc. — Lieut. Colonel Des-
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la región du Tchad.— J. Truffert, Región du
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(fin).— Paul Bourdarie, Islamisme et fetichis-
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Revue historique. 1903. Julio-Agosto. Al-
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dans l'ancienne Egypte. — C. Callewaert, Le
délit de christianisme aux deux premiers sié-
cles.—Hipp. Delehaye, Les Légendes hagio-
graphiques. — H. Leclercq, La langue des
inscriptions latines de la Gaule. — Armand d"
Herbomez, Le «Fonctionarisme» á la fin du
Moyen Age.— L' Abbé Casabianca, La Lettre et
la Carte de Toscanelli . — Le Comte Bague-
nault de Pcchesse, Di x années de la vic de
Marguerite de Valois. — Le Comte Gabriel de
Mus, L'introduction des jésuitcs á Constanti-
nople sous la régne d'Achmet Ier (1603-1Ó17).—
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Belgique (1792).— Emmanuel Cosquin, La Lc-
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BIBLIOTECAS Y MUSEOS
79
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E. Teza, l'n luogo de Tácito neila versione di
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d'aprés le ms. R. 14.30 de Trinity College,
Cambridge. — G. L. KiTTREnr.E, The chanson
du Comte Herniquin.
M. Serrano v Sanz.
SECCIÓN OFICIAL Y DE NOTICIAS
S. M. el Rey (Q. D. G.), de conformidad con
lo propuesto por el Director de dicho Museo, se
ha servido resolver:
i.° Que se celebre en el Museo de reproduc-
ciones Artísticas una Exposición de copias que
se inaugurará el domingo, día 18 de Octubre
del presente año. y terminara el 31 del propio
mes.
2.0 Que se invite á los señores copistas que
ordinariamente acuden al Musco, á que expon-
gan sus trabajos en dicha Exposición.
3.0 Que los trabajos deberán estar ejecuta-
dos por cualesquiera de los procedimientos
pictóricos ó escultóricos; debiendo hallarse su-
jetos por un tablero ó cartón los dibujos ó pin-
turas hechos en papel ó lienzo.
4.0 Que el número de copias que cada expo-
sitor podrá presentar será ilimitado; así como
que las copiss figurarán junto á los respectivos
modelos.
5.° Que la entrega de las copias deberá ha-
cerse en la Secretaria del Museo, mediante
resguardo, y durante los quince primeros días
del mes de Octubre ya mencionado, reserván-
dose la Dirección del Establecimiento el dere-
cho de excluir aquellas copias que no conside-
re propias de la Exposición.
6.° Y que, una vez celebrada ésta, se admi-
tan desde luego por el Director del Museo, y
con destino al mismo, las copias que los in«
teresados quieran donar á dicho Estableci-
miento.
(Gaceta de o de Julio de 1903).
Declarado desierto por el Tribunal nombra-
do por Real orden de 6 de Abril de 1903 el con-
curso de premios anunciado por esta Bibliote-
ca Nacional para el año corriente, y aprobado
por el Ministerio de Instrucción pública y Be-
llas Artes el acuerdo del Tribunal, los autores
de las obras presentadas podrán pasar á reco-
gerlas á la Secretaria de dicha Biblioteca.
(Gaceta de 9 de Julio de 1903.)
Por Real decreto del Ministerio de Instruc-»
ción pública que, precedido de un razonado
preámbulo, publica la Gaceta, se dispone:
«Artículo i.° Para concursar las plazas de
empleados no subalternos que vaquen en los
Archivos, Bibliotecas y Museos de Diputacio-
nes y Ayuntamientos de capitales de provin-
cia, será requisito indispensable que los aspi-
rantes estén en posesión del titulo de Archi-
vero, Bibliotecario, Arqueólogo, ó pertenezcan
al Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliote-
carios y Arqueólogos, ó tengan el título de
licenciados en Literatura de la Facultad de
Filosofía y Letras, si se trata de vacantes de
8o
REVISTA DE ARCHIVOS
Archivos ó de Bibliotecas, ó el de licenciados
en Ciencias históricas de la misma Facultad si
la- vacante es de Museos, ó el de licenciados en
Filosofía y Letras del antiguo plan, siempre
que tengan además aprobadas en la supri-
mida Escuela superior de Diplomática ó en
dicha Facultad las asignaturas de Paleografía,
Bibliología y Latía vulgar de los tiempos me-
dios, cuando la vacante sea de Archivos ó Bi-
bliotecas, y las de Arqueología y Numismática
y Epigrafía si corresponde á Museos.
Art. 2. ° Los empleados de los Archivos,
Bibliotecas y Museos de Diputaciones y Ayun-
tamientos de capitales de provincia que pres-
taban ya servicio cuando se promulgó la ley
de 30 de junio de 1894, que mandó respetar, en
su art. 5.°, los derechos que ostentaban, tienen
aptitud para ascender dentro de la plantilla
del establecimiento respectivo.»
(Gaceta de 11 de Julio de 1003.
En cumplimiento de lo dispuesto en la Real
orden de i5 de Abril último, se hace público, á
fin de que los opositores á plazas de Oficiales
de cuarto grado del Cuerpo facultativo de Ar-
chiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, pue-
dan entablar las recusaciones que estimen
oportunas ante este Ministerio, en el término
de diez días, sin deducir los festivos, y á con-
tar del en que tenga lugar la inserción del pre-
sente anuncio en la Gaceta de Madrid, que el
Tribunal ha quedado definitivamente consti-
tuido en la siguiente forma:
Presidente: D. Juan Catalina García y Ló-
pez, Consejero de Instrucción pública.
Vocales: D. Vicente Vignau y Ballester, Ins-
pector del Cuerpo;
D. Francisco R. de Uhagón, Académico de
la Real de la Historia;
D. José Moreno Carbonero, Académico de
la Real de Bellas Artes de San Fernando;
D. Cayo Ortega y Mayor, Catedrático de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-
dad Central;
D. Ricardo Hinojosa y Naveros, individuo
de la clase de Jefes del Cuerpo, y
D. Juan Gualberto López Valdemoro, per-
sona extraña al Cuerpo y de reconocida com-
petencia en las materias objeto de la oposición.
Dentro del plazo legal se han presentado 42
instancias solicitando tomar parte en la opo-
sición.
(Gaceta de 11 de Julio de 1003.)
Ha sido trasladado D. Francisco Juárez Ta-
laban, de la Biblioteca provincial de Cádiz, al
Archivo de la Delegación de Hacienda de la
misma ciudad, y dispuesto que D. Pedro Ria-
ño de la Iglesia, Jefe del Museo Arqueológico,
se encargue del serviciode la citadaBiblioteca.
La Junta facultativa de Archivos, Bibliote-
cas y Museos, en su sesión del día 13 del co-
rriente, ha tomado los siguientes acuerdos:
El traslada del Museo Arqueológico de Cá-
diz, del edificio que ocupa en la actualidad, al
de la Biblioteca provincial.
Que toda la documentación perteneciente
á la antigua Casa de contratación de Cádiz
depositada actualmente en el edificio de la Bi-
blioteca provincial de esta Ciudad, sea trasla-
dada al Archivo General de Indias de Sevilla.
Que D. Francisco Góngora del Carpió, Jefe
del Museo Arqueológico de Granada, ayude
en los trabajos de catalogación, durante tres
horas diarias en la Biblioteca Universitaria de
dicha Ciudad.
El Sr. D. José Ortega y García, Secretario
General del Cuerpo, leyó una Memoria sobre
la visita de inspección que giró á los estable-
cimientos de Andalucía, la que por unanimi-
dad fué aprobada, obteniendo un voto de gra-
cias por su trabajo.
En el certamen científico-literario celebrado
por la Sociedad Económica de Amigos del
País de Granada, con ocasión de las fiestas del
Corpus, se ha concedido el premio del Ayun-
tamiento á una composición «A Granada»,
original de nuestro compañero D. Ángel del
Arco, jefe del Museo Arqueológico de Ta-
rragona.
MADRID.— Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas 7 Museos, Olid, 8.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
^HISTORIA V CIENCIAS AUXILIARES)
Año VII. — Agosto y Septiembre de 1903. — Núms. 8 y 9.
El. PRIMER LIBRO DE ACTAS MUNICIPALES
¿ES EL DE VALENCIA?
Con el primero de los epígrafes de la presente nota se ha publicado en
esta misma Revista un artículo firmado por D. Anselmo Salva, en el cual
asegura que el libro de actas municipales más antiguo es uno conservado
en el archivo del Ayuntamiento de Burgos '. El autor rechaza la opinión
de ser Palencia la ciudad que con antelación á otras de la Península goce
la prioridad en libros capitulares. Semejante pretensión creemos no pue-
de sustentarse por los burgaleses ni tampoco por los palentinos. La demos-
tración, tratándose de fechas conocidas é indiscutibles, es sencillísima. No
concemos lo suficiente todos los archivos municipales para afirmar da un
modo absoluto cuál sea el libro de actas más antiguo de los hoy existentes;
pero de los datos aportados á este litigio cabe asegurar, hasta que nuevas
investigaciones no prueben lo contrario, corresponde á Valencia la gloria
de conservar, á través de los desastres experimentados en los depósitos di-
plomáticos de nuestra patria, actas capitulares anteriores á las fechas cita-
das en el artículo del Sr. Salva.
Supone el erudito historiador burgalés que en un trabajo publicado
hace algún tiempo en el Boletín de la Real Academia de la Historia, afir-
mábase que el primero de los libros de actas de Palencia era el más anti-
guo de España. Si la cita se refiere á una nota insertada en el citado Bole-
tín y suscrita por D. Francisco Simón y Nieto con el título «Palencia en
el siglo xv. Su primer libro de Acuerdos Municipales» 2, el autor no ase-
gura que este libro sea el primero de los conocidos. Limítase tan sólo á dar
1 Número de Abril último, pág. 260.-2 Tomo XXVI, 1875, pág. 118.
3.* ¿POCA. — TOMO IX. O
82
REVISTA DE ARCHIVOS
una sucinta idea de su contenido y de la organización comunal de Paten-
cia en aquella centuria. Claro es que siendo el mencionado libro de 1425,
resulta posterior al capitular de Burgos, el cual, según el Sr. Salva, co-
mienza en 1388. Esta fecha ha de ser, en su consecuencia, el punto de
partida para fallar el pleito. Lejos de nosotros el propósito de resucitar
con este motivo algo parecido á la cuestión que en las antiguas Cortes de
Castilla se suscitaba entre los Procuradores de Burgos y los de Toledo so-
bre la primacía de las dos nobilísimas Metrópolis; únicamente vamos á
demostrar que en el rico y bien ordenado archivo municipal de Valencia
existe un libro de acuerdos de i3o6. ¿Es este el más antiguo de España?
Repetimos lo expuesto anteriormente: lo ignoramos. El punto merecería
esclarecerse, aportándose los datos precisos é indispensables para cono-
cer cuál sea en realidad el primero en su clase.
Por lo referente á la Ciudad del Turia, el dato era ya conocido hace
bastante tiempo. En estas mismas columnas dimos una ligera noticia de la
organización y fondos de su archivo municipal '. Decíamos entonces, y hoy
lo recordamos otra vez, que la serie de libros de acuerdos comenzaba en
i3o6. Con esto quedaba demostrada la prioridad de ese libro con relación
á los de Burgos y Palencia; pero ya que tratamos de nuevo el asunto, juz-
gamos oportuno describir tan interesante volumen, el cual ha llegado hasta
nuestros días en perfecto estado de conservación.
La colección de actas capitulares de Valencia comienza, como queda
consignado, en i3o6 y se continúa hasta la fecha sin interrupción alguna.
Están clasificados estos libros en tres series. La primera, señalada con sig-
natura A, moderna, es la conocida con el nombre de Manual de Co?isells
y Establiments (Manuales de Consejos y Estatutos ú ordenanzas), y son
los acuerdos del Consejo y Jurados puestos en limpio por los escribanos.
No contienen todos los volúmenes el mismo número de folios. Cada uno
comprende á veces varios años, pero todos están encuadernados en per-
gamino de una manera uniforme. Las actas, como igualmente los demás
documentos dimanados del Consejo y Jurados, aparecen redactados en
lengua valenciana, y así se prosigue hasta la abolición del régimen foral.
El último acuerdo en dicho idioma corresponde al 18 de Agosto de 1707,
comenzando en 3o del citado mes las actas escritas en castellano y extendi-
das en papel sellado, no conocido antes en el reino de Valencia. Con el
nuevo régimen implantado por Eelipe V termina la organización política
1 Número Je Vgosto-Septiembre, 1897, pág. 411.
•BIBLIOTECAS Y MUSEOS 83
y administrativa nacida á rai'z de la conquista de Valencia en 1238 por el
invicto Jaime I de Aragón.
La segunda serie de libros capitulares la constituye lo que pudiéramos
llamar los borradores de los Manuales. Llevan estos libros el epígrafe
Qvems de Provisions, esto es, cuadernos de provisiones. El más remoto de
los conservados pertenece al año 1419, señalado con el núm. 1 moderno de
la colección, que corresponde al 26 dé la antigua. También termina esta se-
rie con el régimen foral en Agosto de 1707, naciendo entonces la denomi-
nada Libros capitulares y actas del Ayuntamiento de Valencia, la cual
comienza en el referido año 1707 y llega hasta el día.
El total de volúmenes de las tres series es el de 728; de éstos correspon-
den 238 á la primera, 137 á la segunda y 253 á la tercera.
El Manual de Consells y Establiments, señalado con el núm. 1 de la
serie A, comprende varios años. Comienza con la relación de Jurados y
Consejeros para el año i3o6 en esta forma:
«En lo día de pentagostaen lo qual contaverrfxmj kalendis Junij anno
dominij millesimo ccc sexto, foren elets en Jurats de la Ciutat de Valencia,
90 es asaber en G. scriva, en Thomas fabre en G. selon e en Dn. de
Solsona, ciutadans de la dita ciutat alsquals foren asignats e donats per
consellers los prohomens desús scrits axi di parroquies com de mesters
ques seguex.»
Sigue á continuación la relación de Consejeros que con arreglo á lo pre-
ceptuado en los Fueros eran elegidos en la Pascua de Pentecostés. El sis-
tema electoral estaba basado en la organización parroquial y en los gre-
mios de artes y oficios. En i3o6 eran doce las parroquias que concurrían
a la elección, designando seis representantes cada una de las feligresas.
Los gremios, oficialmente constituidos en aquella fecha eran los notarios,
freneros, boneteros (bruneters) zapateros, pañeros (drapers), pelijeros
(pellicers), ropavejeros, curtidores, carniceros, pescadores, correjeros, car-
pinteros, herreros, barberos y marineros. Estos quince gremios elegían por
sufragio directo cuatro consejeros cada uno, dos en concepto de propieta-
rios é igual número en el de suplentes ». El cargo duraba un año y termi-
naba en Mayo siguiente al de la elección.
1 Acerca de la organización del Consejo, forma de su elección y representaciones del ele-
mento individual, ó sea por parroquias, y el colectivo, ó gremial, puede consjltarst; el cap. XII,
Vida política de los Gremios, en nuestro libro «Instituciones Gremiales. Su origen y organiza-
ción en Valencia».
84
REVISTA DE ARCHIVOS
El libro primero de actas, como todos los restantes, aparece autoriza-
do por el escribano de los Jurados. En i3o6 y posteriores, desempeñaba el
cargo Bartolomé Benajam. Contiene el citado Manual las deliberaciones y
estatutos del Consejo y Jurados durante los años i3o6á i32Ó. Al folio
CCLXXVIIÍ figura la primera acta del Consejo correspondiente al últi-
mo de los citados años, fechada el día 8 de Abril, no alcanzando, por con-
siguiente, al comienzo del año concejil, pero en los dos postreros folios
hay acuerdos sueltos de 1327. El volumen está formado de nueve manos ó
cuadernos con ccxcvj hojas, foliadas, algunas en blanco. El papel de este
libro, como igualmente el de los diez ó doce siguientes, es grueso y lustro-
so, probablemente de las antiguas y celebradas fábricas de Játiva, care-
ciendo de filigranas ó marcas especiales ».
Hay fundados motivos para creer que el Manual de i3o6 no es el primero
de la actual serie. Indudablemente existió una colección anterior, la cual,
por desgracia, debió perderse hace muchos años con ocasión de los varios
incendios de que ha sido víctima el arhivo municipal, destruyéndose series
enteras de documentos que formaban archivos especiales, como el del Ra-
cional, Mustazaf (Almotacén) y otros. Uno de estos desastres, el mayor sin
duda, ocurrió el día i5 de Febrero di 1 585, precisamente estando en Valen-
cia Felipe II 2. De la existencia de actas anteriores á la de i3o6, tenemos
evidentes indicios. Parece comenzaron esta clase de libros de un modo re-
gular y uniforme, á fines del siglo xm. En ellos se irían consignando los
principales acuerdos por el escribano del Consejo. El Manual de i3o6 nos
suministra una prueba en favor de esta opinión. Al folio cclxxxviiij re-
1 El papel fabricado en Játiva era famoso en tiempo de los árabes. El Edrisi, viajero arábigo,
celébralo como el mejor del mundo. Los primeros Manuales están escritos en esta clase de pa-
pel, pero en el primer tercio del siglo xiv su elaboración deja bastante que desear. Por esto sin
duda Pedro II de Aragón, en la pragmática dada en Valencia, VII idus decembris, de 1338,
señalada con el número XVIII de la serie de sus privilegios en el Aureum opus, folio CVI (el
número de orden está equivocado en la impresión, debiendo ser el XXXVII), con objeto de evi-
tar los daños y fraudes ocasionados por haberse alterado la clase, peso y tamaño del papel fa-
bricado en Játiva y Valencia, ordena se elabore según la antigua forma.
Este papel carece de filigranas. Hasta el usado en el Manual núm. i5, de 1368, no aparecen las
marcas de fabrica. Pertenece esta clase de p peí al llamado pisano, nombre genérico con el que
se designaba todo el importado de Italia. En el citado Manud, comprensivo de los años 1368 á
1371, vemos usadas, por primera vez, cuatro filigranas. Representa la primera un -animal cua-
drúpedo, de carácter fantástico, y de cuya írenie parece sale una especie de unicornio; la segun-
da filigrana es un pondus con su asa en forma de gancho; la tercera un hacha romana semejante
á la representada en las insignias de ¡os lictores, y la cuarta un caballo en pelo con las manos
levantadas y las riendas flotando.
2 Los detalles de este incendio pueden leerse en el apéndice á la Relación del viaje de Fe-
lipe II á Zaragoza, Barcelona y Valencia, escrita por Enrique Cock en el referido año i585>
publicada en 1876 por los Sres. Morel-Fatio y Rodríguez Villa.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 85
produce el escribano, Bartolomé Benajam un stabliment de los Jurados y
Consejo correspondiente á Marzo de i3oi, siendo éste el acuerdo más an-
tiguo que hemos visto consignado en las actas capitulares. Parece induda-
ble que ese y otros acuerdos análogos se registraban en cuadernos ó ma-
nos de papel, dando origen á los libros Manuales, formados por las deli-
beraciones relativas á los asuntos de la administración local y los estatutos
ú ordenanzas (stabliments) de carácter legislativo para el régimen de la
ciudad y su término municipal, conforme á la facultad otorgada al Consejo
general en los Fueros y Privilegios reales.
Con lo expuesto juzgamos probada la prioridad del libro de actas de
Valencia sobre el de Burgos, pero no aseguramos sea el más antiguo de
España. Sospechamos existen de fecha anterior á i3o6 en Cataluña, y tal
vez en Aragón. No es difícil la prueba. Confiamos en que los conocedores
de los archivos municipales de esas regiones ilustrarán con nuevos datos
el litigio planteado por el Sr. Salva.
Luis Tramoyeres Blasco.
Valencia, Mayo, 1903.
ESTUDIO
SOBRE LOS SERMONES VALENCIANOS
DE SAN VICENTE FERRER
QUE SE CONSERVAN MANUSCRITOS EN LA BIBLIOTECA DE LA BASÍLICA
METROPOLITANA DE VALENCIA
VII
Estado de la sociedad durante el cisma de Occidente.
Siglos XIV y XV.
Por los textos de los sermones de San Vicente Ferrer que hemos aduci-
do, habrá podido el lector formar idea bastante aproximada de la corrup-
ción de costumbres de últimos áú siglo xiv y principios del xv. Todas las
clases d2 la sociedad tenían sus llagas que manaban podre, desde la más alta
ala más baja: la desmoralización era completa. El cisma de Occidente era
la causa, ó acaso tal vez el efecto de esta corrupción; de todos modos, era
lo que la sostenía. El santo compara este cisma á las plagas de Egipto, par-
ticularmente cuando trata de las tinieblas (VI, 87), anunciando que la co-
86
REVISTA DE ARCHIVOS
rrupcíón de costumbres traería una gran conmoción en la fe, que vino
efectivamente un siglo después: «La novena plaga fon tenebres de tres
dies, e significave lo temps del cisma, e ja ha prop de .XL. anys que dura
lo cisma. ¡Oo quines tenebres tan fortes! Los tres dies signifiquen los tres
Papes que ara son: lo papa Johan, lo papa Gregori, lo papa Benet, e de
quiscun realme ha de grans doctors e santes persones, quis teñen ab cascú
de aquests papes realment, e no conexen qual es verdader. ¡Oo quina tene-
bra!. Car de aquests no sab dir: aquest es lo verdader; e si u dien, tantost
l'altre diu: ans es aquest. E donchs ¿que se n'seguirá? movebuntur funda-
menta térra* (Psalm. LXXXI, 5): fundamenta, saber, los articles de la fé,
que en lo cel no y ha fe, car tot o vehuen.»
Como recreándose en el pensamiento de mejores tiempos pasados, hace
la descripción de lo que fueron los hombres en la antigüedad (VI, 93) de un
modo muy característico, dados los conocimientos históricos del siglo xiv:
«Antigament los homens ab erbes e ab aygua vivien tant de temps que
maravella. Adán ab aquesta vianda visque D.CCCC.XXX. anys, Matusa-
lem D.CCCC.L. Aprés en lo temps de Noé digueren les gens ¿e per qué
no menjarem carn? menjemne e begam vi, car les aygues no havien tanta
de virtud com de primer. E no menjaven sino una vegada, mes no vivien
ja tant: erunt dies hominis centum viginti annorum. Aprés en lo temps de
David digueren les gens: ¿e per qué tío menjarien dues vegades lo dia?
haurem mes plaer. E axi ho feren, e ja la vida se minvá mes; per <¿o dix
David: dies annorum nostrorum .LXX. ajinorun, e si mes avant passam,
labor et dolor. Aprés les gens han dit: e no msnjam sino a matí e vespre
¿e per qué no al/nor^ariem per lo matí, e biurém hun poch, e aprés hora
de tercia que'ns dinassen, e quan vindrem al mig jorn que berenassem, e
puix sopar al vespre? E també será feyt. E axis tara que quatre o cinch
vegades menjarán. E per 50 ¿quantaes nostra vida? que ja a. xxxxv. anys
los homens son vells, els tremole le barba e les mans, e les dones podri-
des, que beuen lo vinac, que tres passes les sentireu, que'ls put l'alende, e
a molts homens també». Esto es aquello de Horacio: cetas nostra pejor
avis tulit progeniem pernitiosiorem.
No era mejor que la presente, la educación que se daba á la familia se-
gún San Vicente en el siglo xiv, como vemos en un pasaje muy gráfico de
sus sermones (VI, 86). En él maneja nuestro predicador el diálogo de una
manera muy apropiada para el ridículo que se proponía: «Ara los pares e
es mares mala vida ensenyen. Di, bon hom, ¿has tu nengun fll? — Ara,
BIBLIOTECAS Y MU.ÍEOS 87
ha sis anys o set o dot\e anys. —¿E qué li dius? — Ara, monfill, porta al
costat dret aquesta dagueta, e si degú te diu bif, tu dili baf. Mostra,
mon fill, de qui es, e si t'dien mala paraula, tornalila- tantots. — E vos-
altres, dones, a postres filies que els ensenyau? ¡haa! — Ara vet, ma filia,
axi te afaytarás; vet, pren axi lo mirall: e aquest pelet tiral axi. ¿E no
veus tu que no y está be? ¡Eh! ma filia, axi bailarás, de costadet, e axi
Jarás aquesta bolta. La mare se fa alcavota de la tilla e a ínfern tu
e ella.»
Contra esta mala educación propone la buena, diciendo á los padres
(VI, 61 v.): «A los filis deuslos nodrir be, e ensenyarlos que no juren de
D¿u, ni diguen falsia, e que sapien lo Credo, lo Pater noster, la Ave Ma-
ría. A tres anys que haje, la mare deu dir axi, amorant: «Mon fillet,
veus agi raymet e panet, o cireretes o figuetes: ara di la Ave María»,
prenli les cametes axi, e agenollarlo. «Ara di, mon fillet, Ave María.
Eli respondrá agudetament Aave Maaría: puix lo Pater noster, lo Cre-
do, etc.
Los que vivían tan entregados al mundo y tan olvidados de Dios, todo
lo reducían á las formas exteriores, nada tenían de espiritual, ó como de-
cía nuestro Santo: tot anava n'ell tall de la vestidura. Veamos cómo ora-
ba aquella gente (VI, 52 v.): «Vosaltres ¿juanfeu oració? Quan vos ves-
tiu e preneu la camisa per lo matí, Pater noster a la una mánega, e xa xa
xa Marieta posa l'olla, Pater noster ¡Oo que bella oració! E quan vos bo-
tonau Ave María gratia plena xa xa xa. No val res. Pater noster de lan-
col, ni val ni nou. ¿E vosaltres, dones, comfeu oració? — Senyor, quan me
ligue e m'estire les celles e prench lo mirall, Ave María xa xa xa. No val
res ay tampoch. Mas la oració que s'fa axi devotament, agenollat, e levant
la pensa en Deu».
De esta frivolidad en todo, de estas malas prácticas religiosas y de tan
poco espíritu, se seguía facilidad suma para la superstición, de que ya he-
mos visto muchos datos en este estudio. Directamente trata el Santo de
esto en el siguiente pasaje (VI, 190), en que se ven versos que aún se reci-
tan en los pueblos de las montañas de la marina: «Ydolatris son aquells
qui adoren el sol. ¿Ha y degú aci que quan hix lo sol, que li digue: ben
sies vengut, sol,fesnos aquesta gracia, que hajam prou pa, prou vi, eprou
fruit? ¡O ydolatria! ¿e al sol fas grades? a Deu les fes, quel sol no ha
anima, ne rahó, que axi es com una pedra. E semblantment a la luna, quan
es nova, que dieu:
08 REVISTA DE ARCHIVOS
La luna de ma padrina
Que m'fará un cot e camisa
De cendat e de morat.
Que Deu me cobre de bon fat
, A la porta del mercat.
Burles son. La luna una pedra es e no ha ánima, e los pintors que la pin-
ten ab cara, no saben que s'fan: mentirosos son».
Hemos dicho arriba que aún se conserva la tradición de estos versos.
He aquí como los hemos oído á una viejecita de las montañas de Ebo cerca
de Pego:
La lluneta ma padrina
En fa un eos y una camisa,
Me la talla y me la cus,
Per al dia del Sant Jesús,
Me la posa en la bugada
Per al día de Senta Clara.
Después de esto, venía la afición al juego, particularmente al de dados,
y la costumbre de la blasfemia, vicios que dominaban en aquella so-
ciedad (IV, 280): «¡Quanta blasfemia es huy en lo mon de renegar de Je-
sús! Tan gran peccal es, que maravella com la térra no se n'entre. E per
90 com aquesta blasfemia se engendre mes en joch de dau, per 90 ne prey-
quí e los regidors ne hagueren tantost bon proposit, e n'feren bona orde-
nado, e per alió hagués tantost pluja en tot lo regne de Valencia, e en
Aragó se moren de set, que yo ho se. Tem me que Deus no us oblide
(puix) esta nit haguí tan mala nit, que gran temps ha que no la hagní tan
mala. Anit me vingué hun hom digne de fe e dixme, que ere passat per lo
carrer de Sent Cristovol, e jugaven a daus en quatre lochs e blasfemaven
Deu. Quan yo hoí 390 esclatar cuydí peí cor. Yo crit e cridaré tant com
estaré en aquesta ciutat»'.
Hasta las cosas más santas se mezclaban con profanidades, para nos-
otros inverosímiles, pero que fueron una realidad en aquellos siglos me-
dios. Veamos la prueba en estos sermones (III, 79): «La tortra ha aquesta
proprietat l, que depus que ha perduda la companya, nunqua se pose en
los arbres verts mas sechs, en senyal que preveré, depus que ha perduda
la companya del mon, no s'deu alegrar de les flors ni de les tulles de aquest
mon, qui tots temps promet felicitat... A90 es contra alguns sacerdots qui
bailen per lo mercat e per los carrers ab dones dissolutament, e lo que pi-
jor es, quan celebren missa nova... E ells, los orats, mes curen de fer con-
vit temporal... que espiritual». No sabemos de donde ha sacado San Vi-
cente lo de la tórtola: su aplicación es severa. Por el mismo motivo de la
1 Jaume Roig, versos 7744 y 45: tCom tortra casta, en vert nos posa».
REVISTA DE ARCHIVOS 89
falta de espíritu con que se hacían en su tiempo, era acérrimo enemigo de
las peregrinaciones lejanas, y fustiga sin piedad á los que las practicaban,
poniendo por delante el ejemplo de la Virgen Santísima y aquellas pala-
bras del Apóstol: Si spiritu vivimus, spiritu et ambulemus. De las pere-
grinaciones trata en el sermón de la Asunción de Ntra. Sra. en esta for-
ma (V, 9): «Diu Sent Ieronim: María cotidie in domo stabat et raro exi-
bat. Yo crech que aquesta vida que ella fahie era spiritual y no corporal,
que allí matex on stave, en sa cambra, contemplave, axi com podem pen-
sar de vosaltres, que entant (aci) lo vostre enteniment es al cap del mon.
Aci havets doctrina de la Verge María, que majorment dones no vajen a
romiatges, que quan anaren a Roma l'altre any, moltes hi anaren que tor-
naren putanes. Vejats que m'esdevench a mi. Yo me esdevenguí en hun
hostal, e la hostalera dix: ¡O! be havets feyt quan no vingués anit, que de
fet hi arribaren mes de cent persones, entre religiosos e capel lans e homens
e dones. E yo dixli: ¿e on dormiren tanta gent? Dix la hostalera: en aque-
lla palliga, tots de rebolta e sens lum. — ¡Hoc! Deus me guard de tal ro~
miatge. Mes filies, guardauvos en. La Verge María be n'usave quan fahie
son romiatge, mas en la sua cambra, e axí ho devets fer vosaltres. Dos
frares de nostre orde anaren a Sent Jacme, la hu ere vell, l'altre jove de
vint anys, e yo diguili, que no y anas, que perillos li ere al jove. Finali-
ter, quan foren tornáis, yo li diguí, que en sa fe me degués, qué li havie
esdevengut. E aquest dix: que mala hi ere anat, que mes li haguere valgut
que s'hagués trenquat la cama, car esdevenies que avegades jahien de rebol-
ta homens e dones, e pensat que aquí s'mezclaven en hora mala. E axi te-
niu lo consell de Sent Pau: sí spiritu vivimus, spiritu et ambulemus».
(Ad Galat. V, 25.) En el tomo V, 32, repite lo mismo casi con las mismas
palabras, pero in virtiendo el orden, primero lo de los frailes de su orden
de la casa de Valencia.
La procacidad, como fácilmente se puede comprender, de las personas
malas, era sostenida por el mal ejemplo tan general. Nos dice el santo que
había una mujer tan escandalosa, que no temía presentarse en público,
hasta en la iglesia, deshonestamente ataviada. Dios obró en ésta uno de los
milagros de su misericordia, que vamos á ver relatado por el mismo após-
tol valenciano (VI, 88 v.): «Si l'anima ha contrició verdadera, e vol con-
fessar e no pot, e mor axi, salvada será. A$i us diré hun miracle. Ere una
bella dona publica en una ciutat, e tant ere bella, que mes de mil animes
se n'dampnaren per ella, que los homens se mataven per ella, per passar a
90 REVISTA DE ARCHIVOS
ella. E hun día sabe que hauríe molta gent a hun sermó. Affeytás be, per
que fos mirada. E lo frare preycá del peccat de luxuria com ere sutzeu e
pudent a Deu, e quina pena havien aquells qui eren en aquell peccat. E
aquesta comencé a plorar, baxá lo cap, e lo frare que u veu, referirías en
la materia de luxuria: ella esclatá aquí de contrició. Veus aqui la rumor
entre la gent. Dix lo frare: tot hom calle, e acabarém lo sermó. E ell dix
ago: botia gent, preguem a Deu per l' anima de aquesta dona, que si es en
purgatori, que la n'tragui. Vench una gran veu e dix: frare, no fases
pregar per aquesta dona, mas pregat a ella, que pregue a Deu per vósal-
tres, que está en paráis.
Dos textos más nos proponemos aducir para terminar este capítulo. En
ellos sube la nota de la corrupción, que tememos sea escándalo para algu-
nos contemporáneos de nuestro siglo, que por cierto no puede preciarse de
muy moral y santo. Pero como no escribimos para niños y mujeres, sino
para hombres de estudio y sin los atractivos de la poesía, ni aun de la re-
tórica, nos hemos hecho la cuenta de que cuando San Vicente trataba es-
tas cosas tan al desnudo, era porque su auditorio no lo podía tomar como
piedra de escándalo. Todos conocían la corrupción de que nos habla, y así
no era extraño nada de lo que decía, pues todo el mundo tropezaba con
ello; el apóstol valenciano justamente lo recordaba para quitar la piedra
de escándalo, cortando el mal de raíz. Dice así nuestro santo (III, 186):
«Quan la creatura chica mor ans de babtisme, la anima toque a la porta
de paráis. ¿Qui es tu?... Senyor, yo no so anat a adevins (pone. X. prae-
cepta.) Diu Jesuchrist: he mirát quiny es: tot es sutzeu. Diu Tanima: Se-
nyor, yo no so en culpa. — Pus no has culpa no t'dare foch ne dimonis,
mas estarás en un palau sens lum... entre los dampnats e purgatori...
Quan guarden baix ais de infern, que vehen aquella pena tan terrible,
dien: ¡00 Senyor! grades te fem com no estám ab aquells... D'altra part
fan grans acusacions, quan guarden dalt, que vehen los altres infants, ba-
tejats, que están en gloria, contra aquells qui son estats occasió de la sua
dampnació. Primo, contra alguns malvats de pares, que haurán la muller
prenyada e batranla e ferranla o maltractarlan, e la dona se alfoliará. Se-
cundo, acusen la mare, que quan les dones se senten prenyades, que s'deu-
rien guardar axi com hun gran tresor: no deuen correr, ne jugar, ne dan-
zar, ne cavalcar ga cama lia com a home, guardarse de carrechs fexuchs;
car si la creatura mor sens babtisme cride en infern contra la mare... 3.°
contra algunes males fembres, que secretament farán son peccat, e per no
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 91
esser descubertes, matarán lo prenyat. ¡Oo traydores! 4.0 contra aquells
que y teñen ma, metges, species; per 90 avisauvos. qye no n'entenats en
affollar, e si no en infern pregón irets. Ere hun metge ert casa del Rey En
Pedro e dixli una dona?: Senyor, ¿quinya cosa serie bona, que la dona no
s'etnprenyás? Dix lo metge: guardauvos de lióme. ¡Oo, que bona medicinal
5.° Quan la dona haurá parit e esperará al babtisme algún cavaller per
esser padrí, e entre tant la criatura morra. O la mare tindrá les mamellos
grosses e donant a mamar offegará la criatura, que deurien pendre axi lo
muguró ab dos dits, que veus, la criatura te ab lo muguró la boqua tan-
quada e si li tapau lo ñas ab la mamella, no pora aiendar... 6.° Quan al-
guna malastruga de madrina o preveré que no la bateje com devie, que
deuen dir: yo te bateyg en nom del Pare e del Fill e del Sant Sperit amen,
e no dir: yo tbateix en nom del Pare e de maiona Santa María e de Sent
Nicolau, que no román batej'ada... 7.0 Quan algún malvat de Christía pee-
cara ab alguna mora e romandrá prenyada del christiá e no haurá cura de
la criatura e morra infel... Mes filies, voleuvos guardar de emprenyar, no
us atanceu a home. ¡Oo que bona medicina!»
Esto nos trae como de la mano á copiar aquí la descripción completa
que nuestro santo nos hace de la corrupción de aquella sociedad en todas
sus clases: no la creeríamos si no la viéramos atestiguada por tan gran
santo. Consta en el sermón del martes primero de Adviento (IV, 88):
«Amichs eren de Deu els primer christians per la sancta vida que fahien;
princ:pat es acó deis religiosos, qui son princeps de doctrines, mas ara no
son princeps per la mala vida que fan, que totalment son destroits. No han
deguna perfecció, que tots los staments christians son desfallits. — Si voleu
anar alsecclesiastichs, tots son symDniatichs. En la prelatura, dignitat e
rectoría no y entre degu per la porta. La porta es esta: ne ab desig, ne en-
gins, dons, servicis; mas per inspiració divinal o elecció verdadera: hi de-
uen entrar per la porta, mas ara per lo postigo. Ladres, ladres son. E puix,
quan hi son entrats, velvos plens de ufanies, avaricia, luxuria. — Anauvos
en religiosos. ¿On es la pobrea apostolical? Tots son logrers, dar dinersa
juheus a logrejar, proprietaris, avariciosos ¿e de castedat? pochs son que
no hajen una special, que no vullen haver una filia. ¿Les ceremonies on
son? ¿E los dijunis? N'el tall de la vestidura: tot ne va en banda. — Si vos
anau ais capellans, son jugadors de daus, tatfurs, bagassors, juradors, be-
vedors per tavernes, ajustadors de diners. — Si parlam de cavallers, que
deuen fer sostenir la cosa publica, vídues, etc., e ara ¿qué fan? Cremen
Q2 REVISTA DE ARCHIVOS
esglesies e roben e desfan les comunitats «, matar homens. Si es una vídua
jove, o fadrina pobre,» trameten hi alcavotes a les serventes de la casa, hoc
a les dides, may cessen fins que les han haúdes. — Avant si anau a ciuta-
dans, totes les rendes son logres, ab les quals vihuen com a porchs, ben
menj'ar, beure, dormir e darse plaers carnals. — Si anau a mercaders, ve-
nent e comprant tot es frau e logre, e pijor logre sobre logre. Dirán, no
tinch diners, etc. — Mes si anau ais lauradors, los uns se engañen ais altres.
Si n'hi ha hu simple tots lo destrosxen, e ja no paguen be los delmes. Les
dones axi com a cans fan lo matrimoni. A les primeres parauletes no han
cura de la ordenado de la Esglesia, e comenca ja la heretgía deis gatza-
ros, uns heretges que yo he trobats. ítem, lo marit es vell e ella joveneta;
lexel e prenne altre».
En la enumeración anterior faltan los notarios, abogados y gente cu-
rial, que en otro sermón impreso (t. III, i52) pone en la picota: «Notarii,
advocati, procuratores et judices, ut possint recipere bona hominum pro-
logant dietas ad octo ad quind2cim... et de módico faciunt magnos pro-
cessus et implent libros verbis inutilibus, et quod posset expediri intra sex
dies, faciunt durare per annum. Nota quid est dicere court (cort) quia an-
tiquitus in illa court expediebant súbito, sed modo curia perdidit nomen
suum et vocatur la longa. — Ecce aves de rapiña domini de curia... Vequi
predaris: nonne et ipse predaberis?» (Isaise, XXXIII, i).
. Los pecados que más repugnan á nuestro santo son los de los sacerdo-
tes. Había en su tiempo mucha afición á la caza, y por ello les reprende
(V, 24 v.): «Lo preveré no dsu anar a cacar feres, mas a cacar animes...
mas ara per la mala vida que fan, quan passen per la carrera, dienli: O del
cugot, calca darena».
Sobre todo fustiga los clérigos concubinarios, dando avisos para obli-
garlos á dejar su mala vida (V, 80 v.): «Ara senyors temporals preñen los
lochs de 'a esglesia e les presons ecclesiastiques. — Respondré a una questió
que farieu: Nosaltres havem los preveres concubinaris. Yo vos diré que
podets fer: tres maneres son: que scrivau al Papa que acó ha en gran abomi-
nado; de fet vos en dará recapte, que primo lo citará oficialment, tolrali
lo offici, el fará podrir en lo carche com a pudent a Deu. Laltra es que no
hojau missa dell e acó lo confondrá. Laltra, lo clergue no es de vostra jure-
dicció, mas la putaña es de vostra juredicció, que no te corona, ¡he! feulali
mostrar, e contra aqüestes fet hun statut, que putaña no estigue en casa de
1 Los comunes, los pueblos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS g3
degu, mas que vaje al bordell apart a la hun cap de la vila, si viure volrá
en lo peccat, e si la trobau en casa del capellá preneula que no es privile-
giada la casa de aquell pera la putaña e no toqueu al preveré ne a res del
seu, mas la putaña preneula e acotaula al vostre statut.»
No era extraño en sacerdotes que sólo buscaban el interés, la usura, las
riquezas, que tan mal aconsejaban á los demás (IV, 134): «No vos pren-
gue axi com a hun home. Eli era capitá de Ladres e de mala vida: fina-
liter pres la malaltia e los metges sabents la lur mala vida digue-
renli: per amor de Deu, confessauvos que millor ne guarreu, e abans.
Dix aquest: si faré. E dix al scuder: ves tal, hajes me un bon confessor.
El scuder cerque un bon mestre en teología, sant e bo, e pregal que y
anas, e ell ana. Ara dix lo confessor: «Digau los peccats que vos mem-
brarán e puix yo vos diré lo que restará. Dix lo baró: «Pare, tots dies
pecqua hom en menjar, en beure, trufar, etc.» — ¿E no haveu altra cons-
ciencia major? — Dix aquest: «A la veritat, una vegada anant camí me
trobí una nou de ballesta e retenguilam: aquesta es la major conscien-
cia». (Veus, escopinetes). Dixli loconíessor: E donchs, tal vila qui la cre-
ma? e qui mata tal clérigo? e qui se jague ab tal monja forcantla? — Dixli
aquest: «Hay, hay, que la dolor me ve.» No diria pus. Lo confessor sen ana.
¡Veus! No volie lanzar los gargallacos. E feu venir lo scuder: ¿E quiny
confessor me has menat que nom ha volgut hoir, ans sen es anat? Ara
ves, cerquam hun confessor lleuger, e dirli has ques din acj, e ferli he hun
abit». — E ell vench e fo aquí. El baró dix al scuder: «Aytal, guarda lo
capó nos afolle, e daca .X. florins per al pare, e dali be á diñar». Vejats com
lo sobornave. — «Ara digau, digau.» — Yo he consciencia que cremí tal vila
axi e axi». Dix lo confessor. «E eren vostres enemichs? — «Hoc». — «Donchs
guerra ere». — ítem he jagut ab una monja». — Dix lo confessor: «Axo na-
turalment ve». — «He cremat la esglesia, etc.» Donáli una Ave María. —
Si cecus cecum ducit, etc. ¡Ooy malvats, damnats, que fan damnar
animes!
El fomes de este pecado, el motivo de tanta corrupción lo señala el
Santo (IV. 272 v.) hablando de las riquezas de la Iglesia ó por mejor de-
cir, de los eclesiásticos: «Sant Silvestre meslo al emperador Constantino
en la font, vench tanta de claretat e dix ¡'emperador, que havie vist Jesu-
christ, e lexá Roma a la esglesia, e passassen Ultramar en Constantí. Ve-
jats quina fo la presidencia de Sant Silvestre, que convertí tot lo imperi a
la esglesia... Molts fan questió, si ere merit rebre tanta prosperitat per a
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REVISTA DE ARCHIVOS
la esglesia. Alguns dien que no, que aquell día que l'emperador dona
Roma a la esglesia, hciren una veu que dix: hodie venenum intravit in
Ecclesiam Dei. Yo no la he legida, mas diuse que es en la librería d¿l Papa
in libro de Moralitatibus». — Nota del Ms.: Ipsum librum tenet Vicarius de
Bordón, quem habuit a rectore de Orta. — En otra nota del Ms. se dice de
este sermón: «Fet en Valencia any M.CCCC.XIII.»
Esto mismo viene á decir en otro pasaje, defendiendo la Iglesia (VI. 47);
pues si había mal, asegura el Santo que también hab'a bien en los fieles:
«Alauns heretges dien que nosaltres no som la esglesia per que moltes
macules hi ha de superbia, avaricia etc. mas errats van... car en lo mon
tots temps hi ha haudes persones santes, deis prelats algún ni ha de vida
santa, deis preveres molts ni ha de bona vida, deis religiosos axi matex
molts ni ha qui serven la regla sua: hoe de vosaltres del mon, jatsesia que
ni haje molts que tinguen mala vida e sien grans peccadors, mas tambe
sen i ha alguns qui teñen bona vida. — Ara tot está mesclat que quasi no
pot hom ben jutjar certament qual es lo bo ni qual es mal, mas al día del
juhí se sabrá tost tost. E darvosne encara una semblanza. Si hun rey vo-
lie pendre muller, e veus que se enamora de una infanta pobra e magra,
mas es jolia. E veus que prenla per muller. E quan ha estat ab lo rey per
algún temps, de magra que era torna grossa. Digaume: «Per alió si será
muller del rey be tots temps.» Axi es de la esglesia que jatsesia que al co-
men^ament fos pobra e magra, mas ara si lo rey la ha volguda abundar
tant en riquees, ja per acó nos segueix que no sia sa muller.»
Contra la avaricia recomienda la caridad en un notable pasaje (IV. 69 v.):
«No vol Deus que nosaltres que som creatures racionáis e fets e ymaga e
semblanza sua, que siam pus avariciosos de deguna altra creatura, que to-
tes les altres comuniquen de 90 que han ab nosaltres. Primo lo sol tot 90 que
ha nos tramet quens en servesca: la claritat que ha no las reté, e la virtud
calefactiva no s'las reté, tot o comunique. Guarda quinya franquesa ha la
luna, axi matex lo foch ¡guarda quinya franquea ha! Laygua, premie prou,
e del peix. La térra tot quant ha tot o done. Les ovelles se despullen, ens
donen la lana, leyt, formatge, los filis: no s*aturen res, tot nos o donen.
¡Guarda quanta caritat! Legim de Sent Martí. Diu que hun dia anava per
son camí e troba una ovella e hun hom tolieli la lana e altre munyiela, e
S. Martí aturas, e diguerenli aquells: «¿Oo, perqueus aturau?» Dix ell:
«O mesqui, aquesta ovella compleix lo manament evangelical que diu axi:
qui habet duas túnicas, det non habenti. (Luc. III. 1 1) e axi o fa la ovella,
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que te dues vestidures la pell e la lana, atures la una e done laltra, e nos-
altres malastruchs nou fem axi.»
«Dehie Jesuchrist ais juheus: euntes discite, quid est; misericordiam
voló et non sacrificium (Math. IX. i3) fahien sacrifici e lexaven los po-
bres. ¿Per qué o deya ell? Los juheus llavors fahyen forca ques fes lo sa-
crifici e les gens lexavenlos aníversaris etc. No vol Deus acó, mas que
restitució de torts e puix misericordia, ideo misericordiam voló et non
sacrificiitm. ítem los preveres de les misses fanne grans rendes e ajusten
«¿e per qué ajustau?» — «Senyor e per ferne hun benefici.» A hun cavaller
no li es mal tengut de reteñir per ais filis, ne al laurador que la hun any
no culi res, laltre poch etc. mas a hun preveré ¿a qué? Escolta ¿a qué fer
sistema en casa per a plegar aygua, que ja y ha fontana que tots jorns
brulle en loch sech. Se fa sistema, 90 es, en los mercaders e en los laura-
dors per a lurs filis, mas a tu, preveré ¿a. qué fer sistema? Valrie mes
quen fesses misericordia ¡Quants catius reneguen, quantes fadrínes orphe-
nes van ais bordells per que no han res!
(dtem mes, los religiosos quan hoen de confesió dirá lom: «yo he mort
hun hom». Donchs feu dir misses per aquell e yo les diré.» ¡Oo traydor!
mes valrie que fessets dar a la muller que li haveu tolt lo marit e no ha res
de ques govern. Guaaarda religiós quet diu ton mestre Jesús, misericor-
diam voló et non sacrificium.»
Los vicios más comunes y que con más ahinco ataca San Vicente son,
además de éstos, la blasfemia y como causa ú ocasión el juego. Por eso
insta tanto (III. 9 v.) sobre ello: «Memento ut diem sabbati santifices.
Nota que en degu deis manaments no es posada aquesta paraula memento
sino en aquest, per 90 o mane Deus axi a denotar que aquest manament
es majorment servador. E notats que les gens no deuen exir de la missa
fins que sie dita la benedictió del preveré aprés de ite missa est e lo que
sobre de aquell día se deu desprendre en obres spirítuals o en consolacions
corporals sense peccat. Podeu jugar hun poch ais jochs permesos; al palet,
a la pilota, al dart, a la ballesta per que sapiau exercir a deffensió de la
cosa publica, mas no a degun joch se dau que prohibit es per la esglesia e
mes pequeu jugant ais daus que si cavaveu o llauraveu, com en alió no si
damne sino una persona sola, e en lo joch de daus no solament los qui
juguen, mas encara los qui miren, los qui presten diners o daus o taulell
o flac,ada o casa: set persones sí dapnen e los regidors quiu sofiren. E si
altre peccat noy havie, aquest serie bastant a confondre tot lo mon, e lo
q6 revista de archivos
pijor que es font de renegar Jesu Christ, que aquí juren, reneguen, despi-
ten de Deu. É mes quel dyable feu lo dau en despit de Deu. Ad praticam.
Sabent lo diable que una cosa serie, co es, Jesu Christ, a salvado da na-
tura humana, «yo, dix ell, fare altra cosa que sierá dapnació de aquella», e
feu lo as. Sabent que dues coses serien a salvació de natura humana, 90
es, lo cors e lamina de Jesu Christ, en despit de aqüestes dues coses teu
dues en lo dau. La terga son la divinitat, lo cors e lamina de Jesu Christ.
Les cuatre son los quatre evangelis qui son salvació de natura humana.
Les cinch son les cinchplagues de Jesu Christ. Les sis son los sis (sic) sa-
graments de la esglesia: dic large. ítem mes, que axi com lo dau mostré
tots temps set, si damunt ha as, davall sis, vet set etc. Axi se seguexen
aquí set peccats; superbia de jurar, renegar Deu etc., avaricia que furt es,
luxuria, quan sou a casa gola etc. E axi guardauvos hen com lo Rey En
Pere (nota marginal: Vide ejus tractatum pulcrum,1 e a>ci com Tobíes.»
Ó bien en otro lugar (VI. 21 v.) en que insiste sobre ello: «No es degu
que volgaés fer guerra ab lo rey son Senyor natural o altre, mas tu no
has temor de fer guerra ab Deu qui es ton creador e Senyor del cors e del
anima. ¿E saps com se fa aquesta guerra? Quan tu dius peí cap de Deu,
ara li lleves lo cap ab la spasa de la lengua; apres quan dius yo renech,
ara hi tramets hun passador, car la boqua axi es com la ballesta de dos
fusts, vel lo labi damunt es larch voltat e lo labi davall es la corda el pas-
sador que li tramets es la lengua que fa bruu. Qui vol pendre lo castell ab
ballestes e aquells del castell ab canteres: lo renegador ab viratons a Jesu
Christ e ell ab lamps e ab pedrés grosses. E veus acj la raho per que
havem pedra e mal temps a vegades, e es maravella de Deu com no
tramet cantáis que esfondrassen la ciutat o vila, mas encara o fa dolca-
ment.o
En otro sermón (IV. 34) aún repite el tema: «Si huy hun Senyor tra-
met a hun scuder cuytat en qualque loch, cavaller en son rocí, veus que
irá atrop, atrop; si entra una pedra en lo peu del rocí, devallará cuytada-
ment per traurelan, e si no lan pot traure aquí ¡O malgrat nage Deu! Mes
si hun femater mene lase, e la somada se decante, ell pren de ca e lo
dyable pren de lia, a renegar vindrá ¡O malgrat nage Deu! Mes serán
alguns e dirán: «aquel ne ve ¿voleu que rigam?» Faránlo felló e jurará
e renegará. En trufa so meten. Aqüestes blasfemies hi son, e nos correge-
xen, mas si hun hom dehie mal del Princep, tantost serie punit, mas de
Jesuchrist no sen fa res.»
REVISTA DE ARCHIVOS 97
Por eso propone como conclusión lo siguiente (III. 33 v.): «Los taffurs
nos deuen sostenir, mas destruirlos les llurs cases, axi com feu lo Gompte
de Cardona, qui erradica de tot les cases deis taffurs. Axi matex los blas-
femadors de Deu deuen esser confusos, nos deuen sostenir.;)
El origen de muchos males es la ociosidad, y contra ella clama muy
enérgicamente (IV. 209 v.): «Lo major mal que es al mon en religiosos e
preveres es ociositat. Los preveres no han a anar fora a cavar ne a laurar,
mas iransen a la plaga a mirar vanitats: si pase una dona que vingue del
riu de lavar draps e irá descalca ¡Oo com te los peus blanchs! etc. E aquí
si umplen de sutzures. Mes los valrie anar apres missa, a scriure o legir o
anar a cavar al ort. Axi o fan los monges de Sent Bernat; mas (ells) fan lo
contrari. — «Aytal, anem per ciutat o vila» — e per co ha huy tant de mal en
lo mon. Axi matex de vosaltres cav'allers e filis de grans homens, e estarán
per places e per taules e puix anar badán per ciutat a les finestres cobejant
dones e donzelles. ¡Oo quant de mal en hora mala! vostres pares vos han
guanyades les riquees... El temps de pau daveu far axi: demati occuparse
en bona devoció en dir qualque offici... e hoir missa matinal, apres ¿ha-
veu offici de sala? Hoc. Donchs anar lia a fer la justicia, a donar bons
consells, regonexlla les corts a llevar questions, puix a diñar e apres en-
tendre en negocis necessaris, no anar a trenquar los banchs, mas dins en
casa apendre de sgrima etc. — Vosaltres mes filies levarse peí matí a servir
la Verge María, puix treballar, no estigats ocioses. Mas ¿que fets? dormir
fins a tercia, e no cuynariets, mas si degu passe a cavall, tantost vos feu a
la finestra ¿he qui passe? ¡O malastruga vida! No estigats ermes, car en la
térra erma tantost si fan spines e mesclense serps e males cuques: axi es
de la persona ociosa.»
Por otra parte, ya hemos visto lo aficionadas que eran aquellas gentes
á creer en agüeros. Aún hemos encontrado más datos que añadir á los
publicados, en dos sermones (V. 19 v.): «No cregam en adevins ne en feti-
lleres sino solament en Deu. Com fará mal temps lancarán les ferres con-
tra sobines ab gran devoció. Una vegada ere una dona que sofferie febra
quartana e ana al adeví e donalí hum breu e deye axi:
Na Juliana
que ha febra quartana
Deus li do mala setmana
A ella e a tota la companya.
e haviel en gran devoció aquest breu, mas lo nom de Jesús no.»
3.a ÉPOCA.— TOMO IX. 7
98 REVISTA DE ARCHIVOS
En otra parte (III. 233) nos describe otras supercherías (fetilleries), al-
gunas que aún se estilan, como el poner las trébedes patas arriba: «Nos-
altres recorrem al Senyor rey nostre poderos demanantli ajuda. E per 50
quan venen les males nuvols, trons e lamps hom soné les campanes: son
les trompetes: e trau hom les creus e las gens preguen devotament ab la-
grimes: «Senyor, misericordia.» Car les campanes son les trompetes e
nafils que donen terror ais enemichs... e llavors cada christiá on se vulle
que sie deu pregar agenollat en térra, no en porta ne en pedric, axi com
fan alguns que fiquen los genolls la hu axi. En moltes persones llavors
fan so de calderes, de bacins etc. per espantar los dimonis, mas rocí de
trompador nos espante per so de trompetes ne de tabals, car ja es acostu-
mat. Altres cremen erbes pudentes, mas los dimonis ja son acostumats de
pudors del fem e sofre de infarn. Altres posen les bragues del marit en lo
terrat, altres lancen los ferres o treudes de sobins, altres la jabata: unes
oradures. E los dimonis llavors riensen.»
La causa principal de tanta corrupción era el prolongado cisma de
Occidente, según él mismo lo insinúa (IV. 99): «Divisum est regnum tuum
(Daniel V. 28) Veus a<;i la esglesia divisa en tres papes; lo verdader es
aquest papa Benet. Dirá algú: ja son estats aquests divisos en temps passats.
Hoc, mas no axi com ara, que llavors lo dret era ciar qui ere verdader
papa, mas huy trobareu infinits doctors de quiscuna part a teñir que quis-
cú es verdader. ítem los princeps no feren axi esforc a sostenir lo cisma
com ara.»
Aún más claramente en otra ocasión (VI, 160 v.): «La christiandat fon
plena en temps deis martirs e depuix minva. — Primerament quan los in-
dians convertits per S. Berthomeu e per S. Thomas se partiren de la obe-
diencia de Roma, be que sien christians, e feren cap de si matex. — Segona-
ment, Asia convertida per S. Pau on son los turchs. — Tertio, Affrica que
S. Agosti convertí, es saber Barbería que pervertí Mahoma. — Quarto, Gre-
cia ses partida de Roma. — Quinto, Armenia. — Sexto, Georgia. — Séptimo,
los christians de la cintura. — Octavo, Italia. — Nono, Franca. Ara reste en
Spanya la obediencia de la esglesia. Reste que será girat, que antechrist la
girará tost e ben tost per dons, per turmentes e disputacions.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS O/)
VIII
El juicio final.
El estado del mundo no era por cierto muy halagüeño en tiempos de
San Vicente. Sabemos lo que sobre la moralidad contemporánea pensaba
nuestro santo, pues escrito está con sus mismas palabras en los capítulos
últimos de este estudio. Natural era que viese desmoronarse la tierra y des-
plomarse el cielo y aparecer el antecristo. De ahí que en sus sermones
anuncie repetidamente el fin del mundo como cosa próxima. En un ser-
món predicado en Chinchilla (Ms. Colegio, fol. 144 v.), aduce testimonios
contemporáneos de revelaciones sobre el próximo fin del mundo, y dice:
«quia finis mundi veniet ayna et muit ayna». Vendrá pronto, y muy
pronto.
El autor de la vida valenciana de San Vicente explica, cómo pudo el
apóstol valenciano hablar de un modo tan concreto sobre este tema, en los
siguientes términos: «Si aquest gloriós y verdader sant, en los seus devots
sermons algunes vegades dix, que prest, y molt prest sería lo juhí final, y
de aquell temps en 9a son passats quasi cent anys *., no es de dir que haja
dit falsía, per que opinant y no affirmant ho deya: majorment que nostre
senyor Deu lo temps determinat donat ais homens a penitencia, algunes
vegades abrevia, algunes vegades allarga. Que al gran patriarcha Noe fon
dit, que lo temps del general diluvi era stat abreviat vint anys per lo peccat
deis homens. E al rey Ezechies, al qual per lo propheta fon dit que dispon-
gués de la sua casa, que lo seguent día morría,, aquell determinat temps de
hun dia que li donava de vida en quinze anys li font allargat lo viure. Que
nostre Senyor Deu moltes vegades la cominativa sentencia muda, quant los
homens de mal viure se deixen. Y no solament lo benaventurat Sent Vicent
Ferrer, mas aquel gran pilar de la Sglesia Sent Gregori, en la homelia sobre
aquell evangeli: Erunt signa magna in solé et luna, diu que li sembla molt
prest sperar del final juhí lo día, y son passats mes de huitcent anys del
temps en 9a, que semblants paraules foren scrites, que per dir molt prest lo
final juhí sperava, no determinava temps, que en aquell prest se compren
poch y molt temps. Que nostre Senyor Deu dix per boca de Egeu propheta:
D'agi a poch temps yo mouré lo cel y la térra y vendrá lo desijat de to-
tes les gents, lo que de Jesús nostre redemptor se ehtenía, aquell poch
1 Escribía Miguel Pérez en i5oo; ahora hay que añadir 400 más.
IOO
REVISTA DE ARCHIVOS
temps dura per spay de mes de quatrecents anys, fins que naxque en Bet-
lem de la sua Verge Mare».
El juicio final y el fin del mundo están, por consiguiente, íntimamente
unidos en los sermones de San Vicente. Hay pasajes que parecen impreg-
nados de la idea de la danza macabra, ó sea de los sepulcros, representada
gráficamente en los cementerios de la Edad Media. La primera dominica
de Adviento con su evangelio del juicio final daba el tema á los sermones
de la semana. Un lunes decía á su auditorio (IV, 123): «¿E Deu que'ls dirá
ais angels? — ¡Veus! plegaume aquesta zizania in fascículos e meteula a
cremar... — ¿Per qué diu fascículos? A mostrar que segons que les gens
serán stades semblants, o companyons en aquesta vida a fer mal, axi será
de la execució... — Com ara un faix de prelats, arquebisbes, bisbes, retors, e
vicaris ofíicials, etc., si mal o han haud ab symonia, o han mal regit ab ufa-
nes cavalcadures, concubines, etc.. ¡Oo quin feix será tan gran de aquells
al infern! — Hun altre faix se fará de emperadors, reys, etc., o que no han
la senyoria ab bona justicia, etc. De aquests tais gran faix sus el foch de
infern. Altre faxot de mals religiosos que no teñen la religió, mas volen
viure per lur volentat, proprietaris, etc. ¡Ooy quiny faxot tan gran! — Al-
tre faxot de mals clergues simples, per que no dien matines, ne hores, e si
ne fan, xam, xam, so de aram, confusament, a hu e dos par indevots, juga-
dors, concubinaris, ab bona ballesta. ¡Ooy quiny faxot tan gran de aquests
vía a infern! Altre faxot de persones superbioses (enteneume dones) des-
pendran quant han en vanitats, blanquets, corns, etc. ídem de homens
varis, inflats de sciencia. ¡Oy que será gran aquest faxot via a infern. —
Altre faxot de logrers etc. (pone VIL peccata mortalia per species). !Ooy
quiny faxot tan gran via a infern: xof, en les calderes. — Altre fayso de tots
aquells qui han -feta deshonor a les esglesies, prenentse los delmes, usur-
pantse los drets: aquells que y bailen e passejen, etc. ¡Ooy quiny peccat! —
E ara les dones hi entren rient e ballant, etc. ¡Veus! hun faxot de aqüestes
tais tan gran, via a infern, et sic de alus».
En la introducción hemos visto las razones que tenía el santo para creer
en el próximo fin del mundo. Llegó á decir una vez (IV, 45): «Aquest mon
deu finir tost, tost e fort cuytadament. Aquesta doctrina, segons vos he dit,
ja la he scrita en una letra, e tramesa al Papa». ¿De dónde tomaba esta
seguridad? Del Apocalipsis. Claramente lo insinúa en otra parte (IV,
85 v.): Percó de la fi del mon que yo preyque ara, dirie algú: «¿Frare, ha-
veu o vist? — Dich que en lo mirall de la Sancta Scriptura o he vist.»
BIBLIOTECAS Y MWSEOS IOI
Para terminar, ponemos aquí un cuadro sobre el juicio final (IV,
118 v.): Quan serém en aquella placa (el Valle de Josafat) veurem homens
que ara nols havem per sants, que defora van ben vestits e dintre bon ci-
lici, etc., molts que teñen la portella tancada fins al sol exit e ells se lleven a
mija nit a dir matines, etc. Dirán: ¡oda! tal home que semblava mundanal
e ¡quant de be ha fet! Similiter deis peccants ¡quanta mala panada, quanta
mala bugada hi apparrá! Primo de religiosos ¿e no ere aquell tan bon
frare? etc., e aqui se manifestará proprietari, luxuriós. ídem de clericis
concubinaris. ¡Oo del traydor malvat! tot se manifestará. ídem de militi-
bus que tres mullers ha preses ensemps, una 9a, altra lia ¡Oo del traydor!
aqui se dexelarán les bugades. No, que també sen hi haurá per a vosaltres,
dones. Dirán: ¿e no es aquella que portave tan gran rast de patre nostres?
¿e no es aquella que dix que vench verge al matrimoni? e ja havie offegat
tres o quatre creatures en lo albelló. ¡Oo de la traydora!»
Aquí ponemos fin á este estudio, apesar de otros puntos de vista que
tienen estos sermones. Al terminar ponemos la nota de los que nos han
parecido más interesados y merecían publicación completa.
SERMONES DE SAN VICENTE SOBRE EL JUICIO FINAL.
IV, 43. — Feria III. post Dom. XXV. Pentec. — En quiny punt está ara lo mon. — ■
Tempus nostrae resolutionis instat.
IV, 84 v. — Fer. III. ante Adv. — En quiny punt está lo mon. — Testificor coram Deo.
IV, 121. — Die Lunae post Dom. I. Adv. — Audivi vocem de coelo dicentem mihi.
IV, 1 1 5 v. — Dom. I. Adv. — Benedictus qui venit in nomine Dñi. — Del juhi general.
IV, 154. — Dom. II. Adv. — Erunt signa in solé luna et stellis. — Del fí del mon.
IV, 161 v. — Fer. II. — Respicite et lévate capita vestra. — Del antecrist.
IV, 1 68. — Fer. III. — Erit in terris pressura gentium.
IV, 173. — Fer . IV. — Appropinquat redemptio vestra. — Fi del mon.
IV, i85.— Sabb.— ídem id.
IV, 263. — Quins continents taran los christians al temps de Antrechrist.
VI, 81 v. — Fer. VI. post Pentec. — De les deu plagues de Pharao e de la fi del mon.
SERMONES VARIOS MAS NOTABLES.
IV, 243 v. — De S. Juan Evangelista.
IV, i3i. — Com pot hom exir de peccat. — VIII. coses que fa hom al levarse.
IV, 89 v. — Colligite quae superaverunt fragmenta.
IV, 11. — Sermo Judehorum.
V, 154. — Sermón de la Purísima Concepción.
102
REVISTA DE ARCHIVOS
III, 41. — Sermón de S. Vicente Mártir.
IV, 73. — ídem de Sta. Catalina Mr., en Zaragoza.
V, 160. — ídem de S. Miguel Arcángel.
VI, 107 v. — ídem de Sta. Maria Magdalena.
VI, 222 v. — Sermo unius Sancti confessoris et Septem artium spiritualium.
VI, 233. — Collatió feta en la Seu de Mallorqua a preveres e religiosos.
R. Chabás.
CÓDICES MÁS NOTABLES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL
X
EL LIBRO DE HORAS DE CARLOS V
Encontró este manuscrito el Sr. Octavio de Toledo en 1869, según le
oí referir varias veces, caído tras una primera fila de volúmenes en el fon-
do de un estante de la librería del cabildo toledano, y sepultado bajo espesa
capa de polvo. Otro devocionario de inferior mérito artístico se enseñaba
á la sazón como habiendo pertenecido al Emperador; pero de aquél nadie
hablaba, á pesar de llevar la signatura 34-58 de los del cardenal Zelada.
Como justificantes de pertenencia hay en la segunda guarda una nota
que dice: Hic liber juit Magni Imperatoris Caroli Quifiti, y luego en ma-
yúsculas de oro:
HOSPES INTUERE CIUIS
LlBRUM ISTUM
Bene ESCOGITANS RECTE
Folia
Vniversae Imperator terrae
Magnus atque gloriosus
Nomine
Illum inspiciebat manibus peruoluebat eum
Réspice
Attentis tuis oculis
Rex"
IOIOSAE ' SACERDOTI CaRDINALI
Animo regio
Obtulit libenter impertiuit
Quisquís
VlDET IPSUM NOSCAT
Thesaurum inestimabilem.
i Francisco de Joyeuse, natural de Carcasona y descendiente de los Vizcondes de Gioiosa
nació en 1562. Fué arzobispo de Narbona en i582, y luego de Tolosa y de Rouen. En la séptima
REV. DE ARCH. BIBL. Y MUS.
X(
TOMO IX.-LAM. IV.
Xf/O
I M«n»l. .Mtorí
ENCUADERNACIÓN DEL LIBRO DE HORAS QUE PERTENECIÓ A CARLOS V. (?)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 103
Sobre el terciopelo rojo de la encuademación, con cantoneras y bro-
ches de plata, dos medallones centrales repujados, también de plata, llevan
grabada el águila imperial de dos cabezas; pero para que esto pueda servir
de indicio de la procedencia citada, habría que suponer que al labrarse en
el siglo xvn, á cuya época corresponde indudablemente el dibujo de estos
adornos, se conservaron las águilas que llevaran los medallones primi-
tivos.
Á poco de ingresar en esta Biblioteca, se puso, desgraciadamente, á la
encuademación flamante terciopelo y se abrillantaron las chapas de plata.
Escrito y pintado por artistas franceses de fines del siglo xv, el devo-
cionario ir/a á parar á manos del Emperador por donativo de alguno de
sus amigos ó admiradores. Luego parece probable que en la visita que
pasado el año de 1614 hizo el cardenal Francisco de Joyeuse á Monserrat,
donde dejó espléndido donativo, le fuese regalado por nuestro piadoso Fe-
lipe III, justificándose así la inscripción que queda copiada, y que por el
regio donante se comunicara al agraciado la tradicional noticia de la per-
tenencia del precioso libro.
En la página primera se lee:
«En ees presentes heures est demonstré en bref le viel Testament et auxi le
nouveau et au Kalendrier est note a chascun toute la forme et maniere de yiure
en ce monde se peu de temps que dieu nous a preste pour acroistre en bien et en
vertus pour le salut de lame. Et fault entendre que tout au cas pareil sera celuy
paye comme ¡1 fera car sy la beure a chastier son corps qui ne cesse de vouloirdo-
miner contre lesprit pour le faire dampner pour tout certain il aura parardis, au-
trement non.»
La primera miniatura en la página primera representa al Salvador; en
la margen izquierda un personaje con rico manto de tisú de oro y armiños,
y en la orla al pie: ./ adápne.
El calendario principia en la pág. 3. Las miniaturas, que ocupan un
tercio de la página superior, representan escenas de familia apropiadas á
las diversas estaciones del año. Abajo otras miniaturas más pequeñas re-
producen paisajes ó escenas campestres, omitiéndose las de Marzo á Mayo
y las de Septiembre y Octubre.
promoción, en 1583, fué nombrado cardenal de San Silvestre, de San Martín y de la Trinidad del
Monte, y e 1 1611 obispo de Ostia. Consejero de Estado de Enrique III y protector del reino fran-
cés cerca de la Santa Sede, fué el decano de los cardenales y murió en Aviñón el 27 de Agosto
de i6i5, á los 53 años. • ■
El año antes había visitado el santuario de Monserrat, al que dejó valioso presente. Legó i
los jesuítas de Aviñón una rica biblioteca. (Véase su Vida, escrita por A. de Aubery. París, 1654.)
104 REVISTA DE ARCHIVOS
Enero. — Interior de familia. El marido prepara la comida en la lum-
bre, á pesar de vestir jubón de tela de oro forrado de pieles. La mujer tie-
ne en brazos á un niño y mece á otro en la cuna. En la orla de la derecha
se lee:
Croit me ¡mpotcnt miserable
cy est notre commcncement
Dieu veuille qui soit agreablc
a Dieu le perc omnipotent.
Febrero. — Dos niños juegan en la calle montados en caballitos de palo-
Al pie:
Estat parfait puissont tous deux estre envoyes.
Mar^o. — Un maestro castiga al niño al darle la lección. Mas lejos un
joven juega á los dados. En derredor de la miniatura:
On nous aprent vne lesson
qui ne me plailt point en effait.
Cy fault il vng mauluais guarson
chastier ou il deffait.
Abril. — Dos enamorados en un jardín. Fuera, un músico tocando tam-
boril y flauta. A la derecha un joven estudiando. En la orla:
II nous fault csbatrc nature
puis que comensons a cognoistre
Mieulx vaulsit ct sans avanture
au disciple ensuiure son maistrc.
Mayo. — Un doncel cabalga en caballo blanco llevando á una joven á
la grupa. A la derecha un penitente desnudo se abre las carnes azotán-
dose con una áspera escoba. En la orla:
Ung homme serait bien couard
de perdre ce beau temps nouueau.
Ha quant ct lazme en ait
Mieulx vaulsist chatier sa pcau.
Jimio. — Un joven en un campo desenvainando un puñal. Un honbre
parece intenta disuadirle del crimen. La letra dice:
Aparticnt il de chatier
celuy qui est en age parfait
cil ce pert il luy fault monstrer
sa folie et son mesfait.
Julio. — A la izquierda un caballero entre dos damas, todos á la mesa.
A la derecha un mayordomo da limosna á los pobres. Por leyenda:
On en dirá ce que on vouldra,
Car il nest vic que dcstre aise
Voir mais malheurcux sera
Qui pour gaudir vient a mal aise.
Agosto. — Escena demasiado realista. En una gran tina se bañan jun-
tos un hombre y una joven que le acaricia. Desde fuera, una mujer sujeta
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 105
un pañuelo ó gorro en la cabeza del bañista. Ella lleva otro semejante.
Junto al baño un joven brinda con un vaso ante una mesa cubierta de man-
jares. A la izquierda un hombre lava los pies á los pobres. La moraleja
dice:
Puisque avons santc et ¡oye
baulfrons sans taire de riens compte.
Qui de son salut ne se esmoye
est fol car la fin fait le compte.
Septiembre. — Sentados á una mesa juegan y beben un viejo y dos mu-
jeres. Al lado un hombre en oración. Leyenda:
II fault esbastre ce viellart .
mes mignonnes quel quil couste.
Mieulx vaulsist auoir son rcguard continent
il fault conpter a loste.
Octubre. — Una batalla. Por letra:
Je dois bien maudire ma vie
dauoir ainsi pcrdu mon temps.
Certes quant la forcé est faillie
ce repentir ¡1 nest paí temps.
Noviembre. — Un rico da limosna á un pobre. En el recuadro se lee:
Donnez raoy sil vous plait pour viure
Je suis nauré iusques a la mort.
Faire aulmosne bien ie desire
Dieu te vcille donner confort.
Diciembre. — La muerte del pecador cuya alma lleva el diablo, y al
lado la muerte del justo cuya alma llevan los ángeles. La leyenda dice:
Ccst raison que soie a toy diable
a qci iay tout mon temps serui.
Vcille moy a auoir agreable
mon bon ange et mon bon amy.
Ocupa por entero la página i5 una miniatura que representa el Padre
Eterno y la caída de los ángeles malos; las págs. i5 y 16 la Creación, y des-
de la 17 á la 26 llenan las márgenes escenas varias del Antiguo Testamento.
Páginas 27 y 28: el arca de N'oé (página entera); pág. .3o, circuncisión
de un adulto, de extraordinario realismo; hasta la pág. 34, en las márge-
nes, escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento; pág. 35, nacimiento y
vida de José (página entera); pág. 42, los hermanos de José arrodillados
ante él (página entera): pág. 44 (página entera) dos Sibilas y dos profetas.
Leyendas: Sibile erictree acorde au pr ojete cairi a la postre comme vne
vierge si doibt concepuoir dieu. La sibile anana si dit que vne uierge si
doibt enfanter dieu en concordant a la postre et prophete.
Página 45, la Anunciación (página entera); págs. 46 y 47, Sibilas Pér-
sica y Eritrea en las márgenes; págs. 48 á 5i, escenas de la Pasión en las
IOÓ REVISTA DE ARCHIVOS
orlas; págs. 5i á 62, escenas del Antiguo Testamento; pág. 63, el Naci-
miento (página entera); pág. 77, Cy finit la vie de iosep. (Hasta esta pá-
gina llegan, en eíecto, las escenas de su vida.)
Página 81, Jesús elige sus discípulos entre los pescadores (miniatura de
página entera); pág. 82, bodas de Cana (id.); pág. 89, milagro de los panes
y los peces (id.); págs. 96 y 97, milagros de Jesús. En las márgenes minia-
turas con oro mate y toques de sepia.
Página io3, entrada en Jerusalén. Orla cuadriculada con rosas y pensa-
mientos alternados en cada casilla; pág. 1 1 1 , beso de Judas (página entera);
págs. 114 a 116, escenas de la Pasión (id.); pág. 119, Resurrección (id.); en
las orlas escenas de la vida de Jesús; pág. 125, el bautismo (página entera).
Página 126: Come novstre dame enseigne a Saint Luc le commencement
de levangile. Escenas de la vida y muerte de la Virgen; págs. 1 32 á 137,
entrada de Heraclio en Jerusalén, con algunas leyendas en francés. En las
márgenes escenas de la destrucción de Jerusalén, por ej.: una mujer co-
miendo ratones, otra dando vueltas á un asador con que tiene atravesado
á su niño.
Página 1 38: Se?isuii>ent les miracles nre. dame e come marie egipciene
jut conuertie.
Página 139, en la margen de la miniatura: Come vng chapelain aloit
en adultere Jut noye, mais pour ce q il disoit les heures notre dame fut de
elle ressuscité '. Viñeta alusiva al suceso en las márgenes.
Página 140: Theophile si ce obliga et soy donna au deable; mais pour
ce que a nostre dame se recdmanda fu du deable preserve 2. (Miniatura en
el margen.)
Página 141: Une jame fut acussee dung prestre a qui cestoit confessee
par quoy fut brulee. (ídem.)
Página 142: Trois pucelles qui on reputoit paillardes seruoient notre
dame. (Id.)
Página 143: Celebre la conception notre dame et de ce danger la visr-
ge marie te guardera. (La miniatura del margen representa una nave
cuyo mástil rompen los diablos al subir un marinero á la cofa.)
1 Este milagro incluye Gautier de Coincy (códice de Soissons, núm. XXXV, con este título
Du moine que nostre Dame resusciía qui estoit peris par son peschié. (Gil de Zamora, Liber Ma-
ría, XVI, cap. I.— Cantigas de Alfonso X, núrh. XI.)
2 Este caso, escrito primero en griego, luego en latín y en las lenguas romances, se incluye
en las Cantigas de Alfonso X, núms. III y CXI.
Los dos milagros siguientes tienen procedencias análogas.
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BIBLIOTECAS Y MUSEOS IO7
Página 144: Vng esco/ier qui cestoit marie fut de marie couseille et
ayme pourtant qui l auoit seruie en sa uie dont puis apres de religión fut
luy el sa fame.
Página 145, árbol genealógico de la Virgen (página entera).
Páginas 146 á 171, el Credo en francés al pie de las páginas, en letras
blancas y doradas, alternando.
Página 168, escena del Antiguo Testamento (media página).
Páginas 176-177, David mata al gigante Goliat. (Ocupa doble página.)
Páginas 179 á 194, historia de David. (Miniaturas marginales.)
Páginas 195 á 202, historias de Santos, de la Virgen, etc.; pág. 2o3, cu-
riosa miniatura que representa la confesión; pág. 2o5, caída del calum-
niador en los infiernos (media página); págs. 207 á 217, historia de Job.
Página 218, los tres caballeros y los tres esqueletos (doble página). En
las márgenes la danza macabra, que llega hasta la pág. 242.
En la 218:
O pouures gens plains de toute folie
coment ousez vous viure en tal desir
da quel saris doabte la pouure ame se lie
de damnement pour sy peu de plaisir
dot auez fait offec...
Ne peosez vous point quil vous fault venir sans remede oe
tous a la dance et qui piz est apres seres pugniz
de tous les maulx
las compaignons et qui pourrons nous faire
avisons il car il en est sayson
plus ne nous fault en ce monde repaire
Pour y gaudir cest la conclusión
mrz des trois mors retiendrons la saisson
a bien viure en bonne penitance
a celle fin que en la morte saisons
puissons payer daulcung bien nostre offence.
Al pie de la pág. 220, en letras de plata:
A tous resai de par dieu que on sa age
de doner fin a lor de vie mondane
car cjnd jst est que la mort sans faintese
de bref viendra horrible et soudaine
et en marra toute nature hu...[maine?]
a vne dance nomee macabre
Pourtant se garde qui poura de tel paine
car tous yront soit bongré ou malgre.
Dic.par sa grace vous veille prandre
en grace.
Página 221, en las respectivas viñetas:
Vous naue< garde de meschaper ibid. Veoez aduant fault usurier
sz gent qui tout vouliez tronper. ¡1 ne vous fault point espergnier
ibid. Chartrex qui auez fait abstinance 223 Empereul maistre de la terre
Mieux-en danrerez a la dance. il vous fault deuenir en terre. ,
222 Maistre moyne venez aduent ibid. Don p¿pe vous qTñenceres
plus ne demourez au couuent. sil vous pJaít voti« aduenceres. :
io8
REVISTA DE ARCHIVOS
324 Cardinal pas ne demourcs
vous vous aves bel escusez. ibid.
ibid. Sire roy mes quil ne vous deplaise
suives moy a voustre bel ayse. 230
225 Pour ce que estez conestable
je vous en ay plus agreable. ibid.
ibid. Regardez moy quel priaché'
come il fait laide grimace. 231
226 Et vous archeuesque et prelat
il vous faut venir a lesbat. ibid.
ibid. puis g9 eltez ly gentil barón
venez comme le plus mygnon. 232
227 Vous grant csuesque dantiochc
venir fault au son de la cloche. ibid.
ibid. Escuier gent et gracieux
preñes angre sy nauez mieux. 233
228 Les gras morceaux aues menges ibid.
maistre abbe vous le compares.
ibid. Bai Hit qui auez fait le maistre 234
venez vous esbatrc cest estre. ibid.
229 Coe maistre vaillant docteur
je vous pres pour estre recteur.
Bourgois qui viues de grant terre
pas ne demoures ie mcnuente.
Sire chanoine presbaudes
viure plus ne vous attendez.
Marchant qy esties sy aduise
vous me auies ia oblie
faitez lesquarmoche
mcdecin deán doce
gentil toufreteux
ne soyez honteux
conbien que soyez sage
vous ferez le voyage
galant sans soussy
suiuez moy aussy
maistre aire preñez en gre
il fault laisser laboragc
et faire auecques le voyage
cordelier il fault que dancez
acomplir ce pelerinage
vous fault dauantage
Página 235, sin miniatura. Letras de plata en la margen derecha:
vous qui estez de sánete clere
dancerez per bonne maniere
Baronnc venez en aduant
belle vierge honeste
venez a la 'este
gentillc fame ne vous desplaise
venez aduant ma poure vefue.
mignone bourgoyse
suiuez moy sans... (f.*- la últ. pal.3-)
pouure penitante
pas ne demourez je menuente.
Sus, venez marchande
que je ne vous change
fame de village
estez vous sauuage.
poures gens mondains ibid.
qui estez tant vains
ceur plus deur qui aci soiez tous certains 239
que tous pour le moins ainsy danceres ibid.
done consideres coment vous viurez
le temps auenir affin quant serez au passage 240
amer ne soyez pugnir. ibid.
ibid. Aussy toust meurt 241
jeune que vieulx
236 venez aduant dame enperiere ibid.
ibid. madame l'abesse
pas ne vous delesse. 242
237 pouure royne vous estez morte
ibib. dame la prieure ibid.
vene/, tout en leure
238 Duchesse venez a la feste
págs. 243 á 274, vida del Antecristo, escenas del Apocalipsis, vidas de
Santos, virtudes y vicios, etc.; 275 y 276 en blanco; 277, la Trinidad (pá-
gina entera); 278 á 284, vidas de Santos (miniaturas en las márgenes);
285, Santiago y los peregrinos (miniatura de mitad de página); 290, San
Quintín (id.); 291, martirio del Santo (id.); 294 y 2g5, vida de San Nico-
lás; 3oo y 3oi, escenas de la vida de San Antón abad (miniatura de mitad
de página); 3o2 á 3io, escenas de las vidas de Santa Águeda, Santa Polo-
nia, etc.; 3u, Santa Susana (miniatura de media página); 3i2 á 3i6, Santa
Bárbara, Santa Ana y otras santas; 3 16, la Trinidad y la Virgen rodeadas
de coros angélicos (página entera); 3i8, recogida del maná (id.); 32o, es-
cena curiosa de confesión; 325 y 326, tentaciones del diablo contra un
santo; 328, un rey arrodillado ante San Cosme (página entera); 33o, ado-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS IOQ,
ración del Eccehomo (viñeta); 33i, la fuente de la gracia (página entera);
332, la Virgen en el cáliz de una azucena (página entera); 333, los atribu-
tos de la Pasión (id.).
En la guarda siguiente, de vitela: «Sonó nel presente libro carte nu-
mero 166, una bianca in mezo, si contano teste 1800, tutti le figure son
fatti a ponta di penello, et si uedono li frisi tutti con lauori differenti. II
primo e il Saluator del mondo. Nelli 12 mesi si uedi la vita humana, il
male, il bene, la caduta delli angelí ribelli et per tutto ¡1 testamento vec-
chio et il Novo, la vita del Antichristo, molti Santi che corrono secondo i
messi et altri come si uedono e molti...» (queda incompleta.)
Ya se ha dicho que las miniaturas de este libro de horas fueron ejecu-
tadas por artistas franceses de fines del siglo xv. El dibujo, modelado de
cabezas, expresión de actitudes, etc., no pasa de la calificación de regular;
pero la profusión de figuras y la variedad de las orlas con todos los tonos
del colorido combinados con el oro mate y la plata, dan á la ornamentación
un aspecto de extraordinaria riqueza.
Las dimensiones de las hojas son de o, 23o X 0,1 5i.
Antonio Paz y Melia.
RELACIÓN DESCRIPTIVA DE LOS PLANOS, MAPAS, ETC.
DE LA
AUjDIENCÍA Y CAPITANÍA GENERAL DE GUATEMALA
(GUATEMALA, SAN SALVADOR, HONDURAS, NICARAGUA Y COSTA-RICA)
EXISTENTES EN EL ARCHIVO GENERAL DE INDIAS
1774-75
212 «Plano del ámbito de el Llano de Ntra. Sra. del Carmen según
la medida que sé ejecutó de orden de el M. Y. S. Presidente D. Martín
de Mayorga...»
«Hermita y Noviembre 16 de 1774».— «Joseph Gregorio Rivera».— «Es copia de su original.» —
Hermita y Febrero 1 de 1775. —Navarro ¿(Luis Díe^)? (su rúbrica).— Forma parte de un testimo-
nio de autos sobre la traslación interina de la Ciudad de Guatemala al Valle de la Hermita
(folio 39).— En colores. — Con explicación.— Escala de 300 varas los 22 1/2 centímetros.— 58 X4<~> cen-
tímetros.— Estante 101.— Cajón 4.— Legajo i5. (8)
1774
213 Diseño hecho á pluma del territorio que ocupan los ingleses en la
Costa de Mosjaitos junto al Rio Tinto. ,
Con expediente del Gobernador de Costa-Rica remitido por el Virrey de Santa Fe con carta
núm. 266 de i5 de Enero de 1777. — Muy ligero. — 21 X t6 1/2 centímetros.— Estante 101. — Cajón 5.—
Legajo 1. (2)
I 10
REVISTA DE ARCHIVOS
1775
214 «Plano que demuestra el Convento Provisional delineado para las
Reberendas Madres Claras» (Guatemala).
8 Enero 1775.— Por D. Luis Die% Navarro. — For na parte de un expediente sobre la construc-
ción de un Convento provisional en la Her nita (Musva Gjate ríala) para las monjas de Santa
Clara. — Al dorso se lee: «Plano C.» — En colores. — Con explicación. — Encala de 5o varas caste-
llanas los 13 1/2 centímetros. — 35 X 24 centímetros. — Estante 100. — Cajón 7. — Legajo 22. (4)
1775
215 «Plano y Perfil de un Rancho, que se propone executar en el pa-
rage en que estaba establecida la Real Aduana, sito en la Plaza de este
nuevo Establecimiento de la Ermita; para colocar quatro compañías de
Dragones que componen el esquadron, que guarnecen dicho Estableci-
miento.»
14 de Marzo de 1775. — Por D. Luis Die% Navarro. — Remitido por el Presidente de Guatemala
D. Martín de Mayorga. — Con carta núm. 214 de 24 de Abril de 1775.— Fn colores.— Con explica-
ción.— Escala de 40 varas los 31 centímetros. — 53 X 44 centímetros. — Estante 100. — Cajón 3. —
Legajo 24. (2). — Hay duplicado en el Estante 102.— Cajón 5. — Legajo 23. (4)
1775
216 «Explicación del Plano que demuestra el Convento Provincial de
San Francisco» (Guatemala).
1 Mayo 1775.— Por D. Luis Die$ Navarro.— Forma parte de un expediente sobre la construc-
ción de un Conve.ito provincial en la Hsrmiti (Nueva Guatemala) para las monjas de Santa
Clara. — Al dorso dice: «Plano A.»— En colores.— Con explicación. — Escala de 100 pies castella-
nos los 18 1/2 centímetros.— 31 X 31 centímetros.— Estante 100. — Cajón 7.— Legajo 22. (2)
1775
217 «Plano que demuestra el Convento Probincial de Religiosos de
N. P. S. Francisco acomodado mudándole, y añadiéndole barias c;sas
para las Reberendas Madres de Santa Clara de la misma orden, advir-
tiendo que lo encarnado está echo y lo amarillo es lo que se añade.»
1 Mayo 1775. — Por D. Luis Die% Navarro. — Forma parte de un expediente sobre la construc-
ción de un Convento provisional en la Hermita (Nueva Guatemala) para las monjas de Santa
Clara. — Al dorso se lee: «Plano B.»— En colores. — Con explicación. — Escala de 100 pies castella-
nos los 18 1/2 centímetros.— 54 X 42 centímetros.— Estante 100. — Cajón 7.— Legajo 22. (3)
1775
218 Proiecto de un Convento ¿Provisional? de Monjas, que ha de ser-
vir para las Reberendas Madres de Santa Clara. Es copia del original pre-
sentado por el devoto Provincial en la Audiencia eclesiástica á 20 de Maio
de 1775.»
REVISTA DE ARCHIVOS I i i
Por D. Luis Die$ Navarro.— Forma parte de un expediente sobre la construcción de un
Convento provisional en la Hermita (Nueva Guatemala) para las monjas de Santa Clara.— En
colores.— Con explicación.— Escala de 70 varas los 19 centímetros.— 27 X 28 centímetros. — Es-
tante 100. — Cajón 7. — Legajo 22. (5)
1775
219 «Croquis que dá una Idea de la Rebentazon del Bolean de Pacata,
su figura mirando Norte Sur, distancias y proporción de los terrenos adia-
centes.»
1 Septiembre 1775.— Por Josef María Alexandre. — Acompañado del testimonio de las provi-
dencias y diligencias practicadas sobre averiguad estrago que ha causado el Cerro ll.imado
los humitos, inmediato al Bolean de Pacaia... remitido por el presidente de Guatemala D. Mar-
tín de Mayorga con c irta núm. 254 de 31 de Julio de 1775. — En colores. — Con explicación. Escala
de 5 leguas españolas Ioí 5 ccntímetios. — 19 < 29 centímetros. — Estante 100. — Cajón 3. — Lega-
jo 24. (1)— Hay duplicado en el Estante 100. — Cajón 3. — Legajo 12 y otros dos en el Estante 101. —
Cajón 4. — Legajo 17, sus fechas i5 y 16 de Julio de 177b.
1776
220 «Mapa de el Proiecto formado para la Nueba Ciudad de Guate-
mala en el Llano nombrado de la Virgen en que de Orden de S. M. co-
municada al M. Y. S. Presidente y Cap^G.1 de este Re.no D. Martin de
Mayorga se está construiendo.»
«N'uebo Establecimiento y Marzo 1 de 1776.»— Al pie dice: «Este lo aprovó entre otros que se
le presentaron al M. Y. S. P. G. y Capitán General D. Martín de Mayorga: Luis Díe% Navarro
(su rúbrica).» — Remitido para su aprobación, por el referido Presidente, con carta núm. 310, de
30 de 1- ñero de ¿1776? — En colores. — Con explic tcióo. — Escala de 600 varas los 7 1/2 centímetros.—
58 X 46 centímetros. —Estante 100. — Cajón 3.— Legajo 25.
1776
221 «Descripción Geográfica (mapa) que representa las costas desde
Sotabento del Puerto de San Francisco de Campeche hasta Barlobento del
Cabo titulado la Punta de San Blas; con parte de la Ysla de Cuba, los
bajos, sondas, placeres é islas que corresponden á estas navegaciones.
Arreglado á latitudes y á la longitud de la Ysla de Thenerife vna de las Ca-
narias; En el que se demuestra con divisa encarnada las situaciones que á
el presente tiene la Nación Británica con establecimiento tanto en la costa
de Bacalar y Wallis como en Rio Tinto, Cabo de Gracias á Dios y demás
Yslas que se llaman en esta razón por numeración como asimismo los
principales cayos que corren desde el de Cocina hasta los Sapotillos.»
«Es trabajado por D. Juan de Torres, Piloto que ha zido en la Real Armada (licenciado).»
(Su rúbrica).— «Hermita 22 de Junio de 1776.» — Remitido por el Presidente de Guatemala con
carta reservada núm. 375 de 8 de Julio de 1776. — Es notable por su esmerada ejecución. — En co-
lores.—Con explicación.— Graduado.— Comprende desde 8 á 31 grados de Latitud Norte y des-
de 279 á 296 grados de Longitud oriental de Tenerife.— 36 X 47 centímetros.— Estante 102.— Ca-
jón 6.— Legajo 1. (1)
112 BIBLIOTECAS Y MUSEOS
1776
222 «Mapa ó Descripción, que comprende, el Ceno de Honduras, con
parte de el de Veracru^, comensando, desde el Rio de Tupilco, hasta Por-
tovelo, pero el fin principal, se dirige, á manifestar los Bajos, Arrecites y
quebradas, que hay desde el Cavo de Catoche, hasta Punta de Hicacos, y
desde allí hasta la Boca del Golfo Dulce.»
«HermitaGdc Julio de 1776.»— Joaquín del Castillo (su rúbrica).— Este mapa fue remitido
por el Presidente de Guatemala con carta reservada núm. 375 de 8 de Julio de 1776 acompañada
de un informe del referido Castillo, que se encuentra en el Estante 102.— Cajón 6. — Legajo 1. —
Es un hermoso ejemplar donde se detallan muy por menor las costas, cayos, ríos, &." — Gradua-
do.— Comprende desde 8 á 23 grados de Latitud Norte y de 283 á 300 grados de Longitud Orien-
tal del Meridiano de Tenerife. — En colores. — Con una extensa explicación.— 52 X 48 centíme-
tros.—Estante 102.— Cajón 1.— Legajo 23. (1)
1776
223 «Mapa del Ceno (sic) de Honduras, Establecimientos de Ingleses
havitaciones de Indios Caribes en la Costa de Valis, navegación de esta
para Navios y Balandras con sus principales fondeaderos, abrigos, agua-
das y escollos, estendida de orden de el Muy Ylustre Señor D. Martin de
Mayorga, Presidente Gobernador y Capitán Gral. de este Reyno de Gua-
temala.»
Por José Estebe^ ¿Sierra?— Remitido por el Presidente de Guatemala con carta reservada
núm. 375 de 8 de Julio de 1776. — No está el informe de Estebez que dice acompaña. — En colores.
Con explicación. — Escala de 10 leguas los 12 1/2 centímetros. — 195 X 46 centímetros. — Estante
102.— Cajón 6. — Legajo 1. (2)
1776
224 Mapa del Curato de San Agustín de la Real Corona.
Por D. Antonio Pitarra. — Con informe del mismo, acerca de la división del mencionado Cu-
rato, creándose otros dos; uno en el Valle de Tocoy y otro en el de Sansavia, hecho en la Her-
mita (Guatemala) á 12 de Julio de 1776. — Forma parte de un testimonio de autos sobre la mate-
ria remitido por el Presidente de Guatemala en 1779. — En colores. — Con explicación. —Escala de
2 leguas los 6 centímetros.— 57 X 45 centímetros.— Estante 100.— Cajón 7.— Legajo 22. (8)
1776
225 «Plano Geográfico de la maior parte del Reino de Guatemala que
empieza desde la misma Ciudad mirando hacia el Oriente y comprende
por la parte del Mar de el Sur las Provincias de Gua^acapan, la de San
Salvador, y parte de la de Nicaragua y toda la de Costa Rica hasta el
Rio de Voruca, que es donde empieza el Reino de Tierra firme: Por la
parte del Norte se vé la Provincia de Vera Pa$, la de Honduras, la de
Segovia y Tologalpa (que poseen los Ingleses, Zambos é Indios Mosqui-
tos) y remata por esta parte en la costa de la Provincia de Cartago», etc.
REVISTA DE ARCHIVOS Il3
«Nuevo Establecimiento i de Agosto de 1776.»— Luis Die^ Navarro (su rúbrica).— En carta re-
servada núm. 37b del Presidente de Guatemala, de 8 de Julio de 1776, acompañada de un informe de
Dia$ Navarro de 21 de Junio de 1776, que se encuentra en el Estante 102. Cajón 6. Legajo i,se
habla de este y otros planos, pero según nota marginal que hay en la misma, no fueron remitido*
hasta el 31 de Enero de 1777, (sin duda con algún duplicado de la mencionada carta •.
En una de las notas se lee: «Que e.te Plano no está echo por alturas de Polo sino por el diario
según lo que se andava en una hora, regulando hora por legua y ésta de cinco mil varas castella-
nas.»—En colores.— Con extensas explicaciones.— Ofrece grande interés, tanto por su esmerad»
ejecución como por el crédito y grandes conocimientos de su auto-. — 95 X 63 centímetros.—
Estante 102.— Cajón 5.— Legajo 23. (2).
1776
226 «Plano en que se demuestra el Potrero y Alfarfar que posee en
Guatemala el Convento y Hospitalidad de Belén, todo cercado de tapia, y
las líneas demarcadas, la medida que se hizo para sacar la Área del Te-
rreno de su comprehención, que vno y otro tiene 717.712 varas cuadradas
que hace una cavalleria de tierra...»
«Guatemala y Octubre 30 de 1776.» — Por D. Juan Guañino Valiente. — Acompañado un testi-
monio del expediente sobre 1 1 materia, remitido por el Presidente de Guatemala Don Martin de
Mayorga con carta de 8 de Julio de 1778.— Hecho á pluma.— 40 X 30 centímetros.— Estante ico. —
Cajón 7.— Legajo 21.
1776
227 «Plano que hace ver la figura de la isla Guanaja, situada en 16 gra-
dos 37 minutos de Latitud Norte reconocida é inspeccionada en el mes de
Octubre de este presente año por orden del M. I. Sr. Presidente D. Martín
de Mayorga.» — «Nota.» — «Que los cayos de color amarillo demuestran
rancherías de Ingleses y los números de los canales son brazas de Agua.»
Nueva Guitemala de la Asumpción á 27 de Diciembre de 1776. — Por el Piloto D. José Estéve^
Sierra.— Acompañado de un diario de la navegación, hecho por el citado Piloto en 23 de Diciem-
bre de 1776.— En colores.— Escala de 3 leguas los 22 centímetros. — 52 1/2 X 42 centímetros. —
Estante 100. — Cajón 3. — Legajo 12. (3)
1776
228 «Plano del Cómbenlo de las Beatas Indias de esta Nueva Ciudad
de Guatemala de la Asunción.»
Anónimo. — Forma parte de un expediente acerca del origen, rentas, &.a, de este Convento. —
En colores.— Con explicación. — Escala de i5o varas los i5 3/4 centímetros. — 31 X 2° centíme-
_ tros. —Estante ico.— Cajón 7. — Legajo 22.(7)
1776
229 «Mapa de la Nueva traslación del vecindario del Valle de Sahcaha
en el que se manifiesta el arreglo á que se han reducido de la dispersidad
* Esto explica el aparente anacronismo de que un mapa de / de Agosto de 1776 se remitiera
con carta de 8 de Julio del mismo año.
3.a ÉPOCA. — TOMO IX. 8
114 BIBLIOTECAS Y MUSEOS
en que cstavan viviendo según se le mandó por el superior Govierno á
D. Matías Manzanares Alcalde Mayor y teniente de Capitán General de
esta Provincia de Totonicapan.»
Acompañado de un testimonio sobre la reducción á pueblos de los habitantes de las villas de
Sixa y S ihcaja, con los nombres de San Carlos y San Luis, remitido por el Presidente de Guate-
mala D. Martin de Mayorga con carta núm. 749 de n de Febrero de 1779.— Hecho ;i pluma.—
30 X 30 centímetros.— Estante 100. — Cajón 7.— Legajo 22.
1777
230 Mapa de la América Central comprendida entre el Golfo Dulce
y Cartagena de Indias, por el Norte y entre la Bahía de Fonseca y Pana~
má por el Sur.»
Remitido por [). Francisco de Franquis con carta fecha en la Haya, dando cuenta al Conde
de Floridablanca de los proyectos de Inglaterra de establecerse en Nicaragua, y de la comuni-
cación que existe entre los dos mares, por el Lago de Nicaragua, según informe del Oficial, Ca-
pitán Sr. Smith.— En colores.— Graduado. — Comprende desde 7 á 18 grados de Latitud Norte y
desde 74 á 102 de Longitud Occidental (No dice el Meridiano). — 30 X l9 centímetros. — Estan-
te 100.— Cajón G.— Legajo 14. (1).
1777
231 «Mapa Geógrafo de la Costa de Honduras comensando en la de
Campeche por la Vigia de Santa Clara, hasta Portovelo, nuevamente re-
conocida y inspeccionada en el mes de Octubre del año pasado de orden
del M. I. Sr. Presidente, Gobernador y Capitán General de este Reyno
D. Martin de Mayorga.»
«Nueva Guatemala de la Asumpción 18 de Enero de 1777.» Por el Piloto D. José ,Estéve%,
Sierra. — Acompañado de un diario de la navegación, con noticias para el Real Servicio, hecho
por el mismo Piloto, de 23 de Diciembre de 1776. — En colores. — Es un mapa notable por su
ejecución. — Señalanse los rios, cabos, islas, bajos, &.a, &.a, de la Costa de Honduras, y un trozo
de las islas de Cuba y Jamayca. — Graduado. — Comprende desde 8.° io' á 24. ° 10' de la Latitud
Norte y de 2S6.0 á 298.0 20' de Longitud. (No fija el meridiano). — 86 X IJ5 centímetros. — Estan-
te 100.— Cajón 3.— Legajo 12. (2).
1777
232 «Plano que hace ver la Boca del Rio Tinto, (Costa de Mosquitos)
poblado de ingleses... Reconocido é inspeccionado en el mes de Septiem-
bre del año próximo pasado por orden del M. 1. Sr. Presidente, Goberna-
dor y Capitán General, D. Martin de Mayorga.»
«Nueva Guatemala de la Asumpción 12 Enero 1777». — Por el Piloto D. José Estere^ Sierra. ■
Acompañado de un diario de la navegación hecho por el citado Piloto el 23 de Diciembre
de 1776.— En colores.— Escala de 100 varas los 5 1/4 centímetros.— 86 X 45 centímetros.— Estan-
te 100.— Cajón 3.— Legajo 12. (4)
1777
233 «Plano que hace ver la figura de la Isla de Roatan situada en la
altura de 16 grados 3o minutos de Latitud Norte, reconocida y inspeccio-
)
REVISTA DE ARCHIVOS !l5
nada por el mes de Octubre del año próximo pasado en virtud de orden
del M. I. Sr. Presidente, Gobernador y Capitán General de este Rey no
D. Martin de Mayorga.»=«Nota.»=«Que los cayos de color amarillo de-
notan avitaciones de ingleses establecidos.. .»=«Otra.»=Que los numero-
sos denotan las brazas de agua que tienen los canales.»
«Nueva Guatemala de la isumpcióo á n de Enero de 1777.» — Por el Piloto D. José Estéve^
Sierra. — compañado de un diario de la navegación hecho por dicho Piloto el 23 de Diciembre
de 1776. — En colores. — Escala de 3 leguas los 19 centímetros. — 86 X 45 centímetros.— Estante 100.
Cajón 3.— Legajo 12. (5)
1778
234 «Plano de la Nueva Ciudad de Goathemala de la Asumpción.»
«Nueva Guatemala 24 Noviembre de 1778.» — <Por el Arquitecto I). Marcos Ibáñe^.»— Remiti-
do por el Preside ite de Guate nala D. Matías de Gal vez con carta núm. 233 de 6 de Noviembre
de 1779.— En colores.— Con explicación.— Escala de i.ooo varas castellanas los 11 1/2 centíme-
tros.—42 X 30 centímetros.— Estante 100.— Cajón 3.— Legajo 13. (3).
1778
233 Demostración (plano) de la medida de la Hacienda de Nuest)-a
Señora de los Dolores que posee D. Mariano Arrivjllaga en la Cierra de
Canales (Jurisdicc'ón de Guatemala) y de los empalmes que resultaron en
las labores de los herederos de D. Manuel Dieguez y D. Miguel de Arrese.»
Por el agrimensor D. Josef liiv.'ra. — Forma parte del testimonio núm. 1 de los autos segui-
dos en el Juzgado Privativo del Real Derecho de Tierras por D. Manuel Ignacio Dieguez
(folio 6.)— En colores.— Con explicación.— b-j X 42 centímetros.— Estante 101.— Cajón 2.— Lega-
jo 7-0)
1778
236 Plano de las tierras que se entregaron á los indios de Pínula
(Santa Catalina de) en la Sierra de Canales (Jurisdicción de Guatemala)
v su demarcación con los que posee D. Mariano Arrivillaga.
Canales 10 Marzo 1778.— Por D. Josef Gregorio de Rivera. -Forma parte del Testimonio nú-
mero 4 de 1 1 meiida orgin il practic id 1 por el Alguacil mayor Barroeta en la devolución y en-
trega de Tierr.ts que hizo á lo; indios de Pínula en 9 de Marzo de 1778.— Hecho á pluma.— Esca-
la de ioo cuerdas los i5 1/2 Centímetros. — 40 x 30 centímetros. — Esunte ior. — Cajón 2.— Lega-
jo 7. (5)
1778
237 «Diseño ó Cocris en que se procura dar una superficial idea bas-
tante á hacer concepto de la extensión, proporción y situazión de la Al-
caldía maior de San Silbador sita en la America Septentrional en la
Nueva España Reyno de Goatemala compuesta de las tres Provincias de
San Salvador, San Vicente y San Miguel confinante con el Mar del Sur,
teniendo de largo Norte Sur como 8o leguas y de ancho Leste Oeste 40. >>
u6
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
«Nueva Go itemal i de la Asumpción y Noviembre 8 de 1778.» — Por el Ingeniero D. José Marta
Alexandre. — Con testimonio de unos autos instruidos en virtud de Real Cédula fecha en Aran-
juez á 14 de Mayo de 1777 sobre la conveniencia de dividir la Alcaldía Mayor de San Salva-
dor.— En colores. — Escala de 30 leguas de i.5od varas castellanas los 12 i/í centímetros. — 59 x 25
'¿entímetros. — Estante 101. — Cajón 2. — Legajo 24.
1779
238 «Idea de un Plano que representa el nuevo camino que se ha for-
mado desde la nueva Goatemala al Fuerte de Omoa para comunicación
con lo interior del Reyno.»
Remitido por el Presidente de Guatemala D. Matías de Gálvez con carta núm. 154 de 6 de
Agouo de 1779.— En colores. —Con explicación.— Escala de 16 leguas los 8 centímetros. — 41 X 21
centímetros. — Estante 100. — Cajón 3. — Legajo 13. (1) '
1779
239 «Plan del Puerto y Estero desde la Villa del Realejo hasta su boca
en el Mar del Sur de la Jurisdicción de esta Villa, en la Provincia de Ni-
caragua del Reino de Goathemala: Sacado de orden de su Corregidor y
Theniente de Capitán General D. Joseph de Plasaola y Aguado.»
Por Juan Gordoñe^ — Pueblo del Biejo Octubre 10 de 1779. — En colores. — Con explicación. —
41 x $i centímetros.— Estante 102. — Cajón 5.— Legajo i5. (1)
1779
240 Mapa del Curato de San Agustín de Acasaguastlan, de la Real
Corona, Jurisdicción de la Provincia de Chiquimula y Zacapa.
Forma parte de un testimonio de autos sobre la división de dicho curato, remitido por el
Presidente de Guatemala en 1779. — En colores. — Con explicación.— 5g X 4^ centímetros. — Estan-
te 100. — Cajón 7. — Legajo 22. (9)
I780
24:1 «Plano y perfiles de la Bahía, Castillo y Campo de Omoa, for-
mado de orden de la Capitanía General en virtud de expediente instruido
por el Señor Auditor de Guerra.»
«Quartel general de San Pedro Sula y Febrero 6 de 1780.— José Antonio Martínez.» — Es copia
del original á que me remito. Joseph Gregorio Rivera (su rúbrica).— Forma parte del «Testimo-
ni > del proceso creado sobre la pérdida, asalto y rendición del Castillo de San Fernando de
Omoa.»— En colores. — Con explicación. — Escala de 100 varas los 10 1/2 centímetros. — 52 x 65 cen-
tímetros.— Estante 100. — Cajón 4. — Legajo 1.
I78l
24:2 «Plano geográfico de las provincias y terrenos confinantes á la
Talamanca con demostración de sus montañas, situaciones, etc.»
17 Septiembre 1781. — Por el agrimensor D. Josef de Rivera Gálve%.— Sacado del que en 1780
. remitió al Presidente de Guatemala el Gobernador de Costa Rica D. Juan Fernández de Boba-
dilla, formado por el R. P. Antonio Jaurigui. — Pertenece á un cuaderno de autos sobre las mi-
REVISTA DE ARCHIVOS II7 '
siones de Talamanca, remitido por la Audiencia de Guatemala con carta de 6 de Marzo de 1782.
Comprende la Provincia de li Talamanca, Ciudad de Cartagí, Ciudad de Esparza, Villas Nueva
y Vieja, Pueblos de Sin Francisco deTerraba, Boruca, &.a &.a— Por la mar del Norte los Rios de
la Estrell i, Pssciri, de la Rebentason, &.a y Valle de Matina y por la mar del Sur los Rios Boru-
ca, Sabogre, y Río Grande y el Puerto de la Caldera.— En colores.— 29 x 47 centímetros.—
Estante 103.— Cajón 1.— Legajo 30.
I78l
243 «Plano proyectado para la casa havitacion de Don Juan Fermín
de Aycinena y demás accesorias de su pertenencia, sita en la Plaza Maior
de esta Nueva Ciudad de Goathemala» etc., etc.
«Nueva Goathemala Septiembre 22 de 178!.»— Con explicación. — Escala de 60 'varas castella-
nas los 19 centímetros.— 31 x 44 centímetros.— Estante 100.— Cajón 4. — Legajo 2.— Hay duplica-
do en el Estante 100. — Cajón 4. — Legajo 3.
I78l
244: «Demostración (plano) de las medidas que se han executado en la
Hacienda de los Dolores en Canales (Jurisdicción de Guatemala) pertene-
ciente á Don Mariano Arribillaga por ambos sistemas: á saver, la figura
señalada con el color verde es el que defiende D. Mariano Arrivillaga: la
de color rosado con los rumbos abatidos el que propusieron las partes de
D. Manuel Freixanes y D. Pedro Dieguez.
Por D. José Rivera.-— Forma parte del testimonio núm. 1 de los autos seguidos en el Juzgado
Privativo del Real Derecho de Tierras por D. Manuel Ignacio Dieguez»... (folio 102.)— En colo-
res.—Con explicación.— 48 x 39 centímetros.— Estante 101. — C. jón 2.— Legajo 7. (2)
I78l
245 «Plano que demuestra la Hacienda de Nra. Señora de Dolores en
Canales (jurisdicción de Guatemala), que pertenece á D. Mariano de Arri-
villaga conforme al nuevo reconocimiento.»
Nueva Guatemala y Diciembre 17 de 1781. — Por Don Josef Gregorio Rivera. — Forma parte del
testimonio núm. 1 de los autos seguidos en el Juzgado Privativo del Real Derecho de Tierras,
por D. Manuel Ignacio Dieguez...» (folio 172). (Varía de los anteriores.)— En colores. — Con notas.
Escala de 100 cuerdas los 14 1/2 centímetros.— 82 X 58 centímetros. — Estante 101. — Cajón 2.— Le-
gajo 7- (3)
1782
246 «Plano del Proyecto formado para la Santa Yglesia Cathedral de
la Nueva Goatemala de la Asumpcion, Avitaciones de los empleados y
Oficinas.»
«Es copia de su original á que me remito, y la saqué para dar cuenta á S. M. Nueva Goathe-
mala Febrero 16 de 1782.» — «.Marcos Ybañe%». (Su rúbrica). — Con testimonio de autos remitidos
por el Presidente de Guatemala con carta núm. 479 de 4 de Diciembre de 1782. — En colores.— Cof>
explicación.— Escala de 30 varas castellanas los 103/4 centímetros.— 64 X 48 1/2 centímetros.—
Estante i03.-r-Cajón 1.— iLegajo 17. (3) — Hay duplicado en este legajo.
Ii8
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
1782
247 «Vista de la Fachada pral. y cortes interiores de el Proyecto para
la Santa Yglesia Cathedral de la Nueva Goathemala.»
<*E< copia de su original á que me remito, y la saqué para dar cuenta á S. M. Nuera Goathe-
mala. Febrero 16 de 1782.» — «Marcos Ibañe$.» (Su rúbrica).— Con testimonio de autos remitidos
por el Presidente de Guatemala con carta núm. 479 de 4 de Diciembre de 1782. — En colores.—
Escala de 60 varas castellanas los 2t centímetros. — 64 ,< 48 centímetros.— Estante 103.— Cajón 1.
Legajo 17 (4) — Hay duplicado en este legajo.
1782
248 «Plano del Puerto y Ensenada de Truxillo, en la Costa de Ondu-
ras, lebantado en el mes de Marzo del año de 1782 por orden del Capitán
de Navio de la Real Armada y Comandante de la fragata Santa Matilde y
de las operaciones en esta Costa el Sr. D. Miguel Alfonso de Souza.»
En uno de sus ángulos hay un plano rotulado: «Plano del Puerto de Roatan, situado en la
parte del S. y Punta oriental de la Ysla de este Nombre.»— Por el Alférez de Navio D. Ramón de
Evia.— Remitido por el Presidente de Guatemala con carta núm. 392 de 17 de Abril de 1782. — Con
explic ición. — Escila para el plano de Truxillo de una milla maríüma de 60 en grado los 4 cen-
tímetros.—Id. id. del Puerto de Roatan, 8 1/4 centímetros.— 71 1/2 X 5' centímetros.— Estante 104.
Cajón 5.— Legajo i5. (3) — Hay duplicados en el Est. 100. — Caj. 4. — Legajo 3. (1)
1782
249 «Prespectiva de Roatan con sus Baterías, Población y Cituacion
(sic) en que se aliaban el dia 16 de Marzo de 1782 los Buques de la expedi-
ción que al mando del Sr. D. Matías de Galbes Mariscal de Campo de los
Reales Exer.tos de S. M. Presidente de los Reynos de Guatemala y Capi-
tán Gral. del Ex.t0 de Operación, que con la Esquadra del Mando del Ca-
pitán de Navio D. Miguel Alfonso de Souza salió del Pto. de Truxillo ei
14 del mismo.»
Con cirta núm. 6o del Presidente de Guatemala de 20 de Marzo de 1782.— En colores.— Con
explicación.— 53 X 23 centímetros.— Estante 100.— Cajón 4.— Legajo 3. (2)— Hay duplicado en el
Est. 102. — Caj. 5. — Legajo i5.
1783
250 «Plano que demuestra la situación y Detalle que contiene el Hos-
pital de San Juan de Dios de la Ciudad de Comayagua.»
Por el ingeniero D. Juan de Ampudia y Valde%.— Comayagua 6 de Agosto de 1783.— Forma
parte de un teuimonio de auto* sobre la fábrica de dicho Hospital remitido por el Presidente
de Guatemala con carta núm. 14 de 31 de Agosto de 1785. — Lleva el núm. i.-En colores.— Con
explicación.— 66 X45 centímetros.— Estante 101— Cajón 1.— Legajo 2. (1)
1783
251 «Plano, y Perfiles que demuestran el Proyecto para un Hospital
que de orden de S. M. se ha hecho para la Ciudad de Comayagua.
REVISTA DE ARCHIVOS I 10,
Por el ingeniero D. Juan de Ampudia y Valde^.— Comayigua 6 de Agosto de 1783.— Formt
parte dd testimonio de autos sobre la fábrica de dicho Hospital remitido por el Presidente de
Guatemala con carta núm. 14 de 31 Agosto de 1785.— En colores.— Con explicación.— Llev» el
núra. 2.— Escala de 21 varas los 9 centímetros.— Otra de 9 tuesas los 8 centímetros.— 45 X 66 cen-
tímetros.—Estante 101.— Cajón 1.— Legajos. (2)
1783
252 «Plano en que se procura manifestar el estado en que se halla en
el dia de la fecha el Reducto Batería que de orden del M. Y. S. Brig.r de
los R.s Extos., Presid.te Gov.r y Capn. Gral. de este R.no de Guatemala
D.n Josef Estacheria se está erigiendo en esta Ciudad de Granada á orillas
del Gran Lago de Nicaragua.»
Granada 24 Diciembre de 1783.— Josef Marta Alejandre. (Su rúbrica.)— Remitido por el Pre-
sidente de Guatemala con carta núm. 137 de 6 Enero de 1784.— En colores.— Con explioción.—
Escala de i5 varas castellanas los 7 centímetros.— 37 X 24 centímetros.— Estante »oo.— Cajón 4.—
Legajo 4.
1784
253 «Plano del Palacio Arzobispal de la Nueva Guatemala de la
Asumcion, formado para el II. mo S.or D. Cayetano Francos y Monroy, en
la fachada que mira al Poniente de la Plaza Mayor.»
Nueva Guatemala 13 Octubre 1784 — Por Antonio Bernasconi.— Forma parte del testimonio
de un expediente sobre la materia remitido por el Presidente de Guatemala con carta núm. 10
de 22 Marzo 1785. — En colores. — Con explicación— Escala de 5o varas castellanas los 12 centí-
metros.—5o x 77 centímetros.— Estante 101.— Cajón 1. — Legajo 2. (3)
1784
254 «Plano bajo, en la parte posterior del Palacio Arzobispal.» (Nue-
va Guatemala.)
13 Octubre de 1784.— Por Antonio Bernasconi. —Forma parte del testimonio de un expediente
sobre la materia, remitido por el Presidente de Gaatemala con c irta núm. 10 de 22 Marzo 1785.—
En colores. — Con explicación.— 21 X 27 centímitros.— Estante 101.— Cajón 1.— Legajo 2. (4)
1784
255 «Plano Topográfico de cien varas en quadro de la Mangana asig-
nada donde se proiectan construir casas de Oficinas Reales que es el que
abraza el color pajizo; Oficinas de Caxa Real que es el verde; Casa de Yn-
tendencia que es el carmín; Ydem de Aduana con vivienda de Oficiales
que es el celeste; é Ydem de color de madera, de la Renta de Tavacos»,
etcétera, etc. (De San Salvador.)
Por D. Pidro Guerrero.— Forma parte de unos autos sobre la plantificación de oficinis, ador-
no, utensilios y demás, relativo á la Intendencia de S»n Salvador, remitido por la Ju ita Su-
perior de Reil Hacien Ja de Guatemala con carta núm. 14 de i.° de Octubre de 1788. — En colores.
Con explicación — Escila de 40 varas los 14 t/2 centímetros. — 66 X 4^ centímetros. — Estante toi.
Cajón 1. — Legajo 6. (2)
120
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
1784
256 Dibujos hechos á pluma de las Ruinas de las inmediaciones del
pueblo de Palenque, provincia de Chiapa.
Con informe acerca de las mismas del Alcalde mayor de dicho pueblo D. José Antonio Cal-
derón de i5 de Diciembre de 1784, re nítido por el Presidente de Guatemala con cart i núm. 341
de 13 de Febrero de 1785.— Estante 100.— Cajón 4.— Legajo 8.— Hay duplicado en el Est. 101. —
Caj. 3.— Leg. 21,
1785
257 Mapa del territorio donde estaban situadas las ruinas llamadas de
Palenque en la Provincia de Ciudad Real de Chiapa.
«Nueva Guatemala 13 Junio de iy85.v>— Antonio Bernasconi (su rúbrica). — Remitido por el
Presidente de Guatemala con carta núm. 432 de 26 de Agosto de 1785. — Lleva el nún. 1. — En co-
lores.— Con explicación. — Escala de 700 varas castellanas los 10 1/4 centímetros. — 64 X 42 centí-
metros.— Estante 101. — Cajón 3. — Legajo 21. (2)
1785
258 Diseño de casas, plano y corte de las mismas, de las ruinas de una
gran Población en el sitio llamado del Palenque en la Provincia de Ciu-
dad Real de Chiapa.
Nueva Guatemala 13 Junio de 1785. — Antonio Bernasconi.— Remitido por el Presidente de
Guatemala con carta núm. 432 de 26 de Agosto de 1785.— Lleva el núm. 2. — En co'ores.— Con ex-
plicación.—Kscala de 30 varas castellanas los 14 centímetros.— 46 X Z3 centímetros.— Estan-
te 101. — Cajón 3. — Legajo 21. (3)J
1735
559 Dibujos de algunas figuras y adornos de las ruinas llamadas de
Palenque en la Provincia de Ciudad Real de Chiapa.
Nueva Guatemala 13 Junio de 1785.— Antonio Bernasconi.— Remitido por el Presidente de
Guatemala con carta núm. 432 de 26 de Agosto de 1785. — Lleva el núm. 3. — A dos tintas. — Con
explicación. — Escala de 2 varas castellanas los 6 1/4 centímetros. — Estante 101.— Cajón 3.— Lega-
jo 21. (4)
1735
280 Plano del Palacio de las ruinas llamadas de Palenque en la Pro-
vincia de Ciudad Real de Chiapa.
Nueva Guatemala 13 Junio de 1785.— Antonio Bernasconi. — Remitido por el Presidente de
Guatemala con carta núm. 432 de 26 de Agosto de 1785. — Lleva el núm. 4. — Escala de 60 vara»
castellanas los 13 centímetros.— 46 X 32 centímetros.— Estante 101.— Cajón 3. — Legajo 21. (5)
1785
261 «Plano y vista de la Plaza y fachada de los Cajones y Pila que se
mira al Norte de la Ciudad de Guatemala Capital del Reyno.»
Por el delineador de Arquitectura D. Antonio Bernasconi.— Remitido por el Presidente de
Guatemala con carta núm. 487 de 14 de Diciembre de 1785.— En colores.— Escala de 20 var >s cas*
tellanas los 6 1/2 centímetros.— 71 X 66 centímetros.— Estante 100.— Cajón 6.— Legajo 14. (3)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS" L2I-
1785
262 «Plano y vista da la Pila que se ha de construir en la Plaza ma-
yor de la Nueva Guatemala.»
Por el delineador de Arquitectura D. Antonio Bernasconi.— Remitido por el Presidente de
Guatemala con cirta n j ti, 487 d¿ 14 de Diciembre de 1785.— En colores.— Con explicación.— Es-
cala de 10 varas castellanas los g centímetros. — 37 X 5o centímetros. — Estante 100. — Cajón 6.—
Legajo 14. (4)
Sin fecha (¿1785 á 1804?)
263 «A Draught of the Windward Coast, of the Mosquito Shore From
Point Paltuck, to St. Iohns, and Continuad on the Spanish Main To Es-
cuda Veragua with the Islanis, Keys, Shoals Adjacent, By Gaptain Ste-
phen Field.»
«Sold by I. Mount &.a T. Page on Tower HUÍ.»— Sin fecha.— Con expediente de la Costa de
Mosquitos de 1785 á 1834.— Grabado.— Con explicación.— Comprende desde 9 á 18 grados de La-
titud Norte.— 46 X 58 centímetros.— Estante 101.— Cajón 5. — Legajo 2.
1787
264 «Plano de la Nueva Ciudad de Guatemala.»
27 Marzo de 1787.— ¿Por el fontanero Consuegra?— Forma parte de un testimonio de los
autos s^bre la incorporación á la Real Hacienda del ramo de aguas de la Ciudad de Gu .témala.
En colores. — Con explicación. — Escala de 400 varas los 6 centímetros.— 75 X 5o centímetros. —
Estante 101.— Cajón 4.— Legajo 14.— Hay duplicado en el Estante 103. — Cajón 1.— Legajo 29.
¿1787?
265 Plano de la Nueva Ciudad de Guatemala.»
Forma parte de un expediente promovido por el Ayuntamiento de Guatemala, remitido por
el Presidente con carta núm. 40 de 23 de Diciembre de i7S>. — En colores. — Con explicación.— Es-
cala de 300 varas los 5 centímetros.— 84 X 53 centímetros.— Estante 100.— Cajón 4.— Legajo 13. (1)
1788
266 Plano del Convento de Monjas de la Concepción de la Ciudad Real
de Chiapa, hecho por orden de D. Francisco Saavedra y Carvajal, Inten-
dente de la Provincia en 25 de Abril de 1778.
Con testimonio remitido por el Presidente de Guatemala con carta núm. 23 de 28 de Julio
de i7>8. — Hecho á pluma. — Con explicación. — Escala de 110 varas castellanas los 17 3/4 centíme-
tros.— 19 X 28 centímetros. — Estante iod. — Cajón 4. — Legajo 13. (2). — Hay duplicado en el Estan-
te 101. — Cajón 3. — Legajo 21. (1)
1792
267 «Plano y perfil que demuestra, en una porción, el Proiecto bajo
el que se sigue la fábrica de esta Santa Iglesia Catedral de Guatemala.»
Por D. Josef de Sierra. — Forma parte de unos autos; «sobre que la fábrica de la Catedral se
concluía en lugar de madera y texa, de Bóbeda»... remitidos por el Presidente de Guatemala
123
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
con c^rta núm. 6 de 2l Junio de 1792. — En colores.— Lleva el núm. 1.— Escala de i5 varas los 12 1/4
centímetros.— 47 X 37 centímetros.— Estante 103.— Cajón 1.— Legajo 17. (1)
1792
283 «Plano y perfiles que manifiestan en una parte el proiecto que se
propone para cubrir de Bóvedas esta Iglesia Catedral.» (Guatemala).
Por D. Joscf de Sierra.— Forma parte de unos autos, «sobre que la fábrica de la Catedral se
concluía en lugar de madera y tcxa, de Bóbeda»... remitidos por el Presidente de Guatemala con
cart 1 núm. 6 de 2\ Junio de 1792.— En colores.— Lleva el núm. 2.— Escala de i5 varas los 12 1/4
centímetros. — 47 A 37 centímetros. — Estante 103. — Cajón 1. — Legajo 17. (2)
1792
253 Mapa áz la parte ds America comprendida dssde 20 grados de
Latitud Sur a 25 de Latitud Norte y entre 245 y 301 grados de Longitud
Oriental. (No se fija el meridiano).
Por el norte contiene li cost i desde Cartagena de Indias hasta el Seno Mexicano, Isla de
Cuba y parte de la de Jamaca, y por el Sur desde Lima hasta California.— Acomp. nado de un
memorial de D. Pablo Juan de Maña, Tesorero Jubilado de Guatemala; exponiendo las provi-
dencias que se podrían tomar para frustrar los designios de Inglaterra de apoderarse de Nica-
ragua, &.a— Al pie se lee: «P. J. M. I). Fccit, en Goathemala Año 1792.»— En colores.— 41 x 29 cen-
tímetros.— Estante 101. — Cajón 7. — Legajo i5.
1792
270 «Plano ideal del Rio Motagua, Costa de O.noa, Golfo y Rio de
Honduras.»
Forma parte c"e un impreso rotulado: «Relación del Reconocimiento que de orden del Exce-
lentísimo Sr. Presidente Gobernador y Capitán general D. Bernardo Troncoso practicó el inge-
niero ordinario D. Antonio Porta en la costa comprendida desde Omoa hasta la Punta de Ma-
nambique; y desde la Barra del Río Motagua hasta donde se le une el de Chicosapote á 14 leguas
de la Ciudad de Guate. nala. Con superior permiso, en la Oficina de D. Ignacio Beteía 1792.»—
En colores. — Con explicación. — 38 X 2^ centímetros. — Est.mte 102. — Cajón 6. Legajo i5.
1795
271 Vista de la Nueva Población de San Fernando de Guadalupe en
el Salto de Agua del Río Tulijá, que lleva su corriente á las lagunas de
Chichicaste y de Términos. (Provincia de Chiapa).
Con expediente sobre su fundación por el Intendente D. Agustín de Qüentas. — En la parte
superior tiene el dibujo de una i nigen di la Virgen. — En colores. — 301/2X21 centímetros. —
Estante 100. — Cajón 3.— Legajo 14.
1798
272 Mapa de la parte de la Provincia de Comayagua ú Honduras en
que habitan los indios Xicaques.
Re nítido por el Gobernador D. Ramón de An guiano con informe de i.° de Julio de 1798. — -
Hecho á pluma. — Esc da de 30 legu <s los 5 1/2 centímetros. — 28 X '9 centímetros. — Estante 101. —
Cajón 1. — Legajo 18.— Hay duplicado en el Est. 100. — Caj. 5. — Leg.° II.
REVISTA DE ARCHIVOS 123
l800
273 «Plano y elevación de un Ingenio para moler metales, construido
á expensas del Gobernador Intendente de Comayagua D. Ramón de An-
guiano; el qual se establece en el Mineral de Plata y oro del Tabanco,
Provincia de San Salvador para adelantamiento de la Minería en los do-
minios de S. M.»
Con informe explicativo del plano, y carta de D. Ramón Anguiano de 25 de Abril de 1800.
En colores.— Esc la de 7 varas los 12 centímetros.— 41 X -° centímetros.— Estante 102. — Cajón 2.
Legajo 20. — Hay duplicado en este legajo.
I8OO
274 «Bosquejo hodome'trico del espacio que media entre los extremos
de la Provincia de Suchiltepeques y la Capital de Guatemala, para dar
una idea del nuevo camino abierto y costeado por D. José Rossi y Rubí,
Alcalde Müyor de dicha Provincia de orden superior, año de 1800.»
Con testimonio del expediente instruido para abrir camino que facilite la comunicación con
México, remitido por el Presidente de Guatemal i c ,n c.irta núm. 33 de 3 de Mayo de 1802.— En
colore^. —Con explicación.— Escala de 10 leguas de 25 en grado los 6 centímetros.— 34 x 20 cen-
tímetros.— estante 100.— Cajón 5. — Legajo 25.
Sin fecha (Siglo xvm.)
275 Croquis de un trozo de la Laguna de Nicaragua, con las entra-
das de los Ríos San Juan y Frío.
-Anónimo y sin fecha. — Hecho á pluma. — 21 x i5 centímetros. — Estante 100.— Cajón 3.— Le-
gajo 13. (2)
I8I2
273 Diseño de una columna de marmol y bronce, de i5 varas de alto
que se había de colocar en la plaza de Comayagua para conmemorar el
día de la proclamación de la Constitución.
Estante 100.— Cajón 6.— Legajo 14. (2).
I8I5
277 Mapa de la costa de Guatemala desde el Puerto de Truxillo hasta
la Colonia inglesa de Walis.
Con informe sobre los progresos de esta Colonia del Intendente de Comayagua D. Juan An-
tonio de Tornos de 21 de Septiembre de i8r5.— Por D. Juan Antonio de Tornos. — Con explica-
ción.— 36 x 25 centí.netros. — estante 102. — Cajón 4. — Legajo 14.
I8l8
278 «Plano en Croquis de la Provincia de Chiapa ó de Ciudad Real
con parte de las de Oaxaca, Tabasco y Campeche, colindantes con la pri-
mera, con objeto de manifestar la relación de linderos que tienen entre sí
y con aquella.»
124
REVISTA DE ARCHIVOS
Con «testimonio del Expediente rotulado sobre un plan de comercio del Reyno de Guatema-
la con este y la Habana», remitido por el Virrey de Nu^va España con carta núm. 949 de 31 de
Enero de 182a— Se marcan los linderos de Guatemala con Nueva Españ 1 y los de cada uní de l^s
expresad is provincia?.— En colores. —Según consta del te;timonio, este mapa fué enviado por
el Presi Jente de Gu ítem ila D. Carlos Urrutia, al Virrey de Nueva España el año 1818.— 82 x 54
centímetros. — Estante ioo.— Cajón 6. — Legajo 16. (2)
l820
279 «Diseño en colores cte la fachada da la Casa Consistorial de Co-
mayagua de la Provincia ds Honduras, fabricada á expensas del Licen-
ciado D. Juan Nipomucsno Fernandez Lindo, con objeto de que las elec-
ciones se celebren con la mayor ostentación.»
Con carta del Ayunta nicnto constitucional d¿ Coniyagui di 21 de Noviembre de 1820,
acompañada del diseño de la columna, en colores, de 22 vara-; de altura, que se fabricó para
conmemorar la jura de la Constitución. — Estante 100. — Cajón 6. — Legajo 16. (1)
I869-1877
230 «Mapa de América Central, Costa Oeste, Nueva Granada, Costa
Rica y Nicaragua, dssdi Punta Mariato hasta el Puerto Realejo, según
los datos más fidedignos nacionales y extrangeros.»
«Publicada de orden del Almirantazgo por la S:c.MÓn de Hidrografía. Madrid 1853.» — «T.
Bryant lo construyó y dilineó.» — :<P. fl>rtij><>3 lo _;r ibó. >— :<9. liregrante g.° la letra.»— «Co-
rregida en 1877.» — Carpeta de mapas d.-l Archivo Gener.il de Indias. (5)
1892
281 «Mapa Histórico geográfico dz Costa Rica y del Ducado de Vera-
gua, por D. Manuel M. de Peralta.»
«Madrid 1832.» — «Edición especial para el 4.0 Centenario del Descubrimiento de América.» —
«José Riudavest y Tudury, lo gr ibó »— «3ruselas. Instituto Nacional de Geografía.» — «P. Guffart
Gr.» — Carpeta de mapas del Archivo General de Indias. (6)
Pedro Torres Lanzas.
LA BIBLIOTECA DFX BUEN CONDE DE HARO
CARTA ABIERTA
AL SEÑOR DON A. PAZ Y MELIA
II
Decíamos, señor, que habían contribuido al engrandecimiento y es-
plendor de la librería de la Cartuja, enriqueciéndola con nuevas y nu-
merosas dádivas áz manuscritos é impresos, dos personajes principalmente
porque la tradición del fundador del piadoso establecimiento se continuó
por largo espacio en muchos de sus descendientes y sucesores; y fueron
BIBLIOTECAS Y MUSEOS .125
• aquéllos, cada uno á su modo, con progresiva soltura y desembarazo, don
Pero' Fernández de Belasco y doña Juana de Aragón, la excelente ' se-
ñora, hija del rey Católico.
D. Pero Fernández de Belasco, el segundo Conde de Haro y primer
Condestable 2 de los de su apellido por merced del rey D. Enrique, fecha
del año 1473, es personaje sobradamente conocido por la parte que tuvo
en todos ó casi todos los sucesos de más bulto de su tiempo: conocimiento
y notoriedad que nos eximen de la pena de tratar de su persona y hechos,
siendo éstos tan grandes y sonados con la prolijidad y largura que sus
prendas y andanzas piden de consuno, faltándonos espacio para ello den-
tro de las proporciones de este estudio.
Debió de nacer este magnate en la villa de Medina de Pomar, como su
padre y abuelo, en el suntuoso alcázar de sus mayores, donde las incle-
mencias de tantos inviernos metiéndose por los claros que les dejaban
abiertos los ojivos ventanales, desvencijados portones y derruidos techos
han conservado entre fina menuda labor de mudejar yesería, en los frisos
que recorren los muros y sobre las fingidas admirables celosías al gusto
1 Parecía que este dictado se dio por excepción á doña Juana de Castilla la Beltraneja, y no
€5 así; se les dio á todas las bastardas del rey Católico, como puede observarse en los escritos y
documentos de aquel tiempo. Véase Henao-Cantabria. Moreno Curiel, Catálogo de las Abade-
sas de Burgos. Don Martin de Salinas, Cartas sobre la corte de Carlos V.
2 De lo que era esta dignidad, sus prerrogativas y oficios nos da clara idea el razonamiento
de D. Alonso de Belasco, tío de nuestro Condestable, cuando se confirió este empleo á D. Miguel
Lucas de Iranzo; diré así:
«...A su Señoría (el Rey) place de vos constituir, imponer, establecer y nombrar para en toda
vuestra vida por su condestable, presidente, doctor e governador de todas sus huestes e exer-
citos e lexiones e reales de Castilla e vos da todo su poder bastante e complido, para que de aquí
adelante presidiendo podades rexir, gobernar e disponer e ordenar todas sus huestes e exercitos
e lexiones por doquier que vayan e estén ansy en estos reynos como fuera dellos e para que vos
mismo e por vuestro lugartheniente podades exercitar, usar e administrar la jurisdición civil e
criminal, alta e baja, mero e mixto imperio en todas las dichas huestes e exercitos e lexiones e
reales doquiera que estuvieren e por doquiera que fueren, oyendo, librando e definiendo por vos
, o por vuestro lugartheniente todas las questiones e devates, causas e pleitos ansi civiles como
criminales que se recrecieren como quier e en qualquier manera e entre qualesquier persona
de qualquier ley, estado, condición, preheminencia e dignidad que sean. En señal de lo qual
vos da e entrega este bastón con el qual es su merced e voluntad que rixades e administrades
las dichas sus huestes e exercitos e lexiones como dicho es e usedes e exercitedes la dicha su
justicia, e por la tradición e entregamiento del vos da e entrega la posesión della e manda a los
Infantes, Duques, Condes, Marqueses, Maestres, Ricoshomes, Priores, Comendadores, Subco-
mendadores, Alcaydes de los Castillos y Casas fuertes e llanas e a qualesquier sus Capitanes e
Caudillos ansi generales como especiales que agora son y serán de aqui adelante, e al su Alfé-
rez mayor del su pendón real e a los otros Alféreces de sus devisas e insignias; e a los sus Ma-
riscales que de aqui adelante vos ayan e tengan e ocaten por su Condestable dando vo% e con-
sintiendo vos siempre llevar la vanguardia de las dichas sus huestes e exercitos e batallas e
-lexiones a la entrada e a la retaguardia a la salida e usen con vos en el dicho oficio e con
vuestros alcaldes, alguaciles e lugarthenientes e otros oficiales qualesquier; e pongan e quiten
por vuestra ordenanza e mandado los sitios e reales do quier que lo mandaredes e dixerédes.-*
Memorial hist. esp., tomo VIII.
126 REVISTA DE ARCHIVOS
de Granada ' en amoroso y compasivo consorcio los blasones de los Be-
lascos y de los Sarmientos 2, alternando en graciosa subordinación y de-
pendencia con las armas reales de Castilla, puestas allí como en jefe y no
por un capricho del artista ó maestro aldrije que dispuso la traza de la
obra, sino con significación más alta y adecuada á modo de sanción de
aquella arrogante muestra de las mercedes enriqueñas 3.
El punto y hora, ó lo que es igual, la techa del nacimiento del Con-
destable no la sabemos, pero sí se colige de algunos antecedentes que no
pudo nacer, bien pensado, ni mucho antes del año mil cuatrocientos vein-
tinueve, ni después del mil cuatrocientos treinta y uno 4: entre estas dos
fechas andará la de su advenimiento. Se sabe que se educó con esmero
bajo la vigilancia de su padre; que fué muy letrado y buen humanista,
como lo prueba el caso poco frecuente entonces como ahora de haber leído
con aplauso en Salamanca en competencia con los más famosos maestros
de aquella escuela 5. Y esto cuando apenas le sombreaba la barba; entre
los años cincuenta al cincuenta y cinco de aquel maravilloso centenario.
La afición al estudio de que dio raro ejemplo el aventajado doncel
desde sus primeros años, podía atribuirse á la benéfica influencia de lo
i De las muestras del arte mudejar, muy extendido en la provincia de Burgos, la "más aca-
bada es 1» que ostenta el Alcázar de Medina, tanto, que excede en belleza á la ornamentación
del salón llamado de embajadores del Alcázar de Sevilla y su patio de las muñecas y á todo lo
que se admira en la Alhambra de Granada.
2 Los veros de los Belascos y los róeles de los Sarmientos en memoria de Pero de Belasco el
Viejo y de doña Alaría Garci Sarmiento, su mujer.
3 En los escudos de armas que ostentó el segundo Conde de Haro puso la bordura de casti-
llos y leones á los veros tradicionales de Agustina y Visjueces solares de su oriundez: dicen que
por descender de D. Enrique de Trastamara, de quien era biznieta doña Beatriz Manrique
madre del Conde, é hija y nieta al respective de doña Leonor de Castilla, mujer del Adelantado
Pero Manrique y del Infante D. Fadrique, Duque de Benavente. Pero en el Alcázar de Medina
el alto emblema que adorna los moriscos frisos no reza con la progenie del magnate que espensó
la fabrica. Todo lo más que puede suponerse es que declara el cargo de Justicia mayor de Cas-
tilla Vieja (oficio distinto y separado del justiciasgo mayor de la casa del Rey) que los Belas.os
tenían en juro de heredad desde el reinado de S n Fernando.
Cantón Saladar añade que en alguna época llevaron los de Belasco las -spas de San Andrés
como bordura de sus armas, y esto no es rigurosamente exacto; las usó por primera vez el buen
Conde de Haro á devoción suya y no siempre, sino después que inventó la orden de la Vera Cru$.
En la fachada de la casa cabezalera de Burgos, llamada la Casa del Cordón, se ven las aspas
interpoladas en la crestería que corona el edificio y remata el bulto del apóstol; alguien ha su-
puesto que en memoria del vencimiento de Baeza que fué un día de San Andrés, pero nada más
inverosímil y caprichoso. La estatua y las aspas están allí por una tradición de familia, por los
respetos de un hijo que quiso honrar de este modo la memoria y devociones de su padre.
En la misma casa y entre los blasones de los Belascos y de los Mendosas de la Vega, sobre
el famoso cordón que los cobija bajo un sol flamante, se destacan las armas reales de Castilla,
indicando la dignidad de Vi^orey y la jurisdicción que tenía el Condestable al tiempo de le-
vantarse la fábrica.
4 'La fecha probable del casamiento de sus padres y su condic'óa de primogénito.
5 Prescott, Hist. de los Reyes Católicos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 27
que ha dado en llamarse medio-ambiente, á la atmósfera de saber que,
partiendo de la Corte, aumentaba cada día y se extendía por todas partes,
si la aplicación y dotes de su propio padre no la justificasen cumplida-
mente. En efecto, con D. Pero Fernández de Belasco compitieron en dis-
creción y conocimientos de las letras clásicas los más grandes señores sus
coetáneos: quién, como D. Enrique de Aragón, tradujo la Eneyda y la
Rhetorica nueva de Tullio; quién (el Obispo de Burgos) los tratados de In-
ventione y de Senectute de Cicerón, las Declamationes de Marco Anneo
Séneca y las obras de Lucio, amén de escribir las Declinaciones sobre las
Ethicas de Aristóteles; cuál otro trasladaba los Proverbios de Séneca y la
doctrina de Aristóteles tomada de los Comentos de Averroes (Fernán Díaz
de Toledo); otros vertían de Gramática en vulgar la I liada (Juan de Me-
na), y las Epístolas de Séneca (Fernán Pérez de Guzmán); otros, en fin,
acomodaban á la sencillez y rudeza de la romancial texedura, exprimién-
dolos lo mejor que sabían, los escritos de Salustio (Vasco de Guzmán), las
Fábulas de Esopo (Ysopete Ystoriado), la Udisea de Homero (Pero Gon-
zález de Mendoza), las Mhetamorphosis de Ovidio, las Hestorias de Oso-
rio, el libro de Re militari de Frontino y los Comentarios de César; y
todos ellos, manteniendo entre sí, y con los sabidores sus vecinos de Por-
tugal ', el dulce comercio que decía D. Alonso de Cartagena, ministraron
á porfía con las sotile^as de sus traslados, glosas y questiojies abundante
materia para la educación literaria de la generación que les iba á la mano.
No obstante la atmósfera que dejamos anunciada, y que mejor que
nadie reproduce el Sr. Amador de los Ríos 2, corría en aquel tiempo muy
autorizada la especie de que abastaba al caballero saber leer et escrevir 3,
y es lo crerto que ninguno de los sobredichos del Marqués de Santillana
para abajo, á excepción del Obispo D. Alonso, se arriesgó á poner Cathe-
i La corte de Lisboa secundaba con gran calor el movimiento literario de los demás estados
de la Península. Y así como en Aragón el propio D. Alfonso V se ponía a la cabeza del renaciente
clasicismo y en Navarra el Principe de Viana, en Portugal d^ban gentiles muestras de su aplica-
ción á las letras el rey D. Duarte y los infantes D. Pedro y 1). Enrique, cada uno según sus aficiones.
Del infante D. Pedro son las tr ducciones de los libros de Ofjiciis, de Re militaris y de Redi-
me Principum (de Gilíes de Colonna ó Romano) compuesto para la educación de Felipe el Hermo-
so, de Francia. Y por este mismo tiempo traducía D. Carlos de Navarra las Ethicas de Aristóteles.
No podemos pasar en silencio el reciente descubrimiento del Sr. Menéndez Pidal que viene
á confirmar la idea que dejamos expuesta acerca de la comunicación que mantuvieron los doc-
tos castellanos y portugueses durante toda la decimoquinta centuria. Un portugués (anónimo)
componía en el año mil cuatrocientos cuatro la Coránica general de España, parte en nuestro
romance y parte en lusitano, aprovechando retazos anteriores de procedencia portuguesa.
Véase el núm. 7, año Vil de 1 1 Revista de Archivos.
2 Historia critica de la Literatura Española.
3 D. Enrique de Aragón. Trabajos de Hércules.
■.128 REVISTA BE ARCHIVOS
dra para aleccionar á la muchedumbre. Y no se puede decir como el
erudito Capmany enseña que estuviese dormida entretanto la nobleza del
esclarecido mancebo á quien tan altos lugares tenía reservados la fortuna,
sino al contrario, para que no se amodorrara con la quietud y olvido de
las obligaciones de la sangre, se adiestró desde niño en los ejercicios de la
guerra con el tropel de pajes y criados nobles, hijos de nobles de las re-
públicas de Castilla Vieja á quienes de tiempo atrás acostumbraba hacer
gentil acoximiento la casa de Belasco, según consta de las declaraciones
prestadas por el vehedor Herrera y el aposentador Juan Diez de la Peña,
naturales de las merindades, apoderados y personeros de las mismas, en
un proceso célebre sobre competencia de jurisdicción seguido á instancia
de sus concejos contra las pretensiones del Condestable que á su decir no
tenia cosa mejor asentada en su mayorazgo l. Su primer paso de armas,
salvo algún encuentro ó escaramuza anteriores, fué, sin duda alguna, el
asedio y rendición de Frías 2 en el año 1450 por resistirse aquella villa á
•reconocer el señorío del Conde de Haro. Podría contar entonces D. Pero
Fernández de Belasco veinte años poco más ó menos.
A la hora de la siesta del 2 de Junio del año 1453, día memorable del
desastroso fin y acabamiento de D. Alvaro de Luna, encontramos á D. Pero
de Belasco en Valdestillas camino de Valladolid, acompañándose de su tío
D. Hernando de Belasco 3, como parece del tumbo llamado de Valdeiglesias.
Suceso es este de poca monta á primera vista, pero que aprueba y ro-
bustece lo que dejamos insinuado (en nota al margen) acerca del arte ó
1 Archivo general de Simancas. — Expediente de Hacienda. — Legajo 318. De Juan de Belasco,
padre del Conde de Haro, se sabe por testimonio de Fernán Pérez de Guzmán que tenia gran
estado y hacía grandes convites: acogía y llevaba bien á los hijos-dalgo: que era franco orde-
nadamente: tenía gran casa de Caballeros y Escuderos. Generaciones y Semblanzas.
Por lo que toca á las usurpaciones y desafueros de la casa de Belasco, venían de muy anti-
guo, y no sin que á las veces obligasen á la corona á proveer sobre la materia. Reales provisio-
nes de Medina del Campo, Diciembre de 1380, á instancia de los monasterios de San Salvador
de Oña, Santo Domingo de Silos y Santa María de Rioseco para que les devolviesen lo que les
tenían usurpado.
Á la muerte de Juan de Belasco se levantaron, las merindades en son de protesta contra el
señorío de la Casa: sofocó el movimiento D. Pero de Belasco, su hijo, por la suerte de las armas y
su habilidad en negociar, pero en la primera coyuntura, cuino dicho es, se reprodujo el pleito.
2 El señorío de Frías (y el de Cerezo) había sido anteriormente de la casa de Stuñi¡_a. El
Conde de Haro declara en su testamento que ganó este señorío, y así se deduce de la escritura
de reforma de la Cuarta de Medina de Pomar.
3 Este personaje merece una salvedad. Algunos cronistas, y Lope García de Salazar entre
ellos, le tomaron más de una vez por hijo del Buen Conde de Haro, siendo así que fué su her-
mano hijo de Juan de Belasco y de doña María de Solier, Señora de Villalpando, Siruela y Gan-
dul. Estuvo casado con doña Leonor Laso Carrillo, hija de Alvaro Carrillo, Mayordomo mayor
que fué de la infanta doña Catalina y de doña Teresa de la Vega, hija á su vez del Almirante
D. Diego Hurtado de Mendoza y de doña Leonor de la Vega.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 2g
parte que pudo caber al Conde de Haro en la tremenda caída del poderoso
Valido de D. Juan II. Dice así la relación de Fr. Alonso de Quiriales in-
serta en el libro del coro pequeño al fin del. (Tumbo de Valdeiglesias.)
«Viernes primero dia del mes de Junio, año del nacim.to de ntro. Reden. r
y Salvador Jesuxpo. de 1453 años: estando el R.do P.e Abbd. de este
mon.° en la Corte del esclarecido por virtud divinal e magnánimo impe-
rante Rey Don Juan el qual á la sacón era sobre Maqueda, el dho. R.do
D. Alfonso P.e abbd. embio una carta con Alfonso Martínez clérigo abbd.
de las Rocas. El jueves en la noche de antes, llegó a este mon.° acerca de
media noche. La qual carta se enderecaua al R.do D. Alonso Matatoros
el qí. á la sacón era abbd. de este mon.° de S.a Sta. Maria de Valdeyglas:
en la ql. le mandaua qe luego vista la presente enviase un mensagero
rnonge á Vall.d para qe encargase la co?icien.a á D. Alv.° de Luna maes-
tre de Santiago condestable de Castilla sobre la Vi.a de San Martin que la
mandase volver á este mon.° El dicho S.r D. Alonso Matatoros no estaua
en el dicho mon.° Y el viernes partimos del dno. mon.° E amanecimos en
San Martin qe era ende el S.r abod. y fr. Ñuño del mayorazgo y el dicho
clérigo de las Rogas e io fr. Alonso de Quiriales dimos la carta al S.r abbd.,
el qual mando que yo el dho. fr. Alonso fuere á Vall.d E parti luego e fuy
á dormir entre Pajares y Arevalo: y el sábado fuy á comer á Valdesti.as
E allí supe como hauian degollado e cortado la cabera al maestre: e su-
pelo de Escuderos de Ferrando de Velasco e de Escuderos de su sobrino
P.° de Velasco jijo del Conde de Furo que venia á la Corte. E yo después
de comer parti, e llegue á Valladolid e entre por la puerta del Campo e
luego en la placa talle á fr. Alonso de Vrueña que estava en la dha. Vi.a
en el estudio con otros dos monges de la Espina á los quales llamauan
fr. García amos á dos. E dijome catad allí al maestre; el qe estaua el
cuerpo tronco en un cadafalso en la dha. plaga e la cabega en un clavo
qe estaua encajado en una bara.» (Boletín de la Real Academia de la His-
toria.)
; '<
Tuvo por su mujer los señoríos de Cervera y merindad de Pernia y por su madre el de Si-
ruela. Se dice de este magnate un curioso lance que dio á conocer Oviedo en sus Quinquagenas
y reprodujo Amador de los Ríos en su Historia de los judíos. Parece que caminando de Córdoba
á Valdeiglesias se adelantó á su gente y llegó solo á la venta del Mal-lunes, donde topó con
cierta tropa de rufianes que tomándole por judío se burlaron de él dándole floreadas en las
narices, que las tenía grandes. D. Fernando soportó las burlas y aun dio de cenar abundante-
mente á Jos malsines entre tanto llegaban los hombres que le seguían y entonces hizo salir a)
ventero y su mujer de la vivienda, y prendiéndola fuego, ardieron dentro de ella los rufianea y
sus mozas que estaban todos borrachos. Los miserables que intentaban salvarse eran empujados
á las llamas con los cuentos de las lanzas de la despiadada soldadesca.
3."* KPOCA.— tomo ix. 9
I 30 REVISTA DE ARCHIVOS
Pensaríamos con reprensible sencillez si entendiéramos que las nuevas
de este atroz suplicio, universalmente descontado cuando vemos que asi
alborotaba los monasterios y despertaba la codicia de los frailes como con
admirable ingenuidad y desenfado nos advierte el oscuro cisterniense de
San Martín, cogió al de Belasco de sorpresa y al descuido en su camino:
es más verosímil que avisado á tiempo del ruido de Burgos cuando pren-
dieron al Maestre x cabalgaría sin detenerse hasta Valladolid por mandado
del propio Conde de Haro, que en estos años, cansado y trabajado de mu-
chos desengaños y no pocas desazones, residía en su villa de Medina de
Pomar, dando mano á la obra de su retiro y sepultura 2, desmintiendo
aquella vez al menos el refrán ó poverbio vulgar que decía: Cuando los
Peros van á una, mal para D. Avaro de Luna 3.
En el año 1455, mozo en toda la pujanza de la juventud, tomaba don
Pero Fernández de Belasco el gobierno de la casa de su padre; y con esta
representación en su calidad de Pariente mayor de los de su linaje, nota-
mos su presencia en los más de los encuentros y escándalos de los bandos
que azotaban esta parte de Castilla Vieja hasta la Costa del mar, las En-
cartaciones de Vizcaya y la Noble tierra de Álava, bien persiguiendo con
increíble saña y á favor del valimiento que le daba su lugar en la corte á
los Saladares de la Cerca y Muñatones 4, bien luchando con el favor del
Rey contra el Conde de Treviño y sus parciales los señores de las casas
de Moxica y Avendaño 5 en los campos de Munguia; sino que aquí le fué
1 Entre los caballeros que se encontraron en Burgos á la hora de la prisión del Maestre cita
la Crónica á mosén Diego de Valera, grande amigo del Conde de Haro.
2 El hospital de la Cartuja y la reforma de Santa Clara.
3 Refiriéndose á D. Pero de Stuñiga, Justicia mayor de Castilla y enemigo implacable del
Maestre y D. Pero Fernández de Belasco, Conde de Haro, que según andaban unidos ó desami-
gados subía ó bajaba la gradera del valimiento de D. Alvaro.
4 Lope García de Salazar, Bienandanzas e Fortunas.
5 Pedro de Avendaño, el de las armas encamisadas, y Juan Alonso de Moxica cabos y prin-
cipales mantenedores de los bandos Oñacino y Gamboino. La batalla tuvo lugar, según Iturri-
zar en su Historia de Vizcaya, aunque sobre esto hay variedad de opiniones, en 27 de Abril
de 1470. Ayudaron al Conde de Treviño, además de los susodichos y de Pero López ¿e Padilla
con sus langas y las de la casa de Lara, Lope García de Salazar con sus hijos y banderizos de
las encartaciones y los de Siones con buen golpe de señores de casas armeras del señorío y
muchos de sus naturales.
Favorecieron á D. Pero de Belasco el Rey, que no se recataba de ello por rencor que guar-
daba á sus vasallos, el Maestre D. Juan de Pacheco, Marqués de Villena, el Conde de Salinas,
que fué hecho prisionero en la batalla, D. Luis y D. Sancho de Belasco, sus parientes de este
apellido en el Valle de Mena (Belascos de Lezana, Gallardes de Ungo y Biergol, Machones de
Partearroyo, Villalabes de Nava, Ortes de Xijano con sus derivados y propincuos) y todos los
otros que seguían su apellido, con más las langas y saeteros de las merindades.
Antes, en tiempo de Enrique II, á solicitud de su valido D. Pero de Belasco el Magnifico, se
mandaron rebajar mutilándolas todas las casa-fuertes de los Salazariegos de Mena, Losa, en-
cartaciones y la Marina, que en j unto hacían treinta y siete torres.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
i3i
la suerte contraria y salió desbaratado y zaherido de las burlas de los viz-
caínos y sus aliados que le denostaban diciendo: Esta es Vizcaya, buen
Conde de Haro, esta es Vizcaya y no Beloradoü! »
ESCAPULARIO DE LA ORDEN DE LA «VERA-CRUZ» FUNDADA POR EL MAGNIFICO
SEÑOR DON PERO FERNÁNDEZ DE BELASCO CONDE DE HARO
(De la col. del limo. Sr. D. Julián de San Pelayo. Palacio de Nava de Mena.)
i Teníamos aprendido que esta letrilla ó estribillo se había cantado en Vizcaya con ocasión
de la rota susodicha; ello es verdad, pero no lo es que lo cantaran los vizcaínos que no enten-
dían nuestro romance, sino los alaveses y castellanos que seguían el pendón del Conde de Tre-
viño, y tampoco fue cosa nueva; más bien fué una variante de la copla y remoquete que los de-
fensores de Si naneas aderezaron para burlarse del Arzobispo Carrillo cuando andaba en la liga
de los grandes contra D. Enrique; decía así la copla:
«Esta es Simancas
Don Opas traidor
Esta es Simancas
Que no Peñaflor.»
La batalla de Munguia, célebre en los fastos de la historia de Vizcaya, ha sido mal entendida
por propios y extraños y muy exagerados sus lances y alternativas por los vencedores. Sus
I 32 REVISTA DE ARCHIVOS
Leal á la persona y autoridad del rey D. Enrique, combatió por él y
tuvo su parte en la segunda batalla de Olmedo contra los prelados y mag-
nates que, siguiendo el rumbo de su ambición y malquerencia, alzaron
por rey en Ávila al infante D. Alonso. Muerto el Infante y rota la liga,
como los caballeros de la parcialidad volviesen á la gracia de D. Enrique,
dicen algunos que aguijoneados del pecado de su ingratitud, el Obispo de
Calahorra y D. Pero de Belasco con los demás que no habían sido en la
división pasada, representaron al Rey la situación desairada en que los de-
jaba, pero tan justas quejas no merecieron in promtu la atención dal ve-
leidoso monarca. «Hecho el acto del juramento que se hizo en los Toros
de Guisando, dice la Crónica ' luego en este año (1468) el Rey y la Prin-
cesa fueron á la villa de Ocaña, y con ellos el Maestre de Santiago y el
Arzobispo de Sevilla, y el Conde de Plasencia, y el Conde de Benavente, y
el Conde de Osorno, y allí vinieron los Procuradores del reyno, y juraron
á la Princesa por leg'tima subcesora de estos Reynos: y tratóse asimesmo
amistad entre el Maestre de Santiago y el Marques de Santillana, y el
Conde de Haro - y el Obispo de Siguenza. Y vinieron á la Corte el Obispo
de Siguenza y el Conde de Haro; los quales juraron á la Princesa por he-
redera y subcesora de estos Reynos para después de los dias del Rey. Este
juramento hicieron estos dos juntamente, porque decían ser informados
de personas fidelignas del adulterio de la Reyna 3 y de la impotencia del
Rey: y ansimesmo porque el Rey gelo mandó en persona, según habernos
contado que lo mandó á los otros Caballeros y Perlados que la juraron.»
causas, en rigor de certera, do fueron otras que la enemistad y competencia de las casas de Haro
y Tnviño y el rencor de los de Moxica y Avendaño, que no perdonaron á D. Pero de Belasco que
los hubiese metido en razón y desterrado de sus solares. Soltados á instigación del Conde de Tre-
viño de los presidios donde paraban acuitados, Pero de Avendaño y Juan d^ Moxica alborotaron
la tierra so color de fueros y lib:rtad y se aprestaron á resistir la acometida del Conde de Haro
que á toda prisa y de orden del Rey se les iba encima. Entró el Conde de Haro seguido de buena ca-
ballería por la marina faldeando los montes que desde Bilbao declinan en el mar y que sobre en-
torpecer la marcha de los ciballos hubieran servido de admirable defensa á los revoltosos, cono-
cedores del terreno, \ c jnes los más de ellos y provistos de ballestas y otros instrumentos de tiro
más primitivos, pero no meaos certeros y seguros en sus manos. Recia debió ser la pelea, que no
era manco el de Belasco, pero la aspereza y desigualdad del terreno embarazaban los movimien-
tos de su caballería, y ol contrario favorecían los de los naturales. En esto consistió su victoria.
Re:hazado el Conde de Haro, sobrevino D. Enrique lo más presto que pudo á Orduña (año
de 1471)1 desde donde apaciguó los ánimos de los vizcaínos perdonándoles el desacato y sometió
á su servicio á los principales banderizos. Poco duró sin embargo la amistad y confederación
de los señores de las casas de Moxica y Villa-real; reverdecidas sus pasadas diferencias, el de
Avendiño se amigó de n_evo con D. Pero de Belasco, por donde ambos Condes de Haro y de
Trevino siguieron como antes capitaneando las irreconciliables facciones.
1 Crónica de Hernando del Pulgar, Valencia, edición de Monfort.
2 Llevaba el título cuatro años hacía desde la muerte de su padre.
3 Dj la reina doña Juana se decían varios hijos (D. Hernando y D. Apóstol entre ellos) que
no fueron reconocidos por D. Enrique.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 33
A la muerte de D. Miguel Lucas de Iranzo l «fué proveído del oficio y
dignidad de Condestable D. Pero Fernández de Belasco, Conde de Haro,
y Camarero mayor del Rey», dice el cronista 2, y habiendo fallecido á
poco el rey D. Enrique, le encargó por su cédula testamentaria 3 de la
guarda y recogimiento de la Princesa su hija, que más tarde habían de
llamar la excelente Señora; por donde se vino á hallar en ocasión y cir-
cunstancias semejantes á las de su abuelo Juan de Belasco cuando en el
caso del finamiento del rey doliente se vio favorecido con la guarda y
custodia del príncipe D. Juan; solo que el abuelo á vueltas de las compe-
tencias y porfías que provocó la suspicacia de los custodios acertó á sacar
mayor provecho de la suerte.
El mismo día de la exaltación de la reina doña Isabel al solio de Cas-
tilla en la ciudad de Segovia, donde aquélla posaba, confirmó al Conde de
Haro, que se llegó á prestar el acostumbrado juramento de obediencia, en
los cargos y oficios palatinos que á título de perpetuidad y heredamiento
gozaba en el reinado de su predecesor, premiando de esta guisa la virtud
de su constancia y la cordura y seso con que había procedido en las re-
cientes alteraciones y bollicios. Desde este momento la actividad de don
Pero de Belasco no tiene punto de reposo: asiste en el Consejo; sigue á la
Reina en sus jornadas á través de ambas Castillas; ayuda á la guerra con
Portugal, y acude al cerco del castillo de Burgos. En este último paso sin-
gularmente nota la relación del cronista «que el Rey y el bastardo su her-
mano, Duque de Villahermosa, y el Almirante y el Condestable trabaja-
ban veces peleando por sus personas, veces proveyendo e favoreciendo de
gentes á unas partes e á otras do era necesario» .
Reducida á partido la fortaleza de Burgos, sin tomar descanso de los
padecimientos que debió de acarrearle aquella tamaña empresa, tuvo el
Conde cargo de Capitán general en la campaña del año 77 contra Castro-
nuño y Siete Iglesias y los otros pueblos conterráneos 4 que, mantenién-
1 Murió el Condestable en Jaén á manos de la plebe oyendo misa en la iglesia mayor día de
San Benito, á 22 de Mirzo de 1473.
2 Hernando del Pulgar, libro citado.
3 Se ha puesto en duda la autenticidad de esta cédula, pero el hecho mismo de darla á cono-
cer Pulgar dice mucho en apoyo de su existencia. Pulgar fué muy afecto á la reina Católica y
pudo haber omitido este instrumento. Por otra parte D. Enrique, sin señalar derecho«aIguno á
la infortunada Princesa, no parece que se propuso otra cosa sino garantir su seguridad per-
sonal encomendándola al cuidado de homes ciertos de reconocida probidad que se h ibían dis-
tinguido siempre por su fi Jelidad en el serv¡c'o de la corona y todas ellas de una misma familia,
de la de Mendoza, con el gran Cardenal de España á su cabeza.
4 Los de tierra de Campos.
1^4 REVISTA DE ARCHIVOS
dose leales á la causa del Pretendiente, pusieron en más de un aprieto á las
guarniciones y gentes de armas que para combatirlos enviaron los nuevos!
Soberanos.
Fué el primer Grande que admitió en sus estados el beneficio de la
Santa hermandad, inventada principalmente, como es sabido, contra los
malfechores e desaforados de que abundaban las provincias con mengua
de la justicia que fallescia á las veces para remediar el daño. «Sobre lo
qual fué requerido Don Pero Fernández de Belasco, Condestable de Cas-
tilla e Conde de Haro que era el que tenia más número de vasallos que
ningún otro Señor de todas aquellas tierras de allende los Puertos, para
que diese lugar que sus tierras entrasen en aquella hermandad. El qual
respondió que le placía, e no solamente daría lugar que sus tierras entrasen
en ellas, pero que él se lo mandaría e constreñería que lo ficiesen, e contri-
buyesen en ella con todos los que habían entrado. E allende desto.él e todos
los de su casa quería que fuesen comprehendidos en aquella Santa herman-
dad, considerando quanto era servicio de Dios e del Rey e de la Reyna, e
bien e seguridad del reyno. E luego mandó á todos los de sus villas e luga-
res que se juntasen con aquellos que habían entrado en la hermandad, e
fuesen parcioneros en ella: e ansi lo ficieron luego todos los de sus tierras.»
Para colmar la carga de tantos y tan preeminentes servicios, después
de haber andado muchos caminos, asumió tres veces la más pesada de la
gobernación del reino; la última vez no sin elocuente protesta que ha
pasado á la historia, mientras duró la guerra de Granada, muriendo al
cabo de ella cuatro días después que se entregó la ciudad en el real de
Santa Fe á 6 de Enero de 1492, á los 70 y más de su vida '. Yace junta-
1 No es empresa fácil señalar el número justo de los años de su vida; según Salazar y Castro
se casaron sus padres alrededor del año veintinueve, pero su epitafio le da setenta y siete al
tiempo de su muerte. Para que esto fuese asi, habría que adelantar aquel casamiento, y no hay
ninguna prueba de ello. También se dice en un instrumento de la famosa Capilla del Condes-
table en Burgos que fué Capitán general cinco veces y otras tantas Virrey de estos Reynos,
pero fuera aparte de la facilidad con que la vanidad de un sucesor adjudicaba títulos á sus pro-
genitores, en buena razón no se puede decir que el Condestable tuviese los citados cargos más
de tres veces, al tiempo de las bodas de don Enrique con doña Juana de Portugal, cuando la de
Castronuño, en ausencia de los Reyes que habían tomado distintos caminos, él allende los
Puertos y ella para Extremadura, y durante la guerra de Granada; y aun las primeras con limi-
tación de poderes y por poco tiempo. Cierto que dirigió el cerco del castillo de Burgos y se le
hubiera rendido la fortaleza, pues con él fueron lasfablas á no impedirlo los celos del Duque
de Villahermosa (que era home para mucho, gran capitán y el que introdujo en Castilla las
maquinas que se llamaron rabadoquines), pero en esta jornada tuvo por socio al bastardo de
Aragón, y carecían de poderes.
De otra ocasión dice la Historia que regentó la real jurisdicción juntamente con el Almirante
Cuando los Reyes llevaron á jurar al príacipe D. Juan, por sucesor de los reinos de Aragón en
el año 1481; duraron breves días sus funciones y retuvo siempre el Rey el despacho de los negocio».
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 35
mente con doña Mencia de Mendoza y Figueroa *, su mujer, en el fastuoso
enterramiento que se mandó labrar en Santa María de Burgos y que lleva
su nombre. Hernando del Pulgar nos dejó este discreto elogio suyo: «Este
Condestable era home generoso e recto, y era gran Señor en las Mon-
tañas; e nunca le vieron ser en rebel ón contra ningún Rey, antes era
obediente á los mandamientos reales e daba exemplo á otros que ló
fuesen.»
En medio del trabajo y agitación de los negocios, entre bullas y cuida-
dos, tuvo modo de adquirir el rico caudal de manuscritos á la italiana
que fueron la mejor gala y presea de la biblioteca de la Cartuja, lo que
se demuestra cotejando los inventarios conocidos hasta la fecha: del pri-
mero, mandado formar por el fundador de la biblioteca, daremos razón
en otra parte; el segundo del año mil quinientos cincuenta y tres, cien
años cabales posterior al primero, prolijamente enriquecido con observa-
ciones y noticias del Sr. Paz y Melia, ha salido á la estampa en esta docta
publicación. Los libros emplentados se debieron todos á la generación
siguiente.
A D. Pero Fernández de Belasco sucedió su hijo D. Bernardino, lla-
mado el Grande, que casó dos veces; la primera con doña Blanca Enrí-
quez, del nombre de su abuela, Señora de Pedraza, hija de D. García de
Herrera y de doña María Niño de Portugal 2, y la segunda con doña Juana
de Aragón, hija del rey Católico.
i El enterramiento se erigió con licencia del Cabildo y bula de Inocencio VIII por iniciativa
de doña Mencia. Esta insigne Condestabelesa y liberal fundadora de la capilla de la Purificación
en la iglesia burgalesa, fué hija de D. Iñigo Lope/, de Mendoza, el Marqués de los Proverbios
como le llamaban en Santillana, y de doña Catalina Suárez de Figueroa. hermana, por tanto,
del Carde lal Mendoza, del Marqués de Santillana y del Conde de Tendilla, y cuenta la tradición
que al regresar su marido maltrecho y ach coso de la guerra de Granada, para proveer á las ne-
cesidades de la gobern~ción, dándole cuenta de los gastos causadcs con mano pródiga en su
ausencia, para justificarlos le dijo: «Ya tenedcs, señor, palacio nuevo en que posar, bosque en
que folgar y capilla en que vos enterrar.» Lo consignamos aquí, aunque es sobradamente cono-
cido, por ser necesario á nuestro intento.
2 Esta ilustre dama había estado destinada á D. Alonso Téllez Girón, Maestre de Calatrava,
el «qual murió de una ocasión muy pequeña que jugando á la pelota en la villa de Almagro
pisó la pelota y se le torció un pie; y tanto le curaron que se le pasmó la pierna y vino á morir
en el lugar de Villacastín, tierra de Segovia, que se venía á Pedraza, año de mil cuatrocientos
setenta y nueve» A esteD. Alonso sucedió D. Juan, su hermano, que vino á cas.r por tratos de
la Reina y en su servicio con doña Leonor de Belasco, hija del Condestable.
Su abuela, doña Blanca Enríquez, fué hija del Almirante D. Alonso y hermana de D. Fadri-
que, padre de doña Juana, madre á su vez de D. Fernando de Aragón; y por esta línea el Rey
Católico y doña Blanca llevaban la misma sangre. Además tenían otro parentesco, porque doña
María Niño era hija del Conde D. Pero Niño y de doña Beatriz de Portugal, hija del Infante don
Juan de Portugal y de doña Constanza de Castilla, hija del rey D. Juan I.
Doña Blanca falleció en los principios del mes de Diciembre del año 1499 y en el mismo mes
acabó sus días la Condesa de ílaro, su suegra (y no en i5oo como reza su memoria).
1 36
REVISTA DE ARCHIVOS
Fué doña Juana fruto de las primicias del Rey, entonces Príncipe de
Girona, con una doncella de Tárrega l, de extraordinaria hermosura y
perfecciones, nombrada doña Aldonza de Iborra 2, la minyona de mitja
nit que llamaban en la comarca porque según se cuenta á la hora del
sueño, después del cubrefuegos, abría paso á las amorosas ansias de su
dueño ó dejando su casa á favor de las tinieblas y bajo escuderil vesti-
menta le acompañaba en los rebatos y salidas que dirigía el propio Prín-
cipe, adolescente á la sazón de poco más de catorce años, contra las fieras
compañías del Conde de Pallars que defendía la causa de las libertades
catalanas y sostenía el derecho del malaventurado Duque de Coimbra.
Condestable de Portugal, cojedor de la más infausta herencia y mante-
nedor de ágenos infortunios si no tuviera bastante con los suyos 3, hijo de
aquel otro Príncipe sin fortuna á quien su mala estrella, que siguió alum-
brando con siniestro resplandor á toda su generación y descendencia,
llevó á sucumbir de mala manera, desde las cumbres de la realeza, á la
heroica pero menuda pelea de alfarrobeira 4. Toda una historia de ama-
ños é ingratitudes.
Juzgando por un retrato de indiscutible autenticidad que tenemos á la
mano, era el novel amador en aquellos sus felices días un apuesto garzón,
imberbe, casi un rapaz, más espigado de lo que pedían sus años, de sem-
blante alegre, blanca y sonrosada la color, los ojos prietos, de mirar vivo
y penetrante, la frente ancha y un tanto abultadas las mejillas; la nariz,
de pico ó aguileña, le caía levemente sobre una boca grande pero bien
i Las tierras de Tárrega, Sabadell y Villagrasa constituían el patrimonio de D. Fernando
por habérselas señal ido el Acy su padre para su mantenimiento.
Sobre estas tierras debió de disfrutar alguna carga, juro ó pensión doña Aldonza, porque
habiéndoselas adjudicado D. Fernando á su segunda mujer doña Fernanda para patrimonio
suvo en el último testamento que otorgó en Modrigalcjo pecas horas antes de morir decía que
creía que no debía recibir- renta alguna de ellas por tener muchos cargos.
2 El Seguro de Tordesillas, en la genealogía de la casa de Belasco, que aparece al fin del
libro, le di este nombre, que/ confirman las notici s rastreadas por nosotros. Doña Aldonza
casó luego, contra su voluntad, con D Francés Galcerán de Castro y Pinos, Vizconde de Ebol.
(Zurita, Anales.)
3 Fué levantado Conde de Barcelona como descendiente de los Condes de Urgel (por su ma-
dre) y sucesor de D. Carlos de Navarra.
4 Queremos decir del Infante D. Pedro de Portugal, Regente del reino durante la menor edad
de ALonso V. Como todos los hijos de D. Juan I,á excepción del In'ante navegante D. Enrique,
acabó prematuramente arrastrando en pos de sí en el pavoroso in'ortunio qc.e le sacó de esta
vida á la tierna generación que dejara en ella D. Pedro, el mayor de sus engendros murió en
tierra extraña soltero y á los 37 años, con indicios de haberle dado hierbas. Doña Felipa, refu-
giada en el claustro, ncabó oscuramente en Odivellas. Los tres restantes, salvados del naufragio
de la familia en la corte de Borgoña, sucumbieron los unos á la acción traidora del veneno y el
último víctima da sui castidade myslica. La reina doña Isabel, destinada al trono desde su
niñez, murió también emponzoñada.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l3-J
proporcionada, de labios finos y delgados, de los cuales el inferior se ade-
lantaba sobre el susero; de gallarda presencia y movimientos sueltos sin
ningún empacho '.
Sobre estos primeros amores de D. Fernando de Aragón la fantasía del
pueblo ha forjado una leyenda triste por el mal logro que tuvieron y las
artes é industria metidos en juego para desviar á los amantes y ahogar las
tiernas quejas de la hermosa 2, víctima resignada de las travesuras del
Príncipe, sacrificada á la sazón de estado; como triste fué el destino de
aquel Condestable-poeta D. Pedro que mozo y galán vencido de la desgra-
cia que pesaba sobre los suyos, abominado de propios y extraños, acosado
de recuerdos y presentimientos escribía en su retiro de Granollers talve^
com a previsáo da morte próxima, o poema de desespero pessimista 3 em
que pasou toda a amargura da sua alma dilacerada pelas desgragas suc-
cessivas. (Oliveira Martins, Os Filos de Don Joáo I.)
Y tristemente acabó agostada en flor en una paz melanconica, seme-
jante á la paz del sepulcro, en un lúgubre abandono, más consumida que
muerta, aquella pasión generosa nacida al calor de la juventud, amasada
en lágrimas, mantenida algunos años por la fiera indomable inclinación
de la rapaza entre la vocería de las batallas y el raro sosiego de las tre-
guas y gozada en la oscuridad á hurto de las gentes; como se desfloran y
fenecen las ilusiones engañosas en la lucha cuotidiana de la vida que hace
su camino corriendo suave ó precipitándose tumultuosa según nuestro
temperamento, realizando el ideal que viene á ser en último término la
sustancia constituyente del espíritu, entrevista apenas á través de la reali-
dad de la ingrata existencia. «E se a historia e una licao de physica social
no dynamismo dos elementos que a compoen, e tambem, na analyse dos
caracteres z dos motivos moraes que os constituen a mais completa licao
de psvchologia positiva. Un carácter ben estudado vale por un mundo vis-
to» (Oliveira Martins).
i Este retrato, obra de un hábil iluminador, uno de tantos de los que trabajaban para la
Cámara, conviene en los rasgos fisonómicos con las condiciones e proporciones que atribuye
Pulgtr á D. Fernando: solo que por estar hecho en colores sobre un documento que lleva la
firma del Rey se ve mejor su semblante que al pronunciarse con la gravedad de los años tomó
aquel aspecto entre socarrón y bondadoso que puede observarse en el retrato pintado por Rin-
cón, que se conserva en el hospital de Buitrago.
2 Los celos de doña Isabel, ó su previsión política adelantándose á los acontecimientos,
arrebataron del regazo de doña Aldonza una tras otra las prendas de su amor para sustraerlas
de su influencia y hurtarlas al cariño clandestino de su padre. Esta misma conducta la veremos
repetida en distintas ocasiones.
• 3 El poema del Desprecio del mundo.
I 38 REVISTA DE ARCHIVOS
Un escritor insigne, á quién abonaban además de sus letras y saber
otras circunstancias suyas, tuvo el propósito, allá en los últimos momen-
tos de su actividad intelectual, de tocar este interesante punto de los amo-
res de D. Fernando de Aragón con la bella minyona tarreguesa '; la muerte
le cortó el propósito que metemos en ejecución, no sin mucho trabajo y
largas diligencias lejos de los centros de consulta donde pudiéramos ayu-
darnos. Las crónicas del tiempo, más discretas de lo que quisiéramos,
nada dicen sobre la materia, y ha sido menester valemos de otros instru-
mentos, á las veces contrarios entre sí, ya rebuscando en escolios de eru-
ditos, ya poniendo á tributo minucias de papelistas, que alguno hubo de
esta calaña que por no tener cosa mayor en que ocuparse se aplicó á con-
signar hechos triviales de poca sustancia y miga á la sazón en que se re-
cogieron, pero de mucha utilidad á la hora presente.
Doña Juana de Aragón nació en Tárrega hacia el año 1468, y dos años
después, en los comienzos del 70, vino al mundo su hermano D. Alonso;
dos crianzas de una misma madre 2. La distinta condición y sexo de los
infantes hizo que se pusiese diferente cuidado en su custodia y escuela;
doña Juana se crió cerca de su madre, al amor de sus caricias; pero vigi-
lada siempre de los celos de la Reina, que aguardaba una ocasión favora-
ble para apoderarse de la niñica que, apartada del mundo en las agrestes
soledades de Tárrega y Cerrera, crecía linda como un capullo entreabier-
to, garrida como el lirio de la montaña asomado en la espesura para re-
coger presuroso bien la dulce sonrisa de la aurora, ó los besos del rocío, ó
los tibios y furtivos rayos del sol que no alcanza á colorear sus pétalos,
crecía, dijimos, valida de su debilidad, á la vez que se aleccionaba de las
enseñanzas de los viejos trovadores provenzales, sus argucias y gentilezas,
se afanaba en el estudio más pesado y enojoso de la escolástica, allegaba
conocimientos con el saber de astronomía y penetraba en los misteriosos
arcanos de la astrología; entre cancones y decires, albadas y serventisios,
formas y dibujos de la espléndida taracea de la poética medioeval, enre-
vesados organum y abultadas sumas 3, spheras, laminas y astrolabios. Al
1 D. Víctor Balaguer. Historia de España, tratado de los Reyes Católicos.
2 Nació en Cervera según Zurita. Anales de Aragón. Según el mismo autor, un año antes
había nacido doña Juana, y por suerte en este mismo año del 68 al 69 se detuvo muchos días ea
Tárrega D. Fernando.
3 En esta villa se conservó mejor que en ninguna otra de la comarca y aun de la corona de
Aragón la tradición escolar de los sabidores muslimes y judíos que en los siglos medios se
habían distinguido én el cultivo de la ciencia; y su aljama fué una de las más laboriosas, ricas
y consideradas de Cataluña. En Tárrega vivió el famoso Mosé A%án, autor ó traductor, que
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 3(j
contrario de D. Alonso que arrancado en leche de los brazos de su madre
para entregarlo á los de la Iglesia se le consagró á Dios cuando aún no
había cumplido los once años r, cercenándole por este modo el vuelo por
si llegaba el caso de sentirse con aptitud de remontarse á lo alto. Y de-
jando los sucesos en este punto, pasaremos á ocuparnos un instante no
más ds otras distracciones del Católico soberano.
En el año 1476, cuando pasó D. Fernando á Vizcaya 2, que desde el
primer día se había señalado en su obediencia, viniendo á Bilbao según
práctica obssrvada entonces para repetir el juramento sobre los Fueros
del Condado y proveer en lo tocante á su gobierno, se prendó de una
señora de noble nacimiento llamada doña Toda de Larrea, ó del Mer-
cado 3 (de ambas maneras se la nombra), que al tiempo justo le parió
una hija que hubo nombre de Marta <*.
Julián de San Pelayo.
esto no está bien averiguado, del Poema del ajedrea (mojadanne melee), en los siglos xm al xit
Si fuese el autor iccrro r.csoircs ^¡-pechamos) hubo de ser aquel doctísimo Rabbi Mosseh A^án
dt Za ragua, escritor judino del siglo xm. Dice asi el poema:
«Et si quieres saber el mi nombre abierto,
Sepas que Alosé Azan me llaman por cierto,
Vescino de Tarrega, un pequeño lugar,
Et c e muy nobles gentes et ornes de prestar;
Et es noble luga'-, ordenado et apuesto,
Et poblado de mucho orne limpio et honesto.»
(Amador de los Ríos, Historia critica de la Literatura.)
1 Antes de los siete le hicieron gracia de la mitra de Zaragoza con más otros beneficios y
prebendas. Pero no se ordenó hasta Noviembre del año ifoi en los Bernardos de Santa Fe de su
diócesis, «y al mismo tiempo Maestro Miguel Figuerola, Obispo de Pati. A lo qual vino el Obispo
de Calahorra por mandado de la Reyna deña Isabel, á donde se hallaron D. Johan de Aragón.
Obispo de Huesca (bastardo de D. Carlos, Principe de Viana) y D. Guillermo de Moneada, Obispo
de Tarragon i y Maestre Johan Crispo, Obispo ce Arles y el Obispo de Bona y otros muchos ca-
balleros; hi/osc en amaneciendo que p ecos se hallaren en ello y se cree que lo del Arzobi po fué
fingido, pero lo del Obispo de Pati fué verdadero.» (Diario Turolense.) Muchos han sospechado
en lo del fin¿,in lento de la censa^ ración del / rzebispo, pero esta sospecha no tiene otro funda-
mento que la soltura y alguna liviandad del Prel. do, que no dijo otra misa que la de su ordena-
ción. Con todo y esto ocupó di{ ñámente la sece y mostró devoción por su iglesia.
2 Era práctica de Fuero (ley II, tít. I) que los señores de Vizcaya, cuando entraban por vez
primera en el Condado ó tomaban su regimiento, jurasen en distintos lugares la guarda y man-
tenimiento de las libertades, usos y franquezas del Señorío: y h bían de jurar en Bilbao, á las
puertas de la villa (en achuri) ante el regimiento de ella; en Larrabe^ua (en San Emeterio y
San Celedonio', so el arl ol de Cvernica (ante los junteros de las villas, tierra llana y encarta-
ciones) y en Sania Eufemia de Bermeo; pero esta práctica había caído en desuso en tiempo de
los Reyes Católicos que redujeron el juramento a los que prestaron en Guernica y en Bilbao; j
el último ta mpeco en el lu¿_ar de costumbre. La Reina juró en el portal de la Tendería; los
demás actos f úblices á que concurrió en el Señorío fueron ¿e confirmación de privilegios.
3 Miembro esta señora de una de 1. s más ilustres casas de Vizcaya, aunque no fué natural
del Señorío como luego se verá, se la llamó por Alcuña del Mercado, porque habitó sobre este
sitio en el portal de Carneceria, donde después levantó su casa Diego de Echevarri.
4 Nació en los primeros de Mayo de 1477.
/
I40 REVISTA DE ARCHIVOS
LAS ESCULTURAS DEL CERRO DE LOS SANTOS
CUESTIÓN DE AUTENTICIDAD
(continuación) i
Antigüedades del Cerro de los Santos en término de Montealegre, co-
nocidas vulgarmente bajo la denominación de antigüedades de Yecla, por
D. Juan de Dios de la Rada y Delgado. Museo Español de Antigüedades,
tomo VI (1875), pág. 249 y seis láminas litográficas. — El texto, como de-
clara el autor al principio, es reproducción del Discurso.
Nuevas esculturas procedentes del Cerro de los Santos en término de
Montealegre, adquiridas por el Museo Arqueológico Nacional; noticia por
Don Juan de Dios de la Rada y Delgado. Museo Español de Antigüeda-
des, tomo VII (1876), pág. 595, y dos láminas dibujadas y litografiadas por
Millán. — Se refiere especialmente á las dos estatuas más grandes y toscas
de las traídas de Yecla, á cuatro pequeñas, un relieve y dos fragmentos,
más otras piezas que menciona al final, formando el lote adquirido por el
Sr. Savirón en el viaje de 1875. — Observa en todo caracteres egipcios y
señala inscripciones jeroglíficas que le parecen de oscura significación.
Noticia histórico-descriptiva del Museo Arqueológico Nacional, pu-
blicada siendo Director del mismo el Excmo. Señor D. Antonio García
Gutiérrez. Madrid, Fortanet, 1876; 8.° mayor, 211 págs. — En esta memo-
ria, escrita en su mayor parta por el Sr. Rada y publicada para enviarla
á la Exposición de Filadelfia, juntamente con algunos vaciados de varios
objetos, entre otros de estatuas del Cerro de los Santos, se hace mención
de éstas en la página 62, inmediatamente después de ocuparse de los obje-
tos fenicios y antes de hacerlo de los griegos, indicando que dichas esta-
tuas ó fragmentos de ellas pertenecen á la serie de productos de civiliza-
ciones compenetradas.
Trajes y armas de los españoles desde los tiempos prehistóricos hasta
los primeros años del siglo XIX, por D. Francisco Danvila y Collado,
obra ilustrada por D. C. Giner. Tomo I, Madrid, 1877. — En las pági-
nas 21 y 22 se ocupa áz las esculturas del Cerro, persistiendo en su crite-
rio manifestado en 1874 y el cual es, que dejando á un lado lo del origen
fenicio, «debe convenirse en que los restos de Montealegre pertenecen á
I Véase tomo VIII, págs. 85 y 470.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 141
varias tribus ó pueblos de origen ibérico existentes entre la venida de los
fenicios ó de los cartagineses y la dominación romana». Después analiza
los trajes.
La lámina correspondiente representa una ceremonia religiosa, en la
que intervienen mujeres mitradas presentando la ofrenda de la copa.
indumentaria española. Documentos para su estudio desde la época
visigoda hasta nuestros dias, dibujados y publicados por Don Francisco
Aznar. Madrid, 1878 (obra todavía no terminada). Folio mayor. Lá-
minas lit. — Las láminas LXX y LXXXII1 están destinadas á publicar la
primera tres cabezas, dos de ellas mitradas, y la segunda dos estatuas, la
grande buena y otra que aparece en ademán de bendecir, de la colec-
ción del museo, ofreciéndolas como muestras indumentarias de la época
visigoda y asignándoles por fecha el siglo vn.
Origens y fonts de la nació catalana, por D. Salvador Sampere y
Miquel, 1878. Memoria premiada en concurso público: publicada prime-
ramente en la revista La Rcnaixensa y luego en tirada aparte. — Analiza
tres objetos. El obelisco que el Sr. Rada consideró puramente ornamental
y que el Sr. Sampere cree debió ser la imagen del dios principal del tem-
plo, Adonis-Osiris (Elioun), habiendo el artista representado la vida en
las cuatro caras del objeto. También se ocupó del Fénix y el Cinocéfalo.
"En otro trabajo insistió más adelante sobre el mismo asunto, como
veremos.
Estudios sobre el pueblo bastitano, por el P. Carlos Lasalde. Sema-
nario Murciano. Año II (1879), núms. 83, 87, 88, 89, 90, 94, 95, 98, y
año III (1880), págs. 3, 18 y 41. — Suponiendo de origen egipcio á los pue-
blos bastitanos, propone se les llame hispano-egipcios. Cree que el haber
asignado tan varios orígenes á las antigüedades del Cerro, es debido á que
<tel vil interés... presentó para hacerlos valer como salidos del Cerro de los
Santos muchos objetos que nada tenían que ver con él.» «De los objetos,
continua, que el Sr. Amat vendió en tres ó cuatro ocasiones al Museo Ar-
queológico Nacional, la menor parte, y seguramente los más deteriorados,
fueron hallados por él en sus escavaciones; los restantes debió adquirirlos
por compra en Montealegre donde algunas perdonas se habían dedicado á
buscar esa clase de objetos en el Cerro de los Santos y otros puntos; y el
mismo señor Amat hizo algunas excursiones á diverses puntos, dz donde
trajo algunos objetos, que verdaderos ó falsos, pasaron por hermanos de
los que eran tenidos en estima.»
142 REVISTA DE ARCHIVOS
Confirman á sus ojos el origen egipcio, el arte y las inscripciones. Halla
tales semejanzas entre las antigüedades del Cerro y las egipcias que cree
«que puestas unas al lado de otras sería muy difícil distinguirlas». — Esta-
blece cuatro grupos: Divinidades, Sacerdotes, Reyes y otros personajes.
En Molina de Murcia dice haberse hallado varios objetos, entre ellos
algunos bronces, que recuerdan los del Cerro de los Santos.
Escribe todo esto bajo el epígrafe Monografía de una inscripción bas-
tttana (núms. 87 y 88), á cuyo estudio se concreta después (en los núme-
ros 94, g5 y 96). El monumento en que se halla la inscripción es un molde
de piedra caliza, en cuyo centro aparece la figura de un escarabajo. Los
demás artículos están dedicados á la cuestión general y debatida de la an-
tigua población de España y en particular de la Bastitania.
El cuadrante solar de Yecla y los relojes de sol de la antigüedad;
por el Excmo. Sr. D. Eduardo Saavedra. Museo Español de Antigüeda-
des, tomo X (1880). Pág. 209, con dos láminas, una reproduciendo el
ejemplar de Yecla. — Esta interesante memoria, en la cual luce el autor su
pericia de matemático, juntamente con su erudición de arqueólogo, ofrece
desde luego para nuestro fin la novedad de ser aquél el único de cuantos
se ocuparon primeramente de las antigüedades del Cerro de los Santos
que se hayan revelado contra el dictado de falso en el caso concreto de
que se ocupa. Por eso después de la parte general de su trabajo, al venir
á ocuparse [especialmente del dicho cuadrante, después de recordar y
reproducir la carta suya sobre el mismo asunto, dirigida al Sr. Rada y
por éste publicada en su Discurso, hace notar que en Alemania se hizo
grande oposición á las conclusiones del Sr. Rada, especialmente en loque
se refería á las inscripciones. «El anatema dice, alcanzó al reloj de sol, y
no obstante lo fácil que hubiera sido comprobar la exactitud ó la falsedad
de mi explicación, ni se puso siquiera la atención necesaria en el contexto
de mi carta...» Lamenta, que «un hombre del saber y la sagacidad del
justamente afamado Hübner», le hubiese impugnado su creencia de que
dicho objeto fuese un cuadrante ó reloj de sol. «En vista de esto, continua,
me decidí á demostrar matemáticamente que no estaba soñando, cuando
escribí la carta»... Hace en efecto el examen y concluye: «¿En qué pueblo
ni aun ciudad de España1 ó Alemania hay forjador de antigüedades que
sepa acomodar tan exactamente las declinaciones de un cuadrante, que
hasta ahora pocos conocían y nadie entendía, á los azimutes exactos del
sol en determinadas horas temporales de ciertos días del año y conforme á
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I43
la latitud del lugar? Concedo que la lectura de las inscripciones no
satisfaga á todos; no estaré yo distante de tenerla en cuarentena, pero es
preciso limitarse á confesar que no se entiende ni se abarca su sistema, y
abstenerse de la arrogancia de calificar de espúreo lo que es sencillamente
indescifrable por lo nuevo.»
De la inscripción que el cuadrante ostenta en su cuerpo inferior, nada*
dice.
Contribución al estudio de la religión de los Iberos, por D. Salvador
Sampere y Miquel. Revista de Ciencias históricas. Barcelona. I (1880),
págs. 1 á 45. — Trata especialmente del punto á que ya se refirió en su
memoria sobre los Origens y fonts de la nació catalana, y es de los ele-
mentos que le prestan las Antigüedades del Cerro de los Santos para es-
tudiar la religión del país ibero, la cual cree producto de la fusión ó colo-
nización fenicia. Trata del obelisco que relaciona con el betilo de las
creencias fenicias; del Hipocampo, el Fénix, el Cinocéfalo, viendo en estos
objetos que reproduce (menos el Fénix) claros testimonios del culto de
Osiris; también explica y reproduce un vaso del cerro con relieve, en el
cual cree ver un Cabiro-Pateco.'
El Sr. Sampere y Miquel volvió á ocuparse de las esculturas del Cerro
en otro trabajo de que en su lugar hablaremos.
Las antigüedades de Yecla, por el P. Carlos Lasalde. La Ciencia
Cristiana, vol. XVI (Madrid, 1880), págs. 465 y 567 y vol. XVII (i88i)4
pág. 166. — Estos artículos son del mayor interés para nuestro objeto. Juz-
gúese por los siguientes párrafos con que comienza y plantea su trabajo el
autor que por haber vivido el asunto, por la veracidad que le presta
su ministerio y por la sinceridad de su lenguaje, es muy digno de esti-
mación. Dice así: «El rumor que se levantó hace ocho años con motivo del
descubrimiento hecho por D. Vicente Juan y Amat entre los términos de
Yecla y Montealegre, fué perdiéndose poco á poco hasta casi quedar des-
vanecido. Era, sin embargo, de tal naturaleza el descubrimiento, que á la
menor chispa había de tomar luego cuerpo. Así ha sucedido, en efecto, y
algún artículo que ha visto la luz en los meses pasados, ha producido tal
excitación en los ánimos de los anticuarios españoles, que son muchos los
que andan recogiendo datos para echar á volar sus opiniones. Yo, que co-
nozco regularmente este asunto por haber intervenido desde el principio
hasta el fin, tanto en las excavaciones como en las compras hechas por el
Museo Arqueológico Nacional, y sé menudamente la historia, tanto públi-
144 REVISTA DE ARCHIVOS
ca como secreta de estas antigüedades; y he visto además muchas veces el
terreno donde han sido descubiertas, quiero publicar las más, valgan por
lo que valgan. Dos cosas me propongo: aclarar todo cuanto me sea dable
el asunto, y deshacer algunas equivocaciones en que han incurrido algunos
de los que sobre él han escrito de memoria.»
«No me extraña el que á muchas personas les sea duro el creer la auten-
ticidad de este descubrimiento. Son tantos y tan raros los objetos en él en-
contrados, revelan una historia tan ignorada de nosotros, y tienen tan di-
fícil explicación, dada la idea que de nuestros pasados tiempos tenemos,
que á cualquiera se le han de presentar dificultades para creer que en ellos
no ha intervenido una mano falsificadora. Yo no puedo menos de creerlas
auténticas, porque delante de mi vista se han descubierto; porque por mí
mismo he desenterrado algunas; porque poseo objetos tan raros como los
del Cerro de los Santos, extraídos en otros puntos de esta comarca por
personas que merecen entero crédito. Si esto no es bastante para conven-
cer á los incrédulos, deben saber que en Molina de Murcia, Lorca y otros
pueblos de la provincia, se han descubierto en diferentes ocasiones, obje-
tos marcados con el mismo carácter que los del Cerro de los Santos.»
Más adalante añade: «Han contribuido también al desprestigio el que
con los objetos del Cerro de los Santos se mezclan algunos de origen muy
dudoso, y otros que á todas luces son apócrifos. No se crea, sin embargo,
que éstos son en gran cantidad. Por último, las interpretaciones que se
han dado de algunos objetos de varias inscripciofies son tan descabella-
das, que es necesario, ó no creer al escritor ó al objeto.»
Después hace de este modo historia del descubrimiento: «En el otoño
de 1872 el Sr. D. Vicente Juan y Amat se ocupaba en Yecla en componer
relojes, recoger monedas antiguas y comprar objetos viejos. Viendo en él
esta ocupación D. José Martínez Yuste, notario de Yecla y natural de
Montealegre, le indicó que en el sitio llamado Cerro y Hoya de los San-
tos, se habían sacado en varias ocasiones muchas estatuas de piedra y él se
resolvió á escavar en aquel sitio. Por conducto del mismo Sr. Martínez
Yuste, obtuvo autorización del administrador del marqués de Valparaíso
para hacer escavaciones. Hízolas, en efecto, y descubrió una multitud de
estatuas, recogiendo también las que rodaban por la superficie de la tie-
rra. En los primeros días de Noviembre trajo á Yecla y me enseñó unas
cuantas cabezas, y entusiasmado al oirme decir que parecían egipcias,
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 145
hubo de ponderar su hallazgo de tal manera, que el administrador del
marqués le retiró la autorización. Entonces lué cuando por primera vez,
y á ruegos de dicho administrador D. Juan Antonio Soriano, visité el Ce-
rro de los Santos. El relojero apenas había arañado la tierra en un pe-
queño espacio, y sin embargo, había sacado dos ó tres carros de estatuas y
pedazos. Los objetos de cerámica que se veían rotos por todas partes, y los
pedazos de hierro y cobre eran innumerables. Aquel día empezaron nue-
vas escavaciones que dirigían los hijos del Sr. D. Juan Antonio Soriano.
Durante ellas aparecieron preciosas estatuas, figuritas de toros de bronce,
caballos y hombres, y algunos vasos de barro enteros. Después de estas
escavaciones, D. Paulino Sabirón y Esteban hizo otras por orden del Go-
bierno, revolviendo la tierra antes escavada y sacando nuevos objetos de
ella. Al terminar las segundas escavaciones escribieron los Padres Esco-
lapios su Memoria, y en ella dan cuenta de los objetos encontrados.
»Aquí debo consignar que los objetos de piedra vendidos al Museo Ar-
queológico por D. Vicente Juan y Amat no fueron todos sacados por él
en sus escavaciones. Hubo algunos de ellos, el menor número, pero los
más preciosos, que fueron adquiridos por él después de sus escavaciones.
El punto donde los adquirió fué Montealegre; el punto de donde habían
salido el Cerro de los Sa?itos. Quién los sacó y cómo llegaron á sus manos
es lo que yo no puedo decir. Algún objeto de piedra estoy casi seguro,
que si ha salido del Cerro de los Santos, debió ser hace muchos siglos,
pues modernamente ha salido de otra parte. El Sr. Juan y Amat, engolo-
sinado con lo que le habían producido sus ventas al Museo, hizo escava-
ciones en muchos puntos de la comarca, y de ellas y de compras, adquirió
varios objetos. De los de cerámica sólo cuatro ó seis proceden del Cerro de
los Santos; los demás presumo que sean falsos y adquiridos en Barcelona.»
Contradice la opinión de Fernández Guerra de que hubiera población
en el monte Arabi, por ser éste de difícil acceso; insiste en su opinión de
un origen egipcio, y afirma que «todas las estatuas que como procedentes
del Cerro de los Santos existen en el Museo Arqueológico Nacional, son de
una autenticidad indiscutible», debiéndose en cambio considerar falsas las
piezas cerámicas. Considera dudosa la procedencia del cuadrante solar,
del cual dice: «casi me atrevo á asegurar que no ha salido del Cerro de los
Santos)-) .
En el último artículo se ocupa de las esculturas en cuyo origen egipcio
insiste, creyendo encontrar rastros del culto de Isis, y aduciendo como
3.* ¿POCA.— TOMO IX. IO
I46 REVISTA DE ARCHIVOS
prueba el no encontrarse citado el Cerro por ningún autor latino. En-
cuentra que las mitras con que cubren su cabeza algunos sacrificadores y
la costumbre de que dan cuenta otras estatuas de cubrirse la cabeza con el
manto, son reminiscencias egipcias...
Sobre este punto impugnamos entonces las afirmaciones del P. Lasalde,
dando cuenta de su artículo en el Boletín de la Institución Libre de En-
señanza, tomo VI (1882), pág. 2i5, é indicando que en tales esculturas,
más que el carácter egipcio, resaltaba el griego arcaico y antiguo asiático.
Datos epigráficos y numismáticos de España, por D. Bernardino Mar-
tín Mínguez, Valladolid, i883; un vol. en 8.° — En este libro se hallan re-
copiladas unas cartas del autor al P. Carlos Lasalde y otras de éste en
contestación, publicadas las primeras en el periódico de Valladolid La Li-
bertad, núms. 146 y i52, por Octubre de 1881 y i5 de Marzo de 1882 y
las segundas en El Ajicora de Castilla, periódico vallisoletano también,
por igual tiempo, bajo el título Los anticuarios españoles y las antigüe-
dades hispano-egipcias. — La discusión mantenida en estas cartas tiene por
tema el aspecto epigráfico y filológico de los monumentos de Montealegre,
refutando ambos las interpretaciones dadas por el Sr. Radaé inclinándose
el Sr. Mínguez á ver preponderancia griega en los elementos constitutivos
de los epígrafes, y el P. Lasalde manifestándose una vez más partidario
decidido de los orígenes egipcios. Alude á otro trabajo suyo también epi-
gráfico inserto en el Semanario Murciano y al pensamiento que tenía de
publicar «todo un tratadito de epigrafía hispano-egipcia». Ninguno de los
polemistas trata de la cuestión artística ni de la cuestión de autenticidad,
que son las dos que nos interesan.
La Bastitania según los monumentos que de ella restan, por el P. Car-
los Lasalde. La Ciencia cristiana, XXII, págs. 371 y 476; XXIII, 179 y 275
(Madrid, 1882). — En estos artículos sólo se trata de la antigua población
de España.
La Bastitania. Estudio sobre los antiguos pueblos bastitanos, básta-
los, turdetanos, túrdulos y contéstanos, por el P. Carlos Lasalde. La
Ciencia Cristiana, segunda serie, tomo I, págs. 333, 398, 464 y 526; II,
297. Madrid, i883. — Denomina á esos pueblos hispano-egipcios, y supone
que los más importantes fueron los bastitanos. Estudia sus monumentos
sepulcrales, restos diversos, inscripciones, entre ellas las que supone jero-
glíficas, del Cerro. Respecto de las esculturas, de las que se ocupa en el
tomo XVII, y cuya clasificación le parece muy clara, cita la Arqueología
BIBLIOTECAS Y MLSEOS 147
Cristiana del Sr. Vinader, el cual, siguiendo á A. de los Ríos, las cree
cristianas.
Catálogo del Museo Arqueológico Nacional. Sección primera, tomo I,
páginas 290 á 304. Madrid, 1882. — Aparece mencionado el grupo de escul-
turas del Cerro al final de las series escultóricas de la antigüedad, obede-
ciendo esto á la instalación que entonces tenían aquéllas en el local del
Museo. Las descripciones están fielmente sacadas de las doctrinas del
Sr. Rada, que dirigió la publicación de este libro. Acompaña una lámina
«n la que se reproducen por la fotografía algunas esculturas.
Cerro de los Santos, artículo del Diccionario Enciclopédico Hispano-
Americano, tomo IV, pág. 1234. Barcelona, Montaner y Simón, 1888. —
Aparece sin firma, como todos los artículos de esa publicación, pero su
autor, según queda declarado más arriba, fué el mismo que traza las pre-
sentes líneas. Abrazan aquéllas la designación geográfica, noticia sucinta
de las escavaciones y parte principal de la bibliografía de las antigüedades;
mención de los tres estilos admitidos por Rada en las esculturas: el pri-
mero egipcio, «aunque las reminiscencias egipcias están en el simbolismo,
bastante desvirtuado por cierto, más que en el arte; el segundo, más do-
minante arcaico, que «participa de los car cteres del arte chipriota», y el
tercero romano. Prestando más atención al segundo estilo que á los de-
más, indiqué que se ofrecía «como una degeneración de las artes orienta-
les y arcaicas», y á continuación toqué por primera vez la cuestión de au-
tenticidad en las breves líneas que copiadas quedan al comienzo de este
trabajo.
Murcia y Albacete, por Don Rodrigo Amador de los Ríos. Volumen
de la obra España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia.
Barc bna, Cortezo, 1889. — Al final del capítulo XVIII y de la obra
(págs. 762 á 771) se ocupa del Cerro de los Santos y de sus antigüedades,
respecto de las cuales afirma «como punto de partida», que no todas las
esculturas «corresponden á un mismo arte, y por consiguiente á una mis-
ma época»; que «media visiblemente larga distancia entre unas y otras es-
culturas», y «que no todas ellas son auténticas, sino fruto de falsificación
intencional y reciente, guiada por el lucro». Respecto de las esculturas
después de hacerse cargo de las opiniones de los Sres. Lasalde y Rada, es-
cribe que «podrán ser referibles» algunas representaciones á los tiempos en
que se manifestara «la cultura helénica influida por la egipcia pero lo
que no es dable negar, lo que no es lícito desconocer es que el hemerosco-
I48 REVISTA DE ARCHIVOS
pió elotano levantado sobre el Arabí, fué durante la dominación visigoda
un Martyrium, y que todas aquellas estatuas, semejantes á la que repro-
duce el grabado (de la estatua grande) y se conseryan en las colecciones del
Museo Arqueológico Nacional, pertenecen á la época visigoda».
Trata el autor en suma de armonizar la opinión de su padre, D. José
Amador, de quien cita varios trozos, con la emitida posteriormente. Y es
de notar que también se ocupa de la esfinge de Balazote, la cual publica
por primera vez, porque se hallaba á la sazón en el Palacio de la Diputa-
ción provincial de Albacete, señalando desde luego el ((parentesco» de este
monumento con aquéllos y la sospecha de que pueda datar de los remotos
dias en que los caldeos señoreaban la comarca.
Artículos por D. Antonio J. González en la Enseñanza Católica, pe-
riódico de Murcia, 1890. — La circunstancia de haber estado el autor de cura
en Montealegre y haber sido por consiguiente testigo presencial de descu-
brimientos y exploraciones, da á sus artículos importancia, como lo indica
M. Engel en el trabajo que á su tiempo citaremos. Rebate la opinión del
Sr. Fernández Guerra de que la población de Ello existiera en el monte
Arabí, puesto que en él no se habían hallado ni restos ni aljibes que hu-
bieran sido indispensables. Añade que en todos los linderos de las hereda-
des del llano de la Consolación se hallaban empleados como materiales
fragmentos de estatuas, sobre todo de caballos y de toros, de los cuales
halló varios en excavaciones que hizo en un hondo bancal por bajo del
santuario hoy existente en el llano. Algunos de esos objetos regaló al Mu-
seo provincial de Murcia.
(Continuará.) JOSÉ RAMÓN MÉLIDA.
LA CAUSA DE FR. LUIS DE LEÓN
ANTE LA CRÍTICA Y LOS NUEVOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS
I
ERRORES ACERCA DE LAS CAUSAS QUE LA MOTIVARON
No pocos son los escritores que se han ocupado en la-causa de Fr. Luis
de León, ya de pasada, ya detenidamente. Cuantos en historias y litera-
turas modernas hubieron de consagrar algunas líneas al egregio cantor de
la Vida del campo, no pudieron resistirse á dar un fallo sobre el proceso
que se le formó y sobre los personajes que por diferentes motivos intervi-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 149
nieron en aquella tragedia. El examen de tantos dictámenes, contradicto-
rios entre sí, da lugar á un proceso mucho más largo que el formado al
célebre agustino, en el que el escritor imparcial vese precisado á poner el
veto á casi todos, como lo puso el Santo Tribunal á la traducción de los
Cánticos, y con mucha mayor razón.
Es indispensable que, dejándonos de hipótesis y sujetivismos engañosos,
interroguemos á los documentos la verdad de las cosas, que ellos son el
rasero inexorable de la crítica que tasa las reputaciones con medidas equi-
tativas.
Fr. Luis de León fué encarcelado por la Inquisición en 1572 y puesto
en libertad en 1576. La primera pregunta que se viene á los labios es la
siguiente: ¿por qué le procesó la Inquisición? Responden los Sres. Barco
y Girón: «Porque podrían contarse los hombres grandes de aquel siglo por
los que padecieron bajo el poder de aquel severo tribunal» '. Pequeños de-
bían ser para los adicionadores de Dorado, Victoria, Soto, Cano, Covarru-
bias, Lainez, Toledo, Valencia y tantos miles de españoles ilustres con
quienes no se metió el Santo Oficio sino para pedirles consejos.
Cualquiera que sea la opinión que se forme sobre la conveniencia de
dicho tribunal, en lo que puede haber divergencias, todos deben confesar,
porque es evidentísimo, que la casi totalidad de los prohombres de aquel
afortunado siglo, ó formaron parte de la Inquisición ó la favorecieron, so-
bre lo cual ha escrito con tanta competencia Menéndez y Pelayo, que
huelga añadir una coma.
Fray Luis de León mismo se gloriaba de haber sido entre sus colegas
de Salamanca, el que con más celo despachaba los negocios del Santo Ofi-
cio, «ítem, habla él en tercera persona, si saben que el dicho maestro fray
Luis de León en todas las cosas que el Consejo General de la Inquisición
cometió á la facultad de teulugía de aquella universidad, sirvió con más
diligencia y cuidado y voluntad y continuación que ninguno de los otros
maestros» 2.
Y si se objeta que no es lo mismo servir con diligencia á 'un tribunal
legítimamente establecido, que denunciar á personas del crédito moral de
1 Historia de Salamanca, por D. Bernardo Dorado, aumentada, corregida y continuada hasta,
nuestros días por D. Manuel Barco López y D. Ramón Girón. Salamanca, 1863, pág. 169. Dorado
la había dado á luz en 1763 y en 1776. Los adicionadores la corrompieron escandalosamente;
cuando no propalan falsedades, como que el Brócense murió en la cárcel, lo atribuyen todo i
fines bastardos.
2 Interrogatorio para el maestro Sancho presentado en 10 de Junio de 1573. Doc. inéd. de Sal-»
vá y Baranda.
I 5o REVISTA DE ARCHIVOS
Fray Luis de León, e'ste nos contestará con su delación á Arias Montano,
que los tiempos obligaban á recelarse no pocas veces de los amigos. «Es
verdad, escribe contestando á uno de los testigos del proceso, que más de
dos años después que pasé esto que he dicho con el Zúñiga, me cargó á mí
también un poco de melancolía, y viendo los herejes que se hab'an descu-
bierto y se descubrían de cada día en España, y que parecía no haber cosa
segura, aunque yo juzgaba bien del dicho Montano y creía que me había
dicho verdad en lo del libro, no quise dejallo en mi crédito sólo sino dar
noticia á Vs. Mds. para que si les pareciese ser necesario hacer otra dili-
gencia alguna, la hiciesen. Y ansí unas vacaciones por el mes de Setiem-
bre, creo que fué el año 62 ó 63, habiendo de ir á Granada á ver á mi ma-
dre que estaba recién viuda, vine por este lugar y hablé una tarde en su
casa con el Sr. Inquisidor Riego, que residía aquí entonces, y le di cuenta
del libro y de las cualidades del, y de quien me lo haba mostrado y de lo
que á mí me pareció acerca del con todo lo que acerca dello me acordaba
entonces» '. Dado este paso, algunos meses después, no de haberlo dado,
sino de haber hecho la anterior declaración, vino á arrepentirse de ella y
á oponerle una especie de retractación tardía. «I es verdad, consignaba en
25 de Enero de 1574, por el juramento que tengo hecho que después acá
que denuncié del, muchas veces he pensado que aquello que en él me hizo
escrúpulo, yo no lo debí de entender bien: lo uno porque yo sabía poco
entonces, porque acababa de ser oyente, lo otro porque se me leyó de co-
rrido y en lengua que yo no entendía bien, y nunca le tuve en mi poder,
ni le vi ni oí sino aquella vez, ni á él ni á traslado suyo, y ansí pudo ser
que en ello no hubiese el daño que yo sospeché» 2. No obstante esto y no
ser el libro obra de Montano, escribe el 12 de Septiembre de ibyb: «Y de-
más desto, el haber yo denunciado del tantos años ha, y el haber vuestras
mercedes preso al dicho Montano y inquirido diligentísimamente sobre
este negocio y no haber hallado otra cosa más de lo que yo dije desde el
año de sesenta hace mi inocencia más clara que la luz del mediodía» 3.
Conste, pues, que ni la Inquisición hizo lo que se le atribuye, ni los que
pasan por sus víctimas dejaban de ser activos colaboradores en sus encau-
zamientos. Además de que la Inquisición, como todos los tribunales de
este mundo, estaba obligada á obrar según lo alegado y probado, á confor-
mar los procedimientos de su legislación á las declaraciones de los testigos.
1 Documentos inéditos, tomo X, pág. 378.-2 Ibid. 25o.
% Documentos inéditos, tomo XI, pág. 192.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l5l
La pregunta, por tanto, de por qué le procesó la Inquisición, se reduce
á esta otra: ¿Por qué le comprometieron los testigos?
a) aSabía más hebreo del que permitía aquella edad», resuelve candida-
mente entusiasmado el P. Herrera, cronista de San Agustín ». Más sabía
Arias Montano, contestaré, y no por ello le denunció Fr. Luis; no sabía
menos Héctor Pincio, á quien el agustino consiguió arrojar de Salamanca.
Copiemos sus palabras de la causa y los libros de Claustros, preciosísimas
memorias inéditas de los archivos salmantinos: «Siendo Rector D. Juan de
Almeida pretendió (Héctor Pincio) que la universidad le diese un partido
porque leyese Biblia y Fr. Luis de León se lo contradijo, y otros por su
respeto así en el claustro como en la corte; y así no se le dio» 2. Quienes
lo pretendieron fueron los estudiantes, primero en una solicitud al Claus-
tro, en la que hacen el más cumplido elogio de sus libros, auditorio, lec-
ciones de Sagrada Escritura y gran conocimiento de lenguas, necesarias
para la inteligencia della, y en todas las demás artes liberales y letras
humanas, y después fracasado este primer intento, en una reclamación al
rey atribuyendo la negativa i particulares intereses 3.
Por lo que hace á la ilustración hebraica de los maestros salmantinos,
no hay más que fijarse en la forma en que se verificaban los exámenes y
las oposiciones á la cátedra de hebreo para apreciarla, y tener en cuenta
que en la corrección de la Biblia hebrea de Vatablo se repartieron los li-
bros entre les maestros. No sin razón contestaba el Claustro al rey con
motivo de la cátedra pedida para el escriturario portugués: «Hay en la
universidad hijos muy doctos y eminentes ansí en la teología escolástica
como en la positiva y en lenguas latina, griega y hebrea, que son necesa-
rias para la interpretación y declaración de la Sagrada Escriptura» 4.
i Historia del Convento de San Agustín de Salamanca.
2 Interrogatorio de 24 de Julio de 1572, Doc. inéd., tomo XI, pág. 262.
3 Véase el Libro de Claustros de 1567 á i568, Claustro de Diputados de 17 de Mayo y Claus-
tro pleno de i de Julio en este ú. timo reunido para conteUar el mandamiento real que pedia
información extensa de lo ocurrido. Fr. Luis dio el voto por escrito: «No mande ni consienta el
Rector, pide con energía, que se haga alguna otra particular información, porque es manifiesto
y notorio que el padre (Héctor Pincio era un fraile Jerónimo portugués) y los que tratan deste
su negocio han andado con grande diligencia ahora y antes de ahora negociando por diferentes
maneras con las personas del Claustro pa que den este partido al dicho padre y no le contradi-
gan, ofreciendo por ello promesas y haciendo amenazas». Nombróse una comisión que red. cuse
la respuesta á Su Magestad, compuesta por León de Castro, Fray Luis de León y Gaspar Grajal.
La respuesta se encuentra en el folio 141-42, y es muy desfavorable á la solicitud de los estudian-
tes. El Claustro, vista li contestación, declaró que estaba «bien ordenada», con lo cual, y con
haber perdido una oposición con Gaspar Grajal, dicho se está que Pincio tuvo que ausentarse
de Salamanc 1. Publicó comentarios á Isaías, Ezequiel, Daniel y algunos otros más, muy estima-
dos en otro tiempo.
4 El mismo libro de Claustros, fol. 142.
I 52 REVISTA DE ARCHIVOS
Tampoco se debe perder de vista para comprender el estado de cultura de
entonces y la candidez del cronista que los teólogos de Alcalá, recusados
por el de Salamanca *, no fueron nunca en zaga á los de esta Academia en
conocimientos lingüísticos. ¿Qué más? Castro, Medina y Zúñiga, declara-
dos por el poeta sus particulares y más funestos enemigos 2, eran doctos
en la lengua santa y muy adictos á su estudio, como es notorio al que se
haya tomado la molestia de consultar sus obras.
b) Ticknor atribuye el encausamiento de Fr. Luis de León á envidia
de sus enemigos, sobre todo de los dominicos «con quienes, asegura, es no-
torio tuvo de continuo acaloradas discusiones en las conferencias celebra-
das en las aulas de la universidad, rivales iodos á quienes había vencido
en concursos públicos para la provisión de los cargos que obtuvo, y que,
por consiguiente, no podían perdonarle sus triunfos» 3.
Ni una sola discusión acalorada se lee habida con los dominicos por
Fr. Luis 4, ni un concurso público fuera del de Medina, que éste ganó por
votos de estudiantes y aquél por una Real orden, ni esto era motivo aten-
dible, ya que los dominicos tuvieron discusiones y oposiciones con otros
muchos á quienes en nada molestaron por otra parte. Con Fr. Luis no tu-
vieron oposiciones antes del proceso, y sólo una después, por lo cual sin
duda tío testificó ninguno contra él en el segundo proceso. Lo de Medina
no fué propiamente oposición, como después veremos.
Con Báñez aseguró en cierta ocasión Fr. Luis que había mediado uno
de esos certámenes: una oposición á la sustitución de vísperas ganada por
el agustino 5. He estudiado este punto con la posible diligencia y nada
hallé en oposiciones ni libros de Claustros que recuerde tal cosa ó haga á
ella la menor alusión. En pago los argumentos en contra son invencibles:
i.° Fr. Luis de León, que tantas veces repite los motivos de queja ó de
sospecha contra los dominicos, sólo una vez menciona éste. 2.0 En otra
I «Y agora de nuevo tacho por lo mismo á los teólogos de la universidad de Alcalá, porque
como es notorio están encontrados con los teólogos de Salamanca por muchas causas antiguas y
recientes». Doc. inéd., tomo X, pág. 559. ¡Por tan leves motivos temía Fr. Luis que vendiesen su
conciencia aquellos maestros!
i «De todos los testigos de cuyas deposiciones me ha sido hecho cargo, sólo tres son los que
pudieron hacer sospecha contra mí». Ibid., tomo XI, pág. 191.
3 Literatura española, por M. G. Ticknor, traducida por. D. Pascual Gayangos, segunda épo-
ca, cap. IX.
4 Discusiones se conocen algunas y otra cosa fuera milagro, concurriendo todos á las con-
certaciones y actos escolásticos, pero acaloradas en el sentido de que riñese con ellos, como con
Castro, por ejemplo, no se tiene noticia de ninguna.
5 El P. Blanco escribe: «Comienza por ganar con mucho exceso una sustitución de vísperas,
enfrente nada menos que de Domingo Bíñez, el futuro campeón de la escuela tomista en las
empeñadas controversias de Auxiliis». Pone esta oposición del año 60 al 61.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 53
parte al parecer lo contradice, porque pone entre las razones de enemistad
de dominicos y agustinos ala cátedra que les hemos llevado», la cual cá-
tedra ya se sabe que es la de propiedad de vísperas, ganada por Guevara
á Gallo, á la que hace cien veces referencia el preso, suponiendo que por
ru influjo obtuvo el triunfo su hermano de hábito el P. Juan de Guevara.
De llevar él alguna hubiera dicho las cátedras y se hubiera referido á ella
cuando á la otra. 3.° No consta por ninguna parte ni la oposición ni la re-
gencia de dicha cátedra. 4.0 Tampoco se le puede asignar año, ni menos
del 60 en que se graduó, al 61 en que llevó la cátedra de Santo Tomás. La
cátedra de Santo Tomás era cátedra menor, catredilla, muy inferior á
la sustitución de Vísperas. La misma de Durando, que regentaba al ingre-
sar en la cárcel era inferior á la sustitución de vísperas, y no es creíble
que Fr. Luis ni nadie dejase la mayor para oponerse á la menor. 5.° Desde
el año 1 56o en que se graduó el poeta hasta el año 1572 en que le prendie-
ron, no hubo sustitución de vísperas de teología porque fueron catedráti-
cos propietarios Peña y Guevara, no jubilados. De Sagrada Escritura sí la
hubo dos veces, pero ambas la llevó Grajal una á Fray Luis y otra á Héc-
tor Pincio *. 6.° Báñez no se graduó por la universidad hasta mucho
después de hallarse Fr. Luis en la cárcel 2. Si á Medina, que había llevado
por votos la auxiliaría de prima, se la quitó Fr. Luis consiguiendo una
Real orden en contra, atento que carecía de grados académicos, ¿cómo
se iba á permitir á Báñez sin ellos oponerse á una sustitución? Sólo atre-
pellando los estatutos se hubiera hecho y sólo atropellando el buen sen-
tido se puede hoy afirmar. 7.0 Ninguno de los testigos pedidos por Fr. Luis
para declarar este punto, lo afirmó ni cierta ni dudosamente. Los histo-
riadores de la Orden aseguran, por el contrario, que estando de prior en
Toro, viendo que Medina había llevado la cátedra de Durando, quisieron
1 La cátedra era del limo. Sr. D. Gregorio Gallo, y hubo que proveerla de sustituto al ser
elegido Obispo, que para la Academia se consideraba quasi jubilado. Gregorio Gallo, hermano
de Juan, no fué dominico como éste, aunque otra cosa haya asegurado Dorado en la Historia de
Salamanca, y Trapiello en la Historia de la Orden de Santo Domingo. Ambos fueron burgale-
ses, teólogos en Trento, aunque en distintas convocatorias, y catedráticos en Salamanca en di-
ferentes tiempos. Del dominico voy recogiendo preciosas noticias que, Dios mediante, publicaré
cuando las complete.
2 En el Libro de Claustros de 1577, el 27 de Junio, Claustro de Diputados, se lee: «Entró en él
elM. R. P. Fr. Domingo Báñez, religioso de la orden de Santo Domingo, presentado ya para
maestro en theología, y dijo que pedia y suplicaba a la dicha universidad se le diesen prestados
sobre prendas cuatrocientos ducados pa se graduar de maestro en esta universidad, los du-
eientos pa el grado de maestro y los otros pa el de licenciado attento que antes que se hiciese
licenciado los había pedido para el dicho efecto los ducientos al Rector y le había dicho que por
entonces no los había»
I 54 REVISTA DE ARCHIVOS
asociarle para que se opusiese a otras que vacasen '. Ya se sabe que Medina
llevó la de Durando preso ya Fr. Luis. ¿Qué interpretación podremos
dar á la equivocación de éste? No es fácil decirlo. Entiendo que se equivo-
có ó se explicó muy mal aquí, como en lo de la firma de Vatablo afirma
el P. Blanco, aunque es tan difícil de explicar como esto, sin tener tantos
inconvenientes afirmarlo. Estas dos no son las únicas equivocaciones in-
explicables del, á veces, desmemoriado vate.
Me he extendido en esto por dejar en claro la verdad, no por combatir
á Ticknor. Cierto es que Báñez no declaró nada contra Fr. Luis, como la
causa enseña y reconoce el P. Blanco. El P. Basilio Ponce, sobrino de
Fr. Luis de León, asegura, por el contrario, que le favoreció en la cues-
tión magna de la vulgata, contrarrestando el efecto de los dominicos que
le combatieron, desestimando sus favores, presentándose fausto y salvador,
como cumple á un doctísimo y óptimo varón 2. No vale presentar en líneas
generales oposiciones que no existieron; examinemos las afirmaciones par-
ticulares.
i «De Prior del convento de Toro le mandó el Provincial que viniese á oponerse á la cátedra
de Durando y llevóla con mucha honra». Historia manuscrita del Convento de San Esteban, li-
bro 2.°, cap. 23. El P. Paulino, que estudió con diligencia li vida de Báñez, escribe: «Siendo
Prior en Toro vacó en esta Universidad la cátedra llamada de Durando: el Provincial le mandó
venirse á las oposiciones porque era grande su deseo de verle enseñando juntamente con el
Maestro Medina, su condiscípulo». En los Libros de Claustros no aparece hasta el i.° de Mayo
de 1577, poco antes de g aduarse.
2 Es curioso el pasaje, y aunque se resienta de cierto amargor, natural en un sobrino que
defendía á un tío como Fr. Luis de León, es digno de copiarse, como casi todo lo que salió de
la pluma de Basilio Ponce: «Nam habet illam (Eccl... vulgatam) non magis in chartis exaratam
quam in suo pectori inclusam et descriptam his litteris quae aut adulteran aut aboleri non
possunt, ut veré et prudentissime scripsit Ma¿ister Dominicus Bañe¿ magnus decus dominica-
nae familiae, vir non solum doctus sed et propter animi candorem sanitatemque judicii (medí-
tenlo los que hayan leído á Frins) ómnibus ejusdem familiae theologis anteferendus. Nam quod
talis esset plus apud eum valuit vera ratio quam quorundam suorum prejudicata opinio. Non
enim aut suae doctrinac praestantia dignum judicauit e-;se, rem difticilem inexplicatam relin-
quere: aut gravitati et constantiae congruensin quaestione invidiosa suam sententiam nolle
proferre: aut candpri et ingenuitati conveniens quid sentiret non palam dicere: aut omnino vir-
luti aptum plus apud ipsum cujusquam gratiam quam veritatem valere. Itaque non veritus in-
vidiam eorum quos hac in re aut judicii pravitas, aut malevolentia animi, aut pertinatia et
obstinado in semel suscepta sententia transversos rapit, veritati prope opressac, et propter in-
doctorum et malevolorum calumnias se efferre non audenti, faustus et salutaris adfuit, eique
quomodo virum dectissimum atque optimum decebat constanter patrocinatus est. Macte virtu-
tis vir sic ¡tur ad astra. Atque ut hoc loco litteris prodam quod tacite mecum reputanti domi-
nicanae familiae rationes mihique saepe venit in mentem. Multum certe atque adeo plurimum
et publice omnes et singuli privatim ei familiae debemus quae ut aliquando aliquibus merendi
causam attulerit, tamen semper alit atque ex se educit viros, alios qui excellenti doctrina atque
rirtute praediti quod alii exulcerarunt s nent ipsi, malisque ita medeantur cunctorum, ut non
sit major ex vulnere per ipsos acepto dolor, quam ex salute per eosdem recuperata lactitia. Va-
riar, disp. ex utroque thcol. par i.'1, Quacrt. 4.a espositiva». Esto, aunque duro, no llega ni coa
mucho á la generalidad que en ello establecieron otros escritores no sobrinos de Fr. Luis, y
por lo pronto, deja á Báñez en airosísima situación.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 55
c) Concretando esto de las cátedras asegura con el mayor aplomo Re-
villa en su Literatura General ' que les había ganado la cátedra de Sagra-
da Escritura. Por fortuna la cátedra de Sagrada Escritura la llevó Fr. Luis
después del proceso. Antes se opuso á la sustitución de Biblia, que, según
queda referido, ganó Grajal, su compañero de prisión.
d) El Sr. Escandón, tan sensato generalmente hablando, teniendo da-
tos para resolver, se echa aquí sin ellos á adivinar. Y, como regularmente
acontece á los adivinos sin misión sobrenatural, se equivoca de medio en
medio. «Todavía, son sus palabras, no había pasado un año de su grado
(i56i), cuando vacó la cátedra de Santo Tomás. No fué escaso el número
de los aspirantes á ella, ocupando el lugar principal entre los opos'tores
los dominicos de San Esteban» 2. Es casi seguro que los dominicos se incli-
naran por uno de sus adversarios, según se desprende de las declaraciones
de un testigo y de la dureza de lenguaje que usó Fr. Luis para con ellos;
pero es más cierto aún, completamente cierto, que ninguno de los oposi-
tores fué dominico y que los dominicos no hacían oposición todavía á cá-
tedras menores como era aquélla 3.
En otro lugar escribí no ha mucho: «tengo á la vista el proceso de la
cátedra, y ninguno de los seis opositores fué dominico. El último, que lle-
gó á trece votos tan sólo, es el divino comentarista Francisco de Ribera,
bachiller todavía. La cátedra esta de Santo Tomás era insignificante y
temporal, porque á Santo Tomás se le explicaba también en las de prima
y vísperas. Se le dio posesión «por tiempo y espacio de cuatro años, con-
forme á los estatutos desta universidad por imposición de birrete que yo el
dicho rector puse en la cabeza del dicho M. Fr. Luis» 4.
Por aquí podrá comprender el lector cuan al aire se ha hablado y cuan
necesario es echar el ancla de la crítica documentada en este mar de con-
fusiones y de historias forjadas. Dejando la palabra á los papeles de la
Causa, á los folios de los Libros de Claustro, á las Obras de Fr. Luis y á
i Sección 24.
2 Fr. Luis de León. Ensayo histórico, por D. Alejandro Arando y Escandón, cap III.
3 Hablando el P. Alonso Fernández en la historia del convento de San Esteban de Salaman-
ca de la oposición de Medina á la cátedra de Duran Jo en 1573, escribe: «Fué la primera vez que
esta orden se opuso á cátedra menor, porque asta entonces solamente se avia á las de propie-
dad y a las de sustitución de propiedad». Historia inédita del convento de San Esteban de Sala-
manca, libro 2.0, cap. 21. Existen tres ejemplares de este interesante manuscrito: uno en la Bi-
blioteca de la Universidad, otro en el convento de San Esteban y otro en poder del P. Justo
Cuervo.
4 Revista Ibero-Americana de Ciencias Eclesiásticas, Enero de 1003 (tomo V, núm. i.°) El ar-
ticulo de donde tomo este párrafo salió adelantado en mi Biografía de Medina por equivoca-
ción de los impresores ó de quienes fuese, que dejaron para después cuartillas anteriores.
I 56 REVISTA DE ARCHIVOS
las de sus acusadores, estudiaremos serenamente la responsabilidad que le
cupo á él y á ellos, á la Inquisición y al patrono. También trataremos ex-
tensamente de sus relaciones con el maestro Medina, porque nadie las ha
estudiado y porque sirven para aclarar un punto notabilísimo en la histo-
ria exegética de los teólogos españoles. Es deplorable que extranjeros tan
eminentes como Cornelli (que fué quien mejor lo estudió), y nacionales tan
eminentes como Caminero presenten ciertos cargos y hagan ciertas afir-
maciones por falta de un estudio de sucesos y de doctrinas que no vieron
más que en referencias engañosas donde todo se baraja y confunde.
De Grajal y Martínez, procesados con Fr. Luis diremos algo, á la vez
que de éste, tomado de las causas originales de la Biblioteca Nacional. Qui-
zás después hagamos un examen más detenido de esos procesos, sobre todo
de el de Martínez que, por ser de tal sabio, merece cap'tulo aparte y es
fácil salga impreso en la Revista de Archivos, según me indicó uno de
sus más doctos colaboradores. El de Grajal está en gran parte publicado
con el de Fr. Luis, y carece de la importancia que los otros, ya porque no
tiene tanta el autor, ya porque son más claros los motivos de procesa-
miento, ya porque falleció antes de que el proceso se terminase.
Lo que principalmente nos proponemos es aclarar este capítulo de la
historia de la Inquisición y de la vida del príncipe de nuestros líricos,
rehabilitar la buena memoria de ciertos varones egregios, y aclarar el pen-
samiento de los teólogos españoles del siglo xvi sobre exégesis bíblica, al
presentar sus acusaciones contra Fr. Luis, las ideas de éste, las del patrono
y calificadores, y, por fin, las del maestro Medina.
Ocioso me parece añadir que buscando ante todo el acierto, y conven-
cido de lo grave de las dificultades, estoy dispuesto á rectificar cualquier
juicio que se me indique como inexacto.
Fr. Luis G. Alonso Getino, o. p.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I 5/
APUNTES
PARA EL ESTUDIO DE LAS INSTITUCIONES JURÍDICAS DE LA IGLESIA DE ESPAÑA
DESDE EL SIGLO VIII AL XI
I
Comienza este período histórico con un acontecimiento que en breví-
simo tiempo mudó radicalmente la faz de nuestra patria. Porque en el
constante fenecer de imperios, instituciones y civilizaciones que presenta
la Historia, como recuerdo perenne de la instabilidad de las cosas humanas,
pocas caídas hay tan rápidas y tan inesperadas como la ruina total del im-
perio visigótico español. Poco hacía que Wamba, rey á la fuerza, había
ahogado con sangre los potentes esfuerzos de formidable insurrección que
amenazaba derribarle del trono: todavía resonaban en las basílicas tole-
danas los vigorosos y elocuentísimos acentos de los Isidoros é Ildefonsos,
lumbreras esplendentes y gloriosa encarnación de la cultura de aquel pue-
blo; perduraba en la memoria de los vivientes la erudición de un Tajón y
la sabiduría de un Massona; apenas se habían extinguido los ecos solemnes
de las asambleas toledanas, gloria inmarcesible de su e'poca; brillaban to-
davía los destellos de una cultura extraordinaria, y parecían inconmovi-
bles los cimientos de aquella monarquía, cuando un puñado de aventure-
ros, guiados por la codicia y lanzados por la traición sobre el Imperio
godo derrocaron en pocos días aquel poder en apariencia tan formidable y
dispersaron la más brillante civilización de la época. No es exagerado afir-
mar, plagiando una célebre frase del gran Padre de la Iglesia, San Jeró-
nimo, que España en el siglo vm anocheció visigoda y amaneció mu-
sulmana.
El período que da principio con este hecho extraordinario ofrece un
hermoso espectáculo y deja en la mente del historiador impresiones imbo-
rrables. De un lado, un pueblo sometido á la dura ley del vencido, con
una apariencia de libertad que hace más odiosa la tiranía; conviviendo
con el vencedor; fiel depositario de una religión y de una cultura del todo
opuestas al ambiente que forzosamente había de respirar; y que, no obs-
tante esto y no pocas contrariedades surgidas en su propio seno, deja en la
I 58 REVISTA DE ARCHIVOS
historia el glorioso recuerdo de una Iglesia con sus Concilios y sus Padres,
sus mártires y sus apologistas, y también, por desgracia, sus heresiarcas y
prevaricadores. Tal fué la Iglesia mozárabe '. De otro, los exiguos restos
del gran naufragio nacional refugiados en las asperezas de los montes,
constituyen núcleos de resistencia contra los invasores del suelo patrio, de
cuyo desenvolvimiento y unión, andando los siglos, surgirá potente la
gran patria española. En medio del fragor de los combates, y no obstante
la incertidumbre de una vida erizada de peligros constantes, se restaura
la Iglesia gótica; se pueblan los lugares solitarios de monasterios, asilos
de las ciencias y las letras; se erigen catedrales; se celebran asambleas
conciliares, dignas continuadoras de las tradiciones visigodas; la disciplina
se cumple y la Iglesia vive normalmente. Y cuando Europa entera estaba
sumida en la barbarie — tempi barbari ritornati, la barbarie secunda, lla-
mó Vico á esta época, — y aun la misma Iglesia de Cristo sufría los efectos
de turbaciones tan grandes, florecían en Andalucía, bajo los arabas, aque-
llos Padres dignos sucesores de los Leandros y los Julianes, y escribían
Alvaro Cordobés, Cipriano y Samson; en la Marca Hispánica recibía lec-
ciones Gerberto, más tarde Pontífice con el nombre de Silvestre II, asom-
bro de sus contemporáneos, queteníanle por hechicero por ser entendido en
las ciencias físicas y matemáticas que aprendiera en Cataluña del famoso
Atton, obispo de Vich; en los reinos asturiano y leonés sobresalen aque-
llos monasterios y abadías famosísimos de Albeida y San Millán, Samos y
Sahagún; San Eulogio de Córdoba nos deja testimonio ocular de la cultura
de los monges pamploneses; y, finalmente, lo que todavía es más admira-
ble, en una época en que corrían por Europa, gozando de gran autoridad
como auténticas y verdaderas, decretales fingidas é inventadas, rige la
Iglesia de España, lo mismo bajo el poder de emires y califas musulma-
nes, que bajo el cetro de los reyes asturianos, de la misma manera en la
monarquía sobrarbense que en la Marca Hispánica, feudo de los empera-
dores francos, un solo código, legado glorioso de la época anterior, fruto
de aquellos concilios de Toledo — que con sólo esta obra por resultado se-
rían ya una gloria de la Iglesia y de España, — libre de toda apócrifa in-
terpolación, conservando purísima la doctrina de la Iglesia, y que es, por
i La voz mozárabe la derivan los latinistas de mixtus y arabs, de donde salía mixti árabes;
y los orientalistas del participio mostarab, y de ahí mostarabe, arabizado. Amador de los Ríos,
Historia critica de la literatura española, Madrid, 1862, tomo II, pág. 17, nota 3.
'" *
Algún orientalista supone que se deriva de mu^arba \ xV^Lx' árabe de Muza.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 5q
unánime opinión de los doctos, reputado como uno de los monumentos
más insignes de nuestra cultura nacional.
Determinan el fin de este período, tan glorioso para la Iglesia de Espa-
ña, la expulsión y el destierro al África por los almorávides de los últimos
restos de los mozárabes, la abolición de la llamada liturgia mozárabe y su
sustitución por la romana y la introducción en España del Decreto de
Graciano que hizo caer en el olvido la colección canónica española, some-
tiéndose nuestra Iglesia al derecho común.
Los remotos tiempos que comprende esta época, la falta de fuentes his-
tóricas directas en no pocos puntos, la escasez de libros que traten de estas
cosas son causas de las dificultades con que se tropieza al emprender un
trabajo de esta naturaleza. Por consiguiente, el resultado de nuestros es-
fuerzos será, no el cuadro completo de las instituciones eclesiásticas españo-
las en este período, ni siquiera un simple boceto, sino unos cuantos apuntes
sobre algunos de los más interesantes puntos de la disciplina española, y
aun así, llenos de lagunas y deficiencias, que la índole misma de los estudios
históricos, en las condiciones en que forzosamente hay que emprenderlos
en España por la generalidad, no consienten otra cosa por la falta de
aquellos conocimientos auxiliares necesarios en investigaciones de este
linaje.
II
Relaciones de la Iglesia de España.
(Siglos yiii-xi.)
Relaciones de la Iglesia y el Estado. — La Iglesia y el Estado musulmán.— La Iglesia
y los Estados hispano-cristianos. — Relaciones de la iglesia española con la Santa
Sede., — Con los judíos y mudejares. — Las iglesias españolas entre sí.
En las entidades sociales, lo mismo que en la persona individual, se
ofrecen á la consideración dos aspectos en su vida: referente el uno á su
interna organización, naturaleza y modo de ser, y relativo el otro á sus
relaciones exteriores con otras personas ó entidades. Lo propio cabe decir
de la Iglesia, sociedad independiente y soberana, fundada por Jesucristo
con un fin sobrenatural. Y es justamente el problema de sus relaciones
uno de los más importantes y de mayor trascendencia en todas las épocas
y en todos los pueblos. La naturaleza y alteza del fin de la Iglesia, los po-
deres que su divino fundador le confiriera, su condición de Estado dentro
l6o REVISTA DE ARCHIVOS
del que viven sometidos los cristianos á su soberana potestad, y de medio
necesario para alcanzar la salvación, supremo fin de la vida, la necesidad
de medios materiales para la realización de su destino en la tierra, y su
derecho á exigirlos de quien puede y debe proporcionárselos, motivaron la
gran complejidad y universalidad de las relaciones de la Iglesia. La huma-
nidad en general, los fieles subditos de su poder, aquellos otros que ha-
biendo entrado en su seno por el bautismo viven fuera de su comunión por
la herejía ó el cisma, los judíos, los paganos, las diferentes Iglesias par-
ticulares entre sí y con la Sede romana, centro de la unidad y asiento de
la supremacía, las potestades temporales, tal es el vasto campo de las rela-
ciones de la Iglesia en todos los momentos de su vida, como necesaria con-
dición de su razón de ser, y de ahí la importancia trascendental que revis-
ten los problemas en ellas contenidos, y la atención con que se han estu-
diado por los escritores de todas las épocas.
La situación creada en España por la invasión musulmana hace resal-
tar todavía más el interés que ofrecen estos problemas al historiador y al
jurisconsulto; y con arreglo á ella es preciso considerar separadamente
las relaciones de la Iglesia con el poder político musulmán, y las que
mantuvo con los nuevos Estados hispano-cristianos, formados con la re-
conquista del suelo patrio; y aun en las primeras se impone la distinción
de tiempos y lugares por la manera como se hizo la conquista; las ideas
que respecto á estas cuestiones traían los invasores y las diferentes etapas
de la dominación musulmana en España.
El Anónimo de Córdoba ó de Toledo », continuador de la Crónica de
San Isidoro de Sevilla y coetáneo de la invasión, narra con su sobriedad
característica, no exenta de viveza y colorido, los estragos causados por
los musulmanes en su paseo triunfal por todas las provincias de la monar-
quía visigoda, y la forma de la rendición de las principales ciudades al am-
paro de capitulaciones y tratados ajustados con los vencedores. Y si en los
primeros momentos y en aquellas poblaciones que resistieron con la fuerza
las huestes musulmanas pudo ser cierto que enmudeciera la religión de los
sacerdotes, cesara la frecuencia de los ministros, acabara la diligencia de
los prelados, pereciera la doctrina de la fe, se destruyesen los santuarios y
las iglesias fuesen demolidas, no quedando ciudad episcopal que no fuera
incendiada ó destruida, como suponía el Arzobispo D. Rodrigo Ximénez
i Cito la edición del P. Tailhan, quien probó ser falsa la atribución de este libro al llamado
Isidoro Pacense, como creyó el P. Flórez.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l6l
de Rada ', ni el testimonio de los contemporáneos autoriza á creer la total
ruina de la religión y la desaparición de la jerarquía eclesiástica en las ciu-
dades conquistadas por los árabes, ni la propia conveniencia política de
los invasores les hubiera aconsejado tamaña devastación. No todos los pre-
lados de esta época fueron como aquel Sinderedo metropolitano de Toledo
que abandonó las ovejas puestas bajo su custodia, no como pastor, sino
como mercenario de Cristo, según frase del Anónimo Toledano 2; antes
bien, los más, sobre todo de la Bética, permanecieron al frente de sus igle-
sias y continuaron en ellas las gloriosas tradiciones de sus predecesores, y
tampoco en todas las ciudades entraron los musulmanes á sangre y fuego,
destruyendo é incendiando; por el contrario, fueron muchas donde en
virtud de los pactos y capitulaciones, respetaron el culto y las leyes de los
vencidos á cambio del pago de un tributo 3. Así ocurrió en Toledo, Cór-
doba, Málaga, Coimbra, Mérida y otras poblaciones, de que dan cuenta los
escritores coetáneos y el mismo Ximénez de Rada 4, y lo prueba además
la existencia de no pocos prelados en muchas ciudades de las metrópolis
de Toledo, Sevilla y Mérida, durante los siglos vm, ix, x y xi, y es evi-
dente no hubiera podido ocurrir así de ser exacta la primera afirmación
de D. Rodrigo.
De manera que, conforme á los relatos de los escritores de la época,
vivían los cristianos entre los árabes, durante el período de paz, sin grave
i Quis dabit capiti meo aquas, et íbntem oculis lacrimarum, ut plorem excidium Hispanorum
et miseriam gentis gothorum? «"".ontimit religio Sacerdotum, cessavit frequentia ministrorum,
obscessit diligentia pra:latorum, pcriit doctrina fidei et Sanctorum unió, pater solvitur ortho-
doxorum, sanctuaria destruuntur, Ecclesiae diruuntur, et quaj laudabant in cymbalis, provo-
eant ¡n blasphemiis... Adeo enim pestis invaluit, quod in tota hispania non remonsit civitas
Cathedralis, quae non fuerit, aut incensa, aut diruta. . — Historia de rebus Hispanice, libro III
capitulo XX.
2 Per idem tempus (in /Era DCCLIX... Arabum XCII)... Sinderedus urbis regiae Metropolita-
nus Episcopus... qui post modicum incursus Arabum expavescens non ut pastor, sed ut merce-
narius Christi oves contra decreta majorum deferens... — Cronicón, nú n. 35.
3 Se pagaban dos tributos. La capitación, que se elevaba á 48 dirhems para los ricos, de 24
para la clase media y d¿ 12 para los que vivían del trabajo manual. Se pagaba por duodécimas al
fin de cada mes lunar. Evaluando el dirhem en 12 sueldos equivaldría la tarifa anterior á 29,80
francos, 14,40 y 7,20, respectivamente; pero como en el siglo vm el valor de la plata era respecto
al actual como n es á 1, resulta la equivalencia á 317,80, i58,40 y 79,20. Los propietarios tenían
adem .s que pagar el «Karádj», impuesto sobre los productos, que se regulaba por la naturaleza
•de las tierras en cada localidad, pero que se elevaba generalmente á un 20 por 100. La capitación
cesaba para los que abrazaban el islamismo, pero no el Karadj. — Dozy, Historia de los musul-
manes españoles, trad. esp., Madrid. 1877, tomo II, págs. 54 y siguientes.
4 Postquam vero urbs regia fuit non iruptione, sed foedere ab Arabibus ocupata, quod tamen
focdus Sarraceni postea irruperunt, clerus et Christiani eiecti cum alus qui in His aniis rervitu-
tis barbárica; mancipati clegerunt degere sub tributo permissi sunt uti lege et ecclesiasticis
institutis, et habere Pontífices, et evangélicos sacerdotes; apud quos vignit officium Isidori et
Leandri...— Ob. cit., lib. IV, cap. III.
3." ÉPOCA. —TOMO ix. II
IÓ2 • REVISTA DE ARCHIVOS
detrimento en su fe, como dice San Eulogio, inter tpsos sine molestia fidei
degimus '; se celebraban los oficios divinos públicamente en las basílicas
á toque de campanas 2, acudían los clérigos al rezo de las horas canóni-
cas 3, se conmemoraban con todo esplendor las fiestas clásicas 4, y el en-
tierro de los fieles difuntos se verificaba con arreglo á la liturgia, en públi-
ca procesión y cantando los salmos acostumbrados 5. Esto por lo que se
refiere al culto. En cuanto á lo demás, subsistía entre los ministros del al-
tar la jerarquía establecida por la legislación eclesiástica; continuaban los
colegios clericales en las basílicas 6 y en los monasterios conforme á lo
preceptuado en el Concilio II toledano; se juntaban en concilio los pastores
de la grey cristiana; está comprobada la existencia de los capítulos cate-
drales; si dentro de las ciudades, no sólo permanecían las antiguas basí-
licas, sino que se erigían otras nuevas 7, los lugares solitarios, sobre todo
en los alrededores de Córdoba, centro del islamismo en España, estaban
poblados de monasterios, lo mismo de varones que de mujeres 8, á quienes
en estos tiempos no se maltrataba ni molestaba siquiera, teniendo presen-
te acaso el precepto del califa Abu-Bekr, «no turbéis la quietud de los
monges y solitarios; no destruyáis sus moradas» 9.
Esta relativa libertad de los mozárabes en el ejercicio de su religión,
como derivada de pactos y capitulaciones impuestos á los vencedores por
su conveniencia política y económica, no podía durar mucho, y así fué, en
efecto. Porque no siendo, como dice el Sr. Menéndez Pelayo I0, aquella
i Memorialis Sanctorum, lib. I, núm. 23.
2 ... Sed cum Basilicis signum, hoc est tinnientis aeris sonitum... Alvaro Cordobés, Indiculus
luminosus, núm. 6. España Sagrada, tomo XI. Basilicarum turris^everteret, templorum arces
dirueret, et excelsa pinnaculorum prosterneret quas signorum gestamina erant ad conventura
canonicu ti quotidie Christicolis innuenJum. — San Eulogio, Apologético, núm 8.
3 .. . Ipso autem die... horam nonam in Dei laude persolvi ñus. Ac deinceps auctis tripudis
vespertinu?, mitutinum et Missale sacrificiun. San Eulogio, epístola 2 de las de Alvaro; ... qui
pro conventu Ecclesiae adunando horis ómnibus canonicis perentitur audiunt. — Alvaro, Ind,
lum., núm. 6.
4 Ipso die quo vespertinis officiis in honoremGenitricis Domini Solemnister consuevit Eccle-
sia celebrare. — Samson, Apologético, proemio al libro II, al final del núm. 2.
5 ... Dum defunctorum corpora a Sacerdotibus vident, ut ¡nos est ecclesiasticus, humo dando
portare...— Alvaro Cordobés, Indiculus luminosus, núm. 6. España Sagrada, tomo XI.
6 Véase al mismo San Eulogio, Mein. Sanct., lib. II, caps. X y XII, y á Alvaro Cordobés, Vita
Div. Eul., cap. I, núm. 2. España Sagrada, tomo X, apéndice VI.
7 Jubet ecclesias super structas diruere, et quidquid novo cultu in antiquis Basilicis splen-
debat, fueratque temporibus árabes rudi formatione adjectum, elidere. — San Eulogio, Mem.
Sanct., libro III, cap. III.
8 San Eulogio, en su Memorial de los Santos, libros II y III, menciona todos ó la mayor parte
de los monasterios que había en los alrededores de Córdoba.
9 Citado por Conde en su Historia de la dominación de los árabes en España, Madrid,
1820-1821. Ignoro hasta qué punto es verdadera la cita de este desacreditado historiador.
10 Historia de los Heteredoxos españoles. Madrid, 1880, tomo I, lib. II, cap. III.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 63
primitiva tolerancia efecto solamente de la moderación y templanza de
los vencedores — á pesar de que, con arreglo á los preceptos del Corán-,
que distingue entre los no creyentes en el Profeta, las gentes del libro, cris--
tianos y judíos, á quienes deben guardarse ciertas consideraciones, y los
idólatras ó paganos, que todo buen creyente está en la obligación de ex-
terminar,— sino derivada más bien de otro género de motivos no tan ele-
vados, era lógico que, desaparecidos ó atenuados éstos, variase la situación
de los vencidos. Y así fué, en efecto. Era la gente árabe escasa en número
al principio, y en sus correrías hacia el Norte de España y allende el PiT
rineo, érale muy conveniente no dejar á la espalda enemigos que pudieran
sublevarse contra su dominación. Necesitaban además tributos con que
sufragar los gastos de sus expediciones guerreras y qué repartir entre las
heterogéneas tribus que vinieron á España en busca de botín, y éranles
precisos también numerosos brazos que trabajasen la tierra, ya que ellos,
al principio de su dominación, harto harían si podían custodiar fortalezas
y castillos y atender á las expediciones militares *. A todas estas tan aten-
dibles razones fué debida su primitiva benignidad, y en ellas está la expli-
cación de aquellos tratados y capitulaciones tan poco onerosos con las ciu-
dades que se rendían sin resistencia. Pero á medida que fueron los árabes
en mayor número y afianzaron su dominio en la Península, empezaron á
variar de conducta. Primeramente se observa una menor escrupulosidad
en el cumplimiento de los tratados, como sucedió en Córdoba, donde te-
niendo los cristianos garantida la existencia de su catedral en la capitula-
ción, se vieron obligados primeramente á ceder la mitad, y por último,
Abd-er-Rahman I exigió la venta de la otra mitad, y gracias que todavía
se llegó á una transacción 2. Más adelante, actos de hostilidad más ó me-
nos encubiertos, como la prohibición de tocar las campanas y los entie-
rros solemnes so pretesto de que con ello se excitaba el fanatismo de la
plebe mahometana; las burlas y escarnio de los sacerdotes y monges, y
aun algo más, en las calles da las dudadas, hasta obligarles á no presen-
tarse en público con sus trajes propios; el aumento arbitrario é ilegal de
los tributos pactados; las órdenes de Hixem I prohibiendo el empleo de la
lengua latina en sus Estados y disponiendo que los hijos de los cristianos
concurrieran á las escuelas por él fundadas 3 con el visible objeto de que
i P. Flórez, España Sagrada, tomo V, cap. V, núm. 8.
2 Dozy, obra citada, tomo II, II.
3 José Amador de los Ríos, Historia critica de la literatura española, Madrid, 1862, tomo II,
página 75. Menéndez Pelayo, obra citada, líb. II, cap. III. El Sr. Simonet (Glosario de voces ibé—
164 REVISTA DE ARCHIVOS
con el olvido del idioma propio y las enseñanzas árabes rápidamente se
perdiera hasta el recuerdo de la religión y cultura mozárabes; y por fin,
una persecución abierta y tenaz, descrita por San Eulogio con elocuentes
y patéticos acentos en su Documento martiri.il y en el Memorial de los
Santos, que sólo termina con el exterminio ó destierro de una parte de
aquellos desdichados mozárabes, salvados los otros por los reconquistado-
res del territorio nacional '.
Pero aún hay en las relaciones de la Iglesia mozárabe con el poder
político musulmán un aspecto que revela claramente la triste situación y
dura servidumbre á que se vio sometida, triste legado de la época anterior.
En la organización eclesiástica visigoda, después de la conversión de Re-
caredo á la íe católica, primero de hecho y más tarde legalizada por el
Concilio XII Toledano 2, ejercían los monarcas la facultad, juntamente con
el metropolitano de elegir los obispos para las sedes vacantes; y si este
derecho ejercido por monarcas católicos y piadosos no dejó de producir
sus abusos 3, fácilmente puede juzgarse lo que sería en manos de los emi-
res y califas cordobeses. Con razón dice Dozy 4, escritor nada sospechoso
en estas materias, que este derecho fatal en poder de enemigos de la fe
cristiana fué para la Iglesia fuente inagotable de males, de agravios y de
escándalos; y bien justificados estaban los lamentos del virtuoso y sabio
abad Samson en su Apologético cuando censura las maldades y depravada
conducta de Hostígesis, indigno obispo de Málaga. Lo propio cabe decir de
la facultad que se arrogaron algunos califas de convocar concilios, como
lo acredita el mandado reunir por orden de Abd-er-Rahman II 5 para evi-
tar el celo de los mártires de Cristo.
ricas y latinas usadas entre los mozárabes, Madrid 1888) reputa como fingido el decreto de
Hixem I, y afirma que en ningún texto arábigo se encuentra la menor noticia de semejante dis-
posición; pág. XII, nota 2.
1 Una de las causas de la persecución sarracena fué sin duda derivada de la cuestión de los
matrimonios. No prohibía la ley musulmana los matrimonios mixtos, pero ordenaba fueran
educados en la religión islamita los hijos de musulmanes, reputando como apóstatas á los hijos
de padre mahometano que profesaban la religión cristiana; y como por otra parte, la ley y la cos-
tumbre dejaban al cuidado de la madre la educación de los hijos, en virtud de la llamada Ma-
tria putistad par los expositores del derecho musulmán, cuando la madre era cristiana, cristia-
nos serian sus hijos, y de ahí los cauigos y por ende la persecución. Este fué el caso de Santa
Áurea citado por San Eulogio y otros varios. Otra causa fué de índole política, el temor que
inspiraba á los emires un tan gran núcleo de cristianos en sus e-uados que, avanzada ya la recon-
quista y con las luchas de los renegado-, en los mismos arrabales de Córdoba, pudieran consti-
tuir serio peligro para la tranquilidad pública.
2 Canon VI.
3 Así se desprende del Concilio II de Barcelona de 5oS. España Sagrada, tomo XXIX, trata-
do 65, cap. VII, pág. 284.
4 Obra citada, tomo II, pág. 63. Amador de los Ríos, ob. cit, tomo II.
5 Dozy, ob. cit., tomo II. Amador de los Ríos, ob. cu., tomo II.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
i65
De todo lo cual se desprende la triste condición de la Iglesia mozárabe,
sometida á la mayor de las tiranías, y por ella puede juzgarse la natura-
leza de sus relaciones con el Estado musulmán — libre el culto en la prime-
ra época, pero sometida la Iglesia á la arbitrariedad del poder civil ', — y
la tan decantada benevolencia y tolerancia de los árabes, ensalzada por
algunos con no poco agravio de la realidad histórica y no del todo confor-
me á los relatos de los escritores contemporáneos.
Muy otra fué la situación de la Iglesia en los nacientes Estados hispano-
cristianos. Diferentes las bases de la organización en los tres Estados cris-
tianos que se formaron con la reconquista del territorio nacional, de tal
manera, que mientras Asturias, León y Castilla ofrecen un verdadero tra-
sunto del Estado gótico hasta fines del siglo xi, Navarra y Aragón, por
efecto de los primeros elementos que empezaron la reconquista — monta-
ñeses del Roncal y de otros valles del Pirineo, del todo refractarios á las
cosas góticas, y apenas sometidos á su poder, — presenta un tipo de Estado
completamente distinto, ibero-romano le llama el Sr. D. Bienvenido Oli-
ver y Esteller 2, y Cataluña, feudo al principio de los emperadores carlo-
vingios, condado independiente más tarde, funda su organización política
sobre la base de la fusión de las instituciones góticas y feudales, hay algo,
sin embargo, que en los tres Estados reaparece de un modo uniforme,
lo referente al régimen de la Iglesia. Igual en Castilla, donde Alfon-
so II restaura el gobierno gótico 3, que en la monarquía navarro-ara-
gonesa, donde el rey D. Ramiro reúne en Jaca, io63, un Concilio lo mismo
que los reyes godos, que en la Marca Hispánica, donde el concilio de Bar-
celona dio al conde Raimundo, hijo de Borrell, el título de «Atalaya de los
Obispos de Cataluña», y firmó las actas «Inspector de las diócesis de sus
Estados» 4, como hubieran podido hacer cualquier rey visigodo, se restaura
la disciplina eclesiástica visigoda, y por este hecho quedó lá Iglesia, apa-
rentemente por lo menos, respecto de los soberanos de estos Estados, en
análoga situación que en los tiempos de Recaredo y sus sucesores, por más
que en la realidad lué más independiente, sobre todo á mediados y fines
i Ocurría entre los mozárabes, en sus relaciones con el poder político musulmán, cos.i aná-
loga á lo que hoy sucede con los cristianos que viven dentro de los dominios turcos, que para
todo debían pagar tributo y no poca; veces á dádivas y regalos debieron sus sedes algunos pre-
lados mozárabes.
2 «La naci in y la real;?a en los Estados de la Corona de Aragón». Discurso leído en la Real
Academia de la Historia, Madrid, 1884.
3 Omnes ]ue gothorum ordinem sicut Toleto fuerat, tam ¡a ecclesia quam in palatio in Oyeto
cuncio statuit.— Cronicón Albeldense, núm. 58. España Sagrada, tomo XIII.
4 MasJeu, Historia critica de España, Madrid, 1791, tomo XIII, pág. 56 y siguientes.
166 REVISTA DE ARCHIVOS
de esta época en los Reinos cristianos de la Reconquista, á lo cual contri-
buyó no poco el entusiasta celo religioso de los monarcas que, confor-
me rescataban los árabes territorios y ciudades, erigían iglesias y las dota-
ban, fundaban monasterios y concedían á la Iglesia privilegios, franqui-
cias y libertades de que no disfrutó en el Imperio de Toledo, no obstante
el carácter teocrático que no del todo exactamente le han atribuido algu-
nos historiadores.
Francisco Gómez del Campillo.
(Continuará.)
EL CONDESTABLE D. RUY LÓPEZ DÁVALOS,
PRIMER DUQUE DE ARJONA
Ruy López adquiere el Señorío de la villa de Arenas y del Colmenar,
y el Condado de Ribadeo. — Guerra con Portugal. — Es nombrado
Condestable. — Su destierro á la villa de Arenas. — Regreso á la
corte. — Nace el Rey D. Juan II. — Cortes en Valladolid. — Toma de
Ayamonte. — Batalla de los Collejares. — Cortes en Toledo. —
Muerte de Enrique III.
Conociendo el Rey que de las tres condiciones que ha de reunir un va-
lido, nobleza, prudencia y riqueza, faltaba á Ruy López la última, le hizo
merced de la villa de Arenas y del Colmenar, del Adrada, del Castillo de
la Puebla de Santiago de Aranucio y de Candelada; y fueron estas merce-
des tan del agrado de los respectivos vecindarios, que pueblos y ciudades á
campaña tañida aplaudían la liberalidad del Rey, y por testimonio de Juan
Sánchez de Burgos, escribano de S. M., sabemos que el sábado 3 de Junio
de i3g5, la misma ciudad de Avila en consejo extraordinario al que asistió
la flor de su nobleza, confirmó la donación del Rey aclamando al que fué
desde entonces su vecino en la parroquia de Santiago, al adelantado de
Murcia D. Ruy Lóp2z Dávalos '.
Y poco después prosiguiendo el Rey y el valido en su campaña de ri-
quezas y honores, adquiere Ruy López por compra de Mosén Per de Vi-
llanes, uno de los caballeros franceses que ayudaron á D. Enrique contra
su hermano, el Condado de Ribadeo y su estado, para ayuda de cuya com-
I Ruy López fué también primer Corregidor de Avila, según consta en una escritura de tes-
tamento cuyo original vio el maestro Gil González Dávila. Crónica de Enrique III, 1638, fol. 124.
Lo otorgó María Blazquez, mujer de Fernán Gómez, hijo de Blasa Ximeno Dávila, y era su te-
niente de adelantado Juan Fernández Orejón.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 167
pra ' le dejó 100.000 maravedises el Arzobispo D. Pedro- Tenorio en su
testamento otorgado en la villa de Alcalá de Henares, el 4 de Noviembre de
¿1392?: por cierto que esto sirve de argumento para congeturar el tiempo
en el que fué elevado á la Condestablía Dávalos, cargo que como es sabido,
lo desempeñaba D. Pedro Enriquez, Conde de Trastamara, hijo del Infante
D. Fadrique, maestre de Santiago. En dicho testamento el Arzobispo
Tenorio sólo le llama Camarero del Rey y su Adelantado mayor en el
reino de Murcia, no es de presumir fuera á la sazón Condestable, puesto
que heredaría probablemente á la muerte del Conde de Orense, año de
1400, como premio á los servicios prestados á la causa del Rey en la gue-
rra con el Maestre de Avis, que pasamos á reseñar.
Rotas las hostilidades con Portugal, comenzó la lucha por mar y por
tierra. El Almirante mayor de Castilla D. Diego Hurtado de Mendoza, to-
maba en los puertos del reino lusitano brillante desquite de la rota que en
Badajoz y en Tuy el ejército de Castilla había sufrido. Envalentonado el
portugués con el triunfo de sus armas, sitió la villa de Alcántara, ponién-
dola durante seis días cerco muy estrecho «con ingenios y trabucos». Es-
taba ya la villa en situación extrema: llegó la noticia á oidos de Dávalos,
V salió en su socorro, y sólo su nombre fué bastante para que el Rey no
osando esperarle alzara el cerco. Animado con este triunfo, siguió avan-
zando, y Peñamacor, uno de los más fuertes presidios del reino, abatió su
bandera ante la del Condestable, y juntas sus tropas con las del Maestre de
Alcántara Fernán Rodríguez de Villalobos, 'recibieron á pleitesía la villa
de Miranda en el primer día de Agosto de 1399, llevando á cabo proezas sin
cuento, y lavando con sangre la afrenta de las anteriores derrotas, la pri-
sión del Mariscal de Castilla Garci Gutiérrez de Herrera, y la traición del
Arzobispo de Santiago D. Juan Manrique. Estas son las hazañas á que Al-
fonso Alvarez de Villasandino alude en una de las canciones que se con-
servan en la Biblioteca de San Lorenzo y que dice así:
¡Bien digno y merecedor
del collar e de la Banda!
¡Esto sabe bien Miranda
quanto mas Peñamacor...!
Su valor y su fama causó envidia á los grandes y malquistándole con
el Rey éste le mandó salir de su corte: él se retiró á la villa de Arenas de
i En aquella época también había vendido Beltrán Duguesclin á D. Enrique II las ciudades
de Molina y Soiia, que le había dado con titulo de Duque en precio de i5o.ooo doblas, y Diego
López de Zúñiga compró á Juan Núñez de Villagran el estado y villa de Capilla, por 280.000
maravedises en 1382.
l68 REVISTA DE ARCHIVOS
sus estados de Jaén, y poco después, en 1403, el Rey le restituyó á su pri-
vanza, echando de menos, como no podía por menos, su lealtad y sus
servicios.
El viernes 6 de Marzo de 1405, nació en el monasterio de San Fran-
cisco de la ciudad de Toro, el que se llamó más tarde D. Juan II, y por
tan fausto motivo, la Reina pidió el indulto de su primo D. Pedro de Cas-
tilla, niño de poca edad, preso por el delito da ser nieto de un rebelde; y
el Rey juntó cortes en ValladolU para que el Infante recibiese pleito ho-
menage del que andando el tiempo sería su reino: íué el primero en pres-
tar obediencia su tío el Infante D. Fernando: siguieron á éste el Maestre
de Calatrava D. Enrique de Villena ', el Conde de Trastamara D. Fadri-
que, el Conde de Montealegre D. Enrique Manuel, el Obispo de Sigüenza
D. Juan de Illescas, que gobernaba á la sazón -la sede vacante de Toledo
por muerte del Arzobispo Tenorio, el Obispo de Palencia Sancho de
Rojas, el de Cartagena D. Pablo, el Condestable Ruy López Dávalos,
Juan de Velasco, el justicia mayor de Castilla Diego López de Zúñiga, el
Maestre de Santiago D. Lorenzo Suárez de Figueroa, el de Alcántara Ger-
mán Rodríguez de Villalobos, y los procuradores de las ciudades y otros
muchos recibiendo el juramento el Arzobispo D. Pedro Frias, Cardenal
de España, siendo curiosa en verdad la observación que respecto á este
acto hace Dávalos de Ayala ¿quién había de decirle á Ruy López, que
aquel niño á quien juraba obediencia «en lugar de ilustrar y engrandecer
su casa la deshizo» y en vez de ser su amparo, «ordenó su persecución y
su ruina», siendo la causa de su miseria y su mayor contrario el que creyó
«su principal valedor y mejor apoyo de su grandeza?»
Aprovechando el musulmán la enfermedad del Rey y el descuido de
Alonso de Guzmán, que poseía la villa de Ayamonte, se apoieró de ella
sin respetar las treguas concertadas, y al saberlo D. Enrique, envió una
embajada pidiendo satisfacción del daño recibido, acto que interpretó el
moro como de recelo y temor, por lo que en Octubre del siguiente 1406,
corrió las tierras fronterizas da Quesada y de Baeza con poderoso ejército,
saliéndole al encuentro Pedro Manrique, adelantado de León, entablan-
do cerca de Quesada, tan recia batalla que duró un día, sin conocerse por
parte de quien era la victoria: esta fué la famosa batalla de los Collejares
en la que perdieron la vida el Mariscal Juan de Herrera, García Alvarez
1 Conde de Cangas y Tineo, hijo de D. Pedro de Aragón, Marqués de Villena, Condestable
de Casiill y de doña Juana de Castro, hija de D. Enrique II.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l6(J
Osorio, Alfonso Dávalos, Martín Sánchez de Rojas y otras muchas perso-
nas de cuantía, siendo heridos entre otros Pedro Fernández de Valenzue-
la, heredero de Juan Pérez, señor de Valenzuela que llevaba la gente de
Córdoba.
Estos desgraciados sucesos motivaron la reunión de cortes en la impe-
rial Toledo, que fueron presidí Jas por el Infante D. Fernando I, para dar
cuenta en ellas á los procuradores del reino de todo lo acaecido y hacer
provisiones de gente y de dinero luego de acordar como en efecto fué
acordado tomar de tan cruel ofensa sangrienta venganza. Concedió el
reino un millón de oro al Rey, suma la mayor qáe hasta entonces se
había votado y que se pudiera hacer (caso de no ser bastante) nuevos re-
partimientos sin previa consulta. Ruy López, por razón de su cargo, tomó
principal.'sima parte, á pesar de sus achaques y de la gota que lo tenía
postrado en el lecho, en la organización del ejército invasor que fué de
14.000 caballos y 5o. 000 infantes, con sus 5o naves y 3o galeras, bien ar-
mado y dispuesto.
Pero cuando estaba en mejor punto el deseo del Rey, vino á sorpren-
derle la muerte entre prima y tercia del sábado 25 de Diciembre de 1406.
En esta ocasión atribuye uno de los cronistas de la época ■ al Condes-
table un proyecto político en extremo, propio á la verdad de un verdadero
hombre de gobierno. Sabía por experiencia cuáles eran los inconvenientes
de una minoridad y cuales las especiales circunstancias porque atravesaba
Castilla amalgama informe de reyezuelos de contrapuestos deseos y des-
atentadas ambiciones. Conocedor además de las relevantes prendas del
infante Don Fernando, quiso alzar á éste por Rey de Castilla y á este fin
se convino con los principales magnates del Reino de tal manera, que al
ser convocados en la capilla de San Blas, sita en el claustro de la Santa
iglesia de Toledo, entierro del Arzobispo D. Pedro Tenorio, para jurar
al nuevo Rey de Castilla le descubrieron su propósito que algún historia-
dor de la época adorna con un razonado discurso probando no era cosa
extraña la elección en un reino cuya corona aun llamándose hereditaria
habia pasado de las. sienes de Enrique I, Alfonso X y Pedro I á las de Fer-
nando ííí, Sancho IV y Enrique II con olvido de los legítimos ó pretendi-
1 Dávalos de Ayala en cambio, niega rotundamente abrigase tal propósito, y dice que por
dar autoridad á su oración elegante, quiso (M iriana) ponerli en boca del Condestable, cosa no
verosímil, pues sabiendo las muchas obligaciones que tenía con el d.funto Rey, no es de creer
las olvidase tan pronto, y antes al contrario, Ruv López dice, fué el que disuadió al Infante de
a«eptar una corona coa que le brindaban los principales magnates de Castilla.
I70 REVISTA DE ARCHIVOS
dos derechos de Doña Blanca, madre de San Luis, de los Infantes de la
Cerda y de los descendientes de Doña María de Padilla.
No quiso D. Fernando gravar su conciencia con acto que su nobleza re-
chazaba y á la excitación que Dávalos le hizo al preguntar «á quien alza-;
rían por Rey de Castilla» contestó: ¡Pues á quién sino á mi sobrino Don
Juan, al unigénito de mi hermano D. Enrique!; por lo que montó el Con-
destable á caballo y tomando en sus manos el pendón morado, dio el tra-
dicional grito de «Castilla, Castilla» por el Rey Don Juan el Segundo des-
pués de lo cual él mismo lo colocó en la Torre del Homenaje del Alcázar
de Toledo.
Minoridad de Juan II. — Guerra de Granada. — Revueltas en Murcia. —
Toma de Antequera. — El Infante D. Fernando es nombrado Rey de
Aragón. — Muerte de la Reina Catalina. — Rivalidad ambiciosa de
los magnates.
Abierto el testamento del difunto Rey • se vio le nombraba en primer
término ejecutor testamentario en unión del Obispo de Cartagena D. Pe-
dro, Chanciller mayor del Príncipe, del P. Franciscano Juan Enríquez,
ministro general de la orden, del confesor que fué de Juan I Hernández
Illescas y de otros magnates del reino y con ellos se halló, en el juramento
que prestaron los tutores del nuevo Rey, (D.a Catalina madre de Juan II y
su tio el Infante D. Fernando) y en las Cortes que se celebraron pocos días
después con el fin de proseguir y completar el plan de guerra trazado por
el monarca difunto.
En el testamento se encomendaba la crianza y educación del joven Rey
(niño de veinte meses) á Juan de Velasco y á Diego López de Zúñiga y
como la Reina lo desease, D. Fernando consiguió se la cediesen aquellos
mediante pago de indemnización de 12.000 florines de oro. A pesar del des-
interés del Infante, D.a Catalina sospechaba que su cuñado trataba de al-
zarse por Rey: y D. Fernando se mostraba resentido de que tal cosa su-
pusiese de él la Reina gobernadora, contribuyendo á ensañar los ánimos
D.a Leonor López de Córdoba (hija del maestre D. Martín López de Cór-
doba y de D.a Sancha de Valenzuela) que era dueña de la Reina, y Alfonso
de Robles, hombre de oscuro linaje y mala inclinación al decir de Fernán
Pérez de Guzmán, que por valimiento de D.a Leonor se introdujo en Pa-
.1 Le otorgó cerrado ante Juan Martínez, Canciller del sello de la puridad y delante del Con-
destable Dávalos, del Obispo de Cartagena D. Pable, del de Siguenza D. Juan y de otros prela-
dos y caballeros y el Infante D. Fernando lo hizo depositar en un arca que envió á Segovia y que
cerró con cjatro llaves, las cuales guardaron tres prelados y su Alteza.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 17!
lacio nombrándole la Reina su secretario. Este la propuso para tomar
parte más activa en la gobernación, dividir de hecho la Regencia con el
Infante D. Fernando, haciendo de Castilla al modo de dos Reinos, cosa á
que se avino D. Fernando en evitación de nuevos males i,
D. Fernando, á quien si los hechos precedentes hacían acreedor á una
corona, los sucesivos se encargaron de demostrar tenía alientos sobrados
para gobernar un reino, partió hacia la frontera andaluza el martes i3 de
Abril de 1407. Le acompañó en esta empresa el Condestable Ruy López
Dávalos, D. Luis de Guzmán maestre de Calatráva, Perafán de Ribera
adelantado mayor de Andalucía, el Obispo de Palencia Sancho de Rojas,
y Otros caballeros y prelados: hizo en Toledo honras fúnebres por su her-
mano, celebró en Yébenes la Pascua de Resurrección, pasó á Ciudad Real
entonces Villa: supo la toma de Hurtal y la muerte de muchos caballeros
de Cuenca, pasó á Córdoba donde había mandado ir al Conde D. Fadri-
que, á Juan de Velasco, á Diego López de Zúñiga, á Carlos de Arellano
y á otros grandes señores. y antes de llegar á ella supo por un moro
conversóla toma del castillo de Pruna, victoria que le produjo mucho
gozo.
El Almirante Alonso Enríquez se hallaba reuniendo gente para armar
cinco naves ya botadas de las i3 galeras que estaban construyendo y de
Sevilla vino á pedir soldados al Infante; partió el Infante á toda prisa á
Sevilla y previno lo necesario, cayendo con tanto trabajo y calor enfermo
de las tercianas á su llegada á aquella ciudad 2.
Poco después (el 23 de Junio) supo como el Rey de Granada venía so-
bre Jaén con 7.000 ginetes y 100.000 infantes y días después llegó á sus
oidas el apretado cerco que á Baeza había puesto, la quema de su arrabal
y la brillante defensa hecha por Pero Diez de Quesada y García González
Valdés. Inquieto el Infante con estas nuevas mandó en socorro de la ciudad
al Condestable, cuya noticia sirvió para que el moro levantara el cerco
contentándose con entrar á saco en la villa de Bedmar que defendió con
1 Correspondió á D.B Catalina el gobierno de Castilla la Vieja, Galicia, Vizcaya con todo lo
que contenían hí sta los puertos. Arzobispado de Santiago, Obispado de Tuy, Astorga, Oviedo,
León. Zamora, Salamanca, Ciudad Rodrigo. Avila, Burgos, Osma y Calahorra.
Y al infante el Arzobispado de Toledo, y de Sevilla, los Obispados de Cuenca y de Siguenza,
Cartagena, Cádiz, Córdoba, Jaén, Badajoz, Coria, Plasencia, Lugo, Orense, Mondoñedo y Pa-
lencia.
También partieron los ministros, contadores, oidores, consejeros y todo lo concerniente al
Reino.
2 También vino á ayudarle en esta guerra el Conde de las Marchas, yerno del rey de Nava-
rra con 80 caballos.
172 REVISTA DE ARCHIVOS
su vi Ja el Comendador de Santiago Sancho Ximénez, cuyos hijos íueron
llevados cautivos con sesenta más de la villa por el agareno.
Sosegado ya el reino de Jaén volvió al de Sevilla el Condestable en
busca del Infante D. Fernando que había salido para campaña el día 7 de
Septiembre: reunióse con él en Carmona y juntos tomaron á Zahara el 1 de
Octubre hallándose el 3 sobre Montecorto; el 4 taló Dávalos con 2.000 lan-
zas la tierra de Ronda donde luchó su gente con 400 moros de á pie, cau-
sándoles 16 muertos sin pérdida alguna de nuestra parte, jornada en la que
se distinguió sobremanera un hijo ilustre de Baeza, Diego Hurtado de Men-
doza, criado del Maestre de Santiago: el 5 cercó D. Fernando á Setenil: el
6 se reunió con Ruy López en Olvera y con él hizo el Infante en una pala-
bra toda aquella campaña brillante en la que cada día de Octubre registra
una hazaña y una conquista, pues durante él fueron ganados no solo Za-
hara y Andita, sino Ayamonte, la Torre de Alhaquúij Cañete, Priego, las
Cuevas y Ortejica y con él, en fin, entró triunfalmente en Sevilla, mon-
tando un hermoso caballo castaño, y armado de cota y brazalete y vestido
con rico aceituní brocado de oro. Llevaba el Infante á su derecha al Conde
de las Marchas: á su siniestra Dávalos y delante, al adelantado Perafán de
Rivera que era portador del estoque del Santo Rey que fué restituido á la
Catedral de donde lo habían sacado.
Con el Infante volvió Ruy López á Castilla, juntos celebraron en To-
ledo las Pascuas de Navidad y en Guadalajara cortes para trazar el plan
de la futura campaña que no se llevó á efecto por las treguas de ocho me-
ses concertadas con Mahomed primero y con su hermano y sucesor Jusuf
después, treguas que fueron contradichas por el Condestable, pero que no
obstante fueron acordadas, prevaleciendo el consejo de la Reina D.a Cata-
lina y treguas que al fin fueron rotas por haber atacado la villa de Priego,
no obstante el convenio, los moros fronterizos. Aprovechó el inquieto Con
destable esta época de paz para arreglar otras diferencias que le traían
fuera de sí. Quería, como Adelantado Mayor de Murcia, entrometerse en la
jurisdicción civil y criminal de la villa, intromisión valientemente recha-
zada por los murcianos, tantas veces como propuesta le había sido. Ciego
de ira y de corage el Condestable con lo que llamaba desobediencia, envió
á Antón de Falces con una carta cerrada y sellada con su sello, la que fué
leida en la plaza pública pretextando contenía nuevas de Francia, con todo
lo cual lejos de sosegarse se inquietaron más aún los ánimos, subiendo el
malestar de punto al saber que el Condestable estaba tan encendido de
BIBLIOTECAS Y MUSCOS lj3
cólera que pedía sin cesar gente de refuerzo á Orihuela y otras villas para
venir contra Murcia, la cual por su parte se preparó á la defensa, haciendo
juramento de no acoger á Dávalos bajo sus murallas, si no desistía antes de
las que reputaban desatentadas pretensiones, diferencias en fin que com-
puso el Maestre de Santiago en Molina, firmándose la escritura de con-
cordia que extractamos en uno de los Apéndices al presente trabajo: por
ella se da satisfacción cumplida á la honra del Condestable abriéndole las
puertas de la villa y ofreciéndole hospedaje: se asienta sobre sólida base
la libertad é independencia que querían gozar los vecinos y concejo de
Murcia de la intervención continua y fiscal que en todos los negocios el
Adelantado por sus corregidores tenía; se devuelve la libertad á los que
de uno y otro bando se hallaban presos y se firman las paces de una y otra
parte; paces á las que puso término la triunfal entrada que este hecho
proporcionó en Murcia á Ruy López, el perdón que éste hizo de los
5.ooo florines de oro de la ley y cuño de Aragón que el Consejo le adeu-
daba y el rico presente que en aves, terneras y tinajas de vino la ciudad
al Condestable le hizo amen de otros regalos en «escarlatas finas y flo-
rentinos» que el Jurado Bernardo Riquelme adquirió por mandato de la
ciudad.
.V. .V.
Llegada la primavera del año 1401 comenzó de nuevo la campaña.
Aprovechando la ausencia del Alcayde de Zahara Alonso Hernández de
Melgarejo, los moros asaltaron la plaza con muerte de 1 14 hombres y cau-
tiverio de 61 mujeres y 122 niños que hallaron dentro de muros. Indignóse
contra el alcayde D. Fernando y le hubiera castigado duramente á no in-
terceder el Almirante D. Alonso Enríquez y nuestro Condestable, y gra-
cias á su mediación fué restituido á su Alcaldía que ya venía desempeñan-
do su hermano Garci Hernández.
Pocos días después, el 21 de Abril, partió la tropa castellana de la ciu-
dad de Córdoba y el 26 asentaba sus reales sobre Antequera, á la que puso
tan estrecho cerco que el 16 de Septiembre se dióTa orden de asalto, ondean-
do poco después en la muralla la bandera del Condestable, y viendo los
defensores de la villa que eran infructuosos sus esfuerzos, pidieron capitu-
lar, gracia que les fué otorgada, respetándoseles todos sus bienes menos las
armas, bastimentos, almadragues y cautivos; y así se ganó Antequera el
*2 de Septiembre de 1401, consagrándose aquel mismo día su Iglesia al Sal-
vador del mundo y dejando como Alcayde de la villa y presidio al esfor-
174 REVISTA DE ARCHIVOS
zado doncel Rodrigo de Narváez, natural de Baeza, hijo de Fernán Ruyz
de Narváez y sobrino de D. Rodrigo, Obispo de Jaén.
Mientras duraba este cerco no había permanecido ocioso nuestro Con-
destable: en grave aprieto puso á la morisma de Málaga, cuya vega taló,
llegando hasta arrasar sus arrabales: muchos muertos causó su gente á los
que con ella trabaron combate y con más de cien cautivos y rico por el
botín apresado regresó á Antequera, habiendo contribuido esta algarada á
que impedida la llegada de refuerzos á los sitiados, decayese el ánimo de
éstos y se acelerase la rendición de la fortaleza. Y con la victoria lograda
tampoco se durmió en sus laureles; al instante lo vemos con el Conde de
Niebla sobre el castillo de Aznalmara, que rindieron *, y pocos días después
reaparece en Xebar dando tales muestras de valor que, según refiere una
Crónica de la época, «teniendo un pavés en la mano se juntó con el muro
dando grandes voces á todos que combatiesen como caballeros, que muy
prestamente tomarían la fortaleza, lo que aconteció al siguiente día, Lunes
29 de Setiembre».
Con esto terminó la campaña del año 1401, por la que se hicieron osten-
tosas alegrías y espléndidas fiestas en Sevilla y en Murcia en honor del
Infante y del Condestable respectivamente, concertándose tregua por diez
y ocho meses.
El glorioso ejemplo que su padre le daba enardeció el ánimo de Pero
López Dávalos, su lugarteniente en el Reyno de Murcia, por lo que juntan-
do escogida hueste se entró por tierra de moros talando los lugares de
Oria, Cantoria, Overa, Xuxena y otros, regresando poco después á la
ciudad victorioso y rico con muy grande cabalgada.
* *
La lealtad y el valor de D. Fernando fueron al fin recompensados 'con
un reino. En Caspe fué elegido Rey de Aragón y en Zaragoza ciñó en 1414
la corona de Jaime II. Con este fausto suceso, al que concurrió la flor de la
nobleza castellana, se halló, como no podía por menos, el Condestable, y
él marca también la era de la desgracia para el insigne hijo da UbeJa, pues
con el cambio de política creció el poderío de sus enemigos, amén de lo
cual, él comenzó á tomar activa parte en las intrigas palaciegas que vinie-
ron á la postre á causar su ruina y su desgracia.
1 Le ayudó en esta empresa el Arzobispo de Santiago D. Lope de Mendoza y D. Lorenzo Suá-
rez de Figueroa, Comendador mayor de León en la orden de Santiago, (que fué herido en un pi{¡
por un pasador).
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 75
Muerto el Rey D. Fernando de Aragón y habiendo quedado por única
Gobernadora de Castilla D.a Catalina, confió la guarda de la persona del
joven rev al Arzobispo de Toledo D. Sancho Rojas, á Juan de Velasco y
á Diego López de Zúñiga, justicia mayor de Castilla, hecho que molestó
sobremanera al Condestable, al Almirante D. Alonso Enriquez y al Ade-
lantado D. León Pero Manrique por • no haber consultado antes su pa-
recer.
Murió la Reina Catalina dejando de edad de trece años al Rey D. Juan,
al que había criado, según gráfica frase del P. Mariana, como pollo en ca-
ponera, en unas casas junto al monasterio de San Pablo de Valladolid sin
dejarle salir en más de seis años y sin la fortaleza de cuerpo y de alma
que si es precisa en la naturaleza humana es doblemente necesaria á un
Rey que en temprana edad no sólo ha de regirse á sí, sino gobernar á un
pueblo. Criado como planta de estufa, sin voluntad y sin conocimiento
del mundo y de los hombres, los magnates se esforzaban por alcanzar su
favor, sabiendo que el que lograra adelantarse en él á los demás obtendría
la gobernación del reino, reproducie'ndose por tanto aquellas vergonzosas
escenas palaciegas de los tiempos de Enrique III, sólo que no tropezaron
con un corazón tan resuelto como el suyo, y el pobre Juan II fué una
sombra de Rey gobernado por un valido, contradiciéndose siempre en
sus resoluciones, corazón femenil que no tuvo nunca arranque para un
impulso de su carácter, y se arrepintió cien veces de todas las resoluciones
adoptadas en su gobierno. Sólo puede admitirse, por tanto, como tregua
del convenio que entre sí hicieron los seis magnates, de abrir las puertas
de Palacio á todos y juntos acompañar al Rey cuando saliera á pasear á la
villa, juntos estar y asistir en la Corte, y los dos que más á mano se halla-
sen firmar en las espaldas las provisiones y cartas de la Reina, corriendo
á su cargo la crianza del Rey y la gobernación del reino.
Llegado el Rey á los catorce años, trató Dávalos con los suyos de que
empuñase D. Juan el cetro, y de acuerdo con él reunió en el Alcázar de
Madrid, Cortes, á las que no pudo acudir el Condestable por la gota que le
aquejaba, pero que fueron trasladadas, digámoslo así, á la morada de Ruy
López (que tanta era la estima en que le tenían) y en ellas se. acordó que
los libramientos así de dinero como de cualquiera merced se dieran á don
Gutierre de Toledo, Arcediano de Guadalajara, para que éste los mostrase
en Consejo al Arzobispo de Toledo D. Sancho de Rojas, al Almirante
Enriquez, al Adelantado de León Pero Manrique, al Mayordomo mayor
176 REVISTA DE ARCHIVOS
Juan Hurtado de Mendoza y al Condestable Ruy López, los cuales se los
devolverían luego para que él los refrendara y el Rey los librase, novedad
que maravilló al Arzobispo de Toledo, pues nunca creyó iban á otra cosa
á la morada del Condestable sino á verle y á confirmar los poderes de los
del Consejo.
Andaban descontentos los prelados y caballeros sin querer ceder los
unos el mando á los otros, y al fin convinieron en turnar por trimestres en
el Gobierno, interviniendo en el primer tercio el Arzobispo de Santiago y
cuatro caballeros '; en el segundo el de Toledo, D. Sancho de Rojas, Ruy
López y otros tres magnates 2 y cinco caballeros 3 en los últimos tres me-
ses; pero ni aun así terminaron las diferencias, pues los unos querían ale-
jar de la Corte á los infantes, otros deseaban tenerlos al lado del Rey; los
unos miraban secretamente el poderío de los demás y cada cual desconfia-
ba de su vecino, odiándose todos como mortales enemigos 4. Al Infante
D. Juan apoyaban el Infante D. Pedro, el Arzobispo de Toledo y otros, y á
D. Enrique, el Arzobispo de Santiago, D. Lope de Mendoza, el Adelan-
tado Pero Manrique, Garci Fernández Manrique y el Condestable Dá-
valos.
Alvaro de Luna, que ya comenzaba su privanza, favorecía á Juan
Hurtado de Mendoza y al Arzobispo de Toledo Sancho de Rojas, el cual
fortaleció la amistad del Camarero casando á su sobrina D.a Beatriz con
Ruy Díaz de Mendoza, hijo de D. Juan. Asistía éste á la Corte, aunque
no le correspondiese el turno; privaban á su antojo de intervenir á otros
bajo pretextos fútiles, y así, bajo color de que el Condestable trataba de
casar á su hijo Diego con una hija de Martín Fernández Portocarrero (que
destinaban á Alvaro de Luna); apartaron á éste del Consejo y al Adelan-
tado Pedro Manrique; también persiguieron á Pedro de Velasco, Camare-
ro mayor, á Diego Fernández de Quiñones, merino mayor de Asturias, pri-
vándoles de sus cargos; negaron la audiencia Real solicitada al Conde de
Benavente D. Rodrigo Alonso Pimentel y al Arzobispo de Sevilla D. Diego
de Anaya, que venían del Concilio de Constanza, y bajo pretexto de que
1 Almirante D. Alonso Enríquez, Garci Fernández Marique y Fernán Alfonso de Robles.
2 Conde de Trastamara D. Fadrique y el Adelantado Pedro Manrique.
3 D. Pedro Ponce de León, el Conde de Niebla, D. Gutierre Gómez de Toledo, Arcediano de
Guada'.ajara y Diego Fernández Mariscal.
4 La crónica habla de quince caballeros y quince prehdos, pero es más verosímil se hiciera
el convenio en la forma anteJicha, que es la que tiene el proceso formado al Condestable por
Pero Alfonso de Valladolid, bachiller en derechos que hacia oficial de fiscal por el doctor Al-
fonso Fernández de Lcdesina.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 77
en los poderes de los Procuradores del Reino no venía cláusula especial
para el acuerdo que adoptaron, quisieron procesaras por falsedad, por
aconsejar al Rey consumara el matrimonio con la Reina D.a María, hija
del Infante D. Fernando, que iban dilatando los favoritos por no conve-
nirle á sus intentos.
Fernando Ruano y Prieto
(Concluirá.) Barón de Velasco.
DOCUMENTOS
1
DOS CARTAS INÉDITAS DE QUEVEDO
1
RELAZION I NVEVAS I UISITAS
lllmo. y Ex.™» Señor «
Sigúese la grandeza de las bodas de la Reyna de Francia, dejando aparte la gran-
deza del Señor Duque de Lerma, que fué igual al ánimo con que haze todas sus
cosas. No cuento á V. Ex.a el numero de azemilas, ni digo lo acostumbrado d«
cordones de seda, reposteros, bordados i garrotes de plata, por ser cosa tan cierta.
Dio librea á toda su casa, la misma del Rey: aquellos ajedrezitos que V. Ex." a bisto
en las alegrías de la Casa de Borgoña; llevo consigo al Marques mi Señor, al Almi-
rante, al Duque de Zea, y estos tres señores se vistieron por sí y por sus criados,
porque fueron mas ricos que todos i no dieron libreas; llevó al Duque de Sesas, que
vino con gran casa, caballeriza y recamara, i hizo entrada de Zabuco en el pueblo:
trajo consigo á Lope de Vega; cosa que el Conde de Olivares imitó de suerte que
biníendo en el propio acompañamiento, trujo un par de poetas sobre apuesta,
amenazando con su relación; io estube por escribir vn romanze en esta guisa, mas
tropezé en la envajada
A la orilla de vn Marqués
sentado estaba vn poeta,
que andan con reyes y condes
los que andauan con obejas.
El Conde de Villamor hizo demostrazion grande, porque fue a acompañar á su
Ex.' con librea esplendida vn caballero particular de VallaJolid, que así se mandó
nombrar, Don Tal Portocarrero; enbistiendosele las bodas en el cuerpo como los
diablos se vistió á sí y á sus criados de su mayorazgo, cosa que le contradijeron
los años por venir i lá gana de comer, i saco la mas rica i mejor librea en gran per-
juicio de su estomago i acreedores. El Duque de Maqueda vino con mucha jente,
muí luzido, acompañando á su Ex.*, mas no trujo poeta, cosa que se notó. Despo-
sáronse los reyes a los diez y seis de otubre en la yglesia mayor de Bur»os, des-
posándose por el rey de Francia el Señor Duque de Lerma. Hizo la reyna renunzia
1 Al Duque mi Señor.
3.a Apoca.— tomo ix. 13
I78 REVISTA DE ARCHIVOS
de los Estados y reynos, y aquella noche en Burgos sacaron candiles, que en caste-
llano dizen poner luminarias; vbo cohetes i toros, que corrieron ellos á los caualle-
ros, porque eran los de Burgos, i salieron ignominiosamente de la plaza. Quien lo
hizo mejor fué vn primo mió, Don Juan de Alvarado, a quien mató el toro dos
caballos sin que el toro se pudiese quejar del, ni entendiese que traia rejón, ni que
venia enzima. Las libreas son así: sayos relumbrantes, capas reluzientes, calza
amarilla, gorras preziosas, lapides de diferente color; bibe Dios que no me puse el
vestido que V. Ex.a me dio porque no me le quitasen a pedazos, sin ser santo. Es
cierto que se aturdieran los mas, aunque vbo mucha riqueza i broches; preuienense
grandes fiestas en Burgos para la buelta, ¡ en Lerma haze el Señor Duque de
Lerma v.i juego di cañas que cuesta mas de catorce mil escudos. En Madrid se
quedan preuiniendo los Rejidores para caer delante de la princesa i rodaren su ser-
uizio. Repartense las fiestas por los oficios i aguardan a Su Majestad en Madrid á
los diez de Diciembre.
Fui a besar la mano a mi señora la Duquesa de Najara i di a su Ex.a la carta i el
rosario: biole i ¡o no e tenidj tan buen rato en mi uida, porque hizo i dijo con el
6¡n querer leer la carta, las mas agudas cosas que 01 en mi uida, i entre las otras,
riiendose, dijo: — Espias me haze mi sobrino las cuentas; a uer bienen. Echóles el
pangúelo enzima i e.nboluio mui bien el dezenario i dixo: ¿Es posible que no be
que los tap «re io asi quando me importe, i los zegaré? Jesús, miedo me da el rosa-
rio, i no debocion; i dijo tantas cosa* desconfiandolos de que podrían hazer diligen-
cia ninguna, que me es fuerza remitirme á la respuesta de su Ex.a que me ha dieho
ira con esta, porque la carta no la quiso leer, sino la adiuinó i dijo que en los ojos
abia leído los ri íglones: io no se que aia hombre en el munJo tan entendido. Es
una Duquesa Escoto.
Fui a uisitar de parte de V. Ex." á mi Señora la Camarera mayor i hizome
grandissima merced, mostrándose muí agradezída á lo que V. Ex.a la auia escrito i
a lo que io la dije. Hállela sentada en vna silla, escriuiendo en vn atril sobre vna
mesa llena de papeles, con un ferreruelo puesto. Representoseme vn ebanjelista
acaponado. Bibe Dios que es notable señora. Dize que a de gozar del ofrecimiento
en todo lo que se ofreciere en Ñapóles.
Besé las manos á mi Señora la marquesa de Auñon, moza i bieja. Dijeronme
abian auisado a V. Ex.a mui particularmente de los grandes disgustos que abia entre
mi señora la duquesa de Najara i mi señora Doña Ana Maria, i como pasan hasta
•i muy adelante. En esto me remito a sus señorías, por no aver io entendido nada.
E enseñado el doblón de dos caras a todas las mujeres famosas de aqui, princi-
palmente a Doña Ana María Fadrique, Doña Francisca Ortiz, diziendo que es re-
trato de V. Ex.*, i pedianmele para copiarle, que zierto estará V. Ex.a que no abra
copias del; Mariana de Mesones me dijo: ¿El Duque de Osuna con dos caras? Trai-
dor le quiero. Soi potentado i con el oro que truje las deslumhro i no las enrri-
quezco, i todos y todas aguardan a uer si pasase ora por mi tan menguada que
prestase o hiziese plato.
Al Marques mí señor hable el primer día que llegue a Burgos. Esta su Señoría
mui bueno i sintió mucho verse sin carta de V. Ex.a Esta su Señoría arrepentidís-
simo del engaño que le hizo Villa mediana en el enrejo de Miguel Baez, de que mi
señora la Djquesa Doña Isabel díze a dado cuenta. Yo he bisto la carta de Villa-
mediana, orno suya en todo; e sabido que en casa del conde de Villamor se tratava
el negozij de casar a su señoría con mi señora Doña Ana Maria. El Marqués mi
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 170,
señor esta pesaroso del disgusto que a V. Ex.a a dado ¡ esta muii obediente al señor
duque de Uzeda, que asi me !o dijo Su Ex.a; tiene su Señoría alguna falta de dinero;
si para estas fiestas es nezesario V. Ex.a escriva al señor Duque de Uzeda i le imbie
orden para que se le saque lo nezesario i algún dinero para que gaste, que io acá le
seruire con un pellizco de los quatro mil.
- El Marques de Barcarrota es General de las galeras de Portugal, i el dia que io
entré en Madrid, dos oras antes se auia ido al Frexno por dineros para las fiestas;
dizenme que estaua determinado a saürme á reziuir dos leguas con tales bebedores
que perdiésemos el camino; en viniendo le daré el parabién de parte de V. Ex.a mien-
tras V. Ex.a se lo escriue.
Hernán Clares bino a Madrid i no quiso darme algunas niñerías que traía para
el Marques mi señor, de mi señora, pues están en Burgos, i no solo no me las dio
para que se las diese, pero ni se lo dijo a Aguirre, ni bio a mi señora la Duquesa
Doña Isabel, i se las llevó consigo; i el Marques mi señor se esta deshaziendo pi-
diéndolas en todas las cartas. Sebastian de Aguirre a ido commigo en cas de
los Rejentes i sirue con cuiidado; queda aguardando las albrizías de V. Ex.a, i
mi señora la Duquesa Doña Isabel lo desea mucho.
• Jorge de Tovar es particular criado de V. Ex.a y el mejor hombre de aqui. Di la
carta de V. Ex.a i besé la mano a la Marquesa de Peñafiel, mi señora, que es 1 1 mas
linda cosa del mundo después de mi señora Doña Antonia, i me dijo: cjerto que
tengo gran invidia a todos los que ban a Sicilia i están al. a, porque ven al Duque
mi señor i a mi señora.
Don Pedro de Toledo fue, según dízen, a solo aberiguar las cosas allí sucedidas
i ni ai güera ni quieren que la aya, ni la puede auer; esto te igo escrito a V. Ex." j
es asi i ¡o habli á los señores Duques con la resoluzíon que requería i me lo auia
V. Ex.a mandado, de que da cuenta el padre Federico. Si V. Ex." biera lo que aqui
dizen de V. Ex.a todos, ¡bibe Dio»! que se lolgara, porque no pireze Espina con
V. Ex.v sino mujer con rufián, que en quiriendola hazer mal, ¡pues a fe que se lo
diga al Duque de Osuna! ¡pues a fe que si el Rey e.nbia allá al Daque de Osuna!
jpues si el Duque de Osuna ara!; i pareze V. Ex.1 el conjuro del Rey i del reyno,
que le imbocan en abiendo tempestades.
Hábil al señor Duque de U-^e.ia en el Bedor jeneral i me dijo quan cansado le
tenia, i me dio la palabra de escriuirle mandándole no le tomase en la boca, i que
acá le tenia hecha la cania con los Ministros; no quiso diese la carta del Rey, ase-
gurándome su castigo, i io le solig to; dijele todo lo que pasaua sintiólo mucln.
Aqui a llegado Castillo; aguarda al señor Jil Ramírez, i io a uer lo que haze; por
aora no ai de que auisar a V. Ex.'\ a quien Nuestro Señor guarde como sus criados
emos menester. Madrid a 21 de Nobiembre 161 5.
Criado de V. Ex.a besa sus pies
Don Francisco de Quevedo.
(Al dorso): Madrid 21 de Noui.e 161 5. R.da a 12 de Enero. R.da a 12 de Marco.
D. Francisco de Queuedo. Relación y nueuas y visitas.
II
Ex-we Sr.
Yo escriuí á V. Exa. con la carta de D. Rodrigo Calderón i oi me embió á llamar
y me di,o qu.s sj r." nit a a mi en lo que conmigo auia tratado, i esto me obliga a
escriuir es a carta añadida.
1 8o
REVISTA DE ARCHIVOS
El Marques de Siete Iglesias auiendole io dicho como los bajeles de V.a Ex.a por
asistir al seruicio de Su Majestad con la persona del Emir auian mal logrado el
corso y buelto sin presa, i que con ser de tanta consideración la perdida y el gasto
de ellos V. Ex.a estava contentissimo por dejar puestas en astillero muchas cosas
que podrían ser quiriendo, Su Majestad, de grande importanzia, me dijo con-
fidentemente: déjese el duque de esas Jinetas i embie sus galeones á su corso. Consi-
dere todo fiel christiano que que hada oiendo esto; mi piojez i desventura oi es, i no
e acabado de maldecir al Emir, pues si no fuera por el, vien se io que el gato vbie-
ra cazado; consideróle yo con su cara de albondigilla varbada, mui estebadico, cer-
cado de tarascas mosqueteros, maullando por las marinas y a Pedro Soler con sus
narices chatas llorando pólvora i valas en la Cámara de Santa Barbara.
Dijo el marques, escriuia á V. £".* / mando que lo escriuiese yo que tornase V.
Ex0, á enviar los pajeles en corso otra ve\, sin aduertir que ia no es tiempo de va-
jeles en aquellos mares; los deseos del marques son bonissimos. Pero el Emir es un
puto y le tengo mas maldito que a un casamentero. Desdichada cosa es que aia su
Majestad de encargar á V. Exa. todas las aventuras i que no se aia de quedar sino Con
los trofeos, que oi no alio á V. Ex.a rico sino de trastos para una istoria, juntan-
do papeles para diez de la fama, cosa que tiene menos competidores que el rapiñar.
Nunca tuve buen conzeto de aquel Emir desde que dio a V. Ex.a aquel cuchillo
encantado; yo quedo dado al diablo i aun dado no me quiere, i rabio por irme de
aqui, porque esta tan mal lugar que aun el diablo no se prezia de su oficio.
Torno en esta a decir a V. Ex.a que de dia ni de noche no hablan en otra cosa
los dos amigos que an escrito, sino en la venida de V. Ex.a a Ñapóles con la bre-
bedad que desean, que se io que es volando. Guarde Dios a V. Ex.a como deseo y e
menester. Madrid a i3 de Abril 1616.
Exmo. Sr.=b. 1. m. de V.a Ex.a=Su criado Don Francisco de Quevedo- Villegas-
II
POESÍAS DEL DOCTOR AGUSTÍN DE OLIVA
5.a
[Diálogo entre el autor y un libro.] 1
ik>ctor. Sucedió
dende a tres dias que yo
dexo al enfermo sangrado
creo que de muy curado
que mui al cabo llegó.
Y si uviera
sido el otro que huyera
y yo solo el que curara,
según era se holgara
de que el enfermo muriera.
Este t¿l
no auia tomado mal
las cautelas que halló
escritas donde aprendió
para crecer su caudal.
Otro auia
que yo muy bien conocía
muy de peor condición
mas la santa Inquisición
le puso qual merecía.
El cortaua
culebrilla y desligaua
haziendo cercos en tierra
y a ¡a del monte en la sierra
de los abismos sacaua.
En sortijas
y en papeles y en vacijas
hazia rayas y escritos
1 Véase el t. VIII de U Revista, págs. 307 á 312. En la pág. 312, después de la iín. 20, falta este
Terso: «uiendome con tal despecho».
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
I»I
con caracteres malditos
en hyerro y lienzo y en guijas
Y en alambre
daua para la calanbre"
vnos zarcillos de cuerno
y unas nominas de infierno
en seda y cuero y estanbre.
Santiguaua
quando vnas cañas echaua
en los lomos y dezia
no se que que no se oya
y otros hechizos mandaua
Quesería
no acabar en año y día
si los quisiesse contar;
básteme aquestos tocar
por prueua de mi porfía
Otros mil
y de trato mas ceuil
en vosotros leo y hallo
los quales agora callo
por ser materia tan vil
Estos son
de que también dais lición
los libros de Medicina
y aquel que á ellos se inclina
es hijo de maldición.
libro. Mal christiano,
sophistas dexais lo llano
por tomar lo barrancoso
huis lo dulce y sabroso
y á lo amargo echáis la mano.
¿Qual razón
sufre que vos conpassion
auiendo tanto leydo
ayais assi mal traydo
vuestra mesma profession?
A la clara
os veo torzer la vara
de justicia al redropelo;
mas es escupir al cielo,
que al fin os cae en la cara.
Al presente
hazeis como mal doliente
que no arrostra a la gallina
por comer de vna sardina
aunque hieda claramente
Bien sabéis
pues que en nosotros leéis
que el moro mas triste y vil
y el christiano y el gentil
escriuen como deueis
Ser humanos
los médicos y mui llanos,
comedidos y corteses
las hazes y los enveses
claros y limpios y sanos.
Piadosos
liberales y graciosos
de buen trato y de verdad
y de mucha caridad
y francos y generosos.
Conuersables
mansos, blandos y agradables,
fieles, cuerdos, leales
christianos doctos cauales,
sabios, discretos, afables,
Y prudentes,
solícitos, diligentes
en procurar la salud
siendo espejo de virtud
y remedio de las gentes.
Por lo menos
hallareis cien libros llenos
si no me queréis creer
de dj podéis aprender
consejos sanos y buenos.
Pues ¿porque
la mala lengua se os fue
al dicho de tres maluados
y que ya están desechados
sin honra, ni bien, ni fe?
doctor. Dentro estáis;
vos mesmo sentencia dais
contra vuestro mal estilo
y vos mesmo sois el filo
que la cabeca os cortair.
¿Porque vos
con grande offensa de Dios
hablastes en general
de los médicos tan mal
que aun no perdonastes dos?
Siempre a auido
médicos de tal partido
de tanto ser y tan bueno
que os deuieran poner freno
J82
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en lo que aueis mal fingido.
Y dexados
a nuestros antepassados
que es vn número infinito
en nuestro tienpo an escrito
otros tanbien estimados.
Por España
por Italia y Alemana
los ay de tanto valor
que no baUa detractor
con mala lengua ni maña
A o f tender
su uida y fama y saber
porque son fiel dechado
de lo bueno relatado
que dezis que an de tener»
Ay también
entre estos otros de quien
no se tiene, ni es razón,
buen concepto y opinión
puesto por casso que estén
Graduados,
que no salieron letrados
y curan como las viejas»
lobos con pieles de ovejas
que viuen por los poblados
Libremente.
Tras estos ay otra gente
a quien llaman romancistas
saca potras y algebristas
y otros del talle presente.
Estos tales
son causa de muchos males,
y de abrasar como llama
la uida y honra y la fama
de los médicos cabales.
No por esso
aueis de ser tan auieso
que con vn peso y medida
juzguéis condición y uida
del que es cuerdo y del trauieso.
Que es verdad
que en qualquiera facultad
y en cualquiera officio y arte
mirando parte por parte
ay grande diuersidad
De personas;
ay rameras y ay matronas
por el mundo repartidas,
fra) les y de malas uidas
entre muy santas coronas.
Y assi son
diuersos en condición
los médicos y sus modos,
y el condenallos á todos
cosa es fuera de razón.
Porque dado
que aya alguno tan errado
como e uisto encarecer
esso suele acontecer
en toda suerte de estado
Buen testigo
tengo en Dios de lo que digo,
pues en los que el esjogio
uvo un tal que lo vendió
y lo entrego á su enemigo.
Marauilla
seria que en gran cuadrilla
de gente que se juntasse
uviesse quien no peccasse
y en quien no poner manzilla
Y el escote
porque lo paga Magote
si Haxa la culpa tiene,
pues no es justo ni conuiene
que al inocente se azote.
Quanto mas
que en todo lo dicho atrás
que a los médicos culpastes
claro esta que os alargastes
sin tenplanza ni compás,
Mal juzgando
y a muchas cosas trocando
sus nombres por otros vanos,
ya las obras de christianos
a malos fines echando.
Por lo qual
vuestra prática infernal
es justo que la deshaga,
a lo menos satisfaga
a los que sienten tan mal
Como vos;
no es justo que aya entre nos
quien tenga por maleficio
que el honbre haga su officio
en el qual lo puso Dios.
REVISTA DE ARCHIVOS
1 83
Ignorante
seria el que el mercadante
no querría que tratasse
ni que el barbero afeilasse
ni el otro hiziesse el guante,
Y también
seria muy necio quien
quisiesse para mil males
que los que son officiales
sin instrumentos estén.
El cep'llo
y la sierra y el martillo
proprios son a! carpintero,
las tenazas al herrero
como al montero el cuchillo.
Permitido
es mi officio y recebido;
si necessario no se,
mas Jesu Christo acá fue
de ser medico seruido
libro. No sangró
ni se lee que purgó
ja ñas a hombre ninguno,
aunque se halla que a vno
con su saliua le vntó.
doctur. No uenia
bien y menos convenia
que él de tal suerte sanasse
y con instrumento obrasse
su ciencia como la mia.
Que el poder
sumo y el sumo saber,
para sanar vn doliente
y remediar mucha gente
no auia nada menester.
Potestad
sola de su Magestad,
sin yeruas y sin bebida,
era quien daua la uida
en siendo su voluntad.
Pues por ella
que jamas rec.-be mella
ni se dexa de hacer
cada uno viene a ser
lo que permite esta estrella.
Y assi yo
por su prouidenca esto
en mi officio como el sastre,
y creer que es por desastre
no lo tengo por fe, no.
Siendo assi
¿porque queréis vos, dezi,
mis instrumentos quitarme
y por vsarlos culparme
sintiendo tan mal de mi?
La sangría
de que usamos cada dia
instrumento e; de nuestra arte;
quitarla de toda parte
injusta cosa seria.
El purgar,
la dieta y el fregar
y el ruibarbo y la ventosa
y el xaraue y esta cosa
del officio, es para obrar.
Y pues son
en toda buena razón
necesarias estas cosas,
condenabas por dañosas
es muy dañada opinión.
libro. Maí dañoso
deue ser y peligroso
lo que tanto me alabais,
pues al enfermo embiais
con ello a tener reposo.
doctor. El ruin
en qualquicr siniestro fin
que en los negocios suceda
no avra dominio que pueda
sacallo como a rocin
De harón,
teniendo por conclusión
cierta y mui aueriguada
que en los medios uvo errada,
hechos sin tiempo y sazón.
Y es error;
no manda mas el Señor
de que están los cielos llenos,
de poner los medios buenos
y esperar en fauor.
libro. Si los yerra
el buen medico que es tierra
como alguna vez se vio.
doctor. El buen Pedro tropezó
y a Jesu Christo sin guerra
Le huyeron
1 84
REVISTA DE ARCHIVOS
sus discípulos que vieron
los que con Judas llegaron;
mas no por esso dexaron
de ser quien sabéis que fueron.
Por vn daño
que yo haga en todo un año,
y oxala no fuessen mas,
creer que estoy muy atrás
en mi officio, es grande engaño
libro. Desdichado
de aquel donde aueis errado
aunque sea media vez.
doctor. Esso del alto Juez
viene a vezes consultado.
. Entendido
tened tanbien y sabido
que aunque mas todo se acierte
es necessaria la muerte
en qualquier hombre nacido.
Y si edad
o fuere. a de enfermedad
fueren causa del morir
no se debe atribuir
a sola mi necedad.
De la qual
quando llegare a ser tal
que no se sufra en mi ciencia
tengo de dar residencia
en el Juicio final,
Mas estrecha
que la que puede ser hecha
ante el Alcalde Ronquillo,
donde el ruego no sencillo
ni el fauor nos aprouecha,
Assi que
si alguna sangre saqué
fue con zelo piadoso
de dar salud y reposo
al enfermo que curé
Dylacion
muchas vezes la ra2on
no consiente que se tenga,
que es necesario que venga
al punto la execucion.
Pues el fuego
es forcoso porque ay juego
que cierto se perdería
si no se tomasse vía
rigurosa en quemar luego.
Mas reglada
esta con leyes y atada
la república, de humores,
continuos competidores
que sin ellas alterada
El dezir
algo de lo porvenir
conforme a nuestras señales
suele a vezes grandes males
estoruar y preuenir.
Lo ganado
no lo hiléis tan delgado
que el abad de donde canta
de alli se aprouecha y yanta
sin ser por ello cu pado.
Y assi está
la paga que se nos da
por mil razones de vida
pues no ay premio en esta vida
que mejor sudado va.
Trabaj ndo
andamos y fatigando
nuestros cuerpos noche y día,
como correos sin guia
por la posta caminando.
Zapateros,
texedores y plateros
tienen días de holgar
y pasqua en q je descansar
qualesquiera jornaleros.
No ay disanto
ni domingo que el quebranto
nos suelde de la semana,
que como oy sera mañana
y todo el año otro tanto.
Lo de fuera
es fatiga passadera,
mas las congoxas del centro
que passa el alma alia dentro
no son assi qualesquiera.
Los sentidos
traemos casi perdidos
con el mal gustar y oler,
oyr y tocar y ver
cassos tristes y afligidos.
Luego en siendo
eldia y amaneciendo,
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
185
vemos la llaga y la urina
el nacido y la sentina
del otro que esta tosiendo.
Calentura,
mal francés y desventura
todo el dia visitamos
y a cada passo encontramos
la mortaja y sepoltura.
En la cama
donde se apaga la llama
de negocios con el sueño,
el nuestro huye á su dueño
que en mil partes lo derrama.
El cuidado
del otro que esta apretado
si se morirá o si no,
del otro que se sangro,
del modorro y del purgado
Y del muerto;
las potencias sin concierto
en busca de la verdad
nauegan con tenpestad
sin hallar en parte puerto.
La esperanza
de mas sosiego y bonanca
como en infierno perdida
esta ya, pues en la vida
en esto no avra mudan5a.
. La razón
sienpre puesta pn confusión
con las muchas opiniones
que nacen de las lecciones
y ahogan el coraron.
La dolencia
que se pone en nuestra ciencia,
los boticarios, las viejas,
los chismes, tranpas, consejas
es otra gran penitencia.
Pues ¿con que
se puede pagar que esté
el hombre tan mal parado
que el cuerpo y el alma llagado
tenga por curar con fe
Su doliente?
Sepa y entienda la gente
que la paga que lleuamos
y mas si mas desseamos,
se merece justamente.
Que mirada
la salud tan estimada
que el cuerdo ño vendería,
cierto no es mercadería
que puede se- apreciada
Las maldades
. y las otras fealdades
que mas quisistes tratar,
son maneras de hablar
mas que sombra de verdades,
Y por esso
con este breu2 processo
creo que esta concluido
que aueís estado perdido,
loco, pesado y auiesso.
libro. Es verdad,
pero de mi liuiandad
merezco ser perdonado
pues que dello a resultado
que con mucha claridad
Sabiamente
aueís mostrado al presente
en lo que es razón tener
a cualquiera Bachiller
que fuere sabio y prudente
Y letrado;
mas con todo lo passado
me aueis. Doctor, de hazer
vn señalado plazer
ya que estáis desenojado
Y sin passion,
pues que vuestra condición
muy fácilmente perdona
a toda ruin persona
que busca con vos question.
doctor. Sí haré,
y abreuiad, que no podre
deternerme si no vn credo,
y en este tiempo si puedo
hacerlo, os contentare.
libro.- Gran merced;
agora, Señor, sabed
que aunque perdáis la visita
me aveis de sufrir la grita
y a mi cuenta lo poned.
¿Que os passo
con vn medico que echo
ciertos polvos a vn doliente
1 86
REVISTA DE ARCHIVOS
con que luego encontinente
dizen que se desangro?
doctor. Passa assi:
que en Montilla conocí
vn official capatero
de lo vacuno y grosero,
y con este trato allí
Se valia,
y el parece que tenia
ansia de verse medrado
y por ella fue tentado
de curar la Cirugía,
Entendiendo
que pues sabia cosiendo
cuero con suela juntar
tanbien podría pegar
carne con carne surziendo.
Sucedió
que vna enfermedad le dio
con la qual tuvo aparejo
De executar el consejo
que el diablo le encaxó
Ya de veras,
sabiendo que en mil maneras
auia de aver seruicios
con muertes y sacrificios
de mano del mal Contreras.
Pues estando
doliente, andaua notando
remedios para después;
aprendió mal dos o tres
con que anda agora curando.
Y primero
quando era capatero
cinquenta hormas tenia
en que calcado hazia
no de vn tamaño y dinero.
Este andaua
por este pueblo y curaua
en todos barrios y partes
que por saber muchas artes
mucha gente lo llamaua
Cierto dia
yo estaua como solia
en mi casa estudiando
y entra el remendón sudando
que resollar no pod^a.
De alterado
estaua disfigurado
sin poder nada hablar;
yo que tal lo uide estar
pregunte mas espantado;
Dixe: amigo,
¿aos tomado el enemigo?
dezid que duelos traéis;
respondió: los que veréis
si queréis venir conmigo.
¿Que habéis hecho?
¿porque traéis tal despecho?
le dixe, y dixo turbado:
señor Doctor, mi peccado
con cudicia del prouecho
Me engaño;
vn labrador me llamó
para curarle, esta siesta,
vna parte mal honesta
de un golpe que allí se dio.
Yo fui luego
y quemarame mal fuego
al punto que tal pensé,
que vnos. polvillos le eché
de los quales ya reniego.
Que an cauado
de suerte que le an rasgado
al doliente alguna vena
y tiene la cassa llena
de sangre, ya desmayado.
No e podido
detone la ni e sauido
mas que vn trapo revoluelle;
suplicóos vamos a velle
ante que sea partido
De esta vida,
porque su muger no pida
la muerte, que no es razón,
pues sabéis que con passion
la negra me fue pedida
Por justicia,
que su dueño, con cudicia
de la paga, leuantó
que mi vncion la despachó,
y vos reis con malicia.
Ea, pues,
id a pie, que cerca es,
y no esperéis a ensillar
que ay peligro en el tardar
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
I87
no acaezca algún reues.
Caminamos
con harta priessa y passamos
buen rato de penitencia .
y alia a la puerta Plasencia
por vna calleja entramos,
DonJe vimos
el olio y allí estuuimos
puestos en grande agonía;
mas era mayor la mía
porque en hora mala fuimos.
Sin mirar
si auia ya que curar
o si era muerto el doliente;
dionos la uida vn pariente
que nos venia a buscar.
Dixo ayna:
señores: la melezina
que no esta desabiltado
porque mucho lo a esforgado
vn pedazo de gallina
Que comió;
con esto nos animó
y buelto en priessa el espacio
a. leamos al palacio
do el enfermo se oleó.
En entrando
halle vnos suspirando,
otros vi dando sol.ozos,
muchachos, mugeres, mogos,
vnos viendo, otros llorando.
Pues el cura
sudando del apretura
le dezia: dezid credo;
otros que perdies e el miedo
pues que tuuo tal ventura
Que llegas e
a tienpo que locurasse
Olíua que esaua allí;
yo llegue y lo descubrí
diziendo que ss animasse.
La herida
estaua ya tan crecida
que en muy breue lo matara
pues natura se acabara
sino fuera socorrida.
Piaioso
de casso tan peligroso
huevos y paños pedi;
mientras los trayan vi
vn casso harto donoso:
La muger,
desesperada de ver
a su marido castrado
arremetió al de mi lado
y quisoselo comer.
Desgarrólo
y mesólo y maltratólo
y hizo en el mil castigos
diziendo: sedme testig >s
que no quede vn honbre solo
Que no de
testimonio de lo que
a passado en mi marido;
sentencia de arriba pido,
y tu, mi señor, lo ue.
Tanto mal
de fuego de San Marcial
y del señor Santanton
se le coma el cora:on,
marido, el que os puso tal.
Si tocara
lo que tenéis en la cara
de reue> o de traues
no tuuiera este interés,
quj todo lo perdonara.
Mas ¡ay!
para el día en que nací
y por la crisma que tengo
que :auie si no me vengo;
¡desventurada de mi!
Mal dolor
venga por ti, burlador,
carnicero endemoniado
baratero naz:ado
Antecristo engañador.
Mata sanos,
albeitar sangra milanos,
matalote remendón,
mastre en oda cancarron
capitán de los gitanos.
Yo me iré
a la just cía y daré
cuenta de lo que a passado
y si no es bien castigado
hasta el Rey no parare.
I¡
REVISTA DE ARCHIVOS
El Contreras
vista cosa tan de veras
escapo y vinose a mi
diziendo: Doctor aquí
me defe.idé destas fieras.
Yo que auia
mientras la muger reñia
la sangre bien detenido
toallas y agua les pido
que ya vna moga traya.
Acudieron
mas mugeres, que siruieron
de darnos el agua a manos
y hazia los cirujanos
dos dellas se sonrieron.
El traydor
del Contreras enbaydor
se sintió de ver la risa
y dixo de aquesta guisa:
¿porque os reis de Doctor?
No reimos,
dixeron, sino que vimos
luego que al Señor truxistes
que vos curar no supistes
y por gran asno os tuuimos.
Respondió:
los Doctores como yo
se huelgan con otros tales,
y vosotros, animales,
no acaba:s de ver quien so.
Yo crei
la respuesta y entendi
que el no decía verdad
pues vieron su necedad
y la dixeron alli.
Con la cura
aun no perdió la locura
la muger que bien mesada
juraua de irse a Granada
y no quebrantar la jura.
Yo llegue
y por mas que halague
nunca pude sosegalla;
siendo lo mejor dexalla
la puerta fuera tire.
Por la calle
no dexe de predicalle
a mi negro capatero
diziendo: tornaos al cuero
porque peor es hurgalle.
¿Vos no ves
como nada no sabéis?
¿pues para qu? porfiáis?
dezid ¿vos no confessais
que paisa niento tenéis,
En que escuelas
o con quales saca muelas
siquiera aveis aprendido?
respondióme aquel curtido
en capelladas y suelas:
Juro a Dios,
en mas escuelas que vos
y mejores me e hallado
y en ellas fui examinado
mas vezes de veintidós.
Dezirme eis:
¿como es posible que aveis
estado donde dezis?
pues que yo estuueen París
y Alcalá como sabéis.
Yo os diré:
no ay posada do yo este
ni tauanco ni mesón
ni venta ni bodegón
donde a mi no se me de
Con que cure;
alli no falta qu'en jure
que curaron al Marques
con poluos de cinco pies
contra quien no ay mal que dure.
Alli esta
quien dize que sanara
á todo mal dz ríñones
con manteca de hurones
y que nunca tornara
La dolencia;
alli se lee la ciencia
de leyes y medicina
mas verdadera y mas fina
que en Salamanca y Valencia.
Alli yo
tres y quatro oras me esto
escuchando de mi espacio
y assiento en mi cartapacio
los remedios que acá do,
Muy mejores
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
189
que los dan vuesfos doctores
sin unta retartalilla,
que de solamente oylla
se le doblan los dolores
Al doliente.
Con estos curo la gente
y e ganado mas d ñeros
que vos con los majaderos
de Avicena y su pariente
Galieno;
¿y no lo tenéis por bueno
ni lo aprobáis a la rasa?
peor es voluer a cassa
con las manos en el seno.
No moféis
ni ria:s ni santigüéis
que de cas de el oleado
e ce sac„r un ducado
esta tarde, y lo veréis.
En buena ora
os quedad, Doctor, agora,
que en lo que e de visitar
vos me aveis de remediar
por uida de mi señora.
Esto fue
en suma lo que passe
con aquel Señor honrado,
y mucho que e cercenado
después os lo contare.
Perdonad,
que bien conozco en verdad
que e sido pesado y largo,
pero ha sido a vuestro cargo
el pedirlo; adiós quedad.
Por la copia,
M. S. y S.
III
INVENTARIO DE LOS LIBRO?, ROPAS Y DEMÁS EFECTOS
DE
ARNALDO DE YILLANUKYA
!•-
(Pergamino 0.7430 del Archivo Metropolitano de Valencia.)
-Cum ob doli maculam evitandam omnisque fraudis suspitionem tollendam
seu removendam tutores et curatores ac etiam manumissores teneantur
confieere inventarium seu repertorium de bonis minorum vel defunctorum
ne ípsa bona processu temporis periciitentur seu valeant deperire. IJcirco ¡n
Dei nomine et ejus gratia Ego Raimundus Conesa prepositus helemosine se-
dis, manumissor et executor ultimi testamenti venerabilis Magistri Arnaldi de
Villanova quondam defuncti. Attendens et recta consideratione pensans quod
ex causa predicta Ego et Petrus Judies apothecarius et civis Barchinone ma-
numissores et executores simul cum domino Patro de Monte Molone cive
Barchinone tune absenté et Jacobo de Plano cive ejusdem civitatis defuncto,
dicti testamenti seu ultime voluntatis dicti Magistri Arnaldi quondam fecisse
inventarium de ómnibus bonis que fuerunt dicti Magistri Arnaldi quondam
in presentía notarii qui ordinationem suam tempore transacto condidit in
civitate Barchinone et testium ad hoc specialiter vocatorun et rogatorum
scüicet Bernardi de Rippa clerici Bernardi de Podiolo apothecarii et Johannis
de Barbastro... et Bartholomei... scriptoris die qua dicebatur .viij. idus
D-'cembris anno Domini M.°CCC.°XI. scüicet de bonis que invenimus in
1.— Pref situs helemosine, Paborde ó administrador de la Almoina ó limosna episcopal; ma-
nutKttsar, albacea; quonJan, en otro tiempo, es decir, siendo ahora ya difunto.
igO REVISTA DE ARCHIVOS
ospitio dicti P. Judiéis scilicet .VI. voluminibus pergameneis non quaterna-
tis in quoiibet quorum voluminum sunt .XV. opera sive libri ediía sive
composita per dictum Magistrum Arnaldum de Villanova. in quibus dictis
.VI. voluminibus erant tantum .V. libri sive .V. opera literaliter composita.
et... .V. librorum Es tu fidelis et omnes alii libri... vulgariter sive lingua
materna compositi et ordinati.
2. — ítem invenimus dúo volumina dicti operis similiter non quaternata quorum
duorum voluminum est unum ipsorum majus altero in forma in utroque
quorum duorum voluminum sunt .xiiij. opera sive libri et in quibus .II. volu-
minibus sunt tantum dúo libri literalitir expositi vterque quorum incipit Es
tufiJelis et omnes alii libri dictorum duorum voluminum erant vulgariter
compositi et ordinati.
3. — ítem invenimus... .VI. preparata illuminata et ligata cum coopertis rubeis
minoris voluminis sive minoris forme quam sunt predicta alia volumina.
4. — ítem invenimus tria volumina quaternata et preparata dicti operis Magistri
Arnaldi quorum trium voluminum erat unum minus altero in forma et in
continentia et erant vulgariter composita et 4\c erant in summa omnia dicta
volumina .XVII. que remanserunt tune in posse dicti Petri Judiéis. Quiqui-
dem distributi diversis gentibus de penitentia per dictos manumissores.
5. — (¡j Attendins etiam et rejta consideratione pensans quod Ego dictus Rai-
mundus Conesa manumissor predictus postmodum die qua dicebatur
quinto idus Februarii anno predicto feci inventarium de bonis et juribus
que invenire potui in civitate Valentie fore dicti Magistri Arnaldi in posse
et manu Thomasii de Claromonte notarii publici Valentie... et... in dictis
inventariis protestatus tune fui quod si de cetero invenirem aliqua bona
fore dicti defuncti quod ea publicar^m et facerem publican in serie inventa-
rii per publxum tabelionem bona fide.
<>. — (| Attendens etiam quod quoddam aliud inventarium fuit factum de rebus
dicti Magistri Arnaldi de Villanova quas res tenebat dominus Arnaldus de
Fabrias in presentía magistri Jacobi Blanchi et fratris Andree Bertrandi et
Bertrandi O.iveiii et erant in suis cofrellis viridis colorís quod inventarium
fuit factum in quodam quaterno papireo quod de facili potest demoliri seu
consummi propter fragilitatem papiream quare hic in hoc inventario voló
publieari redigi et poni per notanum infrascriptum.
• 7- — ^11 Primo m altero ipsorum cofrellorum erat expositio primi alforismi Ypo-
cratis.
8. — ítem unus liber de phisica naturali cum coopertura de pergameno,
g. — ítem unus lunellus de artrologio in pergameno.
10. — Ítem thesaurus pauperum.
11. — ítem cántica canticorum per versus.
3. — [Ágata, encuadernado.
4.— Gentes de pen'tencia, hermanes te-ceros ó ermitaños.
5.— Quinto id.ts Februarii anno predicto (M.CC.C.XI.), 3 Febrero de 1312, pues son años de la
Encarnación, que no cambiaban hasta el 2b de M.«rzo.
6 y •j.—Cofreltus, peq jeño cofre.
7.— .\lforismus.= i61, 211 y 346. Anforismis por pphorismus.
Q.—Lumllus de anrologio, tablas para astrolabio, el caadrante para medir las alturas? Luna-
rio para averiguar la suerte?
REVISTA DE ARCHIVOS
191
12. — ítem unum magnum volumen in quo sunt multi sermones.
1 3. — ítem Summa abreviata de confessionibus et casibus cum aliquibus aliis
libellis.
14. — ítem libellus ¡n papiro de defferentüs febrium coopertus de corio rúbeo.
1 5.— ítem dúo libeüi de papiro et cooperti de corio in quibus plura scripta sunt
de manu Mag'stri.
16. — ítem libell... qui liber habet tres quaterni.
17. — ítem dúo quaterni de speculo in papiro.
18. — ítem unum linteamen grossum.
19. — ítem quinqué particule? regimenti acutorum.
20. — ítem laemprempta leonisin lautone.
21. — ítem una caramida ¡n uno burseto de corio.
22. — ítem unus saculus de nuce muscata in quo sunt .X. uncie vel circa.
'23. — ítem una bosseta in qua est una uncia dambra.
24. — ítem tres alie bursete in quibus sunt alique res.
25. — ítem una unam unciam.
26. — ítem una uncia cardemonii in sacco nigro.
27. — ítem unum fustum de pinatell.
28. — (J ítem in alio cofrello parvo viridi
29. — Primo Speculum medicine in coopertura rúbea.
3o. — ítem quoddam volumen in quo sunt opera diversa cujus rubrica est Opinio-
nes hereticorum contra catolicum.
3i. — ítem unus tractatus phisice in pergameno sine postibus.
32. — ítem quídam tractatus phisice qui incipit inter phisicos considerationes.
33. — ítem unum volumen astrologie cum coopertura viridi.
34. — ítem unus liber scriptus de manu Magistri in pergameno de Theologia sint
postibus.
35. — ítem unus liber in papiro scriptus de manu Magistri in Theologia.
36. — ítem unus tractatus de simplicibus medicinis sine postibus.
37. — ítem unus alius lib.'r Galeni de interioribus et alius de occulis in eodem
volumine sine postibus.
38. — ítem unus liber de
3g. — ítem unus tractatus de institutione medicorum Magistri Arnaldi de Villanova
40. — ítem unus tractatus quod Machometus non fuerat verus propheta.
41. — Ítem dúo quaterni epistolarum ipsius Magistri in papiro.
42. — ítem expositio unius ant forismi tenuis et certe diete.
43. — ítem dúo quaterni de pergameno scripti in theologia.
•0. — La emprenta leonis in lautone, la matriz para sellar en cera, como se acostumbráis c»
siglo xiv.
21 y 213:— Caramida, imán.
81. — Bursetum de curio, pequeño bolsillo de piel, de bosseta en valenciano.
23.— Bosseta, bolsillo.
í ambar-electrum, piedra. )
23 y 206.— Ambra, 1 ámbar gris oloroso, succino./ cuál será?
( ambár amarillo, sin olor. )
27.— Fustum de pinatell, madera ó leño de pino (en diminutivo). V. Simonet en Pinello.
31. — Postes libri, cubiertas ó tapas del libro, llamada, en val. asi por ser de posts ó sea tablas
de madera.
'4&.—Antiforismi, v. núra. 7.
10,2 REVISTA DE ARCHIVOS
44. — ítem unus libellus de urinis Egidii.
45. — ítem .V. mannullia de candellis cereis.
46.— ítem unus... Magistri scriptus de manu sua cum coopertura vitulina et
pilosa.
47. — ítem unus quaternus de epilogationibus christianismi?
48. — ítem unus líber in arábico cum coopertura rúbea de corio tantum?
49. — ítem dúo quaterni de erroribus grecorum.
5o. — ítem regule beati Francisci in pergameno.
5i. — ítem quedam epistole in papiro que diriguntur diversis fratribus Sancti Bo-
neventure.
52. — ítem unus quaternus phisice in...
53. — ítem dúo instrumenta Magistri Hospitalis cum bulla plúmbea quorum
unum instrumentum domini Johannis de Monte Lauro super venditionem
quam fecit de Biblia in .XII. voluminibus Bernardi? Oliverii qui emit d«
mandato Magistri.
54. — ítem quaterni papirei scripti per manum Magistri tam in theologia quam in
medicina.
55. — ítem unum par caligarum de lino.
56. — ítem unus agnus Dei... cofrellis majoribus viridis colorís.
57. — ítem in altero illorum erat unum crucifixum de ebore cum duobus ymagi-
nibus de stagio? de corio nigro-
58. — ítem Psalterium grecum.
5g. — ítem dúo libri hebraici voluminis in hebreo cum postibus nudis.
60. — ítem volumen de concordantiis biblicis cum postibus albis et corio albo.
61. — ítem psalterium in hebreo cum coopertura viridi et duabus clausuris.
62. — ítem quaternus unus questionum catholicarum in papiro.
63. — ítem unus libcr in quo sunt multe auctoritates de diversis virtutibus cum
postibus nudis.
64. — ítem responsio questionis catholice ad cives Barchinone in papiro.
65. — ítem unum volumen in arábico cum postibus nudis.
66. — ítem cántica canticorum et Parábola? Salamonis cum glosis in uno volumine.
67. — ítem unum volumen de Vita spirituali et de corpórea.
68. — ítem unum... cum glosis scriptis in latino.
69. — ítem due... in romancio... et siculo.
70. — ítem Teodorich in cirurgia.
71. — ítem unus tractatus Raimundi Babarati continentis fidem catholicam.
72. — ítem unus quaternus et incipit Reverendissime pater peccatum mortalium.
73. — ítem unus quaternus papiri de compoto Benedicti de Acenuy.
74. — ítem .XIII. quaterni scripti in latino papirei.
75. — ítem dúo quaterni in pergameno scripti... seu concessum coram Rege Ara-
gonum et alia facta coram episcopo Barchinone.
45.— Mannullia, del val. manoll, manojo, v. núm. 122.
53 y 1 18. — Instrumenta, documentos.
55. — Caliga de lino, medias de lino.
57 — Ymagines de stagio de corino nigro, pinturas para adorno de casa (ó comedor) sobre
cuero negro; imágenes pintadas profanas; stagio está en oposición de religioso. V. Stagtum
en Du-Cange.
61. — Due clausure, dos gafas ó cierres.
•fi.—Compotum Benedicti de Acenuy, cuentas de su procurador en Valencia, que asi se llamaba.
BIBLIOTECAS Y MU.JEOS 10,3
76. — ítem due carte cum figuris arabicis.
77. — ítem unum rotulum candelarum.
78. — ítem instrumenta super privilegüs.
79. — ítem multa alia scripta papirea.
80. — ítem tres camisie de lino.
81. — ítem dúo coria cervina vel capreola.
82. — ítem unus ciphus de masato?
33. — ítem unum marchum de quo déficit una pecia.
84. — ítem dúo fustanea.
85. — ítem due pares...
86. — ítem unum manutergium.
87. — (j| ítem in alio cofrello erant omnia subscripta.
8^. — Primo volumen den Estorgat.
89. — ítem volumen operum Magistri in romancio cum Es tufidelis.
90. — ítem expositio .xxiiij. Mathei cum regulis expositionis sacre scripture.
91. — ítem tractatus qui incipit Filius inira catholicjm, etc. coopertus de viridis.
92. — ítem epilogus christiani de ferialibus te.nporibus in .V. quaternis pergameni,
93. — ítem unus líber in arábico.
94. — ítem tractatus qui incipit Benjamín adolescentibus Ricardi in .V. quaternis
papiri.
95. — ítem catholice questiones.
96. — ítem unus übellus in greco cum coopertura rúbea.
97. — ítem Cirillus cum compositione et hotoscopus in quatuordecim quaternis,
98. — ítem postule super .xij. prophetis.
99. — ítem unus quaternus qui incipit In morbís.
100. — ítem tres quaterni in medicina in pergameno.
101. — ítem Sibilla et Crónica romanorum pontificum et sunt pergamena.
»02. — ítem Boetius De Consolatione.
io3. — Ítem liber qui dicitur Sfoera.
104. — ítem collectio catholice et canonice et incipit S.ipientia antiquorum, etc.
io5. — ítem unus Galienus De experientiis sive secretis ad Matheum socium ejus.
106. — ítem unus libellus scriptus in ebreo super Trinitate.
!07- — ítem unus quaternus in música.
108. — ítem quedam scripta magistri Alani super cántica canticorum.
109. — ítem quidam tractatus qui incipit... lunam et solem.
1 10. — ítem alius de glosis Boecii.
m. — ítem aüus liber qui incipit Si quis intente desiderat scire, etc.
112. — ítem liber horoscopus incipit Rex omnipotens.
1 1 3. — ítem Rabani unus quaternus.
114. — ítem Methodius in uno quaterno.
u 5. — ítem unus liber in arábico.
77.— Rotulum candelarum, (roll de cañetes) envoltorio con bugias (de sebo solían ser).
80. — Camisie de lino, camisas de hilo.
81. — Coria cervina peí capreola, pieles (pira los pies ó la cama) de ciervos ó cabras:
R2.— Ciphus de masato, por scyphus, sopera, plato hondo para la mesa(para ensalada?); de ma-
cerar, macato.
84. — Fustanea, tejido llamado/usfan, que se tejía con algodón.
86 y 128. — Manutergium, toalla de manos.
IJ
3.» ÉPOCA.— TOMO IX.
'•394 REVISTA DE ARCHIVOS
1 6. — ítem tractatus qui intitulatur Responsio ad cavilativnes adversarii veritatis
in uno quaierno pergameni.
117. — ítem de lapidario unus quaternus. .
118. — ítem dúo instrumenta Magistri.
119. — ítem tractatus de prudentia catholicorum scholarium.
120. — ítem unus Calcedoyne.
121. — ítem .VIII. praterni papiri in quibus sunt scripture diverse.
122. — ítem unum magnum manulium de candelis grosiscereis.
123. — ítem quoddam supertunicali de corio.
124. — ítem una camisia.
125. — ítem alia.
126. — ítem dúo manutergia vel plura.
127. — ítem dúo mape subtiles.
128. — ítem manuteigia numerata? dúo.
129. — (¡ ítem in una caxia nova cum uno cofrello fuerunt invente quatuor milia
turonensium argenti bonorum et veterum de quibus receperunt írater An-
dreas et dictus Arnaldus de Fabricis et Bernardus Oliverii centum turonen-
ses per cursorem domini Pape.
; i3o. — ítem pro expensisdicti cursoris quamdiu fuit Massilie .C. turonenses argenti.
1 3 1 . — ítem alios .C.'pro Andrea scriptore Magistrit
i32. — ítem alios .C. pro expensis Bernardi Oliverii adeundum Viennam. residuum
vero retinuit sibi de predictis Arnaldus de Fabricis scilicet tria milia sexcen-
• : tos turonenses argenti.
1 33. — (|| ítem in uno sáculo invenerunt quadringentos triginta dúos reforzatos
argenti cum uno albarano.
134. — ítem in eodem sáculo quatuor turonenses veteres de lilis Regis Francie.
1 35. — ítem in eodem sáculo quatuor denarios reforzatos párvulos.
1 36. — (| Hec res subscripte erant in caxia nova.
137. — Primo lectio Cathanie in papiro cum cupertura pergameni.
1 38.— ítem lectio almane in tribus quaternis.
139. — ítem denuntiatio Avinione in papiro.
140. — ítem questiones catholice.
141. — ítem Biblia magna in uno volumine.
142. — ítem Missale unum quod dedit ei Magister Bernardus (^alimona.
143. — ítem tetravangelium in greco sive evangelia.
144. — ítem volumen de operibus Magistri in latino cum postibus albis.
145. — ítem volumen revelationum Cirili et aliorum cum glosa cum coopertura
plana.
146. — ítem aliud volumen in cujus principio sunt Parabole Salamonis et deinde
Malleus cum postibus rubeis.
120. — Calcedoyne, calcedonia ó ágata ú ónix, piedra preciosa.
122. — Manulium candelarum cere, en valenciano manoll de ciris, paquete de cirios.J
123. — Su-pertunicale de corio, sobretodo de pieles.
124, 125 y 2o5.— Camisie, camisas para vestir.
127. — Mape subtiles, toallas sutiles, de poco valor.
129.— Turonenses argenti, moneda francesa de Tours.
133, — Reforzatos argenti, v. Du-Cange en Moneta fortis; albaranus, recibo de cantidad.
134. — Turonenses veteres Regis [-rancie, v. Du-Cange en Moncia.
135. — Denarios refórjalos párvulos, v. Du-Cange en Moneta torus.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 10,5
147. — ítem líber concordie Johachim cum postibus albis de aluda.
148.— ítem Psalterium in greco cum camisia.
149. — ítem Psalterium latinum cum coopertura viridi.
1 5o.— ítem quídam líber in arábico cum coopetura de corio rúbeo.
i5i. — ítem dúo privilegia papalía unum de confessioñe et aliud de celebranda Missa.
1 52. — ítem reservatorium corporalium de auro et sérico.
1 53. — ítem pixís parva áurea cum lapidibus pretiosis et margaritis.
154.— ítem una pecia íntegra de samit viridis colorís.
i55. — ítem una pecia de camellot nigrí sed non integra.
1 56. — ítem quedam pixis in qua sunt .iiij. pululas nigras.
157. — ítem unum marsupium de filo.
1 58. — ítem unum par stivalium.
i5g. — ítem bracale unum de corio.
160. — ítem dúo caligue de bombace.
161. — ítem una coopertura de panno lineo.
162. — ítem unus saccellus ad modum burse.
1 63. —ítem femoralia ¡n pecia panní de Bogerano.
164. — ítem una tovallola et coopertura aurealis.
i65. — ítem camisia romana de sérico quam dedit Summus Pontifex.
166. — ítem decens folia papiri vel circiter dúo pergamena.
167. — ítem tenet vel reportavit Magister Jacobus Albi canonicus Dignen, inter pec-
cias et folia .xxzvij. super expositione regimenti acutorum.
168. — ítem retinuerunt dúos cartapellus scriptos de manu Magistri et unum qua-
ternum pergameni in quo sunt amforismi qui incipiunt Omnis medela defe-
rendos Domino Pape.
169. — ítem dúos tractatos vel volumina dúo dicti Magistri deferendos Domino
Pape vel Vicecancellario et Domino Carnerario ejusdem domini de quibus
habet Papa unum reliqum tenet Bernardus Oliverii.
170. — (|| ítem in caxia majori
171. — Primo textus Johannis cum aliquibus glosis et interliniaribus.
172. — ítem liber qui intitulatur Apologie fratris Boneventure.
147. — Aluda, baldés, piel acidada para guantes, etc.
148. — Camisia, funda de libro.
ibi.—Privileg. pápale de confessioñe, bula para ser absuelto de reservados; de celebranda missa,
ó sea de oratorio privado.
i52y 233— Reservatorium cirporalium, bolsa par 1 guardar los corporales.
153 y i56. — Pixis, copón ó cajuela para la Eucaristía, coa piedras preciosas y perlas.
¡54.— Samit, v. Du-Cange en Samitium pann as holosencus, ropa de seda.
i55. — Camellot; chamellote ó camelote: Dic. Ac;td.
157.— Marsupium de Jilo, bolsa de hilo (para dinero).
i58.— Par stivalium, babuchas.
i5g.— Bracale de corio, almohadas.
160.— Cahgue de bombdce, calzas ó medias de algodón.
162. — Saccellus, saquillo como bolsa.
163.— Pannus de Bogerano, leía de 3ougran, que era muy fina. V. Du-Cange in Boquerannus.
164. — Tovallola et coopertura aurealis toalla y cobertor tejidos de oro.
i65 y 231.— Camisia romana, especie de túnica ó de alba. V. Crónica de D. Pedro IV, p. 154 (edi-
ción i85o) la que este rey llevaba en su coronación, que era dum drap de seda prim vertab
alguns fullatges, sens totes obres.
168.— Cartapellus (cartapacio?), cartapel, papel con cosas inútiles: Dic. Acád.
170. — Caxia, caja.
196
REVISTA DE ARCHIVOS
173. — ítem sinónima in arábico.
174. — ítem epístola Johachim in papiro cooperta cum corio rúbeo.
175. — ítem volume.i diversarum revelátionum quod incipit Domini totius, etcv
coopertum de rúbeo.-
176. — ítem liber fratris Martini de Theca.
177. — ítem textus Marchi cum aliquibus glosis et interliniatibus.
178. — ítem theorica missa Domino Pape cum coopertura de rúbeo.
179. — ítem tres quaterni in papiro diversarum epistolarum.
180. — ítem tractatus in papiro de finibus paupertatis.
181 . — ítem quatuor quaterni in papiro.
182. — ítem quidam quaternus litere domini .P. de Monte Melone.
i83. — ítem quidam liber in arábico.
184.— ítem .VIII. pecie in papiro tanquam litere quasi dúo folia.
i85. — ítem quaternus compotorum in papiro.
186. — ítem lectio almane et instrumenta facta Valentie.
187. — ítem quatuor quaterni de pergameno super revelatione Johachim et incipit
pater? colen?
188. — ítem epístola quod Christus non fuit calciatus.
189. — ítem epístola fratris Boneuenture cum reconfectione? fratris .P. est perga-
menus diversarum figurarum.
190. — ítem secunda pars theorice cum postibus rubeis.
191. — ítem de facto domini Marcelli.
192. — ítem quoiian instrumentum de facto domini .P. de Monte Molone.
193. — ítem dd) quaterni papirei in quibus sunt regule catholice.
19}.. — ítem instrumenta nuptiarum sororis Magistrí.
ig5. — ítem tabernaculum ligneum quod dedit Regina Sicilie.
196. — ítem aliuJ tabernaculum moJicum totum eburneum.
197. — ítem quídam pannus de sérico integer.
198. — ítem due mape de opere Francie subtilís et dúo manutergia ad invicem se
contingentia seu contigua.
199. — ítem unum mandile de barbitonsone.
200. — ítem magis grosa mapa cum duobus manutergiis.
201. — ítem velum colüs cum tabula Biblie.
202. — ítem quedam sompnia.
«o3. — ítem stamina in sáculo panni lini.
204. — ítem femoralia cum alio sáculo et coopertura junclearis.
2o5. — ítem trescamisie.
206. — ítem s culus d¿ corio in quo est modicum sandalí motaserini et tres pecie
ligni aloes et dúo peccie de ambra circa 2J. cum flosculo musci.
207. — ítem modicus saculus in quo est de cardemonio circa tres 2J..
195. — Tabernaculum ligneum, tibcrnáculo para reservar, de madera.
19G.— ídem eburneam modicum, id. id., d.- marfil
197. — Mape de opere Francie subtilis, mantel flujo ó de poo valor, trabajado á la francesa.
199.— Mandile de barbitonsone, paño de afeitar.
201.— Velum allis can tabula Biblie, amito, ó bien p.iño de hombros con un cuadro bíblico.
ao5 y 333.— Sandalum motaserini, v. nú n. 301, el Sandalum álbum de Lin. ó cetrino, sudorífico y
estimalante; lignun alo:s, madera de acebo: Jloscalus musci (folliculus musci) almizcle.
2oy.—Cardemonium, cardamomo, hierba medicinal.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS IOJ
208.— ítem de tormentila duas vel circiter in sáculo.
309. — ítem cominum ethiopum.
210.— ítem in píxide de pillulis nece?
211. — ítem quidam revelatio in quaternulo pergameni et anforismi de regimine in
quodam alio.
212. — ítem speculum de calibe.
21 3. — ítem acus navigandi in quadam píxide et caramida.
214.— ítem quinqué virgule argentee operis cirurgie et forcipule cum alus quinqué
furciculis
21 5.— ítem quidam lapis tacteus omnia hec iustrumenta in quodam condelario de
corio.
216.— (¡| ítem fuerunt inventa in duobus bonetis
217. — Primo una cooperta de coxins de cotonina cum duobus manutergiis et qu¡-
busdam mapis magnis et quibusdam mapis parvis ad familiam.
218. — flem una gramasia de stupa.
219. — ítem unum balandra et .ij. camisie et unum gardacos de canapé.
220. — ítem due jube omnia hec erant in dicta cooperta de coxino.
221. — ítem erant in dictis bonetis unum albernuc. vel rodendellum nigrum due
pellicie de nonnatis ct unum capuccium.
222. — ítem una peluda dalfaren? et unum capuccium dúo paria de stivals unum
par galigarum de fustano.
223. — ítem quedam femoralia.
224. — ítem quasdam mapas magnas et quedam manutergia.
225. — ítem unum capucium de camelino.
226. — ítem unum sacum inceratum ubi sunt aliquascripta diversa.
227. — ítem unus pan.ius de canapé cenui de tentorio quod Magister secum de-
ferebat.
228. — (f ítem fuit hoc ¡nventarium secundum de rebus que erant in domo.
229. — Primo in caxia capelle ara altaris dúo tentoria in tabolis quorum alterum
plicatur cum velo.
23o. — ítem manutergia cum duobus corporalibus.
ítem tres mape altaris.
208.— Tormentilla, por tormentina ó sea trementina?, tormentila, planta.
209. — Cominum etiopum, por cuminum, cj mno de Etiopia.
210. — Pulule nece? por nade, partidas? V. 378.
212. — Speculum de calibe, espejo de acero: calibe por chalybe.
2i5. — Lapis tacteus, pieJr.t de toque para 1j> metales; condelarium de corio, estuche de piel,
216 y 221.— Boneti, m detas. V. Du-Canf,e en Bonecti.
217. — Cooperta de coxins de cotonina, f jnda de algodón para almohada; mape ad familiam,
ma .teles para les mesas de les ciados.
218. — Gramaria de stupa, gramalla ó sea vestidura talar exterior de estopa.
219. — Balandra, balandrán; gardacos de canapé, armilla de hilo de cáñamo.
220. — J-abí, j j 3 ».i :■!.
221. — Albei nuc vel rodendellum, albornoz, capa de lluvia usada con este nombre en cat.; pellicie
de nonnatis, pieles de avortones.
222,—Pellicia dalfaren, v. D u-Cange, pieles blancas de 1 Icón?; pallium sarracenum, en Eguilaz.
alfareme, paria de stivals, par de zapatillas; par galigarum de fustano (por caligari.ni),
cilzas de fustán.
225. — Capuciun de camelino, capuchón de chamelo'e.
22Ó. — Sacun in ~eratum, s.cjí np¿r neable por e .t ir encarado.
227.— Pannus de canapé cennui de tentorio, aceitunil Dic. Ac d. —
I98 REVISTA DE ARCHIVOS
ítem manutergia.
23i. — ítem camisia romana et superpelicium.
232. — ítem mapula tota operata de sérico flocata.
233. — ítem bursa corporalium operata de auro et sérico.
234. — ítem mapula operata de auro et sérico per extrema.
235. — ítem mapula de sérico virgata de auro.
236.— ítem crux argenti cum pede quam dedit Dominus Papa.
237. — ítem calix cum coopertorio vel custodia sua.
238.— ítem dúo candelabra de metallo squilla párvula.
23g. — ítem Psalterium cum ystoriis aureis.
240. — ítem Biblia in ebreo cum custodia sua.
241. — ítem .iij. libri operum Magistri in romancio.
242. — ítem auriculare cum coopertura alba.
243. — ítem dúo cerei qui fuerunt de domo Domini Pape.
244. — ítem sella equitandi cum coopertura sua.
245. — ítem .VI. píxides cum diversis rebus in uno canistro.
246. — ítem una laterna studii.
247.— ítem una laterna rlexibile de panno lini.
248. — ítem tres códices ultramarinos.
249. — Ítem tcntoreum quod erat supvr altare de seria lívida.
25o. — ítem tentorium deplicatum de bómbice et canapé.
25i.- ítem dúo tatpite cum rosis albis et rube s.
252. — ítem una magna mapa prima.
253. — ítem pecia de panno ccrato círca .X. palmos.
254. — ítem novcm ünteamina. htc orr.nía supradicta secum portavit dominus Ar-
naldus de Fabrias predictus postmcdum pro majori parte pervenerunt ad
manus meí dicii Raimundi Conesa manumissori; pretacti.
255. — (|| ítem fuerunt hec inventa in dcmo libri pauperum qui ad ipsos pertinent.
256. — Primo .iij. postule super Mattum ct Lucam super Actus et super Apoca-
lipsim.
257. — ítem quatuor libri in romancio diversorum operum.
258. — ítem liber qui vocatur filii ismel in romancio.
25g. — ítem liber den Estorgat in romancio.
260. — ítem lectio almane et regula confratrie in romancio.
261.— ítem unum volumen diversorum operum cum coopertura violata.
262. — ítem postilla super Matheum que est domini Johannis Sedacerii.
263. — ítem questiones de perfectione evangélica ejusdem domini.
832. — Flocata, con flocadura.
237— Custodia calicis. =240.— Custodia Biblia, estuche.
238. — Squilla párvula, campanilla.
242. — Auriculare cum coopertura alba, en fr ¡ncés oreillier, almohada con su funda.
43. — Ceret de domo Pape, cirios del Papa.
246. — Laterna studii, lampara para sala, en Val. studi.
247.— Laterna flexibile de panno lini, farol que se podía plegar
248.— Ultramarinos, de Oriente ó sea A«ia. y también países cercanos de Europa y África.
249. — Tentoreum super altare de seria lívida, dosel para el altar de seda descolorida, lo que las
rúbrios llaman conopeum.
25o. — Tentorium deflicaturr. de t< rrlice et canapé. do'd c"or le. mezcla de algodón y de cáñamo.
s5i.— Tatpite cum rosis albis et rubeis, un tapete con rosas bl.ncas y coloradas.
REVISTA DE ARCHIVOS 199-
264.— ítem sóror angelí et itinerarium fratris Boneventure. •;
265. — ítem expositiones Cirili et eroscopi. . :
266.— ítem Cirilus cum glosa Gilberti.
267.— ítem questio usus pauperis cum aliquibus alus in uno volumine. ;
268.— ítem Psalterium in papiro.
269.— <¡¡ ítem habebat pauperes quos Magister assignaverat usui pauperum -quin-
qué libros scilicet
270. — Primo Bibliam manualem. . .«
271. — ítem textus cum glosis super epistolis Pauli.
272.— ítem quoddam volumen parvum in quo est Mallcus cum alus operibus.
273. — ítem volumen operum Magistri quod habet magister Jacobus Albi.
274.— Ítem Psalterium glosatum quod habuit Petrus de Villanova et quod portmo-
dum venit ad manus mei dicti Raimundi Conesa.
275. — (|| Habet magister Jacobus Albi unum corium álbum et unam lodicem sub^
tilem ultramarüíam.
276.— (|| ítem fuerunt inventa in domo .V. matalafia. quatuor transversalia .XV'
lodices unum orinale de lautono quod orinale ego dictus Raimundus recepi.
277.— ítem mensa altaris de cipresso cum quadam pecia alia de ipsa abiscisa.
278. — ítem alia mensa de cipresso que uenit de digna quasquidem tabulas recepi
ego dictus Raimundus.
279. — ítem scabellum altaris.
2S0. — ítem cátedra férrea cum corio quam catcdram ego dictus Raimundus recepi.
281. — ítem unus pelvis.
282. — ítem dúo olie de metallo.
283. — ítem una cateruga cum suo volutorio.
284.— ítem tres caldarie parve pro coquina cum coopertoriis.
285.- ítem unum instrumentum hauriendi.
286. — ítem ligonem parvum.
287. —ítem tres trfpedes.
288. — ítem due conche de ügno.
289. — I:em can'strum dúo graille unum morterium lapideum cum manu ligni.
290. — ítem cassia férrea.
291. — ítem perapsides assoria l¡gnea et férrea pro pauperibus.
292.— ítem unum sacum lineum cum uno capita i de palla.
293.— ítem due bot2 de corio quas portabat Magister secum.
294. — ítem una condelera.
275. — Corium álbum, un cuero ó piel blanca; lodicem subtilem ultramarinam, colcha de Oriente.
278. — Mensa de cipresso que venit de digna, ó sea Digne de Provenza.
283.— Cateruga cum suo volutorio, carrucha pura el pozo con su cuerda.
284.— Coopertoria, platos para tapar las calderas.
285.— Instrumentum hauriendi, parece ser el pozal, en rigor es instrumento para sacar agua
trocar?
287.— Tripedes, trébedes para el hogar.
288.— Conche de ligno, artes is.
289. — Canistrum, graille, morterium lapideum cum manu ligni, canasto, parrillas, almirez d
piedra con su mano.
291. — Perapsides assaria. plato grande para el asado. V. Du-Canpe. perab^is, por paropsis.
292. — S-acum lineum cum uno capitali de palla, funda de lienzo para almoh.da de p .ja.
293. — Due bote de corio, botas de cuero para poner vino; si fueran botas p ra calzar diría par j
no due.
200 REVISTA DE ARCHIVOS
ag5. — ítem dúo utres.
396. — ítem tres fíale vitre magne ¡n quarum altera illarum est oleum squillarum
va'de antiquum.
297. — ítem due bote lignee una magna alia parva. ,
398. — ítem quatuor idrie parve terree et una magna. Que quidem hec omnia ultra
ea que ut predixi pervenerunt ad manus meas ego dictus RaimundusConesa
manumissor predictus non recepi.
299. — (j| ítem fuit factum inventarium rerum que fuerunt invente in cofrellis n¡-
gris et aperti fuerunt in camera domini Magistri Arnaldi predicti in presen-
tiam dicti Raimundi et Arnaldi de Fabricis predicti et fratris Andree Ferran-
dic et fratris üeraldi familiarium dicti domini Magistri Arnaldi et hec omnia
ego dictus Raimundus Conesa manumissor predictus recepi pro majori
parte.
3oo. — In quorum primo invenimus dúo frustra corali.
3oi — ítem dúo frustra sandali macaterini.
3oa. — ítem unum quadrantem de buxo cum bursia nigra de corio.
3o3. — ítem unum crucifixum magnum depictum vel operatum de sérico in quo-
dam panno lineo.
304. — ítem quamdam bursam de corio rúbeo ubi erant instrumenta quedam et
litere.
3o5. — ítem quoddam instrumentum publicum quo presentavit Magister Arnaldus
opera sua Domino Pape Clementi .V. qui tune erat.
3o6.— ítem quemdam librum in pergameno cum cooperta rúbea cujus rubrica est
Concordia tribuum .XII. cum totidem ecclesiis.
307. — ítem quoddam scriptum Galieni.
3o8. — ítem quemdam librum sine postibus cujus rubrica est Líber Ethicorum
primus incipit.
3og. — ítem quemdam librum concordantiarum Decretalium cum coopertura viridi.
3io.— ítem quatuor quaternos in pergameno et videtur de philosophia.
3n. — ítem quemdam librum coopertum de portibus et de aluda et incipit Quum
ut ait Ieronimus.
3i2. — ítem quamdam lecturam in pergameno quo incipit Circa materiam guarti
libri.
3i 3. — ítem Boetium de Trinitate cum glosulis in pergameno.
314. — ítem quemdam librum in papiro qui incipit Qui ómnibus in suis speris.
(spheris?)
3i5. — ítem quemdam libellum in papiro qui incipit Exercitus non debet et est ib¡
parum scriptum.
3i6. — ítem tractatum de caritate in romancio et papiro.
317. — ítem alium tractatum simile in pergameno cum catholicis scriptis.
3i8. — ítem unum quaternum in romancio qui incipit Al catholich.
3ig.— ítem centiloquium in duobus loc:s vel bis.
320. — ítem dúos quaternos quorum primus incipit Ecce relinquetur vobis.
3ai. — ítem dúos quaternos quorum primus incipit Placuit Deo.
296. — O'eum squillarum, aceite de campanas, medicina casera aún actualmente.
300 — Frutra corali, pedazos de coral.
303. — Cru Hfixum magnum depictum vel operatum de sérico in panno lineo, un crucifijo pintado
con la aguja, bo.d^do con seda en tela de lino.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 201
322. — ítem quemdam quaternum papiri et incipit Vnde idolum dictum sit.
3a3. — ítem dúos quaternos papiri quorum primus incipit Silicii.
324. — ítem dúos quaternos quorum primus incipit Interrogatus.
325. — ítem aliquos quaternos papiri de nostra domina.
3i6. — ítem quemdam libellum qui incipit ínter ceteros.
I27. — ítem tres quaternos de manu Magistri in papiro quorum primus incipit In
dolore capitis.
328. — ítem quemdam papiri quaternum qui incipit A persona que ha dolor de testé.
329.— ítem quamdam scripturam in papiro que incipit Filius infra (intra?). ítem
quandam scripturam papiri que incipit pertransibunt plurimi et sunt multi
quaterni.
330._(| in secundo cofrello invenimus quemdam capsulam plenam ubi erantcum
bómbice dúo anuli aurei cum lapidibus alter parvus alter vero mediocris el
aliquantulum de margaritis minutis et sex óbolos de auro cum figuris leo-
ninis.
33i. — ítem quamdam capsulam ubi erat aliquantulum olei de balsamo.
332. — ítem aliquantulum de l;gnaloe involutum in panno viridi.
333.— ítem quamdam bursiam ubi erant tria instrumenta.
334.— ítem quemdam libellum in pergameno qui incipit Notandum quod quicumque
titulus.
335.— ítem quemdam librum in pergameno qui incipit In lacrimas risus.
336.— ítem quemdam summam fratris Thome de Aquino que incipit Quesitaucto-
ritas.
337. — ítem Boetium de Trinitate cum glosis et cum coopertura rúbea.
338. — Ítem quemdam libellum in pergameno cujus titulus est Incipit summa super
Matheum.
33g. — ítem quemdam alium libellum qui incipit Quem doctrinam inveniendi
forma ni.
340. — ítem quemdam alium libellum in pergameno qui incipit Presens opusculum
dividit in . V. partes.
341. — ítem tabulam super Summam fratris Thome de Aquino.
342.— ítem quemdam libellum de manu Magistri in papiro qui incipit Cum neccs-
sarium essct ut filius.
343. — ítem quemdam libellum in pergameno de Huera antiqua qui incipit Materia
hujus libri.
344. — ítem lecturam Decretalis cum marte in papiro.
345. — ítem quemdam libellum in pergameno qui incipit Capilulum primum de
cambis sexti.
346. — ítem Regimentum sanitatis factum per Magistrum Regi Aragonum cum
amforismis Magi->tr¡ et incipit Prima pars.
347. — ítem quemdam libellum in papiro de manu Magistri et incipit Queso te o
le.tor.
348. — ítem quemdam libellum qui videtur tabula alterius libri et incipit Primus
líber.
349. — ítem quemdam scripturam madefactam olei illius Decretalis cum marte.
330.— Oboli de auro cum figuris leoninis, v. Du-C inge ad obolus (12 solidorum in Palphinatu).
333 y 206. — Lignaloe ó aloe común. V. Dic. Terreros en Áloe.
344 Y 349 —Decret a lis cum marte, las Decrétale, con su inüice ó cuestionario?
202 REVISTA DE ARCHIVOS
35o. — ítem quemdam libellum in pergameno qui incipit Philosoforum per multa *
dispersum volumina.
35i . — ítem quemdam libellum in papiro de manu Magistri qui incipit Scripta-
testa ni ur.
352. — ítem quemdam libellum in papiro qui incipit Vir prudens.
353. — ítem quoddam volumen ubi sunt diverse forme in pergameno et incipit In
prima parte.
354.— ítem quemdam libellum qui incipit Ómnibus grossis et subtilibus.
355.— ítem quemdam quaternum de moteüs in canlu.
356. — ítem dúos quaternos pergameni quorum primus incipit Cum Jlwninis ím-
petus.
357. — ítem quaternos de papiro ubi est lectura Decretalis Cum venisset.
358. —ítem quemdam quaternum papiri ubi est in primo fulio testamenlum Magi-
stri et inde est scriptura censualis quod Ma^ister habebat Valentie.
359. — ítem quatuor folia papiri ubi sunt nomina archiepiscopatuum et episco-
patuum.
36o. — ítem quemdam quaternum papiri ubi fuerat testamenlum Magistri clausuró-
cum tribus sigillis.
36i.— ítem quemdam quaternum papiri in romancio qui incipit Los temps fináis.
362. — ítem queJam instrumenta appellationum.
363. — hem quemdam quaternum pasagii in papiro.
364. — ítem aliquos quaternos de manu Magistri in papiro qui videntur de theologia. .
365.— ítem quemdam libellum in pergameno de plantis.
366. — ítem quemdam libeilum Raimundi Lulli qui incipit Qucsivil amalor a bo-
nitate.
367. — Ítem aliqua folia pergameni et papiri modici valoris.
368. — lU'tn Cerilum cum expositione.
36g. — ítem quemdam libellum qui incipit Pertransibunt populi mei.
3;o. — Ítem quemdam libellum alium qui intitulatur Epilogus editionum ype. ?
371. — ítem alium libellum qui incipit Ecce relinquelur vobis domus descría.
372. — ítem quedam manuiergia subtilia.
373.— ítem quemdam trotium panni linei subtilis.
374. — ítem quedam manutergia cum capilibus de filo.
375. — ítem quoddam coopertorium modicum libri de lino.
376. — Ítem dúo frustra panni linei antiqui.
377. — ítem quoddam saccellum vacuum.
378.— ítem in quodam frustro panni linei involutos centum et duodecim florenos
et erant nacti vel diminuti et veteres.
379. — ítem quedam percint in tribus ligaturis mille et quingentos florenos parum
plus vel minus.
38o. — Hec sunt bona et res que inventa et invente fuerunt esse in bonis dicti Ma-
gistri Arnaldi de Villanova quondam. Protestor tamen et siquidem Ego di-
ctus Raimundus Conesa manumissor pretactus quod si de cero invenero
aliqua bona fore vel pertinere dicto Magistro Arnaldo quod ea publicabo et
373. — Trotium panni linei subtilis, pedazo de poco valor de tela de hilo.
377. —Saccellum, saauillo.
378. — Florenos nacti vel diminuti et veteres. Vid. A. Opus. y Du-Cange Naticas y Naca.
379.— Percint in tribus ligaturis, un cinturón con tres departamentos ó bolsillos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2o3
¡nseram ct publican et inserí faciam in serie inventarii per publicum tabellio-
nem bona fide.
38i.— Quodest acium Valentie tertio calendas Augusti anno Dni. M°.CCC°.XVIIIV
Sigiginum Raimundi Conesa manumissoris predicti quíhec concedo et firmo
sic esse vera ut superius continentur.
382. — Teses hujus rei sunt vocati et rogati Bernardus de Sancta Cilia, Raimundus
de Oliverii civcs Valentie et Berengarius de Pulcroloco nepos dicti Magistri
clerícus.
383.— Si^ifinum Jacobi Martini notarii publici Valencie qui hec scr'psit et clausit
loco die et anno prefixis cum raso et emendato in quinta linea ubi dicitur
est unum ¡psorum majus altero in forma in utroque quorum duorum volu-
minum sunt .XIIII. opera sive libri et in quibus duobus voluminibus sunt
tamen dúo Lbri literalitcr expositi uterque quorum incipit Es tu fidelis et
omnes alii libri dictorum duorum voluminum erant vulgariter compositi et
ordinal i. ítem invtnimus .VI. et cum suppositione in sexta linea ubi dicitur
vulumina operis dicti et cum supradito in .XIIII. linea ubi dicitur Magistri
et in .XXIIII. linea ubi d citur intente et cum raso et emendato in .XXXIIII.
linea ubi dicitur quatuor quaterni et in .XLVI. linea ubi dicitur marcum et
cum supreposito in .XLVII. linea ubi dicitur domini.
No nos ha sido posible mejor transcripción por el estado del pergamino, ni
may.ir exactitud en las notas por la falta de libros á propósito, de conocimientos
por nuestra parte y de tiempo para su estudio.
Los números se han puesto para fijar las citas del Glosario y las del estudio
promct co, por persona competentísima, para esta Revista.
I I iector sea, pues, benévolo con nuestro trabajo, ya que la voluntad no nos
falla.
Roque Chabás.
IV
LOS ALUMBRADOS DE EXTREMADURA EN EL SIGLO XVI
Mucho se ha escrito sobre los alumbrados; pero mucho queda por decir y des-
cubrir.
Hubo tiempo en que la naturaleza, los orígenes y las tendencias de esta secta
eran un misterio al parecer inescrutable. De algunos años á esta piarte se ha ido
revelando algo de dicho misterio; los trabajos de Boehmer en Alemania, y en España
los de D. Vicente Barrantes y de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, venturoso des-
cubridor de tantos misterios de nuestros antiguos heterodoxos, han derrramado
no poca luz sobreestá parte oscurísima de nuestra historia relgiosa; recientemente
D. Manuel Serrano y Sanz ha publicado en esta Revista estudios preciosísimos so-
bre algunos procesos de los alumbrados del reino de Toledo, que ponen en claro
muchos puntas que hasta ahora habían estado velados por oscuridad impenetrable.
Es posible que el estudio y la publicación de otros procesos acreciente la claridad
204 REVISTA DE ARCHIVOS
«rué poco á poco se va derramando sobre el secreto de los alumbrados. Es de desear
que sea así. La secta de los alumbrados es una secta esencialmente española; brotó
en nuestra tierra por sí é independientemente de cualquier influencia extranjera.
Mientras los protestantes de Sevilla y de Valladolid podían reconocer por padres de
sus errores á los protestantes de Alemania, cuyas doctrinas conocían, los alumbra-
dos de Toledo y de Extremadura, tanto los que dirigían el movimiento como la
plebe que los seguía, no podían atribuir los devaneos de su doctrina y las conse-
cuencias prácticas de ésta más- que á su inspiración particular, á la libre, espontánea,
independiente acción de su conciencia individual. Si con alguna secta tienen afini-
dad ó parentesco es, á nuestro juicio, con la de los Valdeses y Pobres de León de
Francia; pero es absurdo el pensar en la influencia de éstos en aquéllos. La secta
de los alumbrados nació en Esp.ña libre y espontáneamente; es una secta pura-
mente española, autóctona, digámoslo así, y por lo tanto merece particular estudio
para los que desean conocer todo cuanto ha producido de sí nuestra tierra; sus
grandezas y sus pequeneces, sus aciertos y sus extravíos, sus virtudes y sus vicios,
que todo debe conocerlo quien desee tener una idea cabal y perfecta de la patria
española.
El deseo de contribuir al mayor conocimiento de la historia de estos hete-
rodoxos españoles, nos mueve á publicar algunos documentos que la casualidad
ha puesto en nuestras manos. Proceden del antiguo Archivo de la Inquisición y
todos ó la mayor parte tienen por autor al famoso Dominico Fr. Alonso de La
Fuente, descubridor, delator y perseguidor incansable de los alumbrados extreme-
ños. De su importancia para el conocimiento de esta secta juzgará el lector. Por
nuestra parte sólo diremos que si los documentos publicados hasta ahora nos han
revelado el fin y remate de esta secta y algo de sus principios y procedimientos,
los que ahora salen á luz nos dan á conocer sus comienzos y propagación y mu-
chos de sus agentes principales.
Al publicar estos documentos, los reproduciremos con toda fidelidad y exacti-
tud, cual cumple á la verdad de la historia, pero dejando á sus autores la respon-
sabilidad de sus asertos.
La autenticidad de estos documentos es indiscutible, aun no teniendo en cuenta
el origen de donde proceden. Muchos de ellos están escritos de puño y letra del
propio Fr. Alonso de la Fuente y el único que no lo está, que es la Relación prime-
ra, tiene correcciones de la propia mano de Fr. Alonso, y al dorso esta leyenda:
Papeles que Fr. Alonso de La Fuente dio á Su Majestad y Su Majestai los remitió
por carta del Secretario Matheo Va\que\ al Jllustrisimo S.r Obispo de Cuenca, In-
quisidor general en Madrid, 17 de Diciembre de i5j5.
Miguel Mir.
Memorial en que se trata de las cosas que me an pasado con los alumbra-
dos d'Estremadura, desdll año de seienta hasta el fin desie año de
setenta y cinco, [por Fr. Alonso de la Fuente].
I.
En el fin del año de setenta, que fue en el mes de Diziembre, vine desde Sevilla
i Estremadura, á la Fuente del Maesire, que es mi natural, y hallé de asiento en el
dicho pueblo un clérigo que todos llamauan tea.ino, y por nonbre de pila Gaspar
Sánchez, teólogo pedricador y vezino de un pueblo questá seis leguas de CJudad
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 203
Rodrigo, que se dice Sahelizes de los Gallegos. Tenia este clérigo grande opinión
de santidad y buena vida; confesaua perpetuamente á ciertas beatas y pedricaua
muy á menudo, y en su vida exterior era muy conpuesto, y-que xamas se le vido
ni olió cosa que supiese á desonestidad, mas de que se daua mucha priesa en los
actos de rrelision, comulgando todos los dias á gente de muy poco talento de vir-
tud, por lo qual muchas gentes le mordían y murmurauan de sus obras; y esta
fue la causa porquel dicho clérigo se me llegó y pidió le ayudase á sustentar la
uirtud con mis sermones; yo lo hize ansí, que los primeros dias que pedriqué al
pueblo, hablé en fauor del dicho teatino y le purgué de algunas cossas que le opo-
nían, que parecían leues, y con este fauor se me llegaron muchas mugeres teatinas
de aquella liga, y me comen9aron á comunicar cosas de espíritu, en lo qual no
guardaron el precito de su maestro, que mandaua expresamente á las dichas mu-
geres que no dixesen á otros confesores el secreto de las cosas espirituales que Dios
revelaua en la oracjon; pero fue consejo de nuestro Señor que yo les fauorecjese
en mis sermones, pensando que su dotrina era buena y sana, para que con este
seguro se fiasen de mi, como lo hizieron algunas, tratándome de ciertos raptos que
tenían en la oración, que para mis oydos fue cosa muy escandalosa ver que una
gente sinple e de tan poco uso en las cosas de virtud tuviesen señales tan podero-
sas de santidad; y ansi, con el admiración quel ánimo concibió de aquellos raptos
comente curiosamente á buscar la causa de donde promedian, aunque por entonces
no pude, porque yua de camino á Badaxoz, mas de que junté ciertas mugeres de
aquella liga y les pregunté la forma que tenían en seruir á Dios, y ellas me res-
pondieron que se exercytauan en la contenplacion, lo qual me ofendió mucho
mas que los raptos, porque auia entre estas mugeres tanta ynorancia en las cosas
generales de la lei de Dios que apenas sabían las oraciones comunes de la iglesia, y
siendo los sugetos deste espeje, auian subido de golpe á la contenplacion diuína.
Yo les aconsejé por entonces que tomasen otro estilo y no contenplasen, porque
se perderían; lo qual no se rrecjbio, antes en mi ausencia mofaron del consejo y
hizieron burla de mi; y con esto me fue á Badajoz, donde yua asignado por predi-
cador de mi convento.
II.
Estando morador en la ciudad de Badajoz oy dezir algunas cosas de los alum-
brados, muy nueuas para mis oydos y muy agenas de lo que yo auia leydo en la
dotrina de los santos, lo qual despertó en mi una curiosidad de querer saber estas
cosas muy de fundamento y rraiz, y llegándose la Quaresma, mi perlado meenbió
á el Almendral, á pedricar de asiento todo aquel tiempo sancto de la Quaresma; y
acetando mi obidíencia vine á el dicho pueblo del Almendral, donde hallé muchas
alumbradas y algunos alumbrados, aunque jarretados por el ordinario de Badajoz
que les auia quitado la administración de los sacramentos, pero no la rruyn dotri-
na y estío malo de biuir, porque e;te no le perdieron aunque se vieron persiguidos.
En el discurso de mi pedricación comencé á jugar contra esta dotrina, i.iriendo en
ella con la palabra de Dios, aunque en este tienpo sabía poco de los ritos y rreglas
della, mas de que trabaxé ynpunarles el mal principio de que usavan en su con-
versión, tomando por primera medicina la diuína contenplacion, que es lo último
de la perfecion christiana; contra este mal abuso di muchas correcíones, de que se
ofendieron todos los alumbrados y me tuvieron por contrario, rretirandose de mi
ellos y sus beatas, aunque yo no me rretiré de mi tema, ni de buscar sus obras y
206
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
dotrina, y ansi fue Dios seruido que hallé cosas tan nuevas que me acresentaron
la sed que tenia de saber cosas mayores.
III.
Considerando algunas personas que yo me yua ceuando en esta scjencia de los
alumbrados, me venian á dezir cosas estrañas de ellos, conv'e ne á saber, como se
al^auan con el cjelo, como citiuauan las donzellas, como des:asauan á las casa-
das, como se apoderauan de las haziendas, como se arrebatauan y tenían senti-
mientos diuinos, como dauan gritos y berreauan en el tenplo, como gerrauan los
dientes al tienpo del comulgar, como dauan la obidiencia á sus mae-ilros, como
algauan su vandera de santidad y á todos los demás tenían por pecadores; estas
cosas v otras muchas yuan criando en mi ánimo una opinión mala de la dicha
gente y doctrina. Acabada la Quaresma vine á La Fuente del Maestre, donde avia
dexado las primeras contenplatíuas, las quales ya me auian perdido la deuocion
porque les mandé que no contenplasen tan presto, sino que rrezasen y se exercita-
sen en la obseruancja de los pregetos diuinos. Hallé en este tiempo una sobrina
mia, hija de ermana, convertida en teatina y con unas señales de tan gran santidad
que me puso admiración ver que una mocuela de diez e siete años se ouiese despo-
xado súbitamente de los cabellos, desús vestidos, de su lenguaje, del trato y con-
versación ordinaria, mudado el rostro, amarilla, suzia, flaca, dando gemidos, sus-
pirando, la cabega baxa, todo lo qual me pareejo ynvencjon misteriosa; y de;eando
ynformarme de su manera da biuir la hablé mansamente y rrogué me d xese en
que se exercitaua ó que hazia para seruir á Dios, de lo qual se ofendió mucho otra
hermana suya, beata, porque era directamente contra el sigíllo de su doctrina, y
ansi la asió de la mano y determinadamente le mandó que no me dixese lo que
hazia, ni tratase dello, lo qual me pareejo tan mal que concjbio mi ánimo grande
temor y nueua presunción que en la conpañia y doctrina destas gentes auia alguna
cubierta de grandes males, y deseando saber este misterio me llegué mansamente
á la nueua teatina y la saqué de las manos de la otra mas vieja y pertinaz, y per-
suadiéndola con rra?ones fuertes me descubriese el secreto de la doctrina, la con-
uenci e traxe á la rragon, á que llanamente me dixese todo lo que ella sabía y es
lo que se sigue.
(Continuará.) Por la copia.
Al. M.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 10T]
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Die Psychologie des Juan Luis Vives, nach den beiden ersten Büchern seiner
Schrift De anima ct vita, dargestellt und beurteilt. Ein Beitrag zur Geschichte
der Psvchologie, von Dr. phii. Gerhard Hoppe.— Berlin. Mayer & Müller, 1901.
[Un vol. de 122 págs. en 4.0]
Desde que Schaumann publicó su De Ludovico Vive Dissertatio (Halae, 1792) »,
la erudición extranjera emprendió sin descanso la tarea de dar á conocer los méri-
tos del ¡lustre filósofo valenciano Juan Luis Vives (1492-1540), hasta el extremo de
ser hoy mucho más conocido en tierra extraña que en su patria. Los libros y di-
sertaciones de J. Naméche, Franclcen, Bosch-Kemper, Braam, A. Lange 2, E. Van-
den-Bussche, Mme. B. Vadier, C. Arnaud, F. Thibaut, J. Wychgram, Kaiser,
Heine, R. Pade, Eulitz y F. Kuypers, entre otros que pudiéramos citar, demues-
tran el interés con que .las doctrinas de Vives son estudiadas fuera de España.
Nueva comprobación del hecho proporciona el excelente trabajo del doctor
Hoppe, á que se refieren estas líneas. Tiene por objeto la exposición crítica de la
psicología de Vives, tal como se contiene en los dos primeros libros del tratado De
anima ct vita, cuya edición príncipe es del año 1 538. El tercer libro, que se ocupa
en los afectos ó pasiones, no es estudiado por el Dr. H.
Comprendida de esta suerte la materia, no es de extrañar que, por mucha exac-
titud que se ponga en la exposición del asunto, y por grande que sea la sagacidad
del crítico, el trabajo resulte necesariamente imperfecto. No sólo el tercer libro De
anima ct pita, sino también el tratado De prima philosophia, sive de intimo natu-
rae opijicio, los libros De veritate fidei christianae y los opúsculos lógicos (De
censura veri, De explanatione cuiusqus essentiae, De instrumento probabilitatis, De
d i sput alione), sin olvidar los De causis corruptarum artium, y sobre todo los co-
mentarios á la obra De civitate Dei de San Agustín, menos leídos de lo que mere-
cen, contienen importantísimas observaciones de carácter psicológico que necesa-
riamente han de recordarse cuando se desea investigar las ideas de Vives acerca del
espíritu y de la vida. No es decir esto que no los haya tenido en cuenta el Dr. H.,
pero es seguro que no les ha dado todo el lugar que les corresponde.
Después de una ligera biografía de Vives, en que el autor sigue principalmente
á Lange, viene la exposición fiel de la doctrina psicológica del filósofo, por el mismo
orden adoptado en los dos primeros libros del tratado De anima et vita. El Dr. H.
establece luminosas comparaciones entre la filosofía vivista y la aristotélico-esco-
¡ástica, procedimiento muy acertado, porque la sustancia de la doctrina de Vives
es profundamente peripatética. También establece parangón con la filosofía del
1 Ci'adn con error bajo la fecha de 1762 en el trabajo del Dr. Hoppe fpág. 122). Este opúsculo
de Fch;umann es de la mayor rareza. Yo poseo copia, gracias a la amabilidad de mi buen amigo
D. Jaime Fitzmaurice-Kelly.
2 Su excelente articulo (el mejor estudio crítico que existe de las doctrinas pedagógicas de
Yin si. publicado en la Encyklop&die des gesamten Er^iehungs und Unterrichtswesens del
Dr. K. A. Schmid (Leipzig, 1887, vol. o), ha sido traducido al castellano y publicado en la colec-
ción de La España Moderna, bajo la dirección del Sr. Menéndez y Pelayo.
208 REVISTA DE ARCHIVOS
Renacimiento, fijándose sobre todo en Melanchton, cuyo tratado De anima se ha
impreso muchas veces en unión con el de Vives y con el de Amerbach.
Para el Dr. H., como para Lange, la excelencia de Vives estriba en su enalteci-
miento del método experimental. «Su obra De anima et vita — dice — marca en este
respecto el principio de una nueva era en la historia de la psicología '.» La conclu-
sión del Dr. H., que nos parece muy atinada, es textualmente: «Die nachdrück-
iiche Forderung einer empirischen Methode für die psychologische Forschung
und damit \usammenhángend dieprin\ipielle Ablehnung eines sich auf Autor itaten
berufenden Dogmatismus konstituieren Vives' für die Selenwissenschaft grundle-
gendes Verdienst, das ihm ais Begründer der empirischen Psychologie einen da-
vernden Ehrenplat\ in der Geschichte der Seelenforschung sichert.»
El libro del Dr. H. es notablemente sugestivo. Cada observación de Vives le dá
motivo para interesantes comparaciones críticas. En la imposibilidad de seguir en
todas ellas al autor, nos limitaremos á decir algo de una de sus notas.
Al exponer el último capítulo (quid sid anima) del libro I de la obra vivista,
escribe el Dr. H., después de hacer notar que Vives llama también species á la
effcctio: «Wie denn überhaupt Vives durch Inkonsequenzen in der Terminologie
eine Darstellung seiner Psycholojie oft erschwert.» (P. 41, nota 147). No es tanta
la inconsecuencia como parece. Es preciso tener muy en cuenta lo que Vives en-
tiende por effcctio. Este vocablo, como hace notar muy atinadamente el Dr. H.,
no es más que la traducción ciceroniana de la ivipysta aristotélica. Vives dice unas
veces effectio, otras species, otras forma, otras facies, otras natura, y todo esto es,
en efecto, la effectio.
Al decir Aristóteles (lib. I De Anima, cap. I): «"Kitt 8'tj fy.kv üXr, ?úva;jic, tA
VvAoz ivttXi£Sf*», no entiende por e!o«»c otra cosa qué lo que Vives juzga de la
effectio. Por eso para Aristóteles el alma es la entelequia (acto) del cuerpo, así
como para Vives es la effectio del mismo. En los Commentaria in libros De Civi-
tate Dei (lib. VIII, cap. VI) escribe el mismo Vives: «Especiem hic uocat Latino
more formam, Grascé cí"oc: sic Cicero, & alii.» Para el filósofo valenciano, toda
sustancia natural es un compuesto de materia y de forma. La materia es indeter-
minada, invariable, la misma en todos los seres. La firma especifica, concreta, y
actualiza la realidad material. Dedúcese de aquí que, mientras la forma no se une
á la materia, no resulta determinación, ni aparece individualidad alguna, y al
mismo tiempo se infiere que la forma ó effectio, caracterizando al ser, constitu-
yéndole en naturaleza distinta de las demás, debe ser considerada como el princi-
pio en cuya virtud las cosas viven y son lo que son.
En el primer libro De prima philosophia, al distinguir Vives el sensatum del
sensile, distinción muy semejante á la establecida por Kant entre el fenómeno y el
noúmeno, habla también de un quiddam intimum, de una vis intus latens, quae
in penetralibus sita est cuiusque rei quo non penetrant sensus nostri hebetes, que no
es otra cosa sino la consabida effectio.
Por ser esta effectio la essentia de los escolásticos, es por lo que Vives declara
que no conocemos el alma del hombre en sí misma, sino por sus efectos: «Rerum
i «I n Gebiete der Psycholopie hat Vives ais erster den Kampf gegen den Scholastizismus
dadárch erfolgreich eroffnet, dass er der Seelenforschung durch die nachdrückliche Forderung
der e npirischen Methode den Weg wies, auf dem sie allein zu bratchbaren Resultaten gelan-
gen konnte. Sein Werk «De anima et vila» be^eichnet in dieser Hinsicht den Anfang einer neuen
Ara in der Geschichte der Psychologie.» P. 119.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 20g
OMNIUM VERAE, GERMANAEQüE ESSENTIAE, IPSAE PER SE NON COGNOSCUNTUR A NOBIS,
ABDITAE LATEN'T IN PEN1TISSIM1S CUIUSQUE REÍ, QUO MENS NOSTRA, IN HUIUS CORPORIS
mole, et tenebris vitae, non penetrat.» (De anima et vita, lib. II, cap. XIX.)
Schopenhauer, en su preciosa disertación De la cuádruple raí^ del principio
de ¿a ra^ón suficiente, ha sacado las consecuencias de lo sentado por Vives, al
decir que el sujeto no se conoce más que como sujeto que quiere, pero no como
sujeto que conoce, porque el yo que se representa, el sujeto conocedor, no puede
nunca ser él mismo representación ú objeto, puesto que, siendo el correlativo ne-
cesario de todas las representaciones, es su propia condición. «No existe, pues
— continúa Schopenhauer — , conocimiento del conocimiento, porque sería preciso
para esto que el sujeto se separase del conocimiento y pudiera, sin embargo, co-
nocer el conocimiento, lo que es imposible. Puede hacérseme una objeción: «No
sólo conozco, sino que sé también que conozco.» A lo cual respondo que estas
dos expresiones: «sé que conozco» y «conozco», no difieren más que en los térmi-
nos. «Sé que conozco» no significa otra cosa que «yo conozco», y «yo conozco»,
sin determinación más precisa, no dice más que «yo» *.
No concede el Dr. H. gran importancia á la cuestión de si Vives admitió la
teoría escolástica del entendimiento agente y posible. A nuestro juicio no cabe
duda de que la admitía cuando escribió los Comentarios á los libros De Civitate
Dei (véase el comentario al cap. IX del lib. X, pág. 552 de la ed. de Basilea, 1 555).
Pero en el lib. I De anima et vita parece no admitir más que las especies sensibles,
y, después de haber dado su noción, termina: «istae sunt species, nec alias esse
necessarias intelligo.» (Pág. 324 del tomo III de la ed. valenciana.)
En otra nota (la 142) el Dr. H. ha comprendido perfectamente el valor que
Vives da á la effectio. «Effectio — dice — ist nach Vives der actus essentialis, das
Wesensprinzip, das substantialisierende Moment, und daher selbst Substanz; sie
ist Teilhaberin der góttlichen Vollkommenheit, ein Strahl des ewigen unendlichen
Lichtes.»
Adolfo Bonilla y San Martín.
The Dramas of Don Antonio de Solís y Rivadeneyra.
An Essay npon the life and dramatic works of Dr. Juan Pérez de Mon-
talbán.
Dos tesis presentadas en 1902 y igo3, por los Sres. Daniel Ernest Martell y Geor-
ge William Bacon respectivamente, á la Universidad de Pensilvania para el docto-
rado en Filosofía.
Discípulos ambos señores del conocido hispanófilo y profesor de aquella uni-
versidad, Dr. H. A. Rennert, no es de extrañar que eligieran el teatro español para
sus trabajos, por más que los temas de nuestra literatura van estando cada día más
en boga en el extranjero. Ninguno de los dos llega á 60 páginas en 8.° y su extruc-
tura consta de tres ó cuatro miembros en los que se narra la vida del poeta, se
hace un detenido extracto del argumento de cada una de sus principales obras 2,
1 A. Schopenhauer: Op. cit., cap. VII, § 41. Toda la demostración que trae en este párrafo es
realmente admirable.
2 Nueve de Solis y seis de Montalbán. Ocupan estos extractos 25 páginas en la 1.* tesis y 24
en la 2.a.
3.* ¿poca. — tomo ix. 14
210 REVISTA DE ARCHIVOS
y finalmente se reservan las últimas páginas para la crítica del estilo del autor, orí-
genes y mérito de sus obras.
Se ve que la bibliografía é historia de nuestro Teatro hasta los últimos escritos
del Sr. Pérez Pastor sobre el histrionismo, son familiares en las universidades de
los Estados Unidos, y que si nuestra influencia política se ha anulado, en cambio
el estudio de nuestra lengua y literatura aumenta de día en día.
A. P. y M.
Relaciones topográficas de España. Relaciones de pueblos que pertenecen á
la provincia de Guadalajara, con notas y aumentos de D. Juan Catalina Gar-
cía.— I. Madrid, Est. tip. de la Y. de M. Tello, icjo3. — 8.°, vn-439 págs.
Pocas son las personas de alguna ilustración que no tengan noticia de las lla-
madas Relaciones topográficas, hechas en tiempo de Felipe II; desde que D. Fermín
Caballero las estudió concienzudamente en su discurso de entrada en la Academia
de la Historia, trabajo que rectificó en algunos extremos el Sr. Jiménez de la Es-
pada en su introducción á las Relaciones geográficas de Indias, todos hablan de
ellas, pero casi nadie las consulta. Su publicación estaba muy indicada á fin de
vulgarizar una obra poco accesible á la inmensa mayoría de cuantos se dedican á
las investigaciones históricas.
Empresa tan ardua, si ha de acomodarse á las exigencias de la erudición mo-
derna, está realizándola en parte D. Juan Catalina García, quien por sus largas y
pacienzudas investigaciones en los archivos municipales de la Alcarria era el único
que podía ilustrar las de esta región. Sin orden alguno y con la promesa de dar á
la conclusión de su obra índices completísimos, va D. J. Catalina García transcri-
biendo íntegra la Relación de cada pueblo, adicionándola con infinidad de noticias
que constituyen pequeñas monografías. Y no se crea que de estas historias, lilipu-
tienses para algunos, se dejan de sacar conclusiones y hechos que afectan á la his-
toria de nuestro desenvolvimiento social. La mayor parte de las villas y aldeas al-
carreñas existían ya, según parece, al tiempo de la reconquista, lo cual prueba
que ésta fué menos violenta y destructora de lo que muchos piensan.
Desde el siglo xv y acaso antes se petrifica en cierto modo, la población rural
española; no se fundan villas nuevas, con haber tantos yermos y espacios desier-
tos, y en cambio desaparecen viejas aldeas después de lenta y penosa agonía, como
sucedió á Retuerta y Valdelloso. Los restantes lugares han cambiado poco después
de tres siglos. Trillo tenía en i588, 23o vecinos; hoy cuenta 871 almas '; en Budia
había por Noviembre de i58o, 410 vecinos; ahora solo hay 999 habitantes. La pu-
blicación del Sr. Catalina García, prueba claramente que es difícil conocer bien la
Historia general sin estudiar la de los municipios, aun los más pequeños, á la ma-
nera que el estudio de todo ser orgánico exige en primer lugar el de las cédulas que
lo constituyen. De otro modo las afirmaciones del cronista serán con frecuen-
cia un castillo edificado en el aire; hipótesis, y no hechos demostrados.
M. S. y S.
1 Me atengo al Censo de la población de España según el empadronamiento hecho en ji de
Diciembre de iQoo. Madrid, Impr. de la Dirección general de' Instituto Geográfico, 1903. Dos
volúmenes en 4.0 m.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 211
Luis Barahona de Soto. Estudio biográfico, bibliográfico y crítico, por Fran-
cisco Rodríguez Marín. Obra premiada con medalla de oro, en público certa-
men, por la Real Academia Española, é impresa á sus expensas. — Madrid, Esta-
blecimiento tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra», igo3! — 8.° d., viii-866 pá-
ginas.
Esta obra, una de las mas acabadas que en asuntos de erudición se han publi-
cado en los últimos años y muy digna de ser comparada con el Alarcón de Fer-
nández Guerra y con el Iriarte del Sr. Cotarelo, merece las mayores alabanzas;
bien como obra del Sr. Rodríguez Marín, en quien por feliz coincidencia se reúnen
la instrucción sólida y vastísima, con la riqueza de imaginación, el buen gusto, la
sagaz crítica y los primores del estilo. Siguiendo el juicioso precepto de no dar
fumum ex fulgore, el Sr. Rodríguez Marín, además de la biografía del divino Ba-
rahona, traza una amenísima historia de la Literatura en Andalucía durante la
segunda mitad del siglo x\ i, en vez de limitarse á lo que indica el título de su
libro.
Ya era mucho poner en claro la personalidad del autor de La Angélica, quien
sin ser de primera magnitud, ni haber producido alguno de esos partos del ingenio
que viven largos siglos con juventud lozana, ni haber siquiera fundado escuela,
fué admirado, y con razón, de sus contemporáneos. El olvido en que luego ca-
yeron Barahona y sus obras, pedía á voces justicia, aunque fuese tardía; la mayor
parte de sus versos yacían inéditos; nadie pensaba en atribuirle los Diálogos de la
montería, y su Angélica, envejecida por el cambio de gusto literario y convertida
en libro rarísimo, en libro de bibliófilo platónico, era solamente conocida por lige-
ras referencias.
Gracias al Sr. Rodríguez Marín, Soto ha recobrado la fama que gozó en vida y
nos es dado conocer ésta en su evolución artística y en la serie de personajes que
influyeron en sus ideas, cuales fueron insigne humanista Juan de Vilches, que pro-
digó en Antequera las riquezas de su cultura clásica, autor de la Bernardina, poe-
ma latino en que celebra los memorables hechos de D. Bernardino de Mendoza;
Gregorio Silvestre, verdadero sacerdote de las Musas, á quien Barahona, siendo aún
muchacho, dirigió una epístola llena de ingenuidad y entusiasmo, y con quien
luego trabó en la ciudad del Darro amistad estrechísima; Baltasar de Cepeda, cantor
de la Inmaculada Concepción, y cuya trágica muerte fué generalmente llorada;
Baltasar de Escobar y otros ingenios que acudían en Osuna á la tertulia literaria de
D. Cristóbal de Sandoval; el Conde de Ureña, que en 1649 fundo allí la Universidad
de que tanto se burló Cervantes; el Marqués de Peñafiel, D. Juan Téllez Girón,
aficionadísimo á la poesía; el vate zafreño Cristóbal de mesa, y otros.
Con ser tan conocida la historia de la escuela poética sevillana, ha podido la di-
ligencia del Sr. Rodríguez Marín añadir y rectificar no pocas noticias en las biogra-
fías de Gutierre de Cetina, quien no falleció, como se creía, en México, en i56o,
sino que vivía aun en Sevilla bastantes años después; de Fernando de Herrera,
Francisco Pacheco, Gonzalo Argote de Molina, Cristóbal Mosquera de Figueroa y
no pocos más.
En la segunda parte de su libro, ó sea en la crítica literaria de Barahona, pro-
cura el Sr. Rodríguez Marín vindicar la Angélica, quizá con demasiado cariño, co-
piando algunos pasajes. Más imparcial con las poesías líricas cita menudamente sus
defectos, muy comunes en los versificadores de aquel tiempo. Mayor novedad
212
REVISTA DE ARCHIVOS
ofrece el estudio de los Diálogos de la Montería, cuya paternidad atribuye á su
biografiado; desde luego prueba con evidencia que no los escribió el Marqués de
Cañete, D. Diego Hurtado de Mendoza, según afirmó un publicista; que el libro es
muy posterior al año i568, y que el ir dedicados á un Príncipe no indica ni mucho
menos que este hubiera de ser un hijo del Rey, pues la palabra Príncipe se aplica-
ba á los magnates.
Los argumentos con que el Sr. Rodríguez Marín intenta demostrar que los
compuso Barahona son bastante razonables y hacen de su teoría una conjetura
muy fundada, ya que no un hecho demostrado, pues mientras no se pruebe que
Barahona comunicaba á otros literatos sus obras inéditas hemos de suponer que
solamente él podía citarlas.
En los comentarios filológicos, abundantes en el libro, muestra el Sr. Rodríguez
Marín un profundo conocimiento de nuestro idioma, propio de quien ha estudiado
á la maravilla los clásicos del siglo xvi y se ha familiarizado con su rico y expresi-
vo lenguaje. Y no menor trabajo supone la depuración de las poesías líricas de
Soto, algunas de ellas publicadas por Sedaño y Quintana con lastimosos yerros.
Pocos de nuestros escritores gozan de un monumento como el que con este
libro se ha levantado al insigne médico de Archidona; monumento que lo es tam-
bién de quien tras largas fatigas, inspirado por nobles sentimientos de afecto á la
patria, ha consagrado su talento á referir las glorias de España en su época más
brillante, cuando con las armas conquistaba mundos y con las ideas se imponía á
las inteligencias abriendo nuevos rumbos científicos.
Al. S. y S.
VARIEDADES
BÉLGICA. El Vizconde de Ghellinck Vaernewyck ha hecho notables estudios
acerca de la encuademación flamenca; sus trabajos han originado curiosas
monografías cuales son las de P. Bergmans, Six anciennes reliures Jlatnandes;
Alb. Delstanche, Fierre Carón, relieur gantois du XVe siécle: Will. de Vreesse, Les
relieurs du moyen age et leur oeui>re.=Se ha fundado en Bruselas una Revue
des bibliothóques de Balgique. El redactor jefe es Mr. L. Stainier, de la Biblio-
teca Real, y los Secretarios MM. O. Grojean y J. Cuvelier. Contendrá artículos de
fondo acerca de las bibliotecas y archivos belgas; su historia; libros, grabados y
encuademaciones mas notables que guardan, &\
ESPAÑA.— Almería. En los Juegos florales que se celebraron á 28 de Agosto
leyó el sabio filólogo y original pensador Sr. Unamuno un discurso, lleno de atrevi-
dos pensamientos; he aquí lo que el Sr. Unamuno dice de los eruditos: «Hay quienes
trajinan y se mueven y correveidilean y no paran, y son, sin embargo, unos grandísi-
mos holgazanes. Nada de mirar y observar y escudriñar y destripar las cosas para
verles las entrañas, y recoger hechos, no conceptos, y ensayar y seguir á la vida en
sus ondulantes gir^s, y buscar nuevos senderos, no; ni menos aún forjarnos á
nosotros mismos y hacer de nuestra vida una continua fragua de nuestra persona-
lidad; no esto, sino cerrar los ojos y combinar figurillas. Porque hay quienes llegan
á jugar al ajedrez sin mirar al tablero, ¡oh maravilla!, y lo juegan bien, y hasta
BIBLIOTECAS Y MTjSEOS 2l3
ganan; es decir, dan mate al rey contrario. Formas hay de erudición que no pasan
de pasat'empos ó mata horas de pereza mental; se acumula citas mientras se sestea.
Lo que no es arar el suelo de nuestras más caras y enraizadas convicciones y re-
moverlas, es haraganería; el consecuente suele ser un haragán muy á menudo.»
Como se ve, compiten en el trabajo del Sr. Unamuno la profundidad del pensa-
miento con lo acabado de la forma, y sigue tan de cerca la escuela del famoso
publicista guatemalteco Rubén Darío, que la imilación y lo imitado parecen una
misma cosa.
Cartagena. La comisión de monumentos está efectuando excavaciones, por
indicación del Museo Arqueológico, en el paraje de la Torre-Ciega (necrópolis de la
época romana). Hasta ahora van descubiertas dos sepulturas compuesta cada una
de un sillar de 45 centímetros, en el que se halla empotrada una urna de plomo de
35 centímetros de altura y 22 de diámetro, con su correspondiente tapa de metal.
Esta sepultura se halla perfectamente conservada, y la otra, que carece de caja de
plomo, se encuentra bastante deteriorada. En las inmediaciones del monumento
de la Torre Ciega se ha encontrado otra sepultura con una lápida en la que se lee
esta inscripción:
c. ANTONIUS
P. F. COL.
B1BULUS. AED.
V1V. PÁRENTE
Además se han descubierto muchos objetos de cristal, muy bien conservados,
de la época saguntina. Un periódico aboga porque se continúen esos trabajos con
la mayor actividad posible, á fin de que en breve plazo pueda inaugurarse en Car-
tagena un Museo Arqueológico.
Madrid. El reciente libro de Boris de Tannenberg, rotulado La España lite-
raria, en el cual traza las semblanzas de D. Manuel Tamayo, D. Marcelino
Menéndez y Pelayo, D. José María de Pereda y D.a Emilia Pardo Bazán, ha sido
juzgado por D. Juan Valera en tres hermosos artículos que publicó en El Impar-
cial de 10, 17 y 24 de Agosto. =La Sociedad Central de arquitectos, deseando con-
tribuir al esplendor del Congreso Internacional de Arquitectura que ha de
celebrarse en Madrid en el mes de Abril próximo, se propone erigir un monumento
á los insignes arquitectos D. Ventura Rodríguez y D. Juan Villanueva, á quienes
debe la corte la mayoría de las obras que la hermosean. Aquella Sociedad cuenta con
el apoyo de muchas Corporaciones y particulares, habiendo, además, abierto una
suscripción entre los arquitectos españoles, los cuales manifiestan gran entusiasmo
por llevar á feliz término dicho proyecto. =La Sección de Artes Plásticas del Ate-
neo de Madrid se propone dar en el próximo curso una serie de conferencias sobre
la Historia de las artes industriales en España. El carácter de estas con-
ferencias será juntamente artístico y técnico, á fin de que puedan interesar lo mis-
mo á los artistas que á los obreros, á los cuales desea el Ateneo ver asociados
á sus tareas. Propónese también la Sección publicar las lecciones, formando una
serie de folletos ó un tomo donde quede consignada por modo permanente la labor
del Ateneo sobre tan interesante materia. Para disertar sobre los diversos ramos
que abarca, han sido invitadas personas especialmente peritas en cada uno de ellos,
entre las cuales se cuentan los Sres. Lázaro, Conde de las Navas, Ovejero, Serra-
no Fatigati, Quintero, Sentenach, Stuych, Barcia, Prieto, Zabala, Mélida, Dome-
214 REVISTA DE ARCHIVOS
nech, Marvá, Struch, Cossío, Lampérez y otros. El programa completo se publi-
cará en breve. — v. i., y r.=E1 insigne periodista Félix de Monte mar publicó en el
Diario Universal de 4 de Agosto un curioso artículo rotulado El Archivo do la
Guerra; entre las curiosas noticias que da, se halla la historia de una virago, de
un soldado hembra, cuyos hechos refiere así Mantenían «Gertrudis Rodríguez, que
tan bravamente abandonó su hogar para luchar en defensa de su patria, es un caso
más de exaltación del patriotismo. Trátase de una muchacha de Burgos, de quince
años de edad, de cuatro pies ocho pulgadas de estatura, de rostro blanco, pelo y
cejas castaño claro y barbilampiño, según la filiación militar, que en 10 de Abril
de 1812 presentóse en la villa de Moneo á sentar plaza, impelida á ello, según sus
propias palabras, por su amor á la patria y su odio á la conducta artera de los
franceses. Ingresó como tambor, por no consentirle prestar servicio de corneta sus
condiciones físicas, en el batallón de Guardias nacionales, de la división del general
Longa. Para llevar á cabo su propósito presentóse disfrazada de campesino, con un
traje de un hermano suyo, y fingióse labrador. Prestó servicio durante unos cator-
ce meses y asistió á las acciones de Sasamón, Cuba, Castrourdiales, Somorrostro,
Foneza, Puente Nuevo de Bilbao, Zornoza y Llodio, yendo en varias de ellas al
frente de su batallón tocando paso de ataque. En la expedición á Guetaria, Gertru-
dis se descubrió á una molinera, en cuya casa se refugió, no sin temor de que pu-
diera seguírsele algún perjuicio como desertor. Dióse cuenta del suceso, y enterado
de él el General y su Comandante, diéronsele á la muchacha el pasaporte y las
certificaciones correspondientes. El expediente instruido á solicitud del soldadito,
comprueba de una manera terminante los extremos expuestos. Sábese por él que
Gertrudis, tras un año y pico de espera, es recompensada con un estanquillo.»
Pontevedra. A 19 de Agosto se celebraron Juegos florales; obtuvieron los
premios D. Manuel Amor Meilán por una poesía á la Religión y D. Enrique La-
barta Pose por otra á la literatura gallega.
Santander. El 9 de Septiembre se ha verificado la entrega á los Sres. D. Marce-
lino Menendez y Pelayo y D. José María de Pereda de las insignias de la Cruz
de Alfonso XII, costeadas por una suscripción popular que inició El Cantábrico y
cuya cuota máxima era una peseta. Han contribuido á ella cerca de 8.000 donan-
tes, muchos de ellos residentes en la América latina. Una comisión en la que figu-
raban D. José Estrañi, D. Pedro Alonso, D. Roberto Dosáñez, D. Mauricio Lasso
de la Vega, D. Jesús Cospedal, el Presidente de la Diputación, D. Eusebio Ruíz
Pérez y el Alcalde de Santander, D. Luis López Dóriga, visitó con tal objeto al
Sr. Menendez y Pelayo en su rica biblioteca, inmediata al hotel donde mora, en la
calle de Gravina. Entrególe juntamente con dichas insignias un álbum con las
firmas de los que han contribuido al homenaje, escrito y encuadernado primoro-
samente.
Segovia. La torre de la iglesia de San Esteban, uno de los más bellos ejempla-
res del estilo románico será pronto demolida por estar ruinosa. Débese la adverten-
cia á un norteamericano, profesor de arquitectura en la Escuela de Nueva York,
quien la visitó en Agosto de este año.
Simancas. De El Porvenir, periódico de Valladolid. A la una y cuarto de la tar-
de, después de dejar atrás la carretera, en uno de cuyos lados aparecía la finca de
don Gabriel de la Muela, engalanada con los colores nacionales, llegamos al pue-
blo. Allí se extendía la gente en masa por la entrada y calles de la histórica villa
esperando la llegada del monarca y acogiendo con aplausos á los que le precedían
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2 1 5
con algunas horas de delantera. En muchas casas se veían caprichosas colgaduras,
llamando la atención por lo artísticas las que figuraban en el domicilio del archivero
y en las cuales resaltaba el escudo de su distinguida familia. Al frente del Archivo
se halla el inteligente archivero don Julián Paz, eficazmente auxiliado por el ilus-
trado miembro del mismo cuerpo señor Montero. Enviárnosles el testimonio de
nuestra consideración por la exquisita amabilidad con que nos honraron. Llegaron
en carruajes y moticicletas el Marqués de Viana y el duque de Arévalo; el conde de
Caudillo y el Sr. Alvarez Mayo, secretario particular del conde de San Bernardo, hi-
cieron la expedición en automóvil. Había veinticinco números del 9.0 tercio, al man-
do del teniente don Gabriel Matorele, con objeto de hacer los honores. Mas tarde
llegaron, con otros números, el comandante don Remigio Puello y el teniente don
Manuel Trejo. Precediendo al monarca llegaron: El Gobernador civil don Santos
Ortega Frías, que fué recibido con cohetes; una comisión de diputados compues-
ta por los señores Medina Bocos, Jalón, Vitoria y Sánchez; por la Universidad
los señores Cortés y Amado; por la jefatura de obras públicas, el ingeniero jefe de la
provincia don Elias Pérez Cano y el señor Mesa, encargado de la carretera; por la
comisión de monumentos, don Venancio María Fernández de Castro (vicepresiden-
te) y los vocales señores Martí y Monsó, que actuaba de secretario, Alvarez de la
Braña y Espejo Hinojosa; finalmente, el Inspector de orden público don Agustín
Gómez y representantes de la prensa local y madrileña. A medida que se acerca-
ba el instante de la llegada de S. M. el Rey, aumentaba la animación del vecinda-
rio, que inspeccionaba curiosamente el trayecto que aquél habia de recorrer. Varios
fotógrafos tomaron posiciones á la entrada del Archivo, colocados sobre una
tapia. En el puente de entrada del Archivo, que enarbolaba la bandera nacional,
sólo se permitía estar á las comisiones y representantes de la prensa. Un piquete
de la guardia civil contenía la muchedumbre. A las cuatro menos cuarto un repi-
que de campanas, el disparo de cohetes y las entusiastas aclamaciones del pueblo
nos anunciaron que había llegado á éste la regia comitiva. El gobernador y parte
de las comisiones, una vez que saludaron á S. M., salieron con dirección á la Granja
agrícola. Poco después penetraba el monarca en el puente siendo vitoreado por los
espectadores. Vestía uniforme de general de diario con capote, lo mismo que el
Príncipe de Asturias. S. A. R. la Princesa vestía traje azul marino, con adornos
blancos. Les acompañaban el príncipe Raniero, de alumno de Caballería, el rector
de la Universidad literaria señor Cortés, el personal del Archivo, las autoridades,
los diputados á Cortes señores Silió y Zorita, duque de Sotomayor, conde de San
Bernardo, duquesa de Santo Mauro, general Pacheco, profesor señor Loriga y
algunas otras personas. El piquete de la benemérita rindió los honores de ordenan-
za. El público aclamó á S. M. y Altezas reales. La comitiva regia entró en el his-
tórico monumento, en cuya escalera se lee la siguiente inscripción: S. M. el Rey
D. Alfonso XII visitó este Archivo el 6 de Octubre de 1878. Dirigimos nuestros
pasos en primer término á la famosa sala de la vitrina, la mas importante de to-
das, sin duda. En aquella se admiran el testamento de Isabel la Católica, el de Car-
los V, las célebres cuentas del Gran Capitán, un curioso documento japonés, un
privilegio rodado de Alfonso VIII á Diego López, del lugar de Villanueva, una co-
lección de naipes del siglo xvi, un breve de Sixto IV concediendo indulgencias á
los Reyes Católicos, una carta original de don Juan de Austria notificando á su
hermano la batalla de Lepanto, el sello de Maximiliano II, acta de reconocimiento
del infante don Carlos (iSjo), una carta de Muley Cidan al duque de Medina Sido-
2l6 REVISTA DE ARCHIVOS
nia (1614), las capitulaciones matrimoniales de doña Catalina y el príncipe de Gales
y notabilísimos autógrafos de Rubens, Ticiano, Quevedo, Cisneros, Jacometrezo,
Herrera, San Ignacio de Loyola, Cervantes, Ercilla, Isabel I de Inglaterra, María
Estuardo, etc. También se conservan las arcas donde llegaron los primeros do-
cumentos; tienen grabadas las iniciales de Felipe II. Las arcas hicieron exclamar á
la princesa de Asturias: ¡Qué bonito! contestando el marqués de Viana: Es muy
interesante. La princesa le preguntó: ¿Había estado Vd. antes?, respondiendo el
marqués: Hace dos meses con mi madre. El director del Archivo explicaba deteni-
damente al monarca lo más importante. Don Alfonso, refiriéndose al testamento
de Carlos V, dijo: Es lástima que esté roto. Dirigió varias preguntas al archivero
don Julián Paz, sosteniendo con este el siguiente diálogo: — ¿Cuantas horas tra-
baja usted diarias? — Seis horas. — ¿Falta mucho por arreglar? — Siempre hay al-
go, no se acaba nunca.— ¿Tiene usted siempre esto así ó se ha colocado hoy? —
Siempre está expuesto al público. La princesa hizo notar que el Archivo ha-
bía sido construido por Juan de Herrera antes que el Escorial. Visitamos á con-
tinuación la sala 12 titulada de Consejo ySecretaría de Hacienda. La estantería
de madera contiene numerosos legajos. Su Majestad hizo observar que aquélla
pudiera ser peligrosa en caso de incendio debiendo sustituirse por otra de hierro.
Advirtió el archivero que era más costoso, exclamando el príncipe de Asturias: Lo
de siempre. A preguntas del monarca respondió el archivero que hasta hace muy
poco tiempo no había habido lumbre en aquellas salas, por no permitirlo los apa-
ratos de calefacción menos perfecto que las modernas estufas. Afirmó S. M. que
lo mismo sucedía en el cuerpo de alabarderos donde ahora se han puesto cristales,
añadiendo: «Y según cuentan las crónicas, se cojen desde entonces más pulmonías;
y si no que lo diga Pacheco». A continuación visitó el Rey el camarín de Felipe II,
notable por su artístico techo y por existir allí una argolla donde se daba tormento,
y unas arcas de aquel Rey, así como también un documento que consigna el pa-
tronato de San Isidro y Santa María de la Cabeza. Después pasó la comitiva á las
salas de Obras y bosques, Pleitos y Contadurías del sueldo y Real Patronato ecle-
siástico. En esta última asomóse el Rey á un balcón desde donde se divisa un her-
moso paisaje, viéndose la confluencia de los ríos Pisuerga y Duero, haciendo con
este motivo el Rey varias preguntas acerca de e tos ríos y del Canal del Duero. Más
tarde se entró en la sala de Contadurías generales, donde, hablando de la Biblioteca
Nacional, dijo el Rey: Me acuso que no he estado. En la sala siguiente (número
44) preguntó Su Majestad el número de libros del catastro que contenía, respon-
diendo el archivero: No se decir á V. M. Finalmente se pasó á las salas i5 y 16; en
la primera explicó el Director del Archivo el manejo del índice de obras, dispuesto
por papeletas, y en la segunda firmaron en el álbum. Examinó el joven monarca
la pluma con que había firmado S. M. don Alfonso XII, de la que se conserva
nota conmemorativa. Con otra distinta firmaron en una misma hoja, S. M. que
escribió su nombre y la fecha, los príncipes de Asturias y el principe Raniero. A
las cinco menos cuarto se terminó la visita del Archivo, no sin que antes se ente-
rara el Rey de varios pormenores, tales como la cantidad consignada para sosteni-
miento del mismo, y el precio de un bomba de incendios, que sería conveniente
instalar allí.
El alcalde de Simancas entregó á S. M. una instancia en que se solicita que
sea subvencionado el proyectado tranvía entre Valladolid y dicha villa. Por ha-
berse hecho tarde no pudo el Rey acceder al deseo de la comisión de Monumen-
•IBUOTECAS Y MUSEOS « ftI7
tos que pretendía que visitase la iglesia del pueb'o, en la que se admiran un reta-
blo atribuido á Berruguete, una cruz p roces o íal de Francisco y Bernabé de
Soria y otras obras de arte. En la calle la muchedumbre agolpóse alrededor de S. M.
vitoreándole con entusiasmo y siguiéndole hasta el camino que conduce á la
Granja.
Por su parte El Norte de Castilla, en una información muy completa y muy
bien escrita, dice lo siguiente, que extractamos por no alargar demasiado esta
noticia: «Presentados al rey y á los príncipes el jefe del Archivo D. Julián Paz y
los oficiales D. Juan Montero, D. Santiago Molins y D. Francisco Carretero, re-
corre la comitiva durante dos horas largas salas y más salas (son 52) cuyas paredes
desaparecen tras las estanterías atiborradas de legajos y libros.» Luego examinó el
Rey en las vitrinas preciosos documentos y objetos ya indicados arriba y que, «al
traer á la memoria del monarca, como dice el ilustrado redactor, recuerdos de glo-
riosos días, despertarían en su alma juvenil ansias generosas de próspero por-
venir.» «Advirtió el Rey las mejoras recientemente introducidas en el Archivo, tales
como la nueva estantería de las salas de Estado y las carpetas de legajos que antes
no existían é hizo por ello elogios merecidos. Llamó la atención de los regios vi-
sitantes la mesa de índices.» Co n templa la regia comitiva desde el balcón de una
de las almenadas torres la campiña admirable; se habla del olvidado proyecto de la
canalización del Duero y Pisuerga, y del tranvía de Valladolid á Simancas; firman
en el álbum el Rey los Príncipes y D. Raniero de Borbón y al saür del Archivo el
Rey, lamenta que el mal gusto de pasadas épocas haya sustituido el almenaje de las
torres por ridiculas cúpulas. El Duque deSotomayor y nuestro ilustrado diputado
Sr. Zorita convienen en la necesidad de que desaparezcan tales adefesios en cuanto
los fondos destinados á construcciones civiles lo permitan. Fransen, Asenjo y
varios aficionados toman vistas, y aclamado sin cesar por la multitud, el Rey y su
comitiva emprenden entre nubes de polvo el regreso á Valladolid, visiblemente sa-
tisfechos de la curiosa excursión.
FRANCIA. — A 3o de Junio se inauguró en París el Museo Víctor Hugo, ins-
talado en la plaza de los Vosgos, en la casa habitada por el insigne poeta desde 1 832
á 1848. =En los primeros días de Agosto se celebró un Congreso Geográfico en
Roñen; nuestro erudito amigo D. Antonio Blázquez, que concurrió á él en nombre
de la Real Sociedad Geográfica de España, presentó una Memoria notable acerca de
las vías romanas de Reims á Metz por Verdum y Tours, de Besancon, de Boulog-
ne-sur-Mer á Bavay y de Criquetót á París por Rouen. Prueba el Sr. Blázquez que
las millas romanas oscilaban entre 1481 y 1666 metros.
INGLATERRA. — El aplaudido escritor inglés Mr. Leonardo Williams, que
tantas y tan repetidas pruebas tiene dadas de su amor á nuestro país, ha publicado
un hermoso libro, ricamente ilustrado con lindos y artísticos fotograbados, titula-
do Toledo y Madrid. Sus recuerdos y leyendas.
2t8
REVISTA DE ARCHIVOS
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es la base de clasificación de nuestra Bibliografía. En ésta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cu il puede servir para intentar una bibliografía de éste: los marcaremos con un *. —
En la Bibliografía de Revistas siempre que no se indique el año, se entenderá que es el co-
rriente.)
LIBROS ESPAÑOLES
[i.° Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra, desde la política á la cien-
tífica, y los de sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la lingüistica, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español ó ex-
tranjero, en cualquiera de las habías españo-
las, ó en ó fuera de España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.0 Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de íibros de cualquier materia escritos por
autore; ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.0 Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imitaciones publicadas en ó fuera de España
por autores vivos, e pañoles ó extranjeros, en
las mismas hablas ó en lem uas sabias, de obras
historie s y literarias debidas á españoles ya
muertos. 4.0 Los libros notables originales de
amena literatura, dados á luz en o fuera de
España por escritores contemporáneos, espa-
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguas
sabias. 5.° Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de I- spaña, publicados
en las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas-
tellano. Y 6.° Las traducciones hechas por es-
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de las ha-
blas españolas, ó por españoles á lenguas sa-
bias, de libros extranjeros históricos, 1 e cultu-
ra general, y aun de amena literatura cuando
son obras maestras.]
Abella (D. Fermín). Manual del Derecho de
Caza y del de uso de Armas. Tercera edición
corregida y aumentada. — Madrid. Imprenta
de El Consultor, 1903.— 8.°, 324 págs.— 2 pe-
setas. [84
Academia Española (R.) Prontuario de or-
tografía castellana en preguntas y respuestas.
xo.a edición.— Madrid. Imp. de los «Sucesores
de Hernando», 1903.— 8.°, 76 págs. [85
Aguilera y Velasco (D. Alberto). Reformas
de Madrid. Conferencia dada en el Centro
instructivo del Obrero el día 23 de Febrero
de 1903.— Madrid. Imp. de R. Velasco, 1903.— 4.0,
49 Págs. [86
Álamo Alonso (P. J.) Los matadores para el
abono de 1903. Datos biográficos. — Madrid .
Imprenta Alemana, 1903.— 8.°, 32 págs. con re-
tratos. [87
Albornoz y Portocarrero (Nicolás). La
instrucción militar teórica y práctica en Es-
paña. Proyecto de reformas. Tema sexto de los
Juegos florales celebrados en Córdoba el 27 de
Mayo de 1903. Trabajo que obtuvo el premio
concedido por el Ministerio de Fomento. —
Córdoba. Imp. del Diario de Córdoba, 1903 —
4°, 39 Págs. [88
Anales de la Universidad. Santiago de
Chile.— Imp., lit. y ene, Barcelona, 1903. [89
Arambilet (S.) Posesiones español ¡s del
África occidental. — Madrid. Imp. de la Revis-
ta general ée Marina, 1903.— 4. °, 31 págs. con
mapas y grabados intercalados en el texto y
un retrato. foo
Aranzadi (Telesforo de). Antropometría. —
Barcelona. Sucesores de Manuel Soler, 1903. [91
Ben Ramos (S. H. A. el X.) Perlas negras.—
El Estrecho y Sierra Bullones.— En los adua-
res.—Camino de Larache. En las kabilas. — El
Raui.— Moral marroquí. — Fez.— Abd-el-Asis.
El Harem.— Ministros.— La guerra.— El Roguí.
Europa y España. — Analogías hispano-magre-
bíes. — España en Marruecos.— Paseo por Fez.
De Fez á Alkasar.— De Alkasar á Tánger.—
Alk'-cass'guer. — Ceuta. — La kabila de Anya-
ra. — El Haus tetuani. — Tetuán. — Idioma ára-
be.— Reformas coloniales. — Madrid, por el
Cherif sid el Hach Abdel Nabí ben Ramos. 1903.
4.0, 260 páginas con un mapa y 4 retratos. [92
Bergés Castiarena (G.) Femenil. Conferen-
cia leída ante la agrupación del elemento jo-
ven del Círculo de la Unión mercantil é in-
dustrial en 11 de Febrero de 1903. — Madrid.
Imp. de M. Navarro [1903].— 8.°, 36 págs. [93
Biocrafía de S. S. Pío X, por Un Católico.—
Madrid. Tip. á cargo de R. Martínez, 1003.—
8.°, 137 págs. con un retrato. [94
Blasco (Eusebio). Obras completas. To-
mo //.—Imp. de J. Rueda, 1903.— 8.°, iv, 261 pá-
ginas.—3 ptas. [95
Bonilla y San Martín (Adolfo). Plan de
Derecho Mercantil de España y de las princi-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
2ig
pales Naciones de Europa y América. —Ma-
drid. Imp. de José Perales y Martínez, 1903.—
8.° m., 128 pags— 4 ptas. [96
Bunge (Octavio).— Educación: La educación
contemporánea. Educación de la educación.
Educación de los degenerados. Teorías de la
educación. — Madrid. Daniel Jorro, editor, 1903.
(De la Biblioteca científico-filosófica). [97
Canella y Secades (F.) y Acevedo Huel-
ves (B.) Rudimentos de derecho. Nociones de
derecho usual español para su estudio en Ins-
titutos, Colegios, Academias, etc. Segunda
edición corregida.— Oviedo. Tip. de Florez,
Gusano y Comp., 1903. — 4.0; 325 páginas. —5. pe-
setas. [98
Castan (Ldo. D. José). El devoto de Santa
Orosia. Cuestiones acerca de la patria de la
Santa y fecha de su martirio, seguidas de anti-
guo novenario y un triduo en honor de la
misma santa —Madrid. Imp. del Asilo de
Huérfanos del S. C. de Jesús, 1903. — 8.°, 148
páginas. , [99
Censo de la población de España según el
empadronamiento hecho en la Península é is-
las adyacentes el 31 de Diciembre de 1900. —
Madrid. Imp. de la Dirección general del Ins-
tituto Geográfico y estadístico, 1902-1903.—
2 vols. en 4.0 m. de xxi-437 Y xvi-525 pá-
ginas. [100
Cervantes Saavedra (Miguel de). Obras
de... Cuarta edición. — Madrid. Imp. de los
«Sucesores de Hernando», 1903. — 4.0 mayor,
xxxiv-718 págs. /Biblioteca de autores espa-
ñoles, tomo I.) [101
Contreras (J.) A orillas del Jenil. (Bosque-
jos). Con un prólogo de Manuel Reina, ilus-
tración de Bartolomé Rodenas. — Murcia. Im-
prenta de la V. de J. Perelló, 1903.— 8.°. 85 pá-
ginas. [102
Contreras de Rodríguez (María del Pilar).
Páginas sueltas. (Poesías).— Madrid. Imp. de
A. Alvarez, 1903.-8.", 239 págs. [103
Cotarelo y Moki (D Emilio). Sobre el ori-
gen y desarrollo de la leyenda de los Amantes
de Teruel.— Madrid. Tip. de la Revista de Ar-
chivos, Bibliotecas y Museos. 1903.— 8.° m.,
33 Págs. [104
Cruz Busto (J.) Glorias riojanas ó compen-
dio geogr»fico-histórico de la Rioja.— Logro-
ño. Imp. de El Riojano, 1003. — 8.° mayor, 246
páginas. [io5
Díaz-Caneja (Juan). Estudio sociológica
jurídico. Vagabundos de Castilla, con un pró-
logo de Constancio Bernaldo de Quirós.— Ma-
drid. Imp. de la Revista de Legislación, á cargo
de J. M. Sarda, 1903.-8." m., 65 págs. [106
Dostoyewski (Fedoro). Los presidios de Si-
beria; traducción de Augusto Riera.— Barce-
lona. Imp. de la casa editorial Maucci, 1903.—
8.°, 181 págs. [10-
Echegaray (José). Los tres sueños de Coli-
lla. Los anteojos de color. Las ternuras de la
muerte. Las piedadesdel sultán. Las dos ori-
llas del río.— Madrid. Vda. de Rodríguez Se-
rra, [1903].— 12.0, 90 págs.— 0,75 ptas. (Yol. 35 de
la Biblioteca Mignón.) - [108
Estadística de la Emigración é inmigración
de España en el quinquenio de 1896-1900.— Ma-
drid. Imp. de la Dirección general del Institu-
to geográfico y estadístico, 1903.— 8.° m,, 62 pá-
ginas. [109
Fábregue Molpeceres ( \ n tolín).— Por ca-w
sualidad; episodio de la vida de León XIII. — ■
Toledo. Imp. de Rafael G. Menor, 1903. — 8.°,
32 págs. [no
Feijoo y Montenegro (Fr. Benito Jerónimo).
Obras escogidas de con una noticia de su
vida y juicio crítico de sus escritos, por D Vi-
cente de La Fuente.— Madrid. Imp. de Hernan-
do y C.n, 1903.— 4.0 m., xLiv-609 págs. (Biblio-
teca de Autores españoles; t. 56. [111
Fernández Losada (D. José). Tratado de
Gramática Castellana.— Avila. Imp. Católica,
1903.-4." raen., 94 págs. h12
Figueredo Socarras (Fernando). La Revo-
lución de Yara. (1868-1878). Conferencias. Pró-
logo de Pedro Martínez Freiré.— Habana. M.
Pulido y C.a, impresores, 1902.— 8.° m., xv-330
páginas. [113
Figueroa (Francisco de). Obras de Lau-
reado Pindaro Español. Publicadas por el Li-
cenciado Luis Tribaldos de Toledo, Chronista
mayor del Rey nuestro señor por las Indias,
residente en la Corte de Madrid. Emendadas e
mui añadidas en esta segunda edición. — En
Lisboa. Por Pedro Craésbeeck. Impresor del
Rey N. S., 1626.— (Al principio): This edition
of two hundred was printed ¡n facsímile from
the copy in the library of Archer M. Hunting-
ton, at the De Winne Press, nineteen hundred
and three.— 12.", 48 pags. sin foliar. [t 14
Geografía universal y general de América;
por los HH. de las escuelas cristianas, para uso
de sus alumnos.— Tours. Imp. Mame, 1903.—
i8.°,48págs. [Il5
Gener (Pompeyo). Cosas de España. Herejías
nacionales. El renacimiento de Cataluña. —
Barcelona. Imp. de Fidel Giró, 1903.— 8.°, 360
páginas. [116
González Rebollar (Dr. D. Hipólito). Ley-
de accidentes del Trabajo; prólogo de D. Adol-
fo A. Buylla. — Salamanca. Imp. de Calón,
19°3- ["7
González Serrano (Urbano). Nicolás Salme-
rón; estudio crítico biográfico. — Madrid. Es-
tablecimiento tip. de R. Fé, 1903.— 8 °, 40 pá-
ginas con un retrato. (Celebridades españolas-
contemporáneas, t. 5). [118
Goron (Mr.) Los misterios de los juzgados.
Tomo II. El calvario de una institutriz. Tra-
220
REVISTA DE ARCHIVOS
ducido por Ricirdo Garda de Vinuesa.— Ma-
drid. Imp. de R. Rojas, 1903.— 8.°, 285 págs. [119
Güell (Eusebi). Cassius y Helena, poema
dramático.— Barcelona. Tip. U Avene. 1903. [120
Guerrazzi (F. D.), Beatriz Cenni (Historia
del siglo xvi). Traducción de Ramón Orts-Ra-
mos.— Barcelona. Imp. de la Casa editorial
Maucci, 1903.— 2 vols. 8.°, de 3207344 págs. [121
Hernández Villaescusa (Modesto). Las pro-
vincias de España; descripción geográfica, fí-
sica y política de las mismas.— Barcelona. Im-
prenta Baseda, 1903.— 8.°, 384 págs. con gra-
bados. [122
Ibsen (Enrique) Emperador y Galileo. Tra-
ducción de Eusebio Heras. — Valencia. Imp. de
El Pueblo, [19031.-2 vols. en 8.°, de 183 y 223
págs. [123
Jovellanos (Gaspar Melchor de). Obras pu-
blicadas é inéditas de... Colección hecha é ilus-
trada por D. Cándido Nocedal. Tomo /.—Ma-
drid. Imp de los Sucesores de Hernando, 1903.
4.0 m.. Lv-624 págs. (Biblioteca de Autores es-
pañoles; t. 46). [124
Kentt (El Conde de). Vida y diario de ope-
raciones del heroico General carlista D. José
'Borges (fusilado en el reino de Ñapóles por las
tropas piamontesas).— Madrid. Imp. Moderna,
1903.— 4. °, 81 págs. [125
La Llave t García (D. Joaquín de). El sitio
de Barcelona en 1713-1714. Estudio histórico. —
Madrid. Imp. del Memorial de Ingenieros del
ejército, 1903. — 8.° d., 268 págs. y 4 láminas.— 8
pesetas. [126
Lasso de la Vega (Garcih Obras de Prín-
cipe de los Poetas Castellanos. Cuidadosamen-
te revistas en esta última edición por el doctor
Luis Briceño de Córdova, residente en Ma-
drid.— En Lisboa. Por Pedro Craesbeeck, Im-
presor del Rey N. S., 1626.— (Al principio): This
edition of two hundred was printed ín facsí-
mile from the copy in the library of Archer M.
Huntington, at the De Winne Press, nineteen
hundred and three. — 12.0; 141 págs. mas 10 ho-
jas de prels. [127
León iii. Enchiridión del Papa Oraciones
misteriosas enviadas como raro presente por
el Papa León XIII al Emperador Cario Magno.
El Grimorio del Papa Honorio; contiene una
recopilación de los más raros secretos de la
magia y los célebres Pantáculos de Salomón.—
Madrid. Imp. de Antonio Marzo, 1903. — 8.°,
176 páes., con grabados. [128
Leyenda de los soles, continuada con otras
leyendas y noticias: relación anónima escrita
en lengua mexicana el año i558. La tradujo al
castellano en homenaje al Congreso interna-
cional de ciencias históricas que se reunirá en
Roma del 2 al 9 Abril de 1903, Francisco del
Paso y Troncoso.— Florencia. Tip. de S. de
Landi, 1903. — 8.°, 40 págs. [129
Lysardo. Silvia de... Recopilada por Louren-
co Craesbeeck.— En Lisboa. Por Pedro Craes-
tesck. impresor del Rey. año 1626.— (Al prin-
cipio): This edition of two hundred was prin-
ted in facsímile fro n the copy in the library of
Archer M. Huntington, at the De Winne Press,
nineteen hundred and three. — 12.0; 46 hoj is
mas dos de prels. [130
Macaulay i Lord). Estudios literarios. Tra-
ducidos directamente del inglés por M. Jude-
rías Bcnder.— Madrid. Imp. de los Sucesores
de Hernando, 1903.— 8.°, xxxvu-389 págs. Í131
Madrazo (El Dr.) <iEl pueblo español ha
muerto? Impresiones sobre el estado actual de
la sociedad española. — Santander. Imp. de
Blanchard y Arce, 1903.— 8.° m., xvi-337 pági-
nas. [132
Madriñan Megid (Luis\ Guía de Orense.—
Orense. Imp. La Editorial, 1903.— 16.0, 75 pági-
nas con lámina; y retratos. [133
Memorias diplomáticas y consulares: El
obrero y la ley obrera en Rusia.— Madrid. Imp.
de la Sucesora de M. Minuesa de los Ríos,
1903. [134
Mendoza Escobar (Antonio de). Historia de
la Virgen Madre de Dios María. Desde su pu-
rissima concepción sin pecado original, hasta
su gloriosa Assumpción Poema heroyco. De...
natural de Valladolid.— Valladolid. Por Geró-
nimo Murillo, año 1618. (Al principio): This
edition of two hundred was printed in facsí-
mile from the copy in the library of Archer M.
Huntington, at the De Winne Press, nineteen
hundred and three,— 2 vols. en 12.0 [135
Mesonero Romanos (Ramón de). Trabajos no
coleccionados de D «El Curioso Parlante».
Tomo I. Reformas de Madrid y de su adminis-
tración. Amena literatura. Publicados por sus
hijos en el centenario del natalicio del autor. —
Madrid. Imp. de los H. de M. G. Hernández,
1903.— 4.0, xvi-572 págs. con un retrato. [136
Moreno Villena (D. Pedro). Tratado de
Economía política ó filosofía del trabajo. Sép-
tima edición.— Madrid. Sucesores de Hernan-
do, 1903.— 8.° m., 496 págs. [137
Monumenta histórica Societatis Jesu nunc
primum edita a Patribus ejusdem Societatis.
Fasciculus 116. Mense Augusto. Epístolae PP.
Paschasii Broéti, Claudii Jaji. Johannis Codu-
rii et Simonis Rodericii. Fasciculus I. — Matri-
ti. Typis Gabrielis López del Horno, 1903. — 4.0,
págs. 1 á 160. [138
Nietzche (F.) El anticristo y el ascetismo
cristiano; traducción y prólogo de Pompeyo
Gener. — Barcelona. Imp. de M. Zorio, [1903]. —
8.°, 288 pág»..— 1 pta. [139
Olivart (Marqués de). Tratado de Derecho
internacional público, con un prólogo del Ex-
celentísimo Sr. D. Rafael Conde y Luque. 4.a
edición, revisada y ampliada. Tomo 111. — Ma-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
221
drid. Librería de Victoriano Suárez, 1903. —
8.° d., 306 págs. [140
Ol.medilla y Puig (Dr. D. Joaquín). — Histo-
ria del reuCLivo qjimico... Comunicación pre-
sentada al XIV Congreso Internacional de Me-
dicina.— Madrid. Imp. y Lit. de José Corra-
les, 1903.— 23 pags. — 1 pta. [141
lrtega v Rubio (D. Juan). Los visigodos en
España. — Madrid. Imp. de los H. de M. ü. Her-
nández. 19 J3. — 4.', 106 pags. [142
Lssorio y Ber.xard (D. Manuel». Ensayo de
un catalogo de periodistas españoles del siglo
xix. Cuaderno /."—Madrid. Imp. de J. Pala-
cios, 1903.— 4. °, x-70 pags. [143
OTtYZA (Luis ue). Flores de almendro (poe-
sías), con un prólogo de Jaime Marti Miquel,
Marqués de lienzú. — Madrid. Imp. de J. Alva-
rez, 1903. — 8.u, 91 págs. [144
Ovejero (Josc María). Muerte; poema en
cinco cantos. Canto segundo: Lucrecia. — Ma-
drid. Imp. de R. Rojas, 1903. — 12.^, 60 pags. [145
Padilla (D. Salvador). Gramática histórica
de la lengua castellana. — Madrid. Tipografía,
Leganitos, 54. — 4.°, xv-380 pags. y 1 hoj .—
óp.as. [146
Paz y Melia (A). Taschenwórterbuch der
spanischen und deutschen Sprache. Mit An-
gabe der Aussprache nach dem phonetischen
System der Methode Toussaint-Langens-
cheidt.— Berlín [19031.-2 vols. en 8.° de xvi-525
y 485 págs. [147
Pérez Galdós (Benito). Episodios naciona-
les. Primera serie. Napoleón en Chamartín.
Novena edición, esmeradamente corregida. —
Madrid. Imp. de la V. é H. de Tello, 1903. — 8.°,
323 pags. [148
— Episodios nacionales. Segunda serie. El
Grande Oriente. Séptima eduión, esmerada-
mente corregida.— Madrid. Est. tip. de la V. é
H. de Tello, 1003. — 8.u, 281 págs. [149
— Episodios nacionales. Tercera serie. Bodas
Reales. Segunda edición. — Madrid. Imp. de la
V. e H. de Tello, 1903.— 8.u, 355 pags. [i5o
— Mariucha. Comedia en cinco actos. Estre-
nada en el teatro Eldorado de Barcelona el 16
de Julio de 1903.— Madrid. Est. tip. de la V. é H.
de Tello, 1903.-8.", 271 pags. [i5i
Perlado y Melero (S.). Nociones elementa-
les de Geografía universal y particular de Es-
paña, Séptima edición. Corregida é ilustrada
con preciosos mapas y grabados.— Madrid.
Imp. de los Sucesores de Hernando, 1903.— 8.",
96 pags. [l52
Posada (Adolfo). Ide.s é ideales. Ruskin.
Los ideales de la vida. Hombres é ideas. El
buen camino. La Universidad. «Tolstoyana.»
Una fundación universitaria. La neutralidad
de la Universidad. El programa de Fichte. El
hijo. La decadencia. Radical. Caridad y Justi-
cia.—Socialismo Los golfos. Optimismos.
Libros. Lecturas. — Madrid. Yda. de Rodríguez
Serra, I1903].— 8.°, 161 págs.— 2ptas. [153
Proudhon (P. J.) ¿Qué es la propiedad? Tra-
ducción, prólogo y notas de Rafael García Or-
maechea. — Madrid*. Imp. de Ricardo Rojas,
1903. (154
Quesada (Vicente G.) Los Indios en las pro-
vincias del Rio de la Plata. Estudio histórico.
Articulo publicado en «Historia». — Buenos
Aires. Comp. Sud-Americana de Billeies de
Banco, 1903.— 8.° m., 104 págs. [i55
Ramírez de Saavedra (D. Enrique). De Li-
teratura y Arte, Discursos, cartas y otros es-
critos de..., Duque de Rivas, de la Real Aca-
demia Española.— Madrid. Est. tip. de la V. é
H. de Tello, 1903. — 8.°, ix-334 pags. [i56
Renán (Ernesto). El porvenir de la ciencia.
Traducción de Roberto Robert (hijo). —Valen-
cia. Imp. de El Pueblo, [1903].— 2 vol. en 8.", 236
y 240 págs. [i57
Revenga (Ricardo). La jornada de ocho ho-
ras; con un prólogo de D". José Canalejas. —
Madrid. Librería editorial de Bailly-Bailliere,
1903.— 8.°, 195 pags. [i58
Ruiz Amado (P. Ramón), S. J. La Leyenda
de el Estado enseñante. Tirada especial para
la Academia literaria del Plata. — Tortosa.
Imp. de J. L. Fogret, 1903.— 8.°, 224 págs. [159
Ruiz de Lihory (D. José), Barón de Alcaha-
lí. La música en Valencia. Diccionario biográ-
fico y crítico. Obra premiada en los Juegos
florales de «Lo Rat-Penai» el año 1900. — Valen-
cia. Est. Tip. Domencch, 1903.— F." XLIII-448
págs.— ioptas. [160
Rusiñol (Santiago). L Héroe. Drama en tres
actos.— Barcelona. Tip. L Avene, 1903. [161
Sáenz de Tejada y Martínez (José María).
El Origen del Mundo a la luz de la Filosofía.
Discurso leído... en los ejercicios del grado de
Doctor en Filosofía y Letras.— Madrid. Imp. de
San Francisco de Sales, 1903. — 8.° m., 128 pági-
nas. [162
Salas Ricomá (D. Ramón). Resumen de la
guia histórica y artística del Monasterio de
Poblet.— Tarragona. Est. tip. de F. Arís é hijo,
1903.-8.0, 79 págs. [163
Salcedo Ruiz (D. Ángel). Un bastardo in-
signe del gran Duque de Alba (el prior D. Her-
nando de Toledo).— Madrid Est. tip. El Tra-
bajo, 1903.— 8.° m., 29 págs. y un retrato. (Pu-
blicado en la Revista técnica de Infantería y
Caballería.) (164
San Antonio (Sor Catalina de). La Marga-
rit i escondida. Vida admirable y milagrosa de
la lima, y nobilí ima señora Doña Beatriz de
Silva, fundadora de la insigne religión de la
Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
Compúsola en el año 1661 Sor Catalina de San,
Antonio. Publícala por segunda vez las'RR.
222
REVISTA DE ARCHIVOS
MM. Concepcionistas de la Casa Matriz de To-
ledo.—Madrid. Imp. de la Vda. é hijo de G.
Fuentenebro, 1003— 4.0 m., 103 págs. [i65
Sánchez de Toca (Joaquín). Nuestra defen-
sa naval. Primer programa.— Madrid. M. Ro-
mero, impresor, 1903— 8.° m., 140 págs. [166
Sanchis (Vicente). Villa-Venus. La vida ale-
gre en Biarritz, por Miss-Teriosa; portada de
Adolfo Marín Molinas; dibujos de M. Benlliu-
re, A. Saint-Aubín, P. Rojas, P. Palou y otros.
Madrid. Imp. de M. Romero, 1003.— 8.° m., 286
páginas. [I07
Santiago Concha y Vázquez de Acuña (Pe-
dro de). Breves apuntes de observaciones so-
bre el Universo.— Madrid. Tip. de Montero,
1903.— 8.°, 184 págs. [168
Saro Marín (Leopoldo de). Una excursión
al Maestrazgo.— Madrid. Esl. tip. El Trabajo,
1903.— 4.0, 24 págs. I169
Shakespeare (W). Hamlet, Principe de Di-
namarca; drama trágico en seis actos, en prosa
y verso, refundido y adaptado á la escena es-
pañola por Luis Lópen Ballesteros y Félix
González Llana.— Madrid. Imp. de Regino
Vclasco, 1903.— 8.°, 187 págs. [170
Tesoro del Parnaso americano. Colección
de poesías escogidas de los más ilustres poetas
hispano-amcricanos.— Barcelona. Imp. de la
Casa editorial de Maucci, 1903.— 8.u, 2 vol. 335
y 35o págs. [>/i
Tolstoi (Conde León). El Infierno restau-
rado por la Iglesia. Cristo y el Clero.— Madrid.
Imp. de Ambrosio Pérez y C", 1903.— 8.°, 61 pa-
ginas.— 1 pta. [172
Trabajos premiados en el Certamen cele-
brado por la Asociación de San Casiano el 21
de Septiembre de 1902. Tomo III — Sevilla.
Tip. de El Correo de Andalucía, 1902-1903.—
8.°, 225 págs. [173
Vázquez (Gabino de J.) El Buscapié cervan-
tino.— Mérida de Yucatán. Imp. de la Lotería
del Estado. MCMIIL— 8.°, 104 págs. [174
Vera (Diego de). Cancionero llataado danca
de galanes, en el qual se contiene ¡numerables
canciones para cantar y baylar, con sus res-
puestas y para desposorios, y otros plazeres.
Recopilados por Diego de Vera.— En Barcelo-
na, por Geronymo Margarit. Año IÓ25. (Al
principio): This edition of tvvo hundred was
printed in facsímile from the copy in the Ji-
brary of Archer M. Huntington, at the De
Winne Press, nineieen hundred and threc. —
4.0, 60 hojas sin foliar. [175
Walker Martínez (Carlos). Páginas de un
viaje al través de la América del Sur. Nueva
edición. — Santiago de Chile. Imp. Cervantes,
1903.-8.° m., 329 págs. [176
Youno (El P. Alfredo). Países católicos y pro-
testantes, comparados en civilización, bien-
estar general, cultura y moralidad. Obra es-
crita en inglés por..., traducida y arreglada
para la edición española por un Padre de la
Compañía de Jesús.— Madrid. Imp. á cargo de
R. Méndez, 1903.— 4.0, xx-254 págs. [177
A. Gil Albacete. M. Serrano y Sanz.
LIBROS EXTRANJEROS
[i.° Los tratados universales y generales por
naciones y materias, de historia y sus ciencias
auxiliares, de literatura y arte, de filología y
lingüística, etc., que interesen á la erudición
> á la cultura, publicados en ó fuera de Espa-
ña por españoles ó extranjeros en hablas vul-
gares no españoles, ó por extranjeros en len-
guas sabias. 2.u Los de cualquier materia es-
critos por españoles en ó fuera de España en
dichas lenguas vulgares. 3.0 Los de Cualquier
materia, con tal que se refieran á cosas espe-
ñolas, publicados por extranjeros en ó fuera
de España en lenguas sabias ó en hablas vul-
gares no españolas.]
Allier (Raoul). La Philosophie de Renán.
Deuxiéme édition revue et augmentée.— París,
imp. Cerf, 1903.— 8.°, iv-191 pags. • [178
Atti del II congresso internazionale di ar-
cheologia cristiana, tenuto in Roma nell'apri-
le 1900: dissertazioni lette o preséntate c reso-
conto di tutte le sedute.— Roma, lib. Spitho-
ver (tip della Pace di F. Cuggiani), 1902.— 4.0
fig.. vn-445 págs. ( [17,1
Robert Mowart, I/Oúc.— Robert Mowart, Un
portrait de Jésus-Christ conforme á la descri-
ption de Lentulus.— Gian Francesco Gamurri-
ni, Come il cristianesimo si diffusc per le vic
dell impero romano.— Antón Baumstark, Das
todesjahr der edessenischen Martyrer Guria und
Shamoma.— Victor Récsey, Ein relief aus dem
ersten Jahrhundert des Christenthums in l'n-
garn. IX-X. Jahrhundert.— L. Jelic, Le merao-
rie romane di S. Cirillo, apostólo degh Slavi. —
Walter Lowrie, The rel.tion between early
medieval sculpture in low relief and contení -
porary textile desígn.— O. Grandidier, Deux
monuments funéraires á Tipasa (Aléric: Mau-
rétanie Césaricnne). Sepulcros del primitivo
arte cristiano existentes en la cripta de Santa
Engracia de Zaragoza.— Mariano Rampolla
Del Tindaro, Di un catalogo cimiteriale ro-
mano.— Orazio Marucchi, Di una cripta con
importanti pitture scoperte recentemente nel
cimitero di Domitilla.— Hipp. Delehaye, Une
quéstion a propo; d'une épitaphe du cimetié-
rc de Domitille.— Ernesto Degani, Relacione
intorno al sepolcreto cristiano Concordiesc.—
Giuseppe Surdini, Di un cimitero cristiano sot-
terraneo neüUmbria.— Giuseppe Bonavenia,
Di un manoscritto inédito del p. Giuseppe
Marchi intorno all'architettura di Roma cri-
stiana fuor de'sacri cimiteri.— J. P. Kirsch, Le
Dittochaeum de Prudence et les monuments
de 1 anliquité chrétienne.— Pietro Crostarosa,
Rclazionc sopra gli scavi c le scoperte nell«
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
223
catacombc romane dal i8y4 al 1900.— Pietro
Crostarosa, I sigilli doliari nelle basiliche cri-
stiane: nuove osservazioni.— G. Tomassetti,
Evolucione del cristianesimo nella campagna
romana. — Gennaro Aspreno Galante, Le fonti
di archeologia cristiana in Campania Felice. —
Roque Chabis, El sepulcro de Severina; mo-
saico descubierto en Denia (España).— Jose-
phus Fornari, De quibusdam recentibus ani-
madversionibus in Octavium Minucii Felicis.
Cari Weyman, Neue Traktate Novatians.—
L. Duchesne, La premiére collection romaine
des Decretales. — William J. D. Croke, L'iden-
titá dei santi Patrizio c Palladio.— J. Laurent,
Communication sur le projet d un recueil des
inscriptions grecques chrétiennes.— Seymour
De Ricci, Inscriptions chrétiennes inédites ou
peu connucs présentées au congrés. — A. L. De-
lattre, La croix. — J. Germer-Durand, Décou-
vertes en Palestine: figures gravees dans une
grotte si Beit-Djibrin (Eleuthéropolis); église
Saint Georges a Ta.beh (Ephon); inscription la-
tine réccmment découverte entre Jérusalem
et Bethléem.— Sthéphane Gsell, Édifices chrc-
tiens de Thélepte.— Sthéphans Gsell, Édifices
chrétiens d*Ammaedara.— M. E. Canni^^aro,
L'aotica chiesa di S. Saba sull'Aventino. —
Gustauo Giovannoni, Edifici centrali cristia-
ni.— Francesco Ehrle, Due nuove vedute di
Roma del secólo xv.— Cosimo Stornajolo, I
musaici del battistero di S. Giovanni in Fonte
nel duomo di Napoli. — Francesco Simón y
Nieto, Breve noticia de la basílica Visigoda de
San Juan Bautista en Baños de Cerrato (Pa-
lencia). — Temas Rodrigue^, Basílica de San
Juan de Baños de Cerrato (Palcncia). — Alberto
Parisotti, 11 culto e le leggénde di S. Giorgio. —
Franí. Wicklwjl, Der Einfiuss der altchristli-
chc Mosaiken in Rom auf die Malerei der Re-
naissanec.— Heinrich Swoboda, Zwei altichri-
stlichc Infeln.— Broun lo w, The» Saxon cross
found in Bath. — Th. Cuspensky, Les fouilles
d' Aboba. —Teresa Venuti De Dominicis, La
Croce Santa di Cortona. — Antonio Sacco, L'
arte nel culto c specialmente nell altare.— An-
tonio Sacco, Restauri e ripristinazioni degli
edifici sacri.— Federico Hermanin, II corvo
simbólico sulla facciata della chiesa di S. Pie-
tro presso Spoleto. — P. De Larminct, Revisión
du texte copte de Lettres de Pierrc Monge et
d'Acace et de la Vie de Jean de Phahidjoit. —
Arnaldo Cervesato, Ilpaliotto ambrosiano di
Vuolvinio.— Francesco Radie, La basílica pri-
sco-medioevale di Koljane (Dalmazia). — G. B,
Giovenale, Pitture del secólo xn in S. M^ria
Cosmedin e nuovo monumento carolingio. —
D. Elias Coury Chedid, Présentation et resu-
me du travail de Mgr. Debs, archevéque ma-
roníte de Beyrouth sur la perpétuelle ortho-
doxic des Maronites. [180
Auscher (E. S.) Les deux premiers conser-
vateurs du musée de Sévres: Riocreux et
Champlleury. — Vcrsailles. Imp. Aubert, 1803.
— 8.°, 19 páginas. . [181
Barzini (Luigi). L'Argcntina vista come é.
Milano. Tip. del Corriere della Sera, 1902.—
i0.°, v-224 págs. [182
Bastik (Dr. M.) La vie future ou 1 ímmorta-
H te de 1 ame devant I'opinion humaine.— Albi.
Imp. Amaine, 1903. — 16.0, v-3D2págs. [183
Bazalüette (L.) Le probléme de l'arenir la-
tín.—París. Imp. Fischbacher, 1903.— 16.0, 261
páginas. [t84
Brovvn (H. W.) Latin America; pagans, the
papists, the protestants, and the present pro-
blem.— London. Revell, 1903. — 8.°, 308 pági-
nas. [i85
Campolieti (Roberto). La colonizzazíone
italiana nell'Argentina. — Genova. A. Cantie-
11o, 1902.— ió.°, 294 págs. [186
Chants populaires arméniens. Traduction
fraacaise, avec une introduction, par Archag
Tchobanian. Preface de Paul Adam.— Saint-
Denis. Imp. Bouíllant, 1903.-18.°. Lxxxn-274
páginas. [187
Chaytor (X. J.) The troubadours of Dante,
being selections from the works of the pro-
venial poets quoted by Dante.— Oxford. Cla-
rendon, 1902.— 8.°, xxxvi-242 págs. [188
Davis (C. H.) Greek and Román stoicism and
some of its disciples: Epictetus, Séneca, and
Marcus Aurelius.— Boston. Herber B. Turner,
1903.— 8.°, viii-209 págs. [189
Demogeot (J.) Histoire de la littérature fran-
caise depuis ses origines jusqu'á nos jours. —
Coulommiers. Imp. Brodard, 1903.-16.". xn-744
páginas. [190
Deslanures (P.) LOrdrc des Trinitaires
pour le rachat des capti s. — Toulouse. Imp.
Douladoure-Privat, 1903. — 2 vols. en 8.° de
xxvn-052 y 520 págs. [191
Des ürsins (Mme.) Madame des Ursíns et la
succession d Espagnc. Fragments de corres-
pondance. T. II. — Nantes. Imp. Grimaud, 1903.
4.0, i75 págs. [192
Dieterlen (G.) Francois-Xavier. L"accom-
modation (thése).— Cahors. Imp. Coucslant,
1903. 8.°, 71 págs. [193
Dussaud (R.) et Macler (F.) Mission dans
les régions désertiques de laSyrie moyenne. —
París. Imp. Nationale, 1903.— 8.°, 342 págs. con
grabados. [194
ELkiSTON (Jos.) The Doukhobors, their his-
tory in Russia, their migration to Canadá.—
Philadelphia. Ferris & Leach, 1903. — 12.0,
vni-336 págs. tigS
Fairbairn (A. AL) Philosophy of the Chris-
tian Relieion. — London. Hodder. 1902.— 8.°,
612 págs. [196
224
REVISTA DE ARCHIVOS
Florian (Mr.) Gonzalvc de Cordoue, ou Gre-
nade reconquise, precede d'un prt'-cis histori-
que sur les maures d Espagne. T. /.—París.
Imp. Mangeot, 1903.-32.", 192 págs. [197
Gaulle (C. de). Les ceites au xixe siécle. Le
réveil de la race. Nouvelle édition.— La val.
Imp. mayennaise, 1903.— 8.°, iv-126 págs. [198
Karo (Georgius) et Lietzmann (Iohannes).
Catenaru n graecarum catalogus. Aus den
Nachrichten der K. Gesellschaft der Wissens-
chaftenzu Gottingen. Philologisch-historische
klasse, 1902.— 8.°, 620 págs. [199
Lachévre (F.) Bibliographie des recueils co-
llectifs de poésies publiées de 1597 á 1700.—
Arras.Imp. Schoutheerfréres, 1903.— 4.°,xvi-772
páfcinas. [200
Launay (A.) Histoire de la mission du Thi-
bet.— Lille. Imp. Desclée, [19031.-2 vols. 8.° de
vin-471 y 444 págs. [201
Legendre (P.) La conquéte de la France
africaine.— Poissy. Imp. Lejay fils etLemoro,
[1903]. -8.°, 255 págs. con grabados. [202
Le Sage (Mr.) Le Bachelier de Salamanque.
T. //.—París. Imp. Mangeot, 1903.— 32.0, 192
páginas. .[203
Maigret (F. Le poete chrétien Prudence.—
Arras. Imp. Sueur-Charruey, 1903.— 8.°, 31 pá-
ginas. [204
Matignon (J. J.) L'Orient lointain. Chine.
Coree, Mongolie, Japón. Impressions et sou-
venirs de séjour et de tourisme. — Lyon. Imp.
Storck, 1903.— 16.0, xxm-313 págs. con 85 gra-
bados. [205
Noel (J. V.) History of the second Pan-Ame-
rican congress, with notes on the Republic of
México — Baltimore. Guggenheimer, Weil et
Co., 1902. — 8.°, 375 pág;. con grabados. [206
Pingrenon (R.) Les livres ornes et illustrés
en couleur depuis le xve siécle, en France et
en Angleterre,avecune bibliographie.— París.
Imp. Daragon, 1903. — 16. °, 162 págs. [207
Platón (G.) La Scriptura de Tere., en droit
catalán.— Toulouse. Imp. Chauvin, 1903.-8,°,
37 Págs- t208
Rey iP.)Triptyque hymnaire. Hymne á Pa-
rís; Hymne á Toulouse; Hymne á Barcelone.—
París. Imp. RenouarJ, 1903.— 16.°, 32 págs. [209
RobertsoniI. G.) A History of Germán li-
terature. — New-York. Butnam, 1902.-8.",
xxix-635 págs. [210
Schalck de la Faverie (\.) La premiére
carte contenant le nom d'Amérique.— Chá-
teauroux. Imp. Mellottée, [1903].— 18.", 18 pá-
ginas. [211
Schwenke (Dr. Paul). Die Donat und kalen-
der-type Nachtrag und Übersicht. — Mainz-
1903. Verlag. der Gutenberg-Gesellschaft. — 4.0
m., 49 págs. con varias láminas. [212
Sears (Lorenzo). American literature in the
colonialand national periods.— Boston. Little,
Brovvn & Co., 1932.-12.°, xiv-480 págs. [213
Segall (J. B.) Corneille and the Spanish dra-
ma.—New York. Macmillan, 1902.-12.°, ix-147
páginas. r2I4
Segonzac (Le Marquis de). Voyages au Ma-
roc (1899-1901).— Evreux. Imp. Hérissey, 1903.
8.° mayor, xi-414 págs. con grabados. [2i5-
Serbat (L.) L'architecture gothique des Jé-
suitesauxvne siécle.— Caen. Imp. Delesques,
1903— 8.°, 108 págs. con grabados. [216
.Serré (Le P.) Sept ans d apostolat. Lettres
du P míssionnaire au Su-Tchuen (Chine),
Publiées par l'abbé Lesmarie. — Aurillac. Imp.
moderne, 1903.-8.°, xxiv-259 págs. {217
Singer (Isidore). Jewish encyclopa?dia; a
descriptive record of the history, religión, li-
terature and customs of the Jewish people
from the earliest times to the present day.
Vol. //.—New York. Funk & Wagnalls, 1902.
8.u, xxn-686 págs.- [218
Starr (F.) Physical character of Indians in
Southern México.— Chicago. University Press,
1902.-8.°, 59 págs. [219
Thomas (Mr.) Le román de Tristan. Poéme
du xne siécle, publié par Joseph Bédier.— Le
Puy-en-Velay. Imp. Marchessou, 1902. — 8.°
ix-430 págs. [220
Vaganay (H.) Le sonnet en Italie et en Fran-
ce au xvie siécle. Essai de bibliographie com-
parée.— Macón. Imp. Protat, 1903.-8.°, xvi-407
páginas. [221
Vallet de Brugniéres (A.) Six semaines á
Lisbonne et á Madrid.— París. Imp. Wolff,
1903.-18.°, 200 págs. [222
Virolleaud (Ch.) Comptabilité chaldéenne
(époque de la dynastie dite seconde d'^ur). —
Poitiers. Imp. Boutifard, 1903.— 8.", 139 p. [223
— L'astrologie chaldcenne. Le livre intitulé
«Enuma Ud-(An) ilu Béi» transcrit et traduit.
Poitiers. Imp. Boutifard, 1903.-4.° [224
M. Serrano y Sanz.
REVISTAS ESPAÑOLAS
[i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra, consagradas exclu-
sivamente al estudio de España y publica-
das en cualquiera de las hablas españolas en ó
tuera de España: los títulos de estas revistas
van de letra cursiva. 2° Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que liguren en los sumarios de las revistas no
congéneres de la nuestra, escritas en dichas
hablas en ó fuera de España.]
Boletín de la Real Academia de la Historia.
1903. Julio-Septiembre. El Emperador Car-
los V y su corte (j522-i53g). por A. Rodrigue^
Villa— Nuevas inscripciones romanas y visi-
góticas de Extremadura, por el Marqués de
Monsalud. — Santa Eulalia de Barcelona. Una
de sus basílicas en el siglo v, por Fidel Fita.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
225
Boletín de la Sociedad española de excur-
siones. 1903. Junio. Castillo de Almodóvar del
Río, por Adolfo! Fernández Casanova.— No-
tas sobre algunos monumentos de la arqui-
tectura española, por Vicente Lampérez y
Romea.— Artista» exhumados (segunda serie)
(continuación), por Rafael Ramírez de Are-
llano. — Bibliografía. — Láminas intercaladas
en el texto: Iglesia de Cambre. Planos y vis-
tas.—Láminas sueltas: Detalles del castillo de
Almodóvar del Río. Capiteles de los sepul-
cros encontrados en el claustro de la Cate-
dral vieja de Salamanca. Rodela de la colec-
ción del Sr. Conde de Valencia de Don Juan.
Jaeces de caballo de la misma . = Ju li o.
Dos obras de La Roldana, por Pelayo Quin-
tero.— Platos hispano-moriscos de la colec-
ción del Sr . Conde de Valencia de Don
Juan, por N. Sentenach.— Castillo de Almo-
dóvar del Río (continuación), por Adolfo
Fernández Casanova. — Artistas exhumados
(segunda serie), por Rafael Ramírez de Are-
llano.— Notas sobre algunos monumentos de
la arquitectura cristiana española, por Vicente
Lampérez y Romea.— Láminas: San Miguel de
Córdoba. Puerta lateral. Capilla del bautismo
(interior). Planta y sección.— Tablas policro-
mas de La Roldana.— Platos de la colección del
Sr. Conde Viudo de Valencia de Don Juan.—
Castillo de Almodóvar (láminas V y VI).
La ciudad de Dios. 5 Agosto 1903. León XIII,
por el P. Conrado Muiños Sáenz- — Líricos
griegos y su influencia en España, por el
P. Bonifacio Hompanera.— Apóstol y mártir
[el P. Picard], por el P. Julián Rodrigo.— Los
dos procesos de Juana de Arco, por el P. An-
tonio M. Tonna-Barthet — Catálogo de escri-
tores agustinos españoles, portugueses y ame-
ricanos, por el P. Bonifacio del Moral. — Bi-
bliografía.=20 Agosto. El P. Manuel Arós-
tegui; por el P. Luis Villalba Muñoz- — Los
principios del Derecho penal, según los escri-
tores españoles del siglo xvi (continuación),
por el P. Jerónimo Arnáiz- — Catálogo de es-
critores agustinos españoles, portugueses y
americanos, por el P. Bonifacio del Moral. —
Revista de Revistas.
España y América. i5 Agosto 1903. Etimo-
logía y origen del castellano, por Julio Ceja-
dor. — Cartas de China, por P. N. Merino. =
i.° Septiembre. Etimología y origen del
castellano, por Julio Ce j ador.
La España moderna. i.° Agosto 1903. El se-
gundo Congreso internacional de Ciencias
Históricas (segundo y último artículo), por
Rafael Altamira. — El suicidio en sus diversas
formas, por Edmundo González Blanco.—
Bajo D. Amadeo de Saboya. Como se formó el
último Ministerio radical, por Juan Pérez de
fíuzmán.—F.\ año sociológico (1901-1902), por
3.* ¿poca. — TOMO IX.
Adolfo Posada. — Lecturas americanas, per
Hispanus.— Crónica literaria, por E. Gómez
de Baquero. — Revista de Revistas, por Fernan-
do Araujo.=i.° Se.ptiembre. León XIII,
su diplomacia y sus encíclicas, por Edmundo
González Blanco.— Nuestras mentiras con-
vencionales. La mentira social, por Eloy L.
André— Los túmulos Reales de la Capilla ma-
yor en la catedral de Toledo, por Rodrigo
Amador de los Ríos.— Grados antiguos en la
Universidad de Salamanca, por Ignacio Cal-
vo.— Lecturas americanas, por Hispanus. — El
violín español en el cosmopolitismo del arte
musical contemporáneo, por Juan Pérez de
Guzmán. — Crónica literaria, por E. Gome^ de
Baquero. — Revista de Revistas, por Fernando
Araujo.
Euskal-erria. La Música popular bascon-
gada, por D. Resurrección María de Azkue. —
Cervantes bascófilo. El 23 de Abril de 1616, y
el de 1878, por D. Julián Apraiz-— Ensayo de
un padrón histórico de Guipúzcoa según et
orden de sus familias pobladoras, por D. Juan
Carlos de Guerra.— Recuerdos donostiarras;
Gayarre y el órgano de Santa María, por don
Francisco López Alen. = 10 Mayo. La Música
popular bascongada, por D. Resurrección Ma-
ría de Azkue. — Un idioma de 39.000 almas, bien
atendidas, por D. Telesforo de Aranzadi. —
Aborígenes euskaros, por D. Ángel de Goros-
tidi. — Marinos ilustres del solar bascongado.
D. Juan de Echeverri, Marqués de Villarrubia
y Conde de Villalcázar, por D. Francisco Se-
rrare— Ensayo de un padrón histórico de
Guipúzcoa según el orden de sus familias po-
bladoras, por D. Juan Carlos de Guerra. =
20 Mayo. La Música popular bascongadaT
por D. Resurrección María de Azkue. — Celtasr
iberos y euskaros, por D. Arturo Campión. —
Un idioma de aglutinación triunfante, por
D. Telesforo de Aranzadi.— "La belleza artís-
tica, por D. José Echegaray.=$o Mayo. En-
sayo de un padrón histórico de Guipúzcoa
según el orden de sus familias pobladoras, por
D. Juan Carlos Guerra.— Celtas, iberos y eus-
karos, por D. Arturo Campión.=io Junio.
La mujer en la guerra de la independencia,
por el General Gómez de -Arteche.— Marinos
ilustres del solar bascongado. D. Juan de
Echeverri, Marqués de Villarrubia y Conde
de Villalcázar, por D. Francisco Serrato.—
Ensayo de un padrón histórico de Guipúzcoa
según el orden de sus familias pobladoras,
por D. Juan Carlos de Guerra. =20 Junio.
Marinos ilustres. El Capitán General de la
Armada D. Ignacio María de Álava y Nava-
rrete (1750 a 1817), por D. Manuel Díaz y Rodrí-
guez-—La mujer en la guerra de la Indepen-
dencia , por el general Gómez de Arteche.=
30 J u b i o . Noticias bibliográficas y literarias
15
226
REVISTA DE ARCHIVOS
Guia de Bilbao y Bizcaya.— La mujer en la
guerra de la independencia, por el General
Gome* de Arteche. = io Julio. Celtas, iberos
y euskaros, por D. Arturo Campión (conti-
nuación).—La mujer en la guerra de la inde-
pendencia, por el Generaal Gómez de Arte-
che.— Homenaje al P. Urdaneta, por D. Ignacio
Beláustegui.=20 Julio. Viajeros rencorosos
y ratones de biblioteca, ó los bascos en el
siglo r., por D. Telesforo de Aran\adi.—
Celtas, iberos y euskaros, por D. Arturo Cam-
pión (continuación).— La mujer en la guerra
de la independecia, por el General Gómez de
Arteche.— La biblioteca del Buen Conde de
Haro, por D. Julián de San Pelayo.— Ensayo
de un padrón histórico de Guipúzcoa, según el
orden de sus familias pobladoras, por D. Juan
Carlos de Guerra (continuación).=20 Julio.
Viajeros rencorosos y ratones de biblioteca, ó
los bascos en el siglo r., por D. Telesforo de
Aran^adi.— Celtas, iberos y euskaros, por
D. Arturo Campión —La mujer en la guerra
de la independencia, por el General Gómez de
Arteche.— La biblioteca del Buen Conde de
Haro, por D. Julián de San Pelayo.— Ensayo
de un padrón histórico de Guipúzcoa según el
orden de sus familias pobladoras, por D. Juan
Carlos de Guerra.=-$o Julio. Historia gene-
ral de Bizcaya del Dr. Labayru, por D. Domin-
go de Aguirre.— La imagen de San Ignacio del
Seminario de Vergara, por D. Joaquín Pavía
y Bermingham.=io Agosto. Viajeros renco-
rosos y ratones de biblioteca, ó los bascos en
el siglo r., por D. Telesforo de Aranzadi.—
Marinos ilustres. El brigadier de la Armada
D. José Ignacio Colmenares (1761-1833), por
D. Manuel Díaz de Ar cay a. —Ensayo de un
padrón histórico de Guipúzcoa según el orden
de sus familias pobladoras, por D. Juan Carlos
de Guerra. =20 Agosto. Viajeros rencorosos
y ratones de biblioteca, ó lo* bascos en el si-
glo R.,por D. Telesforo de Aranzadi (continua-
ción).— Marinos ilustres. El teniente general
de la armada D. Julián de Arriaga (1712-1776)1
por D. Manuel Díaz y Rodriguez-=30 Agos-
to. Acta testimonial de la colocación de la
primera piedra de la iglesia de Motrico (25 de
Agosto 1803)— Ensayo de un padrón histórico
de Guipúzcoa según el orden de sus familias
pobladoras, por D. Juan Carlos de Guerra.=
10 Septiembre. Día memorable (6 de Sep-
tiembre de i522), por D. Francisco López Alen.
Galicia histórica. 1903. Mayo-Junio. Reseña
histórica de los establecimientos de Galicia
durante la edad Media. Parte segunda. Reseña
histórica de la erección del Gran Hospital Real
de Santiago (continuación), por D. José Villa-
amil y Castro. — Un veterano gallego en África
á principios del siglo 11 de nuestra era, por A.
L. F — La epigrafía latina en la provincia de
Orense, por A. L. F.— De San Jorge de Moeche.
por A. L. F.— Bibliografía, por J. G. M.— Co-
lección diplomática: El Rey D. Ramiro II dona
á D.a Gotona, viuda del Rey de Galicia D. San-
cho Ordoñez y monja en el convento de Cás-
trelo, la villa de Pinies en tierra de Saines.
Año 947.— Privilegio rodado de D. Fernan-
do II, acotando al monasterio de Monfero las
villas de Oborit (Buriz) y Labrada. Año 1177.^
D.a Teresa Bermúdez dona al monasterio de
San Salvador de Camanzo (partido judicial de
Lalín, provincia de Pontevedra) una heredad
en el lugar de Lalón. Año 1203.— Autorización
dada por el Cardenal Mateo del titulo de Santa
María in Porticu para trasladar á otro sitio
más próximo á la ciudad de Santiago el con-
vento de Santa Clara. Año 1297.— Real Carta
de D. Juan I, por la cual manda á Vasco Gómez
das Xeixas, que deje la encomienda del con-
vento de San Esteban de Chouzán, partido
judicial de Chantada, provincia de Lugo.
Año 1380. — Testamento de D. Payo Gómez de
Sotomayor, Embajador del Rey D. Enrique III
al Gran Tamerlan. Año 1454.— Testamento de
Gómez Pérez das Marinas, Gobernador y Ca-
pitán Ceneral de Filipinas. Año 1592.— Empla-
zamiento hecho al Arzobispo de Santiago so-
bre la cerca de la Torre de la Barreira en tierra
de Tabeirós. Año 1342.— Testamento de doña
María Yáñez, viuda de Juan Pérez, sobrina de
D. Pedro Martínez y madre de Inés Yáñez. —
Historia de la Iglesia de Santiago, por el
P. Fr. Jerónimo Román, de la Orden de San
Agustín (fragmentos).
Helios. 1903. Agosto. Algunas consideracio-
nes sobre los versos de Núñez de Arce, por G.
Martínez Sierra.— Epistolario de Ángel Ga-
nivet.
La ilustración española y americana. i5
Junio 1903. Conciencia religiosa de Núñez de
Arce, por Juan Pérez de Guzmán.— 22 Junio.
Monumentos mahometanos en Toledo. La
mezquita llamada de las Tornerías, por Ro-
drigo Amador de los Ríos . — Luis Vélez de
Guevara. Nuevos datos para su biografía. Su
partida de bautismo, por Felipe Pérez y Gon-
zález-=z° Junio. Recuerdos históricos. El
jefe de la partida de «los Hierros» D. Ángel
Casimiro Villalaín, por El Marqués de Alta
Villa. — Jerigón-picares, por Felipe Pérez y
González-— 8 Julio. El somatent, por Fran-
cisco Barado. = i5 Julio. Sobre la domina-
ción española en América. El doctor Palacios
Rubios y Fray Bartolomé de las Casas, por
Eloy Bullón. =30 Julio. Los que tueron. José
Picón, por Eduardo de Lustonó— El Cónclave
y el sucesor de León XIII, por Juan Pérez de
Guzmán.=8 Agosto. Pío X, por Juan Pérez
de Guzmán.— Nuevos datos para la biografía
de Cervantes, por Eloy Bullón.— Los que fue-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
227
ron. José Picón, por Eduardo de Lustonó.=
i5Agosto. Recuerdos históricos de los espa-
ñoles en Tombucto, por Francisco Fernández
y Gon%ále%. — Luis Vélez de Guevara. Nuevos
datos para su biografía. Sus ¿cuatro? mujeres-
Su pobreza. Su testamento, por Felipe Pére%
y González. — Colón y Toscanelli, por Celso
García de la Riega. =22 Agosto. Luis Vélez
de Guevara. Nuevos datos para su biografía,
por Felipe Pére% y González— Poetas cople-
ros del siglo xvi; Cristóbal de Castillejo, por
Alfredo Serrano y Jover.-=$o Agosto. Re-
cuerdos históricos de los españoles en Tombuc-
to, por Francisco Fernández y Gon%ále%. —
Las catedrales gallegas, por Vicente Lampére^
y Romea.
La lectura. 1903. Julio. Nuñez de Arce, por
Emilia Pardo Ba^án. — Gredos. Diario de una
excursión, por Gonzalo J. de la Espada. — El
pasado y el porvenir en la literatura, por U.
González Serrano. — Los artistas misteriosos.
El Conde de Villiers de l'Isle Adam, por Pe-
dro González Blanco.— El libro del mes. Dis-
cursos de medallas y antigüedades que com-
puso D. Martín de Gurrea y Aragón, Duque de
Villahermosa, por M. Serrano y San%. = Re-
vista de Revistas. =A gosto. León XIII y¡ la
cuestión obrera, por Gumersindo de Arcara-
re.— España en el congreso internacional de
Ciencias Históricas, por Rafael Altamira.
La Catedral de Ciudad-Rodrigo y la arqui-
tectura salmantina, por Vicente Lampéreni y
Romea. — Trindade Coelho, por Alicia Pesta-
na.— Revista de Revistas.— índice de Revis-
tas.=Sep ti embre. La controversia Bacón-
Shakespeare, por Carlos Navarro Lamarca. —
Maeterlinck, por Ramón Pére% de Ayala. —
Revista de Geografía, por Antonio Blá^que^.
Nuestro tiempo. 1903. Julio. Los dos cato-
licismos, por E. González Blanco.— Lo nuevo
y lo viejo, por Eloy Bullón. =Ag osto. El
alma galaica, por Emilia Pardo Ba^án.— Re-
cuerdos de mi vida, por Santiago Ramón y
Cajal.— Notas de Italia, por Rafael Altamira.
Razón y fe. 1903. Julio. El arte por la ar-
monía, por R. Rui% Amado. — La actual ciu-
dad de Buenos Aires, por L. La Palma. =
Agosto. El Pentateuco y la Escuela neo-
critica entre los católicos, por Lino Mu-
rillo. — Autos anteriores á Lope: Sus carac-
teres literarios, por J. M. Aicardo.— El Mar-
qués de Mora (conclusión), por L. Coloma. —
Orientación crítico-psicológica á principios
del siglo xx : Dirección positivista, por E.
Ugarte. — Misiones del Paraguay: una visita á
los indios guaraníes, por Pablo Hernández. —
Roosewelt en la Universidad de San Luis, por
B. Ai. — Examen de libros. =Sep ti embre.
León XIII, por R. M. Ve/asco.— Orientación
crítico-psicológica á principios del siglo xx:
Dirección positivista, por E. Ugarte.— Méndez
Núñez, por J. Planella.— Boletín bibliográfico
de estudios bíblicos, por L. Murillo.
Revista contemporánea. i5 de Julio 1903.
El satanismo y el modernismo en el arte, por
Urbano González Serrano.— La lingüística
como ciencia de observación (continuación),
por Edmundo Gon^ále^-Blanco. — Los Fastos
de Ovidio. [Traducción en verso suelto], por
V. S. C— Los visigodos en España (conclu-
sión), por J[uan] 0[rtega] Rfubio].— Litera-
tura holandesa, por P. Gon%ále$-Blanco. —
A Fray Luis de León. [Soneto], por Enrique
Prúgent . = i5 de Agosto. El sentido social
de la revolución de 1820, por Práxedes Zan-
cada.— Cosas de antaño. Entrada en Ma-
drid, el año de 1814, del señor Rey Don
Fernando VII, por José Rincón y La^cano. —
El padre intelectual de los proceres de la in-
dependencia argentina, por M. Castro Lópe%.
La lingüística como ciencia de observación
(continuación), por Edmundo González Blan-
co.— Jaime Balmes y sus obras (conclusión),.
por Eloy Bullón.— 15 de Septiembre. La
última Reina de Aragón, Germana de Foix,
por Antonio Balbin de Unquera.— Los Poe-
mas de Campoamor, por Urbano Gon^ále^
Serrano, Vicente Colorado y Mariano Ordo-
ñe^.— Estudios y monografías historiales. El
Nuevo Reino de Granada en el último tercio
del siglo xvii, por Soledad Acosta de Samper.
A Quinto Horacio Flacco, Carta familiar [en
verso], por Enrique Prugent. — La industria
en Segovia, por Mariano Sáe^ Romero.
Revista de Extremadura. 1903. Julio. Ci-
priano Segundo Montesino, por José Muño%
del Castillo. — Emérita Augusta. Apuntes mo-
nográficos acerca de su antigua catedral me-
tropolitana de Santa Jerusalén , hoy iglesia
parroquial de Santa María, por Juan José
Gon^ále^. — La literatura científica y la litera-
tura política, por Urbano Gon^ále^ Serrano.
=Agosto. Romances populares de la Sierra
de Gata, por Daniel Berjano. — Apuntes para
la Historia de Villafranca de los Barros, por
José Cáscales y Muño%. — Las Jurdes: solución,
que se impone, por Crotontilo.
M. Serrano y Sanz.
REVISTAS EXTRANJERAS
[i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no españolas ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á luz en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2.0 Los trabajos de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico-
y erudito interesantes para la cultura que
figuren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuguesa y extranjeras,
publíquense ó no en España. 3.0 Los trabajos.
228
REVISTA DE ARCHIVOS
que, estando en las condiciones reseñadas en
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
- The annals OG the american Academy of
jpolitical and social science. 1903. Julio. Fran-
cis B. Loomis, The position of the United-Sta-
tes on the American Continent. Some phases
of the Monroe doctrine. — Talcott Williams,
Ethnic factors in South America. — John Bas-
sett Moore, Application of the principie of
international arbitfation on the american con-
tinents.— Williams I. Buchanan, Latín Ame-
rica and the mexican Conference. — Manuel
Álvarez Calderón, The position of Perú
in South-american affairs. — George Winfield
Scott, Some of the causes of conflict between
Europe and latin America. — Clifford Stevens
Walton, Prívate and international law in the
enforcement of claims. — John H. Latané, The
Treaty relations of the United States and Co-
lombia.— H. Parker Wíllis, Reciprocity with
Cuba. — Frederic Emory, Causes of our failure
to develop South-American trade. — Wilfred
H. Schoff, European trade relations with
South America. — Ernesto Nelson, Argentine
commerce with the United States and Europe.
O Archeologo portugués. 1903. Abril. J. Leite
de Vasconcellos, Antiguidades do concelho de
Miranda de Douro. — P. Belchior da Cru%, So-
ciedade archeologica da Figueira. — Manoel
Joaquim de Campos, Estudos de numismática
•colonial portuguesa. — José Carvalhaes, Anti-
guidades romanas de Alfazeiráo. — Pedro A. de
A^evedo, Miscellanea archeologica. — Pedro A.
de A^evedo, Extractos archeologicos das «Me-
morias parochiaes de 1775».— D. de Anaya, No-
ticias varias.— Félix Alpes Pereira, Bibliogra-
phia.
The Atheksum. Núm. 3949. Continental Li-
terature. Spain, by Rafael Altamira.=N ú m e-
ro 3951. Annals of the Kings of Assyria.— The
Egyptian exhibition at Burlington house.=
Núm. 3952. English Literature: an illustra-
ted record. Vol. I. From the beginnings to
the age of Henry VIII. By Richard Garnett.
Vol. III. From Milton to Johnson. By Edmund
Gosse. — L'Art Typographique dans les Pays-
Bas(i5oo-i54o).=Núm. 3953. A. History of the
Peninsular War, by Charles Oman.=Nú me-
ro 3954. «Les Sonnets du Portugais» d'Eliza-
beth Barrett, Browning. Traduits en vers
francais par León Aíore/.=Núm. 3956. Lite-
rary History of Scotland, by J. H. Millar.—
The destruction of the Greek Empire and the
Story of the capture of Constan tinople by the
Turks, by Edwin PEARS.=Núm. 3958. Isabe-
Jla d'Este, by Julia Cartwright.
Bulletin hispanique. 1903. Julio-Septiembre.
M. R. de Berlanga, Tres objetos malacitanos
de época incierta.— W. Webstkk, Prudence te
les Basques. — A. Paz y Melia, Corresponden-
cia del Conde de Lemos con D. Francisco de
Lentos, su hermano, y con el principe de Es-
quiladle.—A. Engel, Inventaire de la «Casa de
Pilatos» en 1752. — E. Mérimée, Blasco Ibáñez
et le román de moeurs provinciales — Varie-
tés: D.a María Pacheco (A. Morel-Fatio). —
Relation de la bataille de Fuentes de Oñoro
(J.-B. Morleix). — Bibliographie: Adolfo Boni-
lla, El diablo cojuelo de Luis Vélez de Gueva-
ra (A. M. F.) K. Kaerger, Landwirthschaft und
Kolonisation im Spanischen Amerika (P. Bois-
sonnade).
Bulletin de l'Institut international de
Bibliographie. 1903. Fas. 4-6. Répertoire bi-
bliographique universel. Documents.— Distri-
bution of Catalogue cards (Library of Con-
gress). — Guido Biagi, Una proposta americana
per un Catalogo cooperativo. — Printed Cata-
log Card ex the sixth annual report of the John
Crerar library. — Notice sur l'organisation de
la publicité des brevets d'mvention (Biblio-
graphie des brevets).— Classement bibliogra-
phique de la Musique. — Paul Otlet, Le Cata-
logue international de la Littérature scienti-
fijque.
Bulletin italien. 1903. Julio-Septiembre.
Paget Toynbee, An emendation in the text of
Dante*s «Convivio». — H. Hauvette, Autour
du portrait de Dante — E. Bouvy, LTtalianis-
me en Angleterre au temps de la Renaissan-
ce.— P. Sirven, Un historien des Alfieri.— E.
Picot, Les italiens en France au xvie siécle.
Gazette des Beaux-Arts. 1003. Agosto. Le
Prince d'Essling, Le premier livre xylogra-
phique italien imprimé á Venise vers 1450. —
Max. Collignon, La Collection Dutuit. Les
antiquités. — Emile Bertaux, Victor Hugo ar-
tiste.=S eptiembre. Salomón Reinach, Por-
traits presumes de Saint Louis et de sa fami-
lle. — Le Prince d'Essling, Le premier livre
xylograpjhique italien, imprimé á Venise vers
1450. — Grabados: Préparatifs pour la course de
taureaux. [Cuadro de Zuloaga.]
Giornale storico della letteratura ita-
liana. 1903. Fase. 124-125. Concetto Marche-
si, II compendio volgare dell'Etica aristotélica
e le fonti del VI libro del «Tresor».— Luzio
Renier, La coltura e le relazioni letterarie
dTsabella d'Este Gonzaga. — Umberto Cosmo,
Le polemiche tassesche, la Crusca e Dante sul-
lo scorcio del cinque e sul principio del sei-
cento.
The journal of the Royal Asiatic Society.
1903. Julio. G. A. Grierson, Tulasi" Dasa, poet
and religiousreformer.— S. Margoliouth, Oa
the origin and import of the ñames Muslim
and Hanif. — Lawrence Mills, The Pahlavi
texts of Yasna X, for the first time critically
translated.— J. H. Ritett-Carnac, Cup-marks
REVISTA DE ARCHIVOS
229
=as an archaic form of inscription.— A. F. Ru-
-dolf Hoernle, Some problems of ancient In-
-dian History.
The Nation. 13 Febrero 1902. R. A. Alger,
The spanish-american war.=6 Marzo. E. L.
Taunton, The history of the Jesuits in En-
.gland. i58o-i773.=2i Agosto. W. A. Linn,
The Story of the Mormons.=30 Octubre. J.
W. Riley, The founder of Mormonism; a psy-
-chological study of Joseph Smith. = 25 Di-
ciembre. G. Fowkes, Archaelogical history
•of Ohio: the Mound builders and later Indians.
La Revoe (Ancienne «Revue des Revues».
i.° Septiembre 1903. Manuel Ugarte, Influence
de la Littérature francaise en Espagne.— H.
Faure, Madame de Staél et le Duc de Palme-
lía (Lettres d'amour) (fin).
Revue africaine. 1903. Abril-Mayo. V. Wai-
lle, Les fouilles de Cherchel.— U. Simón Que-
denfeldt, División et répartition de la popu-
Jation berbére du Maroc— A. Joly, Poésie
moderne chez les Nómades algériens.— Colo-
nel Robín, Notes historiques sur la Grande
Kabylie, de 1838 á i85i.
Revue archéologique. 1903. Julio-Agosto.
Raymond Weill, Inscriptions égyptiennes du
Sinaí. — Jean de Mot, L'Aphrodite d'Aren-
berg. — Séb. Ronzevalle, Inscription bilingüe
de Deir el Quala'a. — M. Seymour de Ricci, Une
inscription grecque d'Egypte. — Paul Mon-
ceaux, Enquéte sur l'epigraphie chrétienne
d'Afrique.— Rene Dussaud, Notes de mytholo-
gie syrienne. — A. Favraud, Statues gallo-ro-
maines découvertes á Sireuil (Charente). — Bi-
bliographie.
Revue de l'Art chrétien. 1903. Julio. W. H.
James Weale, Les peintures des maitres in-
connus. — J. Helbig, L'Histoire de l'Art chré-
tien, par Fr. X. Kraus. — E. Roulin, Mobilier
liturgique d'Espagne. — E. Roulin, La chasse
de I'Escurial. — Bibliographie.
Revue bénédictine. 1903. Julio. D. Germain
Morin, Hieronymus de Monogrammate. — Us-
merBERLiÉRE, Les évéques auxiliaires de Cam-
brai aux xme et xive siécles (suite).— Bulletin
d'histoire bénédictine. — Jean Chapman, A pro-
pos des Martyrologes.
Revue des Bibliotéques. 1902. Octubre-Di-
ciembre. L. Barrau-Dihigo, Miscellanea his-
pánica (i.° la Bibliothéque Nationale de Lis-
bonne; 2.0 cinq cartulaires des archives de la
Torre do Tombo; 3.0 notes sur quelques mss.
de la bibliothéque de Porto; 4,0 les entrées á
la Bibliothéque Nationale, de Madrid, section
des imprimes, de 1897 á 1901).
Revue celtique. 1903. Enero. Seymour de
Ricci, Notes d'onomastique pyrénéenne.=
Abril. H. d'A. de J., Conque te par les gau-
lois de la región située entre le Rhin et l'Atlan-
tique au nord des Pyrénnées.
Revue critique d'Histoire et de Littéra-
ture. i5 Junio 1903. A. Meillet, Introduction
á l'Étude comparative des Langues indo-eu-
ropéennes (V. Henry).— Die Bruchstücke der
Skeireins, herausgegeben und erklárt von
Dr. Ernst Dietrich. Mit einer Schrifttafel in
Kupferátzung (V. Henry). — Gastón Boissier,
Tacite (Paul Leyay). =22 Junio. Histoire de
Belgique, par H. Pirenne (A. C.).— Une énigme
littéraire. Le «Don Quichotte» d*Avellaneda.
Le Drame espagnol. Philologie amusante. Her-
nani. Carmen, par Paul Groussac (H. Leonar-
don).= 29 Junio. Fragmentsammlung der
griechischen Aerzte, von M. Wellmann (Paul
Tannery). — Der Timotheos-Papyrus gefun-
den bei Abusir am 1 februar 1902. Lichtdruck
Ausgabe. Text und Einleitung von Ulrich von
Wilamowitz-Mollendorf (E. Cavaignac). —
A. Carnoy, Le latin d Espagne d'aprés les ins-
criptions. Étude phonétique et morphologi-
que; ire partie: Vocalisme (E.-Bourcie%). —
Franz Gríllparzers, Werke (A. Ehrhard) —
20 Julio. Dante Vaglieri, Gli scavi recenti
nel foro romano (R. C). — A. Regnard, Contri-
bution á Ihistoire de l'enseignement des
sourds-muets (Dr. Paul Viollet).=2j Julio.
A. Moret, Le Rituel du cuite divin journalier
en Égypte, d"aprés les Papyrus de Berlín et les
textes du temple de Sé ti ier á Abydos (G. Mas-
pero). =3 Agosto. Salomón Reinach, Recueil
de tetes antiques idéales ou idéalisées (Henri
Lechát). = 10 Agosto. A Moret, Du caractére
religieux de la royauté pharaonique (G. Mas-
pero).=i7 Agosto. Edouard Lambert, Le
probléme de l'orígine des XII Tables (Émile
Thomas). =24 Agosto. Corpus documento-
rum Inquisitionis haereticae pravitatis Neer-
landicae, verzameling van Stukken (R.). — AI-
bert Sorel, L'Europe et la Révolution fran-
caise (A. C.).=3i Agosto. H. Lechat, Au
Musée de l'Acropole d Athénes, études sur la
sculpture en Atique avant la ruine de l'Acro-
pole lors de l'invasion de Xerxés (E. Cavai-
gnac). — Ernst Marx, Studien zur Geschichte
des Niederlaendischen Aufstandes (R.). = 7
Septiembre, Johannes Weiss, Das álteste
Evangelium (Alfred Loisy).
Revue des Études anciennes. 1903. Abril-
Junio. P. Masquerat, Euripide et les femmes.
P. Perdrizet, Stéle funéraire du ve siécle au
Musée de Candie. — C. Jullian, Notes gallo-
romaines: Remarques sur la plus ancienne re-
ligión gauloise. — C. Jullian, Inscription de
Toulon-en-Saintonge. — C. Jullian, Sur quel-
ques noms de liéux méridionaux. — P. Jou-
guet , Chronique des papyrus. — Bibliogra-
phie: U. Bornecque, Le texte de Séné-
que le Pére. (A. Walt%) . = Julio-S e p-
tiembre. M. Holleaux; Curae epigraphi-
cae (3e article). — A. Fontrier, Inscriptions
23o
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
d'Erythrées.— P. Masqueray, Euripide et les
femmes (2e article).— R. Schwab, X£tP£?- — C-
Jullian, Notes gallo-romaines: XIX. Remar-
ques sur la plus ancienne religión gauloise
(6e article). — H. de la Ville de Mirmont, L'as-
trologie chez les gallo-romains (2e article). —
C. Julián, Grafitto de Bordeaux. — G. Armand
d'Agnkl, Notes sur quelques [découvertes ar-
chéologiques á Montsalier (Basses Alpes).—
C. Jullian, Tetes coupées et masques de
dieux. — Bibliographie: Iungfer, Ucber Perso-
nennamen in den Ortsnamen Spaniens und
Portugals (C. Jullian).
Revue des Études juives. 1903. Abril-Junio.
K. Kuiper, Le poete juif Ezéchiel (fin).— Mayer
Lambert, De l'emploi des suffixes pronomi-
naux avec noun et sans noun au futur et á
l'imperatif. — G. Marmier, Contributions á la
Geographie de la Palestine et des pays voisins
(suite). — Ab. Epstein, Ordination et autorisa-
tion.— Israel Lévi, Un papyrus biblique.— Sa-
muel Krauss, Les divisions administratives
de la Palestine á l'époque romaine.— Bernard
Monod, Juifs, sorciers et hérétiques au moyen
age. — Ad. Cremieux, Les juifs de Marseille
au moyen age (suite). — M. Kayserling, Les
rabbins de Suisse.=Julio-Septiembre. I.
Goldziher, Mélanges judéo-arabes (suite).—
Louis-Germain Lévy, Du totéisme chez les
Hébreux. — S. Krauss, Antioche\ — S. Poz-
nanski, Anan et ses écrits (suite). — E. Ad-
ler et M. Seligsohn, Une nouvelle chroni-
que samaritaine (suite). — A. Elbogen, Les
Dinim de R. Pérec.— Moi'se Schwab, Une Hag-
gada ¡Ilustre.
Revue genérale du Droit, de la légisia-
tion et de la jurisprudence. 1903. Marzo-
Abril. G. Platón, La scriptura de tere en droit
catalán.
Revue de Geographie. 1903. Agosto. André
Brisse, Transsibérien. — Transmandchourien
(Colonisation russe).— A. A. Fauvel, La main
d'oeuvre chinoise dans nos colonies. — Celo-
ron de Blainville, Les Moi's des regions du
Song-Ba et du Darlac (Annam).— Paul Barré,
Cuba, hier et aujourd'hui. — G. Regelsperger,
Mouvement géographique.— Revue bibliogra-
phique.=S eptiembré. Pierre Dornin, Bona-
parte et le monde musulmán.— André Brisse,
Transsibérien. Transmandchourien (Coloni-
sation russe) (fin).— Céloron de Blainville,
Les Moi's des régions du Song-Ba et du Darlac
(Annam) (fin).— Jean du Taillis, Le Nil fran-
jáis est-il navigable? — G. Regelsperger, Mou-
vement géographique.— Revue bibliographi-
que.
Revue d'Histoire et d'Archéológie du
Roussillon. 1903. Mayo. . Freixe, La Balma
de Na Crestiana et les premiers habitants de
Roussillon.— P. Vidal, Louis XI, Jean II et la
Révolution catalane; á propos d'un livre ré-
cent.
Revue de l'Histoire des religions. 1903
Marzo-Abril. H. de Castries, Une apologie de
llslam par un Sultán du Maroc. [Publica dos
cartas de Muley Ismaíl á Jacobo II de Inglate-
rra; la una en árabe y la otra de la que sólo se
conserva un compendio, en castellano.]
Revue Historique. 1903. Septiembre-Octu-
bre. Eugéne Déprez, La guerre de Cent ans á
la mort de Benoit XII. L'intervention des Car-
dinaux avant le Conclave et du Pape Clé-
ment VI avant son couronnement (25 avril-19
mai 1342).— Bibliographie.
La Revue socialiste. 1903. Julio. Paul Dra-
mas, Le Socialisme et l'Eglise. = A gos to.
Jean Jaurés, La doctrine Saint-Simonienne
et le Socialisme.— Eugéne Fourniére, Les Sys-
temesSocialistes. — Deka-Duo, Autonomie jui-
ve et philanthropie. ,
Revue thomiste. 1903. Julio-Agosto. P. Van
Becelaere, La philosophie en Amérique de-
puis les origines jusqu'á nos jours. La psycho-
logie.
Romanía. 1903. Julio. H. Suchier, Recherches
sur les chansons de Guillaume d'Orange.— E.
Langlois, Notes sur le Jeu de la Feuillée d'
Adam le bossu— A. Thomas, Sur un vers du
Pelerinage de Charlemagne.
Romanische Forschungen. XV. Band. R. Dit-
tes, Ueber den Gebrauch des Infinitivs im
Altprovenzalischen. Syntaktische Studie.— J.
Ulrich, Die Übersetzung der Distichen des
Pseudo-Cato von Jean de Paris. Der Cato Jean
Lefevre's. Der Cato des Adam de Suel. Zwei
Fragmente von franz. Übersetzungen des Pseu-
do-Cato.— Hugues Vaganay, Sei secoli di co-
rrispondenza poética. Sonetti di proposta e
risposta. Saggio di bibliografía. — Wilhelm
Bohs, Abrils issi'e mays intrava. Lehrgedicht
von Raimon Vidal von Bezaudun.
Il Secólo XX. 1903. Septiembre. Francesco-
Malaguzzi Valeri, La rinascenza artística a.
Rimini. (Appunti di un osservatore.)
The Studio. i5 Agosto 1903. Henri Frantz»
Un peintre espagnol: Ignacio Zuloaga.— Henri
Frantz, A modern spanish painter. [Con re-
producción de algunos cuadros, cuales son La
gitana, El balcón y otros.]— Mrs. Steuart
Erskine, M. R. G. F. Watts' portraits at Ho-
lland house. — Laurence Binyon, Exhibition of
drawings by the oíd masters at the British
Museum. [Los hay de Miguel Ángel, RafaeJr
Goya y otros.]
Le tour du monde. B. de Zenzinoff, Le
Chamanisme et le Lamai'sme des aborigénes
siberiens. — Le Duc des Abruzzes, «L'Étoile
Polaire» dans la mer Arctique (1899-1900).=
25 Abril. P. de Myrica, Le Raz de maree-
des lies Tuamotu.— Raymond Bell, Croquis—
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
23l
«aliforniens. — Le Duc des Abruzzes, «L'Étoile
Polaire» dans la mer Arctique (1899-1900).=
2 Mayo. P. de Myrica, Le Raz de maree des
lies Tuamotu. — Le Duc des Abruzzes, «L'Étoi-
le Polaire» dans la mer Arctique (1899-1900). —
L' Albanais. A propos de I'Insurrection en Alba-
nie.=9 Mayo. Le Duc des Abruzzes, «L'Étoile
Polaire» dans la mer Arctique (1899-1900).=
16 Mayo. G. du Boscq de Beaumont, L'Ile de
Djerba(Sud tunisien).— UmbertoCAGNi, A pied
■et en traineau vers le Pole Nord.=23 Mayo.
~G. du Boscq de Beaumont, L'Ile de Djerba^
■*(Sud tunisien).— Umberto Cagni, A pied et en
traineau vers le Pole Nord.=30 Mayo. Geor-
.ges Toudouze. Les grands travaux de l'Acro-
pole d'Athénes. — Umberto Cagni, A pied et en
traineau vers le Pole Nord.=6 Junio. Journal
•d'un Officier du corps expéditionnaire de Chi-
pie.— Georges Toudouze, Les grands travaux
■de l'Acropole d'Athénes. =13 Junio. Journal
•d'un Officier du corps expéditionnaire de Chi-
ne.=20 Junio. Journal d'un Officier du corps
expéditionnaire de Chine. =27 Junio. Char-
les Rabot, Exploration du Barón Erland Nor-
denskiold en Argentine et en Bolivie.— Gastón
du Boscqde Beaumont, L'irrigation de I'Égyp-
te et les nouveaux barrages d'Assouan et d'
Assiout.=4 Julio. Une ville entiére exhumée
du sable: Timgad.— 1 1 Julio. G. Reynaud,
Une Croisiére dans les Fjords de Noruége. —
Carrare: la cité du marbre.=I8 Ju lio. G. Ret-
naud, Une Croisiére dans les Fjords de No-
ruége.— M. Montet, Voyage au Maroc— La
crise du caoutehouc et la nouvelle route du
Beni au Pacifique. = 25 Julio. G. Reynaud,
Une Croisiére dans les Fjords de Noruége. —
M. Montet, Voyage au Maroc. = i.° Agosto.
G. Reynaud, Une Croisiére dans les Fjords de
Noruége. — M. Montet, Voyage au Maroc.=8
Agosto. M. Montet, Voyage au Maroc. = i5
Agosto. G. du Boscq de Beaumont, Dans le
Far-West canadien. Une montagne qui s'ef-
fondre. La ville et la mine de Frank:— M. Mon-
tet, Voyage au Maroc. =2 2 Agosto. M. Mon-
tet, Voyage au Maroc. =29 A gos to. M. Mon-
tet, Voyage au Maroc. =5 Septiembre. M.
Montet, Voyage au Maroc— Un explorateur
russe á Lhassa. Description de la Ville sainte
G. Verschuur, Aux pays devastes: la Martini-
que et Saint- Vincent.
M. Serrano y Sanz.
SECCIÓN OFICIAL Y DE NOTICIAS
Por R. O. del Ministerio de Instrucción Pú-
blica y Bellas Artes, fecha i.° de Agosto últi-
mo, se ha dispuesto lo siguiente:
«Pasado á informe del Consejo de Instruc-
ción Pública el expediente sobre declaración
de derechos, promovido por D. Vicente Vig-
nau, D. ;Juan Catalina y D. Mariano Muñoz y
Rivero, catedráticos de la extinguida Escuela
de Diplomática, que actualmente] lo son de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-
dad Central, dicho Cuerpo Consultivo emitió
con fecha 6 de Julio último el siguiente dic-
tamen:
En vista de lo informado por la Junta facul-
tativa de Archivos, Bibliotecas y Museos, ésta
Sección puede ya responder cumplidamente á
la consulta de la Superioridad, manifestando
que los Sres. Vignau, Catalina, García, Muñoz
y Rivero, que como profesores de la extingui-
da Escuela Superior de Diplomática gozaron
siempre, según declara la Junta facultativa, de
los derechos y prerrogativas del Profesorado
de Facultades y Escuelas Superiores; al ingre-
sar en virtud del Real Decreto de 20 de Julio
de 1900, en el Claustro de Catedráticos de la
Universidad Central, no solo no perdieron,
sino que conservaron dichos derechos y pre-
rrogativas, idénticas en absoluto a la de los
demás catedráticos de Facultad, y por lo tanto,
las que se refieren á la estabilidad en el cargo
y á la forma de acordar su jubilación cuando
ésta proceda «y conformándose con el prein-
serto dictamen, S. M. el Rey (q. D. g.) ha re-
suelto de acuerdo con lo que en el último se
propone».
Con fecha 7 de Agosto han sido jubilados
nuestros compañeros D. Ramón Alvarez de la
Braña, Jefe de segundo grado, y D. Francisco
232
REVISTA DE ARCHIVOS
Palacios Sevillano, Jefe de cuarto grado, los
que venían desempeñando los cargos de Jefe
de la Biblioteca Universitaria de Valladolid y
de la Provincial de Toledo, respectivamente.
Ingresaron en el Cuerpo: el primero, en 6 de
Agosto de 1866, y el segundo en 21 de Agosto
de 1864.
Con motivo de dichas jubilaciones, ascien-
den: á Jefe de segundo grado, [D. Luis Pérez
del Pulgar; á ídem de tercero, D. Manuel Fei-
jóo; á ídem de cuarto, D. Alejandro Groizard
y D. Augusto Fernández Victorio; á Oficialea-
de primer grado, D. Víctor Suárez Capalleja y
D. Manuel Cobo y León; á ídem de segundo,
D. Pedro Poggio y D. Augusto Fernández Avi-
les, y á ídem terceros D. Benito José Nebot y
D. Domingo Rivas Carpintero.
Se ha concedido licencia reglamentaria al?
Oficial de tercer grado D. Nicolás María Ló-
pez Fernández, ^ascendiendo, por efecto de:
esta vacante, D. Tomás González Martín.
MADRID.— Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Olid, 8*.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VII. — Octubre de 1903. — Núm. 10.
OBISPOS SEGUNTINOS '
DON BERNARDO
I I22-Il5l
Después que el Cid recorrió victorioso las tierras comarcanas á Sigüen-
za, más con el propósito de sacar botín que con el de apoderarse definiti-
vamente de ellas, Alfonso VI hacia el año 1 io3 conquistó aquella ciudad, si
bien parece que cayó nuevamente en poder de los musulmanes; recupe-
rada más adelante y restaurada la antigua silla episcopal fué nombrado
para ésta D. Bernardo, monje cluniacense, natural de Agen, en Francia,
capiscol que había sido en Toledo y capellán mayor de Alfonso VII. Figura
ya como obispo de Sigüenza en un documento fechado en Diciembre del
año 1 1 22, por el que se confirma cierto privilegio de la Iglesia de Sego-
via 2. Dos años más tarde, Alfonso VII concedió á D. Bernardo una mer-
ced en la que dice: «que teniendo presente la grande pobreza de la Iglesia
de Sigüenza, la cual por impiedad de los sarracenos, exigiéndolo así los
pecados, había sido destruida, y había permanecido enteramente desolada
por 400 y más años», donaba á su Obispo D. Bernardo y sus sucesores,
1 Estos capítulos son fragmentos de una obra inédita de D. Mariano Juárez, Deán que fué de
Sigüenza. Rotúlase: Memorias Eclesiásticas de la Ciudad de Sigüenza, sacadas de los Documen-
tos conservados en los Archivos de su Santa Iglesia Catedral. Dispuestas y ordenadas por Don
Mariano Juárez y López, Dignidad de Deán de la misma, quien las dedica al Excmo. é limo. Se-
ñor D. Francisco de Paula Benavides y Navarrete, obispo de Sigüenza.
Consta de dos gruesos volúmenes en folio. Hoy la posee D.a Ramona Eusa, viuda de Ubierna,
sobrina del autor.
2 Publicado por Colmenares en su Historia de Segovia; tomo I, pág. 191. (Edición de Segó*
via, 1846.)
3.a ¿poca — tomo iz. 16
234 REVISTA DE ARCHIVOS
para siempre, la décima parte de todo el portazgo y de todos los quintos
y alcabalas de Atienza y Medina Celin ».
En el año 1124 á 5 de Julio, hallándose en Burgos el Rey D. Alonso,
Emperador de España, con la Reyna Berenguela ó Berengaria, donó á la
Iglesia de Sigüenza y á D. Bernardo su obispo, y sucesores, para siempre
el Castillo y Villa de Santiuste con todos sus derechos, salinas, portazgos,
molinos, términos y pertenencias. Suscriben el Emperador, los Obispos
Pedro, de Segovia, y Gimeno, de Burgos, y otros varios Grandes 2.
En este documento se nota que D. Alfonso se titula Emperador, siendo
así que no fué coronado como tal hasta el año 1 1 35; si bien ya aparece en
varios documentos que años antes era llamado Emperador: también se
le supone en dicho año casado con D.a Berenguela, aunque no se casó
con ella hasta el año de 11 28. A pesar.de estas inexactitudes, he creído
justo hacer mención de este documento porque parece aludirse á él en
otro del mismo Emperador, hecho á 7 de Febrero de 11 3o, en el Concilio
de Carrión.
En el mismo año en las Calendas de Noviembre, el referido D. Alfonso,
hijo del Conde D. Raimundo y de la Reyna D.a Urraca, «viendo la muy
grande pobreza de la Iglesia de Sigüenza, la cual casi por 400 años había
sido destruida por el ímpetu de los agarenos, concedió, para reedificación
de la misma y sustentación de D. Bernardo, su Obispo, toda la décima par-
te de las rentas Reales que entonces tenía y luego adquiriese en Atienza,
Medina, Santiuste, y sus aldeas; á saber: la décima de pan, vino y sal y de
todo portazgo; de huertos, de quintas y molinos; de toda alcabala y de to-
das las demás cosas que pertenecen al Rey, á su alcalde ó á su Merino»;
le concedió también el molino Real que estaba ínter malleonum del mismo
Obispo, y tierra de Santa María de Medina, con todas sus pertenencias; y
asimismo, que todos los que estuviesen á su servicio y la hubiesen pobla-
1 Ego Urraca, Dei gratia Hispania? Regina, Rcgis Adcfonsi Reginaique Constantiae filia, con-
siderans nimiam paupertatem Sagontina: Eclcsia;, qua: impídate saracenorum peccatis exigen-
tibus, quadringentibus annis et co amplius, destructa atque dcsolata funditus extiterat, deci-
mam partem de toto portatico et de totis quintis et de totis alcabalas de Atcntia et de Medina
Cclim, ei et ejusdem Sedis episcopo, Domno vidilicet Bernardo, cjusque successoribus ¡n perpe-
tuum jure hereditario dono et concedo... Facta carta dic kalcndarum Februariis, Era 1162.
2 Ego Rcx Adefonsus De i gra;ia Hispania lmperator, una cum conjuge mea Regina Domna
Berengaria, meorum antecessorum consuetudincm non irrationabiliter secutus, lacio cartam
donationis Sanctae Maria; Segontina; Ecclesiae et tibi venerabiii ejusdem Sedis episcopo Domno
Bernardo, tuisque successoribus ibi Deo Canonice servientibus, de Castro Sancti Justi cum óm-
nibus suis hereditatibus et cum illa villa de La Riva, cum toto suo directo, videlicet, cum
salinis, riortaticis, pratis, terris, molendinis, montibus, fontibus, exitibus et regresibus... Fa-
cta carta ¡n Burgos, Era MCEXII. III idus Julii.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 235
do, cristianos, moros ó judíos, fuesen de él mismo, y no reconociesen otro
Señor que al mismo D. Bernardo; confirmó la venta del molino de Abul-
bakel y unas salinas que el Obispo había comprado á Pedro Cipriániz,
y también el molino de Estiniela; todo para que la Iglesia de Sigüenza, su
Obispo D. Bernardo y sus sucesores lo poseyesen perpetuamente. Confir-
man Bernardo, Arzobispo de Toledo, primado de toda España y Legado;
y los Obispos Pedro, de Segovia; Raimundo, de Osma; Bernardo, de Zamo-
ra; Pedro, de Palencia y varios Condes y Grandes, y se añade que esta carta
fué confirmada y corroborada en Toro por D. Alíonso, Emperador de las
Españas, en el año en que tomó la corona del Imperio en León, año 1 1 35,
en el mes de Junio. Confirman Raimundo de Toledo y los Obispos Ber-
nardo, de Zamora; Guido Lascurrensis, Iñigo, de Avila; Berengario, Arce-
diano y Canciller del Emperador l.
Al año siguiente (i 125) en el mes de Abril, el Obispo D. Bernardo com-
pró de Pedro Cipriániz y de su mujer Sol una casa en Medina Celín con su
horno, corral y pertenencias y la heredad que el concejo de Medina le dio
junto al río Jalón, con su huerto, molino y salinas, á la condición de que
autorizasen la venta la Reyna D.a Urraca y el Conde D. Pedro, y todo en
precio de 20.070 menéales zequis, cuya compra se hizo en el mes de Abril,
año 1 125, y la firmaron i5 testigos y todo el cabildo de Santa María.
.Dos años después el mismo D. Alfonso, que también se titula Empera-
dor, hizo donación á Santa María de Sigüenza y á su Obispo D. Bernardo,
de Soria, la cual dice había sido recientemente poblada y no se reconocía
que fuese Parroquia de Obispo alguno, mandando que tanto los clérigos
como los legos le obedeciesen cual á su propio Obispo, y que dicha ciu-
dad y sus términos estuviesen bajo el derecho y potestad de la Iglesia de
I Ego Adefonsus Dei gratia Hispaniae Rex, nobilissimi comitis Domini Raimundi atque nobi-
lissima: Regina Domna: Urrachae filius, videns maximam paupertatem Segontinaí Ecclesiae qua:
per cccc fore annos ab agarenorum ímpetu destructa fuerat, ad reedificationem ejusdem Eccle-
siee et substentationem Domini Bernardi ejusdem Sedis episcopi... dono et concedo Domino Deo
et Beatae Mariac semper Virgini Domnoque Bernardo praedictae Ecclesiíe episcopo, totam deci-
mam partem omnium regalium et eorum omnium, videlicet, redituum qui Regalis juris ad
praesens esse videntur vel in antea adquiri poterint in Atienza, in Medina et in Sancto Justo et
in aldeis earum; scilicet, partem pañis et vini et salis et totius portatici et hortorum de quintis
et molendinis et de omni alcabala et de ceteris ómnibus qua; ad Regem pertinent vel ad ejus
Alcaidum sive Merinum... Concedo etiam illi ut christiani, mauri sive judei quicumque ejus
servilia tenuerint, ut ipsius sint et ejus pendant juditium, et nullum alium dominum habeant.
Aldeas sive alias hereditates quas populaverit de christianis, mauris, sive judeis illi soli scr-
viant et ipsius nomines sint. Molendinum etiam de Abulbachel, et salinas quas emit episcopus
de Petro Cipriani, illi dono, confirmo et authorizo. Molendinum etiam de Stiniela illi confirmo..!
Facta Carta Donationis Kalendis Novembris, Era 1 162... Confirmata et corroborata est carta ista
in Tauro á Domno Adefonso Hispaniarum Impcratorc eo anno quo sumpsit coronam Imperii in
Legione, Era 1173, mense Junio.
236 REVISTA DE ARCHIVOS
Sigüenza como propia parroquia, y «esto lo hago, añade el Emperador,
porque hasta el presente no se sabe haya sido de la Capilla Real, ni estuvo
sugeta á Obispo alguno, y para que la Iglesia de Sigüenza, que tanbién ha
sido nuevamente reedificada, y su Obispo y sus clérigos, tengan de donde
sustentarse»; también le concedió la décima íntegra de las rentas Reales en
Soria y en sus términos, como las tenia en Medina, en Atienza y en San-
tiuste, cuya donación confirmó, ya respecto de los diezmos de estas villas,
como también de otras cosas que se contienen en cierto privilegio, y final-
mente, le hizo donación en Medina, de las Salinas Reales que están entre
el molino de Berlanga y el molino de Abulbaquil, para que las reedificasen
y él y su Iglesia las tuviesen perpetuamente por derecho hereditario. Se
hizo esta carta en el año 1 127 y la confirman Arias González, Cardenal y
Capellán del Rey; Fernando Petríz, Canciller, y otros l.
Es de creer que el Obispo D. Bernardo asistiese al Concilio de Palencia,
celebrado en el año 1129, pues en él consiguió del Rey D. Alfonso Víí la
confirmación de la donación que ya le había hecho anteriormente, del Cas-
tillo de la Riba y otros privilegios, según consta de una carta de donación
y confirmación, por la cual el Emperador D. Alfonso en el Concilio de
Carrión confirma á D. Bernardo la donación del Castillo de Santiuste,
«con aquel fuero y términos que tuvo en los días de buena memoria de mi
Abuelo el Rey Alfonso (el VI) y la Villa de la Riba, que está poblada
alrredor del, como se contiene en la carta de donación hecha por mí y
roborada en el concilio de Palencia», y añade: «dono tanbién y concedo
á la predicha Iglesia y á sus Rectores, no sólo el mencionado Castillo,
mas tanbién las décimas de las rentas Reales que mi madre y yo le dimos
en Medina y Atienza y en sus aldeas. Se hizo ésta á 7 de Febrero, en el
año 1 129, en presencia de todo el concilio de Carrión: Confirman el Em-
perador D. Alonso; Humberto, Presbítero Cardenal de la Santa Iglesia
Romana, con el título de San Clemente y Legado; los Arzobispos, Alde-
gario, de Tarragona; Diego, de Santiago, y los Obispos Nutio, de Mondo-
ñedo; Pedro, de Lugo; Aio, de Astorga; Diego, de León; Gimeno, de Bur-
1 Ego Adefonsus Dei gratia totius Hispanias Imperator dono et concedo pro remedio animae
mes et parentum meorum Domino Deo et Beatae Marke Domnoque Bernardo Seguntinas Sedis
episcopo in Soria, qua; noviter fuit populata et adhuc nullius episcopi parochia esse dignos-
citur, et in ejus terminis et aldeis, omina illa qua; ad episcopum pertinent, ut lam clenci quam
laici illi ut proprio respondeant episcopo, et sub jure et potestate Seguntina; Ecclesiae in per-
petuum ut propria parochia maneat... Concedo insuper in Medina illi salinas Regias destructas
qua: sunt inter moiendinum de Berlanga et molendinum de Abulbaquil, ut reedincet illas pras-
dictus episcopus.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 237
gos; Sancho, de Avila; Ñuño, de Salamanca; Alfonso, de Tui; Raimun-
do, Arzobispo de Toledo; Pedro, Obispo de Segovia; Bertrán, de Osma;
Pedro, de Palencia; Bernardo, de Zamora; Hugo, Portucalensis, Bernardo
Columbensis; Juan, Abad de Santo Domingo; Bernardo, Abad de Saha-
gún; Pedro, Abad de Cárdena; el Abad de San Pedro de Arlanza, Cristó-
bal de uña y varios Condes.
Como se ve se habla en el documento anterior de otra donación hecha
por el Emperador, del Castillo de la Riba, y confirmada después en el Con-
cilio de Palencia, y esta donación debe ser la ya citada. Asimismo el
Emperador habla de la donación que su madre y él hicieron á la Iglesia
de Sigüenza, de los diezmos, etc., en Atienza y Medina Celín.
Acompañó nuestro Obispo D. Bernardo al Rey D. Alfonso, cuando des-
pués de la muerte de D. Alonso el Batallador, Rey de Aragón, sucedida en
Septiembre de 1 1 34, se dirigió por la Rioja para poner sitio á Vitoria con
motivo de la elección que de Rey hicieron los navarros en D. García, hijo
de D. Ramiro y nieto del Rey D. Sancho, en cuya expedición se acordó
que el río Ebro fuese límite entre los reinos de Castilla y de Navarra, y sin
separarse del lado del Rey le acompañó á la ciudad de León, á las Cortes
que en dicha ciudad se reunieron en el año 11 35, y en las cuales se resol-
vió, que D. Alonso tomase el título y armas de Emperador, verificándose en
su virtud este acto solemne en la Iglesia de Santa María, á 26 de Mayo, día
en que cayó la fiesta de Pentecostés.
En estas Cortes hizo nuestro Obispo D. Bernardo una concordia con el
Obispo de Zaragoza, por la cual arreglaron las diferencias que entre ellos
había acerca de límites de sus respectivos obispados; conviniéndose en que
la Iglesia de Sigüenza y su Obispo tuviesen á Calatayud con todos sus tér-
minos, desde Villafeliche hasta Aranda y desde la Peña de Chozas hasta
Ariza,yque la Iglesia de Zaragoza poseyese áDaroca con todo su territorio.
Se hizo esta concordia en León en presencia del Emperador, del Arzo-
bispo de Toledo, de los Obispos, Abades y de los Clérigos y Arcedianos de
una y otra Iglesia que se hallaban presentes, año 11 34. La confirmaron el
Arzobispo de Toledo y los Obispos Pedro, de Segovia; Guido, Lascurrien-
sis, Pedro, de Palencia; Arias, de León; Martín, de Orense; Iñigo, de
Avila; Gimeno, de Burgos; Miguel, de Tarazona; Alfonso, de Oviedo; el
Emperador D. Alfonso, varios Condes, Berengario, Arcediano de Toledo;
Bernardo y Donato, Arcedianos de Zaragoza; Arsenio, Arcediano de Si-
güenza, y Arnaldo, Clérigo de Sigüenza.
238 REVISTA DE ARCHIVOS
Poco tiempo después, en el mes de Junio, por consecuencia de la dicha
concordia, concedió el Emperador á la Iglesia de Sigüenza, á su Obispo
D. Bernardo y sucesores y á los canónigos que en ella servían á Dios, los
diezmos de todas las rentas Reales en Calatayud y los palacios Reales que
estaban junto á la Iglesia de Santa María; también el Baño, Villafeliche
con todos sus términos y Salas, población, dice, nueva, que fundó Alfonso,
Rey de Aragón, con todos sus términos, á la raíz del Moncayo entre Agre-
da y Olvega; así mismo le hizo donación en Soria de los diezmos de
todas las rentas Reales y de Santa María de Bonmayo con todos sus tér-
minos y con todo lo que allí pertenecía al Emperador, y últimamente, le
concedió en Almazán los diezmos de todas las rentas y heredades, y del
mismo modo las casas y azeñas y huerto y todas las demás heredades que
fueron de Iñigo, Capellán del Rey de Aragón. Se hizo esta carta en el mes
de Junio, año 1 1 35, cuando Alfonso Emperador tomó en León la corona
del Imperio, y la confirmó residiendo en Toro. Confirman además, Rai-
mundo, Arzobispo de Toledo, y los Obispos Bernardo, de Zamora; Iñigo,
de Avila; Guido, Lascurriensis; Berengario, Arcediano, Canciller del Em-
perador y varios Condes '.
Grandes eran por este tiempo las controversias que mediaban entre al-
gunos Obispos de España con motivo de los límites de sus obispados, bo-
rrados y desconocidos por el transcurso del tiempo, y aquéllas se aumenta-
ron entre los de Osma, Tarazona y Sigüenza sobre la pertenencia de Soria
nuevamente adjudicada al último por el Rey D. Allonso VII, y deseando
éste arreglarlas canónicamente, envió al Papa Inocencio II á nuestro
Obispo D. Bernardo y á D. Martín, Obispo de Orense, para que le supli-
caran enviase al Cardenal Guido, para que con la autoridad de la Iglesia
Romana y con anuencia del mismo Emperador pusiese fin á tanta disensión
é hiciese una concordia que permaneciese en todo tiempo firme é indisolu-
ble. Así consta de la confirmación que después hizo el mismo Emperador
de la concordia que sobre este asunto se realizó en el concilio de Burgos.
i Ego Adefonsus Dei gratia Imperator Hispaniarum una cum conjugc mea Imperatrice Domna
Berengaria, dono et concedo Ecclesiae Seguntinae in Calataiub décimas omnium Regalium
redituum et palatia Regia quae sunt justa ccclesiam Beatae Mariae; balneum quoque et Villam
Felicem cum ómnibus terminis suis. Dono etiam praedictae Ecclesiae et vobis Domno Bernardo
Salas illam populationem novam quam populavit Adefonsus Rex Aragoniae, cum ómnibus ter-
minis suis ad radicem montis Caci Ínter Agredam et Olbegam. In Soria autcm dono vobis de-
cimas omnium redituum Regalium et sanctam Mariam de Bonmai In Almazan quoque dono
vobis decimas omnium Regalium redituum et hereditatum; similiter casas et acenias et hortum
ct omnes alias hereditates qua; fuerint capellani Ene^oni Regis Aragonise Facta carta mense
Junio era 1173.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 23o,
.En vista de esta petición escribió Su Santidad al Emperador alabando
su solicitud, pues como buen príncipe amaba las Iglesias y procuraba re-
integrarlas en sus derechos, y añadiendo que había puesto en manos de
Guido, Cardenal y Legado de la Silla Apostólica, la ciudad de Soria, pre-
viniendo á los Obispos de Osma y Tarazona que no ejerciesen en ella fun-
ciones algunas Episcopales, ni recibiesen cosa alguna de sus rentas hasta
que el mismo Legado, oyendo al Emperador, decidiese á quién debía
pertenecer dicha parroquia, y después de recomendar nuestro D. Bernardo
al Emperador, suplica á éste deje libremente el Castillo de Santiuste, con-
cedido á su Iglesia en presencia del Cardenal Humberto, Legado de la Silla
Apostólica, y de los Obispos y Abades en el Concilio de Carrión, sin diferir
por más tiempo cumplir eficazmente la promesa que entonces le dio, lo
cual debía hacer con tanto más gusto, cuanto que conocía Su Santidad lo
fiel y devoto que le era nuestro D. Bernardo, y lo mucho que había tra-
bajado por su honor y provecho. Tiene esta carta la fecha de 27 de Di-
ciembre, en Pisa, en el año 11 35, en el que según Pagi estaba Su Santidad
en aquella población.
Tejada, en su Colección de Cánones y de Concilios de la Iglesia de
España, hablando del Concilio que se celebró en Burgos en 11 36, pre-
sidido y convocado por el Cardenal y Legado Guido, y tratando de ave-
riguar las causas porque se reunió y lo que en él se trató, escribe entre
otras cosas lo siguiente:
«Sandoval, en los Cinco Reyes, dice que no refieren las historias la
causa de haber venido á España el Legado Guido, que celebró el Concilio
de Burgos en aquel año. Esto se entiende de las historias publicadas en
tiempo de Sandoval; pero ya estaba declarada la causa de venir á España
en aquel año el Cardenal Ricardo; y digo en aquel año, porque ésta fué la
segunda venida después del año 11 34 en que estuvo acá. Todo ello consta
en la Historia Composte latían
En esta vemos (libro III, cap. XLIX) el motivo de haber venido á
España el Cardenal Guido en el año 11 36, en que se celebró el Concilio
de Burgos: y fué por una gran conspiración contra el esclarecido primer
Arzobispo de Santiago, D. Diego Gelmirez, cuyos enemigos ofrecieron al
Emperador tres mil marcos de plata si lo apartaba de su Iglesia, privándole
de su cargo y desterrándole. Fué ésta una terrible batería para el Empe-
rador, que se hallaba necesitado de dinero: y juntando sus ministros le
aconsejaron que pidiese al Papa el Cardenal Guido, que era ya conocido,
24O REVISTA DE ARCHIVOS
por los dos años antes había estado acá. Vino el Cardenal, y oyendo el fin
para qué le llamaban, respondió que no hallaba motivo para la deposi-
ción, ni aunque le hubiera, podía hacerla por sí sin dar cuenta al Pontífice.
Sint.'ó esto la avaricia ó la urgencia del Emperador, pero fué preciso atem-
perarse, sufriendo la dilación del arbitrio que se tomó enviando á Roma
un familiar del Cardenal, llamado Boso, el cual tratase con el Papa y su
curia sobre el negocio. Mientras volvió Boso de Roma, dispuso el Empe-
rador que el Cardenal Guido visitase las Iglesias y convocase los Prelados
y Abades al Concilio. Este es el motivo de la segunda venida del Cardenal
á España en el año de 1 1 36 y de que juntase el Concilio de Burgos, del cual
habla la misma Historia Compostelana en el cap. XLIX del lib. III, donde
le llama Concilio general; y así fué, pues concurrieron los Obispos de
Galicia, León y Castilla. Presidía entonces en Burgos D. Simón III.
Cumplida su comisión en Roma según los deseos del Emperador, vol-
vió bien pronto nuestro Obispo D. Bernardo á darle cuenta de ella, pues ya
á 3 nonas de Enero, era 1 174, confirma un privilegio que con dicha fecha
dio en Toledo el Emperador, haciendo varias donaciones á la Iglesia de
Santa María de Osma, cuyo documento publicó Loperráez en su Colección
diplomática del Obispado de Osma; pero bien pronto tuvo que ir á Bur-
gos D. Bernardo para defender los derechos de su iglesia ante el Concilio
nacional que en aquella ciudad debía celebrarse, convocado por la autori-
dad del Cardenal Guido, Legado de Su Santidad.
Prescindiendo de las razones poco nobles que atribuye la Historia
Compostelana á la convocación del Concilio de Burgos, y que en verdad
no hubiera acogido tan benignamente el Sr. Tejada si hubiese conocido
los documentos que existen en el Archivo de la Iglesia de Sigüenza y
aparte del crédito que merezca la referida historia en el relato que hace
de las tres sesiones de dicho Concilio, y mucho más tratándose de un
asunto que interesa al Arzobispo de Santiago D. Diego Gelmirez, es muy
creible que el motivo de la convocación y congregación del Concilio fuese
el arreglo de las controversias que mediaban entre algunos Obispos de
Castilla sobre los términos de sus Obispados, como lo persuaden los docu-
mentos citados, y además, porque es indudable que en este Concilio se hi-
cieron varias concordias entre los Prelados acerca de los límites de sus
diócesis.
Congregado el Concilio, entre otras cosas que en él se arreglaron
fueron las diferencias que había entre los Obispos Bertrando, de Osma;
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 24I
Miguel, de Tarazona, y Bernardo, de Sigüenza, sobre los límites de sus
Obispados, y con unánime consentimiento de los mismos se asignaron á la
Iglesia de Tarazona, Calatayud, Borobia y Alcazer con todos los términos
de estas villas, y la iglesia mayor de Calatayud con todas sus heredades,
Olvega, Villafeliche que está entre Calatayud y Daroca, y la villa de
Salas, cerca de Olvega; reservando para la Iglesia de Sigüenza dos cas-
tillos, á saber: Deza, entre Calatayud y Almazán; y Ariza entre Calatayud
y Medina. Al Obispo de Sigüenza le asignaron Aillón con todos sus tér-
minos y las heredades que allí tenía el Obispo de Osma, y además Agui-
seyo, el Castillo de Galve y la mitad de la aldea de Liceras, Caracena
con todas sus aldeas y con los dos monasterios de San Salvador y de
Santa María de Termis, Vado del Rey, Aguilera, Berlanga y el monasterio
de San Baudelio, Balamozán, Barca y Almazán, de lo que se quejaba el
Obispo de Osma, y finalmente asignaron al mismo Obispo de Osma, So-
ria, por la cual se había promovido la cuestión, el monasterio de Bolmayo
y los diezmos de la misma villa, que de derecho habían sido de la Iglesia
de Sigüenza. Esta célebre concordia, que después confirmaron varios
Sumos Pontífices, y es la que hasta el día viene rigiendo, fué la que en el
referido Concilio se hizo con la autoridad de el Emperador D. Alfonso y
de el Legado Cardenal Guido, y la suscribieron los Arzobispos Diego, de
Santiago y Raimundo, de Toledo, y los Obispos Pedro, de Segovia; Pedro,
de León; Roberto, de Astorga; Martín, de Orense; Guido, de Lugo; Ber-
nardo, de Zamora; íñigo, de Avila; Gimeno, de Burgos; Alfonso, de Oviedo
y varios Condes.
Participó el Cardenal Guido á D. Bernardo esta concordia en los mis-
mos términos que lo había hecho al Emperador, notándose en la comuni-
cación del Cardenal que, en su preámbulo, después de manifestar la grave
disputa que se agitaba entre los Obispos de Tarazona y Osma y el mismo
D. Bernardo, por la ciudad de Soria, añade: y ciertamente los términos
de la misma ciudad, como lo manifiesta la antigua división de Obispados,
parecían corresponder en común tanto á la de Sigüenza como á las Igle-
sias de Osma y Tarazona.
La fecha en que se celebró este Concilio de Burgos debió ser por Sep-
tiembre de 1 1 36, año en el que confirmó en Burgos el Emperador Don
Alonso la concordia que en dicho Concilio hicieron D. Gimeno, obispo de
Burgos y D. Bertrán, de Osma, sobre los límites de sus respectivos obis-
pados, v éste fué otro de los asuntos que se trataron allí; documento que
242 REVISTA DE ARCHIVOS
publica Loperráez en su Colección diplomática del Obispado de Osma,
núm. 1 5, y contiene también la asignación de Soria y su:; términos al
Obispo de Osma; entre los Obispos que confirman es el quinto Bernardo,
de Sigüenza.
Este fué el que más perdió con esta concordia, pues si en la que había
hecho antes con el Obispo de Zaragoza, cedió la villa de Daroca, en la
actual se segregaron Calatayud para el de Tarazona, y Soria para el de
Osma; sin embargo, conforme con la resolución del Concilio acudió á Su
Santidad el Papa Inocencio II pidiendo la confirmación de la concordia,
y éste accediendo á sus ruegos, expidió su Bula de aprobación, dada en
Letrán á 6 de Marzo del año 1 1 38, décimo de su Pontificado, y en la cual,
después de confirmar la división de Obispados hecha por el Cardenal
Guido en el Concilio de Burgos, en los propios términos que arriba se ex-
presa, confirma también, tanto á él como á sus sucesores, todas las pose-
siones que entonces tenía ó adquiriese en adelante por donaciones de Pon-
tífices, Reyes, Príncipes, oblaciones de los fieles ó por cualesquiera otros
modos, entre las cuales cita Medina, Molina, Santiuste, Atienza, ambos
Castejones, los diezmos de las rentas Reales en todo el Obispado, salinas,
molinos y el Castillo de Serra.
Al remitir el Papa esta Bula á D. Bernardo, le escribió á 17 de Mayo,
manifestándole sus deseos de que hubiera asistido al Concilio que había
celebrado en Roma con los Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Abades de
diversas provincias y otros varones religiosos y sabios; (este fué el segundo
Concilio general Lateranense que principió á 8 de Abril de 1 1 3g), pero que
le perdonaba benignamente por haberle asegurado él mismo que se lo ha-
bían impedido diferentes causas; le anunciaba asimismo que había confir-
mado la concordia hecha por el Cardenal Guido y concluía diciéndole,
que in sínodo plenario había impuesto perpetuo silencio á Pascual, Canó-
nigo de Osma, que se empeñaba en hablar contra ella. Si el Concilio La-
teranense se celebró en 11 39, esta carta fué escrita en Abril del referido
año, pero la Bula de confirmación, que tengo á la vista, es de fecha 6 de
Marzo del año 11 38.
Apesar de esta solemne confirmación y de otras que se verán más ade-
lante, no cesaron del todo las controversias, agitadas principalmente por
los Obispos de Osma, los cuales opusieron una muy larga y tenaz resisten-
cia á la ejecución de la concordia, reclamando las villas de Aillón, Tara-
cena, Berlanga y Almazán con todas sus aldeas, fundados en que el Con-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 243
cilio de Husillos había designado á su iglesia los pueblos de la parte meri-
dional del Duero, al fijar los límites entre los Obispados de Burgos y Osma,
y así era en verdad; pero también lo era que el Emperador D. Alfonso y
el Cardenal Guido con autoridad apostólica, después de ver las peticiones
y derechos de todos señaló en el Concilio nacional las referidas villas al
Obispo de Sigüenza, así como de las que éste poseía, dio unas al Obispo de
Tarazona, y Soria con sus términos al de Osma.
También asistió D. Bernardo al Concilio que se celebró en Toledo,
convocado por el Arzobispo D. Raimundo en el año de 1 1 38, y en el que
se asignaron separadamente rentas al Arzobispo y Canónigos, que antes se
hallaban pro indiviso, y se dio planta á la Iglesia, en la cual señalaron
24 Canónigos mayores y seis menores, y á los cuales asignaron la mitad de
los frutos de pan y vino de las tercias de los diezmos de Toledo y la ter-
cera parte de las rentas de la Iglesia, otorgando una escritura que confir-
maron los Obispos que se hallaron presentes y fueron, Pedro, de Segovia;
Bernardo, de Sigüenza; Bertrán, de Osma; Bernardo, de Zamora; Beren-
guer, de Salamanca, é Iñigo, de Avila '.
En el mismo año, hallándose el Emperador en Almazán á 16 de Sep-
tiembre del año 11 38, hizo donación á Dios y á la Virgen Santa María, en
cuyo honor se estaba edificando la Iglesia Episcopal de Sigüenza, y á su
Obispo D. Bernardo, del lugar en que estuvo fundada la ciudad de Sigüen-
za, con sus términos, y le concedió el dominio y señorío sobre dicha ciu-
dad: asimismo, á fin de que la impetuosa violencia de los moros vecinos no
la devastasen, así como á la Iglesia y demás posesiones, le concedió para su
defensa el que hiciese poblar aquel lugar con cien vecinos casados, y que
de éstos fueran tan solamente veinte del término de Medina y ochenta de
otras cualesquiera tierras y villas, de donde quisieren venir; declaró libres
y propias sus heredades y casas á los que viniesen á esta nueva población,
concediéndoles el que arasen y cultivasen todas las tierras incultas desde
el tiempo de los moros, y últimamente les dio el fuero, de que á nadie,
sino á solo el Obispo y á su Iglesia sirviesen y pechasen. Confirman Pe-
dro, Obispo de Segovia; Beltrán, de Osma; Bernardo, de Zaragoza; Mi-
guel, de Tarazona, García Ramirez, Rey de Navarra, Raimundo Beren-
gusr, varios Condes y los Merinos de Carrión, Burgos y el de Atienza y
Medina.
1 Tejada, Colección de Cánones y concilios de la Iglesia de España. Tomo III, pág. 267.
*44 REVISTA DE ARCHIVOS
. En el mismo día le hizo también donación el Emperador de la villa de
Serón y de los moros y familias que en ella vivían; encargándole y dán-
dole facultad para que pudiese poblarla, ya fuera de moros ó de cristianos.
Al año siguiente, en Almazán, á 14 de Septiembre del año ii3g, el
mismo Emperador con su mujer D.a Berengaria ó Berenguela, donó á
Santa María de Sigüenza y á su Obispo D. Bernardo la décima parte de
todas las rentas Reales que tenía en todo el Obispado, á saber: en Medina,
Santiuste, Aquiseyo, en ambos Castejones, Aillón, Pedro, Carazena, Ber-
langa, Aguilera, Velamazán, Almazán, Deza, Ariza, Molina y Santame-'
ra, y en todas las aldeas de dichas villas, á saber: los diezmos de pan,
vino, portazgos, huertos, quintas, molinos, caloñas, homecillos, pedidos,
fonsaderas y de todo lo demás que pertenecía al Rey, y que de todo perci-
biese la décima el Obispo para su sustento y el de la Iglesia, y que el Me-
rino regio percibiese las nueve partes. Donó también la décima de las
salinas de Bonilla y otras salinas que separadamente le había concedido y
la décima parte de la moneda. Firman los Obispos Pedro, de Segovia;
Beltrán, de Osma; Guido Lascurrensis; Bernardo, de Zaragoza, el Rey
García de Pamplona, Rodrigo Vélez, Conde de Sarria; Ramiro Frolesz,
Conde de Asturias; Rodrigo Gómez, Conde de Beltorado; Osario Martínez,
Conde de Campos; Raimundo Berenguer, Conde de Barcelona, varios
Grandes y los Merinos de Burgos y Cardón y el de Aillón y Atienza.
Deseoso D. Bernardo de acrecentar más y más la nueva población que
estaba edificando, aprovechándose del grande valimiento que tenía con el
Emperador D. Alfonso, alcanzó de éste, que en Atienza á 4 de Mayo del
año 1 140, expidiese un privilegio por el cual hizo donación jure heredi-
tario á la Iglesia de Santa María de Sigüenza, que estuvo, dice, desampa-
rada por más de cuatrocientos años y que había sido restaurada por el
cuidado de D. Bernardo su Obispo, y á este mismo D. Bernardo y á todos
los Canónigos que en ella servían y á sus sucesores, de los vasallos que al
tiempo de esta donación estaban ya habitando cerca de la Iglesia, con sus
casas y heredades; concedió también que además de los cien pobladores
que ya había pudieran poner otros ciento, conservando libres de todo foro
y sayón las heredades que dejasen al venir, y pudiendo venderlas y do-
narlas sin contradición, reconociendo por señor únicamente á la Iglesia
de Sigüenza y á su Obispo; asimismo, que admitiesen á cuantos viniesen
á poblar, aunque no tuvieran heredades, y que todas las tierras que los
dichos pobladores pudieran roturar y cultivar, á saber: aquellas que hasta
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2^5
entonces habían 'estado desiertas é incultas desde el tiempo que su abuelo
el Rey D. Alfonso conquistó el país, las roturasen, cultivasen y las pose-
yesen para siempre por derecho hereditario, con libre potestad de darlas
ó venderlas. Los eximió de la jurisdicción Real y los sujetó á la de la
Iglesia y al Obispo, dándoles el fuero de Medina, de manera, dice, que si
algún vecino de Medina tuviere que quejarse de otro de Santa María de
Sigüenza, venga á ésta, exponga su queja ante el sayón de Santa María,
pero que no lleven las prendas á Medina sino que las depositen en casa de
algún vecino, y tengan el juicio y se satisfaga mutuamente según el fuero de
Medina, y que de la misma manera lo deban hacer los vecinos de Santa
María, acudiendo al sayón de Medina cuando tengan que quejarse de algún
vecino de la misma, y que si las partes no se conformaren con la senten-
cia, pueda cualquiera de ellas apelar al Emperador, quedando entre tanto
en suspenso el fallo; finalmente, concedió á todos los vecinos de Santa
María de Sigüenza, medianedo en la aldea de Séñigo, con los demás pobla-
dores. Firman Raimundo, Arzobispo de Toledo; Raimundo, ministro del
Santo Hospital, y los Obispos Pedro, de Segovia; Beltrán, de Osma; Pe-
dro, de Palencia; Sancho, de Nájera; Pedro, electo de Burgos, y varios
Condes, con los Merinos de Atienza y Burgos. De este privilegio data el
Señorío de los Prelados de Sigüenza, juntamente con el Cabildo, sobre
dicha ciudad, y que han venido ejerciendo hasta el año de i8i3 en que las
Cortes de Cádiz abolieron los señoríos jurisdiccionales. En el mismo año,
en Caracena, el día de la Ascensión, el Obispo D. Bernardo y Convento
de Santa María de Sigüenza, concedieron en préstamo á ruego del Em-
perador, á D. Iñigo, Capellán que fué del Rey de Aragón, la aldea de
Almazán la Vieja, con todas las heredades que había en la misma y la casa
que había cerca de la capilla y dos aceñas junto al puente de dicha villa,
á condición de no poderlo enagenar y que después de su muerte volviese
libremente á la Iglesia, y le concedieron alimentos y vestidos como á uno
de los Canónigos, por su vida, cuyo documento suscribieron Jorto, Prior
de la sobredicha Sede, Arcediano; García, Sacrista, Arnaldo, Custos in-
firmorum, Vicente, escribano, Capellán, Jorto Pedro, maestro Carbonel,
García, Arcediano de Almazán y otros varios clérigos y legos; por este do-
cumento se ve con toda claridad que en esta época se hallaba ya estable-
cida la regularidad en la Iglesia de Sigüenza, que se titulaba Convento de
Santa María; en la cual había Arcedianos y otros diferentes oficios ó
dignidades.
246 REVISTA DE ARCHIVOS
En este mismo año 1140, hallándose nuestro Obispo con el Emperador
D. Alonso en Entrambas-aguas, en el camino que va de San Pedro á Ca-
lahorra, hicieron un cambio en Octubre, por el cual el Emperador dio
á la Iglesia de Sigüenza y á su Obispo D. Bernardo, Caracena con todos
sus términos y aldeas, á saber: Pedro, Termis y Castro, y además una
aceña debajo de Almazán, según se va á Berlanga, y D. Bernardo le dio
en cambio Serón con todos sus términos, los diezmos de las rentas Reales
en A'mazán, Balamozán, Berlanga, Aguilera, Aillón y 5oo maravedís.
Confirmaron este cambio el mismo Emperador y los Obispos Pedro, de
Segovia; Pedro, de Palencia; Miguel, de Tarazona; Sancho, de Nágera;
Pedro de Domingo, electo de Burgos y otros Condes '.
Deseando nuestro Obispo D. Bernardo adelantar cuanto pudiese las
fortificaciones de su nueva población de Santa María y de la Iglesia, para
seguridad de ambas, á 12 Calendas de Noviembre, año 1140, pactó con el
concejo de Medina Celín, que los vecinos de Alcubilla contribuyesen al le-
vantamiento de los muros lo mismo que los vecinos de Medina Celín; y
deseando aumentar la población de Santa María de Sigüenza, convino con
dicho concejo en que además de los habitantes que ya había en la ciudad
recibiese cuarenta pobladores más, diez de Sigüenza de arriba y treinta de
Medina, y que de los albarranes que no tuviesen heredades, viniesen cuan-
tos quisieran á poblar en ella; últimamente convinieron en el modo en que
los vecinos de Medina habían de pedir justicia contra los de Santa María,
y vice-versa, estableciendo el mismo fuero para ambas poblaciones.
Mariano Juárez,
Deán que fué de Sigüenza.
I Ego Adefonsus Imperator Hispaniai una cum uxofe mea Berengaria Impcratrice, fació
concambium cum Domno Bernardo saguntino episcopo, et dono ei et Ecclesia? ejus Sagontiam
superiorem cum suo castello et cum ómnibus pertinentüs ejus, et in salinis Sancti Justi illas
salinas qua; sunt de illo vado in suso pro hereditate. Ipse vero dat michi pro istis quas illi dono
Caracenam et Alcubelam, et retinet sibi in Caracena illam sernam de Taranconia et molendinum
de Palatio et omnes hereditates Sancta? Mariae de Termis et hereditates Sancti Salvatoris et
suum palatium et omnes episcopales reditus Dono, inquam, illi pradictam Segontiam in tali
modo ut habeat medianetum in Saniguo cum ómnibus terris sicuti habent homines de illo Bur-
go quod est circa ecclesiam, et ut laborent et pascant per totum terminum Medina; sicuti antea
laborabant quando de Medina vicini erant Si quis vero de Medina rancuram habuerit de
aliquo homine de Segontia vadat ad Segontiam et cum judice et sajone illi us villa? pignoret
eum et accipiat tale judicium quale est forum de Medina ítem voló et mando ut de Atentia et
de Sancto Justo nullum populatorem cum pereditate recipiat episcopus in Sagonti.i nisi illos
centum quos mandavi ei cum hereditatibus suis quando dedi ei Burgum pro hereditate ad po-
pulandum Facta carta in Godideceleto juxta Almonacir residente ibi Imperatore nonas Maji
era 1184.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 247
LAS ESCULTURAS DEL CERRO DE LOS SANTOS
CUESTIÓN DE AUTENTICIDAD
(continuación) i
IV
La bibliografía extranjera de las esculturas del Cerro de los Santos es
también extensa y curiosísima. Su punto de partida fué la Exposición Uni-
versal celebrada en Viena en 1873, pues en este certamen se mostraron
por primera vez fuera de España dichas esculturas por medio de vaciados.
Es singular que los arqueólogos extranjeros, como los españoles, comen-
zaron por creer tales estatuas obra de los godos, y después las estimaron
de origen anteromano. Véanse los sucesivos trabajos que les dedicaron.
L'dge defer, étude sur l'art gothique, memoria del arqueólogo hún-
garo M. Henzlmann, publicada en 1876, en las actas del Congi'és Interna-
tional d'anthropologie de Buda-Pesth, con cinco dibujos de las estatuas
del Cerro, tomados de los vaciados remitidos por nuestro Museo á la Ex-
posición Universal de Viena en 1873. — Cree que dichas figuras son obra de
los godos, que datan de los siglos v, vi y vu, y que reproducen en España
las de los Kamene babe ó «abuelos de piedra» que coronan las antiguas co-
linas tombales ó Kourgans de la Rusia meridional. Se funda para esta
creencia en la semejanza de actitud de unas y otras estatuas, cuyo rasgo
característico es el tener (da copa á la altura del talle». Encuentra supe-
rioridad en las estatuas españolas y supone que en nuestra Península an-
tes de los visigodos debieron producirse obras arcaísticas que por lo visto
debieran consi aerarse como antecedente de las del Cerro.
Janaer Literatur^eitung, Jena, 1876, art. i85, pág. 217 y siguientes.
Artículo del Dr. E. Hübner sobre el Discwso del Sr. Rada, manifestán-
dose desde luego receloso para admitir la autenticidad de las esculturas y
declarando inaceptables las inscripciones y su interpretación.
Les Kammenya-baby et les anliquités du Cerro de los Santos, por
M. Zaborowski, artículo en la Revue anthropologique (Julio, 1880), resu-
1 Véase tomo VIII, págs. 85 y 470, y tomo IX, pág. 110.
248 REVISTA DE ARCHIVOS
miendo las tareas de la Sociedad antropológica de Viena publicadas en
Mittheilungen der Anthropologischen Gessellschaft in Wien (tomo VII,
1877, págs. 184 á 214), se ocupa de los trabajos del Dr. Müch, el cual da un
resumen comentado de la relación de sus Excavaciones en el distrito de Je-
katerinoslao, suscrita por Joh. Hawelka de Moscú inserta en una publica-
ción de la Comisión Imperial arqueológica de San Petersburgo. — El señor
D. Salvador Sampere y Miquel, en su Revista de Ciencias Históricas de
Barcelona, I (1880), págs. 182 ái8g, traduce el extracto del Sr. Zaborowski,
que dice haber comprobado, y cuyos extremos son: que las que los rusos
llaman Kamenya baby ó «bonnes femmes» de piedra, son unas estatuas de
pie ó sentadas, de rostro femenino ó masculino con bigotes, de tamaño que
varía hasta nueve pies, que se encuentran en la Rusia meridional sobre ó
cerca de los túmulos, sosteniendo con sus manos, á la altura de la cintu-
ra, un vaso en forma de copa; que respecto de su origen se ha dicho que
son debidos á los húngaros, á los hunos, á los scitas, á los slavos, á los
chinos, á los mogoles y á los godos, que es la opinión del Dr. Müch; que
guardan semejanza con los vaciados de estatuas del Cerro de los Santos,
que figuraron en el anexo español de la Exposición Universal de Viena en
1873; que estas estatuas, también con la copa, no representan divinidades,
sino que son como las rusas estatuas funerarias, «habiéndose encontrado
huesos á su lado» (afirmación completamente errónea), debiendo ser con-
sideradas unas y otras como obra de los godos. El Sr. Sampere y Miquel
combate con muy acertados juicios tales semejanzas, y en verdad que basta
para comprenderlo ver los grabados de ligeros dibujos de las estatuas del
Cerro y de los baba en cuestión.
Dice el Sr. Sampere y Miquel que cuando por razón de su cargo de re-
presentante de España mostró en 1873 en Viena los vaciados de las escul-
turas del Cerro á los arqueólogos rusos y húngaros «que conocían la exis-
tencia de las baby, staruchy, balvany, que con estos y otros nombres son
conocidas las estatuas rusas», se manifestaron aquellos «muy reservados
sobre la comunidad de origen, aunque no por esto dejara de impresionarles
la conformidad en la postura y modo de llevar el vaso». Fué luego á Ru-
sia, vio aquellas estatuas, y habiendo consultado el caso lo mismo en
Moscú que en Berlín, con los más reputados etnólogos rusos y alemanes
no admitieron éstos la dicha comunidad de origen, sino «fortuitas simili-
tudes que extravían fácilmente, como las que sirvieron para comparar las
antigüedades americanas con las asirías y egipcias».
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 249
Les ages préhistoriques de l'Espagne et du Portugal, por M. Émile
Cartailhac, París, 1886, págs. 3oi á 3o3 y fig. 435.— En el último capítulo,
destinado á tratar de «los tiempos protohistóricos», y ya-en los últimos pá-
rrafos dedicados á «los objetos aislados», hace mención de «las quince es-
tatuas descubiertas en diversas veces en Yecla». Se refiere á las de perso-
najes con una copa en las manos, y de ellas reproduce la grande, ya
conocida. Consigna ante todo que M. de Longperier no admitía la auten-
ticidad de estas estatuas, por lo menos de algunas. Recuerda luego el pa-
recer que no sigue de M. Henzlmann, de que son obra de godos y acaba
por declarar que «si son auténticas permanecen inexplicadas», que pudie-
ran ser protohistóricas y por eso les dedica una palabra. No debió pres-
tarles atención cuando visitó nuestro Museo.
La Arqueología de España, por el Dr. D. Emilio Hübner. Barcelona,
1888. — En esta interesantísima obra cuya publicación en España es debida
al premio Martorell, se hace mención especial del Cerro de los Santos,
cuyo paraje considera desde luego el autor «de un carácter religioso sufi-
cientemente pronunciado», fundándose para esta apreciación en el aspecto
de las esculturas, de las que dice que es verosímil pertenezcan, «al menos
una parte de ellas, á la época de la cultura primitiva y anteromana, y que
el templo mismo sea de considerable antigüedad». Pero como descubre
también elementos nada dudosos de la civilización romana», se ocupa del
Cerro al final del grupo de las antigüedades anteromanas. Trae una nota
bibliográfica bastante detallada y refiriéndose á los objetos de nuestro Mu-
seo, termina con la frase: «Hay entre ellos también algunas falsificacio-
nes»; frase que comentó luego Mr. Heuzey.
Statues spagnoles de style greco-phénicien (Question d'authenticité),
par M. Léon Heuzey. Comptes-Rendus de V Academie des Inscriptions et
Selles Lettres, 1890, pág. 125, y Revue d'Assy riólo gie et d'Archéologie
oriéntale, II, págs. 96 á 114, y láminas III y IV. París, 1891. Esta intere-
santísima memoria, punto de partida de una nueva fase de investigaciones
y de crítica en la materia, fué fruto, como queda dicho al comienzo de este
trabajo, del viaje efectuado á Madrid por el autor. Este declara que ante la
colección del Museo, la cual de antemano le inspiraba desconfianzas, sin-
tió que, aparte de la «unidad de aspecto» de estos monumentos, en los cua-
les halló visibles «las huellas de la acción del tiempo y las del suelo», le
impresionaron y determinaron un brusco cambio en sus convicciones los
siguientes hechos:
3a ¿POCA. — TOMO IX. 17
25o
REVISTA DE ARCHIVOS
«i.° La presencia en la colección de Madrid de varias esculturas de
ejecución muy superior á la de las estatuas de que había visto vaciados y
de un trabajo bastante sostenido para que sea apreciable la autenticidad.
»2.° La vista de gran número de fragmentos, por lo común muy mu-
tilados, que presentan exactamente en algunos rasgos, los mismos carac-
teres de trabajo y de estilo que se advierten en las esculturas mejor con-
servadas.
»E1 examen atento de cada figura, prosigue, y las comparaciones que
establecí entre ellas fortificaron la opinión favorable que por sí misma ha-
bía nacido en mi espíritu. Era evidente que bajo una aparente uniformidad
se ofrecían obras de épocas bastante diversas, unidas entre sí, de manera
que marcan las etapas sucesivas de un arte local que no siempre careció de
mérito. De un carácter por lo general rústico y casi bárbaro, pero con re-
miniscencias asiáticas persistentes y rasgos manifiestos de la influencia
griega, había recibido á su hora el lejano reflejo de los grandes centros del
arte antiguo. Era un hecho análogo al que se ha observado en otros pun-
tos del Mediterráneo, y particularmente en la isla de Chipre: quiero ha-
blar de esos depósitos de figuras votivas de piedra caliza, en los que se ve
un reducido número de tipos pasando por el estilo de diferentes edades,
desde los orígenes orientales y los comienzos del arcaísmo griego hasta la
decadencia greco-romana.»
Da brevemente cuenta de los principales trabajos efectuados en España
y fuera de ella acerca de estas antigüedades, y después concreta su estudio
á las piezas cuyos vaciados mostró á la Academia al leer su Memoria, pie-
zas por él escogidas de antemano en nuestro Museo, según queda dicho,
y que cuidó fuesen de las que no tienen inscripciones, pues desde luego se
inhibió de la cuestión epigráfica.
Dejando para más adelante el detalle de este estudio, con el que hizo
viva luz para apreciar el valor arqueológico de la estatua grande y de tres
cabezas, una femenil, mitrada y dos varoniles, veamos las conclusiones
con que prueba la autenticidad de tales piezas y el lugar que les corres-
ponde en la historia del arte antiguo.
«Hallamos en España, dice, un grupo de esculturas de forma arcaica
que ofrece, como el arcaísmo etrusco y el arcaísmo chipriota, una fusión,
ó por lo menos una yuxtaposición bastante íntima de elementos griegos y
de elementos orientales. Guardan, sin embargo, un carácter sui géneris
que no permite á un ojo ejercitado confundirlas con figuras procedentes
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 25 1
sea de Chipre sea de Etruria. Tal diversidad, aparte también ciertos ras-
gos de una originalidad completamente local, aparece en proporción dife-
rente, y si puedo expresarme así por dosis de esos elementos, y asimismo
en cuanto á la manera como se han combinado. Es griego en estas esta-
tuas, con un sentimiento más ó menos marcado de arcaísmo, el estilo
dominante, el tipo de las figuras y la disposición general de los paños. Lo
que es oriental, por el contrario, sin hablar de algunos detalles del ador-
no, son las tradiciones y las costumbres del taller, es el espíritu que dirige
la ejecución, es la educación de la mano. Por último, lo que corresponde
al gusto local, lo que procede del rr -dio ibérico en que estas obras han
sido producidas es la exageración violenta y bárbara de algunos detalles
del traje, es también un exceso de rudeza y de pesadez en ciertas partes del
trabajo.»
Para justificar cómo en España ha podido producirse este arte mixto,
recuerda las colonizaciones griegas desde Rosas hasta Hemeroscopion, fe-
nicias y púnicas, desde el estrecho de Gibraltar hasta Cartagena, hace cons-
tar que el Cerro de los Santos se halla precisamente en el círculo del an-
tiguo ager carthaginiensis. Recuerda igualmente el principio, establecido
anteriormente por el mismo, de lo que llama «li acción de retorno del
arcaísmo griego sobre el arte asiático y especialmente sobre el arte feni-
cio»; razonando sobre este principio afirma que el arte que hallamos en el
Cerro de los Santos es el uarcaismo greco-jenicio ó, si se quiere, greco-
púnico». Y continúa: «Seguramente son los cartagineses, sea antes, sea
después de la fundación del gran centro de Cartagena, quienes le han im-
plantado en la región montañosa confinante con el ager carthaginiensis...
En España sobre todo no hay nada de inverosímil para que esas tormas
tradicionales del arcaísmo greco-púnico se encuentren todavía en una
época que puede muy bien descender hasta fines del siglo m antes de nues-
tra era, en los tiempos de la fundación tardía de Cartagena».
Habla luego de la persistencia del estilo cada vez «más rústico y más
reciente, mostrando la misma decadencia del mismo arte.»
«En este punto ciertamente la cuestión se complica y llega á hacerse
escabrosa. Esas series correspondientes á bajas épocas, formadas princi-
palmente de grandes estatuas, cierto número de inscripciones y de escul-
turas de aspecto sospechoso, explican perfectamente la repugnancia de la
Comisión del Trocadero en 1878, pues ningún arqueólogo hubiera acepta-
do de buen grado el salir garante. Yo señalaría particularmente imitado-
252 REVISTA DE ARCHIVOS
nes egipcias de extremada barbarie y de péximo simbolismo sideral y zo-
diacal, que parece tomado de la imaginería de los almanaques más bien
que de la tradición antigua.»
k¿Y concluye: «A toda costa, tanto por lo que hace á las esculturas como
á las inscripciones hay un desembrollo que operar y que no puede llevar-
se á cabo más que sobre el terreno, frente á los monumentos mismos y á
la luz de une etiquete pacientemente perseguida en el distrito en que han
sido recogidas.
A ésta excitación respondieron las investigaciones de que se da cuenta
en el siguiente trabajo.
Rap >ort sur un Mission Archéologique en Espagne (1891) por M. Arthur
Engel. Extrait des Nouvelles Archives des Missions scientifiques et litté-
raires, III, 1892. París, i8g3.-^Después de una información bastante com-
pleta de las publicaciones, colecciones públicas y privadas, arqueólogos y
personas diversas que se interesan por la Arqueología, todo lo cual viene
á ser tanto como señalar el estado de la afición á tales estudios en nuestro
país; siguiendo su viaje cuyo diario constituye el hilo y el trazado de la
memoria, llega á la religión en que está enclabado el Cerro y en el estudio
de él se detiene largamente; como que este es el fin y el objeto de la comi-
sión coníerida á Mr. Engel por el gobierno francés.
Después de repasar la historia del Cerro y detalladamente la biblio-
grafía de sus antigüedades, el investigador da cuenta de sus pesquisas. Pri-
meramente las hace infructuosas buscando en los trabajos escultóricos que
le ofrecen los escudos esculpidos en fachadas de Almansa, en los que se
ven algunos signos astronómicos, los modelos que pudo utilizar el falsario.
Visita algunos coleccionistas ó personas ilustradas del país, que poseen
antigüedades, haciendo amistad con el cura de Montealegre D. Alonso
González, que le facilitó la adquisición de algunos fragmentos escultóricos
del Cerro^ hoy existentes en el Museo de Louvre. Por fin va al Cerro, y el
día i.° de Marzo emprende allí excavaciones, cuyo fruto fué, el primer día
fragmentos de escultura, poco importantes, cubos de mosaico, ladrillos
romboidales, restos de cerámica negra hecha á torno, muy dura, y por fin
lo que valía más, un mediano bronce de Celsa y un pequeño bronce de
Constantino, mas un torillo de bronce oxidado. El segundo día descubrió
una cabeza con bucles y haciendo demoler el muro de contención levan-
tado al pié del Cerro vio confirmado lo indicado por el Sr. Savirón de
que dicha obra debía encerrar restos de esculturas; reconoció luego la lia-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 253
nura hasta 2 kil. del ¡indicado muro y halló nuevos restos, bases de es-
tatuas, sobre todo y la mitad inferior de otra, arrastrados por las aguas.
«Desde entonces, dice, pude afirmar la autenticidad' de las estatuas del
Cerro».
Va á Yecla, cuya vista le recuerda «vagamente Atenas y su acrópolis»,
visita el museo de los PP. Escolapios, donde halló interesantes escultu-
ras de la misma procedencia. Hace más en Yecla el investigador: busca al
relojero, más como éste no se encuentra ya allí, visita su casa en cuyos
muros vé pinturas suyas, que revelan «una imaginación delirante», repre-
sentando una de las composiciones un paisaje con diversos animales y el
otro la gloria y el infierno. Adquiere noticias de que dicho sujeto sabía pin-
tar, grabar y moldear. Pero decidido Mr. Engel á conocer tal personaje
fué á encontrarlo en la Casa de Beneficencia de Alicante, y refiere la en-
trevista con estas palabras: «El director, D. Gerónimo Ruiz Sequeira, me
presentó al antiguo relojero de Yecla, al cual interrogué y respondió á mis
preguntas sin dificultad, pero en términos vagos y con marcado deseo de
rehuir á su interlocutor. Se concibe sin pena lo dificultoso que es sacar in-
dicaciones precisas de un viejo de cerebro débil. Poseído del recuerdo de
sus excavaciones Amat hablaba con fatigosa volubilidad de tesoros escon-
didos, de antigüedades quiméricas. Llevando la conversación á otro terre-
no toqué á su vanidad de artista y le pregunté si no había conservado
muestras de su habilidad. Al momento me enseñó un bastón en cuyo puño
de marfil había grabado con bastante tosquedad dos romanos desafiándose,
que no hubieran hecho mal papel al lado de ciertos «hallazgos» del Cerro
de los Santos. De éstos Amat no se había reservado más que un recuerdo;
corrió á enseñármele; pero el objeto que trajo y consintió en cederme, no
ha tenido, á mi juicio, otro autor que él. Es un pedazo de cuarzo duro
de o,m 08 X o,m 04, acabado en punta, sobre la cual hay un grabado, de
aspecto reciente, y sin sentido alguno. «Este objeto, me explicó Amat con
aire de suficiencia, tenía triple fin: era aldaba, plancha y arma de guerra.»
Era á lo sumo un pulidor, pues estaba perfectamente lisa la base de la
piedra. Poco convencido, me despedí del pobre Amat, al cual habían apro-
vechado tan poco sus ingeniosos servicios á la ciencia. Hubiera podido,
yendo á Carcagente, donde vivía su familia, obtener otras indicaciones,
pero había visto y oido bastante para formarme una opinión decisiva».
Expone ésta sucintamente Mr. Engel al final del capítulo, esperando
que otros arqueólogos acabarán su esbozo. He aquí sus conclusiones:
254 RE VISTA DE ARCHIVOS
«Son auténticas, salvo las reservas acerca de las inscripciones que han
podido ser añadidas á las esculturas rehechas ó falsas, la inmensa mayoría
de las esculturas, casi toda la cerámica, los objetos pequeños descubiertos
por el Sr. Savirón, en una palabra, el grueso de lo descubierto.
»Son sospechosas, las inscripciones en general, muchas esculturas y
sobre todo las de pequeñas dimensiones.
»Son falsos, los dos medallones de metal y los vasos con inscripcio-
nes.»
Da cuenta también de otras esculturas análogas y especialmente de la
esfinge de Balazote. Al final habla de monedas que son la especialidad del
Sr. Engel.
Acompaña su memoria de grabados y láminas sueltas reproduciendo
las piezas ya publicadas por M. Heuzey y las adquiridas en esta nueva in-
vestigación.
Monwnenta Linguae ibericae editi yEmilius Hübner, Bérolini... 1893.
Pág. 207 á 210, núms. XÍX á XL. — Después de una breve noticia incluye
las inscripciones publicadas por el Sr. Rada (menos la del cuadrante, de-
fendido de auténtico por el Sr. Saavedra), colocándolas en el grupo que
titula Falsae vel suspectae.
Sculptures du Cerro de los Santos, Memoria de M. Pierre París, Bu-
lletin hispaniqne, tome III (1901), págs. 1 1 3 á 134, con grabados de senci-
llos dibujos. — Este interesantísimo trabajo, último que se ha publicado
sobre la materia, es propiamente un catálogo «de los fragmentos que se
hallan exparcidos fuera del Museo de Madrid». — Comprende ochenta pie-
zas, de las cuales treinta y nueve pertenecen al Museo del Colegio de los
RR. PP. Escolapios, de Yecla; las señaladas con los números 40 á 48, al
Museo de Albacete; las 49 á 52 al Museo de Murcia; 53 á 55 á la colec-
ción Cánovas del Castillo, en Madrid;'56 y 57 de la colección del señor
Marqués del Bosch, en Alicante; 58 á 64 a la colección de D. Pascual Se-
rrano, en Bonete (Albacete); G5 al Sr. Azorín, de Yecla; y los números 69
á 80 corresponden á las únicas esculturas del Cerro que han salido de Es-
paña y se hallan en el Museo del Louvre, en París. Antes de esta enume-
ración habla de una estatua falsa que perteneció á los PP. Escolapios, en
cuya colección ya no se halla y en el curso del trabajo hace referencia de
piezas perdidas.
Entre este trabajo de M. París y el anterior del Dr. Hübner apare-
cieron varios en España y en el extranjero, relativos al busto descu-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 255
bierto en Elche y en los cuales suele tratarse por concomitancia de las
esculturas del Cerro, desde el punto de vista de su clasificación. Por lo
que ésta se relaciona con la cuestión de autenticidad, hablaremos á su
tiempo de dichos trabajos, complemento necesario de esta ya larga bi-
bliografía.
(Continuará.) JOSÉ RAMÓN MÉLIDA.
'O'
LAS ALDEAS GALLEGAS
Las Aldeas de Galicia, esos pequeños grupos de población diseminados
por las márgenes de los ríos y laderas de los montes, están formadas, gene-
ralmente, por la reunión de cuarenta á sesenta vecinos que cada uno es jefe
de familia y tiene vivienda separada de los otros. Buscando la ascendencia
de esas familias, no se necesita eoVitar muchos antepasados para determi-
nar con fijeza, que dos ó tres fueron las pobladoras del sitio primeramente
y que las uniones consecutivas de los individuos y el crecimiento natural
hicieron que llegaran al estado en que se encuentran ahora. La primera
habitación y tierra de la familia se llamó Casar, la suma de varios casa-
res constituyó la Aldea.
El Casar se estableció originariamente en dos condiciones distintas se-
gún lo fué la de las tierras donde se fundaban; unos los de las tierras rea-
lengas y valdíos de las villas libres ó encomenderas, otros los de los domi-
nios señoriales. A lo que parece, los primeros se formaron por una ó dos
familias que, separándose de mayores núcleos de población y buscando la
subsistencia, se establecían en esas tierras incultas, construían vivienda,
roturaban el suelo y le hacían producir con su trabajo. Allí procreaban
hijos, se unían á ellas otros elementos, y el tiempo y con él la posesión
adquirida del suelo hizo lo demás. La villa extendía su jurisdicción á los
nuevos pobladores establecidos en su término, por estar dentro de las tie-
rras del concejo, formaban parte de él, se les consideraba como vecinos y
gozaban de las mismas libertades que los otros. A un casar se unió otro
casar, y, así sucesivamente iba en aumento el núcleo de población, que
crecía en proporción á la tierra laborable, hasta tropezar con otra ante-
2^6 REVISTA DE ARCHIVOS
riormente apropiada ó las dificultades naturales y la mala condición del
terreno lo hacían impropio para el cultivo.
Difícil es determinar cuáles son las aldeas nacidas de los casares funda-
dos en las tierras realengas ó en aquellas otras que fueron de las villas;
existió una época en que aparece aforada casi la totalidad de la propiedad
gallega, y, no teniendo á la vista los documentos en donde constan los gra-
vámenes, es muy fácil confundir el primitivo foro con el censo consigna-
tivo porque la pensión se pagó en ambos en especie, en el mayor número
de casos. También acontece, que en virtud de las constantes donaciones
hechas por la corona á los señores, algunos de estos grupos de población
pasaron á sus manos, y lo que fué en un principio prestación debida al
señorío, se convirtió más tarde en foro sobre la tierra, cuando, hecha la
desvinculación y suprimidas las jurisdicciones, le fué reconocida la propie-
dad de las tierras señoriales.
El otro casar se fundaba en las tierras de señorío eclesiástico ó laical.
Casi desde la invasión de los Suevos, hubo en Galicia grandes señores que
se repartían entre sí la jurisdicción y las tierras, y prueba de ello son los
antiguos condados de Monterrey, Lemos, Saria, Quiroga, Trastamara y
otros, conjuntamente con los monasterios de Celanova, Santa M.ade Osera,
San Esteban de Rivas de Sil y algunos más. Ni los unos ni los otros podían
acudir al cultivo de sus extensas propiedades, y con el fin de aumentar las
rentas, en los sitios más apropósito para el caso, fundaban casares dando
á foro las tierras á las familias que se establecían en ellos. Los foreros es-
tuvieron bajo la jurisdicción de los señores, fueron sus vasallos, y poco á
poco, por la reunión de casares, á los cuales se le asignaban nuevas tierras
aforándolas, se formaron los lugares ó aldeas. Esto explica que actual-
mente, en muchas de ellas, las casas están diseminadas alredador de una
Iglesia construida por el señor ó los vecinos, y que todos los terrenos estén
atorados, cobrando las rentas las familias representantes de la antigua ñor
bleza del país, ó aquellas otras que compraron al Estado, cuando se incaur
tó de los bienes eclesiásticos, foros y censos.
Ejemplo, ó mejor, prueba de la manera como se fundaban estos casares
en las tierras de señorío, son las escrituras que siguen, llegadas por casua-
lidad á mi poder.
é
«Sepan quantos esta carta de foro vieren como yo doña Juana de Castro señora
*ié las villas de castro de valdiorres e mancaneda otorgo e conozco por esta carta
y
BIBLIOTECAS Y MUSEOS '&']
que afuero e doy en fuero á uos iuan gomez vecino de rraygada e para toda vra
progenie para siempre jamas conviene a saber que vos afuero my casar de otero
syto en rraygada con todas sus casas e heredades e arvores prados e paztos é deui-
sos del dicho my casar deuidos e pertenecientes con el molino de val longo segund
que lo solia auer a juz e a mano vro padre gomez lorenzo afuera que vos non
afuero la heredad de palleyros porque la quiero para fa^er en ella un casar la qual
dicha leyra de palleyros vos saco del dicho casar que sy fuere morado e poblado
que sea del que la morare y sy se non morare y poblare que se vos buelva la dicha
heredad de palleyros para. el dicho vro casar el qual dicho casar asy declarado e de-
terminado segund dicho es vos afuero con todas sus entradas e salidas e montes e
atontes quantos ha e aver deue de hecho e de derecho con las condiciones siguienr
tes e con cada una dellas. | primeramente que lo moredes labredes e rreparedes por
vos o por otros como se non pierdan por falta de buena lauor e rreparo y pagare-
des de fuero e renta en cada un año para syempre jamas seys fanegas e dos tegas de
centeno puesto en la my tulla de manganeda e medido por la medida derecha déla
dicha villa por donde se suelen medir los otros mys fueros y por fiesta de sant
martyn del mes de nobyembre dos gallinas e dos mrs de derechura | . y otrosy ló
non podades vender nyn enagenar syn que sobrello sea yo o mis herederos reque-
ridos e quierolo que lo no podáis entrar por tanto como otro por el vos diere e non
lo queriendo que lo podays vender o enagenar a tal persona que sea semejable de
vos y cumpla y pague las condiciones desta carta | . e yo el dicho iohñ gomez
estoy presente otorgo y conozco que rresgibo de vra merced el dicho casar e cosas
a el pertenecientes afuera la dicha heredad de payeiros en fuero e con las condicio-
nes que sobredichas son e obligo a my e a mys bienes muebles e rraizes auidos e por
auer de tener e mantener e guardar e complir e pagar todo lo que dicho es y enesta
carta se contiene e por la dicha donna iuana obliga sus byenes de vos lo sacar sano
e saluo e de paz desde agora para syempre jamas e de vos los por mas my por
menos nyn por el tanto que otro por el de senu fuero nyn en rrenta nyn otra qual-
quier manera e porque esto sea firme e non venga dello dubda otorgamos ambas
las partes esta carta antel el escriuano e testigos de yuso escriptos a quienes rroga-
mos que la escriuiesen ó ficiesen escreuir e la signasen con su signo e a los presen-
tes que sean dello testigos e por mayor firmeza la firme yo la dicha dona iuana de
my nombre enel registro del escriuano e yo el dicho iuan gomez también la firme
que fue fecha e otorgada en la dicha villa de manganeda a veynte e seys días del
mes de henero año del nascimiento de nro salvador ihu xpo de mil e quatrocien-
tos e nueve años a todo lo qual ffueron presentes llamados e rrogados para lo que
dicho es myn vazquez mira e diego garcía mayordomo de la dicha señora e myn
albarez vecino de la dicha villa | doña iuana | iuan gomez | e yo pero de medina
escriuano e notario por merced déla dicha señora en las dichas sus villas e tierras a
lo que dicho es presente fui en uno con los dichos testigos e de otorgamiento délas
258 REVISTA DE ARCHIVOS
dichas partes esta carta escriui c doy fe que los sobredichos la firmaron en iny rre-
gistro e por ende fiz aquí este mió signo ques atal en testimonio de verdad | pero de
medina, escavano | (hay un signo)». (Pergamino de 0,33ro de largo por o,2om de
ancho en regular estado de conservación.)
El Casar de Otero y el molino de Val-longo citados en la escritura,
forman parte del lugar ó aldea llamada Raigada, compuesta de ochenta y
cuatro edificios y habitada por trescientas cuarenta personas; y la llamada
leira de Palleirós se pobló, y la aldea tomó de ella el nombre, teniendo
treinta y cinco edificios y ciento veinte habitantes. Ambos lugares perte-
necen al partido judicial de La Puebla de Trives y Ayuntamiento de Man-
zaneda, y casi toda la tierra de ellos está aforada, cobrando las rentas los
condes de Lemos.
Más completos son todavía los datos que siguen referentes al lugar de
Paradela, de treinta y un edificios y ciento veinte habitadores, en la parro-
quia de San Juan de Coles, del partido judicial de Orense. Está enclavado
el lugar en tierras que fueron de señorío eclesiástico y formaban parte de
la antigua granja de San Lorenzo de Rivas de Miño, propiedad del rico
monasterio de Santa M.n de Osera. Los primeros antecedentes de población
los contiene una escritura en pergamino que copiada á la letra dice:
«Sabean quantos esta ca viren como nos don ffrey affons abbade dossera et
conuento desse mesmo lugar | Damos a foro a uos gofñs eines de pdella et a vosa
moller maria eanes et a hun uosso ffillo ou ffilla danbos qual nomeare o postremio
de uos ao lempo de seu ffinamiento Et non auendo ffillo ou ffilla danbos como
dcho he que o postremio que de uos ffinare possa ffacer huna vos que sseia uossa
semildue et tal de que nos et odito nosso m° possamosauer os nossos dereitos en pas
et vien de nos et por nosso m° en uossa vida de todos tres tan solamente por lo huso
dos ffroytos o noso casar de pdella o qual uos agora tenedes en tal plito et condi-
ción que sseiades nossos uassallos mandados et obidientes Et ho laurardes et para-
redes ben en manera como se non prezca os ffroytos del per mingoa de lauor et de
ben panca et tenades as casas del sempre en boa teenor et as rreffacaes mester son
et has moredes por uos Et nos dedes del cada hun año assaluo ena nossa granja de
ssan lourenc,o en todo o mes dagosto des e sseys ffanegas de pan as duas tercias de
centeo et huna de millo p la ffanega de sseys ceramiis p que median antes q ueesse
amedida tolledaa. Et cada ano por dia de natal dainos edes por fforos cinco libramy
os quatro pp de brancos ou qontia delles. Et cada ano por lo dito dia de natal nos
daredes una porcalla que vala trinta pp et huna quarla de boo vino. Et viint paes
brancos dobrados. Et este casar nen venderedes nen deytaredes nen ssubpinoraredcs
nen daredes a ninhun nen parte del ssen nosso mandado nen tomaredes y amadigo
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 25q
nen... contra nossa vootade et se o ffeserdes q pcrdades por ende o dito cassar. Et
se alguna venda ou deytamento ou subpinoramento del ffeserdes q non vala nen aia
ffermidue. Et porque esto sea certo Hacemos con vusco esta carta partida pora be
ena qual nos o dito dom abbade escriuimos noso nome que a parte que a non guar-
dase peyte aa outra parte «jen monedas brancas de pena et a carta estia en ssua rre-
uor. Et eu o dito gomes eans que soo presente por mj et por la dita myna moller
que nou he presente et por la dita vos como dito he outorgo esta carta et as condi-
cioes déla en todo sub a pena sobre dita et non as goardando que o m° possa tomar
seu casar sen embargo de nos con'quantas boas pranc,as que en el fforen ffeitas |
ffeytá carta en osseyra vinte et dous dias de junio Era de mili e quatrocentos et des
etsseysaños ts° ffrey ju° granieyro de ssan lourenc,o | ffrey g° granieyro de ssan
gus ¡ ffrey de tavoada | gmo do carro orne do dito dórñ abbade Et eu p° escriptan
que a escriuy et so testigo | abbas ossarieñs. | (Hay una rúbrica).
Éste y el casar llamado de Reguenga en Paradela, fueron los primitivos
de que nació la aldea. Según un libro Tumbo, que perteneció al Monaste-
rio, aparecen aforados ambos casares; el pr¡m2ro después de la escritura
anterior, en 1442 á Costanza Rodríguez por el abad Fr. Juan Sánchez;
en 1446 á Juan de Moreda y su mujer, y en 1490 al clérigo Juan: el segun-
do, que perteneció primeramente á Gome de Deza, lo aforó el Abad Fray
Domingo, en 1396, á Martín Pérez; Fr. Gonzalo de Taboada, á Gonzalo y
su mujer Anes en 1422, y en 1480 Don Fr. Ares, á Rui de Paradela. Faltan
noticias hasta el año i58o. Por esta fecha fué negada al monasterio la pro-
piedad de los casares por Gómez de Paradela y otros, litigó con ellos y
obtuvo ejecutoria en su favor en la Real Audiencia de Galicia, por ante el
secretario Rui Martínez. Consecuencia de ella fué el foro, que, á final de
ese año y en el siguiente, contrató el abad de Osera Fr. Ambrosio de Acuña
con el mismo Gómez de Paradela, de los dos casares. El de Reguenga com-
prendía en 14 de Diciembre de i58o, fecha del foro:
«Vna cassa de fuego y un cillero colmado; dos cortes y sesego para otro; un co-
rral grande; vna suerte, dos maquias en simiente; vn campo tras la cassa, una tega;
dos lamieros en las cerdeiras, fanega y media; enel lameiro da fonte seis cauaduras
de bina; la heredad dotero con diez pies de castaños, una fanega; la leira do chao, dos
fanegas y media; la leira do balado, vna fanega; leira da seira, media fanega; la leira
sobre el balado, vna fanega; leira de Reguenga, dos tegas; heredad de cancela con
quatro castaños, dos tegas; heredad do chao da Regueira bella, una fanega; otra allí
una fanega; el leiro Redondo, dos tegas; heredad dos billares, una fanega; otra cassa
atellada sobre el corral de las casas principales; en la leira seira quatro casta-
ños.»
260 REVISTA DE ARCHIVOS
El de Paradela, según escritura de u de Abril de i5gi que pasó ante el
escribano Pedro Carrasco, de
«Dos casas de fuego; dos cortes con sus corrales; el leiro da seara, media fanega
en simiente en el chao de paradela con el le;ro de penaboa, fanega y media; el prado
da fonte de paradela, tres tegas; enel chao de paradela fanega e media en medio de
dos leiros de otro lugar de Ossera; la leira de gestal da meda, tres tegas; otro leiro que
esta su el pan de paredes, vna tega; en el leiro da cancela, una tega; el lameiro de
salgueiro; el leiro das figueiras de salgueiro vna fanega; la leira dos billares dos fa-
negas y media; el leiro de juan bello vna tega; la rraneira de lama da lila tres tegas;
enel chao da rriguira una fanega y media; enel souto daseara y cancela quatro cas-
taños con su sitio; en el leiro da seara diez castaños.»
Hay noticias de que diez y siete años más tarde, en i5q7, Reguenga tenía
tres casas donde moraban Alvaro Gómez de Paradela y su familia, y Para-
dela cuatro, habitadas por Gómez de Paradela, Rui de Paradela, Gonzalo
de Paradela y Alonso de Herrera con sus respectivas mujeres é hijos. De
éstos puede asegurarse que descienden en su mayoría los vecinos y habita-
dores actuales de la mencionada aldea de Paradela.
Nicolás Tenorio.
LOS PUENTES ROMANOS EN TOLEDO '
i
Al llegar á mis manos los números 5 y 6 de la excelente Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos, correspondientes á los meses de Mayo y
Junio dé este año de gracia de igo3, encontrando en ellos la simpática
firma del eximio escritor y arqueólogo Don Rodrigo Amador de los Ríos,
autorizando unos artículos titulados Los puentes de la antigua Toledo;
llevado por mi afición al estudio de las antigüedades de tan monumental
i Nota de la redacción.— El Sr. Amador de los Ríos, nuestro amigo y compañero, después
de felicitarse por haber dado ocasión con los suyos, al artículo que insertamos, y que califica de
interesante, nos manifiesta su sentimiento por no poder aceptar las conclusiones del distingui-
do escritor militar Sr. Castaños y Montijano, lo cual deplora grandemente, y que espera con
verdadera impaciencia los estudios especiales del Sr. González Simancas, á los que el articulista
alude. La índole de nuestra Revist\ impide en ella toda controversia; y si en prueba de honrada
imparcialidad no hemos vacilado en aceptar el trabajo del Sr. Castaños, comprendemos cuan
grande habria de resultar y cuan fatigosa la tarea del Sr. Amador de los Ríos, si, al publicar
como lo ha hecho, en varias revistas, capítulos del libro que acerca de Toledo tiene preparado ya
para la prensa, hubiese de contestar las impugnaciones á que dieran aquéllos margen, singular-
mente entre los aficionados á este linaje de investigaciones en la antigua Ciudad de los Concilios.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2Ól
ciudad, emprendí su lectura con verdadera delectación, saboreando aque-
llas preciosas páginas que tanta luz proporcionan sobre debatidas cuestio-
nes, en la discusión de los restos de obras arquitectónicas de pasadas edades,
que orlan las abruptas márgenes del caudaloso Tajo, al pasar por esta pre-
térita cabeza de las Españas.
Mas ¡cuál y cuan agradable fué mi sorpresa al encontrarme diferentes
veces citado en dichos artículos! ya en el texto, ya en las notas; para ma-
nifestar, ora la conformidad, ora la disconformidad con la presunción mía,
en el artículo que publiqué en el Boletín de la Sociedad Arqueológica de
Toledo, correspondiente á los números 9 y 10 de Mayo y Julio de 1901,
bajo el título de: Un puente y un castillo romanos, en el que ofrecía á la
consideración del lector la presencia de unas ruinas, de las que nadie hasta
entonces se había ocupado, y que aparecen á entrambas orillas del río, en-
tre las huertas denominadas del Rey y de Safont; acusando su examen la
existencia de un puente romano, por el que probablemente pasara la Via
Lata, después de su descenso de las alturas á la llanura de la primera de las
mencionadas huertas.
Con el objeto de poder contestar á las galantes alusiones que me dirige
tan exclarecido escritor, y ganoso por otra parte de buscar en la discusión
conclusiones satisfactorias en el oscuro problema arqueológico de la To-
ledo romana, me permito ped ir la palabra á esta respetable Revista, para
poder llenar el modesto fin que me propongo.
A juicio del Sr. Amador de los Ríos, las ruinas que yo señalo como de
un puente, no pueden ser más que las de un pontón de época medioeval;
habida cuenta, de que no presentan similitud en su factura, con los restos
reconocidamente romanos del Circo máximo, Acueducto y Puerta de
Doce Cantos; y que de admitir mi opinión, de que lo principal de la ciudad
debió extenderse por la Vega en la época latina, queda echado por tierra
«de un solo golpe todo el' sistema de colonización y de conquista de los ro-
manos».
Fuerte me parece esta última conminación; no llega á tanto mi arresto,
ni mi pretensión más allá, que de tratar de convencerme si los restos en
cuestión son ó no son de origen romano; para lo cual invito al distinguido
Académico, á quien tengo el honor de dirigirme, á que se fije en las siguien-
tes consideraciones.
Los restos del puente de Safont (llamémosle así, porque algún nombre
hay que darle), presentan en su composición interior un conglomerado de
2Ó2 REVISTA DE ARCHIVOS
i
menudas piedras y fuerte mortero, que le dan una consistencia de roca, en
una forma semejante á la de los frogones que presenta como tipos de com-
paración, y la única diferencia accidental que con aquellos se encuentra, es
que los cantos no son tan pequeños; pero téngase en cuenta el distinto ob-
jeto para que se construyeron: los de la Vega, pertenecieron á edificaciones
urbanas dedicadas al recreo ó al culto de los dioses, sin tener que resistir
más que á la acción lenta de los agentes atmosféricos y de los siglos, y los
del puente, además de estas causas destructoras, á las presiones violentas
del río y á la impetuosidad de terribles avenidas ¿y qué mucho, que tratán-
dose de una obra hidráulica, lo mismo los antiguos que los modernos arqui-
tectos, no emplearan materiales más rudos y más resistentes, que los em-
pleados en edificaciones levantadas en tierra firme? En lo esencial, por más
que lo he vuelto á mirar y á comparar, no hallo diferencia alguna de es-
tructura y conformación entre los restos de la Vega y los del puente: unos
y otros me acusan ser frogones semejantes y coetáneos.
A mayor abundamiento, presento á la atención del Sr. Amador de los
Ríos, otra obra inmediata al puente y de la que no quise ocuparme en mi
artículo, por dejarle el honor de su descubrimiento á mi querido amigo y
compañero D. Manuel González Simancas, que me la señaló, cuando
acompañándome á la exploración de los restos de que me vengo ocupando,
prometió tratar en su día de ella, para corroborar y robustecer más mi
opinión.
La obra á que me refiero, es la inmediata casa del hortelano, construida
sobre un resto de fortísimo muro, orientado de E. á O. con sus sillares de
revestimiento y su relleno de marcado sabor romano y que guarda perfecta
armonía con la labor del puente y en dirección paralela é inmediata al
camino que sobre él pasara.
¿ A qué edificación podría pertenecer el indicado muro? Eso no lo pode-
mos precisar, pero cualquiera que fuese ¿no indica que debió tener señalada
importancia y relación directa con el camino y su paso sobre el Tajo? Pues
si tal importancia hay que reconocerle, necesariamente hay que convenir
que no debió ser una vía auxiliar ó secundaria la que por allí pasara, sino
una principal, como lo era la Via Lata y que para ella no había de cons-
truirse un simple pontón con sus tramos de madera para atravesar el río
por su parte más accesible, en busca del despejado terreno de la Vega; en
vez de ir á buscar el paso por donde se encuentra hoy el puente de Alcán-
tara.
BIBLIOTECAS Y MCSEOS 2Ó3
Un último reconocimiento en barca que he hecho hace pocos días (en
fines del próximo pasado Julio), aprovechando la ocasión de venir el río
muy bajo, me ha dado por resultado, el observar, que los estribos que arran-
can del fondo vienen á quedar próximos y equidistantes á unos ocho ó diez
metros de los que aparecen en las orillas y en el centro, donde está la máxi-
ma profundidad, y á una distancia como de treinta metros, no aparece nin-
guno; y en esta disposición, no es posible admitir que sustentaran tramos de
madera, sobre todo en el espacio central, donde existe una luz tal, que no
puede abarcarse con vigas de longitud tan excesiva, que caso de haberse
empleado producirían un cimbreo irresistible para soportar los grandes
pesos que tienen que gravitar sobre todos los puentes. Preciso es, pues, de-
ducir de esto, que esos estribos ó pilas fueron la base de un puente de pie-
dra de tres ojos: uno grande y central y dos menor :s y laterales de igual
luz en los extremos próximos á los arranques de las orillas. Luego hay que
desechar la idea del pontón.
II
Continuando nuestra exploración agua abajo del río, tenemos que dete-
nernos en el puente de Alcántara, y al meditar sobre la hermosa descrip-
ción que de él hace el Sr. Amador de los Ríos, no puedo por menos de lla-
mar la atención de esta autoridad, con toda la debida consideración y res-
peto; que me parece muy gratuita la afirmación que hace, de tener el
mencionado puente un origen romano y que sobre sus ruinas reedificaran
los musulmanes el suyo. Ni su nombre ni su historia lo atestiguan, y res-
pecto á su labra tampoco, como me propongo demostrar.
¿En qué se conoce que fué romano antes que árabe? He hecho un reco-
nocimiento detenido da él, tanto desde los estribos como desde el río en una
barca, en unión de un eminente arqueólogo de esta ciudad que tuvo la ama-
bilidad de acompañarme y servirme de consultor; y pudimos ambos apre-
ciar, que desde los cimientos hasta las dovelas, no aparece la labor romana
por ninguna parte. Allí se observan en el mampuesto, en ostensible con-
fusión, piedras calizas con ornamentación visigótica, debajo de sillares
toscamente labrados, otros de labor más fina, con sus oyos para garfios,
que recuerdan á los del acueducto de Segovia, encima de cantos de berro-
queña sin labor alguna; trozos de columnas, piedras de mármol, calizas,
areniscas, cinábrias; todc acusando que para la edificación se recogieron y
364 REVISTA DE ARCHIVOS
aplicaron sin orden alguno, elementos arquitectónicos procedentes de dis-
tintos monumentos romanos y visigóticos, destruidos por las primeras
hordas árabes que conquistaron y devastaron á Toledo; hasta que después
que adquirieron civilización y cultura artística, encastillados y fortificados
en el promontorio sobre que hoy asienta la ciudad, se vieron en la precisión
de construir el puente, con las defensas necesarias á la época guerrera en
que florecieron, ceñido y apoyado á la Plaza.
Hay otra consideración de carácter militar, que impide el poder admi-
tir la existencia de un puente romano, con el mismo emplazamiento que el
actual de Alcántara y es la siguiente: agua abajo, en la orilla derecha, ó sea
la de la ciudad y como á unos cuarenta metros del puente, aparece un to-
rreón desmochado, que indudablemente es romano; basta compararlo con
sus similares del acueducto y de la puerta de Doce Cantos, pero que su
objeto al parecer, no era el de servir de torre acuaria como aquéllos, sino
el de obra de fortificación, verdadera torre albarrana, como pronto se
comprenderá.
En mi artículo inserto en el Boletín de la Sociedad arqueológica y que
queda citado al principio de este trabajo, probada la existencia de una for-
taleza romana, también desconocida hasta ahora, y cuyos vestigios bien
claro puse de manifiesto, en lo alto del cerro de San Servando, y el papel
importantísimo que desempeñaba, desde el punto de vista táctico y logísti-
co, para la vigilancia y defensa de la Vía Lata, el puente de Safont y el
acueducto; así como sus relaciones con la otra fortaleza que se erguía en el
Alcázar.
Pues bien, este castillo, ó castro, tenía que evitar un golpe de mano
por la vía fluvial; lo cual conseguiría, con tener el cerro su vertiente del
río completamente escarpada en rápido declive ó talud, quedando así cons-
tituido un verdadero foso con su escarpa y contraescarpa.
La situación de esta torre defensiva destacada de la Plaza en la contra-
escarpa, además de impedir los desembarques y asaltos por la escarpa,
atalayaba al puente de Safont y al acueducto y cerraba el paso al terreno
de la Vega, que precisamente por allí empezaba á despejarse, antes de
existir el puente de Alcántara. Venía á desempeñar el papel que en la mo-
derna fortificación desempeñan las caponeras, y hasta su traza es semejante
á éstas.
Si ahora admitimos coexistiendo el puente últimamente citado y la to-
rre <¿qué objeto tendría ésta? El mismo que tuvo después y tiene ahora,
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2Ó5
ninguno; y por eso sin duda lo arruinaron los árabes, acaso también por
aprovechar sus materiales.
Vayamos al camino romano ¿no nos indica su dirección claramente
que descendía hacia la huerta del Rey? pues si esto era así ¿cómo iba á
tener un puente tan extraviado de su marcha con el macizo de los cerros
de San Servando intermedio?
Amén de todas estas razones, la misma inscripción que ostenta el puen-
te de Alcántara y que copia el Sr. Amador de los Ríos, nos dice quiénes
fueron sus primitivos constructores. Ocurre en todas las antiguas inscrip-
ciones, sean de la época que sean, que siempre tienen especial cuidado en
decir, quién mandó hacer la obra y por mano de quién se ejecutó, es decir,
quién la ideó ó proyectó y quién la construyó, y en la de este puente, dice
textualmente: después de referir la catástrofe de la inundación del año 1 258,
que afué derribada una grand partida desta puente de Toledo que ovo
fecha Alef fijo de Mahomat Alamerí Alcaide de Toledo por mandado de
Alman\or Ibo Amir Mahomat fijo de Abi Amir Alguacil de Amir Almo-
menin Ixem £ fué acabada en era de los moros que andava á esse tiempo
en CCC é LXXXVII annos é fi\o la adobar é renovar el Rey D. Alfon-
so, &, &.
Si los árabes hubieran reconstituido un puente romano, ya lo hubieran
ellos consignado en una lápida, que hubiera servido para hacer constar en
la inscripción á que nos referimos que: Alef fijo de Mahomat Alamerí por
mandado de Almanzor Ibo Amir Mahomat, la hizo adobar é renovar y no
que dice que ovo fecha por él.
El moro Razís, dice también de una manera clara, en su crónica: «£*
fué fecha cuando regnó Mahomad Elimea. Esto fué cuando andaba la era
de los moros en doscientos é cuarenta é cuatro años».
Hay por último un argumento más respetable que ninguno para con-
vencer al Sr. Amador de los Ríos y es la opinión del iniciador de los estu-
dios arqueológicos en España, la de su ilustre señor padre, cuando con
perfecto conocimiento del puente de Alcántara, dice en la página 198 de su
preciosa obra Toledo pintoresca, hablando del origen del monumento, que
es de la «época en que los árabes dominaban esta ciudad. Esta opinión que
salta á los ojos desde luego, se halla comprobada cuando se lee la antigua
lápida, etc.»
3.a ÉPOCA.— TOMO IX. iS
2Ó6 REVISTA DE ARCHIVOS
III
Insiguiendo el curso del Tajo, aparecen los restos del acueducto, en el
cual no nos detendremos hoy, pues lo que prometo en el epígrafe de este
artículo es una revista de puentes romanos exclusivamente y éste ha queda-
do comprobado, que en manera alguna lo fué, sino simplemente una vía
acuaria.
Al llegar á la barca del pasaje de la Virgen del Valle, no pasaré de
largo sin llamar la atención del lector, de que por allí hubo y hay un paso
fácil del río; punto vulnerable de la Plaza y con una formidable defensa
que he descubierto en el cerro llamado del Bú, desconocida hasta ahora y
de la que me ocupo en un artículo especial, que tengo ya redactado y que
prometo publicar muy en breve.
Delpuente de la Caba, tampoco quiero tratar hoy, pues aunque me ocu-
pé de él en un artículo que publiqué en el primer número del Boletín de la
Sociedad arqueológica, lo hice tan solo desde el punto de vista histórico y
me consta que actualmente está haciendo de él un estudio arqueológico, m¡
erudito amigo D. Manuel González Simancas, á quien he acompañado en
la exploración y á quien dejo la preferencia en este estudio, convencido de
lo luminoso que ha de resultar cuando del público sea conocido.
Y dejando para lo último lo más nuevo que sobre puentes romanos de
Toledo se ha escrito, séame permitido traspasar los límites que hasta ahora
se han considerado á éstos: sigamos el curso del río bien agua abajo, llegue-
mos allá, á la Peraleda, al antiguo valle de Agalén, al pintoresco sitio
adonde la fantasía oriental creó la leyenda de las famosas bodas de Abda-
llah, tan admirablemente descritas por Martín Gamero en sus Cigarra-
les de Toledo y por Olavarria en sus Tradiciones; allí aparecen surgien-
do de las aguas, una línea de robustos machones y frogones que atraviesan
el río en dirección E. O. de aspecto romano en su parte iníerior, denun-
ciando que no tuvieron al parecer otro objeto, que servir de soportes á un
puente que ponía en comunicación á los antiguos parages de Agalén y San
Pedro el Verde, conocidos hoy con los nombres aquél de la Peraleda y éste
de Huerta de Jardines.
Dignos de estudio son estos restos, hasta ahora inexplorados, y por eso
los señalo como un hallazgo y llamo la atención sobre ello, á las personas
competentes en esta clase de estudios, para que precisen la época de su
construcción, si es ó no romana, y si pudo ser ó no puente.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2Ó7
El aspecto actual de estos restos es el siguiente: como á cuatro metros
de la orilla izquierda, aparece el primer frogón, sobre el qual se halla ci-
mentado un pilar de ladrillo de época árabe ó posterior; á otros cuatro me-
tros, surge en toda su robustez otro estribo revestido de sillarejos, sobre el
que hay también construido otro pilar de ladrillos, que amenaza caerse de
un momento á otro; de ladrillos son también otros pegotes que tiene late-
ralmente el estribo primitivo, sin duda para reforzarlo cuando se resque-
brajó por ruinoso; á igual distancia asoma sobre el agua, otro frogón más
pequeño, sin aditamento de obra posterior, y en la inmediata isla y ya en-
terrado por los sedimentos y extratificaciones, se encuentra el otro estribo.
Debo advertir al que se decida á hacer este estudio, que la antigua orilla
derecha del río, es precisamente esa isla, que quedó segregada de la Huerta
de Jardines á quien pertenecía, á consecuencia de una avenida del año 1 856,
que desbordándose por la derecha, abrió el canal que hoy existe, dejando
aquel pedazo aislado.
Este fenómeno no tiene nada de extraño, pues á consecuencia de la
construcción de la gran presa de la Fábrica de Armas, que al ensanchar el
río de una manera considerable y acelerar su corriente, le da una acción
dinámica y denudadora tal, que necesariamente tiene que ocasionar esos
destrozos que se observan en las márgenes y esas islas resultantes de los
pedazos de terrenos más fuertes y más elevados.
La erosión de las aguas es tan activa en los restos de que me ocupo, que
aparecen completamente socavados y expuestos á que en algún^empuje vio-
lento de cualquiera crecida los desencaje y eche á rodar, desviándolos del
alineamiento que aún conservan; por lo que es apremiante el que se les es-
tudie y clasifique.
Si al verificarlo resultase que pertenecieron á un puente romano, como
yo sospecho, entonces me felicitaría de ello, pues así vendrían á quedar
este puente y el de Safont, en situación homotética y resuelto el problema
de la dirección de la Via Lata y además corroboraría la supuesta población
romana en la Vega.
De este último extremo me hace responsable el Sr. Amador de los Ríos
y aceptando el Cargo, prometo en otro trabajo abordar la cuestión, puesto
que éste resulta ya largo.
Manuel Castaños y Montuano,
Teniente Coronel de Infantería.
Toledo y Agosto, igo3.
2Ó8 REVISTA DE ARCHIVOS
LA CAUSA DE FR. LUIS DE LEÓN
ANTE LA CRÍTICA Y LOS NUEVOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS
II
LA VERSIÓN CASTELLANA DE LOS CÁNTICOS.
LEGISLACIÓN CIVIL Y ECLESIÁSTICA. — CONDUCTA DEL POETA.
IDEAS DE FRAY LUIS SOBRE LA LECTURA DE LA BIBLIA
Es tema socorrido en la historia de los hombres eminentes, dedicar un
capítulo á sus persecuciones y hacer constar en una forma ó en otra, que
los méritos suscitan envidias, que las envidias se manifiestan en vengan-
zas, que al genio sigue el padecer como la sombra al cuerpo.
¡Ojalá no fueran tan frecuentes las persecuciones de los hombres in-
signes! Tan abominable es que se les persiga por el hecho de serlo, que
los ejemplos indiscutibles de esto, pocos ó muchos, obligan á disculpar
hasta cierto punto esta tendencia de ciertos historiadores, rayana en
manía, á cubrir la frente de sus biografiados con la aureola acrisolada de
la persecución, cuando no del martirio.
Otra causa motiva este proceder, y explica á maravilla su difusión:
naturalmente vanidosos los hombres, y artistas de nosotros mismos, lo que
valemos atribuírnoslo á nuestros esfuerzos personales, y en lo que no lle-
gamos, buscamos por disculpa tenebrosos manejos de personas adversas,
que muchas veces sólo se refieren á merecidos desquites ó á recursos legí-
timos de contrincantes más dignos ó más afortunados.
Apenas habrá hombre que no sea un santo, á quien no oigamos la-
mentos semejantes, por regla general infundados. Aun tratándose de san-
tos, no siempre se toman debidamente en cuenta sus equivocaciones, ori-
gen natural de lamentables pero no censurables represalias.
Fácilmente se induce á creer cuando es un sabio desgraciado que le
persiguen ignorantes, y cuando es inocente, que hombres malvados labran
su ruina; pero tan fácil como decir y creer esto, es el equivocarse, bauti-
zando con el nombre de iniquidad de los contemporáneos las precipita-
ciones ó inconsideraciones ó torpezas en que incurren las personas más
distinguidas y de virtud más intachable.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 269
Fr. Luis de Granada, ilustre ascético y soberano maestro del lenguaje,
se expresó mal en la primera edición de la Guia de pecadores, que por
eso se puso en el índice hasta su corrección; Carranza, gran teólogo y
perseguidor de los herejes, vino á favorecerles en las páginas del Catecis-
mo, prohibido en absoluto; San Francisco de Borja, santo varón y á la
vez acabado modelo de prudencia, no estuvo á la altura que solía al soltar
ciertas frases que merecieron correctivo; también lo merecieron algunas
de los Locis de Melchor Cano, con ser aquella obra verbo de su inmenso
talento, de su erudición más selecta, de su asombrosa habilidad para hacer
con las formas una escultura viva de las ideas. Comisiones autorizadas de
personajes, que individualmente no significaban lo que estos cuatro, nos
han puesto de manifiesto sus equivocaciones; su fallo es indudablemente
justo.
Ahora bien; varones doctísimos y de notoria probidad intervinieron
funestamente en la causa de Fr. Luis de León; algunos eran amigos, como
el futuro prelado de Segorbe, Francisco Sancho; otros lo habían sido, como
el doctísimo fraile agustiniano Zúñiga; otros, como el franciscano Uceda,
tienen todas las apariencias de imparciales y desapasionados. En vista de
lo cual, se hace forzoso preguntar: ¿Dio motivo el egregio poeta para el
encausamiento? ¿La ingerencia del Santo Oficio está justificada?
Adelantemos urfa respuesta afirmativa, que la sencilla narración de
los sucesos se encargará de comprobar. Ni que decir tiene que no se debe
doblar la rectitud del juicio por sentimientos que tan sólo interesan al co-
razón. Que Fr. Luis de León estuvo recluido, que estuvo preso, que la
prisión duró cerca de cinco años, que profería lamentos, que estuvo al
último enfermo, desalentado, que se le privaba de los Sacramentos, etcé-
tera, etc.. nada de esto tiene que ver con la cuestión legal. Si él resulta
culpable, en la tramitación de la causa pudiera haber exceso ó en sus-
tanciarla remisiones; no obstante, la intervención del tribunal será un
deber, por tristes que sean sus consecuencias. Aunque fuera inocente en
la intención, que nadie puede sondear, aunque en la realidad no se hubiese
excedido, si las testificaciones le comprometían, tenía el tribunal derecho
y deber de castigarle. Que en este mundo no todo se puede evidenciar, ni
la ley más previsora abarca todos los casos, obviando todos los inconve-
nientes.
Empecemos á estudiar la responsabilidad que contrajo Fr. Luis ante
la ley con la traducción de los Cánticos.
27O REVISTA DE ARCHIVOS
Prescindamos de si en ciertos casos es conveniente una obra de ese
género, y estudiemos la legislación española y eclesiástica anterior á Fray
Luis y vigente en su tiempo.
La constitución de D. Jaime el Conquistador, redactada y promulgada
á la vez por el Concilio de Tarragona, establece que nadie tenga en su poder
los libros de la Escritura Santa en romance, debiendo entregarlos al Obis-
po en el término de ocho días, so pena de ser tenido por sospechoso de
herejía. ítem statuitur ne aliquis Libros Veteris vel Novi Testamenti in
Romancio habeat. Et si aliquis habeat, infra octo dies post publicatio-
nem hujusmodi constitutionis á tempore sententiae, tradat eos loci Epis-
copoco comburendos. Quod nisi fecerit, sive Clericus fuerit sive Laicus,
tamquam suspectus de haeresi, quoasque se purgaverit habeat ur. (Con-
fróntese Domingo Mausi, Suple, á la Colección de Coleti, tomo II, colec-
ción 1.027.)
El Cardenal Pacheco aseguró en el Concilio de Trento que en tiempo
de Paulo II, reinando Enrique IV en Castilla, se habían prohibido aquí
las traducciones vulgares de la Biblia (Conf. Palavic. Hist. Conc. Trident,
libro VI, cap. XII, núm. 5.)
Los Reyes Católicos, según refiere Alfonso de Castro, prohibieron con
penas severísimas que se tradujese la Sagrada Escritura en lengua vulgar
ó se conservasen las traducciones hechas por otro. Laudandum mérito
venit edictum illustrissimorum Catholicorumque Hispaniae Regum Fer-
dinandi, videlicet, ejusque conjugis Elizabethae, quo sub gravissimis
poenis prohibuerunt , ne quis Sacras Litteras in linguam vulgarem trans-
ferret, aut ab alio translatas quoquo modo retineret. (C. Al. á Castro,
Adversas Haereses, lib. I, cap. XIII.) Otros escritores del siglo xvi citan
esta disposición de los Reyes Católicos. Léanse el P. Bautista Fernández
(Demostraciones católicas, lib. II, trat. 3.°), el P. Santiago Ledesma (De
Scripturis divinis quavis lingua passim non legendis, cap. XVIII, núme-
ro 7.) El P. Mauricio Poncet en sus Discursos, cap. VIII, y Miguel Medi-
na (De recta in Deum fide, lib. VII, cap. X.)
En el prólogo que precede al Catálogo de Libros prohibidos de Pau-
lo IV en i55q, publicado ó recordado por el Inquisidor Valdés, se lee: «De
ninguna manera se puedan imprimir ó leer ó tener sin licencia por escrito
del Santo Oficio de la Inquisición de Roma, ninguna de las Biblias tradu-
cidas en lengua vulgar, Alemán, Francés, Español, Italiano, Flamen-
co, etc.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 27 1
La regla cuarta del índice del Concilio de Trento que publicó Pío IV
en 1564, prescribe que para el uso de los Libros Sagrados en romance, se
esté á la resolución del Obispo ó del Inquisidor, para que éstos, de consejo
del párroco ó confesor, juzguen y determinen lo que se deba hacer en cada
caso. Son de oro las palabras del canon: Cum experimento manifestitm
s//, si sacra Biblia vulgar i lingua passim sine discrimine permittantur
plus inde, ob hominum temeritaten, detrimenti quan utilitatis oriri, hac
in parte judicio Episcopio aut Inquisitoris stetur, ut cum consilio Paro-
chi, peí Confessarii, Bibliorum á calholicis auctoribus versorum lectio-
nem in vulgari lingua eis concederé possint, quos intellexerint ex hujus-
modi lectione non damnum sed fidei atque pietatis augmentum capere pos-
se; quam facultatem in scriptis habeant. Qui autem absque tali facúltate
ea legere, seu habere praesumpserit, nisi prius Bibliis Ordinario reddi-
tis, peccatorum absolutionem percipere non possit. Regulares vero, non
nisi facúltate á Praelatis suis habita, ea legere aut emere possint.
Tan terminantes eran las disposiciones emanadas de la suprema auto-
ridad, por cuyo cumplimiento debía velar el Santo Oficio de la Inquisición.
Los daños que causaba la lectura de la Sagrada Biblia en el vulgo igno-
rante debían ser grandes; de lo contrario no hubieran originado unas re-
soluciones tan severas. Alfonso Castro, uno de los hombres más doctos de
su siglo y el más diligente en estudiar las herejías, tiene por fuente de
ellas el traducir la Sagrada Escritura en lenguaje vulgar, asegura que los
que se dedican á ello, más procuran la enfermedad que la salvación de las
almas, y hasta llega á estampar que más perjudica esto que la lectura de los
filósofos gentiles. Tertia demum haeresum parens et origo est Sacrarum
litterum in linguam vulgarem translatio: unde evenit ut ab hominibus sine
ullo personarían discrimine legantur. Ad. Haereses. Lib. I, cap. XIII. —
Ex quibus aperte convincitur eos qui Sacram Scripturam in linguam vul-
garem translatam populo rudi legendam tradunt, ?ion prospicere saluti
animarum populi; sed illarumpotius aegritudinem procurare. De justa
haeret. punitione. Lib. III, cap. IV. — Cun ergo plus nocumenti inferatur
ex libris Sacris in linguam vulgarem versis, quam ex lectione gentilium
philosophorum; mérito illud inhibetur, etiam si de alio milla fíat pro/ii-
bitio. Ad. Haeres. Lib. I, cap. XIII.
Duros igualmente se muestran en este punto el antes citado Santiago
Ledesma, el cisterciense P. Lorca, que lleva la intransigencia al extremo.
y lo que es más de notar, los inmortales controversistas Pedro de Soto y
272 REVISTA DE ARCHIVOS
Roberto Belarmino. Todos vienen á coincidir en aquella enérgica senten-
cia de Castro: Sacram ergo Scripturam tradi in lingua vulgari... qaanto
est antiquius necessitate compellente, tanto postea factum est damnabiliús
experientia ipsa docente.
La disciplina de la Iglesia era tan claramente adversa á la circulación
de la Escritura en lengua vulgar, y la corriente de los teólogos la enten-
día en sentido tan estricto, que el Cardenal Belarm